Gracias al DVD y al Blu-ray, muchas películas que habrían quedado injustamente perdidas en la oscuridad han sido salvadas y recuperadas para disfrute de los aficionados. Un ejemplo de ello es esta atmosférica película de terror, rescatada hace unos diez años en DVD por el sello especializado No Shame y que ahora Severin edita en Blu-ray.
Tras la reciente muerte de su padre, Elizabeth (Louise Salter) viaja a una isla para ver un monasterio que su padre ha financiado durante años. Lo que Elizabeth no sabe es que en ese monasterio se llevan a cabo extraños rituales y asesinatos, intentando complacer a la maldad que habita entre sus paredes. Elizabeth no tarda en verse atrapada en las oscuras paredes de este monasterio maldito.
Dark Waters aka Temnye vody (1993) fue una coproducción italo-rusa-inglesa, en la que, visualmente y narrativamente, tiene mayor peso la parte italiana, debido al estilo marcado por su director Mariano Baino. El film cuenta con una atmósfera opresiva y malsana, enfatizada por su ambientación en un corrupto monasterio lleno de goteras, por cuyas paredes el agua fluye constante, como una manifestación del mal que apenas está contenido. Algo que recuerda al estilo de las películas de Pupi Avati, en la que el terror se presenta de forma sutil e insidiosa.
La atmósfera y el estilo narrativo compensan la historia "clásica" que nos presenta, con una fuerte influencia de La sombra sobre Innsmouth de H. P. Lovecraft. Si bien el culto malvado que aparece en Dark Waters resultará familiar al aficionado, no está carente de sus toques originales, como un demente visionario que va pintando lo que sucede en el monasterio, otro guiño a Lovecraft.
El film es lo que se conoce como slow burn. Va desarrollándose lentamente, sumergiendo al espectador en su atmósfera malsana hasta que se acelera al llegar al clímax, que no por ser más o menos esperado resulta menos efectivo. En este sentido, es un film que gustará/interesará al entendido, pero aquel que busque sustos fáciles y despliegue de efectos especiales puede que se lleve una decepción.
Suspiria (Dario Argento, 1977) es una de mis películas favoritas, por eso le he dedicado varios artículos en el blog. Ahora he escrito un nuevo artículo celebrando el 40º aniversario de este clásico, para Underbrain Mgz, que podéis leer clicando aquí:
Más de una vez habréis oído eso de "la historia de cómo se hizo esta película es más interesante que la película en sí". Bueno, en el peculiar caso que trata este artículo, eso es cierto y falso al mismo tiempo. Dos películas creadas a partir del mismo material: una obra maestra y una imitación barata de El Exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973). La genial El diablo se lleva los muertos (Lisa and the Devil, Mario Bava, 1973) y la ridícula The House of Exorcism (Mario Bava bajo el nombre Mickey Lion, 1975).
Tras el éxito de Orgía de sangre (Baron Blood, Mario Bava, 1972), el productor Alfredo Leone le dio carta blanca a Mario Bava para su próxima película como recompensa. Tenía libertad total para hacer lo que quisiera. Consciente de que los días del terror gótico estaban llegando a su fin, ya que el cine de terror estaba evolucionando en los 70 hacia un estilo más realista y visceral, Bava decidió reunir todas sus pasiones estilísticas pasadas en un film que parece más bien una vívida pesadilla. El resultado final fue Lisa and the Devil, un film que era la culminación de su pasión por el terror gótico.
En esta película, Elke Sommer es Lisa Reiner, una turista americana de visita en España. Atraída por una extraña música, se encuentra con Leandro (Telly Savalas), que por alguna razón le resulta inquietante. Desorientada, Lisa se pierde y es perseguida por un hombre (Espartaco Santoni) que actúa como si la conociera, llamándola por otro nombre. Finalmente, Lisa tropieza con un matrimonio de ricos viajeros, Francis y Sophia Lehar (Eduardo Fajardo y Sylva Koscina, respectivamente), esperando que su chófer George (Gabriele Tinti) arregle el coche en el que van. El matrimonio acepta llevar a Lisa, pero el coche se estropea del todo y tienen que parar. Pero se detienen delante de una mansión en la cual Leandro trabaja como mayordomo. Aunque la condesa (Alida Valli) que vive en esa mansión no quiere que se queden, el hijo de la condesa, Max (Alessio Orano), insiste en que lo hagan. Empieza entonces una noche de asesinatos y locura.
