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2 may 2025

Conciertos de cine

 
 

 
 
La primera constancia escrita que se tiene del fenómeno fan se produjo a mediados del siglo XIX. Crónicas de la época cuentan con estupor  las reacciones histéricas de las mujeres jóvenes que asistían a los conciertos del compositor Franz Liszt. En el siglo XX, se observaron reacciones histéricas parecidas en los jóvenes adolescentes que asistían a las actuaciones de Elvis Presley. Luego vinieron The Beatles y demás grupos y artistas que provocaban apasionado histerismo y éxtasis casi religioso en sus actuaciones. Es un fenómeno que afecta principalmente a los jóvenes, en la edad en la que abandonarse a la absoluta adoración a un/una cantante es permitido y visto casi con afecto (y algo de condescendencia).

Este fenómeno se produce principalmente en un momento del desarrollo vital que coincide con la primera vez que se asiste a conciertos y actuaciones en vivo sin supervisión paterna, ya sea con amistades, con la pareja o solo/sola/sole. Es un momento en el que el adolescente empieza a forjar una personalidad propia y desarrollar su individualidad dentro de la uniformidad de la manada. Un momento clave que, por supuesto, el cine ha reflejado de distintas formas.

Ofrecemos aquí al lector interesado, curioso o morboso una selección de películas en las que dejarse llevar por la música, las pasiones desenfrenadas y el caos emocional está permitido y es, es cierto modo, necesario. Unas películas, algunas ya comentadas aquí pero en este centrándonos en el aspecto musical, que presentamos en estricto orden cronológico que se han de ver con el volumen alto.

 



Locos por ellos (I Wanna Hold Your Hand, Robert Zemeckis, 1978)

Robert Zemeckis debutó como director de largometrajes con esta película que traslada al espectador al 9 de febrero de 1964. Este fue el día en que los Beatles debutaron en la televisión americana en The Ed Sullivan Show, consolidando la popularidad del grupo a nivel mundial. En este día Rosie (Wendie Jo Sperber), fanática del grupo, intenta desesperadamente conseguir un par de entradas para ver a los cuatro fabulosos llamando sin parar a un concurso de la radio. Rosie arrastra con ella a Pam (Nancy Allen), otra fan del grupo pero que tiene otras cosas en la cabeza ya que se supone que se tiene que casar a escondidas de sus padres. Grace (Theresa Saldana), otra amiga de Rosie y Pam, les propone un plan para colarse en el hotel donde se hospedan los Beatles, así espera Grace conseguir una foto en exclusiva del grupo y lanzar su carrera periodística antes incluso de llegar a la universidad. Janis (Susan Kendall Newman) se apunta a la expedición con la intención de boicotear a los Beatles, que considera comerciales y vacíos, al contrario que la música con mensaje que ella escucha, aunque a sus amigas no les gustan esos artistas de los que nadie ha oído hablar como Bob Dylan o Joan Baez. El grupo de chicas recluta al joven Larry (Marc McClure), cuyo padre tiene una limusina que utiliza en su negocio funerario, si bien Larry no tiene carnet de conducir eso no le detendrá ya que espera  de esta forma conquistar a la joven Grace. La expedición se pone en marcha con una adición de última hora: Tony (Bobby Di Cicco), un roquero fan de Elvis que no soporta a los Beatles pero eso no le detiene para intentar ligar con alguna de las chicas. Una vez lleguen a Nueva York, el grupo se verá dividido y vivirá distintas aventuras con el objetivo de asistir a esta histórica actuación.

El film de Zemeckis nos introduce en un momento en el tiempo en el que la música y la cultura adolescente estaban a punto de cambiar de forma revolucionaria. El personaje de Tony sirve para ver de dónde procede este cambio (aunque Tony en sí no quiera cambiar), quiénes fueron los que iniciaron el camino, mientras que el personaje de Janis es un precedente de los revolucionarios hippies que empezaban a aparecer por entonces y cuyo movimiento explotaría cuatro años más tarde. Entre medio, aparecen todo tipo de personajes extraños e interesantes, como el fanático Richard "Ringo" Klaus interpretado por Eddie Deezen, un cómico americano no muy conocido fuera de Estados Unidos pero que muchos recordarán por sus apariciones en películas como Critters 2 (Critters 2: The Main Course, Mick Garris, 1988), que se aliará con Rosie aunque ambos luchan por ser considerado el mayor fan de los Beatles. También acabará formando en cierto grado parte del grupo el joven Peter (Christian Juttner), cuyo padre quiere obligarlo a cortarse el pelo para "que no parezca una niña". Gran parte de la comedia proviene de cómo se muestra las actitudes de los fans, en particular Pam que tiene reacciones próximas al éxtasis religioso y su comportamiento cuando se encuentra ante el bajo de Paul McCartney resulta bastante libidinoso.

Locos por ellos es también una especie de viaje del héroe aunque a un nivel más de calle. Es decir, cuando los personajes regresen no serán los mismos que cuando salieron, cambiados por todo lo que viven en su esfuerzo por ver en vivo a los Beatles. Sin embargo, aunque a primera vista parezca un ejercicio de divertida nostalgia (que en parte es), los sentimientos y las peripecias por los que pasan los personajes siguen siendo vigentes hoy día, lo que hace de ella una película con un atractivo universal. También ayuda que es muy divertida y consigue hacerte reír de forma constante y sostenida.




Rock 'n' Roll High School (Allan Arkush, 1979)

Sabes que algo ha pasado de moda cuando Hollywood hace una película al respecto. Cuando se estrenó Fiebre del sábado noche (Saturday Night Fever, John Badham, 1977), el fenómeno de la música disco estaba ya de capa caída, aunque el éxito de la película le dio algo de oxígeno. El éxito del clásico de John Badham le dio al legendario productor Roger Corman la idea de producir una película musical para jóvenes que llevara por título Disco High School. Corman le presentó el proyecto al director Allan Arkush, que llevaba un tiempo trabajando para Corman en diferentes capacidades. Arkush, fanático de la música, le explicó a Corman que era una terrible idea, que la música disco estaba de salida y que lo que tenía que hacer era algo que se adelantara a la curva. A Corman le pareció bien. Bueno, en realidad le importaba poco, mientras fuera una película juvenil que se hiciera con poco dinero y recaudara mucho dinero. Los únicos trabajos como director de Arkush habían sido dirigir a medias con Joe Dante Esas locas del cine (Hollywood Boulevard, 1976), realizada con el objetivo de reciclar material de otras producciones de Roger Corman, y terminar Deporte mortal (Deathsport, 1978) después de que el director original fuera despedido, así que aprovechó la oportunidad para hacer algo que realmente le apasionara por si no tenía otra oportunidad de dirigir y decidió que el grupo en torno al cual giraría la película sería uno de sus favoritos: los Ramones.

Riff Randell (P.J. Soles) es una rocanrolera de pies a la cabeza que sueña con poder escribir canciones para la mejor banda del planeta: los Ramones. Su mejor amiga es Kate Rambeau (Dey Young), un prodigio científico a pesar de estar todavía en el instituto. Riff intenta transmitirle su amor por los Ramones, pero Kate solo se interesa por la ciencia y por el compañero estudiante Tom Roberts (Vincent Van Patten). Tom, tan habilidoso en el deporte como torpe con las chicas, se siente atraído no por Kate sino por Riff. Para intentar conseguir sus respectivos objetivos, Kate y Tom contratan los servicios de Eaglebauer (Clint Howard), un experto en conseguir de todo desde su oficina en el baño de los chicos. La plácida existencia de estos típicos adolescentes se verá alterada por la llegada de la nueva directora, la señorita Togar (Mary Woronov). La señorita Togar quiere imponer la disciplina entre los revoltosos estudiantes y en especial quiere poner en vereda a la rebelde Riff. El enfrentamiento entre ambas llegará a su punto álgido cuando la malvada directora intente impedir que Riff asista al concierto que los Ramones celebrarán en la ciudad.

