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14 feb 2025

Isla de Sangre: Donde vive el terror

 


 

Creo que ninguno de los responsables de la creación de las películas que conforman la saga de Blood Island se habría imaginado nunca que, décadas después de ser estrenadas, aún se hablara de ellas y se siguieran viendo. Concebidas como una manera de hacerse un hueco en el circuito de cines independientes y autocines americanos, estas películas son una única mezcla de exotismo, sexo y gore. Coproducidas entre Estados Unidos y Las Filipinas, a pesar de contar con bajos presupuesto, el resultado final superaba muchas de las películas exploitation de presupuesto semejante que se producían en Estados Unidos.

Los productores Kane W. Lynn y Irwin Pizor estaban al frente de Hemisphere Pictures, una compañía que se especializaba en películas realizadas en Las Filipinas creada a principios de los 60 del siglo XX, ya que Lynn se había enamorado del lugar cuando pasó por allí cumpliendo el servicio militar. Estas películas, dirigidas por Gerardo "Gerry" de León y Eddie Romero, eran principalmente cintas bélicas de acción, que aprovechaban los escenarios naturales de la zona. Pero sus películas no acababan de funcionar en el mercado norteamericano. Sam Sherman, luego un conocido distribuidor, trabajaba entonces en el departamento de marketing de Hemisphere y aconsejó a Lynn y Pizor que se olvidaran de las películas bélicas, que el cine de terror era el género que tenía más fácil llamar la atención del público al que iban dirigidos y hacerse un hueco en la taquilla americana. Lynn recordó que habían producido una película unos años antes que habían vendido a la televisión. Siguiendo el consejo de Sherman, decidieron reestrenar la película en cines, cosechando un sorprendente éxito. Esta película era La isla del terror (Terror Is a Man, Gerardo de León, Eddie Romero, 1959).

William Fitzgerald (Richard Derr) es el único superviviente de un naufragio cuyo bote llega a la costa de una isla misteriosa, donde es rescatado por sus habitantes. Esta isla se ha convertido en la base de operaciones del doctor Charles Girard (Francis Lederer), donde lleva a cabo sus experimentos lejos de ojos curiosos. Junto al doctor Girard en la isla vive su esposa Frances (Greta Thyssen), que desea volver a la civilización y dejar atrás los experimentos de su marido. William siente curiosidad por los experimentos del doctor Girard, en particular cuando lo que parece un peligroso animal ha escapado y atacado a distintas personas. William también siente curiosidad por Frances, aunque de otro tipo. Pronto se descubre que lo que se ha escapado no es un simple animal, sino un mutante creado por el doctor Girard.

El argumento de Terror Is a Man es un obvio derivado del clásico de H. G. Wells La isla del doctor Moreau, que entonces solo se había adaptado una vez en la fantástica La isla de las almas perdidas (Island of Lost Souls, Erle C. Kenton, 1932). El presupuesto solo permitía una criatura y no toda una isla de monstruos, pero los temas habituales en las pelis de mad doctors están ahí. La película se centra al principio en construir una historia compleja alrededor de los personajes, algo más melodramática de lo que era habitual en las películas americanas. Este aspecto era en el que se centraba Eddie Romero, mientras que Gerry de León se centraba más en buscar la manera más interesante de filmar cada escena. La suma de los intereses de Romero y De León son los que hacen destacar estas películas, con un guion y una imagen muchos más cuidada y trabajada que el de otras películas de terror exploitation de la época. La película tiene un aspecto cercano al cine negro, jugando con las sombras para crear texturas y aprovechar al máximo el blanco y negro.

También sorprende la calidad de Terror Is a Man porque es algo que no te esperas en lo que era una típica película de autocine, que además empieza avisando que sonará una alarma para indicar cuándo han de cerrar los ojos los espectadores más impresionables en las escenas más fuertes. Que teniendo en cuenta que originalmente fue filmada en 1959, ya os podéis imaginar que no son demasiado fuertes para el público actual.

