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31 ene 2025

El asesino de muñecas


 


 

 

Me lo pasé tan bien con Necrophagus (El descuartizador de Binbrook) (1971) que de inmediato me puse a buscar más películas dirigidas por Miguel Madrid. Como director, la carrera de Madrid fue bastante corta y llena de dificultades. Solo dirigió tres películas, siendo su último esfuerzo como director una típica y mediocre película de la época del destape, Bacanal en directo (1979), pero su segunda película es toda una curiosidad fascinante y cargada de interés. El asesino de muñecas (1975) sigue la estela de películas como Repulsión (Repulsion, Roman Polanski, 1965) o El coleccionista (The Collector, William Wyler, 1965), metiéndonos en la cabeza de un asesino en serie. Se convierte así en precedente de títulos clásicos de culto como Maniac (William Lustig, 1980).

 Paul (David Rocha) acaba de ser suspendido de la escuela de medicina, debido a que cada vez que ve sangre se marea. Quien no se marea al ver sangre es la otra personalidad que vive en el cuerpo de Paul, que se dedica a matar a las mujeres que se acercan con su parejas al parque en el que trabaja el padre de Paul (Gaspar "Indio" González). Cuando los padres de Paul se van de vacaciones y dejan al muchacho solo para que siga el trabajo de jardinero, la cordura de Paul se va degradando cada vez más. Esto es así hasta que llega Audrey (Inma de Santis), hija de la condesa Olivia (Helga Liné). Si bien es la condesa primero la que intenta convertir a Paul en su amante, este y Audrey empiezan a tener una relación. ¿Podrá la relación (y Audrey) sobrevivir a la personalidad oculta de Paul?

Mientras que Necrophagus es un anárquico delirio que deja de lado la lógica para ofrecer un espectáculo terrorífico al espectador, El asesino de muñecas es un film mucho más adulto. Madrid muestra un gran dominio de la narrativa, utilizando la lógica onírica para mostrar el mundo a través de los ojos de Paul, que no es capaz, en ocasiones, de distinguir entre la realidad y la fantasía. De modo que, aunque es una película más canónica que la primera que dirigió Madrid, no dejan de aparecer los toques bizarros que la separan de otras películas del estilo, como cuando la acción se convierte en un número musical (ver abajo).

Desde el primer momento se nos muestra que el mundo en el que vive Paul es intenso, rozando en ocasiones el camp, pero siempre al servicio de la narrativa. Al fin y al cabo, no estamos viendo el mundo de un modo realista, sino a través de los ojos de una persona con serios problemas de salud mental. Esto le permite a Madrid introducir momentos surrealistas, como el mencionado número musical, que en su día no fueron bien recibidos y demuestran que fue una película adelantada a su tiempo. La película no fue solo mal recibida por la crítica y el público, también la censura de la época le provocó bastantes dolores de cabeza al director. Aunque fue obviamente rodada principalmente en el Parc Güell y el Parc de la Ciutadella en Barcelona, la acción se supone que transcurre en una ciudad francesa, ya que la censura se negó a que se mostrara a un asesino en serie español, ya que en España, según las autoridades, no había asesinos en serie. Además, tampoco se podía mostrar a una condesa española manteniendo relaciones con el servicio, sobre todo si el servicio era racializado, ya que según las autoridades censoras eso es algo que nunca haría una condesa española. Esto hace que la película resulte más surrealista, ya que Madrid decidió filmar en localizaciones de Barcelona muy reconocibles.

El asesino de muñecas es una película única, que gana con cada visionado. Mezcla muchos elementos conocidos pero el resultado es muchas cosas menos familiar. Está editada sin cortes en Blu-ray por Mondo Macabro y la recomiendo para los amantes del cine de culto que se aparta de la norma.


6 dic 2024

Miedo Punto Com (Feardotcom)

 


 

A finales de los 90 del siglo XX se extendió un pánico que, visto en perspectiva, resultaba bastante ridículo. El llamado "efecto 2000" surgió por una hipótesis de algunos expertos en informática que teorizaban que el paso de 1999 a 2000 podría generar un error en los sistemas informáticos que podía tener consecuencias catastróficas. Esto inspiró el estreno de diversas películas que daban a 1999 un toque apocalíptico, como la divertida El fin de los días (End of Days, Peter Hyams, 1999). Cuando no pasó nada, la inquietud apocalíptica del efecto 2000 pasó a las páginas de Internet, que empezaba ya a mostrar que era un lugar cuyos rincones oscuros eran muy oscuros. Este es el ambiente en el que se puso en marcha Miedo Punto Com (Feardotcom, William Malone, 2002).

El proyecto se inició como un guion en el que una psicópata se dedicaba a atraer víctimas usando los chats en línea, entonces en sus inicios (trama que se usó en un episodio de la serie Expediente X). Pero este planteamiento cambió cuando se le ofreció ser el director a William Malone, fresco del éxito del remake House on Haunted Hill (1999). Malone transformó la historia en una historia gótica de fantasmas actualizada, en la que un fantasma con ansías de venganza utiliza una página web para atrapar a sus víctimas en lugar de habitar un viejo castillo. Stephen Dorf interpretó al detective encargado del caso Mike Reilly, que busca también atrapar a un asesino en serie, Alistair "el Doctor", interpretado por Stephen Rea. Natascha McElhone es Terry, una trabajadora del departamento de salud que ayuda a Reilly en su investigación. En el film también interpretaron pequeños papeles nombres familiares para los aficionados al género como Jeffrey Combs y Udo Kier.

La historia no parece muy atractiva a primera vista, además que la negativa del productor Moshe Diamant por pagar el dominio hace que los personajes escriban en pantalla "miedopuntocom.com" que resulta algo ridículo. Pero gracias al buen hacer del director y el reparto, se logran superar las carencias del guion.

Finales del XX y principios del 2000 fue una época particularmente oscura, con películas como Asesinato en 8mm. (8MM, Joel Schumacher, 1999) llenando las salas de cine. William Malone crea un film particularmente oscuro e inquietante, utilizando mucha imaginería propia del sadomaso mezclada con sangre e insectos, a lo Hellraiser, los que traen el infierno (Hellraiser, Clive Barker, 1987). Tal vez demasiado oscuro para el público de la época, lo que provocó que en Estados Unidos sufriera bastante a manos de la censura (en Europa se estrenó la versión sin censurar). Pero hoy día, tras la aparición de franquicias como Saw y Hostel, no parece tan tremenda. Malone, además, crea una película muy estilizada, aprovechando que, debido al bajo presupuesto, tenía que rodar en Luxemburgo como si fuera Nueva York.

Todo esto ha contribuido a que Miedo Punto Com haya envejecido bastante bien. No la había vuelto a ver desde que se estrenó en cines y me llevé una agradable sorpresa. Es un film entretenido que avanza a buen ritmo, con un gran reparto y lleno de interesantes toques visuales para lo que no es otra cosa que una clásica historia de venganza fantasmal.


