Se estrena Candyman (Nia DaCosta, 2021), nueva entrega en la que regresa el asesino creado por Clive Barker. Parte secuela directa, parte reboot, podéis leer ya mi crítica en:
Como secuela funciona bastante bien, a pesar de los sermones, pero no es tan buena como la original de Bernard Rose. Entretenido film de terror pero nada revolucionario.
Supongo que no dirá mucho de mí como persona que, ahora mismo, con la que está cayendo en Cataluña con la independencia y demás, yo esté más interesado en explorar la nueva edición de Arrow de las tres primeras entregas de la serie Hellraiser, la estupenda The Scarlet Box Limited Edition Trilogy que en lo que puedan decir los políticos que nos ha tocado sufrir. Pero así es, ya que lo que se inventó Clive Barker es más imaginativo y evocador que lo que se inventan los políticos.
La llegada de esta Scarlet Box me trajo de nuevo a la memoria no solo lo mucho que me gustan las películas de Hellraiser (me refiero, claro, a las tres primeras, del resto salvaría solo algunas partes de Bloodline), también la novela The Scarlet Gospels. En esta novela, Clive Barker retoma a los Cenobitas en su última aventura literaria.
Por supuesto, cuando Barker anunció la publicación de una novela en que explicaría la última y definitiva historia protagonizada por Pinhead y dijo, además, que Pinhead compartiría protagonismo con otro gran personaje suyo, el detective Harry D'Amour, las expectativas que tenía se desmadraron. Expectativas que tuve que restringir ya que Barker hace tiempo que abandonó el terror salvaje de sus primeros trabajos, y, a partir de Sortilegio (en inglés Weaveworld), sus novelas se inclinan más hacia la fantasía oscura. Aunque los elementos terroríficos aún se encontraban presentes en sus historias, ya no eran el foco.
Los seguidores de Barker y la franquicia ya saben que solo en la novela breve The Hellbound Heart (una de mis favoritas, publicada aquí con el título Hellraiser), Barker había usado a los Cenobitas literariamente (sin tener en cuenta los cómics). Por lo que, en realidad, el Pinhead que aparece en The Scarlet Gospels tiene más relación con el de las películas que con el de la novela.
Menciono esto porque la novela, en una primera lectura, me dejó algo descolocado. El inicio recuerda bastante al Barker de los primeros tiempos. A medida que avanza, sin embargo, se adopta un estilo más en sintonía con el Barker de El gran espectáculo secreto (lo cual no es un problema para mí porque esa novela me encanta). Sin embargo, sí me sorprendió la cantidad de humor presente en la novela, proporcionado por D'Amour y sus compañeros.
Pero con el tiempo, una vez habiendo digerido lo diferente que es esta novela de la anterior The Hellbound Heart y las películas, he ido apreciando más la historia. The Scarlet Gospels cuenta la odisea de Pinhead en su intento de hacerse con el control del Infierno, con D'Amour y sus amigos atrapados entre el Cenobita y las fuerzas infernales. Si bien todavía me cuesta aceptar el ordenado Infierno que Barker imagina, he podido apreciar mejor la historia en una segunda lectura. Para ello, hay que olvidarse de las películas y de la novela breve anterior y, simplemente, leer The Scarlet Gospels como una historia independiente en si misma, a pesar de las conexiones que Barker hace a lo largo de esta novela con sus anteriores trabajos.
Si uno puede aceptar esta historia por si misma, es posible que la disfrute mucho más, porque, como ya digo, se aparta radicalmente de todo lo anterior. The Scarlet Gospels mezcla terror, fantasía y novela negra para ofrecer al lector una experiencia que resulte memorable y lo logra en muchos instantes. Por lo tanto, es una novela que, tras leer de nuevo, recomiendo a los seguidores de Barker, Pinhead y el fantástico.
Habréis notado que el documental se centra solo en las dos primeras películas. Las razones son que son las dos producciones británicas y las únicas que cuentan con el favor de todos los fans. La tercera tiene una sección especial en el tercer disco de extras de esta edición. En el mismo disco, hay dos extras más que de forma breve y diplomática se dedican a repasar el resto de la franquicia. Creo que es lógico, ya que una vez los Weinstein se hicieron con los derechos de la serie se dedicaron a destrozarla y hundirla en la miseria, ya fuera a través de ínfimos presupuestos o por el hecho de que muchas veces usaron guiones que no tenían nada que ver con la serie a los que les incrustaron a los Cenobitas.
Las dos primeras son las únicas que veo con regularidad. La tercera es bastante entretenida y divertida, pero solo la veo cuando veo las dos anteriores seguidas. El resto de secuelas solo las he visto una vez, ya que cada vez tengo la esperanza de que sea una buena entrega. Fans de Hellraiser, ¿habéis visto alguna de las secuelas a partir de la 4 más de una vez, por placer y no por ánimo completista?
Volviendo al documental, antes que nada he de advertir que la edición que yo pre-ordené está agotada, pero se mantiene a la venta la edición de tres discos. La edición agotada era simplemente una edición que añadía una chaqueta de cartón y un folleto al conjunto, nada del otro mundo como podéis ver en las fotos (abajo). Yo la pre-ordendé porque pensaba que lo de limitada se refería a los tres discos, con lo que tampoco os perdéis mucho si la compráis ahora.
