Ahora que se han anunciado nada menos que dos proyectos relacionados con los personajes creados por Thomas Harris, una serie de televisión centrada en la relación entre Will Graham y Hannibal Lecter y otra centrada en los primeros años de Clarice Starling en el FBI, parece un momento especialmente adecuado para repasar la saga cinematográfica que nos introdujo a uno de los más memorables villanos del cine. Como son una serie de películas que imagino que todo el mundo conoce bastante bien, me centraré en los aspectos que personalmente me llamaron más la atención (vamos, la rutina habitual) y algunas diferencias interesantes entre los libros y las películas.
Y cuando digo diferencias entre libros y películas no quiero decir que unos sean mejores que las otras o viceversa. Ni mejor ni peor: diferente. Por eso, y sin que sirva de precedente, me gustaría que prescindierais de los siguientes tópicos en los comentarios (en caso que haya alguno):
-El libro es mejor que la película.
-Son medios diferentes, es natural que haya diferencias entre libro y película.
-Si se hiciera una traslación literal de libro a película, esta sería demasiado larga y aburrida.
-Tengo tres pezones.
Empezaremos por supuesto con la soberbia Hunter (Manhunter, Michael Mann, 1986), genial adaptación de El dragón rojo de Thomas Harris, de la que ya escribí un post aquí, así que no me entretendré mucho para no repetirme. Harris fue un pionero a la hora de presentar las nuevas técnicas de ciencias del comportamiento que en aquel momento se empezaban a desarrollar en el FBI. Además, el escritor había trabajado como periodista de sucesos antes de dedicarse a la literatura y los crímenes y asesinos que aparecen en sus novelas se basan en crímenes reales que cubrió como periodista. Realmente fue el primero en crear el thriller con elementos de terror psicopático que triunfa tanto hoy día. Mann se vio atraído hacia la novela por la manera en que Harris presentaba el proceso que sigue el investigador Will Graham, estupendo William Petersen en el film, para atrapar al psicópata, la forma en que se introduce en la mente del asesino.
Mann traslada a la pantalla muy bien algo tan difícil de traducir en imágenes como son los procesos mentales descritos por Harris. En este aspecto fue instrumental la estupenda interpretación de Petersen. Pero la película está llena de grandes interpretaciones, como la de Brian Cox haciendo de Hannibal Lecter, muy superior a la de Anthony Hopkins, que creó basándose vagamente en el asesino en serie Peter Manuel. Del mismo modo, para Francis Dollarhyde, interpretado por Tom Noonan, Mann se basó para su representación en pantalla en el caso del psicópata Dennis Wayne Wallace, el cual asesinó a varios motoristas impulsado por la relación amorosa que en su mente mantenía con una mujer en la que en la vida real apenas pasó 45 minutos (uno no puede más que pensar cómo habría sido La Vita Nuova si Dante hubiera sido un psicópata loco de amor por su Beatriz). Al parecer la canción de esta relación imaginaria de Wallace era In-A-Gadda-Da-Vida de Iron Butterfly, lo que llevó a Mann a usarla en el gran final de su film.
Manhunter nos muestra también lo que diferencia una buena adaptación de otra mediocre si la comparamos con El dragón rojo (Red Dragon, Brett Ratner, 2002). Mann adapta de forma fiel la novela pero también aporta detalles suyos, enriqueciendo la película. Por ejemplo, la escena en que Graham se duerme en el avión dejando a la vista las fotos de los crímenes fue creación suya o cuando el psicópata Francis se presenta en casa de Reba (Joan Allen) y suelta el ominoso "Francis se ha ido, Francis se ha ido para siempre", gran momento que también fue invención de Mann. El film de Ratner carece de personalidad, todos los grandes momentos proceden de la novela y Mann ya los había incluido antes, incluso hay guiños al film de Mann y Ratner consideró que el director hiciera un cameo en su film. Además, El dragón rojo tiene que seguir el diseño establecido por El silencio de los corderos (The Silence of the Lambs, Jonathan Demme, 1991), mientras que el de Mann tiene su propio diseño. Y otro problema, cuando se rodó El dragón rojo Lecter era la estrella, así que se tuvieron que inventar una serie de escenas que no aportan nada al film para justificar su presencia. Esto va en detrimento del personaje Will Graham, ya que lo muestran como más débil, necesitado de la ayuda de Lecter y se inventan una relación entre ambos en la cual habían colaborado en anteriores casos, algo que no aparece en la novela original ni en el film de Mann. De ahí que el Graham de Manhunter sea más interesante que el de El dragón rojo, ya que en Manhunter vemos como Graham se va transformando durante la película a medida que su conexión con el asesino aumenta.
Lo curioso es que cuando Dino de Laurentiis le pidió a Mann que aumentara la presencia de Lecter en el film (en la novela sólo tiene dos apariciones presenciales, el resto es a través de referencias y cartas), Mann transformó una postal que le escribe Lecter a Graham en una escena de diálogo, de modo que Lecter le transmite una información que luego a Graham le será útil. En el film de Ratner hacen lo mismo, pero la frase que le da la pista a Graham la utilizan en un diálogo anterior proveniendo del propio Graham (Edward Norton) en una comisaría, con lo cual la escena pierde todo el propósito y se hace tan innecesaria como el resto de escenas inventadas y añadidas que aparecen en El dragón rojo (el film).
