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3 jun 2022

Revolver

 

Hay cosas que nunca pasan de moda, como la corrupción y las autoridades pervirtiendo la democracia. Una desgracia, sí, pero, siendo positivos, esto ha inspirado fantásticas películas, como la soberbia Revolver (Sergio Sollima, 1973).

El alcaide Vito Cipriani (Oliver Reed) recibe una terrible llamada: han secuestrado a su esposa y si quiere volver a verla viva debe liberar de su prisión al criminal Milo Ruiz (Fabio Testi). Pero los secuestradores no tienen idea de a quién se están enfrentando: Vito libera a Milo, pero solo para tenerlo en su poder, determinado a liberar a su esposa. Cuando Milo demuestra que no sabe nada de quién está tras el secuestro, él y Vito empezarán una implacabe búsqueda de los secuestradores descubriendo una vasta conspiración de oscuras intenciones.

Si esta película hubiera sido producida por Hollywood, habría dado pie a una clásica buddy movie a lo Límite: 48 horas (48 Hrs., Walter Hill, 1982): al principio enfrentados, los protagonistas desarrollarían un mutuo respeto que daría lugar a una profunda amistad masculina mientras triunfantes desbaratan los planes del villano de turno. Pero esto no es una película de Hollywood, es una cinta de acción policíaca de los 70 italiana, los llamados poliziotteschi, producida en un momento especialmente turbulento en Italia, cuando los atentados, los secuestros y los casos de corrupción aparecían en la prensa casi a diario. Así, esta es una película cínica y pesimista donde no hay sitio para el triunfo de los inocentes.

El director Sergio Sollima buscaba poner de manifiesto la desconfianza que sentía hacia el gobierno, cosa que consigue magistralmente. Mientras el espectador acompaña en su odisea a los dos protagonistas, cada vez ve más claro que ambos se enfrentan a un enemigo formidable con enorme poder. Algo que recuerda al giallo conspiranoico La corta noche de las muñecas de cristal (La corta notte delle bambole di vetro, Aldo Lado, 1971), teniendo presente las diferencias formales entre el giallo y el poliziottesco. Mientras que la película es claramente un producto de su tiempo, la manera en que representa el desprecio de las clases poderosas por el resto de la sociedad hace que todavía resuene poderosamente su historia, así como el oscuro final mantiene el film actual. Es por eso que resulta extraño que el film no tuviera un mayor impacto en el momento de su estreno, teniendo en cuenta que estaba protagonizado por Oliver Reed, que entonces estaba en su mejor y más popular momento. Más exitosa que el film fue la banda sonora de Ennio Morricone, cuyo tema principal fue más o menos reciclado por el maestro cuando Morricone se encargó de la banda sonora de Los intocables de Eliot Ness (The Untouchables, Brian De Palma, 1987).

Los poliziotteschi tienen fama de ser un género muy masculino, en el que los personajes femeninos son víctimas del villano o amantes/esposas del protagonista. Esta película destaca porque los personajes femeninos son los únicos positivos del film. Mientras que Agostina Belli como Anna Cipriani encaja en el rol de víctima habitual en el género, Carlotta, el personaje interpretado por Paola Pitagora, destaca por ser el único que actúa siguiendo un código moral y sus ideales. Es una contrabandista, que se dedica a ayudar a pasar inmigrantes por la frontera lejos de las autoridades, que contribuye a abrir los ojos al personaje de Fabio Testi para que adquiera conciencia social más allá de sus intereses egoistas. Lo que para la época no está mal, si bien los protagonistas son Oliver Reed y Fabio Testi, ambos llevando a cabo su trabajo de forma excelente.

Revolver es un film que mezcla la acción y el thriller, siendo el resultado tremendamente entretenido y trepidante, que, además, intenta ir más allá del simple entretenimiento con un mensaje que, por desgracia, sigue vigente hoy día. Mantener el equilibrio entre la acción explosiva y la temática social no es fácil, pero Revolver lo consigue, por lo que es una película que recomiendo sin reservas.

19 may 2022

El sastre de la mafia (The Outfit)


 

Publicada mi crítica de El sastre de la mafia (The Outfit, Graham Moore, 2022), estreno que no dura dos horas y media ni es una gran épica, un cambio refrescante:

https://underbrain.com/cine/el-sastre-de-la-mafia/

Como digo en la crítica, una película de corte clásico que tiene algunos momentos bajos pero también proporciona buenos momentos de tensión.

9 jul 2021

Furia homicida (Fango caliente) (Fango bollente/Savage Three)


 

Delante de un film tan potente como Furia homicida (Fango caliente) (Fango bollente aka Savage Three, Vittorio Salerno, 1975) se pueden experimentar emociones contradictorias. Creado en unas específicas circunstancias sociales en la década de los 70 en Italia, resulta impresionante por como sigue siendo vigente hoy día y resulta también terrible porque sigue siendo vigente hoy día.

Ovidio (Joe Dallesandro), Giacomo (Gianfranco de Grassi) y Pepe (Guido de Carli) son tres amigos que trabajan en una compañía que se dedica a recopilar datos y conducir experimentos informáticos. Cansados y aburridos, empiezan a cometer actos aleatorios de violencia que van subiendo de intensidad, hasta que se de dedican a matar y violar sin motivo. El inspector Santagà (Enrico Maria Salerno) es el único que sospecha que los crímenes están relacionados y ve resolver el caso como una oportunidad de redimirse por sus fallos del pasado.

La década de los 70 en Italia se conoce como "los años de plomo" por el ambiente violento que se vivía en el país. La criminalidad relacionada con las mafias subía de intensidad y grupos de ideología extrema, tanto de izquierda como derecha, cometían atentados terroristas buscando dominar el país mediante el terror. No es de extrañar que esta sea la década en la que dos géneros tan violentos como el giallo y el poliziottescho dominasen las pantallas. El poliziottescho, una especie de thriller policíaco de acción a la italiana, se inspiraba en ocasiones en crímenes y sucesos reales acontecidos en Italia. El director Vittorio Salerno llevaba tiempo fascinado por los crímenes pasionales sin motivo que empezaba a proliferar cada vez más en Italia. Un caso en particular fue el que acabó inspirando Furia homicida: un gris oficinista conducía tranquilamente hasta que un camión le cortó el paso. La respuesta del oficinista a los insultos del camionero fue bajarse del coche sin mediar palabra y clavarle un destornillador en el estómago al conductor del camión.

El director parece sugerir en su película que la raíz de estos crímenes se encuentra en una sociedad cada vez más desensitivizada, hacinados en los centros urbanos los ciudadanos no tienen otra salida que la violencia para deshacerse de la frustración que provoca sentirse desgraciado en un estilo de vida que se supone ha de proporcionar la felicidad. Los tres protagonistas viven vidas que, a primera vista, parecen ideales, con un buen trabajo que les permite una vida más o menos acomodada. Sin embargo, Ovidio, un excelente Joe Dallesandro, se encuentra atrapado en un matrimonio sin amor, ligado a una mujer, Alba a la que da vida Martine Brochard, que no duda en ofrecer favores sexuales a su jefe para satisfacer sus ambiciones económicas y sociales. Pepe se ve atrapado en una casa que ha sido tomada por su extensa familia sin intimidad. Giacomo pasa las noches escuchando las continuas peleas de sus vecinos, que le impiden concentrarse en su trabajo. Además, el espacio en que trabajan es poco más que una jaula, como lo define Ovidio en una escena, y les hace sentir más atrapados y agobiados. Cuando un día inician una pelea en un campo de fútbol que desemboca en un enorme tumulto es la primera vez que se les ve felices. Que salgan indemnes de sus siguientes crímenes no hace más que animarlos a que estos vayan subiendo en intensidad y en violencia.

