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31 ene 2025

El asesino de muñecas


 


 

 

Me lo pasé tan bien con Necrophagus (El descuartizador de Binbrook) (1971) que de inmediato me puse a buscar más películas dirigidas por Miguel Madrid. Como director, la carrera de Madrid fue bastante corta y llena de dificultades. Solo dirigió tres películas, siendo su último esfuerzo como director una típica y mediocre película de la época del destape, Bacanal en directo (1979), pero su segunda película es toda una curiosidad fascinante y cargada de interés. El asesino de muñecas (1975) sigue la estela de películas como Repulsión (Repulsion, Roman Polanski, 1965) o El coleccionista (The Collector, William Wyler, 1965), metiéndonos en la cabeza de un asesino en serie. Se convierte así en precedente de títulos clásicos de culto como Maniac (William Lustig, 1980).

 Paul (David Rocha) acaba de ser suspendido de la escuela de medicina, debido a que cada vez que ve sangre se marea. Quien no se marea al ver sangre es la otra personalidad que vive en el cuerpo de Paul, que se dedica a matar a las mujeres que se acercan con su parejas al parque en el que trabaja el padre de Paul (Gaspar "Indio" González). Cuando los padres de Paul se van de vacaciones y dejan al muchacho solo para que siga el trabajo de jardinero, la cordura de Paul se va degradando cada vez más. Esto es así hasta que llega Audrey (Inma de Santis), hija de la condesa Olivia (Helga Liné). Si bien es la condesa primero la que intenta convertir a Paul en su amante, este y Audrey empiezan a tener una relación. ¿Podrá la relación (y Audrey) sobrevivir a la personalidad oculta de Paul?

Mientras que Necrophagus es un anárquico delirio que deja de lado la lógica para ofrecer un espectáculo terrorífico al espectador, El asesino de muñecas es un film mucho más adulto. Madrid muestra un gran dominio de la narrativa, utilizando la lógica onírica para mostrar el mundo a través de los ojos de Paul, que no es capaz, en ocasiones, de distinguir entre la realidad y la fantasía. De modo que, aunque es una película más canónica que la primera que dirigió Madrid, no dejan de aparecer los toques bizarros que la separan de otras películas del estilo, como cuando la acción se convierte en un número musical (ver abajo).

Desde el primer momento se nos muestra que el mundo en el que vive Paul es intenso, rozando en ocasiones el camp, pero siempre al servicio de la narrativa. Al fin y al cabo, no estamos viendo el mundo de un modo realista, sino a través de los ojos de una persona con serios problemas de salud mental. Esto le permite a Madrid introducir momentos surrealistas, como el mencionado número musical, que en su día no fueron bien recibidos y demuestran que fue una película adelantada a su tiempo. La película no fue solo mal recibida por la crítica y el público, también la censura de la época le provocó bastantes dolores de cabeza al director. Aunque fue obviamente rodada principalmente en el Parc Güell y el Parc de la Ciutadella en Barcelona, la acción se supone que transcurre en una ciudad francesa, ya que la censura se negó a que se mostrara a un asesino en serie español, ya que en España, según las autoridades, no había asesinos en serie. Además, tampoco se podía mostrar a una condesa española manteniendo relaciones con el servicio, sobre todo si el servicio era racializado, ya que según las autoridades censoras eso es algo que nunca haría una condesa española. Esto hace que la película resulte más surrealista, ya que Madrid decidió filmar en localizaciones de Barcelona muy reconocibles.

El asesino de muñecas es una película única, que gana con cada visionado. Mezcla muchos elementos conocidos pero el resultado es muchas cosas menos familiar. Está editada sin cortes en Blu-ray por Mondo Macabro y la recomiendo para los amantes del cine de culto que se aparta de la norma.


10 ene 2025

El extraño amor de los vampiros

 


 

Se dice que el auténtico crítico, el que decide el valor de una película, es el tiempo. El extraño amor de los vampiros (León Klimovsky, 1975) es un claro ejemplo de esta máxima: cuando se estrenó pasó sin pena ni gloria, una película de serie B más, pero con el tiempo ha perdurado como un clásico pionero.

Catherine (Emma Cohen) es una joven cuya buena posición sirve de poco, ya que poco a poco se muere consumida por la enfermedad. El pueblo en el que vive tampoco pasa su mejor momento, ya que se están produciendo diversas muertes, cuya causa los habitantes están convencidos que son vampiros. El padre de Catherine (Manuel Pereiro) y el médico del pueblo (Lorenzo Robledo), al principio desechan los temores de los pueblerinos como mera superstición ignorante. Pero cuando se hace evidente deciden tomar cartas en el asunto. Por su parte Catherine, que descubre que su recientemente fallecida hermana (Amparo Climent) ha sido convertida en una vampiresa, se enamora del conde Rudolf de Winberg (Carlos Ballesteros), el vampiro que lidera toda una banda de no muertos.

Gracias a la interpretación de Christopher Lee, los vampiros, durante gran parte de los sesenta, se habían representado como amenazantes criaturas de la noche. Pero entrada la década de los setenta, se empiezan a enfatizar los toques eróticos y también se enfatizan los toques románticos, como por ejemplo en El gran amor del conde Drácula (Javier Aguirre, 1973), mientras que en 1976 Anne Rice publica Entrevista con el vampiro. La Hammer, en un intento de atraer espectadores, hacía más explícitos los toques eróticos que antes se insinuaban, como en la eróticamente cargada Las amantes del vampiro (The Vampire Lovers, Roy Ward Baker, 1970). Finalmente, la década culminaría con uno de los Dráculas más sexys del cine, al que dio vida Frank Langella en Drácula (Dracula, John Badham, 1979). Y, claro, tampoco podemos pasar por alto las interpretaciones iconoclastas de los vampiros que arrancan con la clásica comedia El baile de los vampiros (The Fearless Vampire Killers, Roman Polanski, 1967).

Todo esto flotaba en el ambiente cuando Juan José Daza, Juan José Porto y Carlos Pumares se pusieron a trabajar en un guion que rompiese con los tópicos cinematográficos asociados con los vampiros populares en la época. Y es algo palpable en El extraño amor de los vampiros. Aquí no tenemos un grupo de valientes cazavampiros unidos para acabar con la amenaza de los no muertos. No hay un infalible y sabio equivalente a Van Helsing que salve a los personajes. El centro es la historia de amor entre Catherine y el conde Rudolf, donde destaca Emma Cohen. La actriz hace un excelente trabajo a la hora de ilustrar el descenso hacia la oscuridad de su personaje, con un momento en particular, en la escena de la fiesta, realmente retorcida.

Klimovsky, director de algunas de las mejores películas de Paul Naschy, había trabajado los vampiros previamente en La orgía nocturna de los vampiros y La saga de los Drácula (ambas 1973) (y tampoco podemos olvidar que la villana de La noche de Walpurgis [1971] es también una vampiresa). Esta película iba a ser un retorno al tema vampírico pero también fue la despedida del director del fantaterror, algo de lo que parece que era consciente y por ello puso toda la carne en el asador. Además de algunos toques surrealistas y perversos, en especial en la fiesta de los vampiros, Klimovsky dota al film de una atmósfera melancólica y romántica, que enlaza con el terror y el gótico. No es un film que de miedo, pero su atmósfera gótica resulta intoxicante y deliciosa.

El extraño amor de los vampiros se ha convertido en un clásico, no solo para los amantes del fantaterror español, también para aquellos amantes del cine de vampiros y el gótico.


