En carne viva (In the Cut, Jane Campion, 2003) fue bastante polémica en su día, aunque no polémica de la manera en que resulta beneficiosa para la taquilla, todo lo contrario. Fue un sonoro fracaso, tanto de crítica como de público. Sin embargo, en tiempos recientes se ha hecho una revaluación de este film de Jane Campion, ensalzándolo y planteando que tal vez fue severamente incomprendido en su día.
Recuerdo que fui a ver En carne viva al cine, porque mi pareja de entonces quería ver lo que parecía un thriller protagonizado por Meg Ryan. Ella salió del cine escandalizada por la franqueza de algunas secuencias y a mí el film me dejó bastante indiferente. Una reacción que creo se debe a que era demasiado joven para entender bien los temas que Jane Campion presentaba en su adaptación de la novela homónima de Susanna Moore, también guionista de la película. En el momento de estrenarse recibió críticas muy severas, algunas de las cuales serían hoy día inaceptables como las que se fijaban más en el cuerpo de Meg Ryan que en su interpretación, por otro lado excelente. El tráiler tampoco le hacía ningún favor a la película, presentándola como si fuera una especie de thiller erótico a lo Instinto básico, un género que por entonces estaba ya desapareciendo.
Por supuesto, la sinopsis parece propia de uno de esos thrillers eróticos, que empezaron a despuntar durante los 80 y que reinaron durante la era entre el VHS y los DVD. Frannie Avery (Meg Ryan) conoce al inspector Giovanni A. Malloy (Mark Ruffalo) cuando este investiga el asesinato de una chica en el vecindario de Frannie. Ambos inician una relación apasionada, que se ve ensombrecida por las sospechas de Frannie de que Malloy sea el asesino que acecha por el vecindario, sin que eso sea motivo para dejar de verlo. Sin embargo, Jane Campion se centra más en la relación de los protagonistas que en la trama de intriga, poniendo el énfasis en hacer un retrato del personaje encarnado por Meg Ryan.
La atracción de Frannie por el lado oscuro es lo que hace que sea un personaje interesante. Al inicio, Frannie es testigo de una felación realizada en los lavabos de un bar, un suceso que parece despertar en ella cierta inclinación hacia "el lado más bestia de la vida", en palabras de Albert Pla. Arranca así una exploración de la sexualidad femenina sin juicios morales ni culpa. Un planteamiento que en el momento de estrenarse el film no era tan abiertamente aceptado como podría serlo hoy día. O por lo menos algo más aceptado que cuando se estrenó en 2003. También es posible que espectadores actuales no tengan las perspectivas hacia un film de Meg Ryan que tenían los espectadores en la época en que Ryan era "la novia de América". Una imagen construida a partir de las numerosas comedias románticas que la actriz protagonizó y que es posible que Ryan quisiera destruir participando en In the Cut.
In the Cut es un film muy sólido, una interesante mezcla de drama y thriller que hoy día se entiende y aprecia mejor que cuando se estrenó. Una muestra más de lo que cada vez más rápido cambia la sociedad.
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