15 nov 2024

Las sádicas (Death Game)

 


 

La historia de cómo Las sádicas (Death Game, Peter S. Traynor, 1977) llegó a las pantallas es casi tan rocambolesca como la película misma. El argumento parte de una premisa sencilla que se convirtió al rodarse en una pesadilla delante y detrás de las cámaras. El resultado final, una película fascinante que sigue atrapando hoy día.

El punto de partida es sencillo. George Manning (Seymour Cassel) se queda solo en casa después de que su mujer Karen (Beth Brickell) haya debido marchar debido a una emergencia médica con uno de sus hijos, que se encuentran de visita en casa de sus abuelos. Esa misma noche, tormentosa y desagradable, llaman a la puerta. George abre y se encuentra a dos atractivas mujeres, Jackson (Sondra Locke) y Donna (Colleen Camp), que al parecer se han perdido y le piden usar su teléfono. George no duda en ofrecerle su ayuda a ambas. Poco a poco, George empieza a notar cosas raras, pero no les da importancia distraído por la belleza de ambas. Jackson y Donna seducen a George haciendo un trío lo que queda de noche. A la mañana siguiente, George espera que llegue el momento de la despedida, pero ninguna de las dos da señales de querer irse. Y no se van. George se da cuenta entonces que ha invitado a dos peligrosas psicópatas a su casa que van a convertir su vida en una pesadilla.

Es una premisa sencilla, pero que se explota de forma increíble, gracias sobre todo a la interpretación de Sondra Locke y Colleen Camp. Ambas actrices con sus respectivas interpretaciones hacen real y aterradora la locura que impregna sus personajes. Gracias a ellas, la pesadilla se convierte en real para el espectador, que tiene la sensación de que está en manos de gente peligrosa. A medida que la casa va siendo destruida, la demencia de ambas se va exponiendo más, mientras que el personaje de Seymour Cassel sucumbe impotente a la locura de las dos intrusas. Al principio intenta dominarlas, pero queda claro que Jackson y Donna tienen un objetivo en mente y nada las apartará de conseguirlo. El ataque empieza con cosas pequeñas, como repetir de forma constante en los diálogos el nombre de George cada vez de forma más burlona, hasta llegar al uso de la violencia más brutal.

 

 

Algo que hace que resulte más inquietante es que no hay motivo para el ataque hacia George, podría ser él como cualquier otro. Sin embargo, las motivaciones de ambas para sus crímenes se van revelando poco a poco, a través del diálogo. Cómo es de esperar, el abuso y el maltrato son parte importante de estas motivaciones.

Esto le añade al argumento un subtexto que hace de Death Game una película de terror feminista, nutriéndose de los miedos y las ansiedades masculinas que surgen a partir del movimiento feminista y del aspecto sexy y angelical de las acólitas asesinas del clan Manson. Lo cual no es extraño teniendo en cuenta que la película fue originalmente concebida a finales de los 60 del siglo XX. En concreto, un día de lluvia que el guionista Michael Ronald Ross decidió recoger a una autoestopista que parecía bastante desamparada (y que se llamaba Donna). Esta invitada inesperada, que Ross esperaba que se marchara al día siguiente, se quedó días gorroneando todo lo que pudo. Pasado un tiempo, finalmente se marchó. Ross pensó entonces que habría pasado si, en lugar de una chica más o menos pacífica, Donna hubiese resultado ser una psicópata. Así nació la premisa de Death Game (entonces titulada Freak) que se convertiría en guion cuando Ross se pusiese a trabajar con Anthony Overman.

Fue entonces que el guion empezó a circular por las productoras. Así llegó a Malpaso, la productora de Clint Eastwood, donde la guionista Jo Heims, que acababa de escribir el debut de Eastwood Escalofrío en la noche (Play Misty for Me, 1971), se apropió del guion y lo pasó como propio tras unos pocos cambios. Eastwood consideró entonces dirigirlo, pero se decidió por otro proyecto. El guion, todavía atribuido a Heims, fue comprado por la productora de Peter S. Traynor. Traynor quería usarlo para debutar como director, al considerar que una historia con solo tres personajes principales y una localización no debería ser excesivamente complicada de filmar.

Pero antes de que se pudiera empezar a rodar, los guionistas originales supieron lo que estaba pasando y exigieron que se restaurase su crédito como guionistas. Para lograrlo, llevaron el guion al sindicato de guionistas para que dirimiese sobre quién debía caer la autoría, pero cuando se llevó al sindicato, Heims rápidamente retiró su crédito como autora del guion. Ross y Overman habían registrado en el sindicato los distintos borradores de su guion, así que Heims no tenía nada que hacer, de ahí su pronta retirada.

Lo que Ross y Overman no sabían, es que en los años que el guion estuvo dando vueltas, E.E. Patchen o Chris Warfield, posiblemente Warfield, tuvo la oportunidad de leer el guion original y plagiarlo descaradamente. El resultado fue Little Miss Innocence aka Teenage Innocence (Chris Warfield, 1973), película incluida como extra en la edición en Blu-ray que Grindhouse Releasing hizo de Death Game. El inicio, el final y las motivaciones son casi exactos a los del primer guion de Ross y Overman, pero el desarrollo es distinto y no tiene la misma calidad. El nivel interpretativo tampoco es el mismo, las dos actrices protagonistas  estaban especializadas en películas más bien eróticas. Un aspecto que se potencia en esta película, ya que el objetivo de ambas es matar a su víctima Rick (John Alderman) a polvos, literalmente. No es esta la única versión que se ha hecho de la película, si bien las otras dos son versiones oficiales. Por un lado, Viciosas al desnudo (Manuel Esteba, 1980) fue realizada en la época del destape y su director le dio un giro de derechas conservador a la historia. Por otro lado, el remake oficial dirigido por Eli Roth, Toc Toc (Knock Knock, 2015), no llega nunca al nivel de locura de la original.

El rodaje de Death Game empezó de forma accidentada, con Traynor discutiendo continuamente con el director de fotografía. Este primer director de fotografía fue despedido y se contrató entonces a David Worth. Worth, más que el director, fue el que salvó la película. No solo en el aspecto visual con toques góticos y momentos casi expresionistas. También en el montaje, ya que el primer editor quiso aprovecharse de que trataba con un director primerizo haciendo un trabajo de calidad mínima. Worth se percató de esto al ver el primer montaje junto a Sondra Locke y se lo comunicaron a Traynor. Worth le dio forma a la película y también acabó participando en el doblaje de la misma, poniendo voz al personaje de George, cuando Seymour Cassel se negó a poner él la voz.

 


 

El conflicto con Cassel se origina cuando se estaba llegando al tramo final del rodaje. La película se rodó más o menos en orden, para mantener continuidad con la destrucción de la casa, así que el ambiente de locura del clímax se fue contagiando detrás de las cámaras. La relación entre Locke, Cassel y Traynor era cada vez más tensa. En una entrevista, Locke aseguró que llegó un punto en que ella y Cassel dirigían la película en lo que a las interpretaciones se refiere. Finalmente, la tensión fue subiendo hasta que Cassel se negó a trabajar. Se presentaba y hacía las escenas, pero de forma funcional, algo que Worth pudo disimular mediante el montaje y el doblaje, aprovechando también que hay escenas en las que George se supone que está en shock.