El documental dura unas 8 horas en total, aunque está dividido en dos discos como películas individuales. El primer disco está dedicado a Hellraiser y el segundo a Hellbound, claro. Si el documental tiene un defecto es que no tiene el ritmo ágil de otros documentales del mismo estilo, casi como si quisiese durar tanto. ¿Cuántas veces necesitas ver entrevistados diciendo que Clive Barker es un genio, más si luego en los extras hay un documental dedicado a él donde se repiten muchos de esos mismos comentarios? Pero lo positivo es que te proporciona toneladas de información y curiosidades sobre las películas. Por ejemplo, una de las cosas que más me interesó fueron los dibujos ocultos en el diseño de la caja.
Por supuesto, este es un doucmental dedicado a los fans y que solo a los fans de estas películas interesará. Y, aunque tiene sus defectos, como fan a mí me ha interesado de principio a fin, aunque debido a su duración (más la de los extras) no ha sido fácil.
Hace cuatro años escribí un artículo sobre Razas de noche (Nightbreed, Clive Barker, 1990), cuyo origen estaba en el hecho de que se acababa de descubrir nuevo metraje del film en VHS. En el artículo expresaba mi deseo de que se editara un montaje del director para que los fans pudiéramos disfrutar de la película tal y como Barker la había concebido. Y hace un par de días mi deseo se hizo realidad, en la comodidad de mi hogar pude ver por fin el montaje del director de Razas de noche, editado en una fantástica edición limitada de tres discos (hay también una edición sencilla y ambas son solo de zona A, de momento: imagino que en el futuro también se editará en Europa).
En caso de que haya alguien que esté leyendo esto y no conozca Razas de noche, le resumo brevemente el argumento: Aaron Boone (Craig Sheffer) tiene pesadillas recurrentes en las que sueña con un lugar llamado Midian. Le habla de este lugar a su psiquiatra, el doctor Philip K. Decker (David Cronenberg). Decker aprovecha para colgarle a Boone una serie de asesinatos que Aaron no ha cometido. Boone huirá a Midian pero será atrapado por la policía y acabará muerto tras una emboscada. Su novia Lori (Anne Bobby), no cree que Boone fuera un asesino e irá a Midian para ver el lugar en que murió. Será allí donde descubra que Boone no está muerto y que existe todo un mundo subterráneo desconocido. Un mundo que ahora está en peligro.
Para mí Razas de noche tiene el mismo valor que para otros pueda tenerlo un film como E. T. El extraterrestre (E.T. the Extra-Terrestrial, Steven Spielberg, 1982). No es que me marcara para toda la vida, pero sí que cuando lo vi cuando tenía entre diez y once años, me encantó el hecho de que los monstruos fueran los héroes y con el tiempo la fui apreciando más, aunque era consciente de que no era la versión que Barker quería que fuera vista. Pero la nostalgia es algo poderoso, y los recuerdos que me traía hacía que viera cosas en ella que no estaban ahí. Es decir, observándola de forma fría me daría cuenta de que debido a los cortes que sufrió hay cosas que no tienen sentido, pero como había leído la novela un par de veces y sabía lo que faltaba, pues era como si lo hubiera visto. De hecho, pensé en leerme la novela otra vez antes de ver el montaje del director pero la impaciencia por ver la auténtica Razas de noche me hizo desechar la idea.
No voy a repetir de nuevo aquí cómo se descubrió el nuevo metraje y por qué se estrenó una versión truncada en su momento: se explica profusamente en los extras y el libro que acompaña la película, así como en diversos artículos y reseñas en la web. Sí que me gustaría aclarar un par de detalles, antes de entrar en la nueva versión: el llamado Cabal Cut NO es el montaje del director. El Cabal Cut era básicamente el primer montaje, donde el director incluye todo lo que se ha rodado para ver qué no hace falta, qué parte necesita trabajo, opciones de montaje, etc. De modo que el montaje del director es media hora más corto que el Cabal Cut, ya que había mucho material que desde el punto de vista cinematográfico sobraba. El montaje del director dura dos horas, solo veinte minutos más largo que la versión estrenada en cines, pero incluye cuarenta minutos de material nuevo. Esto es así porque se ha eliminado material que Barker fue obligado a añadir a la película en el momento del estreno.
El estudio que financió la película, Morgan Creek, quería una película de terror, pero Razas de noche no es una película de terror. Además, no acababan de entender que los monstruos fueran los héroes, así que sus cortes y manipulaciones fueron intentos de convertir la película en algo que no era. El montaje del director deja más claras las intenciones y se añade mejor todo el subtexto y las capas que tenía la película antes de ser mutilada. Esto se nota especialmente en la primera mitad, en la que se desarrollan más los personajes (Lori resulta que es cantante, ¡y tiene un número musical!). En el nuevo metraje también se enriquece el mundo de Midian y hay más monstruos (y Doug Bradley recupera su voz, doblado por el estudio por un actor con acento alemán por alguna extraña razón).
El resultado final es un film auténticamente épico y fantástico. Después de tanto tiempo esperando, ver el montaje del director ha sido una experiencia más emocional de lo que pensaba. Esta no es la película que vi cuando era niño pero siento como si lo fuera. De todos modos, me alegro de que Shout! Factory haya incluido la versión cinematográfica por razones puramente nostálgicas, aunque dudo de vuelva a ver esa versión ahora que puedo ver el film tal y como fue concebido originalmente (aunque tengo la antigua edición en DVD de la película que incluye un solo extra pero valioso: una pista aislada con la banda sonora de Danny Elfman). Y todos aquellos que no conocían esta película tienen la suerte de que podrán verla desde un primer momento como la gran película que es.
Hace poco, mientras esperaba que me llegasen un par de libros, decidí aligerar la espera volviendo a leer Libros sangrientos de Clive Barker. Esto hizo que me entraran ganas de repasar los primeros trabajos en el cine de este maestro del género, antes de convertirse en un referente con la hoy clásica Hellraiser. Los que traen el infierno (Hellraiser, Clive Barker, 1987). Eran, además, películas que hacía mucho tiempo que no veía y también quería verlas ahora que conozco un poco mejor el mundo de Barker que cuando las vi por primera vez. Aunque lo cierto es que la nula implicación de Barker en ambas películas, aparte de proporcionar las historias en que se basan, ya que sus guiones no fueron respetados, hacen que en general resulten algo decepcionantes.
Mundo subterráneo (Underworld, George Pavlou, 1985), conocida como Transmutations en Estados Unidos, representó el debut de Barker como guionista de largometrajes. Basado en una idea del propio Barker, la historia arranca cuando al criminal retirado Roy Bain (Larry Lamb) le encarga un antiguo asociado, Hugo Motherskille (Steve Berkoff), que encuentre a una "trabajadora" suya que ha sido secuestrada. Roy acepta ya que la secuestrada es Nicole (Nicola Cowper) un antiguo amor por el que todavía siente algo. Las sospechas recaen sobre el doctor Savary (Denholm Elliott), pero en realidad Nicole se haya prisionera en una comunidad de mutantes que vive en las alcantarillas de la ciudad.
Con una estética muy ochentera, en el peor sentido, el film presenta una serie de ideas que luego encontraremos a lo largo de la obra de Barker en diferentes relatos y novelas, principalmente en la novela Cabal que luego se convertiría en Razas de noche (Nightbreed, Clive Barker, 1990) (de la que espero con ansía me llegue el montaje del director recientemente editado en Blu-ray de zona A). Pero en el caso de Underworld (cuya versión completa dura unos 103 minutos) no están ejecutadas de la mejor manera posible.
Aunque cuenta con un buen reparto, el film no acaba de funcionar debido a una dirección no demasiado brillante y un guion que tampoco ejecuta las ideas que contiene de la mejor manera. Así, la película se queda en un buen planteamiento pero en una algo mediocre ejecución.
Las cosas cambian el siguiente film, también dirigido por Pavlou: RawHead Rex (1986), película que vi por televisión una noche y me gustó por ser una clásica monster movie y que hoy día me sorprende porque es una clásica monster movie.
Barker adapta su cuento homónimo como base para la película. Añade algunos detalles y arregla una inconsistencia al final del relato original, pero es una adaptación relativamente fiel de su historia. En el film, Howard Hallenbeck (David Dukes) se halla con su familia en Irlanda realizando un trabajo de investigación arqueológica. La estancia de los Hallenbeck en un pueblo coincide con la accidental liberación de Rawhead Rex de su sepulcro milenario. Despertado de nuevo, Rawhead se dedicará a matar y crear caos. Una de las víctimas es el hijo de Howard, que se dedicará a perseguirlo con ansias de venganza.
Fue leyendo este relato en particular en el volumen uno de Libros sangrientos (o tercer libro, dependiendo de la edición que tengáis, inglesa o española) que me dieron ganas de repasar estas películas. Al leer el relato me sorprendió que era una historia bastante clásica en el que el monstruo es el malo y hay unos buenos claramente señalados. Aunque el cuento tiene toques propiamente barkerianos, me sorprendió porque es un relato muy "normal", teniendo en cuenta que el resto de cuentos y de la obra de Barker precisamente se aparta de los cauces típicos, en diversas ocasiones convirtiendo a los monstruos en los héroes y a los humanos en villanos.
La película, en ese sentido, es exactamente igual. Pero que quede claro que no lo digo como algo negativo, sino que me sorprendió un relato tan ortodoxo en un momento en el que Barker destacaba por romper las reglas. Por tanto, RawHead Rex, para bien o para mal, es una clásica película de monstruo suelto despachando incautos. En este sentido es un film medianamente entretenido, pero poco más. Queda claro que lo mejor estaba por venir.
Soy seguidor del blog Too Much Horror Fiction, un blog en el que descubro libros y joyas desconocidas dentro del terror. En esta ocasión lo que me ha descubierto, sin embargo, es algo diferente y muy interesante: una mesa redonda presidida por Clive Barker en la cual grandes contribuyentes del género hablan y discuten sobre el terror literario y cinematográfico. Al parecer se emitió originalmente en la BBC a principios de los 90, pero lo podemos disfrutar todos gracias a que Seraphim Inc (una página de Clive Barker) lo ha colgado en YouTube. Dsifrutad:
Hoy acabo de leer en el blog Spasmo Mixtape que algún genio ha hecho un juego de pinball basado en el clásico Phantasma (Phantasm, Don Coscarelli, 1979). Está bastante bien, con voces y sonidos de la peli, y resulta lo suficientemente adictivo y divertido si sois como yo fans de la saga. Lo podéis encontrar aquí:
Parece ser que Morgan Creek ha empezado a poner en marcha las cosas para que podamos tener una edición en Blu-ray de Razas de Noche (Nightbreed, Clive Barker, 1990) con el montaje del director, conocido como The Cabal Cut ya que Cabal es el título de la novela de Barker en que se basa el film. Según comentan en Bloody Disgusting, para recaudar dinero para hacer la edición, se empazará a proyectar la película en diversos lugares, ninguno me temo cerca de aquí.
