La reciente The Void (Jeremy Gillespie, Steven Kostanski, 2016), que ahora empieza a circular por los festivales, me llamó la atención cuando leí que uno de los productores era James Sizemore, el director, coguionista, uno de los productores, encargado de los efectos especiales, protagonista y mil cosas más de la fantástica The Demon's Rook (2013).
El pequeño Roscoe (Emmett Eckert) es atraído por una extraña criatura llamada Dimwos (John Chatnam) y desaparece a través de un agujero en el bosque. Años más tarde, un adulto Roscoe (Sizemore) reaparece en el mismo bosque en el que desapareció. Y no lo hace solo, es seguido por tres demonios con terribles poderes: Rolmortus (Dustin Dorough) que puede resucitar a los muertos, Valurga (Sadie Smith) que puede dominar la mente de una persona para que se vuelva una maníaca homicida y Ogrom (Josh Adam Gould) que puede transformar a las personas en demonios a sus órdenes. Junto a su amiga de la infancia Eva (Ashleigh Jo Sizemore), Roscoe usará sus propios poderes para acabar con los demonios y evitar la destrucción de nuestro mundo.
The Demon's Rook es una pequeña maravilla hecha por fans del cine de terror para los fans del cine de terror, mezclando en su estética influencias que van desde el cine de zombis italiano de mediados de los 70 hasta el cine de terror americano de los 80 y películas como Creepshow (George A. Romero, 1982) o Inferno (Dario Argento, 1980) (películas que destaco porque las menciona el director en el audiocomentario). Pero lo que hace brillante este film es que al verlo no se tiene la sensación de estar viendo un refrito de películas mejores, sino que su manera de contar una historia a lo Doctor Extraño con litros de sangre y mucho gore le da una personalidad propia. Además, he de añadir de forma personal que me gustó que el tono del film fuera serio (aunque con algunos toques de humor, no se toma a si mismo demasiado en serio) en lugar de optar por el típico tono irónico vamos-a-echarnos-unas-risas que por desgracia predomina en este tipo de películas.
Al observar los títulos de crédito uno se da cuenta que no solo el director, sino la mayoría de los implicados tienen más de uno y más de dos cometidos en la película. La explicación es bastante obvia: todo el dinero del presupuesto, adquirido mediante crowdfunding, se gastó en los efectos especiales y de maquillaje. Las localizaciones son casas de amigos y familiares, los actores trabajaron por amor al arte (de hecho, el director cuenta que él es el protagonista porque no pudo encontrar un actor que aguantase los dos años y medio que duró el rodaje con la melena y la barba que exigía el papel sin cobrar) igual que el resto del equipo.
Desde luego, el poco dinero que lograron reunir estuvo muy bien gastado porque los efectos y los maquillajes son fantásticos y uno de los puntos fuertes de la película. También sorprende que siendo una película rodada en fines de semana y aprovechando vacaciones, con todos los participantes siendo voluntarios, The Demon's Rook tenga un acabado tan profesional y conseguido, mucho mejor que muchas producciones de bajo presupuesto hechas con el apoyo de un estudio. Esto ayuda a meterte más fácilmente en la película y disfrutarla mucho más.
En definitiva, esta es una película que hará las delicias de los fans del cine de terror. Y pediría a estos fans que hicieran lo posible por ver la película de forma legal, ya que debido a las condiciones en que fue hecha y el resultado final, se merecen que su trabajo sea recompensado.