30 oct 2024

Anora

 


 

Se ha publicado mi crítica de Anora (Sean Baker, 2024) en Underbrain Mgz, podéis leerla clicando aquí:

https://underbrain.com/cine/anora/

Esta es una de esas películas que gusta a todo el mundo menos a mí. Ha entusiasmado a la crítica pero yo no acabo de entender qué tiene para entusiasmar tanto, aunque le veo algo de valor. Juzgad por vosotros mismos, pero no me fio de directores cuyo nombre aparece en el tráiler al mismo tamaño que el título.


10 oct 2024

Los Radley (The Radleys)





Publicada mi crítica de la mezcla de comedia y terror Los Radleys (The Radleys, Euros Lyn, 2024) en Underbrain Mgz:


Una de esas películas que no te alucinará pero que tiene sus puntos de interés. Divertida y entretenida.


6 sept 2024

La quinta jornada (Le cinque giornate)

 


 

Durante mucho tiempo, La quinta jornada (Le cinque giornate, Dario Argento, 1973) fue el título más desconocido de la filmografía de Dario Argento. En su día fue un fracaso de taquilla y, al no tratarse de un giallo sino de una comedia histórica, fue ignorado tanto por la crítica como por los fans de Argento. Hasta hace poco, además, no era una película fácil de ver. De modo que, siendo sincero, me compré la reciente edición en 4K principalmente para completar la filmografía de mi admirado Dario Argento en la estantería y me puse a verla por cumplir el expediente. Para mi sorpresa, me encontré disfrutando enormemente de esta película y disfrutando con ella hasta el final.

Nos encontramos en 1848, cuando se produce la primera revolución italiana para expulsar a los austríacos de Italia, el primer paso para que el país se acabara convirtiendo en una república en 1861. Pero nada de esto le interesa a Cainazzo (Adriano Celentano), un ladrón que aprovecha un atentado para liberar a revolucionarios para escapar de la cárcel. Una vez fuera, tiene como objetivo reclamar su parte del botín obtenido en el golpe por el que fue preso. Cainazzo descubre que su cómplice, Zampino (Glauco Onorato), es ahora un líder de la revolución que se hace llamar Libertad. Cainazzo empieza entonces su odisea para dar con Zampino, viéndose involucrado de forma involuntario en diversos eventos históricos acompañado de Romolo (Enzo Cerusico), un panadero cuya panadería desaparece debido a los bombardeos austríacos.

A finales de los 60 y principios de los 70 del siglo XX en Italia se pusieron de moda las comedias históricas, en particular tras el éxito de El decamerón (Il Decameron, Pier Paolo Pasolini, 1971). Una de las comedias que más éxito tuvo fue una producida por Salvatore Argento protagonizada por Adriano Celentano: El guapo (Er più: storia d'amore e di coltello, Sergio Corbucci, 1971). De modo que Argento padre le pidió a su hijo Dario que le escribiera otra comedia histórica que sería de nuevo protagonizada por Celentano. Dario recuperó entonces un guión que puso en marcha tras el exitoso estreno de Los cuatro días de Nápoles (Le quattro giornate di Napoli, Nanni Loy, 1962). Originalmente, Nanni Loy iba a ser el director de La quinta jornada, con un guion en el que trabajaron Dario Argento y Luigi Cozzi. Este guion era una comedia sin toques políticos y homenajes a artistas de la comedia del cine mudo como Buster Keaton y Charles Chaplin. Luego, se pusieron a trabajar en el guion Argento y Nanni Balestrini. Balestrini sí que fue un escritor más político y animó a Argento a añadirle alegoría política a la comedia. Argento lo vio como una oportunidad de dar rienda suelta a sus tendencias comunistas, que no explotaba en sus gialli.

Era un momento también en el que Argento no estaba seguro de hacia que dirección tomar con su carrera. La serie que había creado para la televisión, La puerta en la oscuridad (La porta sul buio, 1973), le había dado una tremenda popularidad y su "trilogía animal" había sido un tremendo éxito de taquilla, pero ese mismo éxito había provocado que se estrenaran en los cines muchas imitaciones y que el mercado se llenara de gialli. Este momento de duda sobre el futuro se juntó con que el director original de La quinta jornada abandonara el proyecto y el reparto pidiera que Argento se pusiera al frente. Y así acabó Argento dirigiendo una comedia histórica que, a primera vista, no podía ser más distinta de las películas que había dirigido entonces.

La película, que tuvo un rodaje complicado, estaba pensada para el mercado italiano, pero fue un fracaso de taquilla. Fuera de Italia tampoco funcionó demasiado. Argento había ideado la película como una alegoría de lo sucedido tras el Mayo del 68, con una gran carga crítica entre la comedia, que no funcionó y no se entendió en su momento. Su reputación no mejoró con el tiempo, pasando décadas desaparecido y solo accesible mediante ediciones piratas o italianas de pobre calidad. Sin embargo, gran parte de las críticas negativas que he visto sobre la película eran de críticos y expertos ingleses y americanos, que creo no podían conectar con el mensaje de Argento, procedentes de un bagaje cultural muy distinto, al contrario de lo que sucede entre españoles e italianos, más próximos. Por mi parte, creo que a varios momentos históricos de la historia de España pueden ser perfectamente representados por la alegoría de Argento. También comparto bastante de las ideas que expone Argento. Y, sobre todo, me pareció una película muy divertida. Exceptuando alguna escena de homenaje al cine cómico mudo, las situaciones en que se ven envueltos los personajes me hicieron reír mucho con su mezcla de humor negro y cinismo. Lo que, al fin y al cabo, es lo más importante cuando hablamos de una comedia.

El fracaso de esta película hizo que Argento decidiera, de forma definitiva, volver al giallo, lo que hizo con la obra maestra Rojo oscuro (Profondo rosso, 1975). Estar alejado del género temporalmente contribuyó a un regreso verdaderamente genial, pero no se ha de desmerecer La quinta jornada, que nos ofrece una parte desconocida de Argento. La apreciación hacia ella parece que por fin cambia y es el momento de celebrar este redescubrimiento por parte de los fans no italianos de Argento.


23 ago 2024

Pearl en Underbrain

 


 

Con motivo del estreno de MaXXXine (Ti West, 2024) escribí otro artículo para Underbrain Mgz sobre la segunda entrega de la trilogía Pearl (Ti West, 2022). Es un artículo más o menos nuevo escrito sobre la base del que escribí para mi blog y que podéis leer aquí:

https://underbrain.com/cine/pearl/


MaXXXine

 


 

Por fin se estrena en cines MaXXXine (Ti West, 2024), la conclusión de una sorprendente trilogía que ha logrado mantener un gran nivel de calidad en cada entrega. Podéis leer mi crítica de esta excelente película en Underbrain Mgz:

https://underbrain.com/cine/maxxxine/

Esta trilogía se convertirá en un clásico del género, además de romper las barreras del cine de terror. Una soberbia conclusión que es también una gran película por sí misma.


11 jul 2024

Bikeriders. La ley del asfalto (Bikeriders)

 


 

Publicada mi crítica de Bikeriders. La ley del asfalto (The Bikeriders, Jeff Nichols, 2024) en Underbrain Mgz, que podéis leer en este enlace:

https://underbrain.com/cine/bikeriders-la-ley-del-asfalto/

Jeff Nichols trae de vuelta el cine de moteros clásico para las nuevas generaciones, en parte tradicional, en parte reinterpreta. Un lograda recreación de una época que refleja algunos aspectos de la nuestra.

7 feb 2024

Caligula: The Ultimate Cut

 

Cuando en el pasado he comentado Calígula (Caligula, Tinto Brass, 1979), lo hice desde la perspectiva de una desmadrada y pasada de vueltas sexploitation. Una película que elevaba la sordidez y el mal gusto hacia un nivel épico que la hacía transgresora. Con el tiempo, mi aprecio por el film, especialmente tras descubrir la versión (más o menos) de Tinto Brass, ha ido creciendo, sobre todo por el atrevimiento que supuso en su momento, aunque el drama tras las cámaras acabara lastrando el resultado final. Por eso, cuando se supo de la existencia de una versión completamente nueva, estrenada en el Festival de cine de Canes (2023), ardía de curiosidad por verla. Caligula: The Ultimate Cut (2023) es realmente una película completamente nueva, que, desde mi humilde punto de vista, convierte el film en una obra maestra.

Cuando digo que Caligula: The Ultimate Cut es una película completamente nueva, lo digo literalmente. Cuando salen a la luz "nuevas versiones" o "montajes del director", se suele tratar de películas a las que se les ha añadido o quitado escenas, tal vez alterado el orden de alguna escena o cambiado la banda sonora. En el mejor de los casos, estas nuevas versiones reparan errores del pasado y ofrecen una nueva perspectiva de la película en cuestión. El mejor ejemplo de esto sería el muy, muy superior montaje del director de Dark City (Alex Proyas, 1998) que realmente hace que sea una película mejor. En otras ocasiones, simplemente se trata de la misma película más larga. Pero siempre se trabaja sobre material existente. Sin embargo, The Ultimate Cut se ha editado partiendo de material inédito, incluso las escenas que también aparecen en las previas versiones existentes, se han editado usando tomas distintas. En otras palabras, todas las casi tres horas que dura el film se han editado a partir de material nuevo no visto.

El proyecto de "reconstruir" Caligula fue dirigido por Thomas Negovan. Negovan empieza a trabajar en el film después de que se descubrieran alrededor de 90 horas de material filmado a finales de los 70 que se creía perdido. Como guía narrativa se utilizó el guion de Gore Vidal y se optó por enfatizar las interpretaciones de los actores, escogiendo los momentos más humanos y menos melodramáticos que los que se usaron en su día. Los principales beneficiados de este enfoque son Malcolm McDowell y Helen Mirren. McDowell porque su interpretación en esta versión es mucho mejor, creando un Calígula más humano sin dejar de ser un psicópata endiosado. En el caso de Mirren, su papel se ve aumentado casi una hora, profundizando más en la relación de su personaje con Calígula. Además, ahora se puede oír la voz de Teresa Ann Savoy, que fue doblada en su día. En consonancia con el nuevo material se ha creado una nueva banda sonora, más inquietante y ambiental, que subraya la locura, la tragedia y las muertes de la historia que cuenta. Finalmente, se ha añadido un prólogo animado, creado por nada menos que Dave McKean, cuyo estilo encaja a la perfección con el film.

El resultado final es un film soberbio. Una maravilla decadente y sórdida, poética y compleja. Calígula sigue siendo un tirano borracho de poder, pero se representa de forma más humana. Se comprende mejor cómo Calígula acaba convirtiéndose en un monstruo, teniendo en cuenta el ambiente en el que se encontraba. Al fin y al cabo, crece en un ambiente en el que reina la paranoia, los asesinatos y las traiciones, un ambiente que él lleva al siguiente nivel de corrupción moral. De este modo, la película es más adentrarse en un mundo decadente y terrible que simplemente intentar impactar al espectador con la siguiente escena de sexo o violencia; que también hay mucho de esto, pero su utilización encaja mejor con el drama que cuenta. Impactar por impactar acaba perdiendo efecto, se hace repetitivo y aburrido, el impacto emocional, dramático, es más efectivo y duradero.

Por todo esto, me alegra poder decir que Caligula: The Ultimate Cut realmente explota el potencial artístico del film. Es una gran película a redescubrir, una obra maestra que recomiendo tanto a los que hayan visto la versión estrenada en cines y no les gustó, a los que les gustó y a aquellos que no la hayan visto nunca y la descubran ahora.

18 ene 2024

Concrete Utopia (Konkeuriteu yutopia)

 
Se ha publicado mi crítica de Concrete Utopia (Konkeuriteu yutopia, Tae-hwa Eom, 2023) en Underbrain Mgz, podéis leerla clicando en:

 
Una original y muy entretenida mezcla de cine de catástrofes y ciencia ficción. Muy recomendada.
 

1 dic 2023

Puertas perversas

 

Durante mucho tiempo, los aficionados al cine de género asiático, ya fuera japonés, chino o coreano o de donde fuera, lo teníamos bastante difícil para ver películas de estos países. Entonces, a finales de los 90, hubo una explosión de títulos debido al éxito de The Ring (El círculo) (Ringu, Hideo Nakata, 1998), que fue el punto de partida de la moda del nuevo J-Horror, y al impacto internacional de Audition (Ôdishon, Takeshi Miike, 1999). Así, con el tiempo, se han ido conociendo en Occidente títulos que solo se habían visto en festivales o cintas piratas. Uno de estos títulos que ahora se puede conseguir sin dificultad es el híbrido de thriller y terror Door (Banmei Takahashi, 1988).

Durante la década de los 80 del pasado siglo XX, el cine de terror japonés se fue volviendo cada vez más salvaje debido a la cada vez mayor demanda del mercado del video de productos más extremos que lo que se estrenaba en salas de cine. Películas pasadas de vueltas como Entrails of a Virgin aka Guts of a Virgin (Shojo no harawata, Kazuo "Gaira" Komizu, 1986) dominaban el género en video. Aunque también se produjeron títulos notables, como la genial Tokyo Snuff (Shiryô no wana, Toshiharu Ikeda, 1988), los títulos cada vez más extremos y gore que llenaban las estanterías de los videoclubes provocaron que el gran público se fuera alejando del género, que se hizo muy minoritario. Es por entonces que se empiezan a editar en vídeo historias de fantasmas y compilaciones de cortometrajes inquietantes, originalmente enfocadas al público adolescente japonés femenino, que acabaría dando origen al J-Horror que tanto impactó Occidente.

Entre estos dos extremos, el terror gore pasado de vueltas y las historias sobrenaturales cargadas de atmósfera, nos encontramos Door. La película se estrenó en cines producida por The Director's Company, una compañía fundada con el objetivo de dar completa libertad creativa a los cineastas. La trama, a primera vista, no es muy distinta de las que nos encontramos en los thrillers de la época. Pero, repito, es algo solo a primera vista. Yasuko Honda (Keiko Takahashi) es una joven ama de casa feliz en su matrimonio y madre de un niño. Su idílica vida doméstica se ve solo enturbiada por el acoso de los vendedores a domicilio y el miedo a que alguien entre en casa, por lo que se asegura de cerrar bien la puerta del piso en que vive la familia. Un día, un vendedor (Daijirô Tsutsumi), consigue introducir la mano por la rendija de la puerta para dejarle a Yasuko unos panfletos. Asustada, Yasuko cierra de golpe la puerta golpeando los dedos del insistente vendedor. Molesto por la reacción de Yasuko, este vendedor se obsesiona con ella y empieza a acosarla continuamente, mediante llamadas y ataques que irán escalando en gravedad.

Door tiene una estructura que recuerda a la de la posterior Audition: la mayor parte del film se dedica a acumular tensión mediante el suspense psicológico. Esta acumulación de tensión acaba explotando en unos sangrientos veintes minutos finales cargados de violencia. Además de la tensión, el argumento de Door tiene unos siempre bienvenidos toques de sátira social, con la manera en que presenta el acoso de los vendedores a domicilio, cuyo equivalente actual serían las pesadas llamadas a domicilio ofreciendo ofertas de forma contínua. Pero aún más relevante para el espectador actual es la manera en que representa a la protagonista. La japonesa era (y al parecer sigue siendo) una sociedad muy machista (la nuestra no es mucho mejor), algo denunciado en distintas películas del género. Este comentario social es algo que también une Door y Audition, en el caso del film de Banmei Takahashi en lo sola que está Yasuko en su lucha contra el acosador: su marido está días fuera trabajando y la deja sola sin darle importancia a sus quejas, la policía no hace nada y cuando pide ayuda en el edificio nadie acude.

