Otra de esas pelis que se quiere disfrazar de gran producción pero con un presupuesto ajustado. Cosa que se nota simplemente contando las escenas en las que aparece Gary Oldman.
Para todos aquellos que queréis introducir pronto a vuestros sobrinos/hijos/hermanos pequeños en el mundo del terror, es una buena puerta de entrada en el género para los más pequeños.
Viendo el resultado final, uno tiene que preguntarse, ante la cantidad de directores y guionistas que trabajaron en esta película, si los cineastas eran gente con cero talento increíblemente torpe o un grupo de cineastas peleados entre sí. Resulta que es un poco de ambas.
Según pude entender, Spookies (Eugenie Joseph, Thomas Doran, Brendan Faulkner, 1986) cuenta la historia de Kreon (Felix Ward), un hechicero que atrapa un grupo de personas dentro de su casa llena de monstruos con la intención de matarlos y usar su energía para resucitar a su esposa, Isabelle (Maria Pechukas).
Contada así parece una historia bastante simple y sencilla. Sin embargo, en el film está contada de la manera más confusa, torpe y delirante posible. Por ejemplo, Kreon dice al poco de empezar que necesita matar a los visitantes para robar su energía y resucitar a su esposa, pero diez minutos más tarde, con los visitantes aún vivitos y coleando, Isabelle vuelve a la vida y se pasa gran parte del metraje lamentándose ante su marido.
Hablando de intervalos de diez minutos. Hay un momento que vemos a una especie de vampiro azul, que sirve de criado de Kreon, empezar a subir unas escaleras. Se corta a otra escena y cuando regresamos al vampiro este sigue subiendo las mismas escaleras.
Al parecer el film empezó su existencia como Twisted Souls (nótese el nombre de la productora en el póster). Un film dirigido por Thomas Doran y Brendan Faulkner que contaba con guion de Doran, Faulkner y Frank M. Farel. El argumento de Twisted Souls giraba en torno a un grupo de personajes atrapados en una mansión llena de monstruos. Cuando se encontraban en proceso de editar el film, empezaron a darse momentos de tensión entre un financiero y Doran y Faulkner. Momentos que fueron empeorando hasta que finalmente este financiero se deshizo de Doran y Faulkner y contrató a Eugenie Joseph. Joseph fue quien ideó la historia del hechicero Kreon, filmando nuevas escenas con otros actores, como Alec Nemser que interpreta un niño que aparece al principio y cuya historia no va a ninguna parte. Finalmente, Spookies se creó mezclando el material de dos historias que no tenían nada que ver.
Esto explica la naturaleza descoordinada de la narrativa, con personajes que en teoría comparten historia nunca interactuando entre ellos. Las escenas de Kreon en su sótano son un poco como las escenas de Bela Lugosi recicladas para Glen or Glenda (Edward D. Wood Jr., 1953), para que os hagáis una idea.
También he de decir que no estoy seguro de que el resultado de Twisted Souls hubiese sido mucho mejor, ya que los personajes no tienen nada que ver entre sí (hay uno que parece el padre del resto) y la razón por la que acaban en la casa es de lo más forzada y estúpida. Así que a lo mejor hemos salido ganando, ya que al menos en esta forma, Spookies es una mala película pero lo es de forma interesante y curiosa.
Lo que no está nada mal son los efectos especiales, los maquillajes y las criaturas. Un festival de monstruos que en una película mejor habrían contribuido a hacerla memorable. Aunque ni siquiera los efectos especiales se libraron del drama de posproducción: se decidió que a unas criaturas se les añadieran pedos en la banda sonora, convirtiéndolas así en criaturas de mierda, literalmente (ver tráiler).
Spookies es confusa, torpe y ridícula. Una mala película, sí. Pero una mala película que es toda una fiesta.
Tras disfrutar con la serie y escribir el artículo La maldición de Hill House, pensé que sería un buen momento para repasar The Haunting (La guarida) (The Haunting, Jan de Bont, 1999), película que no había vuelto a ver desde que se estrenó en cines.
Algo que sí recordaba sobre este film de finales de los 90 es que por una vez mi opinión coincidía con la de la mayoría, considerando La guarida un fracaso artístico. Hasta la protagonista Lili Taylor, conocida por su trabajo en el cine independiente, juró no hacer otra película en Hollywood tras ver el resultado final del proyecto. Volviendo a verla hoy día mi opinión original se ve reafirmada, aunque ahora tengo más recursos para explicar por qué es una mala película de terror.