La razón principal por la que estos tres depravados son capaces de mantener su reino de terror es que la policía se deja guiar por sus prejuicios a la hora de atribuir las culpas. No es hasta que la mujer de un ministro es asesinada que no encuentran una auténtica motivación para actúar y escuchar a la única voz de la razón en toda la película, la del inspector Santagà. Santagà se encuentra ocupando un puesto tras un escritorio después de ser degradado de su puesto original en la patrulla criminal. Resulta significativo que la razón por la que Santagà se ha convertido en un apestado es, precisamente, por el uso excesivo de fuerza en la detención de un sospechoso, provocando la muerte de este. Es como si, tras este crimen, Santagà se hubiese visto purgado de su propia violencia, lo que hace que sea capaz de ver con perspectiva lo que sucede.

Es inevitable, y triste, encontrar paralelismos entre la sociedad que nos muestra esta película y el actual ambiente social del 2021. Los crímenes de odio aumentan y los extremismos son tratados con permisividad, contribuyendo a que el ambiente se vea cada vez más enrarecido. Pero es también el talento del director y guionista y el excelente reparto el que hacen de este un film potente, absorbente y sobresaliente.

8 jun 2020

Las aventuras de Ford Fairlane (The Adventures of Ford Fairlane)


Descubrí Las aventuras de Ford Fairlane (The Adventures of Ford Fairlane, Renny Harlin, 1990) cuando estaba en 8º de EGB (el último que se llamaría así antes de pasar a ser la ESO), la edad ideal para ser introducido en el mundo del detective roquero Ford Fairlane, en la que hoy es una cápsula temporal de los 90.

Ford Fairlane (Andrew Dice Clay) es un detective especializado en el mundo de la música. Un viejo amigo, el DJ Johnny Crunch (Gilbert Gottfried), le encarga encontrar a una chica llamada Zuzu Petals (Maddie Corman). Poco después, Crunch es asesinado y otra persona, Colleen Sutton (Priscilla Presley) le encarga a Ford encontrar a la misma chica. Y es posible que todo esto tenga algo que ver con la muerte del cantante Bobby Black (Vince Neil). ¿Podrá Ford desentrañar esta complicada trama antes de que le cueste la vida?

En su día, la película me pareció una comedia genial. El carácter exagerado y pasado de vueltas del personaje era el súmum del humor para un chaval entrando en la adolescencia. En la actualidad, aprecio más Las aventuras de Ford Fairlane por como juega con los tópicos de la ficción detectivesca y el hard boiled, al estilo de Kiss Kiss Bang Bang (Shane Black, 2005). Ford Fairlane es mucho más fantasiosa que la película de Shane Black, como demuestra el hecho de que una de las bandas para las que trabaja Fairlane es Josie and the Pussycats, pero la voluntad de jugar con los elementos clásicos de las historias de detectives privados es la misma: la trama complicada, la secretaria fiel, las traiciones y los giros inesperados... Todo regado con el peculiar estilo de Andrew Dice Clay.

Ford Fairlane fue creado por el escritor y periodista Rex Weiner, que le hizo protagonizar dos historias que se publicaron serializadas a finales de los 70 y primeros 80. La intención de Weiner era explorar la nueva escena musical surgida del momento, impulsada por el punk. Su personaje ficticio se cruzaba con personajes reales en lugares reales. Para cuando finalmente la película se puso en marcha, poco quedaba de las historias originales. El film buscaba crear una comedia de acción, alejada de la escena punk original. La película cambió aún más cuando se decidió convertirla en un vehículo para convertir a Andrew Dice Clay en una estrella.

Clay era un cómico bastante popular y famoso en aquella época, así que la idea de convertirlo en una estrella de cine, como ya se había hecho con Steve Martin y Eddie Murphy, tenía toda la lógica del mundo. La diferencia entre Clay y los comediantes mencionados es que el estilo de Clay era bastante extremo para la época, lo que acabó convirtiéndolo en una figura polémica debido a sus chistes sexistas. Cuando Ford Fairlane se estrenó, las opiniones contrarias a Clay eran bastante fuertes y numerosas, lo que afectó negativamente a la película, igual que afectó la poca publicidad y el hecho de que era una película no muy convencional. Vista hoy día, tiene algún momento políticamente incorrecto, pero en un mundo post-hermanos Farrelly no resulta tan extrema como cuando se estrenó. Además, se ha de entender que la película llegó en un momento en que empezaba una nueva ola conservadora después de los excesos de los 80. Sea cual sea el motivo real, el resultado es el mismo: no funcionó en taquilla y se convirtió en una cinta de culto.

Que no os de pena Clay. Puede que no se convirtiera en una estrella de cine, pero seguramente hizo más dinero con sus espectáculos de lo que jamás habría conseguido como actor. Y estos últimos años ha obtenido muy buenas críticas en sus papeles como secundario en películas como Ha nacido una estrella (A Star Is Born, Bradley Cooper, 2018). En cuanto a la película, se ha convertido en una cinta de culto como ya he dicho. Aquí, donde la figura de Clay es bastante desconocida, el film se ha podido apreciar por sus virtudes y, también, por sus defectos. El estilo y la música es muy, muy de los 90, pero la trama y el argumento son bastante clásicos. Por supuesto, es posible que me ciegue la nostalgia, y la película resulte terrible para alguien que no vivió los 90, pero para mí todavía funciona de forma excelente.


5 may 2020

Buscando justicia (Out for Justice)

 
Es difícil unir en un mismo artículo los conceptos "buena película" y "Steven Seagal", pero espero que me deis el beneficio de la duda y le deis una oportunidad a esta película.
 
La década de los 80 fue la edad dorada del cine de acción musculada hipermasculina. Fue el reino de Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone, seguidos por Jean-Claude Van Damme, Dolph Lundgren, Michael Dudikoff y Chuck Norris, pionero del género. Pero, aunque en años recientes se ha querido recuperar este estilo de acción con Dwayne Johnson y Vin Diesel, esta manera de entender el cine de acción fue perdiendo popularidad hacia finales de los 80, con la llegada de Bruce Willis y Mel Gibson. El género entró en decadencia durante la década los 90, hacia el final de la cual muchos de los ídolos que dominaron los 80 se vieron abocados al mercado del directo a vídeo, peleándose en las estanterías de los videoclubes lejos de las taquillas.