Tras la decepción que le produjo tener que transigir en el montaje final de El señor de las ilusiones (Lord of Illusions, 1995), Clive Barker parece ser que dejó su carrera como director ya que no disfrutaba de la misma libertad que como escritor o pintor. Eso provocó que durante mucho tiempo, el trabajo literario de Barker desapareciera de las pantallas. Barker ejerció tareas de productor en algunas películas, se hicieron algunos telefilmes y las sagas Hellraiser y Candyman continuaron ofreciendo alguna entrega, aunque decayendo y alejándose cada vez más de las fuentes originales que las inspiraron.
Sin embargo, las cosas empezaron a cambiar y moverse cuando a Barker se trasladó a vivir a Los Ángeles con el objetivo de impulsar la vertiente cinematográfica de su carrera. Durante la promoción de la estupenda Coldheart Canyon (una novela marcada por la historia secreta de Hollywood), parecía que diversos proyectos empezaban a gestarse. Finalmente, con Barker como productor ejecutivo cuidando de la calidad del resultado final, en 2008 llegó El vagón de la muerte (The Midnight Meat Train, Ryûhei Kitamura).
Adaptación del relato homónimo de Barker aparecido en el primero de los Libros de sangre. La película ampliaba la historia original para poder llegar a una duración de largometraje, pero se mantenía bastante fiel al cuento. El único problema tal vez sea que la mitología que establece Barker en unas pocas páginas sobre la vida secreta de las ciudades es difícil de trasladar a la pantalla. De todas maneras, el resultado final es una película sangrienta y entretenida que satisface a los fans de Barker así como a los espectadores no familiares con su obra.
El gran éxito de la película animó a Barker a seguir en esta línea y el 2009 se estrenaron dos nuevas adaptaciones. Una de ellas ya la comentamos en su momento: la perturbadora e inquietante Dread (dir. Anthony DiBlasi), el relato en el que se basa se publicó en el segundo volumen de Libros de sangre, y la otra fue Clive Barker's Book of Blood dirigida por John Harrison.
El guion de John Harrison y Darin Silverman combina dos relatos: Book of Blood y Book of Blood (a prostcript): On Jerusalem Street (cuando me compré la recopilación de los seis volúmenes en inglés regalé los que tenía en castellano y no recuerdo como los tradujeron). El primero cuenta el origen de las historias que aparecen en los diferentes volúmenes y el segundo sirve como epílogo a estos mismos volúmenes, pero ambos son al mismo tiempo cuentos con entidad propia, explicando en el segundo de ellos el destino de los personajes aparecidos en el primero.
Esto se traduce en una película que combina elementos clásicos y modernos en una historia de terror que se mantiene fiel a los relatos pero añadiendo también diversas novedades.
La profesora Mary Florescu (Sophie Ward) se dedica a investigar fenómenos paranormales. Da clases en una universidad y ha publicado varios libros, sin embargo no se ha encontrado todavía con la prueba irrefutable de la existencia de vida más allá de la muerte. Todo ello cambiará cuando empiece a investigar una casa en la que murió una joven en extrañas circunstancias. Florescu cuenta con la ayuda de Reg (Paul Blair) para manejar el equipo electrónico y a ellos se unirá el estudiante Simon (Jonas Armstrong), que será el catalizador de los eventos que tendrán lugar en la casa.
Vista así, la sinopsis da la impresión de que nos encontramos ante la típica película de casa encantada. Y, en cierto modo, la película es una película de casa encantada, pero, además de nada típica, la evolución de la historia la llevará por derroteros diferentes, añadiéndole toques de venganza de ultratumba y una historia retorcida marca de la casa Barker.
Mezclando elementos terroríficos y eróticos, Book of Blood avanza con un ritmo que se dedica a cultivar una atmósfera amenazante e ir cargando de suspense la historia en lugar de avanzar a golpe de susto barato. La construcción de la relación entre Florescu y Simon, así como el desarrollo que se hace de los personajes se hará especialmente significativa a medida que nos acerquemos a la conclusión de la película, evitando que simplemente parezca que el director desea hinchar la historia para poder llenar un largometraje y no acabar con un corto.
Book of Blood destaca precisamente por esta mezcla de elementos clásicos y modernos que la hacen una película de terror inteligente y con aires de "la vieja escuela", un oasis en la marabunta de copias y secuelas originadas por Saw y Hostel y las películas de terror adolescente, ofreciendo al tiempo giros inesperados (para aquel no ha leído el relato) sin por ello sacrificar un desarrollo de los personajes que los convierte en algo más que carne de cañón. He de añadir que la película me gustó más en el segundo visionado que con el primero que hice, ya que disfruté de la película por sí misma y no estuve pensando todo tiempo en los relatos sobre los que se basaba.
La película tiene la virtud de satisfacer tanto a los aficionados al terror, como servidor, que han visto casi de todo como a los espectadores casuales del género. Sin embargo, aquellos que busquen una película con sustos cada cinco minutos, actores y actrices adolescentes de buen ver y música pop puede que se lleven una desilusión.
El señor de las ilusiones (Lord of Illusions, 1995) fue la tercera y última película de Clive Barker como director (tenéis las dos anteriores aquí y aquí). Se trata de una adaptación del relato La última ilusión que aparece en el sexto y último volumen de su recopilación de relatos Books of Blood. Originalmente publicados por Martínez Roca, con unas portadas entre lo feo y lo hortera, con el título Libros sangrientos, actualmente han sido reeditados por la editorial La Factoría de Ideas dentro de su colección Eclipse con el título Libros de sangre, publicados hasta ahora los cuatro primeros volúmenes. Si no tenéis problemas leyendo en inglés os recomiendo las ediciones omnibus que han sacado Warner Books, por un lado, y Berkley Trade, por otro, y que en dos volúmenes recopilan los seis libros.
