Cuando se estrenó Battle Royale (Batoru rowaiaru, 2000), muchos tuvieron la impresión de que se trataba de la nueva película de un joven y transgresor director. La verdad era que Battle Royale fue la última película dirigida por Kinji Fukasaku, un veterano director japonés que empezó su carrera en la década de los 60. Fukasaku se caracterizaba por dirigir violentas y frenéticas películas yakuza, las que le hicieron más famoso en Japón, aunque a lo largo de su extensa carrera tocó varios géneros. Uno de los títulos que destacan dentro de su filmografía, que se hizo conocido fuera de las fronteras japonesas gracias a la fama de Battle Royale, es Doberman Cop (Doberuman deka, 1977).
El film adapta un manga de Buronson, conocido por El puño de la estrella del norte, influenciado al parecer por la franquicia Harry, el sucio protagonizada por Clint Eastwood. Dicho esto, el argumento de la película recuerda bastante al de otra famosa colaboración entre el director Don Siegel y Clint Eastwood: La jungla humana (Coogan's Bluff, 1968), en la que un policía de pueblo va a la gran ciudad para resolver un crimen. En Doberman Cop, Joji Kano (Sinichi "Sonny" Chiba) es un policía de una zona rural de Okinawa que viaja hasta Tokio para resolver el asesinato de una chica de su pueblo. La influencia de Harry el sucio se hace notar en el film cuando Kano decide impartir justicia armado con un Magnum .44.
Lo que hace interesante Doberman Cop es la mezcla de elementos. La acción de artes marciales propia de Chiba se mezcla con la acción urbana y el tono de las cintas de acción americanas, y a esta mezcla se le ha de añadir un argumento propio de la novela negra, con una compleja historia en que se mezclan dos investigaciones paralelas.
Fukasaku le imprime un ritmo frenético al film, utilizando una narrativa visual basada en el estilo realista semidocumental. Era el estilo habitual del director, que aquí da más veracidad a la retorcida historia. Consigue así el director introducir elementos de comedia y "realismo exagerado" que no desentonan con el final melancólico propio del cine negro.
Es una película muy recomendable, especialmente para aquellos que quieran conocer a Fukasaku más allá de Battle Royale. Una película tremendamente entretenida que ahora es más apreciada que en el momento en que se estrenó.
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