Sobre el papel todo apuntaba al éxito según la mentalidad hollywoodiense: basada en un clásico de la literatura que ya había servido de base para una de las mejores películas de terror de la historia del género, La casa encantada (The Haunting, Robert Wise, 1963); un reparto de estrellas encabezado por Liam Neeson, Catherine Zeta-Jones, Lili Taylor, Owen Wilson y una breve aparición de Bruce Dern; el director Jan de Bont había dirigido dos títulos muy taquilleros previamente. ¿Qué fue mal?
Los problemas principales tienen su raíz en el guion. Al parecer, a mediados de los 90 Stephen King propuso a Steven Spielberg una nueva adaptación de la novela de Shirley Jackson, de la que King es muy fan. El guion de King fue rechazado, el genio de Maine lo convirtió en la entretenida miniserie Rose Red (Craig R. Baxley, 2002), para empezar la inevitable retahíla de guiones y reescrituras, siendo acreditado en pantalla David Self, en el que fue su primer guion producido. Repito: Stephen King - guion rechazado, principiante que no había hecho nada - guion aceptado.
El guion se toma muchas libertades con la novela, es bastante infiel e inventa muchos detalles argumentales para la película. Lo cual no sería un problema si los cambios sirvieran para mejorar la traslación a la pantalla de la historia, me remito de nuevo a la serie La maldición de Hill House. Pero no es el caso. Los cambios hacen que todo resulte muy forzado y excesivamente conveniente. La razón por la que los personajes acaban en la casa (un estudio sobre los efectos del miedo) no tiene mucho sentido ni utilidad científica. Eso sí: se hacen muchas referencias contemporáneas, para que sea una película moderna y actual. Pero el máximo problema es que se cambió el tono y el estilo de la historia para una idea muy hollywoodiense de lo que da miedo: cero atmósfera y muchos, muchos ruidosos y aparatosos efectos visuales.
Los efectos visuales por ordenador son una herramienta. Y como todas las herramientas se ha de saber cómo usarla, cuándo usarla y dónde usarla. La mejor manera actualmente de usarlos es mezclar efectos prácticos con efectos visuales, de modo que se puedan tapar las carencias de uno con los elementos fuertes del otro. Sobretodo si, como sucedía a finales de los 90, la tecnología estaba en pleno desarrollo y todavía no tenía la capacidad de verosimilitud que tiene actualmente. Por ejemplo, tres años antes de La guarida Peter Jackson estrenó Agárrame esos fantasmas (The Frighteners, 1996), una película que utiliza un gran número de fantasmas. Para crear estos fantasmas, Jackson filmó actores maquillados frente a una pantalla verde y luego los añadió a la imagen principal, creando personajes etéreos y creíbles dentro de la acción. En el film de De Bont, los fantasmas se crearon usando solo animación digital, así que tienen un aspecto muy falso de dibujos animados que no encaja con la acción real. Además, hay momentos muy ridículos que pretenden ser inquietantes por culpa de la excesiva utilización de efectos visuales.
Esta manera de entender el cine y el género provoca que, a pesar de su gran diseño de producción, La guarida es un film que deja frío, indiferente. No provoca ni miedo ni suspense, todo es demasiado falso y grandilocuente desde el primer minuto como para crear una atmósfera envolvente.
Un ejemplo más claro de a lo que me refiero. Una de las escenas más memorables del film de Robert Wise, sacada de la novela de Jackson, es cuando Theo y Nell escuchan aterradas unos extraños ruidos y Nell se queja de que Theo le apreta la mano con demasiada fuerza, a lo que Theo responde que no le está cogiendo la mano. Una escena imitada y copiada centenares de veces. En el film de Jan de Bont esto se traduce en: explosión de cristales que tira a Nell de la cama, sola en la habitación, que dice "¿quién me cogía la mano?" levantándose del suelo, con la frase casi tapada por el sonido del cristal y sin que en ningún momento se viera o se aludiera a que Nell le estaban cogiendo de la mano. Es como si hubieran añadido la frase en el último minuto pensando que era algo que la gente recordaba pero sin considerar si tenía sentido en la escena.
En definitiva, La guarida es un perfecto ejemplo de personas trabajando en un género sin conocerlo bien. El resultado, un film mediocre sin interés.
He escrito un artículo sobre la nueva serie de Netflix La maldición de Hill House (The Haunting of Hill House, Mike Flanagan, 2018) para Underbrain Mgz que podéis leer clicando aquí:
Publicada mi crítica de Slender Man (Sylvain White, 2018), que también explica un poco la razón del no muy satisfactorio resultado final por razones extracinematográficas:
Sería interesante ver un montaje del director de este film o, al menos, un documental explicando el drama tras las cámaras, pero imagino que no será así.