El film arranca con la imagen de un plano, señalando que la acción transcurre en la ficticia Isla de Sangre. Este será el elemento que unirá las películas que se producirán después del sorprendente éxito de Terror Is a Man.

 

 


 

Las novias del monstruo (Brides of Blood, Gerardo de León, Eddie Romero, 1968) fue la primera de las secuelas que se estrenó desarrollando el concepto de Blood Island. No es una secuela, exactamente, ya que no continua la historia de Terror Is a Man, pero se trata de otra historia de terror en la que la isla hará honor a su nombre.

El doctor Paul Henderson (Kent Taylor), acompañado de su esposa Carla (Beverly Powers acreditada como Beverly Hills), viaja a la Isla de Sangre para determinar si ha tenido algún efecto perjudicial en el lugar la radiación de las pruebas nucleares que se hicieron allí décadas antes. En el mismo barco viaja Jim Farrell (John Ashley), miembro del Cuerpo de Paz que viaja a la isla para enseñar a los indígenas a construir sistemas de irrigación, mejorar las cosechas y que la vida allí sea más productiva y algo más fácil. Al poco de llegar, Alma (Eva Darren) les informa con dolor que su pueblo ha retomado prácticas que se consideraban parte del pasado. El doctor Henderson, Carla y Jim descubren que estas prácticas consisten en escoger mediante sorteo que mujeres se ofrecerán como sacrificio a una monstruosa criatura que aparece por las noches. Por si eso fuera poco, la radiación ha provocado diversas mutaciones en la flora y la fauna. Y también aparece el misterioso Esteban Powers (Mario Montenegro), a quien los indígenas temen y que puede que sepa más de lo que parece a primera vista de lo que sucede en la isla.

De las cuatro películas que conforman la serie Blood Island, esta es la que más me gustó.  Posiblemente por su argumento de puro pulp que incluye sacrificios de vírgenes a monstruos, criaturas mutantes, árboles asesinos y un memorable villano monstruoso. Por supuesto, el protagonista se enamora de la hija del jefe del pueblo y, por supuesto, será entonces elegida para el sacrificio poniendo a prueba el valor de nuestro protagonista. Elementos clásicos y familiares en el mejor sentido de la palabra, ofreciendo 97 minutos de puro entretenimiento, aderezados con escenas de terror e impresionantes efectos gore teniendo en cuenta la época y el presupuesto.

Esta película se puso en marcha debido al sorprendente éxito de Terror Is a Man y esta también se convirtió en un éxito, cimentando el potencial de la franquicia. En esta entrega se incorpora un elemento importante en las siguientes películas: el actor John Ashley, que había aparecido en algunas producciones de la AIP, entre las que destacan las beach movies que protagonizaron Annette Funicello y Frankie Avalon. Ashley era una especie de Ricky Nelson de Hacendado que se enamoró de Las Filipinas (y al parecer también de las filipinas) y se convirtió en protagonista de las siguientes entregas.

 

 

 


 

En Mad Doctor of Blood Island (Gerardo de León, Eddie Romero, 1969) John Ashley es el doctor Bill Foster, que llega a la Isla de Sangre para ofrecer sus servicios como médico a los indígenas. En el mismo barco en el que llega el doctor Foster también viajan Carlos López (Ronaldo Valdez), que quiere reencontrarse con su familia y pasado en la isla, y Sheila Willard (Angelique Pettyjohn), quien busca encontrar a su padre (Tony Edmunds) quien lleva años viviendo en la isla perdido en una bruma de alcohol, y es el interés romántico del doctor Foster. Al llegar a su destino, se encuentran que la población vive aterrada por la presencia de unas misteriosas criaturas de sangre verde que atacan a los habitantes de la isla sin piedad. ¿Es posible que el misterioso doctor Lorca (Ronald Remy) y sus experimentos tengan algo que ver? Claro que sí, la cuestión es si nuestros protagonistas sobrevivirán a la locura del doctor Lorca o se sumarán a su lista de víctimas.

