Ravenous (Antonia Bird, 1999) es una película que mezcla terror con humor negro. Protagonizada por Guy Pearce y Robert Carlyle, además del gran actor secundario Jeffrey Jones, y dirigida por Antonia Bird, pasó bastante desapercibida por nuestras pantallas. Lo que la convierte en una joya oculta que espero vayáis todos a disfrutar.
Guy Pearce interpreta al capitán John Boyd, que por sus pecados es enviado al apartado de todo Fort Spencer. Allí conocerá a sus peculiares habitantes e intentará dejar el pasado atrás. Una noche llega Robert Carlyle como Colqhoun, superviviente de un grupo de colonos que se ha perdido por las montañas. Colqhoun les cuenta como su líder, el coronel Ives, se ha vuelto loco y ha empezado a asesinar gente para comérsela. Rápidamente se organiza una partida de rescate... y tendréis que ver la peli para saber el resto.
Uno de los puntos fuertes de Ravenous es el guión original de Ted Griffin. La historia avanza navegando entre la comedia y el terror logrando mantener el equilibrio. Las risas se colocan en el lugar adecuado y no disminuyen el suspense de lo que sucede. A ello también contribuye la dirección de Bird, que sabe crear escenas de tensión y mantener al espectador interesado en todo momento. Otro elemento destacable del film es su banda sonora, compuesta por Michael Nyman y Damon Albarn. La música evita los lugares comunes en la música de cine y mezcla elementos tradicionales indios con elementos modernos.
En el reparto, aparte del trio protagonista, destaca Neal McDonough como una especie de Rambo psicótico. También tenemos a Jeremy Davies haciendo de soldado Toffler, al cual incorpora su extraña manera de interpretar personajes.
La película trata el tema del canibalismo incorporándole elementos mitológicos presentes a lo largo de la historia. La creencia según la cual devorar la carne de tus enemigos te proporciona su fuerza, su energía. A ello se le añade la leyenda india del Wendigo, que a lo mejor a algunos os suena familiar si habéis leído algún cómic de La Masa o el relato de Algernon Blackwood El Wendigo.
La película no deberíaser muy difícil de encontrar en DVD. Disfrutadla y ¡que aproveche!
El Más Allá (...E tu vivrai nel terrore! L'aldilà aka The Beyond, 1981) es uno de los títulos clásicos de Lucio Fulci repleto de escenas de gore salvaje, grandes dosis de estilo visual y un argumento algo ilógico, en otras palabras: Fulci en plena forma. Es una de mis favoritas, junto con otro clásico de Fulci: Miedo en la ciudad de los muertos vivientes (Paura nella città dei morti viventi, 1980) con la que comparte actriz protagonista (Catriona MacColl) y argumento con influencias lovecraftianas.
Nueva Orleans, principios de siglo. Un pintor es emparedado en un hotel acusado de brujería. Décadas más tarde el hotel es heredado por Liza Merrill (MacColl) que pretende arreglarlo un poco para reabrirlo. Lo que no sabe es que el sótano del hotel es una compuerta a una de las siete puertas del infierno, lo que os podréis imaginar causa no pocos problemas: muertes y extraños fenómenos que retrasan considerablemente las obras. Con la ayuda del doctor John McCabe (David Warbeck, otro veterano de Fulci), Liza se enfrentará a un montón de zombis en el clímax sanguinolento habitual de Fulci.
Como hemos ya mencionado, la película contiene algunos fallos (los edificios en Nueva Orleans no tienen sótano ya que se encuentran por debajo del nivel del mar) y es algo ilógica. Pero en el caso de una película Fulci eso es una ventaja más que un inconveniente. La atmósfera, los sonidos, lo brutal de muchas escenas hace que uno se encuentre completamente hipnotizado por el film, dejando de lado sus inconsistencias.
En ocasiones se ha considerado El Más Allá como una copia de El Resplandor(The Shining, 1980, dir. Stanley Kubrick) lo cual es completamente falso e injusto. El Resplandor trata sobre un hotel en el que habita una entidad maligna (o el hotel es una entidad maligna), que posee al personaje que interpreta Jack Nicholson y lo vuelve loco. El Más Allá entra dentro del horror tal y como lo entendían los escritores de Weird Tales y el círculo de Lovecraft, que llenaban sus relatos de libros prohibidos y puertas a otros mundos.
Como curiosidad os diré que Sam Raimi utilizó un brevísimo fragmento de El Más Allá en su película Spiderman en la secuencia en que se representa la transformación de Peter Parker en Spiderman.
La primera y gloriosa etapa de Tele5 será recordada sobretodo por las Mama Chicho y programas fabulosos como ¡Ay, qué calor! o Contacto con tacto. Sin embargo, en esta etapa también ofreció series televisivas sin las cuales el panorama televisivo actual sería muy diferente, series como Twin Peaks y, algo más tarde, Expediente X. Fue aproximadamente poco después de que terminara Twin Peaks que Tele5 empezó a emitir Misterio para 3. Ésta era una serie de terror en la que una chica que hereda una tienda de su tío descubre que ha vendido una serie de objetos maléficos. Para recuperarlos tendrá la ayuda de un señor mayor experto y un chico. Esto es todo lo que recuerdo, aparte de que la chica era una pelirroja muy atractiva y que el título original era Viernes 13: La serie pero nunca se hizo mención alguna a Jason Voorhes o Crystal Lake. Creo que antes o después daban una serie sobre Vietnam que se llamaba Camino del infierno que usaba como sintonía el Paint it, black de los Rolling Stones. Cuando terminó Misterio para 3 me quedé algo triste, ¿de dónde iba yo a encontrar ahora mi ración terrorífica semanal? Así, una noche que dejé el video grabando de madrugada para ver que pillaba me encontré con esto:
Fue amor a primera vista. Entonces no tenía ni idea de la calidad de los nombres implicados, ni que eran los cómics E.C., ni nada. Lo que me llamó la atención es que eran historias de terror sangrientas, con grandes dosis de humor negro e ironía y ocasionalmente alguna exhibición mamaria. La serie la daban muy, muy tarde. Y un día desapareció. Hace un par de años Cuatro empezó a emitirla... peor que cuando lo hizo Tele5: a partir de las tres de la madrugada, desordenada y repitiendo capítulos continuamente. Bravo, Cuatro. Por suerte, gracias al DVD, he podido completar la serie y ahora disfruto de sus siete temporadas cuando me da la gana.
