Resulta significativo que, mientras que del clásico film de Friedkin se han hecho hasta tres ediciones distintas en Blu-ray, la reciente 40º aniversario apareció a finales del año pasado, ninguna de las secuelas ha sido editada en Blu-ray (aunque se anunció la aparición de la segunda entrega, en el momento de escribir este artículo todavía no se ha editado). Cada una de las secuelas producidas hasta ahora del film han sido conflictivas y solo la segunda entrega dio beneficios en el momento de estrenarse, así que parece que han tirado la toalla y se dedican a exprimir El exorcista buscando algún gancho para que los aficionados se vuelvan a comprar la misma película.
Actualmente El exorcista es vista como un gran clásico, no solo del cine de terror, cuyo impacto en la cultura es innegable. Inició un subgénero, el de "poseídos exorcisados", del que se siguen estrenando películas. A mediados de los 70, sin embargo, era simplemente una película que había recaudado millones, de modo que se no le dio muchas vueltas para poner en marcha una secuela para obtener más beneficios. Así nació El hereje (Exorcista II) (Exorcist II: The Heretic, John Boorman, 1977).
En el momento de estrenarse en Estados Unidos,
El hereje fue recibida con críticas salvajes en la prensa y burlas crueles por parte de la audiencia. Esto hizo que Boorman retirara el film de las salas de cine y la reeditara en un intento de salvar el honor (un caso parecido al de Stanley Kubrick y
El resplandor [The Shining, 1980]), esta versión reeditada fue la que se estrenó en Europa. Pero el director de
Defensa (
Deliverance, 1972) poco pudo hacer, la película siguió siendo ridiculizada.
Personalmente he de decir que a mí el film se me hizo bastante entretenido y divertido. Alucinógeno y excesivo, puedo entender que al público de finales de los 70 le pareciera que era demasiado exagerado como para tomárselo en serio. Habiendo visto solo la versión europea, me pareció una película malibuena. Aunque tal vez el hecho de que Linda Blair se pasara el film llevando camisetas y sin llevar sujetador contribuyera a mi disfrute del film. Además, siempre me han encantado las actuaciones tan intensas y sentidas que parece que el actor esté mentalmente perturbado, como la interpretación que nos regala Richard Burton en este film.
(Y no me digáis que no os entran ganas de ver la peli tras ver el ya delirante tráiler)
Aunque, como he dicho al principio, la segunda parte dio dinero, la reacción del público y la crítica hizo que se aparcara la idea de hacer más entregas. Pero el tiempo pasó, el bastante como para olvidar lo que había pasado y poner en marcha otra secuela más de El exorcista.
El exorcista III (The Exorcist III, William Peter Blatty, 1990) es una fantástica cinta de terror. Al contrario que con la segunda parte, disfruto este film por su calidad. Considero que es un film que no recibe el aprecio que se merece, por eso le dediqué hace tiempo un artículo que me gustaría que leyerais
aquí. Simplemente añadir que en este film Blatty, guionista y productor de
El exorcista y autor de la novela en que se basó, adapta su novela
Legión, publicada originalmente en 1983 (imagino que, tras ver
El hereje, Blatty quiso tener una secuela de su historia que fuera más buena), creando en el proceso un film realmente inquietante.
A pesar de su calidad, El exorcista III no funcionó demasiado bien en taquilla, así que, de nuevo, se aparcó la idea de hacer más entregas. Esto es hasta que en el año 2000 se estrenó la versión restaurada y extendida de El exorcista en cines, con gran éxito. Este éxito hizo que se planteara la posibilidad de una precuela que explorara el primer enfrentamiento del padre Merrin con el diablo (territorio ya explorado en El hereje). Morgan Creek contrató al guionista William Wisher y al novelista Caleb Carr para que escribieran el guion y a Paul Schrader para que la dirigiera.
Cuando Schrader presentó la película, el estudio quedó muy insatisfecho. Temiendo que fuera un fracaso de taquilla, el estudio pidió toda una serie de cambios que el director se negó a hacer. El resultado del conflicto ya lo sabéis: Schrader despedido y la película guardada en una estantería. El estudio contrató entonces a Renny Harlin (nótese el cambio de aspiraciones) para que en un tiempo récord volviera a filmar el guion convenientemente reescrito (por el televisivo Alexi Hawley) y atendiendo a sus peticiones.