Todo este conflicto y drama parece que benefició la película, ya que la tensión y la demencia saltan de la pantalla para atrapar al espectador. La distribución fue un fracaso y la película apenas se vio, sobreviviendo en vídeo con devotos que iban introduciendo a otros esta extraña joya. Es una película única que ofrece una experiencia única, gracias en gran parte, repito, a las interpretaciones de las dos protagonistas. El trabajo de Worth le dio el toque final a esta mezcla de thriller y terror que sigue siendo vigente y relevante. Recomendada a los que tengan paladar para lo extraño.


26 oct 2024

Motín en el reformatorio de mujeres (Reform School Girls)




Cada vez que me topo con alguna pobre alma desgraciada a la que no le gustan los slashers, se justifican de la misma manera: son todas iguales, se repite siempre lo mismo. Aunque están completamente equivocados, puedo entender de dónde vienen estos comentarios, ya que yo mismo los he hecho sobre películas deportivas o sobre las películas de cárceles de mujeres. Por eso me recuerdo a mí mismo que no debo caer en prejuicios y darle una oportunidad a todos los géneros. Y si bien las películas deportivas me siguen aburriendo mortalmente, sí que he encontrado algunas películas de cárceles de mujeres que me han parecido interesantes y lo bastante diferentes como para seguir dándole oportunidades al género. Una de estas películas es Motín en el reformatorio de mujeres (Reform School Girls, Tom DeSimone, 1986), una parodia del género.

El director Tom DeSimone también compartía la opinión de que este género, las WIP (Women in prison), era todo bastante igual desde que se iniciara a principios de la década de los 40 del siglo XX. La opinión de DeSimone estaba justificada en el hecho de que había trabajado en el género dirigiendo La jungla de cemento (The Concrete Jungle, 1982). Esto le dio la idea de hacer una parodia del género, pero sin llegar a los extremos de Aterriza como puedas (Airplane!, Jim Abrahams, David Zucker, Jerry Zucker, 1980), más bien haciendo una versión exagerada de una WIP, estilo camp (lo que probablemente contribuyó que fuera la comunidad LGTBI+ americana la que convirtió esta película en una cinta de culto).

El reparto incluye una larga lista de atractivas actrices, pero destacan en especial Pat Ast como la malvada Edna, la reina Stirba en persona Sybil Danning y la líder de los Plasmatics Wendy O. Williams. Williams interpreta a la líder de las banda de chicas malas, a pesar de que se supone que las prisioneras del reformatorio juvenil tienen como máximo 17 años y Williams tenía 35 años cuando interpretó el papel, que básicamente consiste en interpretarse a sí misma, incluso el vestuario que utiliza es el que habitualmente llevaba en los conciertos. La presencia de Wendy O. Williams sirvió para que contribuyera a la banda sonora que está formada principalmente por grupos femeninos. Estos son los ejemplos principales:



Y si os gusta lo que habéis escuchado, la edición en Blu-ray de Wicked Vision tiene un contenido de Pascua que os puede interesar y molestar a los vecinos.

Volviendo a Reform School Girls, DeSimone utilizó como modelo para su parodia películas como Women's Prison (Lewis Sadler, 1955), Reformatorio femenino (Reform School Girl, Edward Berns, 1957) y otros ejemplos del género de la década de los 50, lo que informa también el look de la película. Un estilo que el genial tráiler capta a la perfección. El argumento es el habitual en el género, para parodiar el máximo de tópicos: la chica buena/mala Jenny (Linda Carol) es enviada al reformatorio tras ser detenida como cómplice de un atraco que sale mal. Allí, Jenny hará amistad con algunas de las compañeras de internamiento, se enfrentará a la banda de Charlie (Williams) y tratará de exponer al público las torturas y muertes provocadas por la terrible Edna y la malvada directora del reformatorio Sutter (Danning), con la ayuda de la trabajadora social la doctora Norton (Charlotte McGinnis).

La historia se desarrolla de manera constantemente entretenida y divertida. Las actrices manejan bien interpretar de manera extremadamente seria las situaciones extremadamente ridículas para que resulten más divertidas, con algunos diálogos igualmente memorables (se me quedó grabado: "os recomiendo dormir con los dedos sobre las sábanas, señoritas, solo cambiamos las sábanas una vez a la semana"). Por supuesto, el disfrute de la película varía según el sentido del humor, pero también incluye la acción y los diálogos en las duchas habituales del género para satisfacer a los fans de las WIP. Para mí, sin embargo, es la comedia lo que la hace destacar, el camp, y la diferencia de otras películas semejantes. Además de hacerla accesible a personas a las que jamás se les ocurriría ver una película del género.

No sé hasta que punto Reform School Girls es una película para recomendar indiscriminadamente, pero si has llegado hasta aquí es posible que sea tu tipo de perversión.


8 oct 2024

Strange Darling





Libre de spoilers, se acaba de publicar mi crítica de Strange Darling (JT Mollner, 2024) en Underbrain Mgz. Leedla clicando en:


Recomendada hasta por Stephen King, esta es una mezcla de terror y thriller impactante y efectiva que dará muchas alegrías a los aficionados. No digo más por no estropearle la película a nadie.


13 sept 2024

No hables con extraños (Speak No Evil)

 


 

Se acaba de publicar mi crítica del estreno No hables con extraños (Speak No Evil, James Watkins, 2024) en Underbrain Mgz. Leedla aquí:

https://underbrain.com/cine/no-hables-con-extranos/

No tiene el argumento más original del mundo, pero está bien ejecutada y funciona como entretenida película de suspense.


23 ago 2024

MaXXXine

 


 

Por fin se estrena en cines MaXXXine (Ti West, 2024), la conclusión de una sorprendente trilogía que ha logrado mantener un gran nivel de calidad en cada entrega. Podéis leer mi crítica de esta excelente película en Underbrain Mgz:

https://underbrain.com/cine/maxxxine/

Esta trilogía se convertirá en un clásico del género, además de romper las barreras del cine de terror. Una soberbia conclusión que es también una gran película por sí misma.


6 ago 2024

Condenados a vivir

 


 

Condenados a vivir (Joaquín Luis Romero Marchent, 1972) es una notable película que, siendo sincero, descubrí a raíz de ser destacada como una de las "influencias" de Quentin Tarantino en Los odiosos ocho (The Hateful Eight, 2015) bajo su título inglés Cut-throats Nine. La película de Tarantino no es una de mis favoritas, precisamente, y eso hizo que tardara en ver Condenados a vivir. Eso, y que actualmente solo existen dos ediciones legales con un mínimo de calidad audiovisual, una americana y otra alemana, así que esperaba que algún sello como Divisa o El setanta-nou se animara a editarla. De momento, no ha sido así. Una lástima, ya que es una película cínica y violenta que desafía las constricciones del género, es un híbrido de thriller, terror y venganza que ha sido etiquetado de western simplemente por su ambientación, pero si pertenece al género lo hace de forma tangencial como la comedia de terror Ravenous (Antonia Bird, 1999).

