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19 may 2011

Un nada ofensivo comentario sobre Jesucristo superstar (Jesus Christ Superstar)



Me fascinan los 70, una década donde todo el mundo pareció volverse loco, hortera o las dos cosas. Sólo en los 70 se podía estrenar una obra con el título Jesucristo superstar en serio. Tal vez sea un defecto de carácter, pero me parece un título (y quiero decir literalmente título) hilarante que siempre me hace reír. Me parece un título extrañamente alegre también teniendo en cuenta que al final al protagonista SPOILER lo crucifican FIN SPOILER. Tal vez sea porque lo relaciono con el divertidísimo clásico de José Luís Martín Jesusito Demivida Superstar, donde se narra la descacharrante segunda venida de Jesucristo en la cual acaba convertido en astronauta junto a Ronald Reagan.

El caso es que la ópera rock con letras de Tim Rice y música de Andrew Lloyd Webber fue convertido en film de la mano de Norman Jewison en 1973. Para la versión cinematográfica se creó una nueva canción y se cambiaron algunas letras para hacerlas más "aceptables" para los espectadores cristianos. Oscilando entre el rock setentero y el estilo Broadway, la música está bastante bien, aunque hay un momento que me recuerda al tema principal de la serie Batman de los 60 y me es imposible no reírme. No paro de imaginarme como hubiera sido una serie parecida pero con Jesucristo de protagonista en lugar de Batman (da da da da da da da da ¡Jesucristooo! da da da da da da da da ¡Jesucristooo!). En fin, es el tipo de tontería que me hace gracia.

La película tiene cosas positivas y cosas negativas, pero en general he de decir que su visionado me resultó satisfactorio. Se inicia con un autobús que llega a un recóndito lugar de Israel y del cual se bajan una troupe de actores, se supone, que empiezan a vestirse y prepararse para una obra. La obra es claro Jesucristo Superstar. Jewison mezcla ropas antiguas con modernas, metralletas con lanzas y escenarios desnudos para enfatizar el aspecto alegórico y mitológico de la historia. Esta mezcla de elementos antiguos y modernos da a lugar a toques interesantes, como cuando en pleno calvario diversos testigos le van preguntando a Jesucristo (Ted Neeley) moviendo las manos como si sostuvieran un micrófono y fueran periodistas. Al ser una ópera rock, y por tanto sin escenas de diálogo hablado, no se rompe en ningún momento la cualidad atemporal y mística que Jewison le imprime a la película, aspecto que me recordó al cine de Jodorowsky, haciendo que las referencias al mundo moderno no queden fuera de sitio.

Los aspectos negativos de la película tienen que ver en gran parte con las actuaciones, algunas de ellas no muy convincentes, pero también con la caracterización hippie de los cristianos. Para 1973 el movimiento hippie estaba ya más que muerto y en la película parece algo pasado de moda y fuera de sitio. Un poco como la versión cinematográfica de Hair que se estrenó en 1979.

Sin embargo, estos pequeños detalles no me impidieron apreciar la película, igual que otros toques algo horteras y kitsch que a otros le parecerían ridículos y a mi me hicieron gracia. Como para mí toda religión es mitología, pude disfrutar de la película sin prejuicios. Toda mitología resulta interesante por lo reveladora que es de la sociedad que la crea, aunque sus representaciones estén alejadas de las fuentes. Como, por ejemplo, la grandiosa Furia de titanes (Clash of the Titans, Desmond Davies, 1981).

En resumidas cuentas, Jesucristo superstar es una muy disfrutable ópera rock, en algunos momentos me sorprendí a mi mismo moviendo la cabeza al ritmo de la música, a la cual su director le imprimió un mensaje, más que religioso, pacifista.

3 dic 2010

Repo! The Genetic Opera



Sólo hay una palabra para describir esta película: exceso. Las interpretaciones, el guión, la música... todo está llevado al extremo con la intención de crear un espectáculo divertido y excesivo y muy, bueno, operático.

Estrenada en el 2008, la película adapta una obra independiente musical que fue el primer trabajo como director de Darren Lynn Bousman. Más tarde, Bousman se dirigió hacia el cine, donde se hizo popular dirigiendo las entregas II, III y IV de Saw. Es a raíz de su trabajo dirigiendo estas secuelas que Bousman siente la necesidad de hacer un trabajo más personal y original. Para ello contactó con Darren Smith y Terrance Zdunich, los autores de Repo!, para hacer una versión cinematográfica de la obra. Así, después de reunirse el equipo  creativo original de la obra, se filmó la película con un presupuesto muy bajo, pero que no se nota, y un reparto que incluía actores tan distintos como Paul Sorvino, Alexa Vega, Anthony Head o Bill Moseley. Y Paris Hilton.