Por fin una nueva película de Gareth Evans, después de que hayan pasado casi cuatro años desde The Raid 2 (Serbuan maut 2: Berandal, 2014). Lo hace de la mano de Netflix con El apóstol (Apostle, 2018), una fantástica película de terror disponible desde el 12 de octubre.
Thomas (Dan Stevens) se infiltra en una secta que habita en una isla. Lo hace con el objetivo de rescatar a su hermana, Jennifer (Elen Rhys), secuestrada por los líderes de la secta con la esperanza de obtener un jugoso rescate. La búsqueda de su hermana provocará que Thomas descubra los horrores que se ocultan detrás de las buenas palabras del líder de la secta, Malcom Howe (Michael Sheen).
Esta no es la primera incursión de Gareth Evans en el terror. Fue uno de los directores de V/H/S/2 (2013), junto a Simon Barrett, Jason Eisener, Gregg Hale, Eduardo Sánchez, Timo Tjahjanto y Adam Wingard. El segmento de Evans, Safe Haven, es una de las pocas razones por las que vale la pena ver V/H/S/2. Tenía mucha curiosidad por ver cómo Evans desarrollaba en un largo la habilidad para crear grandes cantidades locura y terror demostrada en un corto. Y no me ha decepcionado.
Con una premisa que evidencia la influencia de El hombre de mimbre (The Wicker Man, Robin Hardy, 1973), El apóstol se inicia como un film de terror con sus raíces en el folk horror británico, para mostrar, a medida que avanza, los horrores que son capaces de cometer las personas en nombre de la religión. Su protagonista se embarca en dos viajes, uno provocado por otro: la búsqueda de su hermana lo llevará a replantearse su propia pérdida de fe ante los horrores de los que es testigo. No será un viaje fácil, como les pasa a los protagonistas de sus anteriores películas, Thomas es sujeto a grandes dosis de violencia, a la par con la que inflige él en respuesta.
Ambientada a principios del siglo XX, el argumento se narra utilizando un estilo sobrio y contenido, consagrando la primera mitad del metraje a crear atmósfera y desarrollar la trama. Esto contribuye a resaltar aún más la brutalidad y la violencia de la segunda mitad. Una manera de exponer la historia que he disfrutado enormemente después de una temporada de películas de terror basadas en sustos y clichés. Muy recomendada.
Cuando estás bajo de moral, pocas cosas pueden alegrarte el día como una saludable dosis de violencia gratuita ochentera como solo la Cannon podía perpretar. Un ejemplo perfecto es el brillante despropósito La fuerza de la venganza (Avenging Force, Sam Firstenberg, 1986).
El senador Larry Richards (Steve James) es amenazado por el grupo Pentángulo, que no acepta que pueda ser elegido un senador negro. El ex agente de la CIA y maestro de las artes marciales Matt Hunter (Michael Dudikoff) es amigo de Richards, así que se encargará de protegerlo, pero es traicionado y la misión de protección se convierte en una misión de venganza.
Avenging Force se planteó como una secuela de la genial Invasión USA (Invasion U.S.A., Joseph Zito, 1985). Sin embargo, Chuck Norris no estaba disponible, ya que estaba comprometido en otras producciones, así que se decidió pasarle el personaje Matt Hunter a Michael Dudikoff. En aquel entonces, Dudikoff estaba trabajando en El guerrero americano (American Ninja, Sam Firstenberg, 1985) con el director Sam Firstenberg y el actor Steve James. En cuanto terminó el rodaje de El guerrero americano, los tres empezaron a trabajar en La fuerza de la venganza.
Si habéis visto Invasión USA, sabéis ya que es una delirante fantasía de derechas. Sin embargo, en esta secuela se pasan al otro lado, siendo los villanos un grupo de extrema derecha comandados por el profesor Elliott Glastenbury, al que da vida John P. Ryan en una actuación que proporciona las mayores carcajadas de todo el film. La mejor escena en este sentido es cuando vemos la celebración de un acto del Pentángulo. Justo cuando su personaje está siendo introducido, Ryan pone ojos de loco y parece a punto de saltar y matar a alguien, lo que indica perfectamente la calidad de su interpretación. Empieza su discurso y da miedo ver lo mucho que se parece a los discursos que berrea Donald Trump en la actualidad. Por cierto, fijaros que cuando Ryan describe como Estados Unidos se encuentra en peligro de ser atacada por mejicanos y negros drogatas, hay un inserto de uno de los espectadores del discurso realmente acojonado, como un niño aterrado por un monstruo bajo su cama, que me pareció descojonante.