El sargento Brown (Robert Hundar) tiene la misión de trasladar a siete prisioneros que han estado trabajando en una mina de oro para el ejército. Al sargento también lo acompaña en el viaje, además de varios soldados, su hija Sarah (Emma Cohen) ya que irán a vivir al fuerte que es su destino. La expedición es asaltado por un grupo de criminales que espera hacerse con el oro procedente de la mina. Pero el asalto no produce los resultados esperados y, tras matar a los soldados, los asaltadores de caminos provocan que la diligencia en que viajan Brown, su hija y los prisioneros salga desbocada hasta que acaba por salirse del camino quedando destruida. Con dos caballos supervivientes, el sargento Brown está determinado a cumplir su misión, a pesar de las protestas de los prisioneros. Pero su determinación tiene un motivo oculto: está convencido que uno de los siete fue el asesino de su esposa y quiere averiguarlo a cualquier precio. Si a eso le sumamos que Brown lleva el oro escondido, el viaje se convierte en una pesadilla de asesinatos y traiciones.

Tras el estreno de Grupo salvaje (The Wild Bunch, Sam Peckinpah, 1969) y Por un puñado de dólares (Per un pugno di dollari, Sergio Leone, 1964), estaba claro que el western estaba evolucionando. En su vertiente europea la violencia y el cinismo fueron dominando las historias, lejos del ideal romántico creado por el cine americano. Condenados a vivir se encuadra dentro de esta tendencia, aunque su historia tiene poco del western clásico. Es una historia que nos muestra lo peor del ser humano, con un grupo de personajes egoístas dominados por la avaricia y el ansía de venganza, lo que será su perdición. Lo hace a través de tres líneas argumentales: por un lado, la trama de descubrir quién mató a la esposa de Brown, por otro lado, la terrible odisea que atraviesa Sarah, más propia de una película de terror, y, finalmente, el deseo de poseer el oro que trae consigo la mayoría de las muertes. Oro maldito (E se sei vivo spara, Giulio Questi, 1967) es la única película dentro del género con la que tiene algún punto en común Condenados a vivir, más que nada por como convierte parte de la trama en una alegoría para mostrar las consecuencias de la avaricia sin freno.

La película es famosa por su sangrienta violencia. Momentos gore que salpican la película y enfatizan la crueldad de sus protagonistas. Al parecer, estas escenas de violencia fueron añadidas a posteriori, volviendo a rodar algunas escenas, por petición del distribuidor americano (tal vez por eso el tráiler americano se centra en las violentas muertes que aparecen en el film). Son momentos impactantes, que no estarían fuera de lugar en una película de terror italiana de la época, que hacen que la película destaque y sea más memorable, pero no es el motivo principal por el que esta es una gran película. El argumento y los personajes funcionarían a la perfección aunque se eliminaran estos momentos. Es más que un simple desfile de escenas violentas. Es más interesante y profunda que eso, un viaje por el lado más oscuro del ser humano del que Tarantino podría haber copiado más cosas, como su eficiente narración, ya que solo dura alrededor de 90 minutos.

Repitiendo mi deseo de que sea editada en Blu-ray en una edición coleccionista por algún sello que le de el trato que se merece, recomiendo esta joya sangrienta, cruel y violenta.


29 jul 2024

Longlegs

 


 

Ya podéis leer mi opinión sobre la anticipada Longlegs (Osgood Perkins, 2024) en Underbrain Mgz, clicando en:

https://underbrain.com/cine/longlegs/

El hijo de Anthony Perkins dirige una interesante película de terror, que hace mucho con los pocos elementos con los que cuenta. Y Nicolas Cage de psicópata.


9 abr 2024

Sangre en los labios (Love Lies Bleeding)


 
Se acaba de publicar mi crítica de Sangre en los labios (Love Lies Bleeding, Rose Glass, 2024) en Underbrain Mgz y la podéis leer clicando aquí:


La primera película de Rose Glass, Saint Maude (2019), me gustó pero era un poco demasiado Repulsión (Repulsion, Roman Polanski, 1965). Esta película me ha gustado mucho más, supongo que por cómo se adentra en un género que me gusta como el cine negro. Muy recomendada.


5 abr 2024

De profesión: duro (Road House, 1989) vs. Road House. De profesión: duro (Road House, 2024)

 

Comparar De profesión: duro (Road House, Rowdy Herrington, 1989) con su reciente remake Road House. De profesión: duro (Road House, Doug Liman, 2024) nos muestra de qué modo ha evolucionado el cine comercial de los 80 del siglo XX hacia el de los 20 del siglo XXI.

Road House 1989 cuenta la historia de James Dalton (Patrick Swayze), un legendario encargado de seguridad en bares y locales nocturnos experto en artes marciales, contratado por Frank Tilghman (Kevin Tighe) para que ayude a limpiar su bar de carretera The Double Duce de indeseables y subirlo de categoría. Parece un trabajo sencillo, no muy distinto de otros trabajos, pero, cuando llega al pueblo donde está ubicado el local, descubre que todos los negocios del lugar son extorsionados por el semimafioso Brad Wesley (Ben Gazzara), el cual no aprecia los cambios que Dalton está provocando. El enfrentamiento entre ambos se convertirá en una batalla por la salvación del pueblo, que se recrudecerá cuando Dalton inicie un romance con la doctora Elizabeth Clay (Kelly Lynch), de la que Brad estuvo enamorado pero con la que no consiguió nunca nada. Dalton pedirá ayuda a su mentor Wade Garrett (Sam Elliott) para acabar con la banda de Brad.

Queda claro por su sinopsis que Road House 1989 es otra película que podríamos calificar de "hija de Shane". Shane es el personaje protagonista interpretado por Alan Ladd en Raíces profundas (Shane, George Stevens, 1953), un cowboy de misterioso pasado que llega a un pueblo en el que los granjeros están siendo acosados por un poderoso terrateniente. Shane limpiará el lugar de malvados a tiro limpio para seguir luego su misterioso camino. Un gran éxito cuya historia sirvió de base a infinidad de westerns y episodios de televisión, para luego ser trasladada también al cine de acción contemporáneo y al cine de artes marciales, como por ejemplo El furor del dragón (Meng long guo jiang, Bruce Lee, 1972). El film de Rowdy Herrington mezcla la influencia del western y las artes marciales, con un protagonista filosófico que intenta encontrar primero una solución pacífica hasta que llega el momento de ponerse a dar patadas, mientras que el personaje de Sam Elliott no puede ser más western. Es también una película esencialmente ochentera, desde su tono que mezcla comedia con momentos serios de violencia pasando por los momentos musicales, los diálogos y las escenas de sexo y desnudos gratuitos.

Road House 2024 cuenta la historia de Elwood Dalton (Jake Gyllenhaal), un ex luchador que se gana la vida en luchas clandestinas, que es contratado para proteger de los indeseables que atacan cada noche el local de Frankie (Jessica Williams), un bar de carretera llamado The Road House ("bar de carretera" en inglés) en la calurosa Florida. Los problemas de Frankie tienen su origen en Ben Brandt (Billy Magnussen), el hijo psicópata de un narcotraficante, que quiere el local para poder construir en el terreno un complejo hotelero.