Bava reúne en esta película todos los fetiches estilísticos aparecidos anteriormente en sus otras películas del género. Aristócratas decadentes, una mansión decrépita que alberga oscuros secretos de familia, alucinaciones, pesadillas, brutales asesinatos... Todo tiene cabida en esta soberbia película que deja de lado la lógica narrativa en favor de una lógica onírica. Como la pobre Elke Sommer, el espectador se ve atrapado en una pesadilla sin fin en la que no se sabe qué es real y qué imaginación. En la película tampoco está ausente el humor, ya que se nota que Bava estaba disfrutando al máximo ofreciendo toda una experiencia al espectador.
Por desgracia, el espectador no vio Lisa and the Devil hasta pasadas décadas. Primero en VHS empezaron a surgir algunas copias del film y luego en DVD y ahora Blu-ray. Para que os hagáis una idea, en Italia, el film no se vio tal y como Bava lo había concebido hasta el año 2004, cuando se editó en DVD. Curiosamente, en 1973 la versión de Bava de esta película sí que se estrenó en España, concretamente en Barcelona, con el título El diablo se lleva los muertos.
Aunque el film fue muy bien recibido en Canes, Leone no encontró distribuidores para la película, tal vez por su naturaleza tan inusual. Y aquellos que estaban interesados no le ofrecían la cantidad de dinero que él pedía. Así que Leone se encontró con una película que todo el mundo le decía que era fantástica pero sin poder distribuirla. Esto coincidió con el fenomenal éxito de El exorcista. Consciente de que se estaban poniendo diversas imitaciones en marcha para aprovechar el éxito del clásico de Friedkin, Leone decidió rodar nuevas escenas y añadirlas a una versión reeditada de Lisa and the Devil. Así nació The House of Exorcism.
En esta versión, Elke Sommer sigue siendo la turista Lisa Reiner, que esta vez cae poseída por el malvado Leandro. Lisa es llevada a un hospital y allí, un preocupado cura, el padre Michael (Robert Alda), empieza a sospechar que Lisa está poseída. Iniciará entonces una lucha contra el demonio dentro de Lisa.
Hay distintas versiones de cómo se hizo The House of Exorcism. Algunos expertos apuntan que Bava se desentendió del proyecto y se negó a formar parte del rodaje de las nuevas escenas. Lamberto Bava asegura que él dirigió estas nuevas escenas, igual que filmó algunas escenas de Lisa and the Devil, en concreto las escenas de cama. Sin embargo, la versión que creo es la más sólida es la que ofrece el productor Alfredo Leone. A Bava no le gustaba filmar escenas de contenido sexual explícito ni con lenguaje vulgar, ya que se sentía incómodo, pero dejaba listos meticulosos storyboards de cada escena. En Lisa and the Devil hay un par de escenas de cama en las que no se ve mucho del cuerpo de las actrices, la cámara corta antes de que se vea nada. Esas mismas escenas aparecen en The House of Exorcism en forma mucho más explícita. Leone cuenta que él dirigió esas escenas, con Lamberto Bava como ayudante, pero lo hizo siguiendo los storyboards de Bava, de modo que no se nota un súbito cambio de estilo. Con las nuevas escenas para The House of Exorcism, principalmente las escenas en el hospital con Sommer soltando barbaridades y vomitando por doquier, se siguió el mismo método: Bava las planeaba, pero eran Leone y Lamberto Bava quienes las ejecutaban. Esta es una de las razones por las que Mario Bava pidió no aparecer acreditado y por ello el inexistente "Mickey Lion" aparece como director.