Esta película tiene uno de los inicios más memorables no solo de la franquicia sino del cine exploitation de terror de la historia, ideado por los responsables de marketing de Hemisphere Pictures. Como las criaturas que aparecen en la película tienen la sangre verde, se les ocurrió repartir en los cines que proyectaban Mad Doctor of Blood Island unos sobres con "sangre verde" (colorante verde con azúcar) para que fuera bebido por los espectadores y evitar que estos se contaminaran y acabaran convertidos en criaturas monstruosas de sangre verde. Pero antes de beberlo, los espectadores debían recitar el juramento de la sangre verde. Para ello se añadió un prólogo a la película en la que unos adolescentes (el público objetivo para el que estaba pensada la película) escuchaban una voz en off que les recitaba el juramento, gracias a un rótulo los espectadores podían hacerlo también. Al parecer, muchos lo hacían, como parte de la diversión del film, poniéndose de pie en la sala y bebiendo la sangre verde tras recitar:

"Yo, una criatura viva de la entidad cósmica, estoy preparado para entrar en el reino de aquellos escogidos para que se les permita beber los fluidos de la Esmeralda Mística aquí ofrecidos. Me uno a la Orden de la Sangre Verde con una mente abierta y por los poderes de este líquido estoy preparado para ver las antinaturales criaturas de sangre verde sin miedo a ser contaminado."

Una vez todo el mundo estaba listo para ver las criaturas antinaturales de sangre verde, empezaba la película propiamente dicha. Y de forma igualmente memorable, con una mujer desnuda corriendo por la selva perseguida por ya os podéis imaginar qué (al parecer la muchacha no había bebido los fluidos de la Esmeralda Mística).

Hay una escena bastante desagradable, en la que los habitantes de la isla sacrifican cerdos y cabras para aplacar a los monstruos que los atacan, que siendo Las Filipinas a finales de los 60 se ve que se sacrificaron de verdad un par de cabras y de cerdos. Dejando de lado este momento, la película es otro divertimento en el que se acumulan las escenas gore y el terror clásico monstruoso. En esta entrega también se eleva el cociente melodramático, con un despliegue de complejas relaciones e historia pasada que obliga al espectador a prestar más atención a lo que sucede entre los personajes que los experimentos del doctor Lorca. A la mínima te puedes despistar y ya no sabes quién era el romance de quién o quién fue infiel con quién. Lo cual no le resta diversión a la película, todo lo contrario.

El argumento tiene algunos puntos de conexión con Terror Is a Man, pero eso no impide a esta entrega brillar con su propia luz verdosa. Seguramente es la más gore de todas, con personajes que acaban con sus entrañas esparcidas a sus pies, y de las más delirantes.

 

 

 


 

Cada entrega de esta saga había sido más exitosa que la anterior. Bestia de sangre (Beast of Blood, Eddie Romero, 1970) siguió la misma tónica, siendo la más taquillera de toda la saga. Es la única que se podría calificar de secuela, ya que arranca momentos después del final de Mad Doctor of Blood Island. Se descubre que una de las criaturas no estaba tan muerta como se pensaba y acaba con los supervivientes de la anterior entrega en el sangriento inicio. El único que se salva es el doctor Bill Foster, el personaje que interpretó John Ashley (que es el único actor de Mad Doctor of Blood Island que regresó para la nueva entrega).

El doctor Foster regresa a la Isla de Sangre para saldar las cuentas con el doctor Lorca (Eddie Garcia). A pesar de que no le hace gracia al buen doctor, al viaje se apunta la periodista Myra J. Russell (Celeste Yarnall) que investiga lo sucedido en la isla. Al poco, será secuestrada por los esbirros del doctor Lorca, cuyos nuevos experimentos han logrado mantener a la cabeza del monstruo de la anterior entrega separada de su cuerpo, con el que experimenta con distintas cabezas de diversa procedencia.