No es de extrañar que esta película se haya convertido en una cinta de culto. El reparto solo, lleno de nombres familiares para los aficionados al cine de género como P. J. Soles, Mary Woronov, Clint Howard, Paul Bartel y Dick Miller, ya es un factor importante. Pero, por supuesto, el nombre que más destaca es el de los Ramones. El film de Arkush capturaba para la eternidad al grupo en su mejor momento, a punto de publicar End of the Century (que incluye temas de la banda sonora de esta película), el álbum que sería su cumbre creativa. Pero, además, es una inspiración para muchas jóvenes rebeldes todavía hoy gracias al carisma de Riff Randell. Una especie de versión humana de Bugs Bunny, un terremoto anárquico que no es una fanática que adora en silencio a su grupo favorito, sino que le sirve de trampolín para desarrollar su creatividad como autora de canciones.

Arkush se inspiró en ¡Qué noche la de aquel día! (A Hard Day's Night, Richard Lester, 1964) (la primera película de los Beatles) para crear con Rock 'n' Roll High School una comedia absurda y delirante, con logrados números musicales a pesar del escaso presupuesto. No siendo el momento menos febril y delirante el concierto de los Ramones, lleno de gags, alguno de los cuales sería luego incorporado por los Ramones en sus conciertos. Pero además de la fantástica música y el humor absurdo, el film es un gran dedo medio contra el autoritarismo y la represión. En resumen, una obra maestra.

 
 




Volverse loco (Get Crazy, Allan Arkush, 1983)

Teniendo en cuenta el tema del artículo, soy consciente de que esta película puede que no encaje a primera vista con el resto. Pero hay varias razones para incluirla. Para empezar, se trata de una secuela espiritual de Rock 'n' Roll High School (ya, ya lo sé, existe una secuela real, Rock 'n' Roll High School Forever (Deborah Brock, 1991), pero es una película terrible y es mejor mantenerla en el olvido), con el mismo estilo de humor, aunque ahora para un público más adulto (lo que quiere decir: desnudos, palabrotas y más drogas), sin que falte la misma pasión musical. Otra razón más para incluirla es que también toca algunos de los temas vistos hasta ahora, aunque no forme el centro de su narrativa.

La sala de conciertos Saturn Theatre, propiedad de Max Wolfe (Allen Garfield), se prepara para su concierto de Año Nuevo, una tradición que se ha convertido en un gran evento. El gran promotor e industrial Colin Beverly (Ed Begley Jr.) quiere hacerse con el Saturn para demoler la manzana y crear un monstruoso rascacielos. Tras la visita de Beverly, Max sufre lo que parece un ataque cardíaco, así que queda en manos de su segundo, Neil (Daniel Stern), organizarlo todo. Neil tiene a su disposición a los dedicados trabajadores del Saturn y también cuenta con la ayuda de Willy Loman (Gail Edwards), una antigua trabajadora del Saturn que se encuentra de visita. Para salvar el Saturn, deciden llamar a artistas que dieron sus primeras actuaciones allí como Nada (Lori Eastside) y su banda de chicas, Auden (Lou Reed), que reaparecerá tras mucho tiempo apartado de la luz pública, King Blues (Bill Henderson), su nombre ya lo dice todo, y la megaestrella del rock Reggie Wanker (Malcolm McDowell). El equipo de Neil se enfrentará a mil problemas, deberá mantener a las bandas contentas y evitar los intentos de sabotaje de los esbirros de Beverly. Por si fuera poco, Neil debe vigilar que su hermana adolescente Susie (Stacey Nelkin), fan de Auden, no se meta en problemas inapropiados para su edad; mientras todo esto sucede, además, Neil intentará seducir a Willy, de la que se ha enamorado.

Primero nos detendremos en la trama más relevante de la película en lo que respecta al tema de este artículo, la que afecta a Susie, la hermana adolescente de Neil. Interpretada por Stacey Nelkin, a la que los aficionados al terror recordaréis por su papel en Halloween III: El día de la bruja (Halloween III: Season of the Witch, Tommy Lee Wallace, 1982), Susie debe superar un gran obstáculo para poder ver a Auden en directo: sus conservadores padres. Y al llegar al Saturn descubrirá todo un mundo nuevo que le abrirá los ojos a diversas experiencias. La más importante no la comento para no destripar nada, pero es uno de los puntos álgidos de la película.

Los otros aspectos que hacen interesante esta película tienen un trasfondo musical. Arkush originalmente tenía la intención de hacer una película autobiográfica, un film de época que se basaría en sus experiencias trabajando en una sala de conciertos a finales de los 60. El éxito de Aterriza como puedas (Airplane!, Jim Abrahams, David Zucker, Jerry Zucker, 1980) hizo que solo encontrará financiación para Get Crazy si la convertía en una película contemporánea de humor absurdo. Arkush y los guionistas hicieron el cambio y en el proceso la película se convirtió en un alegato en defensa de las salas de conciertos, que entonces estaban desapareciendo en Estados Unidos debido al auge de los conciertos de estadio. Un cambio que encarecía las entradas de los conciertos y hacía más difícil que jóvenes sin mucho dinero para gastar pudiesen acceder a la música en directo. Un problema parecido tenemos en la actualidad con los intermediarios on-line que encarecen el precio de las entradas. En todo caso, si el argumento de salvar la sala de conciertos del malvado promotor os recuerda a Rock of Ages. La era del Rock (Rock of Ages, Adam Shankman, 2012) no es de extrañar porque se ha convertido en un argumento clásico utilizado en cantidad de películas.

La música en Get Crazy la interpretan grupos ficticios, diseñados por Arkush para crear una especie de paseo por la historia del rock. Empezando por el blues y acabando, irónicamente, con el estilo de rock de estadio. Para hacer la cronología más clara, cada grupo interpreta una versión de I'm Your Hoochie Coochie Man, original de Willie Dixon que ha sido versionada por multitud de artistas como Jimi Hendrix, Eric Clapton y Muddy Waters, que en el film es una canción compuesta por King Blues. De entre todas las actuaciones, la más memorable es la que lleva a cabo la Nada Band. Lori Eastside, cantante y coreógrafa, es Nada, la líder de un grupo que es un homenaje a las bandas de chicas de los 60 y que es una lástima que no sea un grupo real. Ver a Malcom McDowell como una mezcla de Mick Jagger y Rod Stewart no está mal, pero la Nada Band es realmente insuperable.



Además de grandes actuaciones musicales, el film es un constante flujo de gags y chistes absurdos. En otras palabras, una fiesta constante tremendamente divertida. Y también comparte con Rock 'n' Roll High School su desprecio por el mercantilismo y el autoritarismo. Por desgracia, los productores pensaron que les saldría más a cuenta si la película era un fracaso que un éxito, al estilo de Los productores (The Producers, Mel Brooks, 1967). No llegaron a cancelar su estreno como hizo la Warner con Batgirl, pero la enterraron y no hicieron nada para que la gente supiera de su existencia. Pero Get Crazy sobrevivió, convirtiéndose en una cinta de culto, durante años imposible de ver a no ser que fuera en VHS pero recientemente rescatada para la era digital. Es la más desconocida de esta lista de películas por eso es la que recomiendo que descubráis primero.


 
 
 

 

Cero en conducta (Detroit Rock City, Adam Rifkin, 1999)

Y cerramos el círculo con otro grupo de chicos que se embarca en una odisea para poder ver a su grupo favorito. Es 1978, cuando KISS se encontraba en su punto álgido de popularidad. Hawk (Edward Furlong), Lex (Giuseppe Andrews), Trip (James DeBello) y Jam (Sam Huntington) son cuatro amigos fans de KISS que se preparan para verlos en concierto en Detroit. Por desgracia, la beata madre (Lin Shaye) de Jam quema las entradas que han comprado y los cuatro se lanzan a la aventura para escapar de sus casas y del colegio para lograr colarse en el concierto de sus vidas.

A finales de los 90, tras una década de comedias más suaves, el éxito de Algo pasa con Mary (There's Something About Mary, Bobby Farrelly, Peter Farrelly, 1998) y American Pie (Paul Weitz, Chris Weitz, 1999) trajo de vuelta la comedia gruesa, picante y obscena que había dominado durante la década de los 80. Adam Rifkin había empezado su carrera trabajando ese estilo de comedia con El maníaco invisible (Invisible Maniac, 1990), una película al estilo de Movida en la universidad (Zapped!, Robert J. Rosenthal, 1982). Ocasionalmente había rozado el mainstream, como con la entretenida comedia Con la poli en los talones (The Chase, 1994), pero se había mantenido en el cine independiente hasta que tuvo la oportunidad de nuevo de trabajar para un gran estudio, si bien dentro del entonces sello independiente New Line Cinema, con Cero en conducta.

