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12 feb 2015

Los bárbaros (Sorceress)

Es una lástima que la última película que hasta la fecha ha dirigido Jack Hill apareciera firmada como Brian Stuart, ya que el director no estaba contento con lo que se había hecho con su trabajo. Recortada y reeditada, Los bárbaros (Sorceress, 1982) es una de esas películas con tantos conflictos detrás de las cámaras como delante.

El malvado brujo Traigon (Roberto Ballesteros) debe sacrificar el primer niño o niña que engendre a sus dioses oscuros para aumentar sus poderes. Resulta que en lugar de un hijo, engendra una pareja de gemelas, que son salvadas de la muerte en el último momento por el guerrero y mago Krona (Martin LaSalle). Veinte años más tarde, en su búsqueda de las gemelas, los secuaces de Traigon asesinan a la familia que había adoptado a las niñas, convertidas ahora en las guerreras Mira (Leigh Harris) y Mara (Lynette Harris). Mira y Mara juran venganza y parten en busca de Traigon. En su viaje las acompañarán el guerrero vikingo Valdar (Bruno Rey), el viajero Erlick (Bob Nelson) y el fauno Pando (David Millbern).

La que durante mucho tiempo había sido una fructífera colaboración, se convirtió en fuente de conflictos con esta película. El productor Roger Corman y Jack Hill tuvieron un amargo enfrentamiento durante la posproducción de Sorceress, que acabó con Hill abandonando el proyecto. ¿Quién tenía la razón? Bueno, si hacemos caso de las (en ocasiones contradictorias) entrevistas que acompañan la edición en Blu-ray de la película, lo cierto es que las culpas se podían repartir por ambos lados.

Hill había filmado una película de dos horas que no quería recortar (Corman tenía la costumbre de que sus películas no pasaran de los 90 minutos porque así le salía más barato distribuirlas en latas) y muchos de los efectos especiales que se le habían prometido ilustrarían la historia no se le permitieron incluirlos ya que Corman consideró que no eran necesarios. Por su parte, Corman no estaba contento ya que había pedido una historia de acción de espada y brujería, pero Hill se la había llenado de lentos pasajes religiosos y ballets. Una vez Hill abandonó el proyecto, Corman eliminó las escenas de baile (menos una) y los aspectos New Age para centrarse en la acción. Luego, le pidió a John Carl Buechler (que se encargó de los efectos de especiales de maquillaje) que añadiera algunas criaturas para el clímax y Buechler acabó filmando gran parte del material que aparece en el clímax del film, después de que Corman reeditara varias veces la película.

Y aunque como fan de Hill me gustaría haber visto su versión, tampoco se puede negar que, tal y como existe ahora, Sorceress es una película de fantasía muy divertida, además de todo un placer para la vista gracias a las gemelas protagonistas, ya que Leigh y Lynette Harris fueron escogidas para protagonizar el film después de que aparecieran en la revista Playboy (gracias a lo cual sabemos que ambas son rubias naturales). Sorceress no se toma a si misma demasiado en serio, ofreciendo al espectador una película que si bien no es demasiado buena, por lo menos sí resulta muy entretenida.

Gran parte del humor del film corre a cargo de los protagonistas. A Mira y Mara las crían haciéndoles creer que son niños, así que cuando casualmente se desnudan para lavarse se sorprenden de las reacciones de sus compañeros y entonces queda claro que no saben la diferencia entre hombres y mujeres ni las nociones más básicas de reproducción humana. Esto las hace quedar como idiotas, pero sus compañeros no es que sean precisamente genios, ya que no se dan cuenta de que son mujeres hasta que estas se desnudan, a pesar de que ni cambian la voz ni esconden su pechonalidad con la ropa.

En fin, que es una tontería de película, pero una tontería que te hace reír y pasar un buen rato. Tiene un ritmo trepidante y antes de que te des cuenta ya se ha acabado.


24 jul 2014

Pit Stop

 
El póster prometía acción a raudales y choques de coches, que es todo lo que Roger Corman quería. Pero por una vez tenemos una película que va más allá de lo que promete su póster, ya que Jack Hill convirtió Pit Stop (1969) en un film que nos ofrece una interesante historia de deshumanización disfrazada de simple cinta de coches.