Como ya he mencionado, esta fue la entrega más taquillera de la saga. Posiblemente debido al cambio de tono, ya que el film es una película de delirantes aventuras en la jungla con toques de terror más que una pura película de terror. El cambio le favorece, centrándose más en la acción y evitando que se hiciera repetitiva (en especial cuando las ves todas seguidas poniendo en peligro tu cordura). Pero los momentos que destacan para mí no son tanto las escenas de acción como las escenas en las que discuten el doctor Lorca y la cabeza del monstruo, que se llama, lo creáis o no, Dom Ramón.

Este es un divertido y entretenido cierre a esta peculiar saga. Una serie de películas de terror delirantes, cargadas de litros de sangre y desnudos gratuitos, que hará las delicias de los amantes a la serie B y al cine de culto más loco.

 

7 feb 2025

Capitán Kronos, cazador de vampiros (Captain Kronos: Vampire Hunter)

 


 

No hay muchos estudios o productoras que tengan fans y se hayan convertido en estudios de culto, pero la birtánica Hammer es sin duda una pionera en este sentido. Creó un estilo particular de hacer películas de terror; una estética y un repertorio de actores que hacían que sus películas fueran inmediatamente reconocibles. Pero lo que diferencia la genial Capitán Kronos, cazador de vampiros (Captain Kronos: Vampire Hunter, Brian Clemens, 1972) de otros títulos de la casa que convirtió en estrellas a Christopher Lee y Peter Cushing, es que se apartaba del típico título Hammer para ofrecer algo adelantado a su tiempo y que ha cosechado admiradores más allá de los fans del estudio británico.

Brian Clemens había obtenido fama y prestigio trabajando en televisión, principalmente por ser el responsable de convertir la serie Los vengadores (The Avengers, 1961-1969) en la serie rompedora y clásica que se recuerda hoy día. En 1971 ideó y escribió el guion de El Dr. Jekyll y su hermana Hyde (Dr. Jekyll & Sister Hyde, Roy Ward Baker, 1971), otro peculiar clásico de la Hammer, lo que llevó al jefe de la compañía entonces, Michael Carreras, a pedirle a Clemens que escribiera un guion sobre vampiros. Antes de ponerse a escribirlo, Clemens pidió que le proyectaran todas las películas que la Hammer había hecho hasta entonces de vampiros, llegando a la conclusión de que todas tenían una fórmula que las hacía iguales. Además, vio que el personaje principal era el vampiro no el héroe. Por eso se puso a trabajar en una historia que convirtiera en héroe al cazador de vampiros y que se apartara de todos los tópicos y clichés que poblaban las películas de vampiros entonces. Clemens presentó el guion junto a la demanda de que solo se haría si él podía dirigirla, decisión que tomó porque llevaba tiempo queriendo dirigir y había tenido algunos problemas con Robert Fuest, director de otro guión de Clemens: De repente, la oscuridad (...And Soon the Darkness, 1970). Así nació Capitán Kronos, cazador de vampiros.

El capitán Kronos (Horst Janson) y su ayudante Grost (John Cater) van a ver al doctor Marcus (John Carson), un antiguo compañero del ejército de Kronos, que les ha pedido su ayuda para investigar una serie de misteriosas muertes. Jóvenes mujeres en la flor de la vida aparecen, de repente, convertidas en ancianas y fallecen de forma inmediata. De camino, Kronos libera a Carla (Caroline Munro), una joven gitana condenada por bailar en domingo. Carla decide seguir con Kronos y Grost para enfrentarse a la amenaza vampírica.

