La televisión autonómica catalana emitió unas series hacia finales de los ochenta y primeros noventa que, junto a La Bola de Cristal y Los Fraguel (Fraggel Rock, 1987), dejaron una marca indeleble entre los que entonces éramos unos (más) jóvenes espectadores: Bola de Drac (Dragon Ball, 1986), Doctor Slump (Dokutaa Suranpu Arale-chan, 1981) que nosotros llamábamos simplemente Arare y L'imperdible Parker Lewis (Parker Lewis Can't Loose, 1991-1993). Pero de entre ellas, si hubo una que sobresalió y generó un gran impacto fue Els joves (The Young Ones, 1982-1984). Todas ellas tienen en común que eran series tremendamente demenciales y surrealistas, pero The Young Ones se llevaba la palma en cuanto anarquía y locura.
Cuatro jóvenes estudiantes comparten casa: Neil (Nigel Planer), hippy; Rick (Rik Mayall), anarquista; Vyvyan (Adrian Edmondson), punk, y Mike (Christopher Ryan), mod. La relación entre ellos suele ir del odio a la violencia, normalmente Vyvyan y Mike uniendo fuerzas contra Rick y Neil siendo el perdedor con el que todos se meten. Eso sin olvidar el casero Jerzy Balowski, que no tiene problemas en hacerles la vida imposible. Lo interesante de la serie, además de la relación entre estos extremos personajes, son las surrealistas peripecias en las que se van embarcando en cada episodio: desde tener la gripe a hacer la colada.
Una de las características que hizo que la serie triunfara entre nosotros fue, aparte de que te reías sin parar de principio a fin, que en cada episodio se incluía una actuación musical. Allí nuestros imberbes cerebros fueron expuestos a la música de bandas Madness, The Damned o Motörhead, contribuyendo junto a Tocata y Rockopop en nuestra educación musical básica.
The Damned en el episodio Nasty, de la segunda temporada:
Madness en el episodio Boring, de la primera temporada:
La razón por la que se incluyeron actuaciones musicales fue que de esa manera la serie se podía calificar como "entretenimiento ligero" y no "sit-com", ya que en aquel momento no había presupuesto para más sit-coms. Fuera como fuera, cada episodio era una locura, ya que si la trama principal no era lo bastante hilarante, violenta o extravagante, lo eran los gags protagonizados por moscas, cajas de cerillas o parodias de programas de televisión. Los guiones corrían a cargo de Ben Elton, Lise Mayer y Rik Mayall, además de las intervenciones de Alexei Sayle que creaba por su cuenta las apariciones de la familia Balowski, cuyos miembros eran interpretados siempre por él, aparte de algún otro personaje que salpicaba la trama aquí y allá.
Los cuatro protagonistas derivaban de personajes que cada actor había creado a lo largo de su carrera como comediante. La excepción era Mike, creado por Peter Richardson mientras trabajaba con Nigel Planer, cuando Richardson declinó hacer la serie el papel fue para Christopher Ryan. Tantas personalidades humorísticas contribuyeron a crear una amalgama de diferentes estilos de comedia: desde la basada en los diálogos pasando por el slapstick, la parodia o el surrealismo al estilo Monty Python.
La serie surgía además como una furiosa e irreverente respuesta a la Inglaterra de Margaret Thatcher, que se inclinaba hacia la más conservadora derecha posible. Un ambiente opresivo políticamente que ayudó a crear no sólo esta grandiosa serie de humor, también las obras más interesantes de Alan Moore.
En Cataluña esta serie es tremendamente popular, gracias a las continuas reposiciones que ha hecho de ella TV3, primero, y, más tarde, BTV. No sé si en el resto de España se conoce la serie o tiene la misma popularidad, por lo menos en el País Basco la deben conocer porque los DVD de la serie incluyen una pista de audio en euskera. Si no la conocéis, preparaos para degustar la anarquía más divertida que habréis visto nunca.
Un episodio de la serie:
Un documental sobre la serie: