11 nov 2020

Spawn: Montaje del director sin censurar


 

A principios y mediados de los 90 del siglo XX, se produjo un nuevo fenómeno dentro del cómic de superhéroes: el dibujante estrella. Artistas como Erik Larsen, Jim Lee y, especialmente, Todd McFarlane, entre otros, que habían empezado a trabajar en Marvel y DC a finales de los 80, vieron como su popularidad se disparaba. Esto se tradujo en nuevas maniobras editoriales, como publicar un mismo cómic con distintas portadas, y que las historias se simplificaran para dar cabida a grandes escenas épicas que se desplegaban en ilustraciones de doble página. Por suerte, esta fiebre fue efímera, seguramente provocada por la marcha de Marvel y DC de estos artistas para formar Image. Image es una editorial independiente que empezó publicando el mismo tipo de material que las dos grandes, pero en la que los artistas tenían un control total sobre sus creaciones. Así, Todd McFarlane empezó lo que quería que fuera un imperio basado en su creación Spawn. McFarlane, que ahora se dedica principalmente a diseñar juguetes y figuras, quiso meter su creación en todos los campos posibles. Entre estos estaba, por supuesto, el cine.

El cine moderno de superhéroes, la edad dorada que hemos vivido recientemente, para mí siempre arrancó con Blade (Stephen Norrington, 1998). Con esta película sobre el cazavampiros medio vampiro de la Marvel empezó todo. Pero Blade no sale de la nada, éxitos como El cuervo (The Crow, Alex Proyas, 1994) aplanarían el camino, probando que una adaptación "oscura" de un cómic podía funcionar, sobre todo después de que las películas de Batman derivaran hacia el camp. No contribuyó en nada al género Spawn (Mark A. Z. Dippé, 1997), estrenada justo un año antes que Blade. McFarlane había planeado crear toda una franquicia cinematográfica, presentando el proyecto a New Line con el apoyo de los millones de ejemplares vendidos de su creación. McFarlane, al mismo tiempo, puso en marcha una serie de animación para adultos que trasladaba fielmente el cómic a la pantalla. Para la película, considerando las grandes cantidades de merchandising asociadas a ella, se pensó en hacer algo que fuera más accesible para el gran público. Planear la película para mayores de 13 años no sirvió de nada, de todas formas la censura americana se cebó sobre el film, de forma bastante injusta y arbitraria teniendo en cuenta lo mostrado en otras películas para mayores de 13 años de la época. Esta versión del film fue la que se estrenó en cines, sin llegar a ser el éxito deseado.

Es esta versión del film la que todavía conservo en una cinta VHS con una funda verde fosforito. La compré sin haber visto la película en el cine, solo porque me gustaba leer Spawn (un placer que se quedó en la adolescencia, perdiendo mucho de su atractivo con el tiempo). Mi reacción fue un poco la misma que tuve después de comprar la cinta VHS de Tank Girl (Rachel Talalay, 1995) igualmente solo porque era fan del cómic: decepción. Con el tiempo, le fui cogiendo el gusto a Tank Girl, pero Spawn era una de esas películas que nunca tuve ganas de revisitar. Hasta que supe de la existencia de una versión sin censurar de la película, una versión que se ajustaba más a la visión del director Mark A.Z. Dippé. Una versión que en Estados Unidos se comercializó en DVD en su día, pero que aquí solo llegó en tiempos más recientes.

Entre esta versión sin cortes absurdos y generosas dosis de nostalgia, también le he empezado a coger el gusto a esta película que, para muchos, no será más que una abominación producto de una época pasada. Algo de razón no les falta. El mayor problema de Spawn para ser aceptada hoy día son los efectos visuales por ordenador, que para la época eran avanzados pero hoy día tienen un aspecto muy cutre. En particular el demonio Malebolgia, creación completamente digital y completamente terrible. En su momento no tuvieron presupuesto para construir un animatrónico para integrarlo en el paisaje digital y la tecnología no estaba lo bastante desarrollada para crear un personaje completamente digital creíble. Violator también es digital, pero al mezclarlo con un animatrónico tiene algo más de realismo, aunque resulte igualmente falso.

Pero si algo salva esta película es el reparto. Martin Sheen es un malo malísimo, Michael Jai White encarna al héroe con gran convicción y la siempre fantástica Melinda Clarke es una asesina embutida en cuero. Y el rey de la película: John Leguizamo como el Payaso, un demoníaco personaje que en esta versión ve todos sus diálogos restaurados y es lo mejor del film sin duda. Todos ellos se lanzan a darle vida a esta absurda historia llena de tópicos.

Como ya he mencionado, creo que es imposible que alguien que no hubiese vivido los 90 se la pueda tomar como otra cosa que una terrible película. Y, repito, muchos que sí los vivieron pensaran más o menos lo mismo. Sin embargo, puede que sea terrible, pero desde luego no es mediocre. Pasada de vueltas, sí. Con efectos visuales ridículos, también. Y también muy divertida, muy entretenida y muy absurda. No es que la vaya a recomendar a nadie, puede que me ciegue la nostalgia, pero con esta versión la película se redime para mi gusto.

4 comentarios:

HAPLO dijo...

Gracias por el aporte, no sabía que había la existencia de la película sin censura
Igualmente conservo aquel recuerdo de película espantosa... y sin haber sido aficionado al cómic me es difícil darle una segunda oportunidad

Raúl Calvo dijo...

Bueno, algo espantosa sigue siendo, solo que ahora tiene unos detalles extra. No es para todos los paladares, desde luego.

Freaklantern dijo...

Supongo que para los que vivimos el boom de image en los 90, que en mi caso coincidió con empezar a pedir americano con el Advance Comics!, conservamos ese punto nostalgico! la verdad es que la vi en cine y la recuerdo mas anodina que mala, en linea con la hornada de la epoca (phantom y Shadow!)

Habra que verse esta versión!

Raúl Calvo dijo...

Un boom que luego pasó bastante rápido, sin que Image amenazara el dominio de DC y Marvel, pero es lo mismo que recuerdo. Y The Shadow me gusta más ahora que cuando la vi entonces, no sé si porque ahora la entiendo mejor y capto lo que quería hacer de forma más consciente que en entonces que no tenía ni idea de nada.