Hace cuatro años escribí un artículo sobre Razas de noche (Nightbreed, Clive Barker, 1990), cuyo origen estaba en el hecho de que se acababa de descubrir nuevo metraje del film en VHS. En el artículo expresaba mi deseo de que se editara un montaje del director para que los fans pudiéramos disfrutar de la película tal y como Barker la había concebido. Y hace un par de días mi deseo se hizo realidad, en la comodidad de mi hogar pude ver por fin el montaje del director de Razas de noche, editado en una fantástica edición limitada de tres discos (hay también una edición sencilla y ambas son solo de zona A, de momento: imagino que en el futuro también se editará en Europa).
En caso de que haya alguien que esté leyendo esto y no conozca Razas de noche, le resumo brevemente el argumento: Aaron Boone (Craig Sheffer) tiene pesadillas recurrentes en las que sueña con un lugar llamado Midian. Le habla de este lugar a su psiquiatra, el doctor Philip K. Decker (David Cronenberg). Decker aprovecha para colgarle a Boone una serie de asesinatos que Aaron no ha cometido. Boone huirá a Midian pero será atrapado por la policía y acabará muerto tras una emboscada. Su novia Lori (Anne Bobby), no cree que Boone fuera un asesino e irá a Midian para ver el lugar en que murió. Será allí donde descubra que Boone no está muerto y que existe todo un mundo subterráneo desconocido. Un mundo que ahora está en peligro.
Para mí Razas de noche tiene el mismo valor que para otros pueda tenerlo un film como E. T. El extraterrestre (E.T. the Extra-Terrestrial, Steven Spielberg, 1982). No es que me marcara para toda la vida, pero sí que cuando lo vi cuando tenía entre diez y once años, me encantó el hecho de que los monstruos fueran los héroes y con el tiempo la fui apreciando más, aunque era consciente de que no era la versión que Barker quería que fuera vista. Pero la nostalgia es algo poderoso, y los recuerdos que me traía hacía que viera cosas en ella que no estaban ahí. Es decir, observándola de forma fría me daría cuenta de que debido a los cortes que sufrió hay cosas que no tienen sentido, pero como había leído la novela un par de veces y sabía lo que faltaba, pues era como si lo hubiera visto. De hecho, pensé en leerme la novela otra vez antes de ver el montaje del director pero la impaciencia por ver la auténtica Razas de noche me hizo desechar la idea.
No voy a repetir de nuevo aquí cómo se descubrió el nuevo metraje y por qué se estrenó una versión truncada en su momento: se explica profusamente en los extras y el libro que acompaña la película, así como en diversos artículos y reseñas en la web. Sí que me gustaría aclarar un par de detalles, antes de entrar en la nueva versión: el llamado Cabal Cut NO es el montaje del director. El Cabal Cut era básicamente el primer montaje, donde el director incluye todo lo que se ha rodado para ver qué no hace falta, qué parte necesita trabajo, opciones de montaje, etc. De modo que el montaje del director es media hora más corto que el Cabal Cut, ya que había mucho material que desde el punto de vista cinematográfico sobraba. El montaje del director dura dos horas, solo veinte minutos más largo que la versión estrenada en cines, pero incluye cuarenta minutos de material nuevo. Esto es así porque se ha eliminado material que Barker fue obligado a añadir a la película en el momento del estreno.
El estudio que financió la película, Morgan Creek, quería una película de terror, pero Razas de noche no es una película de terror. Además, no acababan de entender que los monstruos fueran los héroes, así que sus cortes y manipulaciones fueron intentos de convertir la película en algo que no era. El montaje del director deja más claras las intenciones y se añade mejor todo el subtexto y las capas que tenía la película antes de ser mutilada. Esto se nota especialmente en la primera mitad, en la que se desarrollan más los personajes (Lori resulta que es cantante, ¡y tiene un número musical!). En el nuevo metraje también se enriquece el mundo de Midian y hay más monstruos (y Doug Bradley recupera su voz, doblado por el estudio por un actor con acento alemán por alguna extraña razón).
El resultado final es un film auténticamente épico y fantástico. Después de tanto tiempo esperando, ver el montaje del director ha sido una experiencia más emocional de lo que pensaba. Esta no es la película que vi cuando era niño pero siento como si lo fuera. De todos modos, me alegro de que Shout! Factory haya incluido la versión cinematográfica por razones puramente nostálgicas, aunque dudo de vuelva a ver esa versión ahora que puedo ver el film tal y como fue concebido originalmente (aunque tengo la antigua edición en DVD de la película que incluye un solo extra pero valioso: una pista aislada con la banda sonora de Danny Elfman). Y todos aquellos que no conocían esta película tienen la suerte de que podrán verla desde un primer momento como la gran película que es.