Este reparto tan ecléctico hace que haya disparidad en cuanto a las interpretaciones. Por ejemplo, la cantante Sarah Brightman desde luego tiene una gran voz y es una gran cantante, pero no es que sea una gran actriz. Por el contrario, Bill Moseley no tiene una gran voz pero es un buen actor. Sin duda, los mejores son Anthony Head (que le recordaréis por ser Giles en Buffy, la cazavampiros) y la joven Alexa Vega, que conjuntan perfectamente los requisitos necesarios para dar una buena interpretación en una película como esta. También he de decir que me sorprendió la interpretación de Paris Hilton, bastante buena, ya que esperaba que fuese terrible.

Antes de continuar, he de aclarar que a mí la película me gustó (por eso la comento) pero debido a su naturaleza peculiar no la recomiendo a todo el mundo. Yo diría que si os gustó Pink Floyd The Wall y Tommy, y os atrae el cine raro, bizarro y peculiar le deis una oportunidad. Ahora, si vuestros paladares no están acostumbrados a los sabores exóticos y si no pudisteis soportar los primeros diez minutos de Moulin Rouge (Baz Luhrmann, 2001) es posible que la película se os atragante, pero realmente sólo podréis estar seguros viéndola.

Bousman es la razón principal para ver esta película. Como ya he dicho las interpretaciones son desiguales y la música también es algo irregular, tened en cuenta que es una ópera: no hay diálogo dramático, es música de forma continuada; pero Bousman crea un increíble espectáculo visual. Llena la pantalla de infinitos detalles, con lo que casi es obligatorio ver la película más de una vez para verlo todo. El tono que le imprime a la historia es exagerado y con varios toques que indican al espectador que no se lo ha de tomar en serio, que se puede reír, como son la inclusión de efectos sonoros propios de los dibujos animados o secuencias que imitan los paneles de un cómic (escenas que no tenían suficiente dinero para filmar). Es este lujoso y lujurioso banquete visual el que hace que uno se quede absorbido por la película a pesar de sus carencias.


Como ya he indicado, son las virtudes de la película, las razones por las que yo la disfruté más, las que posiblemente hagan que no sea una película para todos los paladares. También os digo que si le encontráis el gusto os encantará y seguramente también acabaréis como yo enseñando la película a otras personas. Aún más, recuerdo como, al cabo de un par de días de verla, me entró el gusanillo de volver a verla otra vez, cosa que no me pasa muy a menudo.


Que yo sepa, todavía no se ha editado en España ni en DVD ni en Blu-ray. Yo me compré la que tengo en Blu-ray via Amazon por unas 6 libras (unos 7 euros), cosa que no está nada mal teniendo en cuenta que la media de un Blu-ray aquí oscila entre los 25 y los 18 euros.


5 nov 2010

Tommy



En 1969 los Who publicaron Tommy, una ópera rock cuya semilla se hallaba en la intención de Pete Townshend de crear una canción que ocupase todo un álbum. Tommy cuenta la historia de un niño, Tommy, que se queda sordo, mudo y ciego como resultado del trauma de ver a su padre asesinado. Tommy se acabará convirtiendo en un maestro del pinball y empezará su propio culto.

En 1975, el en ocasiones excesivo Ken Russell se alió con Pete Townshend para trasladar a imágenes el álbum. Con Roger Daltrey como Tommy y el resto de la banda haciendo pequeñas intervenciones, en el reparto también se incluyeron las apariciones de otros artistas como Eric Clapton, Tina Turner y Elton John. Además de actores como Jack Nicholson (que prácticamente tuvo que grabar su interpretación palabra a palabra), Oliver Reed (un excesivo que casaba muy bien con Russell) y la tremenda Ann-Margret.

Voy a cantar y me vas a escuchar y te va a gustar
La película es un gran espectáculo (especialmente si te gustan los Who), sigue fielmente la trama del álbum y aunque en ocasiones puede resultar un poco abrumadora, no es difícil acostumbrarse a su locura. Es de notar que tanto en Tommy como en The Wall, tanto Pete Townshend como Roger Waters coinciden los dos en los motivos autobiográficos retratando niños de posguerra que crecen con la ausencia de una figura  paterna. Aparte de ello, la película acaba atrapando (de nuevo, si te gustan los Who) con su lujurioso espectáculo visual. Especialmente memorable resulta la intervención del por otro lado pesado Elton John en Pinball Wizard sobre unas plataformas de doscientos metros de alto. Más o menos.