Barker, más que expandir el relato, lo que hace es crear una nueva historia utilizando los mismos personajes, de algunos sólo el nombre aunque con parecidas funciones. En la película, Harry D'Amour (Scott Bakula) es un detective privado que parece tener la mala suerte de atraer casos con connotaciones sobrenaturales. Mientras investiga un caso de fraude en Los Ángeles, se verá involucrado en la misteriosa muerte del mago Swann (Kevin J. O'Connor) al tiempo que se enamora de la viuda de Swann, Dorothea (Famke Janssen). Todo apunta a que una especie de gurú mesiánico llamado Nix (Daniel von Bargen) es responsable de los eventos que se van desencadenando.
En el relato, D'Amour es contratado para velar el cadáver de Swann y asegurarse de que es quemado. La razón de ello es que Swann hizo un pacto con un diablo para poseer poderes mágicos, pero luego se arrepintió, así que para salvar su alma se ha de asegurar la destrucción completa de su cuerpo sin que los demonios obtengan nada.
En el film, Barker mezcla elementos del cine de terror con algún toque de noir con las imágenes y temas habituales en su literatura: la magia y el ocultismo como medio de conseguir ser más que humano, los personajes fascinados por ir más allá de la realidad y la imaginería perturbadora y al mismo tiempo bella. Tratándose de un film que aspira llegar a una audiencia amplia, los elementos más puramente Barker están suavizados, pero no por ello la película pierde interés. Claro que mucho de esos toques fueron eliminados o censurados en la versión cinematográfica.
Hay que aclarar ante todo que aunque ya he dicho que la película tiene toques propios del cine de terror, no es solamente una película de terror. El interés se centra más en el misterio que rodea a lo que le sucedió a Swann y los poderes de Nix. Pero que el fan no se inquiete, hay varias escenas sangrientas y muertes suficientes para mantenerlo satisfecho.
Comparadas con las dos anteriores películas de Barker, ésta es la más suave y menos ambiciosa. Posiblemente por las continuas tensiones con los ejecutivos de los estudios, Barker intentó hacer algo que fuera más digerible para el gran público pero al mismo tiempo manteniéndose fiel a si mismo. En ese aspecto, la película resulta entretenida de principio a fin, el suspense no decae y la historia es interesante; por ello uno desea que le hubieran dado más libertad (y más dinero) a Barker para crear una historia más cercana a las que con las que nos deleita en sus libros. Acostumbrados, Barker y sus lectores, a las grandes épicas metafísicas y las explosiones de horror y belleza polisexual, la película no puede más que resultar algo constreñida y "normal".
Pero el lado positivo de esta "normalidad" es que puede servir de puente para que aquellos que desconozcan el trabajo de Barker entren en él de manera suave y no muy brusca. Como digo, la película, juzgada por si sola, resulta bastante entretenida, por lo menos en su versión íntegra. La película no funcionó muy bien en taquilla en su momento, de forma bastante comprensible ya que varias de las mejores escenas fueron eliminadas por insistencia de los ejecutivos, algo sobre lo que Barker habla en el audiocomentario incluido en el DVD. El único defecto que le encuentro a la película es la utilización en algunos casos de unos primerizos y poco efectivos efectos especiales infográficos.
Se ha de señalar la habilidad de Barker para lograr grandes bandas sonoras de los compositores que trabajan con él. Si Hellraiser (1987) contaba con una gótica, romántica, lujuriosa, oscura y soberbia banda sonora de Christopher Young (que comenta en una entrevista que lo único que hizo fue seguir las indicaciones de Barker); Razas de noche (Nightbreed, 1990) se beneficiaba de una banda sonora de Danny Elfman en perfecta sintonía con la mística y la fantasía de la historia que Barker cuenta; en El señor de las ilusiones nos encontramos con una estupenda banda sonora cortesía de Simon Boswell que, especialmente al principio de la película, nos ayuda a meternos en la historia.
Siguiendo la tradición de otros detectives de lo oculto, como el John Silence de Algernon Blackwood, el personaje Harry D'Amour de Clive Barker se ha enfrentado al mundo de lo oculto en varias ocasiones. Aparte del relato y la película mencionados, D'Amour es el protagonista también del relato Almas perdidas, incluido en el volumen antológico publicado por Martínez Roca Horror 4, de nuevo con una portada entre fea y hortera. Originalmente el volumen fue publicado con el título Cutting Edge, una selección de relatos a cargo de Dennis Etchison. D'Amour es también uno de los principales personajes de la fantástica trilogía del Arte, de la cual Barker hasta ahora ha publicado sólo dos fantásticos y absorbentes libros: The Great and Secret Show, publicado originalmente por Plaza & Janés como El gran espectáculo secreto actualmente está agotado, Norma Editorial publicó una excelente adaptación al cómic en dos volúmenes de esta novela; y Everville, que de momento sólo se encuentra en inglés.
Hay pocas historias de amor que involucren asesinatos a martillazo limpio y sadomasoquismo, pero Clive Barker es definitivamente un autor peculiar.