Además de los temas que toca, Door también destaca por la manera en que está rodada. La cámara flota continuamente, creando planos elegantes. También transmite muy bien la claustrofobia de estar encerrados en el piso con Yasuko. La banda sonora resulta efectiva, si bien algo repetitiva.

En definitiva, todo esto es lo que hace de Door una película interesante y notable, aunque el argumento resulte muy familiar al espectador actual.


 

 

Mientras se encontraba trabajando en su última película, los productores le pidieron a Banmei Takahashi que le cambiara el título para convertirla en una secuela de Door, debido a las buenas ventas que estaba teniendo en vídeo (tras la entrada en bancarrota de The Director's Company, Door y otros títulos de la productora estuvieron desaparecidos durante décadas). Así nació Door 2: Tôkyô Diary (1991), estrenada directamente en vídeo.

Esta secuela de nombre es completamente distinta de la primera entrega, como se puede uno imaginar teniendo en cuenta su origen. Se trata de un drama erótico protagonizado por Ai (Chikako Aoyama), una joven prostituta. Door 2 nos introduce en su mundo, los peculiares clientes que tiene, en particular la relación especial que mantiene con uno de ellos, Mamiya (Joe Yamanaka), y sus amistades.

Se ha de decir que esta película es más parecida a los anteriores trabajos del director, siendo Door, una película de terror, una rareza en su filmografía. Esta película era el territorio habitual de Takahashi, aunque no deja de tener sus momentos truculentos. Chikako Aoyama, recordada por su papel en Robotrix (Nu ji xie ren, 1991), carga sin problemas con el peso de la película, enfrentándose a todo lo que le pide la película sin miedo. Una película que se ha de apreciar no es moralista ni juzga a la protagonista por el trabajo que decide llevar a cabo, más bien observa una sociedad que parece desorientada.

La excusa para retitutarla Door 2 son un par de secuencias en las que Ai reflexiona sobre el misterio que se encuentra al cruzar las puertas de las casas de los clientes, ya que los hombres parecen transformarse una vez pasan por la puerta. Tras las distintas puertas que atraviesa Ai (ninguna verde en este caso), se producen diversas viñetas. Más o menos perversas, más o menos fetichistas, estas viñetas sirven de intervalo entre las escenas entre Ai y Mamiya, con el cual Ai intenta iniciar una relación convencional, lo que le llevará a plantearse su vida.

Door 2 no es un título memorable, más allá de la presencia de Aoyama, como es la primera Door, pero es un bienvenido añadido en la edición en Blu-ray. Hubo una tercer entrega aún más desconectada de estas dos películas.

18 ago 2023

Orca: La ballena asesina (Orca)


 

Cuando Orca: La ballena asesina (Orca, Michael Anderson, 1977) se estrenó en cines, lo hizo rodeada de imitaciones de Tiburón (Jaws, Steven Spielberg, 1975), títulos que seguían explotando el éxito del clásico de Steven Spielberg como Tentáculos (Tentacoli, Ovidio G. Assonitis, 1977), ¡Tintorera! (René Cardona Jr., 1977) o la italiana L'ultimo squalo (Enzo G. Castellari, 1981) que en su día se estrenó en España como Tiburón 3. Muchas de estas películas se pusieron en marcha ya que Universal también quería su ración de explotación con el estreno de Tiburón 2 (Jaws 2, Jeannot Szwarc, 1978). Es por esto que Orca, de forma algo injusta, fue apilada con el resto de estos títulos. Y es injusto porque, aunque es obvio que Dino De Laurentiis puso en marcha la producción por el éxito de Tiburón, el film resultante es muy distinto y tiene mucha más personalidad que el grupo de películas en el que fue apilado. Con la distancia del tiempo, es ahora que Orca empieza a ser valorada y juzgada por sus méritos, que no son pocos.

Lo que hace diferente a Orca es la manera en que trata los elementos propios del cine ecoterror de los 70, para presentarnos una historia con un tono trágico y melancólico, se podría decir muy "setentero", en la que la orca protagonista se presenta como algo más que un simple monstruo devorador de incautos. Richard Harris es Nolan, un pescador irlandés que busca la manera de ganar suficiente dinero como para pagar la hipoteca del barco que heredó y regresar a Irlanda. Nolan ve una oportunidad de oro cuando descubre la presencia de orcas en la zona, e intenta capturar viva una para venderla a un parque acuático. La bióloga marina Rachel Bedford, a la que da vida Charlotte Rampling, intenta persuadir a Nolan para que se olvide de pescar una orca, sin éxito. El intento de pesca resulta es un fracaso y tiene un terrible resultado: mueren la orca hembra y la cría que llevaba en su vientre delante de la orca macho que, desde ese momento, se empeña en vengar la muerte de su familia persiguiendo a Nolan y a su tripulación.

La película crea un retrato de la orca que busca que el espectador entienda sus motivaciones. No se trata de una criatura malvada porque sí, es una criatura que ha sufrido terriblemente por culpa del ser humano. En concreto, por culpa de uno en particular: Nolan. Aquí también la película se aparta del tópico, ya que el personaje que interpreta Harris podría muy bien resultar odioso al espectador. Pero a lo largo del film Nolan muestra una interesante evolución, en la que pasa de ver a la orca como un simple animal al que explotar a verlo como un igual.

Eso no quiere decir que entre la orca y Nolan no haya un creciente odio, alimentado por las muertes que la orca provoca con su venganza. Una venganza que ofrece al espectador escenas espectaculares, siendo la más memorable el ataque a la casa de Nolan, una escena que se me quedó grabada en la memoria desde que vi la película de niño en televisión, si bien entonces no tenía ni idea que la infortunada a la que devoran una pierna era nada menos que la futura mujer 10 Bo Derek en uno de sus primeros papeles.

La publicidad de la época presentaba la criatura titular como un monstruo más típico. Lo que tampoco resulta decepcionante, ya que el film ofrece muchos momentos "monstruosos", pero se ha de reconocer el trabajo en el guion, en el que participó Robert Towne, para ofrecer una historia más interesante, más profunda que las más superficiales películas que se estrenaron por la época. Que no es que quiera hacerlas de menos, es que Orca es mucho más.

20 jul 2023

Oppenheimer


 

¡¡¡KA-BUUUUMMM!!! Ya ha caído el bombazo que ha dirigido Christopher Nolan. Oppenheimer (2023) es una tremenda película de la que podéis leer mi crítica en Underbrain Mgz:

https://underbrain.com/cine/oppenheimer/

Solo Nolan podía coger un biopic y transformarlo en un thriller con momentos de pesadilla. Las tres horas más cortas que he vivido.