Como le sucedió a todas las películas aquí presentadas, el film fue un fracaso de taquilla cuando se estrenó originalmente, pero con el tiempo se ha convertido en un film de culto. Es especialmente apreciado por los fans de KISS, pero funciona aunque no te guste demasiado el grupo en cuestión, ya que, al contrario que los Ramones en Rock 'n' Roll High School, solo aparecen en el film en el momento que se supone que han de aparecer. Eso si no tenemos en cuenta la banda sonora, claro.

Rifkin crea una serie de peripecias que hacen que los cuatro protagonistas atraviesen una crisis antes de volver a reunirse de nuevo, como sucede en las comedias románticas. En este caso, sirve para que los amigos revalúen su amistad y su futuro, sin dejar nunca el terreno de la comedia adolescente. Una comedia adolescente que tiene sus mejores momentos cuando trata las situaciones propias de la época, como la cruzada de los padres religiosos contra el rock, aunque los chistes de drogas a veces se hacen algo repetitivos. De todos modos, el film se ha convertido en una cinta de culto porque acierta más veces de las que falla. Sin embargo, también es cierto que este gusto por la comedia ochentera más destripada hace que parte de la odisea adolescente quede en segundo plano.

Como hemos visto, los tiempos cambian pero los adolescentes no. Es un momento en el que dejarse llevar por la pasión hacia un artista o una banda o un estilo musical puede llevar a grandes experiencias personales. Algo tan simple como acudir a un concierto puede convertirse en una experiencia transformadora y reveladora. Estas películas reflejan este momento mágico (para bien y para mal), también pueden ser una manera de recordar esta época desde el confort del sofá de casa.


25 abr 2025

La épica saga de Harold y Kumar

 

Nota: los comentarios sobre la trilogía de películas que aquí se tratan se han hecho a partir de las versiones extendidas sin censurar que aparecieron en Blu-ray en Estados Unidos.

 

Mucho se ha escrito y comentado sobre el regreso de los slashers a la gran pantalla a mediados de los 90 del siglo XX gracias al éxito de Scream: Vigila quién llama (Scream, Wes Craven, 1996). Pero al final de la década de los 90 y durante los primeros años del siglo XXI, también regresó otro género que predominó originalmente durante la década de los 80 del siglo XX. El éxito de American Pie (Paul Weitz, 1999) trajo de vuelta la comedia destripada y obscena, con abundancia de chistes sexuales (y los correspondientes desnudos gratuitos) y algunos toques de escatología.

Este estilo de comedia arrancó en Estados Unidos debido al éxito de Desmadre a la americana (National Lampoon's Animal House, John Landis, 1978) y Porky's (Bob Clark, 1981). El enorme éxito de estas películas provocó toda una serie de producciones que buscaban tener el mismo éxito. Algunas se han convertido en clásicos como las dos mencionadas o Aquel excitante curso (Fast Times at Ridgemont High, Amy Heckerling, 1982), y otras de éxito menor que también tienen sus fans como El último americano virgen (The Last American Virgin, Boaz Davidson, 1982), Los rompecocos (Screwballs, Rafal Zielinski, 1983) o Despedida de soltero (Bachelor Party, Neal Israel, 1984). La mayoría no ha envejecido nada bien, ya sea porque han perdido la poca gracia que tuvieron en el día de su estreno o porque están tan cargadas de misoginia que la derraman por los cuatro costados como La revancha de los novatos (Revenge of the Nerds, Jeff Kanew, 1984). Las nuevas incorporaciones al género del siglo XXI tampoco se han convertido en clásicos precisamente. American Pie tiene sus fans y acabó generando toda una franquicia, pero he de admitir que a mí nunca me hizo reír. La mayoría las olvidé al poco de verlas, menos la primera Road Trip (Viaje de pirados) (Road Trip, Todd Phillips, 2000) y Aquellas juergas universitarias (Old School, Todd Phillips, 2003). Y, por supuesto, las películas que más recuerdo de esta época, sobre todo porque me siguen haciendo reír, son las que forman la trilogía protagonizada por Harold y Kumar.

Esta saga arranca con Harold & Kumar Go to White Castle (Danny Leiner, 2004), que en España algún descerebrado decidió titular 2 colgaos muy fumaos.  La premisa es muy simple, tras una importante dosis de marihuana, Harold (John Cho) y Kumar (Kal Penn) deciden ir a comer a White Castle (una cadena de hamburguesas americana que desconocía hasta que vi esta película) para saciar su apetito de colocón. Pero lo que tendría que ser un simple viaje se convertirá en una auténtica odisea a medida que los dos protagonistas se vayan en metiendo en situaciones cada vez más demenciales.

Harold & Kumar parece una mezcla entre una comedia de fumetas, la cual el director había traído de vuelta en su anterior película Colega, ¿dónde está mi coche? (Dude, Where's My Car?, 2000), género popular especialmente durante finales de los 70 y durante los 80 del siglo XX por una serie de películas protagonizadas por Tommy Chong y Cheech Marin,  y Jo, qué noche (After Hours, Martin Scorsese, 1985). Pero el estilo que predomina es el de la mencionada comedia ochentera, aunque se le añadió un toque social convirtiendo el racismo en uno de los temas principales, tal vez inspirados por el inesperado toque social de Porky's (la gente suele recordar más la escena de las duchas, por lo que sea). Y en ocasiones es más inteligente de lo que parece a primera vista, en detalles como iniciar la película con los que serían los típicos protagonistas de una de estas películas, para luego introducir a los que serán los protagonistas, Harold y Kumar. Una pareja que, es cierto, sigue el esquema clásico de uno ordenado y responsable y otro más caótico y desordenado, pero desarrollados de forma fresca y moderna. También tiene otros detalles que son típicos de la época en que se rodó, como las referencias a la aparición en topless de Katie Holmes en Premonición (The Gift, Sam Raimi, 2000), en su día muy comentada debido a la popularidad de Holmes por la serie de TV Dawson crece (Dawson's Creek, 1998-2003).

Es obvio que mucho de lo que entonces se consideraba aceptable hoy día no lo es tanto, pero al fin y al cabo se trata de una comedia con escenas como la que protagonizan dos chicas que juegan a hundir la flota mientras están cagando con las mierdas que van soltando en el váter, mientras la pareja protagonista se encuentra atrapada en el váter entre ambas jugadoras. Así que, claro, tendrá cosas que algunos considerarán ofensivas, pero es parte del objetivo de la película, hacerte reír mediante momentos chocantes, excesivos y pasados de vuelta. Además, la simplicidad de su argumento permite también desarrollar dramáticamente a los personajes, elevando así la película por encima de otras de estilo semejante pero cuyos protagonistas son insoportables. Una comedia que sigue provocando carcajadas, muy por encima de otros ejemplos contemporáneos del genero.

 

 

La primera aventura de Harold y Kumar fue un éxito de taquilla, pero ganó popularidad especialmente mediante el mercado del DVD. Así que cuando los guionistas Jon Hurwitz y Hayden Scholssberg plantearon hacer una secuela a New Line, el estudio quería que la película fuera rodada con un bajo presupuesto para ser estrenada directamente en DVD, un mercado entonces en expansión y que los estudios alimentaban mediante secuelas de baja calidad. Pero la pareja de guionistas, ahora también directores, tenía una visión más ambiciosa para la secuela, de modo que insistieron en que se estrenara en cines. El resultado de taquilla no acabó siendo el que New Line quería, pero la apuesta de Hurwitz y Scholssberg dio sus frutos ya que Dos colgaos muy fumaos: Fuga de Guantánamo (Harold & Kumar Escape from Guantanamo Bay, 2008) es uno de los pocos ejemplos de secuela que está a la altura del original e incluso lo supera.

La película arranca momentos después del final de la anterior película, continuando la acción con Harold y Kumar preparándose para lo que sea que pasa al final de la anterior película (para no destriparlo si no la habéis visto). Pero, por lo que se intuye por el título, Harold y Kumar son tomados por terroristas y llevados a la prisión de Guantánamo. Por un milagro, ambos escapan y arranca así su odisea para demostrar su inocencia.

