Acabo de hacer un breve repaso al género de los justicieros urbanos dentro de la crítica que hago de El justiciero (Death Wish, Eli Roth, 2018). Podéis leerlo clicando aquí:
Este repaso seguramente sea lo más interesante de la crítica, ya que la película ha sido toda una decepción. La peor entrega de la saga protagonizada por Charles Bronson es mejor que esta Death Wish.
Si solo puedes ver una película esta semana, que sea Ready Player One (Steven Spielberg, 2018). En mi crítica para Underbrain Mgz creo que queda muy claro por qué, averiguadlo clicando aquí:
Ya conocía la novela de Ernest Cline, pero ver la película ha sido todo un orgasmo para un enfermo como servidor, a pesar de la ausencia de Rush. Supongo que es de esperar viendo el contenido de este blog. Imposible captarlo todo con un solo visionado, realmente impresionante.
No tenía noticias de ella, pero aquí está Gringo: Se busca vivo o muerto (Gringo, Nash Edgerton, 2018), cuya crítica he escrito para Underbrain Mgz y podéis leer clicando aquí:
Divertidos toques de comedia negra y ocasionales explosiones de violencia, un film entretenido para pasar el rato. Por cierto, mezcla castellano e inglés, así que tiene más sentido la VOS.
Algunas veces, debido al tipo de películas que suelo comentar, me han hecho peticiones para encontrar tal o cual película medio olvidada de la que solo se recordaba alguna escena en particular. Peticiones que en alguna ocasión he podido satisfacer, pero muchas más veces no, ya que es difícil encontrar un título cuando lo único que tienes son recuerdos de escenas. Y lo sé porque yo mismo busqué durante años dos películas que había visto de pequeño cuyas escenas se me habían quedado grabadas en el cerebro sin saber el título de ninguna de las dos. Con la llegada de Internet, la búsqueda se hizo más fácil, pero seguía siendo algo complicado. Tras un tiempo, pude encontrar una de esas películas que me atormentaba: Alarma - catástrofe (The Medusa Touch, Jack Gold, 1978). Y, por fin, encontré la otra hace poco: Cosmos mortal (Alien Predators aka Alien Predator aka The Falling aka Mutant II, Deran Sarafian, 1985).
Cosmos mortal no es que sea precisamente una desconocida y oscura película de la que nadie ha oído hablar. Al poner el título en inglés (uno de ellos) en Google, descubrí muchas páginas en castellano que la comentaban, no como cuando descubrí que no había ninguna página en castellano sobre Catch My Soul (Patrick McGoohan, 1974). Además, yo mismo me había cruzado con el título cuando repasaba la filmografía de Deran Sarafian cuando escribí sobre Zombi 3 (Lucio Fulci, Claudio Fragasso, Bruno Mattei, 1988). Pero no até cabos hasta que leí que se iba a editar en Blu-ray Alien Predators. Leí la sinopsis y algo hizo clic. Recordaba que era una película española, en la que en un pueblo perdido había mutaciones o algo así, con la imagen de un tipo muy muerto en una especie de piscina vacía vestido con uno de esos trajes antirradiación tan populares en los 80. Resulta que no era española, sino una coproducción entre Estados Unidos y España, y las mutaciones eran el resultado de una infección de origen extraterrestre. Pero descubrir, al fin, esta película que recordaba de cuando era niño me llenó igualmente de gran alegría.
Inmediatamente la preordené en Amazon, pero tenía tanta ansía y estaba tan impaciente por verla que, lo confieso, busqué una manera "alternativa" de hacerlo mientras esperaba que se editara en junio. Y así, por fin, me reencontré con este medio olvidado recuerdo de infancia.
Me gustaría poder decir que Cosmos mortal o Alien Predators es una pequeña joya, como la telequinésica fantasía Alarma - catástrofe. Pero no es el caso: es una película de bajo presupuesto repleta de grumosos y viscosos efectos de maquillaje. Sin embargo, yo soy un tipo que disfruta con los sencillos placeres que ofrecen maravillas como Raw Force (Edward D. Murphy, 1982) o Massage Parlor Murders (Chester Fox, Alex Stevens, 1973). Que puede hablar sin trazas de ironía de lo genial que es Alien 2: sobre la Tierra (Alien 2 - Sulla terra, Ciro Ippolito, 1980). En otras palabras, Cosmos mortal es basura, sí, pero es mi tipo de basura.
