La ahora saga de películas [REC] de Jaume Balagueró y Paco Plaza es de esas que amas o odias. O te parece que están bien o son reguleras. O te gustan o no te gustan. O te divierten o te aburren. O las has visto todas, o sólo una o ninguna. Ya sabéis, de esas.
Antes de entrar en materia con [REC]³ Génesis (Paco Plaza, 2011), me gustaría aclarar un pequeño error que he visto reflejado en entrevistas y artículos referidos a esta película: LAS CRIATURAS DE [REC] NO SON ZOMBIS, SON ENDEMONIADOS. Endemoniados como los que aparecen en Posesión infernal (The Evil Dead, Sam Raimi, 1981), Demons (Dèmoni, Lamberto Bava, 1985) y Muerte y desayuno (Dead & Breakfast, Matthew Leutwyler, 2004).
Esta tercera entrega de la saga no es la experiencia visceral y adrenalítica que son las dos primeras entregas, pero no por ello deja de ser una película muy entretenida que adopta un tono "montaña rusa" típico del cine de género de los 80, en el cual se combinaba el terror y el humor continuamente. Porque, y puede que descoloque a algunos fans de la serie como lo hizo la segunda entrega al expandir la mitología de la historia, los toques de humor que se insinuaban en la primera y se hacían más obvios en la segunda, aquí abundan, mezclando continuamente carcajadas y sustos, con un tono que recuerda al primer Joe Dante y un ritmo acelerado.
Creo que la fría recepción hacia la película en uno de sus pases americanos se debe tal vez a que parte de la comedia se pierde en la traducción, así como hay detalles que no sé hasta que punto harán gracia fuera de Catalunya.
La segunda parte destacaba por, como ya he dicho, ampliar la mitología insinuada en la primera y jugar con el formato narrativo de cámara en primera persona, sin abandonarlo pero manipulándolo para servir mejor a la narración y no constreñir el punto de vista del film. En esta tercera entrega también se juega con el formato, hasta cierto punto se parodia, para luego abandonarlo y entrar en una narración cinematográfica más canónica. También se abandona la estructura de videojuego, utilizando una más habitual del género.
Estos cambios, este deseo de no hacer más de lo mismo, ha hecho que disfrutara con la película. La historia es más o menos la misma que la primera, cambiando ambientación y escala, pero igual que, en el fondo, todas las historias de terror son la misma o todos los westerns son el mismo, como dijo Peter Cushing. Los cambios de tono y estilo hacen que se disfrute como algo diferente.
Desde luego, queda más claro que si, a pesar de las obvias semejanzas, tanto Balagueró y Plaza juraban y perjuraban que no habían visto Demons (cosa que se me hace difícil de creer), lo han hecho desde entonces (por lo menos Plaza, si me equivoco aquí estoy para que me lo diga). También se juega bastante con la imagen icónica que de la sierra mecánica tiene en el género, que se convertiría en fetichismo en películas como Terroríficamente muertos (Evil Dead II: Dead by Dawn, Sam Raimi, 1987) y Hollywood Chainsaw Hookers (Fred Olen Ray, 1988), así como se idean gags que parecen sacados de las primeras películas de Peter Jackson.
La película es un festival para el aficionado que gracias a su corta duración se pasa bastante rápido. Me lo he pasado muy bien viéndola y me ha hecho que espere con ganas la cuarta entrega que dirigirá Balagueró. Es cine de género, cine de entretenimiento, pero bien hecho. Hecho por alguien a quién también le gusta.
Esta tercera entrega de la saga no es la experiencia visceral y adrenalítica que son las dos primeras entregas, pero no por ello deja de ser una película muy entretenida que adopta un tono "montaña rusa" típico del cine de género de los 80, en el cual se combinaba el terror y el humor continuamente. Porque, y puede que descoloque a algunos fans de la serie como lo hizo la segunda entrega al expandir la mitología de la historia, los toques de humor que se insinuaban en la primera y se hacían más obvios en la segunda, aquí abundan, mezclando continuamente carcajadas y sustos, con un tono que recuerda al primer Joe Dante y un ritmo acelerado.
Creo que la fría recepción hacia la película en uno de sus pases americanos se debe tal vez a que parte de la comedia se pierde en la traducción, así como hay detalles que no sé hasta que punto harán gracia fuera de Catalunya.
La segunda parte destacaba por, como ya he dicho, ampliar la mitología insinuada en la primera y jugar con el formato narrativo de cámara en primera persona, sin abandonarlo pero manipulándolo para servir mejor a la narración y no constreñir el punto de vista del film. En esta tercera entrega también se juega con el formato, hasta cierto punto se parodia, para luego abandonarlo y entrar en una narración cinematográfica más canónica. También se abandona la estructura de videojuego, utilizando una más habitual del género.
Estos cambios, este deseo de no hacer más de lo mismo, ha hecho que disfrutara con la película. La historia es más o menos la misma que la primera, cambiando ambientación y escala, pero igual que, en el fondo, todas las historias de terror son la misma o todos los westerns son el mismo, como dijo Peter Cushing. Los cambios de tono y estilo hacen que se disfrute como algo diferente.
Desde luego, queda más claro que si, a pesar de las obvias semejanzas, tanto Balagueró y Plaza juraban y perjuraban que no habían visto Demons (cosa que se me hace difícil de creer), lo han hecho desde entonces (por lo menos Plaza, si me equivoco aquí estoy para que me lo diga). También se juega bastante con la imagen icónica que de la sierra mecánica tiene en el género, que se convertiría en fetichismo en películas como Terroríficamente muertos (Evil Dead II: Dead by Dawn, Sam Raimi, 1987) y Hollywood Chainsaw Hookers (Fred Olen Ray, 1988), así como se idean gags que parecen sacados de las primeras películas de Peter Jackson.
La película es un festival para el aficionado que gracias a su corta duración se pasa bastante rápido. Me lo he pasado muy bien viéndola y me ha hecho que espere con ganas la cuarta entrega que dirigirá Balagueró. Es cine de género, cine de entretenimiento, pero bien hecho. Hecho por alguien a quién también le gusta.