Capitán Kronos, cazador de vampiros mezcla acción y terror con toques de comedia, combinando estos distintos elementos de forma magistral. Una memorable escena terrorífica, en la que la sombra de una cruz se convierte en un vampiro, es seguida de una escena de acción que es un homenaje al cine del oeste a la italiana y a las películas de samuráis japonesas. Entre medio, escenas llenas de diálogos ingeniosos y divertidos. Kronos es un claro precedente de personajes como Buffy, cazavampiros y, en especial, del Blade de la Marvel, siendo ambos especialmente similares: los dos son supervivientes de ataques vampíricos que les dan habilidades especiales y van armados, entre otras cosas, con una espada. Otro elemento que habría hecho acto de presencia si se hubieran hecho más secuelas es la ciencia ficción. Clemens concibió Kronos como un viajero del tiempo que acabaría con distintos tipos de vampiros en distintas épocas.

La película de Clemens estaba adelantada a su tiempo, hoy día su mezcla de acción y terror es bastante común pero entonces era algo sin precedentes, que, irónicamente, se estrenó demasiado tarde para convertirse en un éxito. Se rodó en 1972 pero no llegó a las pantallas de cine hasta 1974. En Estados Unidos se estrenó en doble sesión con Frankenstein y el monstruo del infierno (Frankenstein and the Monster from Hell, Terence Fisher, 1974). Pero en 1973 se habían estrenado El exorcista (The Exorcist, William Friedkin), seguida luego de La matanza de Texas (The Texas Chain Saw Massacre, Tobe Hooper, 1974); dos películas que transformaron por completo el panorama del género y provocaron que el estilo de terror gótico de la Hammer se viera anticuado y pasado de moda. En Inglaterra no le fue mucho mejor, ya que el film de Clemens se estrenó en doble sesión con Golden Swallow (Jin yan zi, Cheh Chang, 1968), estrenada con el título The Girl with the Thunderbolt Kick, un clásico de acción de artes marciales que, entonces, también había pasado ya de moda tras la fiebre por las películas de kung fu que inició Bruce Lee.

Que la película fuera emparejada con dos películas tan distintas indica que, en aquella época, no sabían bien como tratar una película que contenía elementos de acción y terror, además de otros guiños y homenajes, sin que perteneciera puramente a ningún genero. Eso sin olvidar que Capitán Kronos se vio afectada por la crisis de la Hammer, que para mediados de los 70 del siglo XX iba de camino al cierre. Es una lástima, porque vista hoy día la película de Brian Clemens resulta muy moderna. Es rápida, ingeniosa, muy entretenida, iconoclasta... Brillante, para resumirlo en una palabra. Es una maravilla que recomiendo sin reservas.


31 ene 2025

El asesino de muñecas


 


 

 

Me lo pasé tan bien con Necrophagus (El descuartizador de Binbrook) (1971) que de inmediato me puse a buscar más películas dirigidas por Miguel Madrid. Como director, la carrera de Madrid fue bastante corta y llena de dificultades. Solo dirigió tres películas, siendo su último esfuerzo como director una típica y mediocre película de la época del destape, Bacanal en directo (1979), pero su segunda película es toda una curiosidad fascinante y cargada de interés. El asesino de muñecas (1975) sigue la estela de películas como Repulsión (Repulsion, Roman Polanski, 1965) o El coleccionista (The Collector, William Wyler, 1965), metiéndonos en la cabeza de un asesino en serie. Se convierte así en precedente de títulos clásicos de culto como Maniac (William Lustig, 1980).

 Paul (David Rocha) acaba de ser suspendido de la escuela de medicina, debido a que cada vez que ve sangre se marea. Quien no se marea al ver sangre es la otra personalidad que vive en el cuerpo de Paul, que se dedica a matar a las mujeres que se acercan con su parejas al parque en el que trabaja el padre de Paul (Gaspar "Indio" González). Cuando los padres de Paul se van de vacaciones y dejan al muchacho solo para que siga el trabajo de jardinero, la cordura de Paul se va degradando cada vez más. Esto es así hasta que llega Audrey (Inma de Santis), hija de la condesa Olivia (Helga Liné). Si bien es la condesa primero la que intenta convertir a Paul en su amante, este y Audrey empiezan a tener una relación. ¿Podrá la relación (y Audrey) sobrevivir a la personalidad oculta de Paul?