Historias de la criptatenía como productores ejecutivos (agarraos) a Richard Donner, Walter Hill, David Giler, Joel Silver y Robert Zemeckis. Todos ellos fans de los cómics E.C. en que se basan todas las historias de la serie. Posiblemente estos cómics han inspirado más carreras cinematográficas que cualquier otro cómic de la historia, de Martin Scorsese a John Carpenter. De hecho no era la primera adaptación que se hacía de las historias de la E.C. En los setenta la productora británica Amicus estrenó su versión de Historias de la cripta dirigida por el gran Freddie Francis (que también dirigió un episodio de la serie):
El éxito que tuvieron hizo que produjeran otra película basada en los cómics E.C. Se tituló TheVault of Horror y la dirigió otro grande, Roy Ward Baker:
El poder, el peso y la influencia de los productores ejecutivos hizo posible una gran lista de nombres delante y detrás de las cámaras. Delante de las cámaras nos encontramos a Kirk Douglas, Brad Pitt, Ewan McGregor, Demi Moore, Patricia Arquette, Lea Thompson, etc. Detrás de las cámaras, aparte de Hill, Donner y Zemeckis que, obviamente, dirigieron algunos episodios, gente como Brian Helgeland o Stephen Hopkins.
Como todas las series de televisón, especialmente las que son antológicas, tiene alguna temporada más floja que otra. En el caso de Historias de la Cripta, la séptima y última temporada, en la que la producción se trasladó a Inglaterra; especialmente flojo es el último episodio, una versión animada de los tres cerditos. Pero los capítulos buenos o geniales del resto de temporadas compensan de sobra. Los mejores episodios son los que siguen de forma más fiel las historias originales de la E.C., como And All Trough The House, Carrion Death o Mournin' Mess.
El éxito de la serie de televisión propició que se produjera una serie de películas, siguiendo el esquema de los episodios televisivos, con las introducciones y epílogos de El Guardián de la Cripta. Estas películas ya no estaban basadas en historias de los cómics sino que son argumentos originales (es un decir). La primera fue Caballero del Demonio:
El resultado fue un film entretenido y divertido, con grandes momentos de acción y terror. Especialmente gracias a Billy Zane haciendo de demonio malvado. Luego llegó El Club de los Vampiros:
Ésta película es más floja que Caballero del Demonio, sobretodo por el tono de comedia que tiene, dejando de lado los aspectos más terroríficos de la serie o la película anterior. Se hizo un tercer film, que en realidad se trata de una nueva versión de Yo anduve con un zombie de Jacques Tourneur, titulado Ritual.
Si no conocéis la serie, ya va siendo hora de llenar ese vacío en vuestra educación.
Richard Condon escribió en 1959 The Manchurian Candidate, una excelente novela que con ciertos toques de sátira trataba un tema candente durante los tiempos de la Guerra Fría: la creación de asesinos mediante el lavado de cerebro. En Estados Unidos se creó el archiconocido proyecto MK-ULTRA y en los países tras el Telón de Acero tuvieron sus equivalentes. En la novela los protagonistas son un grupo de soldados que son capturados durante la guerra de Corea y sometidos entonces a un lavado de cerebro. Unos años más tarde, los miembros de esta patrulla sufren continuas pesadillas. Uno de ellos, Raymond Shaw, empezará a cometer asesinatos sin recordar luego nada de lo que ha hecho.
La novela se puede leer y disfrutar hoy sobretodo gracias a la manera en que Condon escribe la historia, oscura y emocionante, pero sin dejar de satirizar todo aquello que los gobiernos se tomaban muy, muy en serio. (Es difícil, por no decir imposible, encontar actualmente una edición traducida al castellano. Sin embargo, encontrarla en inglés es bastante fácil por internet y a un buen precio).
En 1962 la novela fue llevada al cine por John Frankenheimer. El resultado fue una película que no es que sea solo una de mis favoritas, es que es uno de los grandes clásicos del cine. Por un lado tenemos un sólido guión muy fiel a la novela. Comparando ambas las diferencias son mínimas, consiguiendo también la película ofrecer una trama absorbente con sus toques de crítica y sátira. Por otro lado, la dirección de Frankenheimer roza la perfección. Proveniente de la televisión, incorporó algunas técnicas que había desarrollado cuando realizaba Studio One y Playhouse 90 a la hora de planear las escenas. El resultado son diversas secuencias y escenas con resultados finales muy imaginativos que dan a la película un aspecto moderno. Y eso es un clásico, no importa cuánto tiempo pase, sigue resultando actual.
