La clásica novela de Gaston Leroux ha sido adaptada en múltiples ocasiones, es posible que una de las más populares en su día fuera la versión musical de Andrew Lloyd Webber que tuvo su momento álgido a finales de los 80. Esta popularidad es seguro que inspiró a Menahem Golan a producir una nueva adaptación cinematográfica. Cuando la Cannon entró en bancarrota, Golan llevó el proyecto a su nueva productora, llamada 21 First Century Film Corporation (un nombre que solo a Golan podía ocurrírsele).
El fantasma de la ópera (The Phantom of the Opera, Dwight H. Little, 1989) no se basa directamente en la novela de Leroux, a pesar de que los títulos de crédito dicen Gaston Leroux's The Phantom of the Opera, sino en un guion que adaptaba la novela, a su vez readaptado para incorporar nuevos elementos. El Fantasma fue interpretado por Robert Englund, en aquel momento muy popular como Freddy Krueger. Esto fue utilizado de forma desvergonzada en la publicidad, llegando al extremo de usar una foto de Englund como Krueger en el póster en lugar de como aparece en la película.
En apenas 90 minutos el film pasa por los momentos más conocidos de la novela, añadiendo un inicio y una conclusión ambientados en el presente, dando a entender que la Christine Day a la que da vida la actriz de culto Jill Schoelen es una reencarnación de la Christine Day que vivió en el siglo XIX en Londres enfrentada al Fantasma. Pero lo que hace que esta adaptación destaque por encima de otras es que se decidió convertir la historia en un sangriento slasher, con el Fantasma soltando frases ingeniosas cuando se deshace de alguien, cuando la novela es una mezcla de drama y misterio folletinesco en el que el Fantasma es muy humano y nada sobrenatural. En cierto modo, este enfoque más terrorífico es lo que me imaginaba cuando se anunció que Dario Argento filmaría una adaptación de El fantasma de la opera, aunque sin los toques más típicamente americanos, pero la versión de Argento es otra cosa por completo.
El director Dwight H. Little acababa de dirigir con gran éxito Halloween 4: El regreso de Michael Myers (Halloween 4: The Return of Michael Myers, 1988), así que tenía bastante flexionados los músculos para crear suspense y asesinatos interesantes. De este modo, Little logra darle interés a una adaptación que no es nada ortodoxa, pero que le añade una historia pasada al Fantasma que es de las más interesantes que he visto en el cine, dejando de lado las habituales venganzas que suelen formar parte de las versiones cinematográficas en favor de un enfoque más de cine de terror.
No cabe duda de que esta versión no estará entre las mejores adaptaciones de la novela original, pero no se puede decir que no sea entretenida y que no tenga ideas originales.