Como seguidor de Hill, la noticia de que su film Pit Stop iba a ser editado en Blu-ray me llenó de excitación y ganas de ver uno de los títulos menos conocidos de este fascinante director. No sabía bien qué esperar, porque pertenecía a la época en que Hill trabajaba para Roger Corman y su trabajo entonces se había reducido a completar películas y rodar material adicional para olvidables producciones de la factoría Corman. Pero este film en concreto fue producido, escrito, dirigido y editado por Hill.

Las carreras de coches no me parecen un tema demasiado interesante y tampoco se lo parecía al propio Hill. Cuando Corman le pidió que le hiciera una película de coches, Hill respondió que quería hacer un film de autor. Corman le respondió que mientras hubiera carreras y coches chocando podía hacer lo que quisiera. Y esto es lo que hizo Hill, un film sobre como un hombre pierde su alma.

El film empieza con la presentación de Rick Bowman (Richard Davalos), corredor de carreras ilegales cuya última hazaña concluye con él detenido por la policía. El empresario Grant Willard (Brian Donlevy), que observaba la carrera ilegal buscando nuevos talentos, le invita a unirse a su equipo de conductores en una competición de carrera en 8 (el circuito tiene forma de 8, con lo que se produce una zona de intersección en que los accidentes y choques están asegurados). Al principio Bowman se niega a participar en semejante locura, pero tras conocer a su rival Hawk Sidney (Sid Haig), decide aceptar la proposición de Willard. Tras su primera carrera y rápida derrota, convertirse en el campeón se convertirá en una obsesión para Bowman.

Antes de ver esta película no tenía ni idea de lo que era competir en un circuito en 8, mi reacción al ver lo que era no fue muy diferente de la del protagonista de la película: es una locura, una pesadilla ballardiana cuyo objetivo parece ser ofrecer a los espectadores accidentes de coche para su disfrute. Teniendo en cuenta lo demente de esta práctica, el retrato que hace Hill de su entorno resulta muy interesante. En este sentido es un film muy moderno y visceral, gracias especialmente a sus limitaciones presupuestarias. Muchos de los personajes que aparecen en el film se interpretan a si mismos, ya que era una manera de conseguir localizaciones gratuitas. Las escenas de carreras se realizaron rodando auténticas carreras en las que se integraban a los actores de manera bastante efectiva.

Pero lo más interesante del film es la forma con la que Hill juega con las expectativas del espectador. Al principio todo parece bastante habitual: tienes al bueno molón y al villano bocazas. Pero a medida que va avanzando la película, nos encontramos con que el bueno se va deshumanizando y el villano se va humanizando. Los personajes que interpretan Davalos y Haig tienen arcos paralelos que los hacen avanzar y cruzarse de la forma que lo hacen en la pista en 8. Esto funciona, además de por el talento de Hill, por las brillantes interpretaciones que ofrecen los dos actores. De hecho, todo el reparto está muy bien, contribuyendo a darle autenticidad al film.

No sabía qué esperar de esta película y me sorprendió agradablemente. Pensé que sería una simple cinta de acción automovilística pero resultó ser mucho más, todo un descubrimiento dentro de la ya de por sí fantástica obra de un director que debería ser más conocido.


14 ene 2013

Si no comentas este post mi constipado te atacará en 6 días

Para entender por qué esta película me resulta fascinante, es esencial conocer la historia de cómo se hizo. Esta historia y el resultado final que provocó puede que haga que os apartéis de la película como de un pesado borracho en una fiesta, y aquellos que como a mí os guste el cine peculiar definitivamente tenéis que apuntar esta película en vuestra lista de filmes a ver.

Los habituales puede que ya sepáis que en este blog somos mucho de Jack Hill (que hasta tiene su propia etiqueta) y Stephanie Rothman, directores que trabajaron realizando inolvidables exploitation movies que eran mejores de lo que se esperaba de este tipo de películas, convirtiéndose algunas en clásicos de culto y objeto de sesudos estudios. Cuando descubrí que ambos habían dirigido Blood Bath (1966) me lancé a buscar este título inmediatamente, llenó de curiosidad por ver cómo sería el producto resultante de la colaboración entre ambos.