La versión de Doug Liman cuenta básicamente la misma historia, pero con algunas diferencias. Sin embargo, a pesar de ser significativamente más larga, cuenta menos historia. El romance entre Dalton y la doctora Ellie (Daniela Melchior) está menos desarrollado y es mucho más casto, apenas se besan y ya no hablemos de escenas de sexo. En el original vemos la influencia de Dalton en el local, que va mejorando progresivamente en su aspecto, algo que no sucede en la nueva versión. El enfrentamiento entre Brandt y Dalton tiene menos resonancia, ya que no está en juego todo un pueblo, y se ve recrudecido por la llegada del gran psicópata Knox (Conor McGregor) contratado por Brandt, pero nunca llega a los extremos de la cinta original. La razón por la que es más larga a pesar de contar menos historia tiene que ver con la obsesión actual en el cine de acción y de aventuras con el monomito desarrollado por Joseph Campbell conocido popularmente como "el viaje del héroe", que indica que el héroe siempre rechaza la aventura en un principio para luego aceptarla. Señalado por George Lucas como su influencia a la hora de estructurar La guerra de las galaxias (Star Wars, 1977), esta teoría se ha convertido en la fundación de gran parte del cine de acción actual, como si fuera la única manera de contar la historia de un héroe. Así, el film de 1989 es más eficaz narrativamente, el Dalton de Swayze acepta el trabajo cuando se lo proponen para ir lo más rápido posible al centro de interés que es la situación en el local, mientras que en la versión 2024, el Dalton de Gyllenhaal se niega en un principio, alargando el momento de aceptar a pesar de que sabemos que irá o no hay película.

En el film de Liman también está presente la influencia del western, que en esta ocasión se hace obvia, verbalizándola a través de los diálogos, donde hay personajes que dicen "ey, esto es como una película del oeste", en lugar de que quede en el subtexto del film. Esto puede ser tanto al miedo de que los espectadores no entiendan la referencia o a la tendencia actual en el cine comercial de hacerlo todo más explícito.

Pero por lo que ha llamado más la atención la versión 2024 es por la utilización de técnicas de efectos visuales en las peleas. Las razones para utilizar estas técnicas son evidentes: poner al espectador en la piel de los personajes mediante planos en primera persona durante las peleas y crear una experiencia más visceral y brutal. La ironía está en que, claro, la utilización de estas técnicas para crear intricadas peleas en un único plano-secuencia hace más evidente lo artificiales que son, al menos en una gran pantalla de 4k, así que no consiguen ser ni viscerales ni brutales. Pero no dejan de ser entretenidas, también porque la versión 2024 intenta mantener la misma mezcla de humor y seriedad que el original.

Road House 1989 es una película de culto entretenida y divertida, pero no es un gran clásico de los 80, así que el remake no lo tiene tan difícil para establecer su propia identidad. Comparadas, el original es la superior, pero la nueva versión es una cinta de acción entretenida con la que pasar un rato divertido, aunque no mucho más. Supongo que lo marca la diferencia entre ambas es que una vez vista la versión 2024 no tengo ninguna necesidad de volver a ella, la olvidaré tan pronto publique este artículo, lo opuesto sucede con la versión original.

Pero la principal conclusión a la que he llegado es que en la obsesión por el realismo actual lleva a que la película parezca más artificial, mientras que la original concebida como una fantasía parece más auténtica.  Las dos sueltan buenos puñetazos, pero Road House 1989 pega más fuerte.

29 mar 2024

Play Motel

 
 
¿Buscando algo sórdido? ¿Buscando algo perverso? ¿Buscando algo que te dé ganas de darte una ducha después de verlo? He aquí Play Motel (Mario Gariazzo, 1979), una película que solo se puede ver de noche.

Roberto (Ray Lovelock) y Patrizia (Anna Maria Rizzoli) son un matrimonio que decide experimentar yendo a pasar unas horas a un "hotel para parejas". Cuando están regresando descubren que alguien ha colocado el cadáver de una mujer en el maletero de su coche. Implicados de esta manera, Roberto y Patrizia serán reclutados por el comisario De Sanctis (Anthony Steffen) para investigar una trama de chantajes y asesinatos que tienen el Play Motel como origen.

Play Motel se estrenó en las pantallas italianas cuando el giallo había perdido popularidad entre los espectadores debido al gran número de títulos estrenados durante los 70, la excepción eran las películas de Dario Argento que continuaban siendo éxitos de taquilla. Para atraer a más espectadores, películas como Play Motel mezclaban el giallo con otros géneros. En este caso, se le añadieron unas gotas de poliziotteschi (thrillers policiales a la italiana) y bastante erotismo. Por si eso fuera poco, se hizo otra versión a la que se le añadieron insertos pornográficos. Estos insertos fueron realizados a instancia de los productores sin que el director ni el reparto supiera nada. Mario Gariazzo se mostró muy ofendido cuando lo descubrió (se entiende más sabiendo que Gariazzo había dirigido principalmente melodramas para toda la familia) y también se lo tomaron mal la pareja protagonista, Ray Lovelock y Anna Maria Rizzoli, especialmente Rizzoli ya que podía afectar muy negativamente a su reputación como actriz si daba la impresión que había participado voluntariamente en una película porno.

Esta costumbre de la doble versión con insertos porno era bastante común en la época. Pero mientras se puede entender, hasta cierto punto, que se añadieran en una película como Malabimba (Posesión de una adolescente) (Malabimba, Andrea Bianchi, 1979), que era una película principalmente erótica, en Play Motel están fuera de sitio, aunque haya más escenas sexys de lo que era habitual en el género. Pero, por el argumento solo, lo cierto es que Play Motel es bastante clásico. La idea de la policía reclutando a un matrimonio para investigar de incógnito los crímenes que tienen origen en un motel es bastante absurda, lo que le da un toque juguetón a lo Agatha Christie que contrasta bastante con las escenas sórdidas que tienen lugar dentro del motel. A lo que se le ha de añadir los toques perversos que uno solo puede encontrar en el giallo, como la escena en que una víctima de chantaje llama a su abogado buscando ayuda, caso que el abogado comenta sin problemas con la mujer con la que comparte la cama que resulta ser la esposa de la víctima. Por suerte, la edición en Blu-ray incluye los insertos porno aparte como una curiosidad y no insertados en la película, porque podían romper el ritmo de este giallo que se mueve bastante rápido a pesar de su retorcida trama.

Play Motel no es, de ningún modo, un clásico a descubrir. Pero para el fan que disfruta con la fórmula del género, el film de Gariazzo resulta bastante entretenido, gracias también a unas buenas interpretaciones y a una pegadiza banda sonora.

1 dic 2023

Puertas perversas

 

Durante mucho tiempo, los aficionados al cine de género asiático, ya fuera japonés, chino o coreano o de donde fuera, lo teníamos bastante difícil para ver películas de estos países. Entonces, a finales de los 90, hubo una explosión de títulos debido al éxito de The Ring (El círculo) (Ringu, Hideo Nakata, 1998), que fue el punto de partida de la moda del nuevo J-Horror, y al impacto internacional de Audition (Ôdishon, Takeshi Miike, 1999). Así, con el tiempo, se han ido conociendo en Occidente títulos que solo se habían visto en festivales o cintas piratas. Uno de estos títulos que ahora se puede conseguir sin dificultad es el híbrido de thriller y terror Door (Banmei Takahashi, 1988).