El film arranca de forma bastante clásica, con textos sobre un fondo estrellado mencionando la caída del satélite Skylab (hecho histórico cierto) en un punto perdido de la geografía española (ni histórico ni cierto), trayendo consigo un virus del espacio que puede provocar la extinción del mundo. De este prólogo típico de monster movie espacial, pasamos a conocer a los tres protagonistas: Damon (Dennis Christopher), Michael (Martin Hewitt) y Samantha (Lynn-Holly Johnson), amigos de vacaciones por España (para los más jóvenes: las exóticas pesetas que utilizan los protas para pagar son lo que había antes del euro). Los tres no tardan en descubrir que algo raro pasa en el pueblo, haciendo todo lo posible por sobrevivir a los infectados mutantes.
El film tiene un tono irónico que hace evidente que no se toma en serio a sí mismo. Sumado a la acción y las relaciones entre los personajes, el conjunto es bastante mainstream. Pero los efectos grumosos, los monstruos alienígenas y la sangre hace que sea un producto de serie B para aficionados al género. Esta mezcla de elementos dispares es uno de los motivos por los que disfruté mucho con la película, que me hacía reír con ella más que de ella, a pesar de que el argumento y algunos momentos estén copiados de películas mucho mejores.
Las interpretaciones no están mal, hay una escena en la que Martin Hewitt hace una pasable imitación de Rod Serling. Pero hay un momento de vergüenza ajena en la que Yousaf Bokhari, que interpreta al cabeza de una familia que los protagonistas conocen en un cámping de caravanas, parece imitar a Peter Sellers en El guateque (The Party, Blake Edwards, 1968). Es posible que esta escena sea un resto del guion original Massacre at R.V. Park de Noah Bloch en que se basó Deran Sarafian para escribir el guion de Cosmos mortal.
Tal vez sea por la nostalgia, tal vez por mi afición a las películas de calidad alternativa, pero realmente disfruté con esta humilde producción de serie B que en unos meses podré disfrutar en Blu-ray. No la recomendaría a todo el mundo, pero si os han gustado alguno de los otros títulos que he mencionado, definitivamente dadle una oportunidad a Alien Predators.
Desde la saga original, hasta la nueva trilogía, pasando por el remake y las dos series de televisión, la de carne y hueso y la de animación, acabo de publicar en Underbrain Mgz un artículo sobre la saga del Planeta de los simios. Ya había escrito con anterioridad sobre la serie aquí, pero ha resultado interesante para mí ver cómo ha cambiado mi opinión sobre algunas entregas de entonces a ahora, además de que es más exhaustivo en lo que a información tras las cámaras se refiere. Espero que os resulte interesante cuando lo leáis clicando aquí:
Es de las pocas veces que salgo de ver una película algo regulera con ganas de una secuela. Los buenos momentos funcionan muy bien, lástima que no haya demasiados.
Cuando piensas que has visto lo peor de lo peor, que la torpeza cinematográfica ya no guarda secretos para ti, es entonces que descubres con enorme placer que todavía hay mucho cine basura ahí fuera esperando ser descubierto. Como es el caso de la deliciosamente ridícula Frozen Scream (Frank Roach, 1975).
La verdad es que ni siquiera sé por dónde empezar. Tal vez por lo menos importante: el argumento. Básicamente, es la típica historia de mad doctors experiementando con cadáveres para conseguir la inmortalidad. En este caso, implantan en los muertos una especie de chip prodigioso para crear zombis, parecido a los experimentos del mad doctor de KISS en Ataque de los Fantasmas (KISS Meets the Phantom of the Park, Gordon Hessler, 1978). Este habitual argumento le da la excusa perfecta a su director para introducir hilarantes escenas oníricas y ridículos discursos grandilocuentes sobre la vida y la muerte, que le dan un toque pretencioso que aumenta el factor carcajada.
Como ya he dicho, el argumento es lo de menos, lo que realmente importa son las extrañas decisiones que tomó su director, haciendo que la película destaque por su increíble torpeza. Las interpretaciones son todas horrendas, en especial la de la protagonista Lynne Kocol (sorpresa: esta es la única película en su currículum, lo que hace que me pregunte cómo consiguió este papel). Uno tiene la sensación de que el reparto está formado por robots. Te da una idea aproximada de lo que podría ser una película hecha por unos ladrones de cuerpos espaciales.
