Basada en la novela corta de George R. R. Martin, este otoño se estrenará la serie Nightflyers producida por SyFy y Netflix. Uno de los productores de esta serie es Robert Jaffe, el cual ya produjo y fue guionista en 1987 de una adaptación de esta obra de Martin. El resultado fue Nightflyers, la nave viviente (Nightflyers, Robert Collector como T.C. Blake, 1987).
Un grupo de científicos va a estudiar la llegada de una entidad extraterrestre. Por desgracia para ellos, las muertes no tardan en empezar a producirse, pero no por el contacto con ningún ser alienígena sino por la nave psicótica que los lleva de camino. Este es el argumento tanto de la novela corta como de la película. En la adaptación se respeta bastante la trama, las modificaciones a la hora de trasladar la historia a la pantalla vienen dados por el cambio de raza de la protagonista, que en la película está interpretada por la caucásica actriz de culto Catherine Mary Stewart, e ignorar la liberal sexualidad futurista que Martin describe por otra más típica.
Los principales problemas de Nightflyers no son de guion sino de ejecución, lo cual ya se puede intuir cuando el director Robert Collector se negó a que su nombre apareciera en los títulos de crédito, sustituido por el pseudónimo T. C. Blake. Para empezar, el diseño de producción es horrible. Uno de los peores diseños de nave espacial que he visto, parece más un balneario de baja categoría que un futurista vehículo para viajar por el espacio. Lo cual resulta sorprendente ya que el diseñador de producción John Muto ha trabajado en estupendas cintas de ciencia ficción. La dirección de arte de Mike Bingham, la decoración de decorados de Anne H. Ahrens y el vestuario de Brad R. Loman también contribuyen a que el look del film sea hortera y feo, incluso para finales de los 80.
Otro problema es que se intentó darle un aspecto onírico al film, pero lo que consiguieron es que parece que los personajes están envueltos en una espesa niebla londinense, lo cual tampoco contribuye a que el espectador disfrute con la acción.
Finalmente, el montaje tampoco es muy brillante, dando la sensación de que el film es lento y muy largo, a pesar de durar solo 90 minutos.
En definitiva, hay ocasiones en que los remakes no son algo negativo, sino muy positivo. Y si la serie consigue hacer justicia a la obra de George R. R. Martin de una forma que la película no consiguió, será una victoria para los amantes de la ciencia ficción.
2 comentarios:
La peli es bastante mala. Como bien comentas, el diseño del film es malo con ganas. La serie ya pinta mejor, pero veremos como se va desarrollando.
Un saludo
Sí, ya veremos, porque no sé cómo pueden alargar la historia para que de para muchos episodios. Pero soy optimista. Un saludo.
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