El exorcista: El comienzo (Exorcist: The Beginning, Renny Harlin) se estrenó en el 2004 y fue un fracaso de crítica y público. Las reacciones negativas fueron tales que en el 2005, en un ejercicio de cinismo que solo se puede encontrar en los grandes estudios de Hollywood, el estudio buscó la forma de obtener algún beneficio con la edición en DVD de El exorcista: El comienzo. La versión prohibida (Dominion: Prequel to the Exorcist, Paul Schrader).
Esta maniobra nos dio a los aficionados la oportunidad de ver la misma historia en dos películas completamente distintas, filmadas de formas completamente distintas por directores completamente distintos. Compararlas ambas es un ejercicio que me parece muy interesante. Nos encontramos, sin embargo, el mismo problema en ambas: debido a que Dominion no pasó a posproducción y que El comienzo fue hecha de forma apresurada y urgente para ponerla en las salas de cine en la fecha indicada, los efectos especiales en ambas son bastante malos. Lo interesante de esto es que, como Dominion se basa más en el terror psicológico y no se apoya tanto en los efectos, sus carencias en este aspecto no son tan llamativas; El comienzo pretende impactar de forma más explícita al espectador, de modo que sus carencias en este aspecto sí se hacen mucho más llamativas.
Las diferencias en el acercamiento al material quedan perfectamente ejemplificadas en las respectivas secuencias usadas de prólogo en cada film. Dominion se abre a finales de la Segunda Guerra Mundial, en Holanda. El padre Merrin (Stellan Skarsgård) intenta salvar a su parroquia, pero la intervención de un soldado nazi lo pone en una situación dramática: o el padre ofrece diez personas para ser ejecutadas o los soldados matarán a todo el pueblo. Es una escena impactante que resulta psicológicamente traumática para el protagonista y resonará a lo largo del film. La actitud inicial de Merrin ante lo que sucede luego en África tiene su explicación en este prólogo. El comienzo opta, sin embargo, por impresionar al espectador con una secuencia que nos muestra el final de una sangrienta batalla en un lugar que se supone maldito. Pero, como decía antes, la escasa calidad de los efectos especiales hace que la escena pierda todo su impacto.
Otro cambio muy llamativo es el reparto. Skarsgård es el protagonista en ambos filmes y algunos actores en papeles secundarios también repiten, pero el principal personaje femenino cambia de un film a otro. En el de Schrader, Clara Bellar interpreta a Rachel Lesno, superviviente de un campo de concentración que es la doctora que atiende a los indígenas de la zona. En el film de Harlin, este papel lo interpreta Izabella Scorupco y el personaje se llama ahora Sarah. La razón de este cambio radica en que Bellar, a pesar de ser una buena actriz, no le pareció a Harlin que era lo suficientemente atractiva (en el audiocomentario dice que los espectadores "prefieren mirar una cara bonita") y decidió poner a la exmodelo Scorupco en su lugar. Scorupco no es que sea una mala actriz, pero la complejidad del personaje le queda bastante grande y no resulta creíble. Este cambio creo que ejemplifica la actitud más superficial de Harlin.
Además de incidir más en impactar al espectador visualmente, El comienzo está lleno de referencias a El Exorcista, en cambio Dominion no hace ninguna referencia explícita a ningún film, excepto en un único momento clave. En otras palabras, El comienzo se esfuerza en complacer a los fans y darles lo que, supuestamente, quieren, mientras que Dominion se centra en explicar su propia historia, como si fuera un film independiente. Estos diferentes enfoques se hacen evidentes en el tramo final: mientras Schrader intenta sorprender al espectador yendo en una dirección opuesta a la esperada; en el film de Harlin el maquillaje de la poseída es una réplica del que llevaba Blair en El Exorcista e intenta crear un espectacular exorcismo que resulta francamente ridículo, como sucedía en El hereje.
Creo que resulta evidente que me parece que Dominion es un film superior a El comienzo. Y viéndolas ambas seguidas (y hay que estar un poco enfermo para querer hacerlo), esta superioridad es más evidente. Aunque no negaré que El comienzo me divierte desde una perspectiva malibuena, Dominion es un film interesante que intenta ir más allá de su función como precuela.
Dominion se esfuerza en involucrarnos en la historia que cuenta, introduciendo interesantes temas filosóficos, además de procurar inquietarnos. El comienzo intenta por todos los medios complacer al espectador y darle al fan del cine de terror lo que quiere, el problema es que en su intento por complacer recurre a trucos baratos y pierde toda su personalidad.
En definitiva, la saga de El exorcista es bastante irregular. Pero no por ello deja de ser bastante interesante y os recomiendo verlas si no lo habéis hecho. ¡El poder del Cinéfago os obliga!