Las secuelas de comedias de éxito no suelen funcionar. Su principal problema es que intentan recuperar la magia de la primera película intentando recrear los chistes y gags que funcionaron en la primera pero, por norma general, lo único que consiguen es ser repetitivas. Pero algunas funcionan y, en el caso de Fuga de Guantánamo, la gracia está en que no se repiten las mismas situaciones pero de forma exagerada. Lo único que se repite es el cameo de Neil Patrick Harris en una versión desfasada y exagerada de si mismo. Lo que hace la película es mantenerse fiel a la dinámica de la pareja protagonista pero en un tipo de historia distinta a la de la primera entrega, que da pie a distintas situaciones, sin abandonar el humor escatológico, ofensivo y sexual, pero añadiéndole más toques absurdos y delirantes. Lo que también se repite es el toque social, con el racismo como tema de fondo, pero también se burla de la paranoia posterior al ataque a las Torres Gemelas que se vivió en Estados Unidos, lo que hace que la película resulte bastante actual a pesar del tiempo pasado desde que se estrenó, por desgracia, ya que Trump y sus secuaces buscan crear el mismo ambiente tóxico.

Como ya he mencionado, la película no funcionó en taquilla de la misma manera que la primera entrega, pero creo que, debido a como amplia su abanico humorístico y la ambición de la historia, la segunda entrega supera a la primera. Además, en la edición en Blu-ray se incluye una versión interactiva que te permite ver la película como si fuera uno de esos libros de Escoge tu propia aventura, llevando a los personajes por distintas situaciones y escenarios, así que, si no te gusta puedes construirte tu propia versión. Pero creo que esta opción se usará más por la oportunidad de ver más material y escenas alternativas, porque si te gustó la primera, la secuela te encantará ya que va mucho más allá de lo esperado.

 

 

Y llegamos a la tercera entrega, Dos colgaos muy fumaos en Navidad (A Very Harold & Kumar 3D Christmas, Todd Strauss-Schulson, 2011). La segunda entrega no fue un gran éxito inmediato, pero fue ganando adeptos con el tiempo y dando beneficios. Lo suficiente para que se pusiera en marcha esta tercera entrega que, además, se apuntaba a la moda del 3D, muy popular entonces.

Harold y Kumar han entrado en la edad adulta, definitivamente. Pero la vida familiar empieza a pesarles, hasta que "accidentalmente" la pareja provoca que se queme el árbol de Navidad del suegro de Harold. Suceso que provoca que la pareja se embarque de nuevo en una odisea para que la familia tenga su árbol de Navidad.

Esta tercera entrega sí que cae en algunos de los errores comunes de las secuelas de comedias. Por ejemplo, el cameo de Neil Patrick Harris es uno de los momentos álgidos en cada una de las anteriores entregas, así que aquí se expande su papel, quitándole la efectividad que tenía en sus anteriores apariciones. Pero no es que la película sea mala, sigue haciendo reír en diversos momentos gracias a la química de los dos actores protagonistas. El problema es que el guion no es tan fresco como el de las anteriores películas, de modo que, en conjunto, no funciona tan bien como las dos primeras entregas. O tal vez sea que, como las dos primeras son tan buenas, esta tercera entrega lo tenía demasiado difícil para estar a la altura. Y para ser justos, comparada con otras secuelas o con otros ejemplos del género, es una comedia tremenda, es solo que no se mide a la misma altura que sus predecesoras.

A pesar de que la tercera sea más floja, esta trilogía (de momento) se ha convertido en un clásico dentro de su género. Lo cual no deja de ser meritorio teniendo en cuenta que no es un tipo de humor que se considere apto para que las películas que lo adopten se tomen "en serio" y que mucha gente siente reparos en admitir que le gusta y le hace reír. Pero yo no tengo esos prejuicios y me parecen grandes comedias (al menos las dos primeras).

17 mar 2025

Han cambiado de cara (...hanno cambiato faccia)

 


 

Vista cuando se estrenó en los 70 del siglo XX, Han cambiado de cara (...hanno cambiato faccia, Corrado Farina, 1971) debía parecer una sátira pasada de vueltas de una sociedad dominada por el capitalismo. Por desgracia para nosotros, vista hoy día Han cambiado de cara parece un documental.

Alberto Valle (Giulano Esperati) es un humilde ejecutivo al que se le comunica que Giovanni Nosferatu (Adolfo Celi), el propietario de la compañía para la que trabaja Alberto, quiere recibirlo en su mansión. Alberto ve en esta invitación una oportunidad para hacer realidad su ambición de subir puestos, pero cuando llega allí una serie de extraños sucesos y personajes le hacen sospechar que tras lo que parece un simple complejo industrial se oculta una terrible conspiración.

Esta película está incluida en el pack Danza Macabra: Volume Two editado por Severin y fue una de las razones por las que lo compré. Soy fan de Baba Yaga (1973) y siempre tuve curiosidad por ver más trabajos del director Corrado Farina. Pero Farina solo dirigió dos películas, siendo su debut en el largometraje el film sobre el que trata este artículo. Sin embargo, Han cambiado de cara era una película notoriamente difícil de ver fuera de Italia, su país de origen. Allí sí que fue editada en DVD a principios del siglo XXI pero en una edición solo con subtítulos en italiano.

La película ya presenta la sensibilidad pop que haría tan especial Baba Yaga, pero aquí este estilo está puesto al servicio de una una sátira del capitalismo, utilizando a los vampiros como alegoría. Más absurda que Thirst (Rod Hardy, 1979),  otra película que utiliza los vampiros como alegoría del capitalismo, Han cambiado de cara utiliza la historia clásica de Drácula de Bram Stoker como punto de partida. Como un Jonathan Harker contemporáneo, Alberto Valle parte en un viaje que espera le haga prosperar económicamente. Farina, aunque se trata de una comedia negra, sigue todos los clichés del género de la época, pero dándoles un giro moderno. Por ejemplo, los esbirros del vampiro utilizan coches para cumplir las órdenes de su amo en lugar de caballos. Unos coches que eran Fiats, una manera de aludir a Gianni Agnelli, entonces presidente de la Fiat y que era un ejemplo de empresarios poderosos con influencia sobre los políticos de los que Giovanni Nosferatu es una parodia (un equivalente actual y patrio sería Florentino Pérez).

Farina, antes de ser director de cine, estuvo trabajando dentro de una empresa publicitaria, así que gran parte de la sátira está dirigida a este mundo. El director presenta un mundo en el que la publicidad es omnipresente, continuamente forzando su mensaje en el individuo, incluso en la ducha. Este tipo de crítica era bastante habitual en la época, cuando la publicidad estaba evolucionando hacia el marketing de la actualidad. Ahora parece que ya nos hemos acostumbrado al bombardeo constante, porque ya no sorprende tener mensajes publicitarios en todas partes y estos ataques a la manipulación publicitaria ya no son tan habituales. Ni siquiera el cine de arte y ensayo se libra en la película de Farina, ya que en una de las escenas más memorables se ofrece una parodia del cine de Godard y Fellini, reconvertido en anuncios publicitarios.

En la película también se trata la política de género. En su viaje hacia la mansión de Nosferatu, Alberto conoce a Laura (Francesca Modigliani), una mujer que representa la libertad fuera del capitalismo. Es la oportunidad que se le presenta a Alberto para escapar del mundo de Nosferatu. Sin destripar nada, podríamos decir que el film tiene un mensaje bastante pesimista que, de nuevo, hace que resuene con bastante fuerza en nuestro presente.

Y ojalá no fuera así. Pero en la sociedad en que vivimos, con el fascismo en alza y los derechos sociales atacados constantemente, Han cambiado de cara es una representación bastante acertada de nuestro mundo, teniendo en cuenta la exageración propia de la sátira. También resulta inquietante por cómo te hace reflexionar por el futuro que nos espera.

 

30 oct 2024

Anora

 


 

Se ha publicado mi crítica de Anora (Sean Baker, 2024) en Underbrain Mgz, podéis leerla clicando aquí:

https://underbrain.com/cine/anora/

Esta es una de esas películas que gusta a todo el mundo menos a mí. Ha entusiasmado a la crítica pero yo no acabo de entender qué tiene para entusiasmar tanto, aunque le veo algo de valor. Juzgad por vosotros mismos, pero no me fio de directores cuyo nombre aparece en el tráiler al mismo tamaño que el título.


