Yo de toda la vida he sido una persona de letras, pero he aquí una operación matemática que hasta yo puedo entender: Larry Cohen + William Lustig = Peliculón. Y la prueba más obvia de la veracidad de esta suma son las películas de la trilogía
Maniac Cop, toda una delicia para los espectadores (bueno, por lo menos dos de ellas).
La primera entrega,
Maniac Cop (William Lustig, 1988), nació una tarde de febrero en la que Cohen y Lustig quedaron para comer. Cohen le preguntó a Lustig por qué no había hecho una secuela de
Maniac (William Lustig, 1980) y Lustig le contestó que porque era una historia contenida y no veía forma de continuarla. Entonces Cohen tuvo una súbita inspiración: "¿Qué te parece el título
Maniac Cop?" A Lustig le encantó la idea, y sumándole el
tagline Tienes derecho a permanecer en silencio... para siempre, vio que tenían una película entre manos.
Cohen se encargó del guion y Lustig de dirigirla y producirla (en los títulos de crédito aparece el nombre de Cohen como productor, pero fue como compensación por cobrar según escala por el guion en lugar de lo que era habitual por su estatus como guionista de prestigio, sucede lo mismo en la segunda). La película empezó a rodarse de forma casi inmediata y quedó completada de forma rapidísima. Contando además que tenía un presupuesto bajo para la época, un millón de dólares, se esperaría que el resultado final de una película hecha tan deprisa no fuera muy interesante. Pero estamos hablando de Cohen y Lustig, dos expertos en hacer maravillas con poco dinero y en poco tiempo.
Con un reparto que incluye los actores de culto Tom Atkins, Bruce Campbell y Laurene Landon, redondeado con la presencia de actores como Richard Roundtree y Robert Z'Dar,
Maniac Cop mezcla terror y
thriller para contarnos la historia de un misterioso policía psicópata que se dedica a matar inocentes por las calles de Nueva York. Atkins es el inspector Frank McCrae, encargado de investigar los asesinatos del policía maníaco, y Campbell es Jack Forrest, un agente acusado injustamente de los asesinatos que huye para demostrar su inocencia.
Lustig le imprime un ritmo frenético al ya de por sí frenético guion de Cohen, dando como resultado un film que te mantiene pegado al borde de la butaca gracias a sus fantásticas secuencias de acción, sus elevadas dosis de suspense y la forma en la que transmite al espectador lo bien que se lo estaban pasando haciendo la película. Un film que se merece su estatus de clásico de culto, ya que hoy día se sigue manteniendo en plena forma. Muy recomendado.
Maniac Cop 2 (William Lustig, 1990) fue la primera película que vi de esta franquicia. La razón de ello es bastante simple: te encontrabas esta película en todos los videoclubes en los que entraras a principios de los 90. Y no es extraño ya que esta película, descrita por Lustig como "un cruce entre
French Connection y
La novia de Frankenstein", es toda una maravilla.
Maniac Cop 2 es posiblemente una de las pocas secuelas que consigue superar la película que la originó. No solo porque es un film mucho más espectacular, gracias a los 4 millones de presupuesto que tuvo el film, sino también por su historia delirante que nos presenta al policía maníaco aliado con un demente psicópata dedicado a asesinar
strippers.
Esta entrega arranca en el momento que termina la primera. Pero en lugar de seguir la misma historia, hace un giro e introduce nuevos personajes y elementos sobrenaturales, haciendo que Matt Cordell, el poli maníaco, experimente una evolución parecida a la de Jason Voorhees. Cordell aquí pasa a ser una criatura de ultratumba, lo que sirve al film para crear espectaculares secuencias como el tiroteo en la comisaría.
El hecho de contar con más dinero le permitió a Lustig crear escenas memorables, como la escena en la que uno de los personajes protagonistas, Susan Riley (Claudia Christian), es esposado por fuera al volante de un coche que luego es lanzado carretera abajo. Pero el dinero se empleó también en crear un look más elaborado que le hiciera justicia al ambicioso guion de Cohen.
La manera en que el guion va girando a izquierda y derecha hace que el film resulte entretenido en todo momento, ya que el espectador espera con ansia ver qué sucederá a continuación. De ahí que el film acabe resultando superior a
Maniac Cop, ya que amplía y enriquece la historia y la lleva a otro nivel. Un film auténticamente fantástico.
Tras la genial
Maniac Cop 2,
Maniac Cop 3 (
Maniac Cop 3: Badge of Silence, 1993) lo tenía bastante complicado para estar a la altura. El hecho de que sea una película de Alan Smithee, el seudónimo utilizado por aquellos directores que rechazan tener nada que ver con la película en la que han trabajado, ya os indica que
Maniac Cop 3 no está a la altura de las anteriores entregas.
La producción del film fue muy conflictiva, dando como resultado que 51 minutos de los 85 que dura la película fueron rodados por Lustig, y el resto fueron filmados por uno de los productores, Joel Soisson, con el objetivo de alcanzar la mínima duración necesaria para poder estrenar la película. Las escenas de acción fueron rodadas por Lustig. ¿Culpables? Lo cierto es que, tras ver el documental
Wrong Arm of the Law: The Making of Maniac Cop 3 (incluido en la edición en Blu-ray de la película), yo me quedé con la sensación de que fue un poco culpa de todos. Eso sí, hay que darle puntos a Lustig ya que podía haber fácilmente hecho que los productores quedaran como los malos de la película, ya que él fue uno de los fundadores de Blue Underground, la compañía que edita la película en Blu-ray, pero se ofrece una perspectiva bastante equilibrada de cómo fue todo.
Pero lo sorprendente es que la película no está del todo mal, puede que sea la única "dirigida" por Alan Smithee que resulta entretenida. Sufre los problemas que uno esperaría de un film cuyo guion fue reescrito y reescrito mientras se rodaba. Y hay que ser honestos, la premisa original que creó Cohen (de nuevo, incluida entre los extras de la edición en Blu-ray) no es que fuera muy acertada y me alegro enormemente de que se desechara. Lustig, además, se enfrentaba al problema de hacer algo que superara
Maniac Cop 2 pero contando con un presupuesto similar al de
Maniac Cop. El producto final es un film que por si mismo resulta divertido de ver, pero con un guion no muy inspirado y con serios agujeros.
A lo mejor para quitarse la espina de esta tercera entrega, Lustig ahora está trabajando con Nicolas Winding Refn para hacer un
remake de
Maniac Cop.