31 ago 2013

I Am A Hero


Todos los que queráis leer un buen cómic de zombis, divertido y sangriento, puede que os interese leer el artículo que acabo de publicar en Underbrain, y que ha tenido bastante éxito, sobre el manga de Kengo Hanazawa I Am a Hero, aquí:

30 ago 2013

Posesión infernal (Evil Dead)


Después de mucho tiempo, por fin me puse a ver la nueva Posesión infernal (Evil Dead, Fede Alvarez, 2013). No es la película más aterradora que haya visto, como prometía el póster, pero me alegré mucho de haber seguido mi intuición y haberla comprado en Blu-ray sin haberla visto antes.

En anteriores artículos ya he dejado claro mi amor por las aventuras de Ash dirigidas por Sam Raimi (aquí, aquí y aquí), pero aunque soy muy fan de la trilogía original no me parecía mal la idea de un remake. La razón es bastante simple: el guion de la original Posesión infernal (The Evil Dead, Sam Raimi, 1981) es bastante simplón, lo que la hace inolvidable es el tour de force visual y atmosférico al que somete el espectador Raimi. Por tanto, es un film con una historia lo bastante simple como para que pueda estar abierta a la reinterpretación.

INTERLUDIO: Antes de entrar a fondo con Evil Dead 2013, permitidme un momento para recomendar: la edición en Blu-ray de Posesión infernal 1981, es de Sony y la encontré por cuatro duros en Amazon.co.uk con subtítulos en castellano; la edición especial inglesa (o americana para los que tengan lector de zona A) en Blu-ray de Evil Dead II: Dead by Dawn (Sam Raimi, 1987) contiene todos los extras aparecidos en la anterior edición en DVD más nuevos y muy extensos documentales (aunque no lo que aparecía en la edición Anchor Bay); y la edición francesa en Blu-ray de El ejército de las tinieblas (Army of Darkness, Sam Raimi, 1992), que contiene las tres versiones del film, aunque tengáis igualmente que conservar la edición que sacó hace tiempo Anchor Bay en DVD por los extras. Pero si tenéis lector de zona A, mi recomendación es la edición de Scream Factory de Army of Darkness.

Como he dicho, no me preocupaba en exceso que se hiciera un remake de la película, más que nada porque los creadores de la original se habían implicado en el nuevo proyecto, lo que suele dar buenos resultados. Pero resulta que esta película no es tanto un remake como una pseudo-secuela ambientada en el mismo universo que la original, como indica la presencia de cierto icónico coche. De hecho, poco después del estreno de esta película, Alvarez dijo que le gustaría hacer dos entregas más de esta Evil Dead y, después de que se estrenara la cuarta entrega que anunció Raimi está planeando hacer, hacer una séptima Evil Dead que sería un crossover entre ambas sagas. Y yo solo puedo añadir que ojalá se haga realidad este proyecto mastodóntico.

En todo caso, volviendo a la Evil Dead que nos ocupa, la historia en si es la misma: cinco jóvenes que despiertan los demonios que viven en el bosque al leer de un libro maldito. Pero, de nuevo, lo importante no es la historia sino cómo se ejecuta. Y se ejecuta de forma intensa, salvaje y muy, muy disfrutable (si eres un enfermo como yo, y si estás leyendo esto es que lo eres, ahora no disimules).

Supongo que, en parte, pude disfrutar de la película porque me gustaron los personajes. No es que me enamorara de ellos, pero me interesaron lo suficiente como para que me preocupe por lo que les pasa. Y les pasan muchas cosas, la mayoría de ellas malas. Alvarez crea una premisa interesante y con jugo para poner a los personajes en la cabaña, que va más allá del "vamos a pasar un finde de fiesta", lo cual se agradece, nunca está de más un poco de drama para hincarle el diente.

El director es fiel a la original (me gustaron todos los guiños a los fans de la película de Raimi) pero no es esclavo de ella, permitiéndose giros y situaciones que me cogieron agradablemente por sorpresa. Especialmente me gustó la parte final, ya que habiendo visto la original más veces de las que son recomendables me esperaba que terminara de una manera, pero Alvarez aprovecha ese conocimiento para jugar con mis expectativas como espectador, y me gustó cómo me manipuló.