Durante la década de los 80 del pasado siglo XX, el cine de terror japonés se fue volviendo cada vez más salvaje debido a la cada vez mayor demanda del mercado del video de productos más extremos que lo que se estrenaba en salas de cine. Películas pasadas de vueltas como Entrails of a Virgin aka Guts of a Virgin (Shojo no harawata, Kazuo "Gaira" Komizu, 1986) dominaban el género en video. Aunque también se produjeron títulos notables, como la genial Tokyo Snuff (Shiryô no wana, Toshiharu Ikeda, 1988), los títulos cada vez más extremos y gore que llenaban las estanterías de los videoclubes provocaron que el gran público se fuera alejando del género, que se hizo muy minoritario. Es por entonces que se empiezan a editar en vídeo historias de fantasmas y compilaciones de cortometrajes inquietantes, originalmente enfocadas al público adolescente japonés femenino, que acabaría dando origen al J-Horror que tanto impactó Occidente.

Entre estos dos extremos, el terror gore pasado de vueltas y las historias sobrenaturales cargadas de atmósfera, nos encontramos Door. La película se estrenó en cines producida por The Director's Company, una compañía fundada con el objetivo de dar completa libertad creativa a los cineastas. La trama, a primera vista, no es muy distinta de las que nos encontramos en los thrillers de la época. Pero, repito, es algo solo a primera vista. Yasuko Honda (Keiko Takahashi) es una joven ama de casa feliz en su matrimonio y madre de un niño. Su idílica vida doméstica se ve solo enturbiada por el acoso de los vendedores a domicilio y el miedo a que alguien entre en casa, por lo que se asegura de cerrar bien la puerta del piso en que vive la familia. Un día, un vendedor (Daijirô Tsutsumi), consigue introducir la mano por la rendija de la puerta para dejarle a Yasuko unos panfletos. Asustada, Yasuko cierra de golpe la puerta golpeando los dedos del insistente vendedor. Molesto por la reacción de Yasuko, este vendedor se obsesiona con ella y empieza a acosarla continuamente, mediante llamadas y ataques que irán escalando en gravedad.

Door tiene una estructura que recuerda a la de la posterior Audition: la mayor parte del film se dedica a acumular tensión mediante el suspense psicológico. Esta acumulación de tensión acaba explotando en unos sangrientos veintes minutos finales cargados de violencia. Además de la tensión, el argumento de Door tiene unos siempre bienvenidos toques de sátira social, con la manera en que presenta el acoso de los vendedores a domicilio, cuyo equivalente actual serían las pesadas llamadas a domicilio ofreciendo ofertas de forma contínua. Pero aún más relevante para el espectador actual es la manera en que representa a la protagonista. La japonesa era (y al parecer sigue siendo) una sociedad muy machista (la nuestra no es mucho mejor), algo denunciado en distintas películas del género. Este comentario social es algo que también une Door y Audition, en el caso del film de Banmei Takahashi en lo sola que está Yasuko en su lucha contra el acosador: su marido está días fuera trabajando y la deja sola sin darle importancia a sus quejas, la policía no hace nada y cuando pide ayuda en el edificio nadie acude.

Además de los temas que toca, Door también destaca por la manera en que está rodada. La cámara flota continuamente, creando planos elegantes. También transmite muy bien la claustrofobia de estar encerrados en el piso con Yasuko. La banda sonora resulta efectiva, si bien algo repetitiva.

En definitiva, todo esto es lo que hace de Door una película interesante y notable, aunque el argumento resulte muy familiar al espectador actual.


 

 

Mientras se encontraba trabajando en su última película, los productores le pidieron a Banmei Takahashi que le cambiara el título para convertirla en una secuela de Door, debido a las buenas ventas que estaba teniendo en vídeo (tras la entrada en bancarrota de The Director's Company, Door y otros títulos de la productora estuvieron desaparecidos durante décadas). Así nació Door 2: Tôkyô Diary (1991), estrenada directamente en vídeo.

Esta secuela de nombre es completamente distinta de la primera entrega, como se puede uno imaginar teniendo en cuenta su origen. Se trata de un drama erótico protagonizado por Ai (Chikako Aoyama), una joven prostituta. Door 2 nos introduce en su mundo, los peculiares clientes que tiene, en particular la relación especial que mantiene con uno de ellos, Mamiya (Joe Yamanaka), y sus amistades.

Se ha de decir que esta película es más parecida a los anteriores trabajos del director, siendo Door, una película de terror, una rareza en su filmografía. Esta película era el territorio habitual de Takahashi, aunque no deja de tener sus momentos truculentos. Chikako Aoyama, recordada por su papel en Robotrix (Nu ji xie ren, 1991), carga sin problemas con el peso de la película, enfrentándose a todo lo que le pide la película sin miedo. Una película que se ha de apreciar no es moralista ni juzga a la protagonista por el trabajo que decide llevar a cabo, más bien observa una sociedad que parece desorientada.

La excusa para retitutarla Door 2 son un par de secuencias en las que Ai reflexiona sobre el misterio que se encuentra al cruzar las puertas de las casas de los clientes, ya que los hombres parecen transformarse una vez pasan por la puerta. Tras las distintas puertas que atraviesa Ai (ninguna verde en este caso), se producen diversas viñetas. Más o menos perversas, más o menos fetichistas, estas viñetas sirven de intervalo entre las escenas entre Ai y Mamiya, con el cual Ai intenta iniciar una relación convencional, lo que le llevará a plantearse su vida.

Door 2 no es un título memorable, más allá de la presencia de Aoyama, como es la primera Door, pero es un bienvenido añadido en la edición en Blu-ray. Hubo una tercer entrega aún más desconectada de estas dos películas.

30 oct 2023

Retribution

 

Publicada mi crítica del nuevo thriller protagonizado por Liam Neeson, Retribution (Nimród Antal, 2023). La podéis leer clicando en:

https://underbrain.com/cine/retribution/

Más que una crítica es una advertencia. Esta película no es tan entretenida ni lograda como anteriores vehículos de Liam Neeson.

12 sept 2023

Taxi Hunter (Di shi pan guan)

 

Las habituales películas de justicieros callejeros tienen una estructura común. El protagonista se presenta como una persona normal, en ocasiones veterano de Vietnam durante la década de los 80, que, tras una serie de desgracias/conflictos con criminales, decide tomarse la justicia por su mano, como acto de venganza. Taxi Hunter (Di shi pan guan, Herman Yau, 1993) tiene una estructura similar, pero el objetivo del protagonista no son los típicos delincuentes, sino "malos" taxistas que actúan de forma criminal.