También resulta curioso en qué coinciden ambas adaptaciones. En ambas convierten el hijastro de Graham en su hijo natural, algo lógico, y en ninguna de las dos aparece la voz del Dragón Rojo que empieza a hablar a Dollarhyde cuando este tiene relaciones con Reba. Ambas son también menos góticas y tenebrosas que la novela de Harris. Además, el final original de la novela no es muy cinematográfico que digamos, es bastante oscuro. Mann opta por hacer su propio y estupendo final, mientras que en el film de Ratner tiene un final que empieza como el de la novela pero luego se adentra en territorio ridículo y predecible. Otro dato curioso es que en las novelas Lecter está encerrado hasta que se determine si puede ser juzgado, mientras que en El dragón rojo vemos que es juzgado y declarado culpable.
El film de Ratner se puede encontrar fácilmente en Blu-ray y DVD. Recomiendo, aquellos que puedan, comprar el pack inglés en Blu-ray que incluye El silencio de los corderos, Hannibal (Ridley Scott, 2001) y El dragón rojo ya que resulta muy barato y son las mismas ediciones que podéis encontrar aquí. La fantástica película de Mann, en cambio, está editada en DVD aquí pero sólo incluye el montaje cinematográfico. Yo hace tiempo compré una edición limitada de Anchor Bay que incluía los dos montajes, aunque el del director estaba basado en la copia en vídeo sin audiocomentario. Luego me compré la edición en Blu-ray inglesa de Momentum, que tiene los mismos extras de la americana, más un audiocomentario de Mann, así como una versión remasterizada del montaje del director que sin embargo no incluye una escena que sí está en la versión de la edición limitada; al parecer no se encontraron los negativos.
El silencio de los corderos es un film también soberbio que no ha perdido fuerza con el paso del tiempo. Ya desde los primeros acordes de la gran banda sonora de Howard Shore. Cuenta también con un gran reparto, y aunque ya he dicho que el Lecter de Brian Cox es muy superior al de Hopkins, aquí Hopkins ofrece la mejor interpretación de las tres que ha hecho como Lecter, las otras dos demasiados sobrecargadas. Jodie Foster también ofrece una buena interpretación como la frágil Clarice, muy diferente de la Clarice de la novela, más dura y determinada.
Mientras en las películas aparecen dos interpretaciones diferentes de Clarice, en las novelas no. La Clarice literaria es más dura, como he dicho, y aparenta una mayor fuerza. Ted Tally fue el guionista de El silencio de los corderos y El dragón rojo y su mayor contribución parece ser hacer que los personajes de la novela sean más débiles y frágiles en sus versiones cinematográficas.
En la película se eliminan todas las referencias a El dragón rojo que aparecen en la novela, aunque algunos detalles se repiten en ambas en lo que se refiere al pasado y aficiones de Lecter. Lo curioso es que dos actores de Manhunter, Dan Butler y Frankie Faison, aparecen en El silencio de los corderos aunque interpretando personajes diferentes. Faison aparecerá luego también en Hannibal y El dragón rojo.
De El silencio de los corderos se ha hablado mucho, y lo único que quiero decir es esto: El silencio de los corderos es una gran película DE TERROR.
De terror, lo habéis leído bien.
Silencio se estrenó en un momento en el cual el cine de terror estaba muy mal visto (¿y cuándo ha sido bien visto?), de modo que para promocionar películas de terror pero sin que dijese que eran películas de terror se inventaron en Hollywood la denominación "thriller psicológico". La mayoría de películas de terror, particularmente slashers, de los 90 se promocionaban como thrillers psicológicos. Hasta Scream (Wes Craven, 1996) fue promocionada así. Fue gracias a esto que Silencio fue nominada y ganó el Oscar a la mejor película, entre otros. Si se hubiese promocionado como película de terror es posible que ni siquiera hubiera sido nominada.
Harris, en sus novelas, mezcla elementos del thriller y de la novela de terror más truculenta. Por tanto, yo no digo que en la película no haya elementos del thriller, los hay, pero mezclados con otros propios del cine de terror, que introduce Demme, el cual no olvidemos que sale de la factoría Corman.
El lanzamiento de semen a la cara de Clarice no es que sea algo propio del cine de terror, pero desde luego es desagradable. La ambientación de la celda de Lecter sí es propia de un film gótico. El primer plano de la cabeza cortada de una víctima guardada en un tarro y otros detalles truculentos como las uñas ensangrentadas en las pareces del pozo en que Jame Gumb (Ted Levine) deja a sus víctimas sí son propios del género terrorífico. También el diseño de sonido. Fijaos como se puede oír una especie de suspiro de ultratumba cuando sacan el capullo de insecto de la boca de una de las víctimas y el mismo suspiro lo oímos luego salir de la boca de Lecter. Cuando Clarice y Lecter tienen su último intercambio en persona, de repente se empieza a oír un viento salido de la nada mientras Clarice se confiesa. Eso sin olvidar al propio Lecter, que hasta tiene su máscara como Jason Voorhees y se pone la piel de una de sus víctimas como careta igual que Leatherface.
