Después de someter mi cerebro a la música machacona y la discutible calidad de Mortal Kombat (Paul W. S. Anderson, 1995), necesitaba algo clásico, con clase y cargado de perversidad. Nada mejor que un clásico de terror de la Universal protagonizado por Boris Karloff y Bela Lugosi, en el que nos encontramos, como escribió Edgar Allan Poe, "mucha locura y más pecado".
Peter y Joan Alison (David Manners y Julie Bishop) pasan su luna de miel en Hungría. Debido a un error en la venta de billetes, acaban compartiendo vagón con el doctor Vitus Werdegast (Bela Lugosi). El doctor Werdegast va camino de reencontrarse con su "amigo" Hjalmar Poelzig (Boris Karloff), un famoso arquitecto. En realidad, Werdegast busca vengarse de Poelzig, que traicionó a sus compañeros en el ejército, lo que provocó que Werdegast acabara en prisión. Mientras este cumplía condena, Poelzig se casó con la mujer de Werdegast y ha hecho muchas más terribles cosas de las que ni siquiera Werdegast es consciente. Peter y Joan se verán atrapados en la batalla entre los cada vez más dementes Werdegast y Poelzig.
Edgar G. Ulmer y Peter Ruric se encargaron del guion que, supuestamente, adaptaba el relato de Poe El gato negro. La trama de la película no tiene nada que ver con la del relato, aunque se le añadió un debilitante miedo a los gatos negros al personaje de Lugosi. Sin embargo, esta fantástica película está repleta de elementos temáticos propios de la obra de Poe, como son la necrofilia y el incesto. Además de generosas dosis de sadismo, que culminan con un personaje al que se le despelleja el rostro sin anestesia. Y por si esto fuera poco, en los 65 minutos que dura Satanás también hay sitio para un culto satánico liderado por Poelzig (supongo que de aquí viene el título castellano). El culto se dedica a sacrificar mujeres que Poelzig viola y luego mata, conservando sus cadáveres perfectamente en ataúdes de cristal, que admira con ojos golosos. Por supuesto, espera que la joven Joan sea su próximo sacrificio.
Como os podéis imaginar, la gran cantidad de perversiones y fetichismos que presenta el film provocó que tuviera incontables problemas con la censura de la época, aunque hoy día parezca un film muy suave, o relativamente suave. Pero eso no ha impedido que el film se convierta en un clásico, aunque no tenga la misma resonancia que los clásicos de terror de la Universal protagonizados por Drácula y el monstruo de Frankenstein. Pero la dirección de Ulmer le dio un toque único al film. Empezando por el diseño modernista de la casa de Poelzig, alejado del gótico más típico de la época, aunque la historia siga rebosando gótico desde un punto de vista temático. La historia avanza con gran ritmo (solo dura 65 minutos, repito), sumergiéndonos en el juego de pesadilla que se llevan entre manos los dos protagonistas rápidamente. Y hablando de los protagonistas, tanto Karloff como Lugosi están soberbios. Karloff exprime al máximo la satánica presencia de Poelzig, inspirado por la figura de Aleister Crowley, mientras que Lugosi ofrece una gran interpretación alejada de los personajes más típicos que le tocaba interpretar habitualmente. David Manners y Julie Bishop cumplen adecuadamente con sus papel de pareja heroica, indistinguibles de otras muchas parejas parecidas que se encontraban en situaciones parecidas en incontables títulos de la época.
The Black Cat puede que ya no provoque los escalofríos que provocó en el momento de estrenarse, pero sigue siendo un placer disfrutarla gracias a su historia, sus interpretaciones y el diseño de producción. Tanto para los amantes del cine como para los amantes del cine de terror, es difícil resistirse al hechizo de esta perversa, hipnótica y gótica película.
No ha sobrevivido ningún tráiler de la época, pero podéis disfrutar de esta genial adaptación animada de El corazón delator, uno de mis cuentos favoritos de Poe, narrado por James Mason.