A la par con las interpretaciones se encuentra la dirección. El confuso estilo en que está montada el principio de la cinta es solo el aperitivo. El film está lleno de decisiones bizarras, como doblar una actriz en mitad de un diálogo, con lo que a media frase pasa del sonido directo al doblaje en estudio, por ejemplo. Pero, sin duda, la mejor baza es la decisión de incluir una voz en off a posteriori, en escenas que no estaban pensadas para contar con una voz en off. De nuevo, en mitad de un diálogo se presenta e inicia la narración, mientras oyes de fondo como sigue el diálogo original. No eliminar del todo el diálogo original te permite comprobar que la narración muchas veces explica lo mismo que los diálogos, así que su inutilidad es más evidente.
En definitiva, Frozen Scream está recomendada para aquellos que disfruten con cine basura del bueno. No pude parar de reír mientras este monumento a la estupidez se desplegaba en toda su gloria. Cada vez que Lynne Kocol abre la boca o interviene un cura raro, la carcajada no tarda en presentarse. Editada por Vinegar Syndrome en DVD junto a El ejecutor de New York (The Executioner, Part II, James Bryan, 1984), Frozen Scream es diversión garantizada.
Una genial comedia negra, satírica y mordaz, relevante por su paralelismo con la actualidad pero también recomendable simplemente por lo mucho que te ríes viéndola.
Mortuary (2005) fue una de las últimas películas que dirigió Tobe Hooper. La penúltima si no tenemos en cuenta los episodios que hizo para Masters of Horror. El proyecto surgió a raíz del merecido éxito del remakeLa masacre de Toolbox (Toolbox Murders, Tobe Hooper, 2004), de ahí que Mortuary cuente con los mismos guionistas (Jace Anderson, Adam Gierasch) y productor (Tony DiDio), además de Tobe Hooper como director.
La masacre de Toolbox fue una especie de renacer para Hooper. Tras varios años dirigiendo episodios de televisión e infumables telefilmes, Hooper demostraba con esa película que seguía en plena forma. Mortuary continuaba demostrando la eficacia de Hooper como director, a pesar de lo limitado del presupuesto con el que fue rodada.
El film cuenta como Leslie (Denise Crosby) llega a un pueblo de California, acompañada de sus dos hijos Jonathan (Dan Byrd) y Jamie (Stephanie Patton), para encargarse de la mortuaria. Allí, la familia descubre la leyenda del pueblo y un hongo de extrañas propiedades. A partir de aquí se desarrolla una historia con una gran influencia de H. P. Lovecraft, de hecho se cita explicitamente uno de sus textos en la lápida de una tumba, reminiscente de El color que cayó del cielo.
A pesar de sus toques de terror cósmico, el director tejano introduce también bastantes toques de comedia y de la excentricidad histérica que encontramos en sus películas más personales. El representante del pueblo que interpreta Greg Travis, continuamente sonriendo y riendo, y el peculiar sheriff que interpreta Michael Shamus Wiles son un perfecto ejemplo del toque Hooper. Teniendo en cuenta su implicación en la historia y que el guion fue escrito con él ya elegido como director, resulta normal que aparezcan estos toques personales.
No os llevéis a equivoco, Mortuary no está a la altura de los grandes clásicos de Hooper, pero sí que es una película de terror muy entretenida y disfrutable por los fans. La única pega que le encuentro a este título es que el bajo presupuesto hizo que se utilizaran en algunas escenas unos efectos por ordenador que quedan muy cutres. Incluso los títulos de crédito evidencian el bajo presupuesto de la película. El look vídeo digital también hace evidente los limitados medios con que contaron para hacerla.
A pesar de todo, debido a la historia y la dirección, es un título que disfruto sin tener en cuenta estas carencias. Es una lástima que Hooper no puediera contar con algo más de dinero para poder explotar a fondo el guion, pero sigue siendo una película que cumple su función.
Disfruté de la manera en que trata la fantasía esta película, que cuenta con una gran ambientación y estupendos efectos. Pero leyendo la crítica ya sabréis si es vuestro tipo de película o no.