Igual que los films protagonizados por Michael Myers y Jason Voorhees, el éxito de Silencio generaría muchas copias, thrillers truculentos con elementos propios del cine de terror. Si de las copias de las aventuras de Jason saldrían films interesantes como Pesadilla en Elm Street (A Nightmare on Elm Street, Wes Craven, 1984); de las copias de Silencio también saldría un film interesante como Seven (Se7en, David Fincher, 1995) que a su vez generó un buen número de copias (curiosamente, Fincher cita Manhunter como una de sus mayores influencias en su película).
Aunque no tan truculenta ni perturbadora como la novela, Silencio es un film de terror.
Hay otro detalle del estilo de Demme que me llamó la atención en este film: la cantidad de veces que los personajes hablan directamente a cámara. Tal vez sea una manera de introducir al espectador dentro de la película haciendo que los personajes hablen directamente con el espectador, pero resulta desconcertante la frecuencia con la que sucede en el film. También es de notar un detalle del diálogo que se pierde en la traducción por cuestiones lingüísticas: en inglés el pronombre neutro "it" se utiliza para denominar objetos inanimados y es el pronombre con el que Gumb se dirige a sus víctimas, una manera sutil de indicar como los asesinos en serie no ven como seres reales a las personas que matan, las cosifican.
Y como último argumento, el tráiler de Silencio, propio de una película de terror.
Leyendo Hannibal de Thomas Harris, uno tiene la impresión de que Harris hizo una novela increíblemente truculenta cargada de grotesco humor negro como si quisiera ver si Hollywood tenía el suficiente valor como para llevarla al cine.
Desde el principio, con un tiroteo a ritmo de Macarena y unos agentes llamados Burke y Hare como la histórica pareja de asesinos en serie y ladrones de tumbas, hasta el final caníbal, es un no parar de diversión del tono más negro posible. Un libro lleno además de personajes memorables como la hermana del villano Mason Verger, la cual no aparece en el film.
El máximo exponente de las diferencias entre novela y película es la representación de Verger. En la novela es básicamente una calavera con pelo y un único ojo, cuyo descarnado rostro lo recorren venas palpitando mientras la sangre circula por ellas y que en un momento hace llorar a un niño para que usen sus lágrimas para darle sabor al martini que se bebe. En la película es malvado y tiene una cara destrozada y deforme, pero con nariz y dos ojos y demás. El único momento en que la película se acerca al tono del libro es durante algunos momentos del final, que también es radicalmente distinto al de la novela.
Creo que fue un error encargarle la película a Ridley Scott, ya que adopta un tono demasiado serio que hace que el film resulte algo aburrido y lento en algunos segmentos. La película se toma demasiado en serio a si misma y se pierde la diversión y el horror de la novela. Una lástima.
Por cierto, la edición en Blu-ray no incluye todos los extras de la edición especial que salió en DVD, es decir que tampoco incluye el genial easter egg. Aquí lo tenéis por si no lo encontrásteis (estaba en el segundo disco):
Ya he comentado los problemas de El dragón rojo, que tampoco es que sea una mala película, así que pasaremos directamente a la última entrega cinematográfica: Hannibal, el origen del mal (Hannibal Rising, Peter Webber, 2007).
Teniendo en cuenta el aspecto extremadamente visual de la novela, parece que fue ya escrita con la intención de convertirla en guion o primero Harris ideó el guion y luego la novela, ya que Harris es también el autor del guion.
Hannibal Rising es una típica película de venganza, sólo que en lugar de Charles Bronson con un pistolón tenemos a un joven Hannibal despachando gente. Creo que esto fue un error, pero realmente el problema es que da igual que tipo de historia se hiciera, ya sabemos el final y los detalles más interesantes de la vida de Hannibal, con lo cual se pierde el suspense.
Lo interesante de la novela (que tampoco es que sea lo mejor de Harris) es que te introduce dentro de la cabeza de Hannibal, algo que no sucede en el film. Además, la dirección de Webber hace que el ritmo del film sea excesivamente lento y ceremonioso, restándole impacto e interes. Por otro lado, los personajes describen a Hannibal (Gaspard Ulliel) como un monstruo pero realmente en la película no vemos ningún motivo para estas reacciones.
En definitiva, la película es un intento desesperado de sacar dinero de una franquicia que ya ha dado todo lo que podía dar. De hecho, las series de televisión anunciadas paracen igualmente desesperadas en su intento de exprimir el personaje.
Resumiendo: Manhunter y El silencio de los corderos grandes películas; Hannibal y El dragón rojo regulares y Hannibal, el origen del mal sin interés.
Este es el tráiler americano de Hannibal Rising pero la película fue una coproducción europea.