Cuando terminé de ver la película me quedé perplejo y ojiplático. En seguida se me llenó la cabeza con las típicas estupideces que se nos ocurren a los que vemos demasiadas películas. Me había imaginado dos jóvenes directores experimentando con el lenguaje cinematográfico, explorando los límites de la narración convencional. Más tarde supe cómo se había hecho esta película y me tuve que comer todas estas ideas con patatas, ya que ni siquiera llegaron a coincidir Hill y Rothman durante la realización de la película.

Curiosamente, todo empezó con Francis Ford Coppola. Coppola fue enviado por Roger Corman (en aquella época Coppola, Hill y Rothman trabajaban a las órdenes del rey de la serie B) a la antigua Yugoslavia para supervisar la producción de una película de terror. Al parecer Coppola no hizo mucha supervisión porque volvió con una película de misterio y no de terror, que además no llegaba al mínimo de calidad exigido por Corman. Entonces Corman le pasó el material filmado a Hill para que creara una película de terror con la suficiente calidad como para poder estrenarla en cines.

Hill reconvirtió la historia en una cinta de terror protagonizada por un pintor que mata modelos y las sumerge en cera, presa de visiones de un antepasado, titulada Blood Bath. Contrató algunos actores habituales de sus filmes para filmar algunas nuevas escenas e integrarlas con el material ya existente. Antes de terminar del todo el proyecto, Hill lo abandonó por desconocidas circunstancias (vamos, que él no recuerda por qué). Corman entonces le encargó a Rothman terminar la película. La directora decidió convertirla en una historia de vampiros (algo que no le acabó de gustar a Hill, como podéis ver en el videocomentario que tenéis abajo), se añadieron nuevas escenas intercaladas con las escenas intercaladas con el material antiguo y finalmente se estrenó la película.

El resultado final es una película realmente extraña y rara. Hay personajes que cambian de una escena a otra, extrañas decisiones de montaje, escenas mundanas mezcladas con otras completamente surrealistas. En definitiva: ¡una maravilla!

Tomado de forma rutinaria, el argumento es predecible y no ofrece nada nuevo, pero la perspectiva de que alguna nueva escena onírica nos asalte hace que se vea con mucha intriga. Es una intriga que no está generada por la historia sino por la extraña manera en que se nos cuenta esta historia. Así, una escena tontorrona en la que unos beatnicks discuten de arte puede estar seguida de un paisaje alucinante que sirve de fondo a una escena delirante que a su vez puede estar seguida por un brutal asesinato en el cual puede o no que aparezca un vampiro.

Por tanto, vale la pena aguantar las mediocres interpretaciones de algunos actores y actrices (excepto Sid Haig, él siempre mola) para que nuestros ojos se vean regalados con alguna imagen asombrosa. Además, hay un momento en que me incorporé alucinado por la aparición (no acreditada) de ¡Patrick Magee! Nombre que de buenas a primeras puede que no os diga nada pero seguramente lo recordaréis por sus apariciones en los clásicos de Stanley Kubrick La naranja mecánica (A Clockwork Orange, 1971) -es el escritor que se venga de Alex- y Barry Lyndon (1975), así como aparece en varias películas de terror de la Amicus y en el film de Lucio Fulci Black Cat (Gatto nero) (1981). Tampoco está acreditado el cameo que hace el propio Roger Corman.

Blood Bath proporciona grandes dosis de diversión si os gustan las películas más raras que un perro verde. La historia no tiene mucho sentido, pero está llena de momentos inolvidables (especialmente el grandioso clímax) y chicas en bikini bailando. Como era la costumbre de Corman, el film se reestrenó con otro título pasado un tiempo: Track of the Vampire. Con este título se puede encontrar en DVD junto a Nightmare Castle (Amanti d'oltretomba, Mario Caiano, 1965). La calidad no es la mejor que se podría esperar, pero esperemos que aparezca algún día alguna edición completa remasterizada.