En 1986 se publicó la novela breve de Clive Barker The Hellbound Heart (publicada en castellano por La Factoría de Ideas con el título Hellraiser), fue aquí donde por primera vez aparecieron los Cenobitas: una especie de criaturas que viven en un mundo aparte y que obtienen gran placer en que aquellos que les visiten experimenten un dolor infinito mezclado con un placer infinito. Sin embargo la trama de la novela trata en realidad la historia de amor entre cuatro personajes: Rory está casado con Julia. Su matrimonio no es muy feliz, ahogado por la rutina y porque Julia sigue enamorada de Frank, el hermano de Rory. Kirsten, a su vez, está enamorada de Rory y sospecha que Julia le es infiel. Y lo es, aunque no como ella cree. Julia ha descubierto que Frank está atrapado en el universo de los Cenobitas a los cuales conoció en su búsqueda de un mundo de placer definitivo, cansado de haber hecho y experimentado todo. Es así como llega hasta su poder una misteriosa caja puzle que sirve para invocar a los Cenobitas. Frank sólo comete un error: dar por supuesto que su idea del placer es la misma que la que tienen los Cenobitas. Sin embargo, un poco de la sangre que Rory derrama en un pequeño accidente en el ático en el que está atrapado le ha dado una llave para salir; pero necesita más sangre para ser completamente libre. Julia empezará entonces a cometer asesinatos para reunirse con su amante del pasado. Algo que no acaba de gustar a los Cenobitas.
Barker crea una historia cargada de extraña sexualidad y complejidad psicológica además de presentar a los Cenobitas, inspirados en los clubes de sado que existían a mediados de los ochenta en Gran Bretaña. Pero el centro de la historia sigue siendo la historia de amor entre Frank y Julia, o más concretamente el intento de Julia de resucitar un apasionado romance del pasado al tiempo que resucita de forma más literal a Frank.
La novela la recomiendo sin reservas, me pareció brillante. Aparte de la edición de La Factoría de Ideas, encontré por Internet una versión en audio leída por el mismo Clive Barker (antes de que su voz degenerara hacia la afonía de pirata que tiene ahora). A los fans de la película les puede resultar interesante ya que aparecen unos cenobitas diferentes a los que aparecen en la versión filmada. Desde hace un tiempo Barker habla de escribir una nueva novela ambientada en el universo de los Cenobitas.
Barker utilizó esta novela breve como base para el que fue su primer largometraje en su breve carrera como director. También fue la única en la que no sufrió la interferencia de los ejecutivos de un gran estudio para hacer la película más accesible a una mayoría. Me refiero al clásico de culto Hellraiser, los que traen el infierno (Hellraiser, 1987).
La película mantiene la trama de la novela y es bastante fiel a la misma pero Barker realizó un gran cambio aparte del mencionado antes respecto a los Cenobitas: convirtió a Kirsty (Ashley Laurence) en la hija de Larry (Andrew Robinson, Rory en el libro) en lugar de ser un factor más en un complicado triángulo amoroso. Este cambio hace que la preocupación de Kirsty sea rápidamente comprendida por el espectador sin necesitar explicaciones extra sobre la naturaleza de la relación entre ambos y justifica la tensión entre Kirsty y Julia (Clare Higgins) como resultado de una no muy buena relación madrastra-hijastra.
La película está llena de imágenes cargadas de una perturbadora y horrible poesía. Especialmente memorable es la escena de la resurrección de Frank (Sean Chapman, bajo el maquillaje: Oliver Smith) en el ático de la casa en la que pasó sus últimos días antes de conocer a los Cenobitas. Esta escena está realzada además por la excelente banda sonora compuesta por Christopher Young, posiblemente su mejor trabajo.
Aterradora y sexy a un mismo tiempo, la película es un excelente ejercicio en el terror de temática adulta, más allá de los arquetipos y miedos ancestrales, reflejando los deseos y frustraciones que en ocasiones producen las relaciones sentimentales. Julia hace en la película de forma literal lo que muchos hacen de forma figurada: coger un recuerdo idealizado del pasado e intentar reconstruirlo en el presente. Es por ello que resulta una lástima que las últimas escenas de Hellraiser resulten un poco flojas por diversos factores: intentar convertir a los Cenobitas en estrellas; falta de ritmo en el montaje y la penosa interpretación de Robert Hines como Steve. A pesar de ello, Hellraiser es un film notable y excelente, uno de mis favoritos desde los días del VHS. Actualmente está disponible en una excelente edición en nuestro país, cosa que no sucede con el resto de películas que comento a continuación que hasta ahora se pueden encontrar sólo de importación (excepto algunas de las peores que se rodaron directamente en vídeo).
No sé si os habéis fijado en que he evitado al máximo usar palabras como "demonios" o "diablos" en referencia a los Cenobitas. Esto se debe a que no pertenecen a la mitología cristiana, sino a un universo propio creado por Barker. Aunque es cierto que también se refieren a ellos como "demonios" para mí nunca lo han sido. Aquí radica el problema principal que a mi juicio provocó que las continuaciones que se hicieron a Hellraiser fueran degenerando de forma progresiva: los guionistas no sabían como tratar a estos personajes y los fueron convirtiendo en típicos villanos, demonios más manejables.
Hellbound: Hellraiser II llegó a nuestras pantallas en 1988, dirigida por Tony Randel, guión de Peter Atkins y con otra excelente banda sonora de Christopher Young. La película es bastante entretenida y es encomiable lo ambiciosa que es teniendo en cuenta lo limitado del presupuesto que tenían. Como ya he dicho, tal vez el error que cometen es intentar crear una serie de explicaciones y justificaciones que expliquen que son los Cenobitas y cuál es su origen. Vuelven los personajes de la primera película, en una u otra forma, y Kirsty es convertida en heroína.