La película también trata temas interesantes como la comercialización de la religión, los abusos a menores y los cultos personales que empezaron a aflorar a mediados de los sesenta. Todo eso y Tina Turner ciega de ácido.

3 nov 2010

Pink Floyd The Wall



Uno de los recuerdos más gratos que guardo de mi etapa universitaria fue la proyección que organicé de esta película y, más exactamente, de la reacción del público. Todos aquellos que vieron por primera vez The Wall (Alan Parker, 1982) estaban exaltados y alucinados por una experiencia fílmica difícil de igualar. Fue algo muy gratificante, descubrir esta película a un montón de gente y ver la positiva reacción que tuvieron. Sólo comparable a las reacciones que obtuve con El cuarto hombre (Die vierde man, Paul Verhoeven, 1983) y El valle de los placeres (Beyond the Valley of the Dolls, Russ Meyer, 1970).

La diferencia entre una ópera y un musical es que en la ópera la música es contínua mientras que en el musical hay diálogos y se utilizan canciones en momentos concretos. Por tanto, The Wall no es un musical sino una alucinante ópera. Una conjunción de imágenes y música tremendamente poderosa, llena de simbolismos y alegorías. Roger Waters, Alan Parker y Gerald Scarfe unieron sus talentos y fuerzas creativas para hacer algo realmente único. Si bien la cosa no fue fácil, ya que Alan Parker estaba acostumbrado como director de cine a llevar la voz cantante y no discutir decisiones artísticas, mientras que Roger Waters y Gerald Scarfe estaban acostumbrados a trabajar en equipo, ya que Scarfe fue quien hizo las ilustraciones en el doble LP original.


Una parte del origen de The Wall se halla en la infancia de Roger Waters y como eran los profesores de la época añadido al hecho de ser un niño nacido tras la Segunda Guerra Mundial. A eso se le juntó el ver como Syd Barrett se destrozaba a si mismo con las drogas (a Barrett va dedicada también Wish You Were Here). El germen de la idea nació, sin embargo, mientras Pink Floyd se hallaba en la gira del álbum Animals. Waters se hallaba agotado por los conciertos y empezó a imaginarse un enorme muro que separaba el escenario del público. A partir de ahí empezó a idear un espectáculo que empezaría con un gran muro que a medida que avanzase el concierto iría desapareciendo. Esa idea acabó dando forma al doble LP The Wall que apareció en 1979.

Por fortuna, a mi padre le gustaba Pink Floyd y entre los álbumes que compró del grupo en su momento se encontraba The Wall que yo de pequeño no paraba de escuchar. Además al ser vinilos adquiría todo un definitivo aire ritualístico. Yo miraba las ilustraciones del álbum e imaginaba mi propia película. Por ello tenía cierta aprensión a ver la película que se había hecho, ya que temía que lo que yo había imaginado interfiriese en mi apreciación del film. Toda aprensión quedó olvidada cuando me senté a verlo y quedé transportado, la película me llevó por un impresionante viaje emocional y sensorial (tened en cuenta que no estoy hablando de verla en una pequeña pantalla con sonido estéreo, hablo de una gran pantalla y sonido envolvente 5.1).

Esta fuerte primera impresión hizo que cuando años más tarde decidiera presentar la película en la universidad evitara en mi introducción mencionar el argumento de la película, de qué trata o ninguna de sus imágenes para que el impacto en los espectadores fuera el mismo que tuve. Y es lo mismo que hago aquí, resistirme a comentar las imágenes específicamente o el argumento para que vosotros mismos lo descubráis y podáis disfrutar de la misma experiencia sin adulterar. Sólo mencionar que se escogió a Bob Geldof para encarnar al personaje Pink Floyd, Geldof era entonces el cantante de The Boomtown Rats (sí, hombre, los que tocaban I Don't Like Mondays), y entre el reparto podemos disfrutar del debut en pantalla de Jenny Wright en una aparición breve pero memorable.

Como he dicho, disfrutad vosotros mismos descubriendo el argumento y los diferentes temas presentes en esta obra maestra y cuál es el significado metafórico del muro.