26 oct 2024

Motín en el reformatorio de mujeres (Reform School Girls)




Cada vez que me topo con alguna pobre alma desgraciada a la que no le gustan los slashers, se justifican de la misma manera: son todas iguales, se repite siempre lo mismo. Aunque están completamente equivocados, puedo entender de dónde vienen estos comentarios, ya que yo mismo los he hecho sobre películas deportivas o sobre las películas de cárceles de mujeres. Por eso me recuerdo a mí mismo que no debo caer en prejuicios y darle una oportunidad a todos los géneros. Y si bien las películas deportivas me siguen aburriendo mortalmente, sí que he encontrado algunas películas de cárceles de mujeres que me han parecido interesantes y lo bastante diferentes como para seguir dándole oportunidades al género. Una de estas películas es Motín en el reformatorio de mujeres (Reform School Girls, Tom DeSimone, 1986), una parodia del género.

El director Tom DeSimone también compartía la opinión de que este género, las WIP (Women in prison), era todo bastante igual desde que se iniciara a principios de la década de los 40 del siglo XX. La opinión de DeSimone estaba justificada en el hecho de que había trabajado en el género dirigiendo La jungla de cemento (The Concrete Jungle, 1982). Esto le dio la idea de hacer una parodia del género, pero sin llegar a los extremos de Aterriza como puedas (Airplane!, Jim Abrahams, David Zucker, Jerry Zucker, 1980), más bien haciendo una versión exagerada de una WIP, estilo camp (lo que probablemente contribuyó que fuera la comunidad LGTBI+ americana la que convirtió esta película en una cinta de culto).

El reparto incluye una larga lista de atractivas actrices, pero destacan en especial Pat Ast como la malvada Edna, la reina Stirba en persona Sybil Danning y la líder de los Plasmatics Wendy O. Williams. Williams interpreta a la líder de las banda de chicas malas, a pesar de que se supone que las prisioneras del reformatorio juvenil tienen como máximo 17 años y Williams tenía 35 años cuando interpretó el papel, que básicamente consiste en interpretarse a sí misma, incluso el vestuario que utiliza es el que habitualmente llevaba en los conciertos. La presencia de Wendy O. Williams sirvió para que contribuyera a la banda sonora que está formada principalmente por grupos femeninos. Estos son los ejemplos principales:



Y si os gusta lo que habéis escuchado, la edición en Blu-ray de Wicked Vision tiene un contenido de Pascua que os puede interesar y molestar a los vecinos.

Volviendo a Reform School Girls, DeSimone utilizó como modelo para su parodia películas como Women's Prison (Lewis Sadler, 1955), Reformatorio femenino (Reform School Girl, Edward Berns, 1957) y otros ejemplos del género de la década de los 50, lo que informa también el look de la película. Un estilo que el genial tráiler capta a la perfección. El argumento es el habitual en el género, para parodiar el máximo de tópicos: la chica buena/mala Jenny (Linda Carol) es enviada al reformatorio tras ser detenida como cómplice de un atraco que sale mal. Allí, Jenny hará amistad con algunas de las compañeras de internamiento, se enfrentará a la banda de Charlie (Williams) y tratará de exponer al público las torturas y muertes provocadas por la terrible Edna y la malvada directora del reformatorio Sutter (Danning), con la ayuda de la trabajadora social la doctora Norton (Charlotte McGinnis).

La historia se desarrolla de manera constantemente entretenida y divertida. Las actrices manejan bien interpretar de manera extremadamente seria las situaciones extremadamente ridículas para que resulten más divertidas, con algunos diálogos igualmente memorables (se me quedó grabado: "os recomiendo dormir con los dedos sobre las sábanas, señoritas, solo cambiamos las sábanas una vez a la semana"). Por supuesto, el disfrute de la película varía según el sentido del humor, pero también incluye la acción y los diálogos en las duchas habituales del género para satisfacer a los fans de las WIP. Para mí, sin embargo, es la comedia lo que la hace destacar, el camp, y la diferencia de otras películas semejantes. Además de hacerla accesible a personas a las que jamás se les ocurriría ver una película del género.

No sé hasta que punto Reform School Girls es una película para recomendar indiscriminadamente, pero si has llegado hasta aquí es posible que sea tu tipo de perversión.


10 oct 2024

Los Radley (The Radleys)





Publicada mi crítica de la mezcla de comedia y terror Los Radleys (The Radleys, Euros Lyn, 2024) en Underbrain Mgz:


Una de esas películas que no te alucinará pero que tiene sus puntos de interés. Divertida y entretenida.


6 sept 2024

La quinta jornada (Le cinque giornate)

 


 

Durante mucho tiempo, La quinta jornada (Le cinque giornate, Dario Argento, 1973) fue el título más desconocido de la filmografía de Dario Argento. En su día fue un fracaso de taquilla y, al no tratarse de un giallo sino de una comedia histórica, fue ignorado tanto por la crítica como por los fans de Argento. Hasta hace poco, además, no era una película fácil de ver. De modo que, siendo sincero, me compré la reciente edición en 4K principalmente para completar la filmografía de mi admirado Dario Argento en la estantería y me puse a verla por cumplir el expediente. Para mi sorpresa, me encontré disfrutando enormemente de esta película y disfrutando con ella hasta el final.

Nos encontramos en 1848, cuando se produce la primera revolución italiana para expulsar a los austríacos de Italia, el primer paso para que el país se acabara convirtiendo en una república en 1861. Pero nada de esto le interesa a Cainazzo (Adriano Celentano), un ladrón que aprovecha un atentado para liberar a revolucionarios para escapar de la cárcel. Una vez fuera, tiene como objetivo reclamar su parte del botín obtenido en el golpe por el que fue preso. Cainazzo descubre que su cómplice, Zampino (Glauco Onorato), es ahora un líder de la revolución que se hace llamar Libertad. Cainazzo empieza entonces su odisea para dar con Zampino, viéndose involucrado de forma involuntario en diversos eventos históricos acompañado de Romolo (Enzo Cerusico), un panadero cuya panadería desaparece debido a los bombardeos austríacos.

A finales de los 60 y principios de los 70 del siglo XX en Italia se pusieron de moda las comedias históricas, en particular tras el éxito de El decamerón (Il Decameron, Pier Paolo Pasolini, 1971). Una de las comedias que más éxito tuvo fue una producida por Salvatore Argento protagonizada por Adriano Celentano: El guapo (Er più: storia d'amore e di coltello, Sergio Corbucci, 1971). De modo que Argento padre le pidió a su hijo Dario que le escribiera otra comedia histórica que sería de nuevo protagonizada por Celentano. Dario recuperó entonces un guión que puso en marcha tras el exitoso estreno de Los cuatro días de Nápoles (Le quattro giornate di Napoli, Nanni Loy, 1962). Originalmente, Nanni Loy iba a ser el director de La quinta jornada, con un guion en el que trabajaron Dario Argento y Luigi Cozzi. Este guion era una comedia sin toques políticos y homenajes a artistas de la comedia del cine mudo como Buster Keaton y Charles Chaplin. Luego, se pusieron a trabajar en el guion Argento y Nanni Balestrini. Balestrini sí que fue un escritor más político y animó a Argento a añadirle alegoría política a la comedia. Argento lo vio como una oportunidad de dar rienda suelta a sus tendencias comunistas, que no explotaba en sus gialli.

Era un momento también en el que Argento no estaba seguro de hacia que dirección tomar con su carrera. La serie que había creado para la televisión, La puerta en la oscuridad (La porta sul buio, 1973), le había dado una tremenda popularidad y su "trilogía animal" había sido un tremendo éxito de taquilla, pero ese mismo éxito había provocado que se estrenaran en los cines muchas imitaciones y que el mercado se llenara de gialli. Este momento de duda sobre el futuro se juntó con que el director original de La quinta jornada abandonara el proyecto y el reparto pidiera que Argento se pusiera al frente. Y así acabó Argento dirigiendo una comedia histórica que, a primera vista, no podía ser más distinta de las películas que había dirigido entonces.