La película transcurre en un manicomio al que es enviada Kirsty (Laurence, de nuevo) mientras se investigan los sucesos acontecidos en la primera película. Da la casualidad que el director (Kenneth Cranham) de ese manicomio es un estudioso de los Cenobitas, su universo (o infierno, si lo preferís) y la caja puzle que los invoca. Como os podéis imaginar, la confluencia de estos factores no podía dar nada bueno: el manicomio se convertirá en un infierno en la Tierra, de forma bastante literal.
Como ya he dicho, la película resulta bastante entretenida aunque ni de lejos tan buena como la primera. Sí que contiene algunas secuencias bastante conseguidas cuando todo se descontrola.
Peter Atkins y Tony Randel fueron los guionistas de la tercera entrega: Hellraiser III: infierno en la Tierra (Hellraiser III: Hell on Earth), aunque esta vez con Anthony Hickox dirigiendo. La película se estrenó en 1992, fue la primera (y única) de la serie que tuve oportunidad de ver en el cine, algo que siempre se recuerda con cariño. Hickox había dirigido anteriormente la divertida Waxwork: Museo de cera (Waxwork, 1988), con lo cual la película tiene algunas cosas que son apreciables pero otras no tanto.
La parte positiva es que la dirección de Hickox, incluyendo los planos que escoge sacados directamente de un tebeo, aportan a la película una tremenda energía que hace que se pase de manera rápida y no aburra.
La parte negativa es la incapacidad del guión de aportar alguna idea original. Los Cenobitas ya no son las misteriosas y espeluznantes criaturas presentadas por Barker, sino los típicos villanos del cine de terror dedicados a masacrar adolescentes como si fueran Freddy Krueger o Jason Voorhees. Todo aquello que los hacía originales ha acabado desapareciendo.
Pero la película resulta divertida y hasta entretenida si uno no se fija demasiado en el guión. Por desgracia, a partir de aquí todas las secuelas se encaminan hacia una espiral de mediocridad y aburrimiento, gracias a que la franquicia cayó en las manos de los Weinstein. Para que os hagáis una idea, la siguiente entrega, Hellraiser: Bloodline (1996), fue dirigida por Kevin Yagher que la firmó con el nombre Alan Smithee, ya que los Weinstein le hicieron un Halloween 6. El resto de secuelas posteriores, precedidas por el título Hellraiser: Inferno (2000), Hellseeker (2002), Deader (2005) y Hellworld (2005), son tremendamente malas y entierran a unos personajes que eran originales en un océano de aburrimiento. Se prepara una película nueva en esta desastrosa serie sin fin: Hellraiser: Revelations. Su estreno se espera para el 2011. Al mismo tiempo, se prepara un remake de la primera entrega, proyecto que lleva ya mucho tiempo en desarrollo y que creo que finalmente va a ser dirigido por Patrick Lussier (director del remake de My Bloody Valentine). Con lo cual tiro la toalla en lo que se refiere a esperar una nueva película protagonizada por los Cenobitas que no sea un desperdicio.
Antes de concluir este repaso por algunos memorables títulos del cine de terror para disfrutar en Halloween, quería comentar también algún título contemporáneo ya que actualmente también se están haciendo películas interesantes. Como Dread (2009), escrita y dirigida por Anthony DiBlasi.
La película adapta el relato homónimo de Clive Barker que apareció en el segundo volumen de Libros Sangrientos. El relato habla de cómo dejarnos dominar por nuestros miedos nos puede lanzar hacia la autodestrucción así como la fascinación que ejerce sobre nosotros tan infausta emoción. El protagonista del relato somete a diversos experimentos "controlados" a varios "conejillos de indias" con la intención de descubrir como superar sus propios miedos y traumas.
DiBlisi adapta fielmente el relato. Mantiene la trama principal en que Quaid (Shaun Evans), un joven perseguido por un trauma de la infancia, inicia un estudio sobre el miedo con la ayuda de dos estudiantes más: Stephen (Jackson Rathbone) y Cheryl (Hanne Steen). Quaid se irá obsesionando con el estudio y perderá el control sobre su propia vida arrastrando a los demás hacia terribles consecuencias.
Como he dicho, DiBlisi adapta de manera fiel el relato, expandiendo y creando situaciones para que la película alcance una longitud de largometraje. Sin embargo, hace dos cambios respecto al relato original que son significativos: uno es que hace a los personajes, en particular a Quaid, más jóvenes que en el cuento original y el otro es el final.
Supongo que si habéis leído el relato de Barker recordaréis como acaba. Eso no sucede en la película. Y es realmente la única pega que le encuentro al film. Mientras que el final de Barker resulta satisfactorio temáticamente y dramáticamente, el final de DiBlisi es previsible y sigue la moda de películas más recientes. Pero DiBlisi hace un buen trabajo creando los personajes y situándolos en una curva dramática ascendente de manera que el espectador se encuentra arrastrado por la tensión y la curiosidad de saber qué les va a suceder. E imagino que si al ver la película no has leído el cuento original, el final no causa ningún problema.
Dread cumple a la hora de proporcionar escalofríos y tensión, así que resulta perfecta para esta época del año. Una película interesante también por como trata los traumas psicológicos y las diversas maneras de enfocarlos.
