Dirigida por William Friedkin en 2006, Bug es un absorbente drama psicológico que acaba adquiriendo tintes terroríficos. Digamos que es una película de terror que transcurre en ese castillo encantado que es nuestro cerebro. La película adapta una obra de teatro de Tracy Letts que él mismo se encarga de convertir en guión cinematográfico.
El título, Bug, tiene diferentes connotaciones en inglés. La traducción más común es "bicho". Pero también se denominan así los micrófonos en miniatura usado en escuchas secretas y como forma verbal ("to bug") significa molestar o irritar a alguien. Todos estos aspectos se ven reflejados de una u otra manera en la película.
La historia gira en torno a Agnes White (Ashley Judd) que vive en un motel venido a menos en Oklahoma. Agnes intenta recuperarse de la depresión que le provocó la desaparición de su hijo con la ayuda de su amiga R.C. (Lynn Collins). Sin embargo, la ocasional presencia de Jerry Goss (Harry Connick Jr.) su exmarido maltratador le dificulta el camino a la felicidad. Las cosas parecen enderezarse cuando Agnes conoce a Peter Evans (Michael Shannon), un veterano de guerra. Cuando descubran una infección de insectos en el motel, Agnes y Peter se adentrarán en un universo de paranoia y locura.
De todo el reparto me sorprendió agradablemente Ashley Judd. Acostumbrado a verla protagonizar thrillers de poca monta como El coleccionista de amantes (Kiss the Girls, Gary Fleder, 1997), me tomó desprevenido la gran actuación que hace dando vida a la solitaria y triste Agnes. El resto del reparto también está en estado de gracia, especialmente Shannon como Peter Evans y Connick Jr. como el despreciable Jerry Goss.
Friedkin ya había tratado anteriormente la locura y la obsesión en películas como A la caza(Cruising,1980) y Desbocado (Rampage, 1987) pero siempre dentro de una trama criminal o policíaca. Aquí sin embargo entra en territorios que antes había explorado Roman Polanski en Repulsión (Repulsion, 1965). Friedkin nos convierte en testimonios privilegiados de como Agnes y Peter construyen una obsesiva y disfuncional relación que a cierto nivel les hace felices ya que se sirven de apoyo el uno en el otro en la creación de su universo demente.
Ésta obra cumbre de la paranoia en pareja fue vista en el Festival de Sitges pero que yo sepa no ha sido todavía editada en DVD, sin embargo la podéis encontrar fácilmente en el resto de Europa y en Estados Unidos; cosa que os recomiendo que hagáis. Pero ya. Venga, con ritmo.
Cuando uno piensa en la ciencia ficción japonesa de los sesenta lo primero que le vienen a la cabeza son las megapopulares películas de monstruos que cuentan las aventuras y desventuras de Godzilla, Gamera y el resto de criaturas tamaño XXL dedicadas a destruir maquetas. Sin embargo la ciencia-ficción japonesa también era capaz de ofrecernos sobrias y atmosféricas películas como Goke, Body Snatcher from Hell (Kyuketsuki Gokemidoro, 1968), dirigida por Hajime Sato. Si bien es un título (y quiero decir literalmente título) que no carece de cierto chillón glamour con el que siempre podemos contar en las producciones fantásticas japonesas.
Quentin Tarantino tomó prestado el look de esta película para una escena de Kill Bill: Vol.1 (2003) y su argumento recuerda en parte al de la serie Perdidos pero lo cierto es que es una de esas películas de las cuales se oye mucho hablar pero de la cual hay poca oportunidad de ver. Hasta hace bien poco era difícil de conseguir y solo en DVD de importación.
Los pilotos de un avión japonés de camino a Osaka miran con estupor el cielo color sangre que les rodea. Los pasajeros no parecen excesivamente preocupados por ello hasta que un pájaro se suicida lanzándose contra una de las ventanillas. Sin embargo, las cosas todavía van a empeorar: se recibe en cabina una llamada avisando de que hay una bomba en el avión. El piloto (Hiroyuki Nishimoto) manda al copiloto Sugisaka (Teruo Yoshida) a que registre las bolsas de los pasajeros, cosa que hace con la ayuda de la azafata Kuzumi (Tomomi Sato). Así conocemos a los pasajeros que nos acompañaran durante el resto de la película: la señora Neal (Kathy Horan); el señor Mano (Eizo Kitamura), un senador; el exportador de armas Tokiyasu (Nobuo Kaneko) y su esposa Noriko (Yuko Kusunoki); el doctor Momotake (Kazuo Katô), un psiquiatra que disfruta mucho observando toda la situación; el biólogo Sagai (Masaya Takahashi); un misterioso hombre (Hideo Ko) y un joven (del que no he encontrado el nombre del personaje ni del actor que lo encarna). Durante el registro se descubre que el hombre misterioso lleva consigo un rifle y se supone que es un asesino francotirador (aunque él no ha puesto la bomba), es entonces que el hombre ataca al copiloto Sugisaka y se introduce en la cabina para obligar a que el avión cambie el rumbo. Es entonces que más pájaros se matan lanzándose contra el avión y aparece un extraño objeto rodeado de una potente luz que provoca que el avión se estrelle. Después del choque, Sugisaka descubre que el piloto y el hombre misterioso están muertos pero el resto ha sobrevivido. Incluido el joven que ha puesto la bomba que huye para esconderla. Por la radio oyen que los buscan de manera infructuosa ya que no saben que se desviaron de curso y les dan por muertos. Pero como Tokiyasu grita de manera histérica ellos no están muertos y de hecho se van a enfrentar a una pesadilla que les hará desear estarlo.
Uno de los (pocos) defectos que tiene Goke es que insiste demasiado en publicitar su mensaje pacifista de manera que hay momentos en los que se impone a la trama que incluye varias referencias a la Segunda Guerra Mundial y a la guerra de Vietnam. Es como si los guionistas Kyuzo Kobayashi y Susumu Takaku no estuviesen seguros de que sus intenciones quedasen lo suficientemente claras y te machacan con su mensaje anti-belicista hasta la saciedad. Es un caso parecido a lo que hizo Narciso Ibáñez Serrador en ¿Quién puede matar a un niño? (1976), en la cual Serrador introduce imágenes documentales al principio de la película para que nos quede claro de que va la cosa. No tengo nada contra el mensaje pacifista pero cuando parece que cada cinco minutos uno de los personajes habla de lo terrible e inhumana que es la guerra se hace algo pesado, ya sabemos que es terrible e inhumana. Otro "pero" que se puede encontrar a la película radica en la caracterización de los personajes, algo exagerada y falsa en ocasiones. Se plantean bien las situaciones de tensión y conflicto, cuyo único objetivo parece ser mostrar cuán bajo puede caer el género humano (excepto Sugisaka y Kuzumi que se mantienen libres de pecado durante la película), pero algunas de las situaciones caen en el ridículo. Por ejemplo, Tokiyasu chantajea con la poca agua que les queda al senador Mano para que confiese a los demás pasajeros el chanchullo de corrupción que tenían montados entre los dos mientras Mano suplica y llora por un poco de agua. El caso es que Mano reacciona como si llevasen días perdidos en el desierto cuando en realidad sólo llevan unas pocas horas allí, lo cual hace que la escena pierda credibilidad a pesar de intentar justificarlo diciendo que Mano ha bebido mucho whisky y eso lo ha deshidratado.
Pero vayamos con los aciertos de la película. Goke es un film de ciencia ficción pero con unos toques de terror. La ambientación con ese cielo color sangre ya la hace destacar sólo empezar, pero realmente destaca en los momentos en los que muestra su amenaza extraterrestre. Una especie de masa proteíca gris que se introduce dentro de sus huéspedes convirtiéndolos en vampiros que chupan toda la sangre de sus víctimas. A medida que el número de supervivientes se va reduciendo va aumentado la tensión y el miedo, exacerbado además por no saber o querer saber lo que está pasando. Es en estas secuencias que el espectador se ve absorbido por el suspense de la historia que se desarrolla ante nuestros ojos.