30 nov 2011

Switchblade Sisters aka The Jezebels


Jack Hill es el Howard Hawks de la exploitation.
Quentin Tarantino

Una erupción primaria de energía políticamente incorrecta y convicción, Switchblade Sisters convierte cada personaje, lugar y experiencia común en pura iconografía (...) Amazonianos más que feministas ritos de paso, búsqueda de amor e identidad, dirigen este western urbano sobre mujeres que se juntan con bandas en las malas calles de una beckettiana ciudad americana (...) La química amor-odio de las dos protagonistas recuerda la estilizada unión y traición que encontramos en el centro de Johnny Guitar de Nicholas Ray, Duelo al sol de King Vidor y Pat Garret y Billy el niño de Sam Peckinpah (...) Es como si Ingmar Bergman (Persona), Howard Hawks (Los caballeros las prefieren rubias), y Rainer Werner Fassbinder (Las amargas lágrimas de Petra von Kant), hubieran sido contratados para codirigir Thelma & Louise para el circuito del cine de autor.
Kathleen Murphy, Film Comment

Nos podéis pegar, encadenar, encerrar. Pero volveremos, ¿entiendes? Y cuando lo hagamos, poli, será mejor que no metas el culo en nuestro territorio, ¡O TE LO VAMOS A REVENTAR! ¿Lo pillas? Somos las Jezabels, poli -recuerda este nombre. ¡Volveremos!
Joanne Nail en Switchblade Sisters

Jack Hill mola. Las películas de Jack Hill molan. No hay otra forma de decirlo. No se me ocurre otra manera de resumir la brillantez y genialidad de la que hace gala en cada una de sus películas. Por ello me entristece que los comentarios que he hecho de sus trabajos tengan tan pocas visitas, porque significa que mucha gente desconoce y todavía no ha descubierto a este maestro del cine.

Hill tenía una innata habilidad para coger cualquier género, cualquier guion trillado y absurdo y convertirlo en algo sublime. Ya sea cine de terror, acción, blaxpoitation, comedia o mujeres encarceladas, Hill dotaba a sus filmes de una inteligencia y un agudo ingenio que hacía que se elevaran por encima del resto. Switchblade Sisters (1975) es un perfecto ejemplo de ello.

La película se estrenó originalmente (y fue rodada con) el título de The Jezebels, inmediatamente después del éxito que obtuvo Hill con The Swinging Cheerleaders (1974), primera producción salida de la entonces recién creada Centaur de Hill. Con esta compañía Hill tenía la intención de producir y dirigir sus propias películas. Sin embargo, The Jezebels no tuvo mucho éxito y fue luego reestrenada como Switchblade Sisters, título con el que sería más conocida.

Como suele ser habitual con las películas de Hill, Switchblade Sisters se acabaría convirtiendo en una película de culto, especialmente en los ambientes lésbicos, donde se convertiría en un título de cabecera.

Recién llegada a la ciudad, Maggie (Joanne Nail) tiene un pequeño encontronazo con las Dagger Debs, la banda que lidera Lace (Robbie Lee). Sin embargo, una vez en la cárcel, Maggie y Lace se hacen amigas, cosa que no le hace mucha gracia a Patch (Monica Gayle), la hasta ahora mano derecha de Lace. Una vez fuera, los conflictos con otras bandas y entre ellos generará una sangrienta confrontación.

Cuatro años más tarde de que se estrenara este film de Jack Hill, Walter Hill estrenó Los amos de la noche (The Warriors). Yo vi primero The Warriors, que me pareció una película entretenida y original, pero luego descubrí que toda la originalidad, todo lo que parecía diferente, ya lo había hecho antes Jack Hill y mejor (aunque me sigue gustando The Warriors, no penséis mal).


Hill mezcla lo que podría ser una historia habitual de bandas callejeras con el Otelo de William Shakespeare, y sitúa la acción en una especie de futuro cercano o presente alternativo, en el cual las bandas dominan una anónima ciudad. Una ciudad ficticia, que representa la típica e ideal ciudad americana en pleno derrumbe y decadencia.

El principio de la película, donde conocemos a los personajes, resulta bastante divertido. Pero a medida que avanza la película uno se encuentra cada vez más atrapado por la trama de mentiras, celos y traiciones que Hill cocina, de modo que estamos plenamente implicados en lo que sucede cuando la parte dramática empieza a dominar la cinta.