La película, que tuvo un rodaje complicado, estaba pensada para el mercado italiano, pero fue un fracaso de taquilla. Fuera de Italia tampoco funcionó demasiado. Argento había ideado la película como una alegoría de lo sucedido tras el Mayo del 68, con una gran carga crítica entre la comedia, que no funcionó y no se entendió en su momento. Su reputación no mejoró con el tiempo, pasando décadas desaparecido y solo accesible mediante ediciones piratas o italianas de pobre calidad. Sin embargo, gran parte de las críticas negativas que he visto sobre la película eran de críticos y expertos ingleses y americanos, que creo no podían conectar con el mensaje de Argento, procedentes de un bagaje cultural muy distinto, al contrario de lo que sucede entre españoles e italianos, más próximos. Por mi parte, creo que a varios momentos históricos de la historia de España pueden ser perfectamente representados por la alegoría de Argento. También comparto bastante de las ideas que expone Argento. Y, sobre todo, me pareció una película muy divertida. Exceptuando alguna escena de homenaje al cine cómico mudo, las situaciones en que se ven envueltos los personajes me hicieron reír mucho con su mezcla de humor negro y cinismo. Lo que, al fin y al cabo, es lo más importante cuando hablamos de una comedia.

El fracaso de esta película hizo que Argento decidiera, de forma definitiva, volver al giallo, lo que hizo con la obra maestra Rojo oscuro (Profondo rosso, 1975). Estar alejado del género temporalmente contribuyó a un regreso verdaderamente genial, pero no se ha de desmerecer La quinta jornada, que nos ofrece una parte desconocida de Argento. La apreciación hacia ella parece que por fin cambia y es el momento de celebrar este redescubrimiento por parte de los fans no italianos de Argento.


28 ago 2024

Skinned Deep

 


 

Estaba familiarizado con el nombre de Gabe Bartalos, pero desconocía que también había dirigido un par de películas y varios cortos. Aprovechando las rebajas de Severin, decidí probar con su primera película como director: Skinned Deep (2004). Y lo que me encontré fue una auténtica locura que sobrepasó mis expectativas.

La película arranca con una trama bastante tópica: la típica familia americana de vacaciones por una carretera apartada. Un pinchazo de misterioso origen y la familia va en busca de ayuda topando con un clan de asesinos que los elimina uno a uno. Hasta aquí nada del otro mundo. Sin embargo, tras este comienzo, la película empieza a desarrollar su historia, sumergiendo al espectador en un viaje hacia la locura en la que vive este peculiar clan, con grandes dosis de humor negro y toques de surrealismo. Por supuesto, el primer detalle que llama la atención es el peculiar clan formado por las mutantes creaciones de un misterioso mad doctor. Surgeon General (Aaron Sims/Kurt Carley) es una mole asesina con una mandíbula de acero que es un cruce entre Terminator y Jason Voorhees, Plates (Warwick Davis) es un nervioso psicópata obsesionado con su arma homicida favorita: los platos, Brain (Jason Dugre) es un bienintencionado caníbal con un sobredesarrollado cerebro y, finalmente, Granny (Liz Little) tiene la apariencia de una encantadora abuelita pero es tan asesina como el resto de estos mutantes. La historia de Skinned Deep se aparta de lo típico cuando Brain se enamora de Tina (Karoline Brandt), la superviviente de la familia Rockwell. Brain convence al resto de asesinos que la dejen vivir, que él se encargará de convertir a Tina en uno de los suyos. En este punto la pesadilla de Tina entra en el terreno demencial, especialmente en la parte final cuando conoce al creador responsable de estos mutantes, intentando encontrar la manera de escapar y mantener a Brain a una prudente distancia sin que este decida que está mejor muerta. Además, otras atípicas víctimas entrarán en conflicto con los asesinos, como un grupo de carpinteros y una banda de motoristas de la tercera edad (lo que permite un cameo de Forrest J. Ackerman).

Gabe Bartalos ha trabajado en muchas ocasiones con Frank Henenlotter, así que se nota la influencia del director de Brain Damage (1988) en la manera en que Bartalos mezcla terror con humor grotesco. Una mezcla que ayuda a aceptar los momentos más surrealistas, así como hace que encaje el gore pasado de vueltas. Esto también depende del sentido del humor de cada uno, claro, la cuestión es que a mí me hizo reír con momentos extraños y absurdos. No hay sitio para el realismo o el sentido común en esta película que Bartalos realizó de forma completamente independiente, con total libertad.

Mientras veía Skinned Deep no pude evitar pensar que esta película era lo que podría haber sido La casa de los 1000 cadáveres (House of 1000 Corpses, Rob Zombie, 2003) si Rob Zombie hubiese sido un cineasta más original y con más talento del que ha acabado demostrando tener. La película de Bartalos coge una trama familiar y la convierte en algo con personalidad, en toda una experiencia que resulta tan divertida como distinta a lo habitual. El tráiler hace que parezca una película de terror típica, pero que no os engañe. Es una película para aquellos que disfruten con las películas como las del mencionado Frank Henenlotter, una mezcla de demente serie B, gore, surrealismo y diversión.


12 jul 2024

Lisa Frankenstein

 


 

El último viaje del Demeter (The Last Voyage of the Demeter, André Øvredal, 2023) es una atmosférica y entretenida película de terror, una fantástica revisitación del Drácula de Bram Stoker, que en el momento de escribir estas líneas permanece inédita en nuestro país. Después de anunciarse su estreno en cines, este quedó suspendido y finalmente se verá en streaming. Por un momento parecía que Lisa Frankenstein (Zelda Williams, 2024) iba a correr la misma suerte, pero se ha acabado estrenando... en DVD. No en cines o en Blu-ray o en 4K. En DVD. En fin, aparte de recomendar comprar en Blu-ray El último viaje del Demeter, hay ediciones buenas baratas, os recomiendo también comprar en 4K, de importación (barata cuando la reservé), Lisa Frankenstein. Espero que al acabar de leer este artículo por lo menos lo consideréis.

Lisa (Kathryn Newton) intenta adaptarse a una nueva vida en una nueva ciudad, después de la muerte de su madre y que su padre (Joe Chrest) se haya casado de nuevo con la irritante Janet (Carla Gugino), obteniendo así una hermanastra, Taffy (Liza Soberano). Gótica ochentera, a Lisa le cuesta encajar, así que descarga sus penas en la tumba de un joven en un cementerio no consagrado. Una noche, su confidente de ultratumba vuelve a la vida, pero la criatura (Cole Sprouse) regresa con algunas carencias. Lisa decide reconstruir al cadáver revivido eliminando las personas que le hacen la vida imposible.

Parece que Diablo Cody está destinada a escribir películas de terror de culto. Lisa Frankenstein seguramente seguirá el mismo camino que Jennifer's Body (Karyn Kusama, 2009): fracasar en taquilla para, al cabo de unos años, ser reivindicada por sus fans. Creo que en Estados Unidos no funcionó porque se decidió ir de una calificación R a una PG-13, irónicamente en un intento de ampliar su audiencia. Pero dudo que el público adolescente estuviera muy interesado en una película ochentera repleta de guiños a la época y los amantes del terror perdieron su interés al pensar que no sería lo bastante potente. Y es cierto que la película no es todo lo sangrienta que era en un principio, demandando ciertos cambios en algunas escenas para adaptarla a la clasificación deseada, pero la historia y los personajes lograron que no echara en falta algo de sangre para darle alegría al film. De hecho, creo que hay un gag que funciona mejor en la versión PG-13 que como fue originalmente concebido.

La trama parece indicar que la película dirigida por Zelda Williams será una actualización de "adolescente que se venga de sus atormentadores de modo sobrenatural", que durante los 80 fue una trama popular con títulos como El legado del diablo (Evilspeak, Eric Weston, 1981) o 976 - El teléfono del infierno (976-Evil, Robert Englund, 1988). En realidad, Lisa Frankenstein es más una versión subversiva con asesinatos y zombis de Dieciséis velas (Sixteen Candles, John Hughes, 1984) o, especialmente, La chica de rosa (Pretty in Pink, Howard Deutch, 1986), si los ejecutivos hubiesen aceptado el casting de Robert Downey, Jr. en lugar de Jon Cryer. Lisa arranca el film emocionalmente dañada, pero el viaje a través de toda la locura en la que se ve sumergida será el catalizador para superar sus traumas. Tal vez no de la manera más sana, pero desde luego de la manera más entretenida para nosotros. Es algo que me apasiona del género, se puede tratar en él temas serios, como superar el duelo por la muerte de un ser querido que es el caso de esta película, pero hacerlo usando una historia fantástica o de terror que logra hacer llegar al espectador a una catarsis, mucho mejor que un simple drama deprimente, que es solo eso: un drama. Mezcla elementos de un trama clásica dentro del cine de terror, lo deja claro en el título, con elementos de la comedia romántica adolescente. Esta mezcla de elementos clásicos da lugar a algo moderno, con un toque ligeramente subversivo y tremendamente divertido.