Así, a pesar de sus fallos, Goke es una película tremendamente interesante de ver ya sea por su estética o por las imágenes únicas que crea para el espectador. Os dejo aquí una de esas escenas, cuyo inicio no incluido muestra un fallo de guión, que resulta un aperitivo de lo que os podéis encontrar.
Esta película dirigida por Juan Miñón y escrita por Jesús Beltran, Juan Francia, Javier Miñón y Juan Miñón se estrenó en 1993 siendo vista por decenas de personas. Tal vez menos. Fue popular en su momento por estar protagonizada por Marta Sánchez que estaba rodeada de habituales del cine español como Javier Gurruchaga, Gabino Diego, Neus Asensi o la incombustible Chus Lampreave. Como digo, fue popular por la aparición de Marta Sánchez pero por poco más, ya que la película fue un monumental fracaso de taquilla y crítica. Su director salió a la palestra diciendo que lo que él había hecho era una película de culto. Pero, amigo Miñón, para que una película sea de culto ha de tener unos seguidores fanáticos que la veneren, por eso se llama "de culto", no basta con que uno lo diga. Puede que uno de los factores por los que la película fracasó fuera que Marta Sánchez no es precisamente Olivia de Havilland y todo lo que uno podría querer ver de Marta Sánchez ya salió en un mítico número de Interviú (por lo menos en mi caso, supongo que no hay que descartar a los fans de su faceta como cantante). Pero la película tiene otros problemas y sería injusto descargar toda la responsabilidad sobre la apetecible Marta porque hay para todos.
La cantante Fénix (Sánchez) vuelve a la ciudad tras una gira triunfal por el Japón. El Conde Nado (un ejemplo del fino humor de la película) (Gurruchaga) está obsesionado con Fénix desde que ella lo abandonó. Por ello el Conde ha secuestrado a la científica Avelina (Lampreave) para que le construya una réplica cibernética: Supernova. El plan es sustituir la réplica por la auténtica Fénix. Por su lado, Saturnino (Diego) es un comando encargado de eliminar los esnufers, unas criaturas mutantes que plagan la ciudad cuyas escenas están filmadas con sorprendente torpeza, que está perdidamente enamorado de Fénix y hace lo posible por enamorarla.
Supernova es una película mediocre, una comedia que no hace gracia. Ni siquiera es lo suficientemente bizarra para ser la película de culto que asegura su director que es. Los actores se pasean por la pantalla, soltando sus frases y luego corren a cobrar su cheque. El diseño de producción, muy de los años noventa, no resalta en ningún aspecto. Es una de esas películas que mientras la ves te dan ganas acelerarla con el mando del vídeo.
El guión mezcla diferentes ideas con la intención de homenajear clásicos de la ciencia-ficción y maravillas como La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, James Whale, 1935) pero todos los chistes y diálogos caen planos en el suelo. Ni siquiera una sonrisa de simpatía me provocó esta película.
Realmente no puedo recomendarla ni como diversión basura. Vedla por vuestra cuenta y riesgo.
No he encontrado ningún vídeo relacionado con la película, tampoco es que haya buscado mucho. Para quitar el mal sabor de boca os dejo con un tema de You Say Party! We Say Die!
En 1981 Lucio Fulci se apartó de las animaladas gore con muertos vivientes para dirigir El gato negro (Black Cat (Gatto nero)), una curiosa película de suspense paranormal inspirada en el relato homónimo de Edgar Allan Poe.
El relato ya había sido llevado al cine anteriormente por Roger Corman en 1962 dentro del filme antológico Historias de terror (Tales of Terror) y por Albert S. Rogell en 1941 en el filme El gato negro (The Black Cat). Pero siendo justos no es hasta el díptico Los ojos del diablo (Two Evil Eyes aka Due occhi diabolici, 1990) cuando veremos una gran adaptación de este relato de Poe hecha por uno de sus mayores fans: Dario Argento. Es esta adaptación por la que vale la pena ver el filme ya que el cuento que abre la película ("Los hechos en el caso del señor Valdemar") es una mediocre adaptación llevada a cabo por George A. Romero en un trabajo muy torpe del en otras ocasiones brillante director.
Volviendo al filme de Fulci, éste esta sólo inspirado en el cuento de Poe y aunque aparecen momentos que también aparecen en el cuento, toda la trama y el argumento fue inventado por Fulci y Biagio Proietti. Ellos idearon la historia de un gato asesino que mata personas de manera que parezcan accidentes. El gato pertenece al profesor Robert Miles (Patrick Magee) cuyas investigaciones dentro del campo de lo paranormal podrían ser la causa de los asesinatos. Hasta que punto es el profesor Miles el que domina el gato con el poder de su mente o es el gato el que domina al profesor Miles es algo que intentará descubrir la fotógrafa Jill Trevers (Mimsy Farmer), la primera en darse cuenta de que hay algo que no acaba de encajar en las extrañas muertes. Para ello contará con la ayuda del inspector Gorley (David Warbeck) recién llegado de Londres.
La película, aunque contiene las habituales muertes mostradas con ensañamiento, tiene un regusto a las películas de la Hammer. Tal vez por su ambientación, la película transcurre en un apartado pueblecito inglés, o por la seriedad con que los actores se enfrentan a una trama completamente absurda. Uno de mis momentos absurdos favoritos es cuando con toda seriedad el inspector Gorley dice que aunque se ha encontrado una llave fuera el laboratorio ha determinado que la puerta fue cerrada por dentro. Cómo lo han determinado es todo un misterio para mí, siempre había pensado que una puerta se cierra igual por dentro que por fuera. Pero dejando estos detalles a parte, ciertamente la película resulta absorbente simplemente por los esfuerzos que hace uno por intentar adivinar qué demonios está pasando.
Entre el reparto destaca Patrick Magee como el profesor Robert Miles. Si recordáis la interpretación de Magee en el clásico de Stanley Kubrick La naranja mecánica (A Clockwork Orange, 1971) ya os podréis hacer una idea de lo que ofrece en esta. Realmente, te crees que el hombre está loco. Cada vez que sale en pantalla parece que saldrá corriendo gritando como un demente. Por otro lado tenemos a David Warbeck, que aunque era inglés parecía siempre salido de un western. Nada más diferente de como era fuera de la pantalla, tremendamente divertido e ingenioso. Solo tenéis que escuchar el comentario que grabó junto a Catriona MacColl para la edición en DVD de otro clásico de Fulci: El más allá (E tu vivrai nel terrore - L'aldilà, 1981). Por cierto, en El gato negro, aparte de Warbeck, tenemos a otro actor que también aparecerá en El más allá: Al Cliver, que en El gato negro interpreta a uno de los policías que trabaja con el inspector Gorley.
Ésta es una película de Fulci que podrán disfrutar aquellos que no tengan estómago para los desmelenes más salvajes del maestro pero que tampoco decepcionará a los fans del Fulci más cafre. Se puede encontrar fácilmente en DVD tanto en España como de importación de Estados Unidos. Yo personalmente me compré la edición inglesa que sacó el sello Shameless.
Daba un poco de miedo, pero en realidad no era malo. Creo que lo único que quería era cariño, sentirse querido y amado.
Marilyn Monroe sobre la Criatura en La tentación vive arriba (The Seven Year Itch, Billy Wilder, 1955)
El otro día me di cuenta, mientras buscaba alguna película para comentar, que no había hablado de una de mis películas favoritas, una película cuyo título original usé para bautizar mi blog: La mujer y el monstruo (Creature from the Black Lagoon, Jack Arnold, 1954).