El reparto de la película también es un factor importante en su éxito final. Laurence Harvey interpreta a Raymond Shaw, es un rol difícil ya que ha de despertar compasión y simpatia con un personaje que se caracteriza precisamente por carecer de ambas cosas. Harvey refleja la tortura interior de Shaw de manera que sintamos pena por él a pesar de lo desagradable que puede ser. Janet Leigh está guapísima, como siempre, aunque su personaje es básicamente el interés romántico del protagonista. Protagonista que está interpretado por Frank Sinatra. La interpretación de Sinatra sorprende por lo buena que es. Él era el primero en reconocer sus carencias como actor, y en algunas películas como La cuadrilla de los once (Ocean's eleven, 1960, dir. Lewis Milestone) simplemente hacía de si mismo. Frankenheimer consiguió de alguna manera sacarle una buena interpretación a Sinatra, lo que tiene más mérito considerando la forma en que trabajaba éste. Sinatra solo funcionaba en la primera toma, a medida que se repetía iba empeorando. Aparentemente, Sinatra creía en la espontaneidad del momento, algo que no se podía repetir. Esto también lo hacía en sus discos: cantaba una primera toma y luego no repetía, tal como había salido iba al disco. Por eso en sus trabajos se encuentran un montón de errores, pero resulta un enfoque interesante aunque el tipo de música no me atraiga particularmente, teniendo en cuenta que hasta los grupos más alternativos e independientes repiten y repiten tomas hasta que queda perfecto.
Mención aparte en el reparto se merece Angela Lansbury como la madre de Raymond. Lansbury no solo crea uno de los personajes más fantásticamente hipócritas, mentirosos y corruptos de la historia del cine, lo hace teniendo la misma edad de Laurence Harvey, su hijo en la película. Lansbury consigue sin maquillaje apenas, hacerte creer que es una mujer el doble de mayor básicamente con su lenguaje corporal, la manera de hablar y como cambia su expresión facial.
En 2004 se hizo una nueva versión de este film, dirigida por Jonathan Demme y protagonizada por Denzel Washington, Liev Schreiber y Meryl Streep. El resultado es un film correcto sin llegar a igualarse con el original. Lo que resulta curioso es que ninguna de las dos versiones trata el incesto de la manera tan directa y abierta como en la novela, ambas lo hacen de forma muy sutil.
Ambas versiones se pueden encontrar fácilmente en DVD.
Si algo positivo ha traido el próximo estreno de Los hombres que miraban fijamente a las cabras es que ha permitido la publicación del libro en que se basa escrito por Jon Ronson.
Lo más sorprendente de este libro es que no se trata de ficción, es la crónica escrita por Ronson a partir de diversas entrevistas desvelando uno de los aspectos más extraños y surrealistas del ejército americano: la creación de supersoldados con poderes mentales, la utilización de espías psíquicos y técnicas Nueva Era para conquistar a sus enemigos.
Al principio todo resulta muy cómico y me encontré riéndome a carcajadas en diversas ocasiones. Por ejemplo, con un general empeñado en atravesar paredes o con un equipo de espías psíquicos que, al formar parte de un grupo que no existe oficialmente, no tienen presupuesto para café. Sin embargo, a medida que se van viendo las ramificaciones de lo que empezó como un intento de crear caballeros Jedi, el libro deja de resultar divertido. Hablamos de cosas como los suicidios en masa de la secta de las Puertas del Cielo, el asedio a los davidianos en Waco o las técnicas de tortura en Guantánamo y Abu Ghraib. Hechos todos que causaron un gran impacto social y mediático en su momento. También se menciona antecedentes de esta tendencia "ocultista" como el famoso proyecto MK-ULTRA que supongo os resultará familiar.
Otro aspecto inquietante del libro es el retrato que se hace de algunos de los responsables de la guerra de Iraq y de altos cargos que estuvieron en el Departamento de Defensa de Bush. Realmente, los locos controlaban el manicomio.
El libro lo ha publicado Ediciones B y lo podréis encontrar fácilmente en cualquier librería.
A finales de los años ochenta. la editorial Toutain contribuyó a convertir jóvenes inocentes y sanos como yo en los depravados y pervertidos que como somos hoy en día gracias a toda una serie de tebeos de terror, fantasía y ciencia-ficción.
La publicación principal de Toutain fue la revista de tebeos Creepy, versión española de la homónima americana que publicaba la casa Warren. Creepy seguía el modelo que en los cincuenta introdujeron los tebeos E.C.: recopilación de varias historias cortas introducidas por un personaje siniestro. En Creepy era el encantador Tío Creepy. La revista, además de las historias, incluía interesantes artículos sobre escritores y películas de terror, así como todo tipo de noticias relacionadas con el género. Yo diría que esta revista fue mi verdadera escuela, me enseñó más que ninguna institución oficial. Además, la versión española publicaba las historias americanas pero también historias de autores europeos y españoles. Fue aquí donde se publicó por entregas la interesante obra de Antonio Segura y Brocal Remohi El Otro Necronomicón. Aquí leí por primera vez el clásico Jennifer de Bruce Jones y Berni Wrighston que adaptó el maestro Dario Argento en la serie Masters of Horror.
Ahora, Planeta deAgostini ha tenido la feliz idea de publicar The Creepy Archives bajo el título de Creepy dentro de la colección Biblioteca Grandes del Cómic, una serie de volúmenes que recopilan las revistas originales americanas. Hay que decir que la edición española recopila cinco números en cada tomo como en la americana pero lo hace poniendo primero los índices de cada número, luego el contenido y al final las portadas; mientras que en la edición americana se publican las revistas completas sin separar los contenidos. Otra cosa es que los tomos son más pequeños que los americanos. Pero bueno, aparte de que quedan algo desiguales en la estanteria si os pasa como a mi que tengo volúmenes de ambas ediciones, tampoco es un gran inconveniente porque al fin y al cabo lo importante son la gran calidad de las historias que van dentro. Haceos un favor y leedlos.
John Russo y Russell Streiner, por otro lado, estuvieron trabajando por un tiempo en hacer sus propias películas de zombis. Finalmente, a principios de los ochenta, entraron en contacto con Dan O'Bannon. Y fue éste quién en 1985 estrenó El Regreso de los Muertos Vivientes (The Return of the Living Dead), un clásico por derecho propio.