La película es intensa y sangrienta, además de muy intensa y muy sangrienta. Pero sangrienta de una manera que te evita el mal rollo y el nihilismo de las pelis de tortura o de un estilo parecido. Lo cual hacía tiempo que no veía y espero que el éxito del film en taquilla traiga más filmes del mismo estilo. Cuando empieza la acción infernal no da un respiro y crea escenas estupendas. Estupendas porque son originales en el sentido de que no se dedican simplemente a recrear las escenas de la original (excepto la  "violación" de los árboles, que es lo suficientemente distinta como para que tampoco importe demasiado), cogiendo lo que verdaderamente importa: poner al espectador con los nervios de punta (algo que ojalá hubieran sabido apreciar los responsables de la peor película de Star Trek de la historia).

Sinceramente os digo que también me sorprendió lo mucho que me gustó la película. Y se acabó de ganar mi aprecio durante los títulos de crédito finales, con la aparición del profesor Knowby y el increíble cameo al final de los títulos de crédito. Si al final no se hace realidad el proyecto antes de mencionado de la gran saga Evil Dead, por lo menos nos queda una estupenda película que a partir de ahora añadiré a los maratones que haga con los clásicos infernales de Raimi.

Stage Fright - Aquarius (Deliria)


Después de trabajar con maestros del terror como Dario Argento, Lucio Fulcio y Lamberto Bava, en diferentes capacidades (normalmente como actor y ayudante de dirección), Michele Soavi debutó como director con un film de estética giallo y espíritu slasher: Aquarius aka Stage Fright (Deliria, 1987).

Un grupo de actores se queda hasta tarde ensayando una obra de danza moderna. Casualidades de la vida, un loco muy loco se escapa del hospital psiquiátrico en el que estaba encerrado y pronto empieza a matar uno a uno a los actores/actrices, técnicos y a cualquiera que se halle en el estudio.

Esta premisa tan sencilla le permite a Soavi centrarse en crear tensas secuencias de suspense y estilizados asesinatos. Por ello, la película tiene el aspecto de un giallo tardío, pero en cuanto a argumento y narrativa esta película es claramente un slasher, que en aquellos momentos empezaba a entrar en decadencia tras la sobreexplotación a la que había sido sometido durante los 80. Circunstancia que no deja de ser irónica.

En Italia se denomina giallo a los filmes de suspense y misterio en general. Fuera de Italia se utiliza el término para referirse a una serie de películas de suspense italianas estrenadas durante la década de los 70, extremadamente estilizadas y brutales, surgidas a raíz del éxito de El pájaro de las plumas de cristal (L'uccello dalle piume di cristallo, Dario Argento, 1970) (por ello se dice que, en cierta forma, Dario Argento inventó el género). Estas películas serían instrumentales en la aparición del slasher, género que presenta, en esencia, la misma historia una y otra vez: un asesino enmascarado asesina uno a uno a los protagonistas hasta que solo queda uno (normalmente una chica) que acaba con el asesino.

Soavi une estos dos géneros, contando una historia propia del slasher pero utilizando la estética del género que, en cierta forma, le dio origen, el giallo.

Esta es una de esas películas en las que no importa tanto el argumento como la forma en que se nos presenta. La manera en que Soavi nos presenta su sencilla historia nos hace olvidar lo rutinario del argumento y nos permite centrarnos en disfrutar del viaje. Es el potente discurso visual de Soavi la razón para ver esta película, cuyo tramo final atrapa aunque sepamos, a grandes rasgos, lo que va a suceder.

Aquarius es un film para los aficionados al terror más estético, que busquen algo visceral y emocionante, nada intelectual. El máximo ejemplo de que se puede hacer mucho con muy poco.

Cuando originalmente escribí esta crítica todavía no se había editado Aquarius en Blu-ray. Me alegra poder comunicar que actualmente existen dos ediciones: una de Blue Underground y otra de Exposure Cinema (la que yo compré).

Specters (Spettri)


Specters (Spettri, Marcello Avallone, 1987) es una humilde y sencilla película de terror para los fans-fans del género. Una curiosidad que encontré buscando por las estanterías del videoclub de mi barrio, donde aguardaba a soltar sus monstruos en el comedor de algún incauto como yo que decidiera alquilarla.

Un grupo de estudiantes de arqueología, liderados por el profesor Lasky (Donald Sutherland), hace un extraño descubrimiento en las catacumbas de Roma. Los estudiantes han despertado algo que no debería haber sido molestado, extraños sucesos tienen lugar, las muertes se suceden, una extraña criatura o demonio hace acto de presencia...