La idea original para la película se le ocurrió al productor William Alland durante una fiesta en la que oyó a alguien hablar de una supuesta criatura mitad pez mitad hombre que se había encontrado en México. Alland pensó que sería interesante hacer una película con semejante criatura haciendo una especie de versión encubierta de King Kong (Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933). Se hicieron varios tratamientos y este concepto original cambió para cuando Arthur Ross y Harry Essex escribieron el guión definitivo que entonces se titulaba simplemente Black Lagoon.
Para dirigir la película Alland contrató a Jack Arnold que anteriormente había dirigido con gran éxito otra producción de Alland: Llegó del más allá (It Came from Outer Space, 1953). Procedente también de esta película se contrató como protagonista masculino a Richard Carlson que en Creature interpreta al Dr. David Reed. Como protagonista femenina se eligió a Julia Adams que en aquel momento estaba bajo contrato en la Universal. Pero la auténtica protagonista de la película es la Criatura, obviamente. El trabajo en ella fue llevado a cabo por el equipo de maquillaje de la Universal que dirigía Bud Westmore, pero el mérito del fabuloso diseño de la criatura es de la artista Millicent Patrick. Patrick estaba muy orgullosa de su creación, y con razón, y los estudios la llevaron de promoción para que diera entrevistas y hablara sobre la Criatura. Bajo la piel de la Criatura estaban Ben Chapman para las escenas en tierra y Ricou Browning para las escenas bajo el agua.
Hay diversos detalles que elevan Creature from the Black Lagoon por encima del resto de películas de monstruos de la época. Uno de los principales fue la introducción de un subtexto social en la película por parte de Jack Arnold, algo que también hizo en It Came from Outer Space, consistente en un mensaje ecológico, algo muy extraño para una época en la que no había la misma conciencia ecológico que hay ahora. Este subtexto ecológico se transmite a través de las diversas acciones que llevan a cabo los científicos en la Laguna Negra y las consecuencias de los mismos. Otro detalle es que se genera simpatía hacia la Criatura que ataca como reacción a lo que está sucediendo en su hogar y no porqué es una malvada bestia sedienta de sangre.
Es cierto, la Criatura no es un monstruo sediento de sangre... pero sí de otra cosa: de la bella Julia Adams. De forma bastante comprensible la Criatura queda prendada de Julia Adams en una de las más memorables escenas de la película. Adams salta al agua desde el barco explorador que llevan los científicos a la Laguna Negra. Adams empieza a nadar por la laguna vestida con un bañador blanco (especialmente hecho para la película) y la Criatura la observa desde el fondo de la laguna. Al poco la empieza a imitar y seguir, la Criatura está absolutamente fascinada por Adams. Para incrementar las implicaciones sexuales en la escena, Arnold filmó a Adams a contraluz desde el fondo de manera que pareciera que va desnuda. Los siguientes intentos por parte de la Criatura de relacionarse con Adams serán interpretados como ataques.
La película fue originalmente filmada en 3-D pero gracias a la dirección de Arnold no se nota. Es decir, que no hay los típicos planos de objetos agitados en primer plano para provocar una reacción en el espectador. La película fue un tremendo éxito y fue seguida inmediatamente por una secuela también dirigida por Jack Arnold: Revenge of the Creature.
Revenge of the Creature se estrenó en 1955. Esta vez el productor William Alland sí aplicó el esquema de King Kong. Un grupo de científicos captura a la Criatura y la lleva a Florida, donde es metida en un tanque para ser sometida a experimentos. Como os podréis imaginar la Criatura se escapará provocando el caos. Al igual que en la primera entrega, los motivos de la Criatura se justifican y después de ver los experimentos y acondicionamentos a los que es sometida entendemos que quiera escapar y estirar las piernas. La Criatura fue interpretada de nuevo por Ricou Browning para las escenas submarinas y por Tom Hennesy en las escenas en tierra. Ambos hacen un cameo en pantalla sin traje. Quién también hizo una breve aparición en pantalla fue un por entonces desconocido Clint Eastwood como uno de los técnicos del laboratorio. Los afectos de la Criatura fueron dirigidos esta vez hacia Lori Nelson, una ictióloga por la que también se siente atraido el protagonista masculino John Agar, que también protagonizó otro clásico de Jack Arnold: Tarantula.
Hay que destacar que las mujeres en ambos filmes son algo más que objetos de adoración: son científicas y trabajan en igualdad de condiciones que los hombres. Algo que entonces sólo se veía en estas producciones de terror y ciencia-ficción.
La Criatura hizo una tercera aparición en The Creature Walks Among Us. Estrenada en 1956, fue dirigida por John Sherwood. Esta vez cuando la Criatura es capturada por un grupo de científicos es quemada accidentalmente. Como resultado se le hace una operación de emergencia que la convierte en más humana y pierde sus habilidades submarinas. Entre los actores protagonistas tenemos a dos nombres familiares entre los aficionados a la ciencia-ficción: Jeff Morrow y Rex Reason, Exeter y el doctor Carl Meacham respectivamente en Regreso a la Tierra (This Island Earth, Joseph M. Newman, 1955). La protagonista femenina en esta ocasión fue Leigh Snowden. Si bien es más floja que las dos anteriores películas, no carece de interés. Cuanto más humana es la Criatura, más solitaria y desgraciada es, ya que no encaja en ningún lugar, especialmente significativos son los momentos en que la Criatura deambula mirando al mar con tristeza y añoranza.
Creature from the Black Lagoon es un maravilloso clásico que nunca te cansas de ver. Con sus adecuadas dosis de suspense y sentido de la maravilla, ha sido muy imitada pero nunca igualada. Desde hace décadas se trabaja en hacer un remake, que en los ochenta se habló que podría dirigir John Carpenter. Finalmente parece que el año que viene la Criatura volverá a las pantallas. De momento podéis disfrutarla en DVD editada por Universal. De importación podéis encontrar un pack con las tres películas.
En los inicios del cine sonoro la Universal (y otros estudios) filmaba versiones hispanas de sus películas para el mercado sudamericano ya que no tenían la costumbre de doblar las películas. Se aprovechaban los decorados de la versión en inglés y se contrataban actores de habla hispana. Así, en 1931, mientras Tod Browning rodada durante el día Dracula con Bela Lugosi, por las noches George Melford y Enrique Tovar Ávalos (que ayudaba a Melford ya que éste no hablaba español) rodaban Drácula con Carlos Villarías como el conde Drácula.
Lo curioso de este caso es que la versión hispana es muchísimo mejor que la más conocida inglesa, solo hay que comparar las dos para darse cuenta. La principal diferencia salta a la vista: mientras que Tod Browning filma la película como si fuera una obra de teatro, la versión hispana aprovecha al máximo los movimientos de cámara y el lenguaje cinematográfico además de mostrar una bien aprovechada influencia del Nosferatu (Nosferatu, eine Symphonie des Grauens, 1922) de F.W. Murnau. La versión hispana está dotada de fuertes dosis de erotismo cortesía de Lupita Tovar, mientras que la versión inglesa es muy puritana en ese sentido y no hay contenido sexual.
Para acabarlo de redondear, la versión hispana dura como media hora más ya que cierra diferentes aspectos de la historia que quedan inconclusos o ignorados en la versión inglesa, haciendo más evidentes las carencias de esta última.
Creo también que otra de las razones por las que funciona mejor la versión hispana es que la cultura latinoamericana tiene una mejor comprensión de la muerte como algo inherente a la existencia que los americanos. Es más, los productores de Dracula no estaban seguros de que una película con contenido sobrenatural fuese a ser aceptada por la audiencia ya que hasta aquel momento todas las películas de terror tenían un criminal humano como responsable, es decir, había una explicación lógica para todo. Los productores temían que la audiencia no se creyera una película que trata sobre cosas que no existen como los vampiros. Absurdo pero cierto.
Para los curiosos, esta versión hispana está incluida en el pack Dracula - The Legacy Collection que incluye además: Dracula's Daughter (Lambert Hillyer, 1936), Son of Dracula (Robert Siodmark, 1943) y House of Dracula (Erle C. Kenton, 1945).