Esta película tiene una trama que resulta chocante, pero para los habitantes de Hong Kong durante finales de los 80 tenía perfecto sentido. Al parecer, según se comenta en los extras de la edición en Blu-ray de 88 Films de esta película, el comportamiento y la actitud de los taxistas en la época rozaba muchas veces lo criminal: aceptar solo los clientes que podían darles una ruta más beneficiosa, añadir gastos extras sin justificar para aumentar la tarifa, tomar siempre las rutas más largas para cobrar más, eran rudos, maleducados... Actitudes que con el tiempo fueron rectificadas mediante distintas leyes, pero algunas de las cuales siguen a día de hoy. En todo caso, el ambiente social de principios de los 90 del siglo XX era el apropiado para contar la historia de Kin (Anthony Wong), un vendedor de seguros de clase media que es feliz con su vida. Es probable que le den un ascenso y su mujer (Hoi-Shan Lai) está embarazada y a punto de dar a luz a su primer hijo. Kin tiene una par de encontronazos con taxistas, pero intenta no darle importancia. Esto es hasta la fatídica noche en que, cuando Kin intenta llevar a su mujer al hospital, ella muere por culpa de un taxista irresponsable que se niega a llevarlos y acaba arrastrando a la pobre mujer por la calle con el taxi. Sumido en una fuerte depresión tras la muerte de su esposa y su hijo no nacido, Kin se lanza en una misión de venganza contra los taxistas criminales.

Como es habitual en el género, la actitud criminal de los taxistas es exagerada para que se entiendan las acciones del protagonista. Por ejemplo, una de las escenas más memorables es cuando Kin detiene a un taxista que está a punto de violar a una clienta. Pero otros incidentes están inspirados en incidentes reales (o al menos eso aseguran los cineastas), lo que está encaminado a que el espectador sienta simpatía por Kin, al que se retrata como un pobre inocente al que se ha empujado demasiado lejos. De todas formas, la idea de un hombre que se dedica a ir "cazando" taxistas no deja de ser algo cómica, lo que explica el tono del film, que va oscilando entre serio y comedia negra. Mención aparte merece Man-Tat Ng como el policía Gao, compañero del policía protagonista Yu Kai-Chung (Rongguang Yu), un personaje exagerado y ridículo que parece que se ha escapado de otra película. El caso es que el uso de humor negro, con momentos muy divertidos, y la interpretación de Anthony Wong son los elementos clave que hacen de este un film tremendamente entretenido. Además de la acción habitual en el cine de Hong Kong, la película intenta introducir cierto comentario social, de ahí que no exagere demasiado la violencia, lo que explica también que sea menos extrema que una película de Categoría III.

Taxi Hunter tiene un argumento inusual, que desde Occidente puede ser interpretado como una sátira de la típica película de justiciero callejero, que la hace destacar frente a otras películas del mismo estilo. En cierto modo, se puede ver como la respuesta asiática a Un día de furia (Falling Down, Joel Schumacher, 1993), estrenadas ambas el mismo año. Un argumento más para ver esta interesante película de Herman Yau.

20 jul 2023

Oppenheimer


 

¡¡¡KA-BUUUUMMM!!! Ya ha caído el bombazo que ha dirigido Christopher Nolan. Oppenheimer (2023) es una tremenda película de la que podéis leer mi crítica en Underbrain Mgz:

https://underbrain.com/cine/oppenheimer/

Solo Nolan podía coger un biopic y transformarlo en un thriller con momentos de pesadilla. Las tres horas más cortas que he vivido.

11 jul 2023

Misión imposible: Sentencia mortal - Parte 1 (Mission: Impossible - Dead Reckoning Part One)


 

Se estrena Misión imposible: Sentencia mortal – Parte 1 (Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One, Christopher McQuarrie, 2023), un festival de acción del que podéis leer la crítica que he escrito para Underbrain Mgz aquí:

https://underbrain.com/cine/mision-imposible-sentencia-mortal-parte-1/

Fantástica montaña rusa, se prepara un final realmente épico para esta franquicia.

16 jun 2023

Maniac Killer

 

Con un título como Maniac Killer (1987), que no es ni original ni interesante, no parece la película que lo acompaña vaya a tener alguna de esas cualidades. Pero cuando se sabe que su director fue Andrea Bianchi, director de clásicos de culto como son La noche del terror (Le notti del terrore, 1981) y Desnuda ante el asesino (Nude per l'assassino, 1975), la cosa ya cambia, ¿eh, pervertidillos?

En algún lugar de Francia, una secta secuestra y tortura prostitutas hasta que estas confiesan que están poseídas por Satanás momento en que son asesinadas. La policía no hace nada hasta que es secuestrada la condesa Silvano (Paulina Adrián) y su marido, el conde (Bo Svenson) amenaza con tomarse la justicia por su mano. La policía sospecha del doctor Roger Osborne (Chuck Connors), pero el conde tiene su ojo puesto en Gondrand (Robert Ginty) que ya ha intentando anteriormente que la condesa le acompañe para jugar al Twister sin tablero.

Así escrito parece que Maniac Killer tiene un argumento que se desarrolla hasta su conclusión. En realidad, la película es una serie de escenas inconexas que se van presentando al espectador, que ha de ir deduciendo lo que sucede. Y hay varias cosas que quedan sin explicar, como si estamos en un pueblo o en una ciudad de Francia, porque la cantidad de prostitutas que desaparecen y la cantidad de chulos que la habitan dispuestos a tomarse la justicia por su mano es desproporcionado para un pueblo de cualquier tamaño. Pero los comentarios que se hacen sobre el lugar y las personas que lo habitan parece indicar que es un pueblo pequeño y perdido. Lo cual hace que la policía quede como más incompetente al no hacer absolutamente nada hasta que desparece la condesa. Por supuesto, es difícil juzgar hasta que punto la policía es negligente porque el número de víctimas no queda nunca claro. Solo vemos tres contando la condesa pero se habla de muchas más; de las tres que vemos solo se habla de dos. Bianchi, además, parece que se esforzó en editar la película de manera que cualquier esperanza de desarrollo lógico fuera eliminada. Así, un grupo de pueblerinos habla de algo que sucede unos minutos después para el espectador. Personajes que aparecen ocultos para crear misterio alrededor de su identidad son identificados de forma inmediata sin ninguna revelación. Es decir, en un par de escenas se oculta la identidad del líder de la secta bajo una capucha y luego aparece sin la capucha pero sin que haya una revelación sorpresa ni nada. Simplemente pasa.

La torpeza y la ineptitud parece que son el centro de la película. Tanto por parte de los personajes como por parte del director y los guionistas. Lo único que se puede calificar de profesional y efectivo son las interpretaciones de Chuck Connors, Bo Svenson y Robert Ginty. Los tres eran profesionales acostumbrados a bregar en la serie B, así que su trabajo es impecable. Sus interpretaciones destacan aún más si las comparamos con las sobreactuaciones del resto del reparto, actuando como alienígenas que se hacen pasar por humanos.  Connors incluso mantiene la compostura cuando su personaje, un científico, parece estudiar atentamente datos que aparecen en la pantalla de un ordenador relacionados con su investigación, que es obvio que se trata de un salvapantallas que va mostrando las mismas ilustraciones una y otra vez.

Bianchi crea una película tan increíblemente anticinematográfica que parece una película experimental. Le pones Godard en los títulos de crédito y hoy día se estaría estudiando en las universidades. Maniac Killer es cine basura exploitation del máximo nivel.