En fin, como podéis ver tiene los elementos típicos de una película de terror de serie B. Sin embargo, el hecho de que la comente aquí no es por su "sorprendente" argumento, aunque el guion sí está muy cuidado (más o menos), sino por su atmósfera de relato pulp lovecraftiano y los estupendos efectos especiales del artista Sergio Stivaletti, nombre que los aficionados al spaghetti terror conocen de sobras.

La atmósfera del film hace que nos olvidemos un poco de lo tópicos que son los personajes, especialmente cuando se conjunta con el arte de Stivaletti para ofrecernos espectaculares muertes. A mí todo lo que tiene que ver con criaturas del pasado que son despertadas de su letargo y que son provocadoras de apocalipsis siempre me ha gustado. Esta película ofrece eso de forma lo suficientemente entretenida como para que te olvides de los tópicos y te dejes llevar por la diversión.

En pocas palabras, no es una joya perdida ni un gran título a descubrir, es una simple y entretenida peli de terror bien hecha, sin muchas complicaciones. A veces, eso es todo lo que a uno le apetece ver.

22 ago 2013

Sangre fresca (Una chica insaciable) (Innocent Blood)


Como le pasó también a actores, actrices y grupos de música muy populares en los 80, la estrella de John Landis perdió algo de brillo durante los 90, década en la cual sus películas pasaron sin pena ni gloria (y en ocasiones con bastante pena) por las pantallas. Es entonces que Landis se refugia en la televisión para recuperarse de sonoros fracasos como Superdetective en Hollywood III (Beverly Hills Cop III, 1994), La familia Stupid (The Stupids, 1996) o la innecesaria y lamentable Blues Brothers 2000 (1998). Sin embargo, de este momento de bajón artístico (del cual se recuperaría, como tantos otros iconos de los 80, con la llegada del siglo XXI) vale la pena rescatar la infravalorada Sangre fresca (Una chica insaciable) (Innocent Blood, 1992).

Innocent Blood nos narra la historia de Marie (Anne Parillaud), una vampiresa que ha decidido alimentarse de malas personas. Una de estas malas personas es el jefe mafioso Sallie Macelli (Robert Loggia), pero por desgracia Marie es interrumpida antes de que pueda acabar del todo con el mafioso. Este resucita y no tarda en convertir en vampiros a varios de sus secuaces. Marie debe acabar con estos monstruos antes de que tomen la ciudad, y para que la ayude a conseguirlo reclutará al reluctante policía de incógnito Joe Gennaro (Anthony LaPaglia).

Supongo que en su momento el film no funcionó ya que se promocionó más como una comedia que como una película de terror (aunque es solo una suposición). De hecho, el film tiene un tono que baila entre el terror, la comedia y el cine de mafiosos. Esta mezcla de elementos dispares hace que sea una película curiosa y diferente, por ello merecedora de ser sacada de la oscuridad.

Personalmente, me parece que tanto los elementos vampíricos como los mafiosos funcionan perfectamente. La caracterización de los vampiros, con sus ojos brillantes y sus rugidos de pantera, está muy conseguida y sigue algunas tradiciones (rechazo al ajo, el sol los mata) mientras que se inventa también algunas reglas nuevas. Los elementos mafiosos están muy logrados gracias principalmente al trabajo de los actores. Especialmente destaco Robert Loggia, que es un jefe mafioso temible, como demuestra la violenta escena al principio del film (me gusta como ruge fucking die! al pobre desgraciado que ejecuta).

Si bien al principio de su carrera Landis obtuvo gran éxito gracias a mezclar hombres lobo y comedia, la misma suerte no le acompañó al tratar con vampiros. Ciertamente, Innocent Blood no está a la altura de Un hombre lobo americano en Londres (An American Werewolf in London, 1981), pero resulta entretenido, divertido y contiene algunas muertes espectaculares. Por supuesto, los que quieran ver una película de vampiros más "tradicional" o "normal" puede que se lleven una decepción, pero es igualmente posible que se lleven una sorpresa y acaben disfrutando con una película que logra mezclar elementos dispares de forma efectiva.