Esta mezcla de tonos era una especialidad de Hill, y ayuda a anclar la historia en la realidad mezclando drama y comedia. De modo que, a pesar de que en un principio se nos hace todo muy estrafalario y extremo, la sólida construcción de los personajes hace que nos importe lo que les sucede ya que son personajes reales a nuestros ojos. Además de diferentes tonos, Hill mezcla también géneros, creando una amalgama que, sorprendentemente, funciona.

Todo el film es una sucesión de diálogos geniales, creados por Hill y F. X. Maier. Todos ellos interpretados por un brillante reparto. Reparto en el cual destacan sus protagonistas femeninas, que logran hacer memorables todas las integrantes de la banda callejera. Nail, Lee y Gayle, el oteliano trío protagonista, hacen un gran trabajo dándole entidad a sus personajes. Las contrapartidas masculinas resultan efectivas en hacer que brillen los personajes femeninos por comparación, haciendo que apoyes todas las acciones que llevan a cabo las Jezabels.

En definitiva, otra obra maestra surgida del genio de Jack Hill. Os dejo con dos avances cinematográficos de la película. El primero es el tráiler original con el título The Jezabels, el segundo presenta el film ya como Switchblade Sisters.



26 sept 2011

Mujeres encerradas


Prisionera: ¿Dónde quieres que te entierren, negrata?
Pam Grier (tras tumbar a la prisionera de una patada): Señora negrata para ti.
The Big Bird Cage (Jack Hill, 1972)

Recientemente me compré, dentro de la colección Roger Corman's Cult Classics, el pack Women in Cages editado por Shout! Factory. ¿Lo compré por qué soy un pervertido fetichista al que le gustan las pelis de mujeres encerradas? No, nada de eso. Es decir, sí que soy un pervertido fetichista, pero el género de las cárceles de mujeres, iniciado allá por los años 30, nunca me había interesado. No tengo nada en contra de este género, simplemente no había despertado mi interés. La única razón por la que compré este pack es el director Jack Hill, que dirigió dos de las películas incluidas. Así que os pido un poco de fe y que me acompañéis en este recorrido, os aseguro que es mejor de lo que parece a simple vista.

The Big Doll House (Jack Hill, 1971): Esta película, y The Big Bird Cage, la mencioné de pasada en mi pequeño homenaje a Pam Grier ya que fue su debut en la pantalla grande. Esta es la primera película que vi de Jack Hill e inmediatamente despertó mi interés por este original director, capaz de aportar su propia personalidad y elevar cualquier argumento que se ponga a dirigir, aunque es mejor cuando dirige sus propios guiones.

Originalmente fue James Gordon White quien escribió el guion de The Big Doll House y se lo mostró a Hill, a quien le pareció que estaba bastante bien. Hill se puso a trabajar en otros proyectos y el guion fue a parar a las manos de Roger Corman, el cual contrató a, por lo menos, dos guionistas (uno de los cuales, Don Spencer, es el acreditado como único autor) para que lo reescribieran. De modo que cuando Corman y Hill acordaron que éste la dirigiría, Hill leyó un guion que según sus palabras "era horrible". Por fortuna, la película se iba a rodar en Las Filipinas, en Manila, para recortar gastos, lo que le dio la oportunidad a Hill de reescribir a su gusto el guion y utilizar también partes del guion original. Así, el resultado final fue mejor de lo que se podía imaginar.

The Big Doll House no inventó el género de las mujeres encerradas pero como si lo hubiera hecho. Fue un éxito de taquilla tan grande que inmediatamente generó un montón de imitaciones que no eran ni la mitad de buenas de lo que es este clásico de culto. La película está ambientada en una ficticia república bananera y cuenta como Collier (Judy Brown) es encerrada en una cárcel de mujeres (duh!) por matar en defensa propia a un rico empresario. En la cárcel comparte celda con Bodine (Pat Woodell), Alcott (Roberta Collins), Grear (Pam Grier), Ferina (Gina Stuart) y Harrad (Brooke Mills). Tras sufrir las sádicas torturas de las carceleras y ver como mueren sus compañeras, las seis prisioneras planean escapar de la cárcel, con la involuntaria ayuda de Harry (Sid Haig) y Fred (Jerry Franks), dos repartidores de fruta.

