Tenía varias razones para ver Iron Man 3 (Shane Black, 2013), además de ver como seguía la saga de Iron Man o de qué manera se iniciaba la Fase 2 del Universo Marvel en el cine. La principal era ver el regreso de Shane Black a la primera línea.
Black marcó el cine de acción de los 80 con el guion de Arma letal (Lethal Weapon, Richard Donner, 1987). Pero su trayectoria en los 90 no disfrutó del mismo éxito, y películas con guion suyo como El último gran héroe (Last Action Hero, John McTiernan, 1993) o Memoria letal (The Long Kiss Goodnight, Renny Harlin, 1996) fueron fracasos de taquilla (aunque no fuera culpa de su trabajo como guionista el hecho de que una película no funcionara y el hecho de que una película fracase en taquilla en el momento de su estreno no quiere decir que sea una mala película).
Lo peor fue que su debut en la dirección, la fantástica Kiss Kiss, Bang Bang (2005) protagonizada por Robert Downey Jr., fue otro fracaso de taquilla y en su momento solo fue apreciada por gente como servidor, que la cazó en su fugaz paso por las salas de cine (en el circuito de cine independiente y de autor, junto a dramas iraníes y romanticismo francés).
Ironías de la vida, puede que Kiss Kiss, Bang Bang pasara desapercibida para el gran público, pero la interpretación de Downey como Harry Lockhart no pasó desapercibida dentro de la industria. Esta película marcaba el resurgir de Downey como actor tras un periodo de oscuridad debido a su afición por "merendar fuerte". Fue el papel de Harry Lockhart lo que hizo que en Marvel aceptaran la idea que había tenido Jon Favreau de darle el papel de Tony Stark en Iron Man (2008). Y ahora, Iron Man 3 marca el regreso a la vida (artística) de Shane Black.
Y Black vuelve a lo grande.
Empieza la película y me encuentro que el presidente está interpretado por ¡William Sadler! ¿Y el vicepresidente? ¡Miguel Ferrer! Ah, la vida está llena de dulces momentos. Solo faltaba gente explotando para marcar esta película como sublime y hay un montón de gente que explota. Por tanto, se tenía que fastidiar mucho la cosa como para que la película no fuera genial. Y lo es, mucho mejor que la segunda entrega.
El film está repleto de grandes actores y buenas interpretaciones: Ben Kingsley es El Mandarín, además de Guy Pearce, Rebecca Hall, una buena plétora de secundarios y el trío protagonista Downey, Gwyneth Paltrow y Don Cheadle. Por tanto, aseguraos de verla doblada para no disfrutar ni paladear el fantástico trabajo de esta colección de actores y actrices. Especialmente en lo que se refiere al gran trabajo de Kingsley, viéndola doblada os aseguráis de no apreciarlo como se merece en absoluto.
Iron Man 3 trata la habitual historia de héroe hundido por enemigo que resurge de lo más hondo del pozo, que Frank Miller llevó a la perfección en Daredevil: Born Again. En esta ocasión, Tony Stark sufre de un síndrome de estrés postraumático que no se lo salta un caballo después de los eventos de Los vengadores (The Avengers, Joss Whedon, 2012). Y es entonces que hace acto de presencia El Mandarín, en el peor momento para Stark. Además, IMA anda por ahí, si estáis familiarizados con los cómics Marvel ya sabréis que eso no puede ser bueno.
En la superficie, el film cumple de sobras con lo que buscamos (por lo menos yo) en este tipo de películas: un conseguido tono que pone la emoción y el humor en los momentos justos, trepidantes secuencias de acción, un sólido guion... En definitiva: entretenimiento a tutiplén. Pero, además, se nos presentan temas en el subtexto, relacionados con la historia reciente de Estados Unidos, que aparecen presentados de forma interesante pero sin llamar la atención sobre si mismos. En otras palabras, es un film entretenido y divertido, pero de forma inteligente.
Imagino que ya tenéis pensado verla o ya la habéis visto, a no ser que seáis de esos sosos que no gustan de este tipo de películas, así que poca importancia tiene lo que os diga. Yo la disfruté mucho, la secuencia al final de los créditos me hizo reír bastante y me ha dado buenos presentimientos sobre como irá la Fase 2.
Ironías de la vida, puede que Kiss Kiss, Bang Bang pasara desapercibida para el gran público, pero la interpretación de Downey como Harry Lockhart no pasó desapercibida dentro de la industria. Esta película marcaba el resurgir de Downey como actor tras un periodo de oscuridad debido a su afición por "merendar fuerte". Fue el papel de Harry Lockhart lo que hizo que en Marvel aceptaran la idea que había tenido Jon Favreau de darle el papel de Tony Stark en Iron Man (2008). Y ahora, Iron Man 3 marca el regreso a la vida (artística) de Shane Black.
Y Black vuelve a lo grande.
Empieza la película y me encuentro que el presidente está interpretado por ¡William Sadler! ¿Y el vicepresidente? ¡Miguel Ferrer! Ah, la vida está llena de dulces momentos. Solo faltaba gente explotando para marcar esta película como sublime y hay un montón de gente que explota. Por tanto, se tenía que fastidiar mucho la cosa como para que la película no fuera genial. Y lo es, mucho mejor que la segunda entrega.
El film está repleto de grandes actores y buenas interpretaciones: Ben Kingsley es El Mandarín, además de Guy Pearce, Rebecca Hall, una buena plétora de secundarios y el trío protagonista Downey, Gwyneth Paltrow y Don Cheadle. Por tanto, aseguraos de verla doblada para no disfrutar ni paladear el fantástico trabajo de esta colección de actores y actrices. Especialmente en lo que se refiere al gran trabajo de Kingsley, viéndola doblada os aseguráis de no apreciarlo como se merece en absoluto.
Iron Man 3 trata la habitual historia de héroe hundido por enemigo que resurge de lo más hondo del pozo, que Frank Miller llevó a la perfección en Daredevil: Born Again. En esta ocasión, Tony Stark sufre de un síndrome de estrés postraumático que no se lo salta un caballo después de los eventos de Los vengadores (The Avengers, Joss Whedon, 2012). Y es entonces que hace acto de presencia El Mandarín, en el peor momento para Stark. Además, IMA anda por ahí, si estáis familiarizados con los cómics Marvel ya sabréis que eso no puede ser bueno.
En la superficie, el film cumple de sobras con lo que buscamos (por lo menos yo) en este tipo de películas: un conseguido tono que pone la emoción y el humor en los momentos justos, trepidantes secuencias de acción, un sólido guion... En definitiva: entretenimiento a tutiplén. Pero, además, se nos presentan temas en el subtexto, relacionados con la historia reciente de Estados Unidos, que aparecen presentados de forma interesante pero sin llamar la atención sobre si mismos. En otras palabras, es un film entretenido y divertido, pero de forma inteligente.
Imagino que ya tenéis pensado verla o ya la habéis visto, a no ser que seáis de esos sosos que no gustan de este tipo de películas, así que poca importancia tiene lo que os diga. Yo la disfruté mucho, la secuencia al final de los créditos me hizo reír bastante y me ha dado buenos presentimientos sobre como irá la Fase 2.