11 jul 2023

La saga Crepúsculo

 

Hasta el momento en que se me ocurrió la idea de escribir este artículo, nunca había visto ninguna de las películas de la saga Crepúsculo ni leído ninguna de las novelas en que se basaban. Cuando se estrenaron no me llamaron la atención ni me interesaron, no parecía que fuera algo hecho para mí. Además, de joven era un gran fan de la serie creada por Joss Whedon Buffy, cazavampiros (Buffy the Vampire Slayer, 1997-2003). Y hay algo que nunca me gustó de la serie, por mucho que me apasionara el resto, el romance entre Buffy (Sarah Michelle Gellar) y Angel (David Boreanaz). No solo porque Angel nunca me gustó como personaje, de ahí que nunca me molestara en ver el spin-off protagonizado por él, sino porque se trataba de un hombre adulto con mucha experiencia (más teniendo en cuenta el factor vampiro que le añade cientos de años) y una chica adolescente menor de edad sin experiencia en relaciones. Era una relación muy desigual que me parecía más tóxica que romántica. Eso influyó en que decidiera pasar de ver Crepúsculo (Twilight, Catherine Hardwicke, 2008). Imagino que también me influyeron las exageradas reacciones a favor y en contra a su alrededor.

Lo que 15 años después de que se estrenara la primera película me dio ganas de visitar el universo Crepúsculo fue ver AMC Visionaries: Historias de terror de Eli Roth (History of Horror, 2018-2021). En el episodio que trataba sobre las películas de vampiros me sorprendió que dedicaran casi cinco minutos a despotricar de Crepúsculo, como si fuera una ofensa personal su mera existencia, lo que me sorprendió. Sobre todo porque ya había visto hasta series infantiles con vampiros, o sea que no es como si Crepúsculo fuera a destruir el poder de la figura del vampiro dentro del género. Y luego me pregunté si este ataque habría sido tan enconado si no se hubiera tratado de una serie de películas/novelas cuyo público principal eran chicas adolescentes, ya que no es extraño que películas, novelas, series o grupos musicales sean más criticados y ridiculizados si están pensados para chicas jóvenes. O tal vez las críticas eran merecidas y la verdad es que tanto la saga cinematográfica como la literaria son una afrenta a la fantasía de tan malas que son. La única manera de salir de dudas era leer las novelas y ver las películas, con una mente abierta, sin prejuicios, para formarme mi propia opinión.

Lo primero fue ponerme con las novelas escritas por Stephenie Meyer. He de reconocer que cuando empecé a leerlas temí que se tratara de una copia suavizada de las historias de Anne Rice. Cuando se estrenó Entrevista con el vampiro (Interview with the Vampire, Neil Jordan, 1994), se produjeron muchas imitaciones con la esperanza de aprovechar algo del éxito de la película de Neil Jordan. Estas imitaciones acabaron creando también una corriente crítica hacia Anne Rice como la culpable de "suavizar" el vampiro (unas críticas en las que había algo de homofobia). Pero estos críticos olvidaban que la novela Entrevista con el vampiro se publicó originalmente en 1976, causando un gran impacto por su originalidad. Rice también jugó de forma más explícita con la sexualidad del vampiro, sin que dejara de ser un asesino bebedor de sangre. Luego, Billy Martin cuando todavía era Poppy Z. Brite, hizo mucho más explícita las escenas sexuales en sus novelas El alma del vampiro y La llamada de la sangre. Pero Rice siempre se mantuvo entre la ambigüedad y la fantasía, reinterpretando a Lestat en Lestat el vampiro, en la que el famoso vampiro solo bebe la sangre de criminales o gente malvada, algo habitual en los héroes del cómic que también son vampiros como Hannibal King.

Con La reina de los condenados Rice cerraba una fantástica trilogía vampírica. Sin embargo, a medida que fue desarrollando las crónicas vampíricas es innegable que se fue produciendo un bajón en la calidad de las novelas, siendo la peor la última que publicó en vida. Es esta última representación de menor calidad del vampiro más romántico y fantasioso, menos terrorífico y más tópico, la que temía que Stephenie Meyer imitara. Pero al leer las novelas me sorprendí al descubrir que eran bastante entretenidas. No había nada original que no hubiera visto/leído antes, pero las tramas de batallas contra hombres lobo y otros clanes vampíricos me parecieron entretenidas, así como me gustó la manera que tenía de matar vampiros: desmembramiento seguido de cremación. Aún me sorprendió más verme disfrutando con el flirteo con el body horror de la cuarta novela; la novela breve La segunda vida de Bree Tanner, explicada desde el punto de vista de una vampiresa, también me gustó.

Esto no quiere decir que las novelas de la saga no tengan sus problemas, más allá del estilo simple en que están escritas (que supongo no es extraño teniendo en cuenta el público juvenil al que van destinadas). Los principales problemas de las novelas están relacionados en la tóxica manera en que presenta la relación entre Bella y Edward, tremendamente posesiva y obsesiva, todo muy negativo fuera de una canción pop. En un momento, Edward le confiesa que la ha estado espiando en su dormitorio por las noches y Bella se lo toma como un gesto romántico (!), tal vez por eso, aunque se supone que se centra en el romance, me parece una saga muy poco romántica. También es muy poco sana la manera en que Bella deja de lado sus amistades y vida personal para convertir Edward en el centro de su existencia. Jacob, su otro interés romántico, tampoco queda mucho mejor, competiendo con Edward en quién es más manipulador y controlador de Bella.

Son también novelas tremendamente conservadoras. Bella y Edward no mantienen ningún tipo de relación sexual, no me refiero solo al coito, tampoco juegos y demás prácticas, hasta después de casarse. Lo primero que hace Bella cuando llega a casa de su padre es ponerse a cocinar para él, ya que los hombres no saben cocinar ni cuidarse ni limpiar la casa. Luego supe que Stephenie Meyer es mormona y lo entendí todo.

Siguiendo en los aspectos negativos, también me sorprendió lo firmemente heterosexuales que son estas novelas, sobre todo teniendo en cuenta que estamos hablando de vampiros. Y sobre todo, repito, después de haber leído El alma del vampiro y La llamada de la sangre en las que hay escenas de sexo explícito homosexual.

A pesar de todo, no fueron una lectura muy complicada ni difícil, aunque al acabar estaba hambriento de algo más "adulto" y me lancé de cabeza a leer Our Wives Under The Sea de Julia Armfield y Exterminator! de William S. Burroughs.

Una vez superada la prueba literaria, me puse a ver Crepúsculo.

La versión cinematográfica es una buena adaptación de la novela, ya que suaviza los aspectos más tóxicos del romance entre Bella (Kristen Stewart) y Edward (Robert Cullen). También es más eficaz a la hora de presentar los villanos vampiros, haciendo que estén presentes a lo largo de la película en lugar de aparecer solo al final como sucede en la novela. Sí que es cierto que el centro de la película, el romance entre Bella y Edward, no es su punto más fuerte. No es muy apasionado, es muy casto y contemplativo, debido a la excusa de que la fuerza de Edward podría matar a Bella, lo que le da un aire de romance del siglo XVIII. Los ataques de los villanos vampiros están muy bien ejecutados teniendo en cuenta que es una película pensada para ser calificada PG-13.

La película en sí es inofensiva y entretenida. Un buen reparto da vida a una trama que no es muy original, pero está presentada de forma efectiva. Es una película que puede servir como puerta de entrada al género para personas que lo desconozcan, pero para el aficionado al cine de terror o la fantasía (ya que Crepúsculo es más fantasía que terror) no tiene muchos alicientes. Además, es la entrega más floja de la saga ya que se dedica a introducir a los personajes y el mundo que habitan. Pero tampoco es tan terrible ni abominable como parecen indicar los comentarios, he visto cosas mucho peores y no solo dedicadas a adolescentes.

Pero verla me confirmó que hay muchos prejuicios en contra de ella que no están enteramente basados en la realidad de la película, que es bastante normalita. Tampoco es que acabe de ver justificado el entusiasmo a favor, pero yo no soy una chica adolescente, lo cual puede influir. Y tampoco quiero generalizar, no es que solo las chicas adolescentes la puedan disfrutar (y a algunas tampoco les gustará). Supongo que lo que quiero decir es que Crepúsculo es una fantasía pensada para el público adolescente que explota el romanticismo del vampiro de una forma segura y contenida, realizada de forma competente y efectiva. No es ni la peor ni la mejor de su género.