Otro aspecto que me llamó la atención de La fuerza de la venganza es que tiene una historia de cazadores de hombres mezclada con su historia de acción. Los mandameses del Pentángulo tienen un club con el que se dedican a cazar hombres que consideran dignos de ser exterminados por ellos. Obviamente, Matt Hunter es uno de estos hombres y la segunda mitad de la película se dedica a este aspecto de la trama.
En la parte final se dejan algunas puertas abiertas de cara a una posible continuación que nunca se produjo. Es una lástima que no se rodaran más aventuras de Matt Hunter, ya que, aunque Michael Dudikoff siempre me pareció algo soso comparado con otras estrellas de acción de la época, son muy entretenidas. Si bien es un film pasado de vueltas y ridículo en algunos momentos, las escenas de acción están muy bien rodadas y no aburre en ningún momento. Sam Firstenberg también dirigió La venganza del ninja (Revenge of the Ninja, 1983), ojo, así que es un experto en rodar películas con generosas dosis de acción y locura.
En definitiva, si ver en la misma frase Cannon y acción ochentera os hace brillar los ojos, ya tendréis claro si este desfase cinematográfico será de vuestro agrado o no. Imagino que muchos ya la conocéis, pero aquellos que empiecen ahora a descubrir el mundo Cannon lejos de los tiempos de videoclub, apuntadla en vuestra lista para ver.
Ya publicada mi crítica de La casa del reloj en la pared (The House with a Clock in Its Walls, 2018), la sorprendente nueva película de Eli Roth. La podéis leer en Underbrain Mgz clicando en:
¡Solo en los 70! Solo en la década mágica de la revolución sexual y los pantalones de campana se podía estrenar una película como The First Nudie Musical (Mark Haggard, Bruce Kimmel, 1976). No solo se estrenaba en cines, además lo hacía distribuida por un gran estudio como la Paramount.
Harry Schechter (Stephen Nathan) se encuentra con el agua al cuello: puede que pierda su estudio independiente si no logra producir un gran éxito. Hasta ahora, gracias al cine porno se había mantenido a flote, pero el género ya no es una novedad y sus últimas producciones no han funcionado. Pero entonces tiene una brillante idea: producir el primer musical porno. Sin embargo, realizar un musical porno no es tan fácil como simplemente rodar una porno, Harry se enfrentará a un montón de problemas para poder estrenar el film, desde directores ineptos a egocéntricas estrellas, con la continua amenaza de perder el estudio.
Como se puede leer en el póster, The First Nudie Musical es una comedia musical que parodia el cine porno y los clásicos musicales de los años 30. A pesar de lo que indica su título, no fue la primera película en mezclar comedia musical y erotismo, datando las primeras en mezclar ambos de mediados de los 60. Saliendo del erotismo y entrando en el porno, aquel mismo 1976 se estrenaba la película porno musical Alicia en el país de las pornomaravillas (Alice in Wonderland: An X-Rated Musical Fantasy, Bud Townsend). Y también en 1976 se estrenaba Let My Puppets Come (Gerard Damiano), que, además de ser un porno musical, tenía el añadido de estar protagonizada por muñecos a lo Muppets.
Hemos de recordar que nos encontramos en la época del porno chic, en que el género tuvo un breve romance con el mainstream. No es de extrañar que surgiese la idea de hacer una parodia del género, el problema era que con un género tan autoparódico y, en aquella época, absurdo, ¿cómo puedes hacer una parodia que no parezca tímida al lado de lo auténtico? Y aquí es donde entran los musicales de los años 30. The First Nudie Musical coge la estructura y los personajes de un musical de los años 30, cambiando el entorno. Tenemos a los despiadados financieros, la ingenua recién llegada con sueños de ser una estrella, la actriz egocéntrica... Personajes inicialmente creados en películas que trataban lo que sucede entre bambalinas en la producción de una obra teatral y luego fueron trasladados a lo que sucede entre bambalinas en la producción de una obra cinematográfica. Básicamente, lo que esta película hace es trasladar títulos del estilo de La calle 42 (42nd Street, Lloyd Bacon, 1933) al mundo del porno de los 70.
Una mezcla que funciona bastante bien. A pesar de una dirección algo torpe al principio, el film consigue arrancarte carcajadas, en especial si te gusta el humor de chorrada amplia al estilo Muchachada Nui. Los números musicales también están bastante logrados, como el número de los consoladores bailarines, que me hizo reír bastante. Es por este estilo de humor que creo que el film se mantiene en forma, ya que es, en cierta forma, atemporal.
Para que os hagáis una idea, os dejo con un fan-trailer realizado con motivo de la edición de la película en formato doméstico.