13 mar 2023

Shock


 

Mario Bava fue un maestro del cine. Un innovador que se dedicó a revolucionar géneros casi sin quererlo. Trabajó distintas temáticas, pero obtuvo sus mejores resultados desarrollando historias góticas. Resulta adecuado, entonces, que la última película que dirigió fue una historia gótica, aunque no en el sentido tradicional.

Dora (Daria Nicolodi) y Bruno Baldini (John Steiner) se instalan en la casa en la que Dora vivió con su primer marido Carlo (Nicola Salerno) con quien tuvo un hijo, Marco (David Colin jr.). Carlo se fue a navegar con su barca y nunca volvió, asumiéndose que se suicidó debido a sus problemas con las drogas. Ahora, Dora, Bruno y Marco esperan tener una feliz vida como familia en la casa, con los problemas del pasado olvidados. Sin embargo, extraños fenómenos empiezan a ocurrir, siendo el más grave el extraño cambio en la personalidad del pequeño Marco, que parece poseído por un espíritu vengativo.

Supongo que lo primero que se tendría que aclarar al hablar de esta película es que, efectivamente, su título es Shock. Un error de tipografía hizo que se publicitara en los pósteres como Schcock, pero eso se conoce así en algunos países, pero en la película y el tráiler aparece claramente el título: Shock. Aclarado este punto, podemos pasar a hablar del proyecto en sí, que tuvo su origen en una idea de Dardano Sacchetti, desarrollada a mediados de los 60, que con el tiempo fue pasando de manos. Fue Lamberto Bava quién finalmente escribió el guion definitivo basado en el trabajo de anteriores guionistas, dándole un toque más moderno a lo Dario Argento, que entonces dominaba la taquilla italiana. Su implicación en el proyecto fue más allá de guionista y ayudante de dirección, Bava hijo empezó a dar sus primeros pasos como director animado por Bava padre en el rodaje de esta película. Mario encargaba a su hijo la dirección de escenas sencillas para que empezase a situarse en la silla de director. Bava padre se centraba en las escenas más complicadas, particularmente las que exigían efectos y trucajes, si bien la escena más famosa fue idea de Lamberto. Se trata de un memorable susto en el que el pequeño Marco se transforma en su padre muerto en el mismo plano. Un truco efectivo que luego ha sido copiado muchas veces, como en Annabelle (John R. Leonetti, 2014). En términos generales, Mario Bava y Lamberto Bava se repartieron la dirección, según una entrevista a Lamberto, en un 75-25%, respectivamente.

El film tiene una historia muy sencilla y un número reducido de personajes, lo que le permite a Bava explotar lo que mejor sabía hacer: la creación de una atmósfera inquietante. Desde el primer momento, el director va llenando el film de pequeños detalles que insinúan la presencia de algo sobrenatural. La tensión va aumentando a medida que el comportamiento de Marco es cada vez más perverso y la pobre Dora se va hundiendo más y más en una espiral de locura. En este aspecto, realmente brilla la interpretación de Daria Nicolodi, más efectiva que el mejor efecto especial que se pudiera imaginar.

Su historia de venganza de ultratumba es muy gótica, pero no está ambientada en un castillo lleno de telarañas, sino en una villa urbana como las que se podían encontrar los espectadores al salir del cine. Esta ambientación más moderna hizo que algunos seguidores no apreciaran el film en su momento, pero con el tiempo ha sido revalorizada como la película clásica que es. No muchos directores acaban su carrera con una nota alta, pero Mario Bava concluyó su carrera cinematográfica con una pequeña joya.

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