Mientras que Necrophagus es un anárquico delirio que deja de lado la lógica para ofrecer un espectáculo terrorífico al espectador, El asesino de muñecas es un film mucho más adulto. Madrid muestra un gran dominio de la narrativa, utilizando la lógica onírica para mostrar el mundo a través de los ojos de Paul, que no es capaz, en ocasiones, de distinguir entre la realidad y la fantasía. De modo que, aunque es una película más canónica que la primera que dirigió Madrid, no dejan de aparecer los toques bizarros que la separan de otras películas del estilo, como cuando la acción se convierte en un número musical (ver abajo).

Desde el primer momento se nos muestra que el mundo en el que vive Paul es intenso, rozando en ocasiones el camp, pero siempre al servicio de la narrativa. Al fin y al cabo, no estamos viendo el mundo de un modo realista, sino a través de los ojos de una persona con serios problemas de salud mental. Esto le permite a Madrid introducir momentos surrealistas, como el mencionado número musical, que en su día no fueron bien recibidos y demuestran que fue una película adelantada a su tiempo. La película no fue solo mal recibida por la crítica y el público, también la censura de la época le provocó bastantes dolores de cabeza al director. Aunque fue obviamente rodada principalmente en el Parc Güell y el Parc de la Ciutadella en Barcelona, la acción se supone que transcurre en una ciudad francesa, ya que la censura se negó a que se mostrara a un asesino en serie español, ya que en España, según las autoridades, no había asesinos en serie. Además, tampoco se podía mostrar a una condesa española manteniendo relaciones con el servicio, sobre todo si el servicio era racializado, ya que según las autoridades censoras eso es algo que nunca haría una condesa española. Esto hace que la película resulte más surrealista, ya que Madrid decidió filmar en localizaciones de Barcelona muy reconocibles.

El asesino de muñecas es una película única, que gana con cada visionado. Mezcla muchos elementos conocidos pero el resultado es muchas cosas menos familiar. Está editada sin cortes en Blu-ray por Mondo Macabro y la recomiendo para los amantes del cine de culto que se aparta de la norma.


24 ene 2025

Necrophagus (El descuartizador de Binbrook)

 


 

El anuncio de que Lokis. Rekopis profesora Wittembacha (Janusz Majewski, 1970) iba a compartir ex aequo el premio a la mejor película en el Festival de cine fantástico de Sitges de 1971 con Necrophagus (El descuartizador de Binbrook) (Miguel Madrid, 1971) fue recibido con abucheos, silbidos y protestas. Mientras Lokis había sido una película celebrada, Necrophagus fue más divisiva y polémica entre los asistentes al festival de entonces. Incluso hubo rumores de tongo. Habiendo visto la película, estas reacciones no resultan extrañas, ya que Necrophagus no es una película para todos los gustos, especialmente no es una película para aquellos que busquen en un film que tenga lógica, sentido o una estructura tradicional.

Michael Sherrington (Bill Curran) regresa al hogar ancestral para reunirse con su mujer Elizabeth (Inés Morales) que está a punto de dar a luz a su primer hijo. Pero cuando Michael llega a su destino descubre que su mujer y su hijo fallecieron en el parto. También que su hermano mayor Sir Robert (John Clark) lleva un tiempo desaparecido. Michael empieza a investigar y aquí es cuando la historia se complica, pero baste decir que su argumento mezcla misterio, terror gótico y experimentos fallidos de mad doctors. Un cóctel extraño y singular presentado de forma aún más extraña. Y los esfuerzos para hacer creer al espectador que se encuentra ante una película inglesa aumentan la sensación de desorientación.