Steven Seagal llegó tarde a la fiesta, estrenando su primera película en 1988, pero lo compensó empezando directamente como protagonista y estrella. Entre 1988 y 1991 protagonizó cuatro películas bajo contrato con la Warner. Esta cuatro películas, recomendables incluso para aquellos a los que no les guste Seagal, representan la edad dorada del actor. De estas cuatro, Buscando justicia (Out for Justice, John Flynn, 1991) es la más interesante y peculiar, apartándose de la fórmula habitual, presentando una historia cargada de urgencia y tensión.

La acción transcurre en un día en Brooklyn. Para el inspector Gino Felino (Steven Seagal) el día arranca con una redada. Mientras, Richie Madano (William Forsythe), amigo de infancia de Gino, asesina al compañero de Gino Bobby (Jay Acovone) en plena calle. Para Richie, cuya locura psicopática se va alimentando con generosas dosis de coca, este asesinato es solo el principio: quiere pasearse por su barrio vengándose de pasadas ofensas y asesinando a todo aquel que se le ponga por delante. Gino seguirá el rastro de destrucción que deja Richie a su paso con la intención de vengarse por el asesinato de su compañero. Y tendrá que darse prisa porque la mafia también va tras Richie, cuya locura pone en peligro sus negocios.

John Flynn, director del clásico de culto El ex-preso de Corea (Rolling Thunder, 1977), mantiene la urgencia de la historia alternando la acción entre Gino y Richie, ambos embarcados en su peculiar viaje hacia el pasado. Esto demanda de Seagal que se esfuerce un poco más de lo normal en intepretar su personaje y no se puede negar que lo intenta. Aunque no es 100% efectivo, se ha de apreciar su intento de convertir a Gino en un ser humano con emociones. También resulta novedoso que Gino es un policía moralmente ambiguo, que ha mantenido los contactos con las familias mafiosas bajo las que creció. Forsythe, por otro lado, domina la película como el encocado y demente Richie, capaz de matar a una mujer por el simple hecho de decirle que aparte su coche.

Aunque también hay sitio para los one liners y los momentos ridículos inherentes al género en aquel momento, Buscando justicia adopta un estilo más violento y crudo propio de una historia criminal más cercana al cine policíaco que a la acción testosterónica. Razón por la que creo es un film bastante recomendable.


13 nov 2018

Malos tiempos en El Royale (Bad Times at the El Royale)

 
Publicada mi crítica de Malos tiempos en El Royale (Bad Times at the El Royale, Drew Goddard, 2018) en Underbrain Mgz:


Potente y entretenida película, disfruté mucho con ella y la recomiendo sin reservas.


27 ago 2018

Corrupción de menores (La polizia chiede aiuto)

 
El director Massimo Dallamano regresó a su proyectada trilogía de colegialas en peligro con Corrupción de menores (La polizia chiede aiuto, 1974), un angustiante y perturbador film que mezcla elementos del giallo y el poliziottescho.
 
Cuando se descubre el cadáver de la joven Silvia (Cheryl Lee Buchanan), se empieza a investigar como un suicidio. Pronto se descubre que no fue un suicidio, sino un asesinato, y la asistente del fiscal Vittoria Stori (Giovanna Ralli) y el inspector Silvestri (Claudio Cassinelli) descubren una complicada trama de prostitución de menores. Paralelamente, un misterioso asesino va despachando posibles testigos de forma brutal y sangrienta.

Esta película es una encrucijada de caminos. Por un lado, sigue una serie de películas con La polizia en el título como La policía agradece (La polizia ringrazia, Stefano Vanzina, 1972) y La policía detiene, la ley juzga (La polizia incrimina la legge assolve, Enzo G. Castellari, 1973). Ambos títulos pertenecían al poliziottescho, un género policíaco a la italiana, con énfasis en la acción y las persecuciones. Por otro lado, como hemos mencionado al principio, era la segunda entrega de una proyectada trilogía de Dallamano que giraba en torno a colegialas en peligro, cuya primera entrega fue el giallo ¿Qué habéis hecho con Solange? (Cosa avete fatto a Solange?, Massimo Dallamano, 1972). Película de gran éxito, lo que explica que en mercados anglosajones Corrupción de menores se conozca como What Have They Done to Your Daughters? Esta trilogía fue completada por Alberto Negrin con la inferior Tráfico de menores (Enigma rosso, 1978), un par de años después de la muerte de Dallamano en un accidente de tráfico.

Así se explica que esta película tenga elementos de ambos géneros. Del giallo, toma el asesino sanguinario, las muertes llamativas y las escenas de suspense cuando el asesino acecha a sus víctimas. Del poliziottescho, toma el realismo al representar el trabajo policial y el desarrollo lineal de la trama, así como la inclusión de un trasfondo político. La decadencia y la corrupción de los poderosos son los temas sobre los que se basa la película, alejándose de la explotación de la erótica adolescente que habíamos visto en ¿Qué habéis hecho con Solange?
 
El estilo y la manera en que Dallamano trata la temática hace que esta película se eleve por encima de otros títulos del mismo estilo, como la mencionada Tráfico de menores. El muy efectivo trabajo de cámara, la genial banda sonora de Stelvio Cipriani y las estupendas interpretaciones de los protagonistas son también elementos que contribuyen a enganchar al espectador, atrapado por la terrible trama a medida que esta se desarrolla. Un gran clásico que no decepcionará a los aficionados al género.


5 sept 2017

Milano odia: la polizia non può sparare aka Almost Human

 
La reciente edición inglesa en Blu-ray de Milano odia: la polizia non può sparare (1974), bajo su más popular título Almost Human, dirigida por el siempre interesante Umberto Lenzi, es la excusa perfecta para recuperar este violento clásico con una memorable banda sonora de Ennio Morricone.

Giulio Sacchi (Tomas Milian) es un criminal de poca monta cuyo consumo continuado de pastillas y alcohol lo está transformando en un violento psicópata. Tras estropear un atraco, decide que ha llegado la hora de ir a lo grande y, con la ayuda de sus compinches Carmine (Ray Lovelock) y Vittorio (Gino Santercole), decide secuestrar a la hija de un millonario, la pobre Marilù Porrino (Laura Belli). Giulio inicia así una brutal serie de crímenes y asesinatos, ya que está determinado a matar a todo el que se le ponga por delante. El único que se atreve a darle caza es el inspector Walter Grandi (Henry Silva), un policía obsesionado con poner fin a la orgía de violencia de Giulio.

Lenzi, para crear este brutal poliziottesco, usó la influencia del cine negro francés y la mezcló con el inquieto y revuelto ambiente social que, en ese momento, se vivía en Italia. De hecho, los secuestros se habían empezado a popularizar como crimen, de ahí la idea para Milano odia. El resultado final es un film tenso y muy violento, que destaca por las interpretaciones de Tomas Milian y Henry Silva. Aunque, claro, se disfruta más del trabajo de Silva en la pista de audio inglés y del de Milian en la pista de audio italiano, aunque no es suya la voz sino de Ferruccio Amendola, un actor escogido personalmente por Milian.