Dan O'Bannon, que murió una semana antes de terminar el 2009, fue uno de los grandes talentos del cine fantástico. Trabajó en diversos campos del cine, no solo como director y guionista sino también como técnico de efectos especiales en películas como La Guerra de las Galaxias (Star Wars, George Lucas, 1977). También trabajó con Alejandro Jodorowski cuando éste iba a hacer Dune. La lista de créditos de O'Bannon se hace interminable, pero seguramente el gran público lo recordará más por ser el creador y guionista de Alien. El octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979) y por la película que estamos comentando.
Fue el talento de O'Bannon que elevó una película que podría haber sido una simple continuación en una saga por si misma (4 secuelas hasta la fecha). La clave la encontramos en el guión de O'Bannon, que introdujo un elemento esencial para su éxito: la comedia. El Regreso de los Muertos Vivientes es un perfecto ejemplo de mezcla de terror y comedia, logrando el balance justo para que te importen los personajes y lo que les sucede y evitando caer en la comedia total o la parodia. Resalta en la dirección el hecho que, aunque O'Bannon utiliza tomas largas, la película tiene un ritmo endiablado y sabe explicar una historia de forma visual sin caer en trucos manidos. El diseño de los zombis es muy atractivo, según O'Bannon inspirados en los zombis que aparecían en los tebeos E.C. La banda sonora reúne lo mejorcito del punk rock de la época, como The Cramps y The Damned, además del clásico Partytime de 45 Grave.
Como hemos comentado, la película ha generado 4 secuelas: La Divertida Noche de los Zombis (Return of the Living Dead Part II, Ken Wiederhorn, 1988), una secuela que se decanta por la comedia total, muy infantil y sin ningún tipo de interés; Mortal Zombie (Return of the Living Dead III, 1993), dirigida por Brian Yuzna, resulta muy interesante, una versión de Romeo y Julieta en la que Julieta es una zombi; Return of the Living Dead: Necropolis (Ellory Elkayem, 2005)y Return of the Living Dead: Rave to the Grave (Ellory Elkayem, 2005) fueron ambas realizadas directamente para dvd el año 2005 y ambas son bastante malas, recopilando tópicos y personajes sin interés.
Two-Lane Blacktop es una película imprescindible para todo amante del cine. Es la mejor película que ha dirigido Monte Hellman. Es la mejor road movie de todos los tiempos.
Un conductor y un mecánico viajan por las carreteras de América ganándose la vida corriendo carreras. Apenas hablan entre ellos, a no ser que le pase algo al coche en el que van. Un día recogen a una adolescente. Viajan juntos. Más tarde conocen al conductor de un GTO y deciden hacer una carrera. El ganador se llevará el coche del otro.
Una historia muy simple para un film muy complejo. Nada tan complejo como las relaciones humanas. Cuatro personajes viajando por una carretera, una cápsula temporal de lugares, ambientes, personas que ya no existen. Tres personajes sin nombre interpretados por no-actores. El cantante James Taylor es El Conductor. Dennis Wilson de los Beach Boys es El Mecánico. Laurie Bird es La Chica. Warren Oates es GTO. El único actor, Warren Oates, encarna a un personaje que miente constantemente, se reinventa a cada frase. Esas satisfacciones son permanentes, dice.
Una carretera ancha y eterna. Sin principio ni final. Como la película, que tampoco tiene principio ni final. Somos simples pasajeros por un breve espacio de tiempo, como La Chica. El destino no importa, solo el viaje. El argumento, la sinopsis es una excusa, no importan. ¿Quiénes son estas personas? La interacción entre ellos cambia, evoluciona, muta.
Carretera asfaltada en dos direcciones es el lugar donde perderse.
Durante los primeros años de la década de los ochenta se vivió una sobredosis de slashers debido al éxito de películas hoy clásicas como Viernes 13, San Valentín Sangrientoo Prom Night. Esto provocó una saturación y un desgaste muy rápido de este subgénero del cine de terror, ya que cualquier productor ávido de dinero invertía en un slasher aplicando la fórmula "adolescentes idiotas + enmascarado que los mata uno a uno". Y, aunque algunos slashers de esta época son bastante buenos, también se estrenó mucha basura hoy olvidada.
El tiempo ha validado muchos títulos de esa época, pero en aquel momento los metieron a todos en el mismo saco: el oro con la morralla. Esto también provocó que se estrenaran parodias del género como Student Bodies de Mickey Rose tan pronto como 1981. El género rápidamente entró en decadencia debido a una excesiva repetición de la fórmula. Incluso revulsivos como Pesadilla en Elm Street de Wes Craven creaban sus propios baches por culpa de las secuelas e imitaciones. Este ciclo del slasher se repetiría a mediados de los noventa con el estreno de Scream hasta las parodias de Scary Movie (que de hecho era el título original de Scream).
Estrenada en plena decadencia del género, Terror en el instituto (Return to Horror High) de Bill Froehlich es posible que sea ahora más apreciada por su originalidad de lo que lo fue en el lejano 1987 en que vio la luz. El film se puede resumir rápidamente como una mezcla de Scream y Sospechosos Habituales, sólo que casi una década antes que ambas se estrenaran.
La historia arranca cuando un grupo de policías llega al Instituto Crippen donde un equipo que filmaba una película ha sido masacrado. Entre los supervivientes encuentran al guionista, que seguidamente empezará a explicarles que le ha sucedido a los técnicos y actores que precisamente se encontraban allí haciendo una película sobre los asesinatos que tuvieron lugar allí unos años antes.
