Si los musicales ya traen consigo, para bien o para mal, ciertas dosis de fantasía e "irrealidad", el nivel de fantasía, irrealidad y locura que alcanza la película de culto japonesa The Legend of the Stardust Brothers (Hoshikuzu kyôdai no densetsu, Macoto Tezka, 1985) se sale de la escala. Y os propongo desde ya que os dejéis infectar por los Stardust Brothers.
Shingo (Shingo Kubota) y Kan (Kazuhiro Takagi) son dos cantantes rivales que intentan llegar a profesionales. La oportunidad se presenta cuando el magnate de la música Atomic Minami (Kiyohiko Ozaki) les ofrece convertirse en estrellas, siempre y cuando acepten actuar como un dúo. Shingo y Kan ponen de lado sus diferencias para triunfar y ser famosos. Y cuando creen que tienen la vida solucionada, las cosas empezarán a complicarse.
Así contado, el argumento de The Legend of the Stardust Brothers parece una película bastante típica sobre los altibajos de la fama y el lado oscuro de la industria musical. Pero la manera en que se nos cuenta la historia la convierte en un divertido delirio en el que tienen cabida elaboradas secuencias oníricas y oscuras conspiraciones, mostradas con un estilo exagerado de dibujos animados. En el reparto no hay muchos actores y actrices profesionales, la mayoría, como los protagonistas, son cantantes, artistas y dibujantes de manga. Actores amateur que, aunque con habilidades interpretativas limitadas, no desentonan en el universo hiperbólico y demente que creó Macoto Tezka.
El film fue ideado por Tezka y Haruo Chicada, que entonces era una estrella de la televisón y la música. Tezka y Chicada coincidieron cuando Tezka presentó su cortometraje Moment (1981) en el programa de Chicada. Ambos empezaron a hablar de trabajar juntos en un proyecto, tras lo cual Chicada realizó The Legend of the Stardust Brothers, un álbum conceptual que era una "falsa" banda sonora. Basándose en ese disco, Tezka escribió el guion de la película.
Tezka quiso mezclar elementos de la cultura japonesa con los filmes de culto occidentales que había visto cuando era estudiante. La mayor influencia occidental posiblemente sea El fantasma del paraíso (Phantom of the Paradise, Brian De Palma, 1974), no por nada el film está dedicado a Winslow Leech, el desgraciado protagonista del clásico de De Palma. De modo que el film fue concebido desde un principio con un espíritu "de culto", incorporando también lo que entonces era popular en el ambiente más moderno de Tokio. Por supuesto, eso hizo que la película quedara anticuada en el momento que se estrenó, siendo más popular fuera de Tokio. Tampoco demasiado, ya que el film permaneció en la oscuridad durante mucho tiempo, convirtiéndose así en un film de culto como a los que hacía homenaje.
Para el espectador occidental, la película engancha por su mezcla de elementos foráneos y propios de la cultura nipona, los toques puramente bizarros y extraños, así como la infecciosa banda sonora de pop-rock con toques retro. En definitiva, una película para los aficionados al cine más loco y original, un hilarante asalto a los sentidos que ahora podéis disfrutar en la intimidad de vuestro hogar, sin que nadie os juzgue, en una edición en Blu-ray que incluye la banda sonora. Espero que no tarde en editarse también la nueva versión realizada por el propio Macoto Tezka.