 

 

Las cosas se ponen más interesantes con La saga Crepúsculo: Luna nueva (The Twilight Saga: New Moon, Chris Weitz, 2009). Se confirma el excelente trabajo de la guionista Melissa Rosenberg a la hora de adaptar las novelas de Stephenie Meyer. Rosenberg condensa las novelas de la saga de forma efectiva, muchas veces potenciando los aspectos positivos y limando los negativos.

En esta entrega se introducen los hombres lobos, usando como base mitológica las leyendas de los nativos americanos (algo que no hizo muy felices a los nativos americanos afectados). Se utiliza la clásica animadversión entre hombres lobo y vampiros que se remonta a los años de Abbott y Costello contra los fantasmas (Bud Abbott and Lou Costello Meet Frankenstein, Charles Barton, Walter Lantz, 1948). Jacob, interpretado por Taylor Lautner, es el hombre lobo principal que se convierte en el rival de Edward por las atenciones de Bella. La cual, en esta entrega, redefine el concepto de obsesión y depresión. La abrupta marcha de Edward la deja en un estado depresivo en el que deja de lado todo para pasar el tiempo tirada en el sofá pensando en Edward. Sorprendentemente nadie piensa en hacer que Bella busque ayuda profesional. Una ayuda que necesita con urgencia a partir de que descubre que, cuando pone su vida en peligro, puede ver el fantasma de Edward. De modo que decide realizar actividades cada vez más peligrosas para poder ver a Edward diciéndole que no haga la tonta como si fuera más su padre que su novio.

Así explicado parece realmente absurdo, pero es también lo que le da atractivo a la saga, donde tienes personajes que actúan como si estuvieran en una novela romántica gótica a pesar de estar ambientada en la actualidad.

Luna nueva mantiene presente y activa a la malvada vampiresa Victoria, interpretada de nuevo por Rachelle Lefevre tras su presentación en Crepúsculo, de forma más efectiva que en la novela. Pero los auténticos antagonistas son el clan de los Volturi, que incluye a Dakota Johnson como Jane, una pequeña vampira capaz de hacer que sus enemigos se retuerzan de dolor con el poder de su mente, y a Michael Sheen como Aro, uno de los líderes del clan. Los Volturi no son muy distintos de los clanes que aparecen en otras películas del estilo, como en la saga Underworld, pero los actores los hacen interesantes.

De nuevo, Luna nueva resulta ser una película entretenida. A veces por sus fallos (la trama de Bella viendo el fantasma de Edward), a veces por sus aciertos (los Volturi y los hombres lobo), pero mantiene el interés del espectador. Puede que tal vez sea porque el aspecto más flojo para mí, el romance entre Bella y Edward, va dejando cada vez más sitio a los aspectos más fantásticos del universo creado por Stephenie Meyer. Dicho esto, la introducción del triángulo amoroso le añade algo de salsa a la trama.

 

 

Lo primero que me llamó la atención de La saga Crepúsculo: Eclipse (The Twilight Saga: Eclipse, 2010) es que estaba dirigida por David Slade, el director de Hard Candy (2005) y la muy diferente película de vampiros 30 días de oscuridad (30 Days of Night, 2007). Otro detalle que me llamó la atención es que Rachelle Lefevre, la actriz que interpretó a Victoria en las dos entregas anteriores, fue despedida y sustituida por Bryce Dallas Howard, debido a un conflicto de calendario.

En esta entrega vemos como el ansia de venganza de Victoria la lleva a crear un ejército de nuevos vampiros, que se dedican a dejar seca Seattle, lo que obliga a los vampíricos Cullens y a la manada de hombres lobo a forjar una complicada alianza. Esto trae consigo que la tensión entre Edward y Jacob por las atenciones de Bella aumente. Es por eso que Edward y Jacob están en su momento más controlador y posesivo y manipulador, ambos tratan a Bella como una niña de la que han de cuidar. Eventualmente, Bella logrará imponer su voluntad, lo que tal vez le da un toque feminista a la saga, pero no demasiado. Y, claro, hay que tener en cuenta que se supone que los personajes son adolescentes, de modo que su actitud inmadura se entiende aunque no se apruebe.

Supongo que para sortear la censura americana, en las películas, cuando a los vampiros los hieren/mutilan/decapitan se muestra como si su piel fuera de porcelana. Entiendo la opción, pero no me acaba de convencer. Pero es el único aspecto negativo en esta entrega que es la que tiene más acción.

Lo que no tiene es sexo. Llega a su máximo la tensión abstinente, lo cual me hizo pensar si no se trata en sí de una opción erótica. Que no haya sexo es el sexo. Que se trate de alimentar la pasión mediante la abstinencia. Solo Stephenie Meyer tiene la respuesta.

Creo que esta es la entrega que más me ha gustado, junto con la batalla de la película final. Incorpora elementos de La segunda vida de Bree Tanner, de modo que, de nuevo, los villanos están mejor desarrollados en la película que en la novela homónima de Meyer. La batalla y las peleas también están bien realizadas, dándole a la película una intensidad que estaba ausente en las anteriores entregas.

 

 

Y llegamos a la conclusión de la saga. Y aquí, por fin, ¡Bella y Edward follan! Pero no nos adelantemos. Amanecer, la que entonces era la última novela de la saga, fue dividida en dos películas para ser llevada al cine: La saga Crepúsculo: Amanecer (The Twilight Saga: Breaking Dawn - Part 1, Bill Condon, 2011) y La saga Crepúsculo: Amanecer (The Twilight Saga: Breaking Dawn - Part 2, Bill Condon, 2012). Esta decisión vino motivada por el ejemplo de la franquicia Harry Potter, que ofrecía una manera de seguir exprimiendo el éxito de una franquicia basada en novelas llegados al último libro, que se justificaba diciendo que así se era más fiel al material y resultaba en un final más épico.

La realidad es que esta tendencia de partir en dos las adaptaciones de novelas era bastante molesta, porque quedaban en películas muy desequilibradas. Sin embargo, por lo menos en el caso de Amanacer, tiene algo de sentido ya que en la novela hay dos tramas bien diferenciadas: el embarazo de Bella y el enfrentamiento con los Volturi.

Así, la primera parte es más dramática, con todo lo que tiene que ver con el embarazo de Bella bordeando el body horror. El director Bill Condon y la guionista Melissa Rosenberg le añaden a la historia momentos que me gustaron mucho, como el flashback al primer asesinato de un humano por parte de Edward, mientras está en el cine viendo La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, James Whale, 1935) (de esperar, teniendo en cuenta la carrera de Condon), así como también me gustó la alucinación de Bella en que se ve en su boda sobre una montaña de cadáveres. Lo que me lleva a la luna de miel en la que, como ya he mencionado, por fin Bella y Edward van más allá de los simples besos. Una vez rota la tensión provocada por la abstinencia, es cierto que la pareja pierde algo de interés y la abstinencia de Edward por miedo a matar a Bella con su fuerza sobrehumana se puede ver como una especie de retorcido erotismo.

La segunda parte, por contraste, tiene mucha más acción y tensión. La necesidad de proteger a la recién nacida Renesmee y el enfrentamiento con el clan Volturi permite a la saga terminar con un toque épico, bien introducido, por oposición al de la novela que era casi como un juicio, no muy cinematográfico. Es también la entrega en la que, por fin, Bella se alza como un igual ante Edward y Jacob, aunque después de pasar por el altar y tener una hija. Como ya he dicho antes, Stephenie Meyer es mormona, así que seguramente de ahí proceden los toques conservadores de la saga.