Es cierto que los problemas de distribución no son exclusiva nuestra, The Empty Man: El mensajero del último día (The Empty Man, David Prior, 2020) sigue sin tener edición física y Hellraiser (David Bruckner, 2022) cuenta solo con una triste edición en DVD, pero es una lástima que Lisa Frankenstein no pueda ser disfrutada ampliamente en nuestro país. Pero supongo que eso es lo que hace de ella una película de culto. Aunque sea un culto de uno.

1 jul 2024

Gru 4. Mi villano favorito (Despicable Me 4)

 


 

Publicada mi crítica de Gru 4. Mi villano favorito (Despicable Me 4, Chris Renaud, Patrick Delage, 2024) en Underbrain Mgz, que podéis leer aquí:

https://underbrain.com/cine/gru-4-mi-villano-favorito/

Se nota que están exprimiendo todo lo que pueden y ya solo quedan unas gotitas, pero tiene gags divertidos.

21 jun 2024

El cristal mágico (Mo fei cui)

 


 

Una de las cualidades que más aprecio del cine de género de Hong Kong de los 80 y 90 del siglo XX es la habilidad de coger o copiar tramas o elementos del cine taquillero occidental, pasarlos por su mezcladora personal y convertir el resultado en una película original y distinta. El cristal mágico (Mo fei cui, Jing Wong, 1986) es el ejemplo perfecto: coge elementos de películas de Steven Spielberg que habían tenido mucho éxito en Hong Kong como E.T. El extraterrestre (E.T. the Extra-Terrestrial, 1982), las dos primeras entregas de las aventuras de Indiana Jones y Encuentros en la tercera fase (Close Encounters of the Third Kind, 1977), y los mezcla con la comedia y la acción propia del cine hongkonés. El resultado es una locura tremendamente entretenida que os dejará ojipláticos.

Andy Lo (Andy Lau) y su ayudante Snooker (Jing Wong) trabajan por libre colaborando con la policía cuando esta necesita ayuda "paralegal". Andy recibe una llamada de Shen (Phillip Ko), un amigo arqueólogo que le pide ayuda ya que está siendo perseguido debido a un gran descubrimiento que ha hecho. Andy, Snooker y Ban-Ban (Siu Ban-Ban), el sobrino de Andy, se dirigen a Grecia para ayudar a Shen. Una vez allí descubren que Shen está siendo perseguido por agentes del KGB, dirigidos por el malvado Karov (Richard Norton). Andy recibe la ayuda de los agentes de Interpol Cindy Morgan (Cynthia Rothrock) y Billy (Siu Chan Mok). Los tres no pueden evitar que los rusos secuestren a Shen, que ha escondido un extraño cristal en el equipaje de Ban-Ban. Cuando Ban-Ban lo abre de vuelta en Hong Kong, descubre que el cristal es una extraña criatura con poderes que le pide ayuda para que no se lo lleve el malvado Karov.

El cristal mágico es una película que busca entretener a toda la familia. Por lo menos, a toda la familia hongkonesa. De ahí que a ratos parezca una película infantil, a ratos una brutal película de acción y a ratos una comedia absurda. El tono de la película salta y cambia constantemente, mezclando la comedia y la acción sin descanso. Y el caso es que funciona, gracias al talento del reparto, que incluye a tres grandes del cine de acción como son Andy Lau, Cynthia Rothrock y Richard Norton. Wei-Wei Huang, que interpreta a la hermana de Andy/madre de Ban-Ban, tiene una fantástica escena de acción, que resulta sorprendente por lo inesperado, pero ejemplifica como esta película hace que funcionen los disparatados ingredientes que la forman. También hay momentos para el humor absurdo, como la escena en la que a un pesado, interpretado por Pak-Cheung Chan, el cristal lo castiga intercambiando sus manos por sus pies.

En otras palabras, esta película es una fiesta. Es divertida, trepidante y llena de impresionantes coreografías de acción. Una de esas películas que te alegran el día y que hacen que tus conocidos se preocupen por tu cordura. Por mi parte, muy recomendada.


13 jun 2024

Ellas también se deprimen (Even Cowgirls Get the Blues)

 


 

Cuando Ellas también se deprimen (Even Cowgirls Get the Blues, Gus Van Sant, 1993) se estrenó en España en 1995, fui a verla al cine sin saber bien qué iba a ver. Por entonces yo no era más que un adolescente más interesado en el cine gore que en el cine indie, que consideraba que el summum del humor eran las comedias adolescentes con desnudos gratuitos a punta pala (aunque me encantaba el cine de los hermanos Marx y ya conocía las comedias de Billy Wilder). Tampoco sabía quién era Gus Van Sant, aunque resulta que ya había visto una película suya en televisión, cuando pasaban cine en versión original de madrugada, Drugstore Cowboy (1989). Era la época en que empezaba a refinar mi paladar, ampliando también mis horizontes literarios y musicales, pero no estaba listo para apreciar esta película. Y así fue que me dejó completamente indiferente y la olvidé en poco tiempo. Esto es hasta que hace poco leí un artículo sobre la película que me dio ganas de volver a verla, en especial después de leer sobre lo virulentamente que fue rechazada en el momento de estrenarse.

Uma Thurman es Sissy Hankshaw, una mujer que nació con unos pulgares enormes que la han convertido en una experta autoestopista. No hay vehículo que se le resista, lo que le facilita una vida nómada, en movimiento perpetuo. La Condesa (John Hurt), para quien Sissy trabajó en su día como modelo, le pide que acuda a su rancho para rodar un anuncio. Allí Sissy conoce a las vaqueras que se han hecho con el lugar y se queda prendada de su líder Bonanza Jellybean (Rain Phoenix). Sissy se verá envuelta con Bonanza y las vaqueras en su lucha contra las figuras autoritarias que se les pongan por delante.

La película de Van Sant es una adaptación de la novela de Tom Robbins También las vaqueras sienten melancolía, publicada originalmente en 1976. Van Sant decide mantener el periodo histórico en que se publicó la novela y ambienta la historia a mediados de los 70. Y se nota, la película está llena de motivos culturales de los 70 del siglo XX, empezando por la afición a hacer autoestopismo, aunque ya entonces se había convertido en una práctica muy peligrosa. La fidelidad del director hacia la novela explica para mí el rechazo con el que fue recibida la película. Si se hubiese estrenado en el momento de publicarse la novela o incluso ahora, creo que no habría sido recibida de forma tan negativa pero los 90 no eran la década para estrenar una película llena de motivos cómicos psicodélicos que también satirizaba el estilo de vida hedonista de la época. Demasiado extraña para los 90, una década más bien sosa tras los excesos ochenteros.

Pero los motivos por los que fue rechazada en 1993, obligando a Van Sant a reeditarla y volverla a estrenar al año siguiente, son los mismos motivos por los que ahora la película me encantó. Tiene un sentido del humor extraño y peculiar, con diálogos llenos de la jerga psicotrópica y de exploración mental de los 70, cuyos temas de liberación femenina encajan a la perfección con las inquietudes actuales. Por supuesto, personalmente me siento muy identificado con su reivindicación de lo extraño, de la belleza de todo aquello que se aparta de la norma. Además, cuando la he vuelto a ver, con unos horizontes intelectuales mucho más amplios que cuando no era más que un mequetrefe adolescente, me ha divertido mucho y me ha hecho reír con sus rarezas. He sintonizado muy bien con su peculiar sentido del humor, lo bastante como para buscar la novela en que se basa para leerla. Tras verla también me ha hecho preguntarme cómo era la versión original que fue presentada por Van Sant y luego retirada. Más aún tras ver el tráiler, en el que se ven varias escenas que no aparecen en la película; me ha hecho desear que en el futuro se edite una edición coleccionista de esta película que incluya una versión extendida. De momento, os invito a uniros al rancho Rosa de Goma y a la revolución de las vaqueras.