Mezclando la comedia con el terror la película nos explica la historia de los asesinatos originales mediante flashbacks de los supervivientes de entonces, dentro de los flashbacks que explican los asesinatos actuales. La película juega, además, a mezclar la realidad de lo que sucedió con la versión que hacen de ella la gente de cine haciendo con ello un inteligente juego metalingüístico. A eso se le suma el sexo, la violencia y el gore que hicieron grandes a los ochenta. Y un joven George Clooney con un peinado ridículo. Nada mal para una modesta película de bajo presupuesto.
Descubrí La Dimensión Desconocida a través de las reposiciones que emitió TV3 hace ya unos cuantos añitos. Aunque antes de ver la serie vi la película que dirigieron John Landis, George Miller, Joe Dante y Steven Spielberg. El segmento que dirigió Spielberg me pareció muy cursi y ñoño, pero el resto me pareció genial, especialmente el segmento de George Miller. No fue hasta un tiempo después, estamos hablando de finales de los ochenta hacia primeros de los noventa, que descubrí la serie original creada (y escrita en su mayor parte) por Rod Serling.
Dos cosas me llamaron la atención: con la excepción del segmento de George Miller, los capítulos originales eran mucho mejores que sus versiones cinematográficas y las intros que hacía Rod Serling en cada capítulo. La serie resulta hoy más sorprendente porque no solo vemos como se adelantó a su tiempo y la influencia que ha ejercido en series modernas, especialmente en Perdidos, sino que también muchas de sus metáforas siguen vigentes hoy día. He hecho una pequeña selección de episodios esperando que os pique la curiosidad y, si no la conocéis, le echéis un vistazo. Los títulos están en inglés porque la serie no está editada en dvd en nuestro país, pero sí de importación, así que he preferido no traducirlos por si acaso no coinciden con la traducción que hubiesen hecho para televisión.
And When the Sky Was Opened: Tres astronautas regresan de una misión. Uno de ellos asegura que salieron cuatro astronautas, que uno de ellos ha desaparecido. No le creen, pero cuando él mismo desaparece sin que nadie le recuerde, los otros empezarán a temer por su propia existencia.
The Monsters Are Due on Maple Street: Una mañana, todas las casas de la calle Maple sufren un apagón. En ninguna hay electricidad, comprueban extrañados los vecinos. Entonces, una de las casas se enciende. Luego otra. Los coches funcionan, luego no. A medida que los fenómenos se suceden empieza a extenderse el miedo y la paranoia. Muy pronto empezarán los linchamientos.
People Are Alike All Over: Dos astronautas en misión a Marte. Un astronauta, gran interpretación de Roddy McDowall, siente asco y repulsión por como se imagina que serán los marcianos. El otro es bastante optimista y no siente ningún tipo de prejuicios sobre como serán estos supuestos marcianos. Por desgracia, van a descubrir que la gente es igual en todas partes.
The Odyssey of Flight 33: Cuando un avión se prepara para aterrizar descubre que ha perdido todo contacto con el aeropuerto. Al acercarse a tierra descubren que no hay aeropuerto. Ni ciudad. Lo que sí hay es una extensa jungla. Y dinosaurios.
It's a Good Life: Un niño de seis años tiene el poder de hacer realidad cualquier deseo, cualquier idea que se le ocurra. El pequeño usa este poder para ser feliz él, su familia y su pueblo. ¿Y si alguien no es feliz? Pues se le borra de la existencia y asunto arreglado.
Nightmare at 20.000 Feet: El pasajero de un avión descubre en el ala de éste una extraña criatura. Para empeorar la situación, parece ser que solo él ve la criatura. También es posible que el hombre esté loco. Lo que es seguro es que durante veinte minutos no te moverás del asiento. Dirigido por Richard Donner (La Profecía, Superman, Arma Letal) y escrito por el gran escritor Richard Matheson (publicado en la antología Pesadilla a 20.000 pies, editorial Valdemar).
Hay pocas criaturas en la Tierra tan peligrosas y terribles como el ser humano. Olly Blackburn parece demostrarlo en su película Donkey Punch, en la que un grupo de chicos y chicas con ganas de fiesta acabaran la noche luchando por su propia supervivencia.
Lisa, Tammi y Kim son tres chicas británicas que están pasando unas vacaciones en Ibiza. Quieren pasarlo bien y de este modo hacer que Kim pueda superar una mala ruptura sentimental. Yendo de bar en bar conocen a otros tres chicos británicos: Marcus, Josh y Bluey. Después de estar pasando el rato en la playa, los chicos sugieren a las chicas acabar la fiesta en el yate en el que trabajan, ya que el dueño está fuera. Las chicas acceden y en el bote conocen a un cuarto british: Sean. Los siete empiezan a festear y las cosas van muy bien hasta que, obviamente, empiecen a ir de mal en peor.
Es complicado hablar de una película como Donkey Punch sin estropear ninguna de las sorpresas que aguardan en su interior. Para empezar, la película es mucho más interesante de lo que la sinopsis puede hacerla parecer. Este film no es la típica película de terror adolescente como parece sugerir el tráiler, sino que se trata más bien de convertirnos en indefensos espectadores de lo que son capaces de hacer un grupo de personas por su propia supervivencia en situaciones extremas y sumamente estresantes. Otra cosa que la hace interesante es que no tiene un villano tal como se entiende en términos cinematográficos. Es decir, no hay personajes malvados que quieren hacer maldades a otros personajes simplemente porque son así de malos, lo que hay son personajes que descubren en su interior que son capaces de hacer cosas impensables cuando su propia supervivencia está en juego.
El director Olly Blackburn nos mantiene agarrados al borde de la butaca usando pocos personajes y un único espacio: el yate. En ese sentido puede recordar películas de Roman Polanski como Un cuchillo en el agua o La Muerte y la Doncella. Blackburn consigue crear el efecto que a medida que va creciendo la tensión entre los personajes, el yate parece que se hace más pequeño. Una tensión que nos tiene con el corazón en un puño hasta que empiezan a rodar los títulos de crédito.
