Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra, alquilé en el videoclub del barrio Con la bestia dentro (The Beast Within, Philippe Mora, 1982) pensando que sería una película de hombres lobo. Desde pequeño me han pirrado las películas de hombres lobo, echadle la culpa a Lon Chaney, y cogí esta película basándome en la carátula y el título, que era el método que empleaba a los 10 años para decidir que película alquilar. Quedé algo decepcionado al ver que no se trataba para nada de una película de temática licantrópica (el átono e insulso doblaje tampoco ayudó) pero en subsiguientes visionados le acabé cogiendo el gusto a esta película escrita por Tom Holland, adaptando una novela de Edward Levy, y dirigida por el (ir)responsable de dos de las más ridículas secuelas de Aullidos (The Howling, Joe Dante, 1981) que se han hecho.
Con la bestia dentro, además de ser la segunda cosa que más me han dicho las chicas y mujeres que he conocido en el sentido bíblico del término, nos ofrece una espectacular transformación monstruosa y comparte temas y subtexto con los filmes de hombres lobo, aunque no pertenezca al subgénero, y lo mezcla con las historias de posesiones y venganzas de ultratumba que tan feliz hacían al Guardián de la Cripta.
La historia arranca en 1964, cuando los recién casados Eli (Ronny Cox) y Caroline MacCleary (Bibi Besch) se les pincha una rueda en una solitaria carretera en plena noche. El pinchazo coincide con la huida de una criatura monstruosa del sótano de una casa. Antes de que puedas decir Humanoides del abismo, la pobre Caroline es violada por la criatura mientras Eli se ha ido a buscar ayuda. 17 años más tarde, Michael (Paul Clemens), el hijo de Eli y Caroline, se encuentra muy enfermo y los médicos no acaban de explicarse el por qué. Eli y Caroline sospechan que tiene que ver con el padre biológico de Michael, así que regresan al lugar en que Caroline sufrió el ataque para intentar averiguar quién fue y hallar una respuesta al malestar físico de su hijo. Una vez allí, Michael empezará a sufrir una serie de cambios y ataques, mientras diversos pueblerinos mueren de forma sangrienta y secretos del pasado salen a la luz (¡tan, tan, taaan!).
Como ya he dicho, el film comparte algunos temas con el cine licantrópico. Michael se encuentra en el umbral de la edad adulta (bueno, hacernos creer que Paul Clemens tiene 17 años es posiblemente lo más inverosímil de todo el film), una época de cambios que sirve como alegoría de la transformación; eso se mezcla con la inevitable represión. Si bien en el caso de los hombres lobo se trata de una represión sexual, en el caso de Michael se trata de los secretos del pasado, aquello que se quiere dejar enterrado. La imagen del monstruo encerrado en el sótano con el pobre Michael haciendo lo posible por mantenerlo en su sitio es una perfecta alegoría del subconsciente. La bestia del título no es solo la criatura sedienta de venganza, también es el lado oscuro que se encuentra dentro de todos nosotros.
Hay algunos conceptos muy interesantes que se tratan simplemente de pasada y quedan algo colgados. Pero aparte de ello, hay muy poco que pueda decir en contra de esta entretenida película de terror. El reparto lo forma un sólido grupo de actores secundarios de carácter, algunos habituales de las películas de Clint Eastwood, así que el nivel artístico del film es más alto de lo que uno esperaría en una película de bajo presupuesto como esta. Los efectos especiales están muy bien, especialmente la transformación de Michael en mutante, que aunque se hace esperar es realmente espectacular (si te gustan este tipo de cosas). El film no es especialmente original en su ejecución, pero la historia es lo suficientemente intrigante para no aburrir. Además, Michael es uno de esos "monstruos a su pesar" que siempre me resultan interesantes de ver. Igual que el pobre David Kessler, Michael hace todo lo posible por evitar transformarse y siente las muertes que provoca, lo que le añade un toque trágico al film que le da algo de clase.
Es una película pensada para los aficionados al género y a ellos se la recomiendo. La podéis encontrar editada en DVD de zona 1, en una edición en solitario o, la que recomiendo, junto al film The Bat People (Jerry Jameson, 1974), que no es que sea una buena película pero es todo lo divertida que una película llamada "la gente murciélago" puede ser. Para acabar os dejo con el tráiler. Fijaos en el narrador, me hace mucha gracia como al principio del tráiler coge aire para decir el título del film, como si fuese tan aterradora que hasta el mismo título acojona.
Como ya he dicho, el film comparte algunos temas con el cine licantrópico. Michael se encuentra en el umbral de la edad adulta (bueno, hacernos creer que Paul Clemens tiene 17 años es posiblemente lo más inverosímil de todo el film), una época de cambios que sirve como alegoría de la transformación; eso se mezcla con la inevitable represión. Si bien en el caso de los hombres lobo se trata de una represión sexual, en el caso de Michael se trata de los secretos del pasado, aquello que se quiere dejar enterrado. La imagen del monstruo encerrado en el sótano con el pobre Michael haciendo lo posible por mantenerlo en su sitio es una perfecta alegoría del subconsciente. La bestia del título no es solo la criatura sedienta de venganza, también es el lado oscuro que se encuentra dentro de todos nosotros.
Hay algunos conceptos muy interesantes que se tratan simplemente de pasada y quedan algo colgados. Pero aparte de ello, hay muy poco que pueda decir en contra de esta entretenida película de terror. El reparto lo forma un sólido grupo de actores secundarios de carácter, algunos habituales de las películas de Clint Eastwood, así que el nivel artístico del film es más alto de lo que uno esperaría en una película de bajo presupuesto como esta. Los efectos especiales están muy bien, especialmente la transformación de Michael en mutante, que aunque se hace esperar es realmente espectacular (si te gustan este tipo de cosas). El film no es especialmente original en su ejecución, pero la historia es lo suficientemente intrigante para no aburrir. Además, Michael es uno de esos "monstruos a su pesar" que siempre me resultan interesantes de ver. Igual que el pobre David Kessler, Michael hace todo lo posible por evitar transformarse y siente las muertes que provoca, lo que le añade un toque trágico al film que le da algo de clase.
Es una película pensada para los aficionados al género y a ellos se la recomiendo. La podéis encontrar editada en DVD de zona 1, en una edición en solitario o, la que recomiendo, junto al film The Bat People (Jerry Jameson, 1974), que no es que sea una buena película pero es todo lo divertida que una película llamada "la gente murciélago" puede ser. Para acabar os dejo con el tráiler. Fijaos en el narrador, me hace mucha gracia como al principio del tráiler coge aire para decir el título del film, como si fuese tan aterradora que hasta el mismo título acojona.