No sé si a alguno de vosotros os suena un personaje llamado Indiana Jones. Es una aventurero arqueólogo nacido del reciclaje de varios seriales de aventuras de los años treinta y cuarenta que ha protagonizado cuatro películas, varios videojuegos, una serie de televisión, novelas y demás cosas. ¿Sí? ¿Os suena?
Hoy hablo de él porque Norma Editorial empezó desde el estreno de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal ha publicar de manera exhaustiva las aventuras que ha vivido Indiana Jones en los cómics. Empezó con lo más reciente como la adaptación de la cuarta entrega al cómic o la miniserie Indiana Jones y la tumba de los dioses. La razón principal de mencionarlo hoy aquí es que a través de una serie de Omnibuses (como los protagonizados por Buffy) ha empezado a publicar material más antiguo. El primer tomo empezaba con la reedición de Indiana Jones y las llaves de Atlantis, una magnífica miniserie considerada durante mucho tiempo como la cuarta entrega de las aventuras del arqueólogo (y supongo que algunos todavía lo hacen) y que adaptaba el videojuego Indiana Jones and the Fate of Atlantis. Es posible que muchos la recordéis porque fue publicada en su momento por Norma a principios de los noventa (creo recordar comprarla allá por el 92, coincidiendo con la Olimpiada).
Pero lo mejor es que a partir del tercer volumen han empezado a publicar la etapa Marvel de Indiana Jones, empezando por la adaptación al cómic de En busca del arca perdida y siguiendo con Las nuevas aventuras de Indiana Jones. De nuevo, los veteranos recordaréis la serie ya que fue publicada por Forum a finales de los ochenta.
En su momento me hice con algunos números de la serie publicada por Forum, pero no sé como los perdí en una mudanza o están en el fondo de alguna caja bajo un montón de viejos números de Daredevil, el caso es que no los encuentro. El valor de estos cómics, al menos para mí, es puramente nostálgico. Hay algunos bastante divertidos como el que transcurre en una delirante España de los años treinta imaginada por un guionista y un dibujante americanos en los ochenta y también me ha sorprendido lo bien que recordaba algunas de las historias a pesar del tiempo transcurrido desde que las leí. Una cosa buena que tienen es que recuperan personajes de la primera película; especialmente afortunada es la incorporación de Marion Ravenwood, la mejor de las Indy Girls, continuando su relación con Indiana siguiendo el modelo "los que se pelean se desean".
Es cierto que las historias que a los nueve años me resultaban epatantes ahora han perdido capacidad de impacto y resultan más entrañables que otra cosa, pero no dejan de tener su gracia. Siendo objetivo diría que Indiana Jones y las llaves de Atlantis sigue siendo a día de hoy la mejor aventura de Indiana Jones en cómic.
El cuarto volumen del Omnibus Indiana Jones acaba de salir a la venta. Es una buena manera de recuperar un trozo de infancia. Y hay que reconocer también que los cómics son muchísimo mejores que aquellos libros de Escoge tu propia aventura con Indiana Jones. De éstos libros tenía cuatro y una vez pasados se hacían bastante aburridos. Además cometían el error de que tú no eras Indiana Jones sino un niñato que lo acompañaba en sus aventuras. En fin, de nuevo recomiendo la compra de los Omnibus Indiana Jones, especialmente a los fans del personaje.
Hace unos añitos me encontraba vagabundeando por un videoclub mirando a ver si encontraba algo que valiese la pena. Y mira tú que mis ojos se detuvieron en una carátula que mostraba a una mujer ligera de ropa con una especie de vampiro que se le echaba encima sobre un fondo blanco. Miré el título que acompañaba a semejante muestra de arte caratulero: El regreso de los vampiros vivientes. Sonreí ante la desfachatez de los distribuidores de intentar aprovecharse del clásico de George A. Romero cuando me fijé que éste mismo era el director de esa película. La alquilé y por fortuna lo que me encontré era muy diferente de lo que prometía la carátula.
Martin es una película ambigua. Producida en 1977, trata sobre un vampiro que se adapta a las exigencias de la vida moderna o sobre un asesino en serie que se cree un vampiro. Martin (John Amplas) está convencido de que es un vampiro y se dedica a buscar atractivas mujeres a las que desangrar. Su tío Cuda (Lincoln Maazel) también cree que Martin es un vampiro así que llena la casa de ajos y cruces y de protecciones contra los vampiros. Martin tiene además una serie de flashbacks que transcurren a principios del siglo XX o finales del XIX en los que vemos a Martin huir de furiosos campesinos, igual que en las películas clásicas de la Universal.
Personalmente creo que Martin es un asesino en serie cuya particular manía es que se cree un vampiro. Aunque también se puede argumentar que el hecho que Martin se crea un vampiro lo convierte en un vampiro. La ambigüedad, como he dicho, es parte central de la película. El filme también trata sobre el fanatismo religioso y la superstición ciega y el peligro que entraña.
En pocas palabras, Martin es una de las mejores películas de George A. Romero, completamente alejada del mundo de los zombis. Capaz de imbuir sentimientos de compasión por su asesino protagonista al mismo tiempo que nos horroriza con sus acciones. Al fin y al cabo su tío Cuda es tan culpable de su actos como Martin mismo ya que va alimentando su fantasía con sus intentos de dominarlo.
Existen diversas ediciones de Martin en DVD. Yo encontré una edición de la inglesa Arrow Films de dos discos a muy buen precio.
El músico/cirujano/aventurero Buckaroo Banzai surge del mismo caldo de cultivo del que surgieron la saga Star Wars e Indiana Jones: los seriales y pulps de los años 30 y 40, más concretamente de las aventuras de Doc Savage entre otros. Pero al contrario que las creaciones de la casa Lucas, Buckaroo Banzai no corrió la misma suerte en taquilla. En su momento fue un fracaso pero su naturaleza alegremente bizarra hizo que se convirtiera con el tiempo en pieza de culto y generadora de club de fans y merchandising vario.
Las aventuras de Buckaroo Banzai (Peter Weller) en la octava dimensión empiezan durante un experimento con su nueva creación: el Jet Car. Durante su primera puesta en marcha pasa fugazmente por la octava dimensión, pero lo que Buckaroo no sabe es que ésta sirve de cárcel para los habitantes del Planeta 10. El malvado Lord John Whorfin (John Lithgow), líder de los Lectroides Rojos, descubre el logro de Buckaroo y pondrá en marcha un plan para hacerse con el Jet Car y liberar a los criminales que habitan la octava dimensión. Es entonces que los gobernantes del Planeta 10 amenazan con destruir la Tierra si Buckaroo no pone fin a las intenciones de Lord John Whorfin.
El creador de Buckaroo Banzai fue el guionista Earl Mac Rauch. Originalmente tituló su guión simplemente Buckaroo Banzai, pero los ejecutivos de la Twentieth Century Fox (que no acababan de entender de que iba todo aquello) exigieron retitular la película a como se la conoce ahora para hacerla "más comprensible" para la audiencia. Después de que el fracaso en taquilla de la película impidiera llevar a cabo la proyectada secuela Buckaroo Banzai Vs. The World Crime League, Earl Mac Rauch ha intentado durante años que le produjeran una serie de televisión sobre el personaje. Otro impedimento para la secuela es los problemas legales y de derechos producidos a raíz de la quiebra de Sherwood Studios, productora de la película, que también impidieron hacer una secuela después del éxito de Buckaroo en el mercado doméstico.
