Esta es una de las pocas películas que he tenido muchas dudas sobre si incluirla en el blog o no. La orgía de los muertos (Orgy of the Dead, Stephen C. Apostolof como A.C. Stephen, 1965) fue escrita por Ed Wood Jr. y lleva su marca, lo que la hace automáticamente interesante. Al mismo tiempo, tiene momentos en que se hace muy aburrida. Resulta obvio que me he inclinado por escribir sobre ella, ya que es lo suficientemente bizarra como para merecer un sitio aquí.
Bob (William Bates) y su novia Shirley (Pat Barrington) conducen por una solitaria carrereta una noche, buscando un cementerio en el que Bob pueda inspirarse para escribir una novela de terror. Lo que no saben es que esta es la misma noche que las criaturas del más allá, lideradas por el Emperador (Criswell) acompañado de su segunda la gul (Fawn Silver), celebran su peculiar orgía de baile. Bob y Shirley deberán escapar de esta orgía antes de convertirse ellos en las próximas víctimas de las criaturas de la noche.
Dependiendo de la fuente, esta película fue escrita por Ed Wood Jr. para luego adaptarla en novela o fue escrita como novela por Ed Wood Jr. y adapatada al cine por él mismo. Los títulos de crédito indican que es un guion de Ed Wood Jr. basado en su novela, dejémoslo ahí. Pero la implicación de Wood es importante ya que, aunque él no fue el director, este film tiene muchas de las características del cine del maestro del surrealismo torpe, en particular de su etapa de decadencia. Estas características radican en unos diálogos ridículamente absurdos o absurdamente ridículos, la presencia del psicotrónico Criswell y una narrativa bastante torpe. La dirección de Apostolof alcanza grandes niveles de entusiasta incompetencia, así que encaja perfectamente con las otras películas de Wood.
La película fue rodada cuando las nudies estaban ya desapareciendo. La trama es una excusa para presentar los distintos bailes que llevan a cabo bailarinas en topless, una de ellas Pat Barrington que, además de interpretar a Shirley, es la Chica de Oro. Vistas hoy en día, las nudies destacan no por su erotismo (completamente nulo), sino por su ingenuidad y ocasional incursión en el surrealismo. Es el caso de Orgy of the Dead, cuyas escenas de baile resultan demasiado largas y aburridas, sin mencionar que no son precisamente muy excitantes, por muy atractivas que sean las bailarinas (ver tráiler).
Sin embargo, en las escenas entre bailes, la películas deja de ser aburrida para convertirse en una maravilla trash capaz de hacerte caer del sofá de la risa. Esos diálogos, esa interpretación de Criswell, ese hombre lobo levantando la cabeza mostrando donde termina la máscara que lleva... En defintiva, un delirio absurdo que compensa el tedio de las escenas de baile.
La película ofrece tantos momentos álgidos como de bajón, pero los amantes del cine basura y del absurdo deberían darle una oportunidad.