26 may 2023

Pánico en el Tokio Express (Shinkansen daibakuha)

 

Alguien ha puesto una bomba en un tren bala japonés y exige un rescate para desactivarla ya que explotará si el tren rebaja la velocidad de trayecto a menos de 80 km/h. ¿Os resulta familiar? Bueno, los japoneses lo hicieron primero en Pánico en el Tokio Express (Shinkansen daibakuha, Jun'ya Satô, 1975).

Durante la década de los 70 del siglo XX los avances en efectos especiales contribuyeron a que se pusieran de moda las llamadas "películas de catástrofes". Con Irwin Allen como principal productor de estos títulos, eran películas con un numeroso reparto de estrellas, muchas de ellas ya veteranas, que utilizaban los efectos especiales para meter a los protagonistas en medio de terremotos, tormentas, barcos hundiéndose, edificios en llamas, zeppelines, montañas rusas y aviones en eterno peligro de explotar o ser explotados. Pánico en el Tokio Express empezó siendo la respuesta de Japón a este tipo de películas, un intento de llegar a los mercados internacionales para expandir el horizonte del cine japonés. Pero el director Jun'ya Satô, junto a los guionistas Ryûnosuke Ono y Sunao Sakagami, convirtió la película en algo más que una mezcla de thriller y cine de catástrofes.

Satô utiliza la historia para exponer los problemas sociales existentes en Japón tras finalizar el "boom" empresarial y constructor de la década de los 60. Unos problemas que resuenan con fuerza en el espectador actual, ya que son típicos de sociedades capitalistas donde ha triunfado el liberalismo. Para ello, nos introduce en el pasado de Tetsuo Okita, el líder de los criminales que ha colocado la bomba interpretado por la estrella japonesa Ken Takakura. El director se esfuerza en que entendamos las motivaciones de Tetsuo pero sin olvidar que es un criminal. Que la película se esfuerce en darle una mayor dimensión y que entendamos sus motivaciones no quiere decir que le tenga simpatía o se apoyen sus acciones. Los héroes de la función son Aoki, al que da vida otra estrella japonesa: Sonny Chiba, el maquinista del tren que no puede frenar, y el jefe de tránsito Kuromochi, interpretado por Utsui Ken, que debe lidiar con las amenazas terroristas y los juegos políticos del ministerio mientras cumple su juramento de poner a salvo la vida de los pasajeros. En la trama que afecta a Kuromochi, también el director explora otra problemática: los políticos que anteponen su bienestar al de las personas que se supone representan. De nuevo, algo que también resuena para el espectador actual.

Pero que no haya confusión. El enfoque de Satô añade drama y profundidad a la película, pero no deja de ser un tenso y trepidante thriller que no da un minuto de descanso al espectador. El director mantiene la emoción alternando entre los pasajeros cada vez más histéricos (aquí destacaría el oficinista que está tan desesperado por asistir a una reunión de negocios que es capaz de poner las vidas de todos en peligro, creo que hay otro comentario ahí) y la operación policial para dar caza a los criminales. La alternancia entre las distintas tramas y personajes se hace de manera muy efectiva, sin que se noten los 150 minutos que dura el film. De todos modos, distribuidores internacionales decidieron recortar la película para reducirla a unos 115 minutos. En este montaje, obviamente, se pierden todos los flashbacks hacia el pasado de Tetsuo que pasa a ser un simple villano nada distinto de otros villanos del género. En ambas versiones, el film fue un gran éxito, incluso teniendo en cuenta que cuando se estrenó el cine de catástrofes estaba ya de capa caída.

Aunque el espectador contemporáneo puede que no quede tan convencido por los efectos especiales como los espectadores de los años 70 (sin que eso quiera decir que no son excelentes), tanto la trama como el ritmo mantienen el film actual. Accesible tanto a los amantes del cine clásico como a los que simplemente quieran ver una película tremendamente entretenida.

25 ene 2023

Pesadilla en Canyonland (Nightmare at Noon)

 

Un pueblo pacífico en el que nunca pasa nada ve su población, de repente, transformada en una horda de maníacos asesinos con solo unos pocos supervivientes. ¿Te resulta familiar? Debería, ha sido un argumento utilizado en diversas películas. Uno de los títulos más notables de este subgénero fue dirigido por el autor de culto Nico Mastorakis: Pesadilla en Canyonland (Nightmare at Noon, 1988).

El abogado Ken Griffiths (Wings Hauser) y su esposa Cheri (Kimberly Beck) se encuentran de vacaciones, recorriendo el país en autocaravana. En el camino recogen a un autoestopista: Reilly (Bo Hopkins), que también está de viaje aunque por otros motivos que poco tienen que ver con el ocio. El grupo llega a la aparentemente tranquila ciudad de Canyonland, justo cuando muchos de sus habitantes empiezan a actuar como locos asesinos. El sheriff Hanks (George Kennedy) intenta averiguar qué ha sucedido para que gente que conoce de toda la vida se hayan convertido en maníacos sangrientos, con la ayuda de su hija policía Julia (Kimberly Ross). Lo que ninguno de ellos sabe es que un misterioso personaje (Brion James) ha introducido en el agua una sustancia que está transformando a la población, anotando y observando las distintas reacciones que provoca, a la vez que ha incomunicado y aislado el pueblo del resto del país.

Típicamente, este tipo de historias se enfocan hacia el terror y la angustia paranoide. Experimentos fallidos de un gobierno desalmado y la explotación de tabúes, como hizo George A. Romero en Los crazies (The Crazies, 1973), son la norma. Lo que hace destacar la película de Mastorakis es que, en lugar de adoptar un tono más alineado con el terror como hacen el resto de títulos con historias parecidas, opta por inclinarse más hacia realizar con thriller de acción, con suficientes tiroteos y explosiones como para ponérsela dura a Michael Bay.

Una decisión muy acertada, ya que junto a los homenajes al western (el personaje de Bo Hopkins está inspirado en los vaqueros solitarios que llegaban a un pueblo, se cargaban al malo y seguían camino), hace que Nightmare at Noon resulte en un film tremendamente entretenido, exprimiendo al máximo sus 96 minutos eliminando cualquier momento aburrido o innecesario.

Otra gran baza del film la encontramos en su reparto, llena de nombres familiares para los aficionados al cine de género. Bo Hopkins interpreta a su habitual héroe lacónico, un buen contraste para el energético Wings Hauser como siempre memorable, aunque fuera por ir dopado ya que según Mastorakis en aquella época Hauser tenía problemas de adicción a la cocaína. George Kennedy era un veterano que, como siempre, ofrecía una sólida interpretación y Brion James era otro veterano que siempre cumplía. Las dos Kimberlys que protagonizan el film resultarán también familiares, Beck fue la final girl en la cuarta entrega de la saga Viernes 13 y Ross fue una de las víctimas de Pumpkinhead en Pacto de sangre (Pumpkinhead, Stan Winston, 1988).

Mastorakis, a pesar de contar con un presupuesto más bien modesto, creó un entretenido film que logra presentar un argumento bastante familiar de forma fresca que parece hecho con mucho más dinero del realmente empleado. Un título muy recomendado.