El director fue W.D. Richter, también guionista de La invasión de los ultracuerpos (Invasion of the Body Snatchers, Phillip Kaufman, 1978) y Gran golpe en la pequeña China (Big Trouble in Little China, John Carpenter, 1986), que estuvo en perfecta sintonía con el material de Rauch, no muy diferente de Gran golpe en la pequeña China, y traduce en fantásticas imágenes el guión. Peter Weller encarna a la perfección Buckaroo Banzai y el resto del reparto también disfruta en su interpretación de los compañeros de Buckaroo, los Hong Kong Cavaliers: Jeff Goldblum, Clancy Brown y Lewis Smith son New Jersey, Perfect Tommy y Rawhide. Entre los villanos, John Lithgow y Christopher Lloyd ofrecen una memorablemente divertida interpretación. La única pega que le pongo al reparto es la elección de Ellen Barkin como Penny Priddy, ya que no parece que acabe de encajar con el resto, le falta un poco de tempo cómico y las escenas dramáticas las exagera un pelín.
Desde Regreso al futuro (Back to the Future, Robert Zemeckis, 1985), cuya máquina del tiempo es una réplica del Jet Car, hasta El club de la lucha (Fight Club, David Fincher, 1999) pasando por The Life Aquatic with Steve Zissou (Wes Anderson, 2004) y Desafío Total (Total Recall, Paul Verhoeven, 1990) sin olvidarnos de la serie Star Trek: The Next Generation; son diversas las películas y series de televisión que han hecho un guiño a Buckaroo Banzai o mostrado la influencia que ha tenido en ellas. Sus descacharrantes diálogos y su argumento surrealista han hecho de esta película una continua fuente de placer cinematográfico. No dejéis que pase un día más sin que hayáis disfrutado de esta gema y comprad una copia del DVD de importación pero ya.
Esta producción canadiense de 1974 posiblemente es una de las películas más influyentes en la historia del género del cine de terror. Recogiendo los hallazgos del giallo post-Dario Argento, Bob Clark en la dirección y Roy Moore en el guión crearon una perfecta película de suspense. Película que fue una influencia decisiva en John Carpenter para crear otro gran clásico: La noche de Halloween (Halloween, 1978). Y supongo que fue porque la película es canadiense y no estadounidense, pero cuando incluyeron Halloween en la National Film Preservation Board por su influencia en el cine deberían haber incluido también Navidades negras (Black Christmas).
La película se inicia con un elaborado plano-secuencia en primera persona de un desconocido de clásicas manos enguantadas que se introduce en el ático de una residencia femenina. Desde ese momento las chicas empiezan a recibir una serie de perturbadoras llamadas que no son las que podría hacer un pervertido típico coincidiendo con la desaparición de Clare (Lynne Griffin). Pero no es hasta que una chica de 13 años desaparece que la policía empezará a investigar en serio qué es lo que sucede. Sin embargo, los asesinatos continuarán a pesar de sus esfuerzos. Este es, muy resumido, el argumento principal de la película, pero analicemos los elementos que han hecho del filme un clásico.
Uno de los elementos fundamentales para que la película siga resultando efectiva hoy día y continúe provocando una innegable angustia es lo poco que se sabe del asesino durante la película. Como siempre que aparece lo hace con cámara subjetiva, no tenemos ninguna información del asesino lo que pone a trabajar la imaginación que siempre ofrece resultados tremendamente inquietantes (por lo menos en mi caso). Nuestra única fuente de información sobre el asesino son las llamadas que hace a las chicas de la hermandad, con lo cual no podemos estar seguros de que nada de lo que dice sea verdad. Y ya que las mencionamos, hablemos de las llamadas: son angustiantes a más no poder. Uno puede sentir la locura goteando del teléfono cada vez que "Billy" hace acto de presencia. La mezcla de voces que se supone hace una sola persona con problemas resulta perturbadora en su habilidad para meterse bajo nuestra piel. Luego tenemos los asesinatos, realizados con tremendo estilo aunque no os imaginéis nada muy sangriento o gore.
El reparto está encabezado por Olivia Hussey que encarna a Jess, la chica protagonista. Además de la posibilidad de ser perseguida por un asesino, Jess se ha de enfrentar a su novio Peter (Keir Dullea) ya que ella quiere abortar para poder seguir estudiando pero Peter quiere obligarla a llevar a término el embarazo. Estos elementos de drama contribuyen a la construcción de los diferentes personajes haciéndolos más interesantes. Hussey nos ofrece una Jess decidida, inteligente e independiente que se enfrenta a un temperamental Dullea como Peter. Tenemos también al gran John Saxon interpretando al teniente Fuller que se encarga de investigar el caso. Saxon está estupendo como siempre que se encarga de papeles de policía. Destaca también una joven Margot Kidder encarnando a uno de los personajes más memorables: la estudiante alcohólica Barb. Finalmente mencionar a Art Hindle, que interpreta al novio de la desaparecida Clare, que a algunos os resultará familiar por ser el protagonista de Cromosoma 3 (The Brood, 1979) de David Cronenberg.
Black Christmas es una obra maestra cargada de suspense que además fue una de las mayores influencias a la hora de crear lo que sería conocido como el género slasher. Como no podía ser de otra manera en los tiempos que corren la película fue víctima de un remake. Estrenada en el 2006, la versión "moderna", también conocida como Black X-mas, es un desastre de principio a fin. El filme meticulosamente desecha todo aquello que hizo de la original un clásico. El director y guionista Glen Morgan decidió convertir Black Christmas en un típico y tópico slasher sin ningún interés. Toda la acción se concentra en una sola noche, durante la Nochebuena, con lo cual tenemos que sufrir a una serie de anónimos personajes (si bien muy monas todas ellas) deambular arriba y abajo de la casa esperando a que las maten. Se nos ofrece toda la biografía del asesino, la típica de niño maltratado que mata a su familia y vuelve a casa por Navidad. De hecho, parece más un remake encubierto de Halloween que de Black Christmas. Es una lástima, porque las actrices protagonistas resultan convincentes a pesar del pobre guión con el que tienen que trabajar; los efectos especiales y los asesinatos están bien hechos y Morgan demuestra tener más habilidad como director que como guionista. Sin embargo, el asesino que supuestamente nos tiene que asustar resulta más ridículo que otra cosa y el guión resulta predecible hasta la náusea. Un completo desastre.
Existen varias ediciones en DVD de Black Christmas (la original). Yo personalmente me quedé con la edición británica que sacó Tartan.
Llegó la hora para otro glorioso slasher ochentero. En este caso: Cumpleaños mortal (Happy Birthday to Me), una joya de 1981. La película se puso en marcha gracias al éxito que había tenido la obra maestra San Valentín sangriento (My Bloody Valentine, George Mihalka, 1981). Cuando vieron el dinerito que les estaba dando ése clásico del slasher, el equipo de productores se volvió hacia el calendario en busca de otro día festivo susceptible de ser convertido en masacre. Finalmente se decidieron por el cumpleaños, que es algo que casi todos celebramos.
Tal vez fue porque el género estaba en sus inicios y todavía no se había quemado o tal vez fue porque simplemente le apetecía pero puede que a algunos les sorprenda que J. Lee Thompson mostrara su interés en ponerse al frente del proyecto. El director de clásicos como El cabo del terror (Cape Fear, 1962), Los cañones de Navarone (The Guns of Navarone, 1961) y dos entregas de la saga del Planeta de los Simios hizo, como no podía ser de otra forma, un soberbio trabajo, elevando el guión y diseñando escenas cargadas de suspense. Y el hecho que J. Lee Thompson estuviera tras las cámaras contribuyó a que una estrella del cine clásico como Glenn Ford trabajara unos días en la película interpretando al Dr. David Faraday. Ford, profesional consumado, hace un gran trabajo que destaca aún más al lado del resto del reparto, más joven e inexperto. También hemos de mencionar a la protagonista, Melissa Sue Anderson, que quería romper con la imagen puritana que se había ganado por su trabajo en La casa de la pradera protagonizando esta película.