La principal baza del film es la manera en que Lenzi presenta el rastro de destrucción que va dejando Giulio a su paso. A pesar de ser mostrado como un desequilibrado psicópata, también tiene la astucia suficiente como para burlar los esfuerzos del inspector Grandi para atraparlo, lo cual aumenta la frustración de Grandi hasta conducirlo a llevar a cabo acciones extremas. La espera por el inevitable enfrentamiento entre ambos y por ver qué nueva atrocidad llevará a cabo Giulio llenan de tensión el metraje del film.

En definitiva, un clásico del género, que imagino de sobras conocido por los aficionados, pero que ahora muchos iniciados tienen la oportunidad de descubrir.


26 ene 2017

Vivir de noche (Live by Night)

 
Os dejo el enlace a la crítica que hice de Vivir de noche (Live by Night, Ben Affleck, 2016) para Underbrain Mgz:


Sigo sin entender cómo una película que lo tenía todo para ser grandiosa, acaba siendo tan poca cosa.

12 nov 2015

Sicario

 
Ya tenéis a vuestra disposición la crítica que hice de Sicario (Dennis Villeneuve, 2015) para Underbrain Mgz, clicando aquí:


A juzgar por lo llena que estaba la sala en el pase de prensa, esta es una película que se esperaba bastante. No es de extrañar ya que es un film bastante potente.


23 may 2015

Lazos de sangre (Blood Ties)

Los amantes del cine de los años 70 y del cine policíaco y criminal es posible que disfruten bastante con Lazos de sangre (Blood Ties, Guillaume Canet, 2013). Para más información, leed la crítica que he escrito en Underbrain Mgz:



22 jul 2014

Wonderland: Sueños rotos (Wonderland)

 
Si habéis visto Boogie Nights (Paul Thomas Anderson, 1997), recordaréis una escena en la que un desesperado Dirk Diggler, memorable Mark Wahlberg, participa en un intento de atraco a un narcotraficante que acaba bastante mal. Esta escena se basaba en un suceso real en el que se vio envuelto la inspiración para Dirk Diggler, el legendario actor porno John Holmes. Sobre esa misma etapa de la vida de Holmes se basa Wonderland: Sueños rotos (Wonderland, James Cox, 2003).

En esta película, Cox recrea la investigación sobre la brutal masacre que tuvo lugar el 1 de julio de 1981 en el 8763 de la avenida Wonderland, en la ciudad de Los Ángeles. Masacre en la que se vio envuelto Holmes como sospechoso y testigo. Por tanto, no nos encontramos ante un bio-pic, sino un ejemplo de cine criminal basado en hechos reales.

John Holmes (Val Kilmer) busca desesperadamente dinero para costearse las drogas que necesita como el aire que respira. Para ello, se dedica a hacer trapicheos varios, aunque eso signifique abandonar durante días a Dawn (Kate Bosworth), su joven amante. Una noche, Holmes vuelve a la habitación que ambos comparten muy agitado. Al día siguiente, se descubre en la avenida Wonderland una casa llena de cadáveres. Los inspectores Nico (Ted Levine) y Louis (Frankie G) sospechan que el jefe criminal Eddie Nash (Eric Bogosian) podría estar implicado y harán lo posible por crear un caso contra él.

Siempre digo lo mismo ante un film basado en hechos reales: el cine siempre es ficción. Aunque se adopte una fijación por el realismo y la autenticidad a lo David Fincher, filmando en los mismos lugares donde tuvieron lugar los hechos, y se recreen meticulosamente auténticos sucesos. El cine siempre es ficción. Por lo tanto, para mí los bio-pic o las películas basadas en hechos reales han de funcionar principalmente como películas, como construcciones cinematográficas.

Por tanto, mi interés en Wonderland no es tanto la fidelidad con la que retrata la investigación de la masacre de Wonderland, sino que se basa en su efectividad como película policial. En este sentido creo que el film funciona muy bien, creando una especie de Rashomon, el bosque ensangrentado (Rashômon, Akira Kurosawa, 1950): se nos presentan versiones contradictorias del evento y el espectador ha de intentar adivinar dónde está la verdad.

Las interpretaciones son realmente excelentes, empezando por Kilmer como el decadente Holmes. Pero lo cierto es que cada personaje está encarnado a la perfección, de modo que por lo menos en ese aspecto la película tiene gran calidad.

Lo que puede ser más complicado de aceptar es que en gran parte el film se narra mediante declaraciones que llevan a flashbacks, lo cual pude que a algunos no guste, aunque personalmente no me importó y me gustó el juego de intentar adivinar que sucedió realmente, hasta que el film nos da la solución.

Wonderland trata diversos temas que me interesan profundamente, así que la disfruté tanto por eso como por su calidad como atípico ejemplo de cine criminal. También puede interesar a los que busquen un drama que se aparte de lo común o que disfruten con las recreaciones de décadas pasadas.


17 feb 2014

Maldita serie

 
Yo no soy mucho de series. Me da bastante igual lo que está de moda, la serie de la que todo el mundo habla y etc., etc. En cierto modo, aplico el mismo criterio a las series que veo que a las películas que veo: dejo que sea mi particular sentido arácnido el que escoja qué ver y cuándo. También he de decir que siento predilección por series cortas, que terminan al cabo de unas pocas temporadas y me aburren las que se alargan eternamente.

Desde finales de enero, Canal + Series emite True Detective, serie creada por Nic Pizzolatto. Es una serie de la HBO, lo que significa temporadas cortas. El argumento parecía interesante, los actores y actrices protagonistas y secundarios me gustaban. Además, Pizzolatto quiere hacer cada temporada independiente, con diferentes historias y actores, al estilo American Horror Story, lo cual me parece perfecto. El día que estrenaban la serie me puse a verla pensando "parece divertida, el tipo de historia criminal que me gusta". Y vi el primer episodio. Y terminó el primer episodio.

Ahora esta maldita serie me tiene enganchado.

True Detective es puro arte. Aprovecha al máximo las ventajas del formato televisivo; narrativamente está a la altura de una buena novela y visualmente está a la altura (y en ocasiones supera) de una producción cinematográfica de gran calidad. El primer episodio, comparado con los demás, es algo lento y sirve para introducirte en el universo de la serie. Luego, de forma progresiva, en cada episodio se va elevando la intensidad dramática.

La serie transcurre en dos tiempos. 1985, se descubre el cadáver de una mujer asesinada de forma ritual. Los inspectores Rust Cohle (Matthew McConaughey) y Martin Hart (Woody Harrelson) son los encargados de llevar la investigación. 2002, los detectives Cohle y Hart son interrogados en relación a ese caso por razones desconocidas. A través de las entrevistas, vamos descubriendo que sucedió en 1985 y quiénes son estos detectives. Esta manera de plantear la narración permite a la serie introducirnos en la cabeza de los detectives, ver cómo les afecta el caso e involucrarnos cuando sus respectivas vidas se van convirtiendo en un infierno, atrapados en la absorbente espiral en que se ha convertido el caso.

Lo interesante para mí es que la serie se aleja del estilo procesal habitual en las series televisivas americanas, donde se centran en el proceso que lleva a los policías a meter al asesino entre rejas (pruebas científicas, análisis de ADN y demás), para centrarse más bien en cómo viven y cómo les afecta la investigación a los dos inspectores involucrados en ella. Pensad en Zodiac (David Fincher, 2007) o en las novelas de James Ellroy o David Peace como ejemplos de lo que quiero decir.