Hay directores obsesionados con la estructura y la precisión en sus películas, directores como Stanley Kubrick o Christopher Nolan, precedidos por su fama de perfeccionistas. Luego tenemos directores voluntariosos pero de poco talento que han adquirido su fama precisamente por su legendaria torpeza, directores como Ed Wood jr. o Bruno Mattei, involuntarios creadores de joyas del cine basura. Y luego tenemos a directores que son conscientes de las reglas del cine, pero que simplemente las ignoran para hacer lo que les da la gana. Directores anarquistas como Jess Franco y, me atrevería a decir, Miguel Madrid. Madrid parece interesado en crear una potente atmósfera gótica y de terror, por encima incluso de la lógica narrativa. El film arranca con una escena en un cementerio propia del género, que luego se descubre transcurre más tarde en la historia. El protagonista principal desaparece en largos tramos de la historia para reaparecer en la conclusión. Flashforwards y flashbacks suceden sin aviso, algunos presentados de forma que resulta hilarante y en alguna ocasión con personajes recordando sucesos en los que no estaban presentes o que todavía no han sucedido. Y la lista de extrañas decisiones podría seguir, como un desorientador momento en que se hace un inesperado salto de eje, pero queda claro que esta no es la típica película de terror gótico.

Incluso el tono del film resulta anárquico. En su mayor parte es serio, pero tiene escenas cuya intención parece ser introducir algo de comedia, como el cameo del director junto al gran actor secundario Víctor Israel. Sin embargo, uno de los efectos más cómicos, para mí, es que cada vez que aparece el nefario doctor Lexter (Frank Braña) en la banda sonora se oye una música tétrica. Pero viendo el film no creo que la intención fuera cómica. Lo cual aumenta su valor como película extraña y delirante.

Seguramente la intención de Miguel Madrid era hacer una película de terror comercial que fuera un gran éxito de taquilla. Por ello quizá decidió mezclar las dos tendencias más populares en la época en una sola película: es casi agresivamente gótica en su primera mitad, la segunda mitad se transforma en una monster movie. El resultado, como ya he dicho, no será del gusto de todo el mundo, aquellos que gusten del género presentado de forma más tradicional puede que no disfruten con la manera en que Madrid lo mezcla todo, sin importarle si tiene sentido o no. Esta es una película bizarra para los amantes de lo bizarro.


17 ene 2025

Incubus

 


 

La historia del cine está llena de las llamadas "películas malditas". Un concepto atractivo que sirve para dar cierta aura de misterio a algunos títulos, especialmente a películas de terror que tratan con el diablo. Incubus (Leslie Stevens, 1966), no confundir con El íncubo (Incubus, John Hough, 1981), tiene fama de película maldita  pero no es más que una película interesante y fascinante, rodada en esperanto, el lenguaje internacional, si bien es comprensible que tenga esa fama viendo su historia.

En el pueblo de Nomen Tuum se encuentra un pozo cuyas aguas son capaces de sanar cualquier tipo de dolencia, pero además se dice que otorgan cierta sutil belleza a quién las bebe. Por ello, muchas personas superficiales, vanas y egoístas se acercan al pueblo, cayendo víctimas de los demonios que acechan el lugar. Kia (Allyson Ames) es una de estos demonios que está cansada de los fáciles objetivos de corrupción con que se encuentra. Busca un auténtico desafío, un alma pura que ofrecer al Señor de las Tinieblas. Por ello decide corromper a Marc (William Shatner), un soldado que se recupera de sus heridas, físicas y psicológicas, junto a su hermana Arndis (Ann Atmar). Marc se ve así envuelto en una batalla entre el bien y el mal, en la que deberá enfrentarse al demoníaco íncubo (Milos Milos).