La película se centra en un grupo de amigos estudiantes que forman una especie de club propio marcadamente snob. A medida que hechos de su pasado empiecen a aflorar y se vaya acercando la fecha de su cumpleaños, Virginia (Anderson) verá como ella y sus amigos son perseguidos por un misterioso asesino que los va matando uno a uno de varias y desagradables maneras. El doctor Faraday (Ford) investigará que sucede temeroso de que a Virginia se le esté yendo un poquito la olla.
La película tiene suficientes giros argumentales y dosis de misterio para mantener en todo momento al espectador interesado. Lee, como ya he mencionado antes, sabía como crear una buena escena de suspense. Sin embargo, tanto el tráiler como el póster se centran exclusivamente en promocionar los sangrientos asesinatos que pueblan la película en lugar de destacar todos sus valores. Bueno, la jugada les funcionó y Cumpleaños mortal fue otro gran éxito pero si la película sigue siendo popular hoy no es solo por los asesinatos sino también por todo el excelente trabajo que se hizo tras las cámaras.
De momento en la península ibérica sólo se editó en VHS y no hay edición en DVD aún. Yo me hice con la edición que sacó Anchor Bay, íntegra y con la música original con gran calidad de audio e imagen, pero tened en cuenta que no tiene subtítulos en castellano.
Con sólo dos temporadas, The Flight of the Conchords es una de las series de televisión más divertidas que recuerdo. El dúo musical Flight of the Conchords creó y protagonizó esta serie, en la que se interpretan a si mismos "Seinfeld style", reciclando algunas de las historias y conceptos que habían creado para una serie cómica en la radio británica BBC Radio 2 (disponible en The BBC Radio Series: Flight of the Conchords) a los que incorporaron nuevas ideas.
La trama de la serie gira en torno a los esfuerzos de Jemaine y Bret (Jemaine Clements y Bret McKenzie, o sea, Flight of the Conchords) para triunfar en Nueva York. Gran parte de la comicidad trata de como Bret y Jemaine se mueven en un mundo extraño para su carácter neozelandés y sus reacciones frente a situaciones más o menos comunes. El resto se basa en el surrealismo y los descacharrantes números musicales que hay en cada episodio. Si habéis visto Be Kind Rewind os podréis hacer una idea de a lo que me refiero (de hecho, Michel Gondry dirigió uno de los episodios). Una de las cosas que hace destacar a la serie es la habilidad para integrar los números musicales de manera que surjan de forma natural.
Las canciones son todas muy divertidas y en algunos casos parodias de baladas, canciones pop de contenido social o hip hop. Además, son también bastante buenas aparte de divertidas. De hecho, la razón por la que la serie sólo tiene dos temporadas es que Flight of the Conchords ha preferido centrarse en su carrera musical y están grabando un nuevo disco ahora mismo (hasta ahora han editado cuatro sin contar el recopilatorio de la serie radiofónica).
Es posible que el humor freak naïf de esta serie no sea para todos los gustos, pero si entráis en la onda disfrutaréis mucho con esta peculiar comedia televisiva. Os dejo unos números musicales procedentes de la serie para que le vayáis cogiendo el gusto.
Esta maravilla de 1987 fue dirigida por Tibor Takács, el mismo director de la maravilla de culto Lecturas diabólicas, y escrita por Michael Nankin. La película sorprende por ser una película de terror protagonizada por niños pero que no resulta infantil y tiene muchos momentos realmente inquietantes a pesar de que estaba dirigida originalmente a un público juvenil. The Gate sigue siendo también muy disfrutable hoy en día gracias a sus increíbles efectos de stop-motion que si en el momento que vi originalmente la película en vídeo ya me alucinaron, cuando la he vuelto a repasar me quedé de nuevo de piedra pensando ¿cómo demonios lo hicieron? Bueno, lo explican en el DVD, pero ya me entendéis.
Glen (Stephen Dorf en su debut en pantalla) y Terry (Louis Tripp) descubren una mañana un agujero en el jardín de la casa de Glen en el que encuentran una extraña piedra. Entonces Terry descubre escuchando un disco de un desaparecido grupo de heavy metal que se trata de una puerta al infierno y que si se abre se liberarán fuerzas demoníacas que dominarán la Tierra. Glen, Terry y la hermana de Glen, Al (Christa Denton), harán lo posible por impedirlo mientras se enfrentan a muertos vivientes, pequeños demonios y otras manifestaciones sobrenaturales.
La película está llena de detalles geniales. El hecho de que todas las claves se encuentren en un misterioso disco de heavy metal es absolutamente genial desde mi punto de vista, ya que es un concepto perfectamente lógico y aceptable para la mente de un adolescente. Las leyendas que circulan alrededor de los grupos satánicos son realmente irresistibles desde que a finales de los sesenta empezaron a surgir grupos de rock satánico o Black Rock como Coven que incluía en su excelente álbum debut de 1969 Witchcraft Destroys Minds & Reaps Souls una misa negra así como llenaba sus discos de símbolos satánicos.
Otro de los detalles que le añaden emoción a la película es ir viendo como se van cumpliendo todas las condiciones para que se abra la puerta infernal una a una a pesar de lo que hagan los protagonistas. Y lo más memorable son, como ya he mencionado antes, las criaturas que pueblan la película.
No penséis que porque es una película protagonizada por chavales no será una película de terror interesante. Aunque es cierto que no me asustó como me asustó de pequeño, sigue teniendo momentos memorables como cuando se descubre a un zombi que vive entre las paredes de la casa de los protagonistas. De hecho, cambiando solo la edad de los personajes podría ser perfectamente una película de terror para "adultos".
La edición en DVD que podéis encontrar editada en España es bastante, bastante mala. Recomiendo la edición especial que sacó Lion's Gate: The Gate: Monstrous Edition.
Cthulhu bendiga el DVD. El estudio británico Shameless, especializados en exploitation, editó el año pasado Baba Yaga de Corrado Farina por primera vez de forma íntegra. Ya existía una edición a cargo de Blue Underground, pero es la de Shameless la que ofrece la película tal y como quería el director que fuera vista.
En Baba Yaga, Corrado Farina adapta uno de los álbumes de Valentina, el cómic erótico-surrealista-aventurero creado por Guido Crepax, y si bien cambia algunos personajes y partes de la historia, lo hace permaneciendo fiel a la obra de Crepax. De hecho, copia secuencias enteras directamente de las páginas de Crepax e incluso imita la manera en que Crepax diseña las escenas de sexo. La única queja de Crepax se refirió al cásting de la película; le parecía que Isabelle de Funes estaba demasiado gorda para interpretar a Valentina (ved el tráiler para juzgar lo "gorda" que estaba Isabelle de Funes) y, por otro lado, Carroll Baker no se parece en nada a la Baba Yaga del cómic. Ahí sí que tiene razón, y el propio Corrado Farina lo admite, la Baba Yaga del cómic es un personaje andrógino, cosa que Carroll Baker desde luego no es. Originalmente Farina tenía en mente otra actriz más adecuada pero hubo problemas de última hora y Carroll Baker fue elegida en el último minuto.
Previamente a la moda de los superhéroes que vivimos desde que La Patrulla X dio el salto a la gran pantalla, las adaptaciones de cómic eran más bien escasas. Y si es cierto que algunas estaban bien (Batman) y otras eran excelentes (Batman Vuelve), la mayoría eran malas (Batman Forever), bastante malas (Batman y Robin) o directamente atroces (Howard el pato). Baba Yaga, estrenada en 1973, encaja entre las excelentes. Es una película que resulta estimulante no sólo debajo del ombligo sino también por encima de las cejas, ya que sigue el estilo del cómic europeo de finales de los sesenta y primeros setenta que mezclaba referencias literarias, filosóficas, cinematográficas y políticas con aventuras trepidantes y tramas cargadas de acción, añadiendo una gota de erotismo aquí y allá.
Corrado Farina nos ofrece en su película precisamente eso: tenemos una trama con elementos propios del cine fantástico, abundancia de diálogos políticos y filosóficos integrados con humor y un saludable erotismo con su toque fetichista. En fin, una película disfrutable en más de un sentido.