Recomiendo esta película sin ningún tipo de reserva a todo tipo de espectadores, no sólo a los aficionados al género.
Rock 'n' Roll High School es de esas películas en que la cosa está clara: si no te gusta, eres idiota.
RNRHS surgió a finales de los setenta de la productora de Roger Corman. Originalmente Corman quería hacer un film juvenil, una comedia que le diese pingües beneficios y como parecía que la música disco era muy popular pensó hacer algo como Disco High School.
Por fortuna, Corman puso el proyecto en manos de Allan Arkush y Joe Dante. Arkush inmediatamente le dijo a Corman que si quería hacer algo que triunfase no podía usar música disco porque la gente odiaría la película. Y razón no le faltaba, hacia 1977, el breve romance que Estados Unidos tuvo con la música disco llegaba a su fin y muy pronto, poco después del estreno de Fiebre del Sábado Noche de hecho, empezaría a generarse una fuerte ola de odio que llegaría al extremo de la destrucción ritual en un estadio de fútbol americano de un montón de LPs de música disco.
Dante se fue a preparar su propio clásico de culto (Piraña) y Arkush y tres guionista más (Richard Whitley, Russ Dvonch y Joseph McBride) se pusieron a trabajar sobre la historia que Arkush y Dante habían escrito. Arkush introdujo a los Ramones como la banda que aparecería en la película e hizo una gran selección con la banda sonora que incluye grandes bandas como Brownsville Station, Velvet Underground, Alice Cooper y a los Ramones, por supuesto.
La trama de RNRHS gira en torno a Riff Randall (P.J. Soles), fan número uno de los Ramones, que sueña con que la mejor banda de punk rock de la historia cante sus canciones. Sin embargo, la nueva directora del instituto, la señorita Evelyn Togar (Mary Woronov, medio malvada medio loca como suele ser habitual), tiene otros planes. Planes que se resumen en convertirse en una tirana y hacer una cruzada contra el rock and roll. En un inesperado giro de los acontecimientos, ambas iniciarán una guerra en el instituto.
RNRHS siempre tendrá un rincón en mi celulóico corazón. Por un lado, la banda sonora de esta película fue el primer disco que me compré. Por otro, estuve perdidamente enamorado de P.J. Soles. De hecho, encuentro a las chicas del periodo que va de 1973 a 1984 completamente irresistibles. Para muestra, un botón:
La verdad es que me preocupaba volver a ver esta película por miedo que la nostalgia la hubiera "engrandecido" y me decepcionase volver a verla ahora. Sin embargo, me descubrí riendo y disfrutando otra vez de la película. No sólo eso, cuando explican en un documental que el vestuario que lleva P.J. Soles en la película es todo suyo, tantas ganas tenía de participar en ella que trabajó por menos de lo habitual, me volví a enamorar de ella.
La música, los gags, el humor absurdo, los actores... RNRHS está cargada de elementos que hacen que simplemente disfrutes y goces viéndola. Es de esas películas que acabas de ver con una sonrisa en la cara diciendo: ¡qué guay! vamos a f*ll*r.
También sirve para ver como han cambiado los tiempos. Mientras que los protagonistas de High School Musical ni siquiera se besan, los de RNRHS no hacen más que buscar maneras de enrollarse, fumar sustancias ilegales y, básicamente, pasarlo bien.
Hay veces en las que uno simplemente tropieza con películas raras. Extrañas, no como puede serlo una película de Buñuel o David Lynch o algo de cine experimental, sino como un sueño en que la gente tiene tres ojos pero no te parece raro.
The Pit (Lew Lehman, 1981) explica la historia de Jamie, un chico que ha entrado en la adolescencia a toda máquina. Está obsesionado con el sexo opuesto, más de lo normal en un adolescente, especialmente con la bibliotecaria del pueblo y con su canguro. Porque a pesar de lo mayor que es Jamie tiene una canguro. La razón es que sus padres están algo preocupados con el muchacho ya que este todavía siente un apego muy fuerte con su osito Teddy. Sin embargo, sus padres no deberían estar preocupados por su supuesta inmadurez: Teddy es un oso diabólico con vida propia al que se le vuelven los ojos rojos cuando habla con Jamie.
La trama de la película realmente arranca, como si lo anterior no fuese suficiente, cuando Jamie descubre en el bosque un pozo en el que habitan una especie de seres primitivos. Al principio Jamie los alimenta con chucherías, pero rápidamente los pondrá a dieta de carne humana, eliminando a todo aquel que sea desagradable con él.
Buscando información sobre la película descubrí dos hechos interesantes: fue la única película que hicieron sus responsables (algo desafortunado, desde luego), y en el guión original de Ian A. Stuart todos los elementos fantásticos pasaban sólo en la mente de Jamie, pero el director Lew Lehman decidió, en un golpe de genio, hacerlos reales. Y digo golpe de genio porque si no fuese por esos elementos bizarros, la película sería solo otra más sobre un niño psicópata que mata gente.
No he encontrado ningún tráiler ni video de esta película, tampoco hay en el dvd, así que os dejo con el tráiler de una película que todavía no se ha estrenado. Es la historia de The Runaways.
Frank Henenlotter estrenó esta pequeña maravilla en 1988 después de debutar con el clásico de culto ¿Dónde te escondes, hermano? (Basket Case, 1982). Brain Damage es posiblemente la mejor película de este director especializado en hacer grandes películas con cuatro duros, principalmente por el gran equilibrio que consigue entre la comedia y los elementos terroríficos. En esta película despliega una curiosa imaginería visual que la separa de sus otras obras, que también contienen impresionantes imágenes pero más ancladas en la carne y las mutaciones.