20 ago 2013

Parque Jurásico 3D

Ya podéis leer en Underbrain cómo me sentó visitar de nuevo en el cine Parque Jurásico (Jurassic Park, Steven Spielberg, 1993), ahora en 3D. Dejaos llevar por la nostalgia en:

http://www.underbrain.com/cine/parque-jurasico-3d/


19 ago 2013

El imperio de las hormigas (Empire of the Ants)


Creo yo que si hay unos insectos que se merecen tener un imperio, esos son las hormigas. Al parecer no soy el único que lo cree, en 1977 se estrenaba El imperio de las hormigas (Empire of the Ants, Bert I. Gordon), donde Míster B.I.G. nos ofreció su última película de bichos gigantescos.

Si hablamos de hormigas gigantes, no hay discusión de que la mejor película sobre el tema es La humanidad en peligro (Them!, Gordon Douglas, 1954), pero esta película se coloca fácilmente en segunda posición. Tras "adaptar" con éxito un relato de H. G. Wells en El alimento de los dioses (The Food of the Gods, 1976), Gordon se puso al frente de otra "adaptación" de un relato de Wells (¿Por qué las comillas? Porque las películas no tenían nada que ver con los relatos que supuestamente adaptaban, una táctica que el productor Samuel Z. Arkoff ya había empleado anteriormente aprovechando el éxito de las adaptaciones de relatos de Edgr Allan Poe que dirigió Roger Corman).

Esta película me gusta por diversos motivos, ninguno de ellos relacionado con su calidad cinematográfica. Para empezar: hormigas gigantes. ¿Qué tienen los insectos gigantescos que me atraen tanto? ¿Tal vez que soy un urbanita de toda la vida y cualquier cosa relacionada con la naturaleza ya me parece arcana y oscura y misteriosa? No lo sé, pero cuando tenía doce años este tipo de pelis me encantaban y todavía me gustan hoy día. Es una película que, además, resulta deliciosamente anacrónica. En los 70 el terror y la ciencia ficción se encontraban en un periodo nihilista y oscuro, salvaje y crudo. Por supuesto, el éxito de Tiburón (Jaws, Steven Spielberg, 1975) había generado una corriente de títulos pertenecientes al subgénero del terror animal, pero los bichos gigantes eran más bien cosa del pasado.

El hecho de que su argumento resultara anticuado ya en 1977 hace que los toques contemporáneos resulten más llamativos, como las alusiones a la vida sexual de los personajes, un intento de violación y las sangrientas muertes. Pero, que no se alarme nadie, porque a pesar de todo ello es una película apta para todos los públicos (por lo menos lo era entonces).

Otro aspecto que me resulta atractivo es la forma en la que justifican la aparición de las hormigas gigantes: desechos tóxicos lanzados de forma ilegal, las hormigas se contaminan y se vuelven gigantescas. Lo que sería bastante normal (quiero decir, normal en este tipo de películas) si no fuera porque la contaminación y el "gigantamiento" (no, esta palabra no existe) se produce en cuestión de ¡horas! En otras palabras, les da igual justificar su aparición o que tenga cualquier verosimilitud: la cuestión es que las hormigas gigantes aparezcan lo más rápido posible.

Pero lo que resulta más interesante de El imperio de las hormigas es su segunda mitad. Mientras la primera parte nos ofrece la habitual historia de supervivencia contra la amenaza que sea, la segunda mitad nos presenta a las hormigas controlando toda una ciudad. Es esta segunda mitad la que para mí hace esta película memorable.

Aunque si eres como yo, solo necesitabas saber que había hormigas gigantes para querer verla.

16 ago 2013

El cerebro que no quería morir


The Brain That Wouldn't Die (Joseph Green, 1962) es una entretenida película que mezcla ciencia ficción y terror en un argumento que es una nueva derivación del mito de Frankenstein con toques de voluptuosa sordidez.

En realidad, el título de la película debería ser El cerebro que quería morir pero su novio no le dejaba, ya que es lo que le sucede a la pobre Jan (Virginia Leith), cuyo cuerpo queda carbonizado en un accidente de coche. El accidente es culpa del novio de Jan, el doctor Bill Cortner (Herb Evers), que decide llevarse la cabeza de su novia para darle un nuevo cuerpo, ya que se da la casualidad que el doctor Cortner es un clásico mad doctor. Mientras Jan descubre que ser una cabeza sin cuerpo le da poderes telepáticos y es capaz de comunicarse con la monstruosa aberración que su novio el mad doctor esconde tras una sólida puerta, el doctor recorre locales de moral relajada para encontrar un cuerpazo para su novia.