La serie tiene un estilo visual puramente cinematográfico. Para haceros una idea, sin "espoilear" nada, el cuarto episodio utiliza un increíble plano secuencia para seguir a uno de los protagonistas atrapado en una situación peligrosa que podría haber firmado Brian De Palma.

Como ya he dicho, me tiene completamente enganchado. Y es así porque parece que la han hecho pensando en mí, cogiendo los temas y estilos que más me gustan dentro de la narrativa criminal y policíaca y los han elevado a la décima potencia. Todo ello contado usando un soberbio estilo visual. Redondeando el conjunto, una fantástica banda sonora a cargo de T-Bone Burnett.

Para mí, es una serie imprescindible.



10 oct 2013

Prisioneros (Prisoners)

 
Ya podéis leer en Underbrain mi crítica del excelente drama criminal Prisioneros (Prisoners, Denis Villeneuve, 2013), que especialmente gustará a los aficionados al cine de los 70:


La recomiendo sin reservas.


3 abr 2013

En la cuerda floja (Tightrope)


He aquí un ejemplo de película esquizofrénica. Una película que es parte típico thriller policial, parte sórdida exploitation con toques de slasher.

Si leéis otros artículos sobre En la cuerda floja (Tightrope, Richard Tuggle, 1984), seguramente justificarán la extraña naturaleza de este film con el publicitado conflicto tras las cámaras que tuvo lugar al empezar el rodaje. A Clint Eastwood no le gustaba nada la manera en que Tuggle estaba llevando la filmación, así que lo despidió y se puso a dirigirla él mismo (la película estaba producida por la productora de Eastwood, Malpaso). Sin embargo, eso para mí no explica en absoluto el conflicto del film. Para mí, la cuerda floja por la que camina el policía Wes Block, el personaje que interpreta Eastwood, se hace paralela a la que caminaba el propio Eastwood.

Como muchos ya sabréis, Pier Paolo Pasolini dividió los directores en dos categorías: prosa y poesía. Los directores de poesía serían gente como Brian De Palma o Dario Argento, los cuales tienen una manera de dirigir muy estilizada. Clint Eastwood es definitivamente un director de prosa, la cámara nunca llama la atención, es invisible, buscando la manera más directa y sencilla de contar una historia. Sin embargo, en esta película sí que nos encontramos aquí y allá algunos planos y secuencias bastante estilizados. Esto sí que puede justificarse por la sustitución del director, pero no algo que afecta a toda la película.

A lo largo de finales de los 70 y 80, Eastwood intentó distanciarse de Harry, el sucio. Por ejemplo, en la fantástica Ruta suicida (The Gauntlet, Clint Eastwood, 1977) interpreta a un policía alcohólico en las últimas, muy alejado del expeditivo Harry Callahan. En la cuerda floja parece otro intento de hacer eso mismo, aunque al ir viendo la película uno tiene la sensación de que Eastwood no estaba muy seguro de lo que estaba haciendo.

Las partes menos interesantes de la película son aquellas en las que Eastwood es el típico poli-Eastwood. El estoico tipo duro con una respuesta ingeniosa siempre a mano. No es que sea un mal thriller, simplemente es algo que ya hemos visto antes.

Los momentos que hacen destacar esta película y que provocan que hoy esté aquí escribiendo sobre ella, son aquellos que muestran un tipo de thriller mucho más interesante. Filmada en plena fiebre slasher, en el film se muestra la influencia del género en algunas escenas propias del cine de terror, con un asesino enmascarado acechando mujeres de buen ver. Block es un policía al borde del alcoholismo, que empieza a adentrarse en la vida nocturna de la ciudad, momento en que el film adquiere un tono más sórdido y oscuro, entablando relación con diversas señoritas de esas que fuman, te hablan de tú y te cogen de la mano. Es entonces que el asesino se queda "prendado" de Block y empieza a matar a las mujeres con las que Block entabla relaciones sexuales.

Por desgracia, la parte más interesante del film, que parece una reinterpretación de algunos de los temas de la estupenda A la caza (Cruising, William Friedkin, 1980), acaba siendo aplastada por su lado de thriller más convencional, culminando en un algo precipitado clímax.

Es un film curioso dentro de la filmografía de Clint Eastwood, con buenos momentos a pesar de su esquizofrenia. Sin embargo, no me importaría que David Fincher hiciera un remake de esta película centrándose en su trama más oscura y perversa.


12 feb 2013

Gangster Squad - Brigada de élite (Gangster Squad)

Al contrario de lo que algunos críticos dicen, Gangster Squad - Brigada de élite (Gangster Squad, Ruben Fleischer, 2013) no es una simple derivación de Los intocables de Eliot Ness (The Untouchables, Brian De Palma, 1987). Gangster Squad también se basa en hechos reales, pero lo hace de la misma manera que lo está una novela de James Ellroy, aunque lo hace basándose en un libro histórico -no ficción- escrito por Paul Lieberman. Lo que hace diferente esta película de otras anteriores es que este film no es un homenaje al cine de gánsteres que hizo popular la Warner durante los años 30 y 40. No, esta película no es un homenaje al cine de gánsteres, esta película es cine de gánsteres.

El director de Bienvenidos a Zombieland (Zombieland, 2009) nos ofrece un producto salido directamente de las páginas de Black Mask, un violento divertimento sin una pizca de ironía. La decisión del jefe de policía Parker (Nick Nolte) de crear una brigada secreta, independiente de la corrupta policía, para echar a Mickey Cohen (Sean Penn) de la ciudad sirve como excusa para mostrarnos un sangriento enfrentamiento entre dos grupos de tipos duros. A lo largo de casi dos horas veremos a unos tipos duros buenos enfrentarse a unos tipos duros malos sin dar tregua al espectador, que si se parece a mí se lo pasará pipa durante todo el rato. El sargento John O'Mara (Josh Brolin), el sargento Jerry Wooters (Ryan Gosling), el agente Coleman Harris (Anthony Mackie), el agente Max Kennard (Robert Patrick) y el agente Navidad Ramírez (Michael Peña) serán los encargados de ponerle las cosas difíciles a Mickey Cohen, cueste lo que cueste.

Antes he dicho que esta película no es un homenaje al cine de gánsteres sino que es puro cine de gánsteres, pero sí que tiene varios homenajes al western, la mayoría de los cuales los provoca el gran Robert Patrick haciendo de reliquia mata-delincuentes. Aparte de eso, hay otras cosas que me hicieron disfrutar enormemente de este film, principalmente su total honestidad. Se presentan los clichés habituales del cine de acción (Brolin encarna un poli que no sigue las reglas y una molestia para los jefes, su mujer no quiere que arriesgue la vida en las calles, el personaje de Gosling se enamora de la chica mala que en realidad es buena y la han forzado las circunstancias que interpreta Emma Stone) pero de la misma manera directa y sin grises que en un film de los años 30. Lo cual tiene su lógica ya que la película nos la cuenta el sargento O'Mara y es así como ve las cosas.