Un último apunte. Las películas italianas de la época se filmaban sin sonido directo, ya que contrataban actores de diversos paises teniendo en cuenta el mercado internacional. Es decir, que no están en "versión original" tal y como nosotros lo entendemos. Yo en estos casos opto normalmente por el idioma de los actores principales. Por ejemplo, en El bueno, el feo y el malo los protagonistas son americanos (Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallach), por tanto me quedo con la pista en inglés ya que la hacen los mismos actores. En Baba Yaga, me quedo con la pista en italiano, el doblaje en inglés es bastante malo y la verdad es que Carroll Baker gana en italiano.
-¿Por qué? -¿Por qué? Porque podemos. Encontramos una forma de hacerlo y lo hacemos.
El primer contacto que tuve con The Stepford Wives fue cuando leí el ensayo sobre el género de terror de Stephen King Danse Macabre. Entonces tenía unos trece años y me olvidé de ella porque no tenía ni idea de qué película era. Al cabo de un par de años encontré paseando por la feria del libro de Barcelona la novela de Ira Levin Las poseídas de Stepford, título con el que aquí se publicó The Stepford Wives. Y diez años después vi el infumable remake Las mujeres perfectas (The Stepford Wives, 2004, Frank Oz). Y por fin, después de la horrible experiencia del remake, vi The Stepford Wives, la adaptación de la novela de Ira Levin que escribió William Goldman y dirigió Bryan Forbes en 1975 protagonizada por Katharine Ross y Paula Prentiss. Por algún misterio, la película sigue inédita en España.
Ira Levin retrataba en su novela la respuesta de los hombres ante los diferentes movimientos feministas que empezaron a surgir durante los sesenta y explotaron en los setenta con las conocidas quemas de sujetadores como símbolo opresor masculino. La historia de la novela está cargada de paranoia y amenaza, un estilo no muy diferente del que Levin aplicó en La semilla del diablo más tarde soberbiamente adaptaba por Roman Polanski, y explica como Joanna y su familia llegan a la tranquila ciudad de Stepford donde Joanna descubre que algo muy extraño sucede entre las mujeres del lugar.
La película es bastante fiel a la novela aunque se producen algunos cambios menores. El principal es que en la novela la implicación de Joanna en los movimientos feministas es más pronunciada y el marido de Joanna es presentado en un principio como un marido progresista que apoya el movimiento feminista. En la película esto cambia, creo que para su beneficio ya que permite a la película ser más sutil en su contenido alegórico/satírico. La Joanna que interpreta Katharine Ross es una mujer que está en busca de si misma e intenta hacerlo a través de la fotografía y que se ha autoconvencido de que es feliz en su matrimonio. En este aspecto es interesante una escena en la que Joanna se encuentra con un antiguo amante con el cual estuvo en la universidad. Ambos al principio se saludan amistosamente y ambos dicen estar casados y ser muy felices pero al poco él le pasa una nota en la que dice: "yo también soy infeliz". Obviamente, Joanna deja ver algo de lo que ella no es consciente.
Pero el tema principal es como los hombres ven a la nueva mujer liberada. A juzgar con lo que han hecho con las mujeres de Stepford, no les gusta. Lo que los hombres quieren son mujeres que se pasen el día limpiando la casa, que tengan una figura espectacular y grandes pechos y estén siempre dispuestas a tener sexo al que acompañaran de verbales muestras de apreciación. Para su sorpresa, así descubre Joanna que son las mujeres de Stepford. Bueno, no todas, su amiga Bobbi (Paula Prentiss) es bastante normal, es decir, no es "perfecta". Sin embargo descubre que las mujeres normales simplemente llevan unos pocos meses viviendo en Stepford. Al resto sólo les preocupa como ahorrar tiempo en las tareas del hogar.
Joanna y Bobbi pasaran de la frustración al terror cuando una de sus amigas cambie de la noche a la mañana. Aquí es donde la película coge fuerza, a medida que el miedo y la paranoia se vayan adueñando de las dos protagonistas. Es también donde la alegoría social y la sátira se hacen más evidentes, pero la película no pierde nunca la seriedad, igual que la novela, dejando el subtexto como un elemento de debate pero que no interfiere con la historia que cuenta. Es decir, la película no hace discursos y permite que sea el espectador quien medite sobre su contenido, aunque es obvia la tesis que sostiene el filme.
La popularidad de la película generó tres continuaciones hechas directamente para televisión y creo que alguna la pasaron algún domingo en la sobremesa: Revenge of the Stepford Wives (Robert Fuest, 1980), The Stepford Children (Alan J. Levi, 1987) y The Stepford Husbands (Fred Walton, 1996). También se han hecho plagios descarados como la australiana Comportamiento Perturbado (Disturbing Behavior, David Nutter, 1998). Pero nada tan horrible como el remake de 2004.
Hay varias razones por las que no me gusta el remake y prácticamente todas surgen del guión de Paul Rudnick. Ya la película tuvo problemas desde su gestación por el comportamiento y las exigencias de las divas protagonistas (Nicole Kidman y Bette Midler, algo predecible). Pero también había dudas sobre el guión que transforma la historia en una farsa. Transformar una historia conocida por su carácter perturbador en una comedia era ya una jugada que ni los propios responsables de la película tenían clara, pero si además le añadimos los graves errores y contradicciones que tiene la película y el hecho de que no resulte divertida en ningún momento podemos entender que la película acabase siendo un fracaso artístico y económico.
Lo que más me molestó es la hipocresía de la película. Es un poco como la MTV que va de transgresora y juvenil pero aplica una fuerte censura en sus videoclips y cuando empezó a emitir no ponía videoclips de artistas negros, cosa que cambió con Michael Jackson. Pues la película es lo mismo, es un filme tremendamente misógino y machista pero que se disfraza, como Sexo en Nueva York. Esta misoginia queda especialmente reflejada en sus escenas finales (spoiler): después de secuestrar, lobotomizar y llevar a cabo cirugías invasoras sobres las mujeres el castigo que reciben los hombres es ¡hacer la compra y limpiar la casa! En otras palabras, la película afirma que las tareas de la casa corresponden a la mujer.
Producida en 1999, Galaxy Quest se ha ido ganando con el tiempo su lugar en el panteón de las películas de culto. Dirigida por Dean Parisot y escrita por David Howard y Robert Gordon, la película cuenta las desventuras de un grupo de actores que protagonizaron una serie de éxito en los ochenta pero que ahora se dedican a sobrevivir yendo de convención de fans a convención de fans. Todo cambia cuando un extraño grupo de sujetos transporta a este desencantado grupo de actores a una nave espacial de verdad. Resulta que estos extraños sujetos son Thermians, una raza extraterrestre que ha interpretado la serie de televisión como si fuera real y quieren que los gallardos héroes de Galaxy Quest los ayuden a luchar contra el malvado General Sarris que amenaza con exterminarlos a todos.
Galaxy Quest es una parodia y a la vez un honesto homenaje a Star Trek y a todo el movimiento social que lo rodea. Sólo hay que ver el grupo protagonista que representa a los actores protagonistas de la serie Galaxy Quest y el papel que realizan: Tim Allen interpreta a Jason Nesmith, un actor acabado que intenta exprimir al máximo sus apariciones en las convenciones como una manera de mantener viva una cierta popularidad. Sigourney Weaver es Gwen DeMarco, cuya única función en la serie era repetir lo que decía la computadora y servir como interés romántico para el capitán. Alan Rickman es Alexander Dane, una vez prestigioso actor teatral, fue marcado para siempre por su papel de miembro extraterrestre de la tripulación, esto ha provocado que odie profundamente a su personaje y las frases que se ve obligado a repetir una y otra vez. Tony Salhoub es Fred Kwan, encargado de la sala de máquinas de la nave en la serie, parece que se ha tomado algo ya que acepta el ser transportado a otro planeta con mucha calma. Daryl Mitchell es Tommy Weber, que era un adolescente en el momento de rodar la serie y ahora se ha convertido en un hombre que sigue llevando el mismo disfraz, era el encargado de tripular la nave a pesar de ser solo un crío. Sam Rockwell es Guy Fleegman que interpretó un papel secundario en un capítulo de la serie lo que le convence de que morirá cuando es llevado con los demás a la nave de los Thermians en cualquier momento.