¿Qué he aprendido yo tras este viaje? Para empezar, que no hay que juzgar lo que no se conoce y no dejarse llevar por los prejuicios. Que entiendo por qué tantos jóvenes son fans de la saga (pelis y libros) si bien no es un entusiasmo que comparto, reconociendo que, por lo menos, me mantuvieron entretenido. Finalmente, que el odio que algunos "protectores" del género tienen hacia la saga está claramente motivado por lo que se interpreta como una intromisión, aunque las películas son más fantasía que terror. Pero realmente el problema está en que es algo destinado al principalmente (aunque no solo) al público femenino y por tanto abierto a la mofa y la befa, ya que el trato que los vampiros reciben en esta saga no es muy distinto del que reciben en la saga Underworld, esta más orientada hacia la acción, o series como Crónicas vampíricas (The Vampire Diaries, 2009-2017).

O lo que es lo mismo: juzgad siempre por vosotros mismos sin dejaros llevar por los prejuicios. A veces te llevas sorpresas.

3 jul 2023

Te estoy amando locamente


 

Esta semana se estrena Te estoy amando locamente (Alejandro Marín, 2023) y podéis leer mis pensamientos sobre ella en la crítica que he escrito para Underbrain Mgz:

https://underbrain.com/cine/te-estoy-amando-locamente/

Esta película es una dramedia, esto que está tan de moda ahora en series y películas y que es la comedia dramática de toda la vida, que consigue eso tan difícil que es ser una película "con mensaje" y seguir siendo entretenida. Es decir, no deja que el mensaje deje de lado construir una buena historia con personajes interesantes.

26 may 2023

Pánico en el Tokio Express (Shinkansen daibakuha)

 

Alguien ha puesto una bomba en un tren bala japonés y exige un rescate para desactivarla ya que explotará si el tren rebaja la velocidad de trayecto a menos de 80 km/h. ¿Os resulta familiar? Bueno, los japoneses lo hicieron primero en Pánico en el Tokio Express (Shinkansen daibakuha, Jun'ya Satô, 1975).

Durante la década de los 70 del siglo XX los avances en efectos especiales contribuyeron a que se pusieran de moda las llamadas "películas de catástrofes". Con Irwin Allen como principal productor de estos títulos, eran películas con un numeroso reparto de estrellas, muchas de ellas ya veteranas, que utilizaban los efectos especiales para meter a los protagonistas en medio de terremotos, tormentas, barcos hundiéndose, edificios en llamas, zeppelines, montañas rusas y aviones en eterno peligro de explotar o ser explotados. Pánico en el Tokio Express empezó siendo la respuesta de Japón a este tipo de películas, un intento de llegar a los mercados internacionales para expandir el horizonte del cine japonés. Pero el director Jun'ya Satô, junto a los guionistas Ryûnosuke Ono y Sunao Sakagami, convirtió la película en algo más que una mezcla de thriller y cine de catástrofes.

Satô utiliza la historia para exponer los problemas sociales existentes en Japón tras finalizar el "boom" empresarial y constructor de la década de los 60. Unos problemas que resuenan con fuerza en el espectador actual, ya que son típicos de sociedades capitalistas donde ha triunfado el liberalismo. Para ello, nos introduce en el pasado de Tetsuo Okita, el líder de los criminales que ha colocado la bomba interpretado por la estrella japonesa Ken Takakura. El director se esfuerza en que entendamos las motivaciones de Tetsuo pero sin olvidar que es un criminal. Que la película se esfuerce en darle una mayor dimensión y que entendamos sus motivaciones no quiere decir que le tenga simpatía o se apoyen sus acciones. Los héroes de la función son Aoki, al que da vida otra estrella japonesa: Sonny Chiba, el maquinista del tren que no puede frenar, y el jefe de tránsito Kuromochi, interpretado por Utsui Ken, que debe lidiar con las amenazas terroristas y los juegos políticos del ministerio mientras cumple su juramento de poner a salvo la vida de los pasajeros. En la trama que afecta a Kuromochi, también el director explora otra problemática: los políticos que anteponen su bienestar al de las personas que se supone representan. De nuevo, algo que también resuena para el espectador actual.

Pero que no haya confusión. El enfoque de Satô añade drama y profundidad a la película, pero no deja de ser un tenso y trepidante thriller que no da un minuto de descanso al espectador. El director mantiene la emoción alternando entre los pasajeros cada vez más histéricos (aquí destacaría el oficinista que está tan desesperado por asistir a una reunión de negocios que es capaz de poner las vidas de todos en peligro, creo que hay otro comentario ahí) y la operación policial para dar caza a los criminales. La alternancia entre las distintas tramas y personajes se hace de manera muy efectiva, sin que se noten los 150 minutos que dura el film. De todos modos, distribuidores internacionales decidieron recortar la película para reducirla a unos 115 minutos. En este montaje, obviamente, se pierden todos los flashbacks hacia el pasado de Tetsuo que pasa a ser un simple villano nada distinto de otros villanos del género. En ambas versiones, el film fue un gran éxito, incluso teniendo en cuenta que cuando se estrenó el cine de catástrofes estaba ya de capa caída.

Aunque el espectador contemporáneo puede que no quede tan convencido por los efectos especiales como los espectadores de los años 70 (sin que eso quiera decir que no son excelentes), tanto la trama como el ritmo mantienen el film actual. Accesible tanto a los amantes del cine clásico como a los que simplemente quieran ver una película tremendamente entretenida.

17 mar 2023

Juegos mortales (Deadly Games)


 

Cuando se han visto muchos, pero que muchos, slashers, se agradece la ocasional sorpresa. Aquella película que te sorprende por la manera en que presenta un argumento algo familiar de forma distinta a la media o por ser desconocida hasta el momento de empezar a verla. Juegos mortales (Deadly Games, Scott Mansfield, 1982) es este tipo de sorpresa. Un título desconocido que, además, presenta su familiar historia de manera original (es decir, original a principios de los 80).

El film es un slasher, pero también tiene elementos de cine de suspense clásico mezclado con drama. Linda (Alexandra Morgan) es asesinada por una misteriosa figura enmascarada. Su hermana Keegan (Jo Ann Harris) regresa al pueblo para el entierro, donde vuelve a conectar con sus amigas de instituto. Sin embargo, las cosas son distintas y Keegan descubre que las parejas del pueblo se ven envueltas en una red de infidelidades que todo el mundo conoce pero nadie comenta. Keegan empieza un romance con el policía que investiga la muerte de su hermana, Roger (Sam Groom), que está casado con Sooty (Jere Rae Mansfield). Roger es también amigo de Billy (Steve Railsback). Roger y Billy fueron juntos a Vietnam, pero Billy no regresó tan entero psicológicamente como se fue. Mientras, los asesinatos prosiguen, los cuales parecen ser decididos por el asesino lanzando los dados por el tablero de un juego de mesa.

Deadly Games fue filmada durante 1979, pero no se estrenó en cines hasta 1982. El retraso se originó debido a que la compañía que la había producido quería estrenarla directamente en el entonces emergente mercado del video doméstico. El director Scott Mansfield no estaba de acuerdo con esta estrategia, quería que su película se estrenara en cines. Así que compró la película a la productora y creó su propia empresa de distribución para que Juegos mortales se viera en cines. Con su compañía se dedicó también a distribuir otras películas de terror de bajo presupuesto para darles un trato justo.