Si esta película fuera en blanco y negro y estuviera protagonizada por James Cagney, muchos de aquellos que la critican estarían de rodillas delante de ella, haciendo lo que una amiga mía llama "besar el cíclope". Contiene todos los elementos que me hacen disfrutar del clásico cine de gánsteres de la Warner: es igualmente pura exploitation, violenta, divertida y brutal, con unos hombres de honor que no se veían en el cine desde que John Woo se fue a Estados Unidos. Desgraciadamente, solo existió un James Cagney y nadie ha vuelto a interpretar a un gánster de la manera psicópata y encantadora que él dominaba como nadie ("¡estoy en la cima del mundo, mamá! ¡La cima del mundo!"); Sean Penn es un actor de talento pero no es ningún Cagney, su Mickey Cohen es lo más flojo de la película. Por lo demás, repanchingaos en la butaca del cine, cosa que será fácil en caso de que no tengáis una escoba metida por donde la espalda pierde su casto nombre, y disfrutad de esta ensalada de plomo.


9 oct 2012

Hollywoodland vs. La Dalia Negra


Antes de que saltéis a los comentarios diciendo "yo prefiero esta" o "para mí gana aquella", mi intención no es enfrentar Hollywoodland (Allen Coulter, 2006) y La Dalia Negra (The Black Dahlia, Brian De Palma, 2006) en un hipotético combate, ya que ambas son películas que me gustan aunque no son perfectas, sino mostrar mi perplejidad ante el hecho de que lo hicieran los medios en el momento que se estrenaron. Una actitud, como el representar las recaudaciones de taquilla como si fuese una carrera, que nunca he entendido, y especialmente en un caso como este en el cual las dos películas no podían ser más diferentes.

Diferentes son, aunque hay algo que tienen en común y que supongo fue la excusa para este enfrentamiento: ambas parten de famosas muertes a partir de las cuales construyen su ficción. En Hollywoodland es el suicidio de George Reeves (porque creo que fue un suicidio) el verano de 1959 y el aún sin resolver asesinato de Elizabeth Short en enero de 1947, apodada La Dalia Negra por la prensa de la época.

En un principio, el film más esperado era La Dalia Negra, adaptación de una novela de James Ellroy, que debido a su complejidad se llevaba 20 años intentando trasladar a la pantalla hasta que finalmente De Palma pudo llevar el proyecto a buen puerto, tras trabajar en el mismo tres años. En el camino se quedaron interesantes versiones, entre ellas la que más me ha llamado la atención fue la ideada por David Fincher, que quería hacer una versión en blanco y negro de unas tres horas de duración.

La anticipación, en parte, se debía a que la anterior adaptación de una novela de Ellroy, L.A. Confidential (Curtis Hanson, 1997), había dado como resultado un film que fue un gran éxito de público y crítica. Además, La Dalia Negra fue el primer gran éxito de Ellroy, la primera del absolutamente genial cuarteto de Los Ángeles, y tenía un gran número de seguidores (yo incluido).

Por otro lado, Hollywoodland era un film salido de la nada, dirigido por un director que hasta ese momento sólo había hecho series y miniseries de televisión, y que contaba en su reparto con Ben Affleck, nombre entonces bastante devaluado como actor.

Sin embargo, cuando ambas se estrenaron, La Dalia Negra no acabó de funcionar ni en taquilla ni con la crítica y se consideró una decepción. Hollywoodland cogió a todo el mundo por sorpresa, fue un gran éxito dentro de los parámetros del cine independiente y fue especialmente sorprendente para los que la vieron la estupenda interpretación de Affleck como George Reeves. Luego Affleck se convertiría en director y su prestigio como tal no ha hecho más que aumentar con cada película que ha estrenado.

Hollywoodland se presenta como una película de intriga que emula el clásico cine negro pero en realidad tiene más de drama biográfico que de intriga. El detective protagonista, Louis Simo (Adrien Brody), investiga un misterio que no existe. En el film se traza un paralelismo entre George Reeves y Simo, haciendo que la investigación acabe llevando Simo a resolver su propia vida antes que nada relacionado con Reeves. Este es representado de forma fiel (no es que yo le conociera), siendo un biopic bastante cercano a la verdad, aunque no deja de ser ficción en el sentido de que se alteran e inventan hechos y crean personajes para acomodar la narración cinematográfica.

El film también parece querer usar la vida de Reeves para reflexionar sobre los costes de la fama y el lado más amargo de Hollywood, un lugar de todo es apariencia. Todo es publicidad, como dice uno de los personajes, si es verdad o mentira da igual.

Mientras que el aspecto biopic y el desarrollo dramático está muy bien trabajado, creo que a la película le falta decisión. Decisión para optar por una teoría y basar tu película en ella; igual que el detective Simo, este film no resuelve nada. Lo que hace es representar las dos teorías existentes, dejando caer continuamente sospechas y ambigüedades durante el film, sin tomar partido en ningún momento. Si vas a mezclar realidad y ficción, ¿por qué no llevarlo hasta las últimas consecuencias?

Personalmente, hubiera preferido que el film optara por una teoría, cualquiera de las dos, y construyera su narración a partir de ahí. Ambas dan para interesantes películas, aunque como ya digo la conclusión más lógica a la que se llega estudiando los hechos es que Reeves se suicidó.

A pesar de ello, creo que Hollywoodland es un film interesante y me gustó bastante aunque te deje un poco a medias. Por supuesto, en el tráiler se vende como una película de suspense llena de conspiración y corrupción.


La Dalia Negra es un film que me gusta bastante, aunque mi opinión pertenece a la minoría. Admito que me gusta más que Hollywoodland (aunque repito que son films distintos con estilos distintos y no quiero enfrentarlos), me gusta como aficionado al noir y al neo noir, me gusta por las mismas razones que me gustan los films de David Fincher y Christopher Nolan: me obsesionan las obsesiones (supongo que porque yo mismo soy bastante obsesivo, o no existiría este blog).

El hecho de que el film me guste no hace que esté ciego ante sus fallos, como la secuencia donde actúa k.d. lang que parece fuera de sitio y es bastante inverosímil. La novela de Ellroy es tremendamente compleja y complicada, como es la norma con este autor, y llevarla al cine implicaba dejar muchas cosas en el tintero. La clave para una buena adaptación es saber qué eliminar, qué mantener y qué resumir para poder tener un film coherente y que al mismo tiempo sea fiel a la novela, algo que en su mayor parte el film hace bien.

El primer montaje que hizo De Palma duraba unas tres horas. Este montaje fue visto por Ellroy y le llevó a escribir un artículo elogiando la película. Sin embargo, los productores estaban obsesionados en que la película no durase más de dos horas (al parecer por eso abandonó el proyecto Fincher). Creo que habría sido un film más ligero y rápido si se le hubiera permitido respirar un poco más con una hora extra de metraje, aunque suene contradictorio. Con dos horas, el film parece ofrecer mucha información muy rápido, aspecto que si eres aficionado al género no creo que sea ningún problema, pero puede que sí para aquellos que no lo sean (¿lo es?).