Como ya podéis intuir por el título, todo el nuevo material rodado para esta versión es una imitación barata del clásico de Friedkin. Llegando a extremos ridículos, como hacer que el padre Michael se pase muchas escenas cubierto de vómito, haciendo imposible tomárselo en serio. Pero la jugada de Leone funcionó y la película fue un éxito de taquilla. Vista hoy día, House of Exorcism resulta buena solamente para reírse de ella, comparada con Lisa and the Devil es claramente inferior.
Bava no tuvo mucho más suerte con su siguiente película. De nuevo, filmó una obra maestra: Cani arrabbiati, rodada en 1974, que no vio la luz hasta unos veinte años después de ser rodada, y lo hizo en una versión reeditada que la destrozaba, con el título Kidnapped, obra de Leone y Lamberto Bava, que aquí se conoció como Semáforo rojo. Por suerte hoy día se pueden disfrutar de ambas películas tal y como Bava las concibió, pero lamentablemente es algo que Bava nunca vio. Tal vez por eso, su última película fue la deslucida Shock (Schock, 1977).
Lisa and the Devil es un film de terror que a ratos adopta la forma de un sueño enfebrecido. Asesinatos, perversiones y pesadillas se dan la mano en este clásico que nos ofreció un maestro del género en plena forma.
Si exceptuamos a unos cuantos fanáticos del cine asiático, la mayoría de espectadores occidentales descubrió al director Takashi Miike con la perturbadora Audition (Ôdishon, 1999). Popularidad que se cimentó con Dead or Alive (Dead or Alive: Hanzaisha, 1999), primera entrega de lo que se acabaría convirtiendo en una trilogía. Poco a poco, el intenso ritmo de trabajo de Miike, que ha llegado a dirigir cinco o más películas al año, y la dificultad para que el cine japonés llegue a nuestras pantallas ha hecho que gran parte de su obra quede inédita aquí.
Por suerte, dos de sus mejores películas rodadas en el 2001 llegaron sin dificultad hasta nuestras pantallas. La fantástica orgía de sangre y violencia Ichi the killer (Koroshiya 1) y el film que tratamos hoy La felicidad de los Katakuri (Katakuri-ke no kôfuku). Este segundo, a primera vista, podría parecer antagónico a Ichi the killer, pero lo cierto es que ambos comparten temas tratados a menudo por el director en sus films.
La felicidad de los Katakuri se inicia como un remake de la comedia negra coreana The Quiet family (Choyonghan kajok, 1998) de Jee-won Kim, conocido entre nosotros principalmente por su film Encontré al diablo (Ang-ma-reul bo-at-da, 2010). Del film de Kim se cogen personajes y la trama principal: una familia engañada para comprar un bed & breakfast con la promesa de muchos clientes, ve como nadie pasa para coger una de sus habitaciones. Cuando al fin aparece un cliente, este se suicida, así que la familia decide enterrarlo por miedo a la ruina si se sabe lo sucedido. Se inicia así una serie de macabras circunstancias protagonizadas por una familia que solo quiere disfrutar tranquilamente de su negocio.
Miike decidió, para hacer el film más original y personal y diferenciarlo así del film de Kim, convertir su versión en un musical, logrando contratar populares estrellas de rock japonesas como actores. Un musical que combina diversos estilos y géneros, llegando incluso a parodiar los horteras videoclips de karaoke. Si esto por si solo ya hacía de este un film peculiar, Miike decidió utilizar claymation en algunas secuencias, pudiendo así realizar las complejas escenas que pedía el guion con el bajo presupuesto a su disposición. El uso de la animación le llevó a incluir al principio una escena que, aunque no parece tener nada que ver con la película ya que no implica a ninguno de sus protagonistas, resume las ideas que quería plasmar el director sobre el ciclo de la vida y la muerte.