Las razones por las que esta película es tan buena y se sale del género son dos: el humor que añadió Hill y la manera en que le dio la vuelta a la típica explotación femenina de estas películas para convertirla en una exaltación del poder femenino, factor que las actrices abrazaron entusiasmadas. Los personajes principales están muy bien definidos y construidos, gracias también al gran reparto que Hill consiguió reunir, de modo que cuando estalla la acción te sientes plenamente identificado con las protagonistas. No es de extrañar que fuera un gran éxito de taquilla, continuamente están pasando cosas y el ritmo es constante, consiguiendo que el espectador pase unos entretenidos 90 minutos siguiendo las vicisitudes de estas valientes prisioneras.

Y esa es la razón por la que la recomiendo: desde el minuto uno, en el que oímos a Pam Grier cantando Long Time Woman, hasta que los títulos de crédito empiezan a rodar, disfruté durante toda la película. Es mejor de lo que parece por el tráiler.


Women in Cages (Gerry de Leon, 1971): El arrollador éxito de The Big Doll House hizo que de forma inmediata Roger Corman pusiera en marcha otra película del género, escrita por David Ostrehaut y James H. Watkins aprovechando elementos que aparecían en el guion original de Big Doll House que escribió James Gordon White.

Esta es realmente la típica película de cárcel de mujeres. Jeff (Jennifer Gan) es engañada por su novio traficante Rudy (Charles Davis) y acaba cumpliendo condena por posesión de narcóticos. Comparte celda con Sandy (Judy Brown) y Stoke (Roberta Collins) bajo la violenta supervisión de Alabama (Pam Grier). Stoke es una yonqui a la que Rudy convence para que mate a Jeff a cambio de suministrarle regulares dosis de drogas y Sandy está cumpliendo condena injustamente y el policía Acosta (Bernard Bodine) la convence de que proteja a Jeff a cambio de revisar su sentencia.

Película sórdida y un pelín misógina, tiene suficiente acción y un argumento lo bastante enrevesado para que no resulte aburrida. Aunque los continuos fallos de Stoke por matar a Jeff aportan algo de humor involuntario, se encuentran a faltar los toques de humor que introdujo Hill en Big Doll House. No es que sea un título muy memorable, y seguramente no la habría visto si no la hubieran incluido en este pack, pero es medianamente entretenida.


The Big Bird Cage (Jack Hill, 1972): Roger Corman le pidió a Jack Hill que le hiciera otra película como The Big Doll House con la esperanza de repetir el gran éxito de ésta. Hill creyó que habían salido tantas imitaciones de su película, que el único camino que tenía era la parodia. Con este objetivo nació The Big Bird Cage, escrita y dirigida por Hill.

Terry (Anitra Ford) es cogida por unos revolucionarios (Django (Sid Haig, actor fetiche de Hill) y Blossom (Pam Grier)), oportunidad que las altas instancias aprovechan para encerrar a Terry, que se había convertido en una incomodidad para el gobierno por sus escarceos sexuales, cuando la sueltan los revolucionarios acusándola de traidora. Los revolucionarios, algo envidiosos de la relación entre Django y Blossom, le sugieren a este que podrían iniciar la revolución tomando la cárcel de mujeres cercana (donde está Terry encerrada) como hicieron en la Revolución Francesa. A Django le parece una buena idea e infiltrará a Blossom en la cárcel para preparar la fuga y que estalle la revolución.

Como decía, Hill creó una parodia del género, exagerando y llevando al absurdo los tópicos de este género, así como introduciendo varios personajes bastante divertidos. Este ánimo paródico se ve reflejado en momentos como el que presenta al malvado alcaide Zappa (Andy Centera), donde vemos como sale todo enfadado de su casa y va directo a patear un cachorro que pasa por allí. O cuando el guardia gay Rocco (Vic Diaz) vuelve a capturar a Terry, tras un infructuoso intento de fuga, cuando está a punto de ser violada por un grupo de hombres; tras mirar a los hombres que estaban a punto de propasarse con Terry dice: ¿por qué estas cosas no me pasan a mí? También destaca en la película Karen McKevic, más que nada porque esta actriz medía por lo menos dos metros y resalta sobre todo el reparto. De nuevo, Hill carga la película de acción y ritmo trepidante en su parte final, dándole la guinda perfecta al conjunto.