23 abr 2024

El especialista (The Fall Guy)

 

Publicada mi crítica de El especialista (The Fall Guy, David Leitch, 2024) en Underbrain Mgz. Para leerla clicad en:

https://underbrain.com/cine/el-especialista/

David Leitch de momento no falla, película que dirige película que funciona. Talento para la acción y la comedia, esta película explota ambas cosas de manera efectiva en una película tan entretenida como divertida.

8 mar 2024

La familia Monster (The Munsters)

 

Ir a ver una película de Tim Burton se ha convertido en una lotería: te tocará el Tim Burton que todavía mantiene el genio de sus primeras películas o te tocará el Tim Burton que se dedica a repetir de forma estéril la misma estética de siempre en películas sin alma. Con Rob Zombie ha pasado lo mismo, salvo que Zombie se ha quemado con una filmografía significativamente más corta que la de Burton. Con Los renegados del diablo (The Devil's Rejects, 2005) pareció tocar techo en cuanto a estilo visual y solo era su segunda película. Tras dar bandazos, solo ofreció algo potable con The Lords of Salem (2012), la última película que dirigió que realmente vale la pena. Y han pasado doce años desde entonces.

El anuncio de que se encargaría de dirigir una nueva versión de la familia Monster daba lugar a un cauto optimismo. Tal vez un cambio de género y estilo es lo que necesitaba para crear una película que, de nuevo, diera la oportunidad a Zombie de ofrecer algo mejor que los dos últimos desastres que había dirigido. Spoiler: no ha sido así.

Imagino que las personas de cierta edad no tienen necesidad de que les diga quiénes son los Monster, pero para los más jóvenes que no tuvieron oportunidad de conocerlos La familia Monster (The Munsters, 1964-1966) fue una serie de televisión de corta durada que era básicamente una versión más suave de La familia Addams (The Addams Family, 1964-1966), por no decir que era una imitación. La familia Monster mantuvo suficiente popularidad tras su corta vida televisiva para que se produjeran varios telefilmes y nuevas versiones de la serie para nuevas generaciones (en España se emitió la serie original veinte años después de que se emitiera en Estados Unidos dentro del programa La bola de cristal donde fue descubierta por muchos niños como un servidor).

La película de Rob Zombie La familia Monster (The Munsters, 2022) funciona como una precuela de la serie, contándonos el origen de los personajes y cómo se conocieron Lily (Sheri Moon Zombie) y Herman (Jeff Daniel Phillips) en Transilvania. El argumento ya resume mucho de lo que no funciona en esta película. Lo divertido de los Monster es que ellos se veían a si mismos como la típica familia americana, aunque para el resto del mundo no lo era, pero sus intentos de actuar con "normalidad" siempre eran vistos como algo chocante. En cambio, durante gran parte del metraje, Zombie los coloca en un entorno en el que no destacan, ya que todo el mundo es "monstruoso". Es solo durante la última parte de la película que se recupera la esencia de la serie, aunque ya es demasiado tarde para salvarla.

La ambientación, el maquillaje y el reparto es realmente fantástico, más teniendo en cuenta el bajo presupuesto. El principal problema de esta película, la razón por la que se hace pesada y muy larga, es el guion de Rob Zombie. La serie es original de mediados de los sesenta y el guion de Zombie también. Está lleno de chistes y juegos de palabras anticuados, gastados y no muy graciosos. Zombie hace guiños a las películas de Abbott y Costello como la genial Abbott y Costello contra los fantasmas (Bud Abbott and Lou Costello Meet Frankenstein, Charles Barton y Walter Lantz, 1948) y a los clásicos de la Universal pero no salva el hecho de que su repetitiva sucesión de chistes malos es de todo menos divertida. También es evidente la influencia de El jovencito Frankenstein (Young Frankenstein, Mel Brooks, 1974), aunque más que un homenaje parece el típico plagio de toda la vida que sirve para recordarte lo poco divertida que es The Munsters.

Por supuesto, para mí resulta anticuada y pasada de moda porque conozco los referentes, veo que es una película de 2022 con un guion de 1962, para alguien que desconozca los referentes, tanto la serie original como las películas a las que hace homenaje, es posible que solo le parezca una copia mala de la familia Addams. Tal vez el problema sea que Zombie ha querido ser tan fiel a la serie que ha conseguido hacer lo que básicamente podría haber sido un episodio largo de la misma, sin darse cuenta de que ya no estamos en los 60. Hasta Abajo el amor (Down with Love, Peyton Reed, 2003) conseguía homenajear las comedias románticas de Rock Hudson y Doris Day de los 60 pero trasladándolas al público actual.

No hay nada peor que una comedia que no hace reír. La familia Monster es eso, una comedia sin gracia que se hace muy larga y, de alguna manera, dura casi dos horas sin contar una historia sólida.

2 feb 2024

El último dragón (The Last Dragon)

 

Fuera de Estados Unidos, esta no es una película demasiado conocida, pero en su país de origen es una auténtica cinta de culto. Y merecidamente, El último dragón (The Last Dragon, Michael Schultz, 1985) es una locura más ochentera que unos calentadores. El tipo de delirio que solo se podía producir en esa década mágica.

Una de las primeras escenas de El último dragón nos sitúa en un cine de barrio en el que un público entusiasta, de distintas edades, condiciones y razas, asiste a un pase de reestreno de Operación dragón (Enter the Dragon, Robert Clouse, 1973). El público aplaude los movimientos de Bruce Lee, repite los diálogos y, en general, convierte el pase en una fiesta hasta que es interrumpido por el villano de la película. Esta escena se inspira en un momento real, cuando el guionista Louis Venosta acudió a un pase que celebraba el décimo aniversario del estreno de Operación dragón. Fue entonces que se le ocurrió la idea que se acabaría convirtiendo en el argumento de El último dragón: un joven fanático de Bruce Lee que se ve obligado a convertirse en un héroe en la vida real. En el film, "Bruce" Leroy Green (Taimak) es un joven experto en artes marciales, devoto de Bruce Lee, que busca ser capaz de obtener "el brillo" (algo así como convertirse en un súperguerrero en Dragon Ball). Mientras busca un maestro que le ayude a lograr este nivel superior de artes marciales, se convierte sin quererlo en el protector de Laura Charles (Vanity), una presentadora de vídeos musicales que puede convertir en estrella a un artista, amenazada por el sórdido empresario musical Eddie Arkadian (Christopher Murney). Por su parte, Leroy también es amenazado por Sho'nuff (Julius Carry), que quiere probar su superioridad como guerrero sobre Leroy, que lo evita ya que sus creencias le impiden utilizar sus habilidades para ejercer violencia gratuita.

 

 

Esta película fue producida por Berry Gordy, presidente de la Motown. La implicación de una discográfica en la creación de esta película explica la mezcla imposible que hace de esta película algo único: números musicales y peleas de artes marciales. Vanity había firmado por Motown entonces y Gordy decidió que fuera la protagonista (sabia decisión), así como incluir en la banda sonora diversos artistas de su sello, algunos de los cuáles también aparecen en el film. Las coreografías de artes marciales son tan buenas como las musicales, si bien buscar que la película no fuera calificada para mayores de 18 años hace que no haya ni una gota de sangre. Además de "el brillo", la película tiene otros toques que le dan un aspecto fantástico de cómic, como la banda criminal de Sho'nuff que parece escapada de Los amos de la noche (The Warriors, Walter Hill, 1979),  lo que junto a su tono cómico convierte El último dragón en un cómic "en vivo".

El estilo ochentero y la mezcla de música y artes marciales, con varios homenajes a Bruce Lee, reconozco que no es para todo el mundo. En su mayor parte la comedia funciona, si bien el típico niño descarado de la época se puede hacer algo cansino hoy día, lo que puede hacer que la naturaleza única de la película más digerible. Desde luego, yo es una película que disfruté desde el primer momento y la escena en el cine mencionada antes me convenció que esta película es una pequeña obra maestra. Es entretenida, divertida y un gran ejemplo de lo mejor que podía ofrecer el cine de los 80 sin lo malo.