Esta mezcla de elementos convierte La felicidad de los Katakuri en un film bizarro y tremendamente divertido. Muy, muy divertido, por lo menos para mí, que me crié con Dr. Slump. Es una lástima que no lleguen más musicales japoneses a nuestras pantallas, si hemos de juzgar por esta películas son psicotrónicos espectáculos llenos de momentos surrealistas. Miike ha dirigido algún musical más, como For Love's Sake (Ai to makoto, 2012), pero sin llegar a las cotas de absurdo de las que hace gala La felicidad de los Katakuri.
Ya podéis leer la crítica que con mucho gusto hice de la nueva John Wick: Pacto de sangre (John Wick: Chapter 2, Chad Stahelski, 2017), en Underbrain Mgz:
Ya tenéis a vuestra disposición mi crítica de la nueva Fast & Furious 8 (The Fate of the Furious, F. Gary Gray, 2017) en Underbrain Mgz, clicando aquí:
Por supuesto, si habéis visto las anteriores imagino que ya tenéis pensado verla. A mí me ofreció todo lo que esperaba de una entrega de Fast & Furious y un poco más.
Calentando motores para el próximo estreno de la octava entrega de la serie, he escrito un artículo sobre la anterior entrega, Fast & Furious 7 (Furious Seven, James Wan, 2015), para Underbrain Mgz que podéis leer clicando aquí:
Es raro encontrarse con una franquicia que empieza a mejorar a partir de su cuarta entrega, pero Fast & Furious es de las pocas que puede presumir de que cada secuela mejora la anterior.
Hay pocos cineastas que se hayan visto tan beneficiados de la llegada del DVD y el Blu-ray como Mario Bava. Por fin, sus películas pueden verse tal y cómo Bava las había concebido: sin censurar, sin manipular, con su imagen gloriosamente restaurada. Un ejemplo perfecto de ello es El cuerpo y el látigo (La frusta e il corpo, como John M. Old, 1963), un film adelantado a su tiempo que mezcla terror gótico, sadomasoquismo y suspense.
Kurt Menliff (Christopher Lee) regresa al hogar que abandonó con la intención de reclamar su título y su herencia. Nadie de los Menliff se alegra de ver al cruel y malvado Kurt de nuevo entre ellos. Ni su padre, el conde Menliff (Gustavo De Nardo), que desheredó a Kurt; ni su hermano Christian (Tony Kendall), obligado a casarse con Nevenka (Daliah Lavi), la mujer que Kurt abandonó, a pesar de estar enamorado de su prima Katia (Ida Galli). Quien menos se alegra de verlo de vuelta es, comprensiblemente, la criada Giorgia (Harriet White), cuya hija Kurt llevó al suicidio. Nevenka, por su parte, ve el regreso de Kurt de forma algo conflictiva: lo desprecia pero, al mismo tiempo, mantiene con él una relación sadomasoquista: disfruta con placer los latigazos que Kurt le administra gustoso. Pero Kurt no tarda en ser asesinado después de su regreso. Pero ni siquiera algo como la muerte puede mantener la maldad de Kurt a raya.
El guionista Ernesto Gastaldi recibió el encargo, por parte de unos productores, de escribir algo parecido a El péndulo de la muerte (The Pit and the Pendulum, Roger Corman, 1961), que en aquel momento estaba triunfando en las taquillas italianas. El resultado fue La frusta e il corpo, un guion que mezclaba una ambientación de puro terror gótico con algunos elementos propios del suspense malsano que más tarde Gastaldi aplicaría al giallo, como en La perversa señora Ward (Lo strano vizio della Signora Wardh, Sergio Martino, 1971). Este guion fue transformado por Bava en una de sus películas más hermosas y macabras.
El film transcurre en un momento temporal y geográfico indeterminado. El vestuario y los nombres de los personajes representan una mezcla de épocas y lugares que le dan a El cuerpo y el látigo un aire de cuento de hadas (si bien morboso y malsano). Es parecido a lo que hacía Universal en su ciclo de terror clásico y aquí le sirve a Bava para dar rienda suelta a su colorido estilo. Un estilo que eleva los más simples momentos a obra de arte. Escenas en apariencia superfluas como la protagonista, la bella Daliah Lavi, investigando un oscuro corredor, resultan tan arrebatadoras gracias a la maestría del director como los asesinatos. El director, además, tuvo la suerte de encontrarse un guion que se adecuaba perfectamente a su sensibilidad, lleno de motivos góticos clásicos, como los pasadizos secretos y las familias disfuncionales llenas de secretos, al que añadió su habilidad a la hora de crear efectos especiales.