No es de extrañar que Hill sea uno de los directores favoritos de Quentin Tarantino, ya que tiene una habilidad innata para subvertir y transformar cualquier género que toca. Tremendamente recomendable y una gran culminación para esta sesión carcelaria que ofrece este estupendo pack, de módico precio.

14 jun 2010

Spider Baby or The Maddest Story Ever Told



Spider Baby fue la opera prima de Jack Hill y también la última película en la que actuó Lon Chaney, Jr., que pasará a la historia por su interpretación como el torturado hombre lobo Larry Talbot.

Escrita y dirigida por Hill, Spider Baby es una comedia con toques de terror que está muy en sintonía con el espíritu del gran ilustrador Charles Addams. El título original de la película era Cannibal Orgy or The Maddest Story Ever Told que a Hill le parecía muy divertido y a tono con la película que quería hacer; sin embargo el que más tarde se convirtió en distribuidor de la película sugirió cambiarlo por Spider Baby, título que a Jack Hill le pareció genial.

La película cuenta la historia de la familia Merrye que forman tres hermanos dementes y el chófer de la familia que cuida de ellos. Los problemas empezaran cuando unos avariciosos familiares lejanos pretendan robarles su patrimonio. El chófer Bruno está encarnado por Lon Chaney, Jr. en un registro cómico que demuestra que era un gran actor al que los estudios maltrataron. Chaney quedó muy contento con su trabajo en la película y también con los actores con los que trabajó y que interpretaban a su familia en la pantalla: Sid Haig como Ralph, que se convertiría en un habitual de las películas de Hill como ya decíamos en el post dedicado a Pam Grier; Jill Banner como Virginia, que tenía 17 años cuando hizo la película y no había tenido ningún tipo de experiencia previa en el cine, hace un buen papel y resulta muy convincente como asesina caníbal; y Beverly Washburn como Elizabeth, que había empezado como estrella infantil. Chaney también interpretó la canción de los títulos de crédito:



Por desgracia, Lon Chaney, Jr. no pudo ver su actuación en pantalla ya que murió antes de que la película se estrenara. De hecho, la película se terminó en 1968 pero por problemas de distribución no consiguió crear su fama de película de culto hasta la llegada del vídeo. Curiosamente, el público mayoritario que tuvo la película en esta etapa como film de culto fueron chicas adolescentes. Y ahora les dan truños como Crepúsculo cuando las chicas adolescentes lo que quieren son comedias negras protagonizadas por familias de dementes caníbales.

Para los amantes del cine de culto oscuro y demente Spider Baby fue editada en DVD por Dark Sky Films en edición especial con Director's Cut. Os dejo el tráiler de la película. Éste no es el tráiler original que, en palabras de Hill, era muy malo. Quentin Tarantino, muy fan de Jack Hill, cogió a su editora habitual y ambos hicieron este tráiler cuando editaban en DVD Switchblade Sisters de Hill como un extra para la edición de esa película. Aquí lo tenéis:

8 mar 2010

Maratón Pam Grier

¿Qué mejor manera de pasar un domingo que en compañía de la diosa de ébano Pam Grier? La superestrella de la blaxploitation es la protagonista de estas fantásticas maravillas del celuloide. 

Black Mama, White Mama, 1973, Eddie Romero: Empezamos con una producción que quería ser la respuesta femenina a Fugitivos (The Defiant Ones, Stanley Kramer, 1958). Pam Grier es Lee Daniels, una prostituta que huye de unos mafiosos a los que les ha robado dinero. Por aquellas cosas de la vida es encadenada a la revolucionaria Karen Brent, a la que pone su carne Margaret Markov. Ambas no tardan en escaparse de la cárcel que las retiene, como el Equipo A, y empieza su desesperada huida. Perseguidas por la policía y la mafia, tendrán que unir sus fuerzas aunque no les guste. La película tiene una gran primera hora en la que recrea una mini película de mujeres encarceladas, escena de ducha incluida, consistiendo el resto de la película en la huida de la pareja encadenada. Aceptables dosis de violencia, algo de humor y inesperado clímax hacen de esta película un buen entretenimiento y una gran manera de empezar el maratón. La película fue rodada en las Filipinas, que es donde también se rodó la carta de presentación de Pam Grier: The Big Doll House y su continuación The Big Bird Cage. Las dos fueron dirigidas por Jack Hill. Uno de los actores favoritos de Jack Hill es Sid Haig, que aparece en las tres películas, al igual que el filipino Vic Díaz. 