La historia arranca cuando Aylmer, una extraña criatura que recuerda al mojón de Southpark, escapa de sus cuidadores y va en busca de alguien más manejable. Ese alguien resultará ser Brian, un sanote muchacho que se levanta una mañana y descubre que no se encuentra del todo bien. Aunque en un buen sentido. Brian experiementa toda una serie de fabulosas sensaciones y alucinaciones. Todas esas maravillas han sido proporcionadas por Aylmer. A cambio de volver a experimentarlo todo, Aylmer le pide a Brian solo que lo alimente. Lo cual es fácil porque Aylmer come solo una cosa: cerebros humanos. Brian se mostrará reticente al principio, sin embargo la lucha contra Aylmer se hará más y más difícil a medida que crezca la adicción de Brian por las sensaciones que le proporciona el bicho.
En Brain Damge, Henenlotter construye una nada sutil alegoría sobre las drogas: la degradación física que sufre Brian, como cambia su relación con su novia y con su hermano, el líquido azul que le inyecta Aylmer es una referencia a Blue Ice (una forma de crack). Pero en ningún momento la película cae en el sermón o intenta adoctrinar. La película resulta también muy divertida gracias al bichejo, Aylmer, que tormenta a Brian de forma continua con una alegre vocecilla, e incluso le canta una horrible canción, que muy posiblemente también se os quede grabada en el cerebro.
Como todas las películas de Henenlotter, ésta no se vio libre de la polémica y la censura. En este caso, los problemas se centraron en una escena en la que a Brian le van a hacer una felación, siendo otra cabeza la que recibe la chica en su boca. Y como todas las películas de Henenlotter, en un principio no fue muy bien recibida para luego convertirse en película de culto. De hecho, al terminar la década de los ochenta fue incluida en las habituales listas que los críticos y expertos hacen sobre las mejores películas cuando termina una década, un año o un mes.
El Descuartizador de Nueva York (Lo Squartatore di New York, 1982) está considerado uno de los films más polémicos y controvertidos de Lucio Fulci. Por ejemplo, estuvo durante más de veinte años prohibida en Inglaterra y la edición que salió en DVD el año pasado está censurada. La razón de toda esta controversia es que en la película se muestran mujeres asesinadas de forma brutal y con todo lujo de detalles, lo que ha provocado que la película sea acusada de ser misógina, cuando no de ser pura basura. El argumento es bastante sencillo: un psicópata se dedica a asesinar mujeres y luego llama al inspector encargado del caso imitando la voz de un pato. El inspector se aliará con un psiquiatra para intentar capturar al asesino.
Fulci comentó en una entrevista que esta película es más inteligente de lo que parece a primera vista. Después de haberla visto varias veces me inclino a darle la razón a Fulci. Si uno se fija en algunos diálogos y en la ambientación de la película, se puede deducir que hay más de lo que parece a simple vista. Por otro lado, el hecho que el malo de la película sí sea un misógino no convierte automáticamente la película en misógina. Pensad, por ejemplo, en Henry, retrato de un asesino en serie de John McNaughton, que nos muestra el día a día de un psicópata con tremendo realismo, siendo muchas de sus víctimas mujeres. O comparad El Descuartizador de Nueva York con un auténtico festival misógino como la horrible (de mala) Sardu de Joel M. Reed
Los exteriores fueron filmados en Nueva York, especialmente por Times Square, una zona donde abundaban (en la época que se filmó la película) los locales de strip-tease, los cines grindhouse, la prostitución y los camellos. La forma en que la cámara nos muestra este ambiente puede ser considerado un comentario social en si. Sin embargo, lo mejor es que veáis la película y juzguéis vosotros mismos.
Dejando de lado polémicas y posibles significados, El Descuartizador de Nueva York es un estupendo giallo, o thriller a la italiana. Resulta interesante y divertido el retrato que se hace la policía neoyorkina, más que de la realidad parece sacado de una amalgama de películas policíacas americanas, lo que le da un extraño exotismo. Los crímenes, como ya hemos mencionado antes, estan filmados con todo lujo de detalle y efectividad y fueron creados por los hermanos Rochetti, que me resultan, lo admito, completamente desconocidos.
De entre toda la caterva de pelis de zombis que se han estrenado, pocas pueden vanagloriarse de tratar el tema de forma original. Deadgirl es de esas pocas películas.
Esta es la historia de J.T. y Rickie. Un día deciden explorar un hospital abandonado en el que se encuentran una muerta viviente. Una joven muerta viviente. Así que deciden hacer lo que cualquiera haría en esa situación: quedársela para "disfrutar" de ella. Bueno, a lo mejor no cualquiera, pero sí que dos o tres de vosotros seguro. J.T. tiene sus reservas sobre todo el asunto, mientras que Rickie parece bastante cómodo con la situación, lo que provocará cierta tensión entre ambos. Esta tensión irá aumentando a medida que el secreto lo sea cada vez menos. No os espoilaré más la película, aunque ya os digo, esto no es una comedia romántica.
Uno de los puntos fuertes de Deadgirl es la relación entre J.T. y Rickie. Ambos representan la luz y la sombra de todos nosotros, el eterno enfrentamiento entre nuestros deseos más oscuros y prohibidos y la prudencia o cobardía que nos impide llevarlos a cabo. Otro de los aspectos que trata la película, y que aparece anunciado en el tráiler, es el de madurar, dejar atrás el mundo seguro de la infancia y entrar en el mundo real de los adultos. Un mundo que puede estar lleno de promesas o de desesperanza, que puede ser ilusionante o aterrador. Así se explica, en parte, el atractivo que ejerce la chica muerta para Rickie y por qué cada vez pasa más tiempo con ella. En el mundo exterior no es nadie, no tiene ningún futuro, mientras que en el sótano, con la chica muerta, ha creado todo un mundo del que él es el rey. J.T., por otro lado, tampoco tiene nada en su vida que no sea desesperanza y mediocridad, pero desea encajar en la sociedad, por eso siente atracción y repulsión al mismo tiempo por el mundo de la chica muerta.