Sin embargo, el elemento más llamativo del film es la manera en que retrata la relación sadomasoquista entre Nevenka y Kurt, los personajes interpretados por Lavi y Christopher Lee, que continua más allá de la tumba. La franca representación de esta relación provocó que el film fuera un fracaso en Italia, ya que fue acusada de obscenidad, y que en Inglaterra y Estados Unidos fuera censurada hasta el punto de convertirse en un puro absurdo. Incluso hoy día resultan chocantes estas escenas, en las que Lee azota a Lavi mientras esta se retuerce de placer, más cerca del orgasmo a cada latigazo. Incluso su título fue censurado y cambiado. Por ejemplo, en Inglaterra el film no apareció como The Whip and the Body hasta que fue editada en DVD.
Este es uno de los clásicos de Bava más logrados, especialmente si tenemos en cuenta que fue realizado con un presupuesto mínimo. Además del ojo privilegiado de Bava, el film cuenta con estupendas interpretaciones y momentos visualmente icónicos. En definitiva, otra película de Bava imprescindible para el amante del género y el cine en general.
Por suerte para la película, tengo debilidad por las historias de astronautas perseguidos por un bicho espacial que se los quiere comer. Se nota que los tiempos han cambiado en una cosa: normalmente, en estas pelis siempre hay un científico que habla sobre mantener a la criatura con vida para estudiarla/usarla como arma, pero aquí, no. Aquí lo extraño se ha de matar sin miramientos.
Después de que pasaran unos años del estreno de Inferno (Dario Argento, 1980) sin que Dario Argento rodara ninguna entrega más, parecía que la Trilogía de las Tres Madres iba a quedar inconclusa. Sin embargo, el admirador de Argento y director de cine Luigi Cozzi decidió cerrar de forma no oficial la Trilogía, con la colaboración en el guion de Daria Nicolodi, con El gato negro (Il gatto nero aka The Black Cat aka Edgar Allan Poe's The Black Cat aka Demons 6: De profundis, 1989).
El director de cine Marc Ravenna (Urbano Barberini) quiere realizar una película basada en la obra de Charles Baudelaire sobre Levana, una bruja muy poderosa. Cuando su mujer, Anne Ravenna (Florence Guérin), es escogida para interpretar el papel, empieza a sufrir alucinaciones donde se ve atacada por Levana. A partir de ese momento, la vida de Anne se convierte en una pesadilla en la que se mezcla el mundo de los sueños con la realidad.
Con rostros que resultarán familiares al aficionado al género como Urbano Barberini y Caroline Munro, así como un cameo del director Michele Soavi, Cozzi construye una película que es una colección de referencias y homenajes. Cuando se menciona dentro de la película el clásico de Dario Argento Suspiria (1977), se puede oír el tema principal de la banda sonora, se habla de Thomas De Quincey y Charles Baudelaire, visualmente intenta imitar el colorido estilo de Suspiria, además de hacer guiños a otros clásicos del género y directores como Alfred Hitchcock y Mario Bava...
En definitiva, podríamos decir que Il gatto nero es un fan film hecho por profesionales. Esto hace que sea una película bastante divertida de ver para el aficionado. También resulta bastante divertida porque a medida que avanza se va haciendo cada vez más absurda, hasta que llega el clímax de la película que bate todos los récords de absurdo delirio. Por desgracia, el film no está editado en DVD ni Blu-ray, solo se puede ver de forma no legal aunque con la bendición del director. Si bien pude encontrar una versión bastante buena en Internet, se pueden encontrar un par de distintas versiones en YouTube. Os dejo aquí un enlace a la versión que fue editada en Japón en VHS.