Friday Foster, 1975, Arthur Marks: En esta película Pam Grier ya era una estrella. La película adapta una tira de prensa protagonizada por una fotógrafa que se mete en toda clase de líos. Pam Grier, por supuesto, es Friday Foster. Su jefe le encarga fotografiar la llegada del millonario Blake Tarr, el cual sufre un atentado. Foster es testigo y fotografía a los asesinos, que la empezarán a perseguir. A medida que Friday Foster investiga descubrirá un complot para matar a todos los líderes negros del país. En la película también interviene Yaphet Kotto como el amigo investigador de Foster, que le ayuda en los momentos peligrosos. Comparada con las otras películas, esta es bastante suave, y, de hecho, si no es por algún desnudo y la ocasional palabrota seguramente habría sido calificada para todos los públicos. Sin embargo, no deja de tener su encanto. Tiene un aire camp que la hace bastante divertida, así como varios toques absurdos del guión que le dan un aire psicotrónico. Aunque supongo que después del asesinato de Martin Luther King, la idea de un complot para asesinar a los líderes de la sociedad afroamericana no resultaba del todo imposible en su momento.


Coffy, 1973, Jack Hill: La película que convirtió en estrella a Pam Grier. Dirigida por su descubridor Jack Hill, como ya hemos mencionado antes, la película narra la venganza que Coffy lleva a cabo sobre unos traficantes. Mientras los estudios sólo querían un producto de acción para ganar algún dinero, Jack Hill dota a la película de una profundidad nada habitual en este género. El personaje de Pam Grier no es ningún ex-agente federal o policía embarcado en una cruzada personal, experto en armas y el combate cuerpo a cuerpo. Por el contrario, Coffy es una enfermera, una mujer que no tiene ningún entrenamiento especial y que usa su inteligencia para llevar a cabo su venganza. Destaca además el contenido político y las estadísticas que se dan sobre el efecto de las drogas sobre los niños, que eran los auténticos en aquel momento. Hill crea un gran personaje que Grier hace suyo por entero, aportando detalles de su propia experiencia. Además, destaca la habilidad del director para enlazar cada pequeño detalle que aparece en pantalla. También sale Sid Haig. Gran película, la mejor de las aquí comentadas, también tiene sus toques de pura exploitation, como la pelea entre Grier y una rival, así como abundantes dosis de violencia. Especialmente impactante resulta la escena que abre el film.


Foxy Brown, 1974, Jack Hill: De nuevo Jack Hill dirige a Pam Grier (y, en un pequeño papel, a Sid Haig) en otra historia de venganza. Teniendo historia similares y mismo director/guionista, Foxy Brown resulta muy diferente de Coffy. Pam Grier vuelve a encarnar a una mujer inteligente y fuerte, pero la película no es tan cruda, tiene más acción que violencia. El elemento político vuelve, reflejando las asociaciones y movimientos que la comunidad negra desarrolló en los setenta, como Black Pride o Black Is Beautiful. La película se ideó en un primer momento como una continuación de Coffy, lo que también explica los elementos comunes entre ambas. La villana es interpretada por Kathryn Loder que también aparece en The Big Doll House con Pam Grier y Sid Haig. Un gran final para el maratón, Hill vuelve a demostrar su habilidad para enlazar todos los elementos del guión, atando todos los cabos y sin dejar nada al azar. Todas y cada una de las situaciones están justificadas. Sin embargo, a pesar de lo que me gusta esta película, no puedo evitar preguntarme como habría resultado si los deseos de Hill se hubiesen cumplido y ésta hubiese sido la secuela de Coffy, que se iba a titular Burn, Coffy, Burn.