La película se anuncia como "del productor de Hellraiser y Escuela de jóvenes asesinos". Y es cierto que Christopher Webster trabajó como productor en Hellraiser (Clive Barker, 1987) y en Escuela de jóvenes asesinos (Heathers, Michael Lehmann, 1988), sin embargo el proyecto nace de su guionista Trent Haaga. De todas maneras, las referencias a ambas películas no resultan gratuitas. Deadgirl comparte con Escuela de... el análisis que hace de la adolescencia y la sociedad que la rodea con ácido sulfúrico y bisturí (por cierto, Escuela de... es una gran comedia negra a reivindicar). Con Hellraiser comparte un enfermizo romanticismo; al fin y al cabo ambas son, en el fondo, historias de amor.
Deadgirl es a un tiempo divertida y perturbadora, el tipo de película que uno comenta después de verla. Tremendamente inteligente y original, algo que no abunda en estos tiempos.
¡Bienvenidos, niños y niñas! Bienvenidos a este blog dedicado a las películas de serie B, la explotation, el cinema de merde y lo que sea que pase por mis torturados ojos.
Para empezar esta andadura bloggera nada mejor que un gran ejemplo del cine fantástico autóctono como es El Retorno del Hombre Lobo escrita, dirigida y protagonizada por el recientemente fallecido Jacinto Molina, alias Paul Naschy. Es esta una película que supura goticismo, clasicismo y romanticismo por sus cuatro costados, Naschy muestra en este film su gran amor por el terror clásico de la Universal de los años 30 temáticamente y visualmente recuerda mucho a los clásicos de la Hammer.
La película se estrenó en 1980, ejemplificando el fin de una era y el principio de la siguiente. Nos referimos, claro, a los efectos especiales de maquillaje que revolucionaron el género fantástico durante la década de los 80. En El Retorno... todavía nos encontramos la técnica del fundido para mostrar la transformación del hombre lobo (se le hacían una serie de planos fijos al actor, añadiendo cada vez un poco de maquillaje y luego, mediante el montaje, se iba fundiendo de plano a plano); en 1981 se estrenaría primero Aullidosde Joe Dante y luego Un Hombre Lobo Americano en Londres de John Landis (esta película contiene la mejor transformación licantrópica de la historia del cine y a día de hoy todavía no se ha superado) que mostraban las transformaciones en cámara mediante el uso de efectos de maquillaje y prótesis, añadiendo realismo y efectividad a la transformación de hombre a lobo.
Tal vez fue por falta de presupuesto o técnica que no se usaron las prótesis en El Retorno... pero yo me inclino a pensar que fue una opción estilística por parte de Naschy. Él mismo declaró en más de una ocasión que a los hombres lobos modernos les faltaba algo de alma porque no se podía ver al actor debajo de la cabeza animatrónica, no digamos ya a los hombres lobo digitales. Algo de razón no le faltaba a Naschy. Personalmente creo que si bien los maquillajes y animatrónicos de Aullidos y Un Hombre Lobo Americano... resultan muy convincentes, los hombres lobo digitales que aparecen en Un Hombre Lobo Americano en París de Anthony Waller, Van Helsing de Stephen Sommers o La Maldición de Wes Craven resultan poco creíbles y algo ridículos (y el hecho que las dos primeras sean películas realmente malas tampoco ayuda).
Entrando ya en la película en si, nos encontramos al inicio un jurado que condena a la archiconocida Elizabeth Báthory, la Condesa Sangrienta (interpretada por Julia Saly), y al pobre maldito Waldemar Daninsky (Paul Naschy, of course). Ambos son ejecutados y enterrados siguiendo toda una serie de rituales por sus terribles crímenes. Siglos más tarde, unas arqueólogas descubriran la tumba de Báthory y la despertaran. Por otro lado, unos ladrones de tumbas despertaran al hombre lobo Waldemar Daninsky. Como ya os podéis imaginar ambos se enfrentarán en una orgía de sangre.
Como mencionaba al principio, la película está llena de elementos góticos y románticos. Julia Saly hace una gran interpretación como la Condesa Báthory, mezclando adecuadamente sed de sangre y erotismo. Azucena Hernández interpreta a una de las arqueólogas que descubren la tumba de Báthory y se convertirá en el interés romántico de Waldemar Daninsky, haciendo una correcta actuación. Silvia Aguilar es Erika, una "fan" de la Báthory que si bien no destaca como actriz si lo hace con su presencia voluptuosa. Narciso Ibáñez Menta, el padre de Narciso Ibáñez Serrador, hace una estupenda breve aparición como venerable erudito. Y, por supuesto, Jacinto Molina está estupendo como Waldemar Daninsky, era ya la novena vez que lo interpretaba si no me equivoco.
La fotografía de fuertes colores que recuerda a las películas de la Hammer de los 60 es de Alejandro de Ulloa. La música fue a cargo de la librería CAM, supongo que por cuestiones de presupuesto, así que no hay mucho que destacar en ese departamento, ya que básicamente es música de otras películas.
Esta película le gustará a todo fanático del terror más clásico. Empezando por la escena de la resurrección de la Condesa Sangrienta, los diferentes asesinatos involuntarios de Waldemar Daninsky como hombre lobo o los ataques de las vampiras, está llena de grandes momentos. Tal vez sea ese su único defecto, que la película va avanzando como una suma de escenas, de momentos, mas que con una trama bien construida. Sin embargo, esto no hace que la película no sea tremendamente disfrutable.
El 2007 fue adapatada al cómic por el mismo Paul Naschy, con dibujos de Javier Trujillo.