Ellroy investigó de forma concienzuda el caso de La Dalia Negra, de modo que en la novela aparecen personas y hechos que son traslaciones de la realidad, mezclado con hechos ficticios inventados por Ellroy en orden de construir su trama. El film realiza varios cambios a la hora de adaptar la novela, así que se aleja aún más de la realidad. Pero eso no es algo que critique, si quiero saber que pasó realmente busco un documental o en libros de historia, no me baso en una película. El problema se haya en que lo que se inventa hace que la película en ocasiones cojee, mientras el film se mantiene fuerte cuando sigue al pie de la letra la novela.

Una de las partes que más me gusta de la novela transcurre en Tijuana, momento en el cual me recuerda al Sam Peckinpah de Quiero la cabeza de Alfredo García (Bring Me the Head of Alfredo Garcia, 1974), parte que entiendo perfectamente que se suprimiera en la película, prefiriendo centrar la acción en Los Ángeles, además la historia en la novela transcurre a lo largo de varios años. Sin embargo, la secuencia que crean para sustituir la acción en Tijuana resulta algo deslucida y no está muy bien llevada. Es un ejemplo de a lo que me refiero cuando digo que cuando el film se inventa algo, cojea.

Dejando estos detalles que solo captas si has leído la novela y lo mucho que me gustaría ver la versión de tres horas del film, La Dalia Negra me gusta como gran ejemplo de neo noir. Tiene un buen reparto de actores y actrices, incluso Scarlett Johansson hace un papel aceptable, que se meten de lleno en esta historia que De Palma ilustra con su inimitable estilo.

Si yo hubiera podido hacer la versión cinematográfica de esta novela, habría empezado con un estilo seco y duro reminiscente del cine policíaco de los 70 y poco a poco habría ido adoptando un aire más grotesco y surrealista, en plan giallo, con banda sonora de Bruno Nicolai o Stelvio Cipriani. Pero todos creamos nuestra propia película al leer una novela, lo que hace que cuando veamos su adaptación cinematográfica sintamos en ocasiones un inmediato rechazo al ver algo que se aleja mucho de la idea que nosotros teníamos en la cabeza. A pesar de ello, a pesar de lo mucho que me gusta la obra de Ellory, esta película me sigue gustando mucho y me parece una estupenda adaptación.

Resumiendo, tanto Hollywoodland como La Dalia Negra son films que creo son muy buenos e interesantes y que recomiendo sin prejuicios.


17 ago 2012

Morir todavía (Dead Again)


Tras debutar en la dirección con Enrique V (Henry V, 1989), Kenneth Branagh dirige Morir todavía (Dead Again, 1991), una película de suspense que gira en torno a vidas pasadas y asesinatos futuros.

Esta es una película que me gustó bastante cuando la vi en su momento y cuando la compré en DVD me preguntaba cómo habría envejecido. Una amiga, a la cual le gustó en el pasado Morir todavía, me dijo que vista en el presente ya no le había gustado, pero a mí me sigue pareciendo una estupenda película de suspense.

Branagh utiliza un estilo exuberante y vistoso, nada tímido con los movimientos de cámara, subrayado por la banda sonora de Patrick Doyle. Con influencias de Alfred Hitchcock y Dario Argento, el director combina la historia de misterio y vidas pasados con unas gotas de neo noir para darle sabor. Para aquellos que no la conozcan, la historia arranca cuando el detective Mike Church (Branagh) ayuda a una mujer amnésica (Emma Thompson) a recordar su identidad. La misteriosa mujer tiene una serie de recurrentes pesadillas que remiten a una vida pasada y a un crimen del pasado: el asesinato de Margaret Strauss a manos de su marido, Roman. ¿Se repetirá el asesinato o esta vez se salvará Margaret?

Combinando el blanco y negro y el color, la película va viajando del pasado al presente mientras se desarrollan ambas historias. Originalmente se hicieron las escenas ambientadas en 1948 con la idea de que todos los personajes del pasado fueran interpretados por los mismos actores que aparecen en el presente, una idea interesante que luego fue más o menos desechada, pero se pueden ver algunos actores interpretando a distintos personajes en el presente y el pasado, además de Branagh y Thompson, claro. Aparte de esta idea abandonada, el argumento de la película está muy bien atado y si se ve una segunda vez se descubren todas las pistas que llevan al final. El desarrollo está bien dosificado, de modo que se mantiene el interés del espectador (o por lo menos el interés del espectador que esto escribe) a medida que la historia se va descubriendo. Hay varios actores secundarios bastante buenos, pero destacaría Robin Williams, que interpreta un rol serio, algo que se le da particularmente bien a este cómico.

El siguiente film de Branagh sería Los amigos de Peter (Peter's Friends, 1992), una soberbia mezcla de comedia y drama que, siendo un film superior a este, le hizo algo de sombra. De todos modos, Morir todavía es una entretenida cinta de suspense que nos ofrece el lado más grandilocuente de Branagh en un film que funciona, ya que es un aspecto de la dirección de Branagh que no ha dado películas muy acertadas (las excepciones serían Hamlet [1996] y Thor [2011]), haciendo películas mucho más redondas cuando adopta el modo "peteriano". En fin, algo entretenido y ligero para el fin de semana.


25 ene 2012

Tan incorrecta que no es ni normal


Hay tantas cosas que están moralmente mal en esta película...

El argumento de Querido profesor (Pretty Maids All in a Row, Roger Vadim, 1971) podría parecer el de una oscura exploitation de bajo presupuesto, una película erótica de usar y tirar, pero he aquí el primer hecho sorprendente relacionado con esta película: fue una producción de la Metro, dirigida por Roger Vadim, producida y escrita por Gene Roddenberry -el creador de Star Trek (!)- y protagonizada por actores de la talla de Rock Hudson, Angie Dickinson, Telly Savalas y Roddy McDowall.

Hudson encarna a Michael "Tiger" McDrew, un licenciado en psicología que trabaja como consejero escolar y entrenador en un instituto. Tiger se dedica a conquistar tantas estudiantes de 17 años como puede y cuando se cansa de alguna la mata y se busca una nueva. También se dedica a asesorar a Ponce (John David Carson), un inexperto estudiante, al que prepara para ser su sucesor. Savalas es el capitán Sam Surcher, el policía encargado de investigar los asesinatos de las jóvenes y bellas estudiantes.

Vista hoy día, Pretty Maids All in a Row resulta chocante. La abierta misogínia, la manera en como convierte a las chicas en simples objetos decorativos, el extraño tono que tiene la película mezclando la comedia picante -precursora de un género que haría furor en los 80- con una trama de asesinatos, el despliegue de bellas modelos y actrices desnudas... son todos ellos elementos que harían impensable que ningún estudio se atreviera a producir una película semejante. En ese sentido, no deja de tener un innegable interés sociológico, ya que es claramente un producto de su tiempo.