El retraso en el estreno no fue favorable a la película. Cuando llegó a las pantallas, el mercado estaba dominado por los slashers adolescentes llenos de sangrientas muertes. Esto es algo que diferencia esta película: es un slasher adulto, con personajes que han dejado atrás la adolescencia y han entrado en el mundo adulto con no pocos desengaños. Otro indicativo de que la película fue rodada al acabar los 70 es la trama de infidelidades e intercambio de parejas que es la salsa del drama. La cultura swinger en los ambientes de clase media fue objeto de fascinación durante los 70 y base de distintas películas de la época, tanto dramas "serios" como filmes de terror/suspense. La manera en que se centra en la construcción de los personajes femeninos protagonistas le da una personalidad propia, un toque feminista, que no era habitual en la época. Por otro lado, los asesinatos no son nada sangrientos, pero, en cierto modo, son más inquietantes y perturbadores por ser más realistas.

Hay dos cambios interesantes entre el guion y la película final que vale la pena señalar. El primero tiene relación con el hecho de ser el primer slasher en utilizar un juego de mesa como elemento central para que el asesino escoja sus futuras víctimas. Originalmente, el juego en cuestión iba a ser el Monopoly, lo que permitía a la protagonista Keegan darse cuenta del patrón tras jugar una partida por casualidad. Por supuesto, la compañía que manufacturaba el juego no cedió los derechos y tuvieron que inventarse un juego, con lo que se pierde también la manera en que Keegan descubre los asesinatos y se hace algo más casual. El otro elemento significativo del guion que fue eliminado durante el rodaje, es una escena que no se llegó a filmar en la que Keegan asesina a Sooty con la idea de que pase como una víctima más del asesino misterioso y dejarle el camino libre con Roger. Le habría dado un toque retorcido al film, pero imagino que el director lo eliminó para que la protagonista no perdiera la simpatía de la audiencia, además de que no tendría sentido que el personaje lo hiciera tal y como es presentado en el film.

Perdida en la oscuridad de la era VHS, Deadly Games es una película interesante, que se aparta del típico slasher más adolescente. No es sangrienta, pero si tiene mucha atmósfera y toques inquietantes, con algunas muertes algo crueles, buenas interpretaciones y suspense bien construido.


3 mar 2023

Pearl

 

Apenas se había estrenado X (2022) que Ti West anunció que ya había rodado la precuela. Fue un anuncio sorprendente teniendo en cuenta que todavía no se sabía si X sería un éxito o un fracaso. Pero X fue un éxito y Pearl (2022) no solo se suma a este éxito, sino que supera a la entrega precedente gracias a la colaboración entre el director Ti West y una inmensa Mia Goth.

Ambientada en 1918, mientras el mundo se encuentra presa de una terrible epidemia de una nueva cepa de gripe y la Primera Guerra Mundial está llegando a su fin, la historia cuenta el origen de la asesina de X, que entonces no es más que una joven Pearl (Goth) que sueña dejar la granja en la que vive para convertirse en una gran estrella. Cuando se anuncia que se hará un casting en el pueblo para un grupo de danza de variedades, los sueños de Pearl por convertirse en una estrella darán pie a una sangrienta pesadilla.

X y Pearl son dos películas muy distintas. La primera es un homenaje al cine exploitation de los 70 y el slasher de los 80. La segunda arranca como un melodrama de Douglas Sirk en brillante Technicolor que se transforma en un retorcido gótico sureño. Al mismo tiempo, ambas tienen varios puntos de contacto, como sus protagonistas dispuestas a todo por convertirse en estrellas. Las conexiones entre ambas surgen a partir del trabajo de Mia Goth y el director Ti West desarrollando el personaje de Pearl para X, trabajo que se acabaría convirtiendo en el guion de la precuela, escrito cuando todavía no se había puesto en marcha el rodaje de X. Cuando se aprobó rodar la precuela, se puso en marcha rápidamente, aprovechando los escenarios ya localizados para la primera entrega.

Pearl es una película más difícil de clasificar que X. Mezcla drama y terror para mostrarnos el viaje emocional del personaje principal, metiéndonos en su cabeza, haciendo que la acompañemos de principio a fin. Un retrato psicológico de pesadilla que funciona gracias al talento de Mia Goth. Su interpretación es magnífica y brutal, merecedora de premios y reconocimientos por doquier que,  por desgracia, no recibirá al tratarse, de cara a la industria, de una película de terror de bajo presupuesto, no de cine "serio".

La película tampoco tiene miedo de añadir toques de humor negro a la historia, resaltando los elementos góticos a medida que se va acercando al clímax. Es el ingrediente que acaba de darle cuerpo al delicado cóctel tonal del film en el que todos los elementos funcionan gracias a la pasión de los cineastas por el proyecto. Pearl es una fantástica película que hace que esperemos con ansia la conclusión de esta sorprendente trilogía.

22 jul 2022

Twixt

 

A principios del siglo XXI, el cineasta Francis Ford Coppola decidió dar un giro a su carrera para revitalizarla. Se propuso dirigir tres películas con poco dinero, pocos medios y un equipo de filmación reducido. El objetivo era recargar las "pilas artísticas" volviendo a sus orígenes en el cine de bajo presupuesto bajo las órdenes de Roger Corman. Las dos primeras películas que dirigió en esta etapa fueron Tetro (2009) y El hombre sin edad (Youth Without Youth, 2007), que fueron, más o menos, bien recibidas aunque sin resonar demasiado. No pasó lo mismo con la tercera, Twixt (2011), que fue recibida con un sorprendente odio y atacada sin piedad.

Protagonizada por Val Kilmer, Bruce Dern y Elle Fanning, Twixt cuenta la historia de Hall Baltimore (Kilmer), un escritor de segunda alcohólico que, durante la triste promoción de su última novela publicada, decide quedarse en un peculiar pueblo para investigar una misteriosa muerte que puede estar relacionada o no con vampiros. Baltimore recibirá la ayuda en la investigación del fantasma de Edgar Allan Poe (Ben Chaplin).

El estreno de esta película fue más anticipado que las otras ya que se trataba del regreso de Coppola al cine de terror tras la espectacular y fantástica Drácula de Bram Stoker (Bram Stoker's Dracula, 1992). Pero Twixt no podía estar más alejada de la exuberancia estética de Drácula. Filmada en formato digital, los pocos medios a disposición de Coppola hacen que Twixt sea visualmente más pobre, a pesar de algunas secuencias oníricas que le dan un toque surrealista al film. Durante el paso del film por salas en Estados Unidos, Coppola experimentó con un sistema de edición en línea para editar la película al mismo tiempo que la mostraba al público, haciendo así partícipe a la audiencia del proceso creativo. Pero el rechazo al film cortó por lo sano con estas proyecciones especiales.

El visceral rechazo al film en Estados Unidos siempre me dejó algo perplejo. Es posible que la raíz de este rechazo se encuentre en que el film no era exactamente lo anunciado. Fue promocionado como una película de terror vampírica, cosa que Twixt no es. Tiene elementos propios del género, toques góticos, el fantasma de Poe, criaturas de la noche diversas... Pero, aún con escenas propias del género fantástico y de terror, el tono que domina es el de comedia extraña a lo David Lynch.

En el centro de la trama hay un misterio, pero lo que interesa más al film es explorar la angustia de un artista en decadencia que intenta renacer y crear algo nuevo. Coppola se centra más en este aspecto autobiográfico que en el de crear miedo en el espectador.

Twixt es, ciertamente, una película extraña con un sentido del humor más extraño. Son estos elementos, más los toques góticos y oníricos, los que hicieron que el film funcionara para mí. Otra película más odiada por la mayoría que a mí me gustó, algo que, con el paso del tiempo, cada vez me siento más cómodo.