Al parecer, la película fue rodada originalmente en 1959, pero diversos problemas de censura impidieron su estreno hasta 1962. La verdad es que viendo la película no es de extrañar que tuviera problemas, ya que resulta sorprendentemente sangrienta y brutal para la época. Además, las escenas en que el doctor Cortner inspecciona con lujuria los posibles cuerpos para su novia tienen un toque sórdido que acaba de redondear esta película.

Porque es un film bastante redondo aunque no muestre a su monstruo hasta el final (pero la espera vale la pena). Mientras, observamos como Jan desarrolla sus habilidades como cabeza sin cuerpo, algo que personalmente siempre me ha hecho gracia.

El film tiene como tema el típico alegato moralista contra la ciencia que va demasiado lejos tan popular en la época. Pero visto hoy día resulta, tal vez no un film feminista pero sí que presenta una interesante reflexión sobre como nuestra sociedad obsesionada por la imagen convierte en objetos a las mujeres. Fue esta curiosa lectura la que me llamó la atención sobre el film, un comentario que aparece en el excelente documental Schlock! The Secret History of American Movies (Ray Greene, 2001).

De todos modos, que no os asuste la presencia de subtemas y alegorías, no deja de ser una entretenida película de serie B hecha con cuatro duros. Recomendada para los amantes de este tipo de películas.


15 ago 2013

Los Bond "piratas"


Oficialmente, las aventuras del agente 007 se cuentan a lo largo de 23 películas (hasta ahora), pero no son solo 23 las películas que se han hecho protagonizadas por James Bond. En este artículo vamos a repasar las películas Bond no oficiales.

En 1954 se produjo una adaptación televisiva de la novela de Ian Fleming Casino Royale. La novela fue destripada y constreñida para no chocar contra la censura televisiva de la época y contar la aventura de Bond en apenas 48 minutos. No es que sea muy interesante, y puede ser chocante ver a Bond reconvertido en Jimmy Bond, agente de la CIA; pero explica por qué no empezaron a adaptar las novelas de Fleming empezando por la primera: los derechos televisivos los había adquirido una compañía americana, los cinematográficos fueron adquiridos por el productor Charles K. Feldman cuando Fleming todavía era un desconocido.

Feldman no tuvo oportunidad de llevar Casino Royale al cine. Sin embargo, cuando James Bond se había convertido en un gran fenómeno, Feldman intentó asociarse con Albert R. Broccoli y Harry Saltzman, los productores de la saga Bond durante décadas (la familia Broccoli sigue hoy día produciendo las aventuras del agente 007) para producir una adaptación de la novela. No se pudo llegar a un acuerdo, así que Feldman decidió, ya que tenía los derechos de la novela, realizar basándose en ella una parodia de las películas de espías, de moda en aquel momento. Fue así como nació Casino Royale (1967), dirigida nada menos que por 6 directores: Val Guest, Ken Hughes, John Huston, Joseph McGrath, Robert Parrish y Richard Talmadge.

Casino Royale es un desastre monumental y épico. Cada director se encargó de rodar secciones específicas del guion, cada uno dirigendo solo a un grupo de actores y actrices. El resultado fue una descomunal acumulación de material, un elefantíaco monstruo de Frankenstein. Al descontrol en la dirección se ha de sumar un guion al que fueron contribuyendo de forma no acreditada actores que participaban en la película, como Woody Allen y Peter Sellers, así como otros directores y guionistas que no tenían nada que ver con la producción como Terry Southern y Billy Wilder. Por tanto, si sumamos al descontrol y la descoordinación de la dirección un guion igualmente descontrolado y descoordinado, se entiende que el resultado final sea este mutante kitsch.

La película se estrenó en abril de 1967 y, precedida por los problemas y los excesos del rodaje que dispararon su presupuesto, fue recibida con cierta frialdad, aunque no fue un desastre total y por lo menos se pudo recuperar la inversión. Al cabo de unos pocos meses se estrenó la nueva entrega de 007 Solo se vive dos veces (You Only Live Twice, Lewis Gilbert, 1967), que fue un gran éxito de taquilla y no se vio afectada por la producción de Feldman.

El principal problema de Casino Royale es que es una comedia que no hace mucha gracia, a pesar del talento de los mencionados Allen y Sellers, así como de otros participantes como David Niven y Orson Welles. Por supuesto, una película tan desastrosa como esta no deja de tener su interés para el aficionado al cine de calidad alternativa. Su excesiva duración no ayuda, pero puede ser curiosa de ver por lo menos una vez.