Como podéis ver, la tripulación del NSA Protector es un reflejo de la que aparecía en Star Trek, así como el diseño interior de la nave recuerda al diseño de la sala de tripulación del Enterprise. La película aprovecha para hacer referencia a la mayoría de tópicos que aparecen en las space operas, pero también de todo el movimiento de fans devotos de una serie, encarnados por el personaje de Justin Long, un fan que de repente se ve involucrado en una aventura real al mismo tiempo que tiene que sacar la basura.
Tampoco podemos olvidar a los otros protagonistas de la película: las diferentes criaturas extraterrestres que pueblan el universo. Fueron creadas por Stan Winston y todavía se ven bien a pesar de ser hechas en un periodo donde la animación por ordenador estaba en sus inicios. A este hecho contribuye que mezclan criaturas realizadas por ordenador con animatrónicos y maquillajes.
La película resulta tremendamente entrañable ya que se nota que todas las puyas están hechas por gente que no está muy lejos de la gente que parodian. Además, el reparto está realmente brillante, incluso Tim Allen, y se nota que disfrutan con lo que hacen. En la nueva edición aniversario que salió de la película se ve como todos ellos la comentan con cariño. Incluso varios actores de las series de Star Trek comentaron la genialidad de la película a la hora de captar todo el absurdo que rodea a una serie como esa y su grupo de fans.
Y aquí tenemos una película absolutamente brillante y divertida de principio a fin. Y aunque en un primer momento la película no funcionó en taquilla, su brillantez ha hecho que se vaya ganando adeptos con el paso del tiempo. Que parodia la space opera y el fandom de una manera que gusta a los aludidos. Pero de la que no se han hecho ni secuelas, ni series, ni nada. Por una lado es una lástima, ya que cada vez que veo la película pienso lo que me gustaría ver más aventuras de esta gente y sobretodo me encantaría ver la serie Galaxy Quest tal y como aparece en la película. Por otro lado es un alivio que esta maravilla no haya sido arruinada por las ansias de hacer dinero.
George A. Romero y Stephen King llevaban tiempo hablando de hacer un proyecto juntos desde que King publicó la versión abreviada de Apocalipsis (The Stand). Si bien la adaptación de esta novela no llegó nunca a hacerse realidad, en 1982 King y Romero se juntaron para hacer la película antológica Creepshow.
La película es un honesto homenaje a los cómics E.C. que se publicaron en los primeros años cincuenta los cuales fueron atacados por el Senado de los Estados Unidos y víctimas de una censura oportunista por parte de los editores de cómics que querían que echar del negocio al editor William M. Gaines y su exitosa línea de cómics de terror. Estos tebeos adelantados a su tiempo se siguen leyendo hoy en día gracias a la calidad de los artistas que trabajaron en ellos, en su momento fueron leídos por unos jóvenes Romero y King. De hecho, la influencia de estos tebeos ha sido ampliamente comentada por el propio King, no sólo en su ensayo sobre el género Danza Macabra sino también por ejemplo en la nueva introducción que escribió para la relativamente reciente nueva edición ilustrada de Salem's Lot.
Las historias que aparecen en esta película siguen todas el estilo E.C.: venganzas de ultratumba, monstruos, adulterios, gente que muta y mucho humor negro. Toda la película tiene un tono de ironía y humor negro que recoge de esos tebeos y que en un primer momento descolocó a aquellos que esperaban una película de terror más seria. Este tono de diversión cómplice lo enfatizó Romero usando en la película continuamente carteles típicos de los cómics, encuadres que imitan viñetas de cómic, colores chillones y transiciones basadas en los tebeos.
La Scream Queen Adrienne Barbeau
Al igual que en los cómics E.C., la película consta de cinco historias, además de una sexta historia que sirve de nexo de unión y que gira en torno a un severo padre que castiga a su hijo por leer basura como Creepshow. De las cinco historias mi favorita es "La caja". Protagonizada por Hal Holbrook, Fritz Weaver y la suculenta Adrienne Barbeau que ofrece una muy buena actuación ya que, sin trucos de maquillaje, parece mayor de lo que era cuando la hizo y también muy poco atractiva, algo que no muchos actores pueden hacer.
En general la película resulta divertida y realmente pasas un buen rato, aunque el último relato que cierra la película sobre un millonario ermitaño obsesionado por los microbios y la suciedad resulta bastante flojo. La película contó con Tom Savini como encargado de los efectos especiales, lo que contribuye a que la película se vea muy bien todavía. Destaca el diseño de los muertos vivientes que siguen un diseño que recuerda a los que aparecían en los tebeos E.C.
Como curiosidad, Stephen King protagonizó una de las historias, "La solitaria muerte de Jordy Verrill", fragmento que fue cortado en la exhibición en cines de España por razones desconocidas, pero el fragmento fue reinsertado en la edición en vídeo, así que yo no supe este hecho hasta que lo vi mencionado en la portada de la adaptación en cómic (más sobre ella luego), ya que vi la película en vídeo por primera vez.
La película generó dos continuaciones: Creepshow 2 fue dirigida por Michael Gormick y contó con un guión de George A. Romero que adaptaba tres historias de Stephen King. El resultado fue bastante mediocre y únicamente la historia central, titulada "La balsa", resulta entretenida; las otras dos son bastante olvidables. Creepshow III dirigida por Ana Clavell y James Glenn Dudelson, no guarda ninguna relación con las dos anteriores y se usó el título para obtener una mayor ganancia comercial. La auténtica tercera parte de la serie es El gato infernal (Tales from the Darkside: The Movie, John Harrison, 1990), producida por Romero y continuadora del espíritu de Creepshow, además de llevar a la gran pantalla la serie en cuya creación también estuvo involucrado Romero.
Dejando de lado las películas, Creepshow destacó también por tener algo inaudito: una gran versión en cómic. Normalmente las adaptaciones de películas a cómics no destacan por su calidad, si bien son interesantes para los fans ya que normalmente contienen escenas eliminadas o secuencias que difieren de la versión definitiva en pantalla ya que se realizan cuando la película todavía está en producción. En este caso la versión en cómic de Creepshow fue llevada a cabo por un maestro del cómic y en especial del cómic de terror: el gran e inigualable Berni Wrightson. Wrightson hizo un gran trabajo recreando un cómic E.C. y como siempre cada una de sus páginas es un regalo para la vista. Wrightson también hizo las ilustraciones que acompañaron a las novelas de Stephen King: El ciclo del hombre lobo y la versión íntegra de Apocalipsis. En España fue editada por la añorada Toutain, la cual editaba también Creepy y otras obras maestras del cómic, y tuve la suerte de encontrar un ejemplar en buen estado por cuatro duros en el Mercado de San Antonio. Han pasado más de quince años desde entonces, pero es posible que aún podáis encontrar algún ejemplar a la venta por Internet o en alguna tienda de cómics que tenga un buen fondo de catálogo.
Creepshow hasta ahora no ha sido editada en DVD, cosa que sí lo han sido las continuaciones incomprensiblemente, pero se puede encontrar en Blu-ray, sin extras. La edición americana no contiene ningún extra. Yo recomiendo la edición inglesa de dos discos en DVD y también Blu-ray que sale muy bien de precio y contiene escenas eliminadas, audiocomentarios y un documental de 90 minutos sobre la concepción del filme titulado Just Desserts: The Making of Creepshow.