Cuando produjo esta película, la Metro no pasaba por su mejor momento. Según Roger Vadim, en su autobiografía, la suya era la única película en producción en aquel momento, dejando de lado algunas series televisivas, en un estudio que todavía se regía por el antiguo y poco económico sistema  de rodaje de la era dorada de los estudios. La Metro había contratado a Vadim en un desesperado intento de estrenar un éxito, una película que estuviese en sintonía con el nuevo cine que había empezado a adueñarse de las salas a finales de los 60 y primeros 70. Los estudios se habían quedado obsoletos y eran dirigidos por ejecutivos que no se habían dado cuenta de que la sociedad y el público estaban cambiando, provocando una severa crisis cinematográfica. El resultado de todo ello fue que esta película tenía más cosas en común con las producciones de bajo presupuesto de la época que con las propias de un gran estudio.

En la película no es que se adopte un tono de comedia negra, parece más bien una mezcla inconsciente de elementos que en un mundo racional no se deberían mezclar. Es decir, no es como en Escuela de jóvenes asesinos (Heathers, Michael Lehman, 1988) donde hay una clara intención de hacer una ácida y satírica comedia negra, es más bien como si les hubiera salido por accidente. Lo que la hace más interesante por su misma extraña naturaleza.

Por un lado, Vadim se dedica a lo que mejor sabe hacer: filmar bellezas, en cantidad suficiente para provocarle un coma a un diabético. Por el otro, el guion de Roddenberry a ratos parece una comedia picante, a ratos un thriller... Enlaza chistes sobre erecciones involuntarias con el descubrimiento del cadáver de una chica, de manera que a uno le gustaría que en el DVD hubiese un comentario en audio, algo que diese una pista de en qué demónios estaban pensando al hacer semejante film.

Como explica John Landis en el comentario que tenéis abajo, el material base es pura exploitation pero con los medios de un gran estudio. Así, la película cuenta con estupendas interpretaciones de todo el reparto, dejando de lado las bellas estudiantes interpretadas por modelos y aspirantes a actriz que no llegaron muy lejos. Hudson resulta divertido y perturbador al mismo tiempo -como la película- en su creación de Tiger, el mujeriego asesino cuya actitud resulta una metáfora de la conversión de la mujer en un objeto (le da igual matarlas o mantener relaciones sexuales con ellas) pero sin saber muy bien si la actitud se acepta o se condena en el film. Dickinson hace un buen trabajo con un papel que no es gran cosa, la típica fantasía de la mujer adulta iniciando al joven inexperto. Savalas hace lo que mejor sabe hacer y el joven John David Carson resulta aceptable y se mantiene al lado de los veteranos.

Una película que en su momento no era más que otra comedia, hoy día resulta sorprendente por lo increíblemente políticamente incorrecta que es. Tan delirante como divertida, es una interesante curiosidad. No he encontrado un simple tráiler, así que os dejo con el tráiler comentado por John Landis, hecho para la estupenda página Trailers From Hell.

17 ene 2012

Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres (The Girl with the Dragon Tattoo)


En el lejano 2006, la productora Kathy Kennedy se acercó a David Fincher y le propusó llevar al cine Los hombres que no amaban a las mujeres de Stieg Larsson, que acababa de salir traducida al inglés. En aquel momento, Fincher declinó la oferta ya que el proyecto Benjamin Button lo tenía absorbido. Mirando en retrospectiva, me hubiera encantado que hubiese aceptado, más que nada para evitar la interminable retahíla de comentarios y críticas del estilo "oh, cómo es posible que David Fincher se rebaje a hacer un remake", "ya están otra vez los americanos haciendo versiones innecesarias" o mi favorito: "considero un insulto personal que Fincher haya hecho esta nueva versión" (comentario real aparecido en El Periódico de Catalunya de ayer lunes).

Vamos a dejar las cosas claras, porque a mí estas consideraciones me importan tres pitos ya que juzgo siempre las películas por si mismas, pero hay un montón de gente que aplicará prejuicios injustos a la hora de valorar esta nueva maravilla de Fincher:

1 Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres (The Girl with the Dragon Tattoo, David Fincher, 2011) se basa exclusivamente en la novela de Larsson. Lo podéis comprobar no sólo por las declaraciones en las notas de prensa del guionista Steven Zaillian, también mirando los títulos de crédito en los que no se hace ninguna mención a la película de Niels Arden Oplev del 2009, cosa que haría si se hubiese utilizado el guion o tomado algo del film sueco.

2 Millenium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (Män som hatar kvinnor, Niels Arden Oplev, 2009) no dejaba de ser una miniserie televisiva recortada para ser estrenada en cines, una maniobra que habría enorgullecido al más avaricioso productor americano. Y se nota. Dejando de lado la interpretación de Noomi Rapace, la película me dejó muy frío por su tufo a telefilme y me decepcionó enormemente. El film de Fincher es una auténtica experiencia cinematográfica.

La película de Fincher es superior en todos los sentidos a la miniserie sueca. Así de claro. Personalmente, se parece más a la película que se proyectaba en mi cabeza mientras leía el libro que la versión sueca, incluído la utilización de la Immigrant Song de Led Zeppelin, cuya letra gira en torno a la mitología nórdica.

Fincher y Zaillian son perfectamente conscientes de que el interés de la historia se encuentra en la relación entre Mikael Blomkvist (Daniel Craig) y Lisbeth Salander (Rooney Mara) y en los aspectos sociales de la intriga, así que se enfatizan estos elementos. El resultado, irónicamente, es un film que tiene un aspecto más europeo que americano. Fincher vuelve a utilizar el estilo más contenido de la soberbia Zodiac (2007), dejando que sea la fuerza de la historia la que impacte al espectador, más que espectaculares movimientos de cámara. Esto contrasta con la rapidez con la que hablan los personajes, una técnica que utilizó en Zodiac y La red social (The Social Network, 2010) para que las películas no fuesen excesivamente largas debido a la gran cantidad de información que se ha de transmitir al espectador.

El hecho de haber sido rodada en Suecia le da ciertos toques esquizofrénicos al film. Se emplean actores tanto americanos, como ingleses, como suecos, así que los acentos varían bastante sin que haya uniformidad. Además, se traducen algunos artículos y letreros mientras otros se dejan en sueco, dependiendo de si el espectador los ha de leer o no, lo que también resulta algo extraño en conjunto. Pero son detalles menores sobrepasados por la cantidad de aciertos del film.

Rooney Mara está increíble como Lisbeth Salander. Al llegar a casa me puse de nuevo a ver el principio de La red social, ya que se me hacía difícil de creer que fuera la misma actriz. Mara consigue algo muy difícil: mezclar una gran fuerza con un punto de fragilidad. Se transforma por completo en Salander, redondeando la interpretación con detalles como la forma de hablar, seca y reluctante como una máquina a la que le han de arrancar las palabras, y la vestimenta, culminada con una implagable camiseta.

Dentro de la filmografía de Fincher puede que este film no esté a la altura de Zodiac, La red social o su favorita El club de la lucha (Fight Club, 1999), pero no deja de ser un fantástico thriller mejor que la mayoría de los que se estrenaron el año pasado. Y aunque no supiera nada de David Fincher ni hubiese leído los libros, tras ver el estupendo tráiler que os dejo, la habría ido a ver sin pensarlo (atención al estupendo y divertido eslogan).