(Para leer sobre el montaje del director clica aquí)
La filmografía del escritor Clive Barker como director es breve pero muy interesante. Debutó con la ya clásica Hellraiser. Los que traen el infierno (Hellraiser, 1987). Siguió con la película de la que hablamos aquí: Razas de Noche (Nightbreed, 1990) y concluyó con la interesante El señor de las ilusiones (Lord of Illusions, 1995). Las continuas tensiones con los ejecutivos de los estudios y no poder estrenar Razas de Noche y El señor de las ilusiones en los cines de la manera que él las había imaginado provocaron que dejara la silla de director para ejercer como productor ejecutivo y poder tener así cierto control sobre las películas basadas en sus relatos. Es por ello que últimamente se han empezado a estrenar varias películas basadas en relatos suyos en estos últimos años después de décadas de ausencia en las pantallas. Aunque parece que el éxito de sus producciones podría llevarlo de nuevo a la silla del director en Tortured Souls: Animae Damnatae.
Mi primer contacto con la película Razas de Noche fue a través de la extinta Fantastic Magazine, en un número que traía un reportaje sobre la película ya que faltaba poco para su estreno entonces, creo que en el verano de 1990. Lo recuerdo bien porque mientras lo leía se fue la luz y estuve viendo fotos de los monstruos que aparecían en la película con una linterna, cosa que me impresionó bastante en aquel momento. Al poco de estrenarse, se empezó a editar una colección de cómics cuyos primeros cuatro números adaptaban la película y luego continuaban las aventuras de las Razas de Noche, llegando a enfrentarse con Rawhead Rex (otra creación de Clive Barker). Me satisface decir que todavía conservo en perfecto estado esta colección de cómics que en España editó Forum dentro del también extinto actualmente sello Epic. Lo que no pude fue comprarme el videojuego, pero qué le vamos a hacer.
Una de las cosas que me llamó la atención al leer el cómic es que era bastante diferente de la película en el sentido de que pasaban muchas más cosas que en el film. Más tarde supe que Razas de Noche fue maltratada por Morgan Creek que recortó gran parte de la película. La película se ha ganado con los años una gran base de seguidores que, desde que se descubrió el primer montaje que hizo Barker cercano a las tres horas, claman por que se edite en DVD un montaje del director (yo entre ellos).
Barker adaptó su novela Cabal (que recientemente publicó en España La Factoría de Ideas) de forma mucho más fiel (hasta que los ejecutivos metieron mano, claro) de la que había adaptado la soberbia The Hellbound Heart en Hellraiser (también la podéis encontrar en La Factoría de Ideas). Tal vez sea porque para Barker era una novela más importante emocionalmente, no lo sé. El tema de fondo de Cabal es la homosexualidad, algo de lo que Barker nunca se ha escondido y que posiblemente le haya hecho más difícil triunfar en Estados Unidos, así como los prejuicios y el desafío a la autoridad. Si sois lectores de su trabajo sabréis que en sus novelas el sexo está muy presente en diversas formas y colores. Pero como el subtexto de Cabal (o uno de ellos, más bien) es la homosexualidad, cómo lo descubre uno y lo acepta y cómo es enfrentarse a los prejuicios de los demás, no está muy presente el elemento sexual de forma explícita. La historia adquiere así un tono de fantasía oscura, que en algunos momentos recuerda al mejor Chris Claremont en su etapa de La Patrulla X, mezclado con el terror y la violencia marca de la casa.
Boone (Craig Sheffer) es un joven al que plagan pesadillas y sueños sobre un lugar llamado Midian. Gracias al amor de su novia Lori (Anne Bobby) Boone ha podido dejar atrás la etapa más conflictiva de su vida y parece recuperar la cordura. Esto es hasta que su psiquiatra Phillip K. Deckard (David Cronenberg, el nombre de su personaje es una referencia al escritor Phillip K. Dick y su novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, más tarde Blade Runner [Ridley Scott, 1982]) le enseña fotos de unos asesinatos que, según el doctor Deckard, él ha cometido. Llevado por la culpa Boone intentará suicidarse pero no tiene éxito. Será entonces cuando iniciará una peregrinación hacia Midian para convertirse en un miembro de las Razas de Noche.
El film como he dicho fue recortado por el estudio que la estrenaba y se puede notar hacia el final, muy acelerado, y en la falta de desarrollo de los personajes. Pero la calidad de la película hace que sea buena a pesar de ello. También ayuda la soberbia banda sonora de Danny Elfman, una de las mejores que ha compuesto. Y otra de las cosas que resaltan es la interpretación del director de cine David Cronenberg como el psicópata enmascarado Phillip K. Deckard. Cronenberg crea un personaje tremendamente perturbador por la manera racional en la que habla cuando se nota que está completamente loco. La película trata el tema de los prejuicios y el odio, ya sea hacia otra raza o a una sexualidad no habitual, convirtiendo a las Razas de Noche en los héroes y a las fuerzas del orden en un ejército fascista. Hay también elementos religiosos al mismo tiempo que se ataca a la Iglesia Católica, algo también habitual en los trabajos de Clive Barker.
La verdad es que la versión actual está bastante bien, así que las maravillas que se ocultan en el montaje del director podrían elevarla a obra maestra. Entre lo eliminado hay: una exploración más exhaustiva de Midian y sus habitantes, una subtrama sobre Lori, más sangre y la aparición de Suzy Quatro (!). Así que os pido que compréis la actual edición en DVD de importación, porque cuantas más se vendan más posibilidades de que Warner (actual propietaria de los derechos) edite un montaje del director. Para más información sobre esto podéis visitar la página The Official Clive Barker Resource: Revelations y añadir vuestro nombre a la petición para que se edite el montaje del director en DVD al igual que se editó un montaje del director de El señor de las ilusiones (y que hasta podéis comprar en grandes superficies).