El origen de Nunca digas nunca jamás (Never Say Never Again, Irvin Kershner, 1983) es algo polémico. Durante la producción de Operación Trueno (Thunderball, Terence Young, 1967), uno de los productores ejecutivos de la película, Kevin McClory, acusó a Ian Fleming de plagiarle y McClory consiguió los derechos fílmicos de la novela de Fleming tras una larga batalla legal. El origen de esta demanda es que McClory, Fleming y Jack Whittingham trabajaron juntos en un guion que no se vendió y que más tarde Fleming convirtió en Operación Trueno sin acreditar el trabajo de McClory.

El problema es que McClory solo tenía los derechos de Operación Trueno, así que lo único que podía hacer era volver a rodar de nuevo la novela. Así, Nunca digas nunca jamás es un remake de Operación Trueno, siendo la primera vez que un mismo actor protagoniza dos versiones distintas de una misma película. Porque McClory y Jack Schwartzman se aseguraron a golpe de talonario la participación de Sean Connery.

El resultado, a pesar del buen hacer de Kershner, es un film mediocre por culpa de un guion que sufrió diversos cambios y que nunca acabó de funcionar. Está claro que el film imita el tono que por entonces habían adoptado las películas "oficiales" de 007, en gran medida por el tipo de Bond que interpretaba Roger Moore. El único momento que a mi entender funciona en este sentido es la escena en la sección Q, el resto es bastante irregular. También cometen el error de poner el baboso tema principal sobre una escena de acción al inicio del film.

Sin embargo, a pesar de que el film es muy mediocre, la interpretación de Connery es de las mejores que ha hecho como James Bond, especialmente si la comparamos con la que hizo en Diamantes para la eternidad (Diamonds Are Forever, Guy Hamilton, 1971), donde su desinterés por la película se hace patente.

Además del problema de tono, el film no resulta interesante porque repite sin gracia una historia ya conocida sin aportar ninguna novedad, ni a la historia ni a la fórmula Bond. Tampoco podemos olvidar que esta película se estrenó poco después de Octopussy (John Glen, 1983), lo que sin duda contribuyó a su fracaso ya que seguramente el público no tenía interés en ver otro film de Bond en tan poco espacio de tiempo.

Si sois unos completistas como yo y no conocéis este film puede que resulte interesante de ver, el resto puede que se aburra mucho viéndolo.

13 ago 2013

Exorcismo en Georgia (The Haunting in Connecticut 2: Ghosts of Georgia)

Por el poder de Greyskull, esta película resulta aún peor después de haber visto Expediente Warren (The Conjuring, James Wan, 2013), y eso que en su momento ya me pareció mala. En fin, si algún incauto/a quiere gastarse su dinero en ver esta película, que antes lea mi crítica en:


De nada.

7 ago 2013

Pacific Rim

 
Algo tarde, pero desde hace unos días podéis leer mi crítica de Pacific Rim (Guillermo del Toro, 2013) en Underbrain:


Ha sido una crítica complicada de escribir, porque se me hacía difícil encontrar maneras diferentes de decir que es una pasada. La recomiendo a todo el mundo.


5 ago 2013

ET me convirtió en un adorador de Satán

Todavía tengo el ordenador estropeado y dependo de la gentileza de amigos/familiares, pero esto era demasiado bueno como para dejarlo correr. ¿Recordáis la absurda polémica provocada por ciertos grupos religiosos que calificaban Harry Potter de satánico? Pues este documental, llamado Engaño a una generación, es lo mismo pero hecho para las preocupadas familias de los 80. Por aquel entonces Estados Unidos vivía en pleno pánico satánico, como todos los que han visto The House of the Devil de Ti West ya saben, cualquier cosa podía ser considerada propaganda de Lucifer. Y resulta que algunos juguetes y prácticamente todas las series que veía de pequeño eran demoníacas a más no poder: Scooby Doo, Dragones y mazmorras, Los pitufos, Thundercats... Sin olvidarnos esa criatura del mal que era ET.

1 ago 2013

Dificultades técnicas

Se me ha estropeado el ordenador y tardaré en poder actualizar. Así que si veis que no actualizo ni contesto es por eso, no que me he vuelto un borde. De momento estad atentos a mi crítica de Pacific Rim que aparecerá el martes que viene en Underbrain. Ya os digo que la he disfrutado tanto que casi me corro.