Influenciado por el cine de Ingmar Bergman y la Nueva Ola francesa, el film de Leslie Stevens es alegórico y onírico. La decisión del director de rodar en esperanto influenció también en la estética del film, ya que estaba enfocada al público que iba a los cines de arte y ensayo, único lugar en Estados Unidos donde se proyectaban películas subtituladas entonces. Pero Incubus también utiliza motivos y recursos del cine fantástico y de terror, de modo que resulta al mismo tiempo exótica y accesible. Stevens ya había utilizado una técnica parecida, pero usando la ciencia ficción para hablar de temas filosóficos y profundos en su más famosa creación, la serie Rumbo a lo desconocido (The Outer Limits, 1963-1965). Pero esta táctica no le funcionó aquí, ya que el uso de esperanto hizo que le fuera casi imposible encontrar distribución en Estados Unidos. Solo funcionó en Europa, particularmente en Francia donde ya se había estrenado una película en esperanto: Angoroj (Atelier Mahé, 1964). Además, apenas unas semanas antes de que Incubus se estrenara en Estados Unidos, Ann Atmar se suicidó. Luego, Milos Milos asesinó a la esposa de Mickey Rooney y se suicidó. Años más tarde, se creyó que el film se había perdido en un incendio, hasta que se encontró una copia en Francia a finales de los 90 del siglo XX.

Todos estos hechos son los que han contribuido a darle  un aura de película maldita a Incubus. Pero no dejan de ser desgracias en las que la película no tuvo nada que ver, por mucho que aparezcan figuras demoníacas en él. El film es una clásica representación del bien contra el mal, reducida a sus elementos más básicos, un héroe que encarna los aspectos más nobles y bondadosos de la humanidad al que se pone a prueba enfrentándolo a demoníacas tentaciones como en el clásico gótico El monje de Matthew Lewis. El uso del esperanto contribuye a darle un toque extraño al film, que atrapa por su atmósfera y su intrínseca rareza. No dura más que 75 minutos, así que Stevens concentra su historia para maximizar el impacto en el espectador. Por supuesto, no es una película para todo el mundo. Para algunos puede que resulte demasiado esotérica, demasiado bizarra. Los mismos motivos por la que otros espectadores posiblemente la encuentren fascinante. En todo caso, es una película única que mezcla la sensibilidad del arte y ensayo con la del cine de terror. El único tráiler existente no representa bien la película, quiere convertirla en un espectáculo camp, pero al menos presenta algunas de las imágenes más interesantes que pueblan el film.


27 dic 2024

Alien from L.A.



Albert Pyun, después de dos películas dirigidas al público adulto como El planeta del placer (Vicious Lips, 1986) y El tesoro de San Lucas (Down Twisted, 1987), quiso cambiar de estilo y filmar una aventura para toda la familia. El resultado fue Alien from L.A. Una película que, teniendo en cuenta la senisibilidad de Pyun como cineasta y que fue producida por la Cannon, no es la típica película de aventuras para todos los públicos.

Wanda Saknussemm (Kathy Ireland) es una joven que nunca ha salido de su ciudad natal ni ha tenido ninguna gran aventura. Esto es hasta que recibe una carta que la informa de que su padre, el arqueólogo Arnold Saknussemm (Richard Haines), ha desaparecido mientras exploraba unas ruinas en Sudáfrica. Al llegar a su destino, Wanda cae por el mismo pozo sin fondo por el que cayó su padre y descubre que ha llegado a la mítica ciudad de Atlantis. Allí descubrirá a la aventurera que lleva dentro, explorando la extraña ciudad y su más extraña sociedad en busca de su padre.

Se puede intuir por el argumento y parte de la historia, que Pyun se inspiró en clásicos como Alicia en el país de las maravillas y El mago de Oz, más las diversas películas que han inspirado, para dar forma a las aventuras de Wanda en Atlantis. En su viaje por Atlantis, Wanda conoce a diversos personajes, algunos aliados, que la ayudan en su viaje, y otros enemigos, que quieren hacerla prisionera, como les sucede a Alicia y Dorothy. Tras darle cuerpo al argumento, Pyun siguió el consejo de los productores y hacer que un par de guionistas, Judith y Sandra Berg (bajo los pseudónimos Debra Ricci y Regina Davis), le dieran un "toque femenino" al personaje de Wanda. Pero la inherente sensibilidad de Serie B que caracterizó el cine de Pyun se mantuvo intacta. Algunos de estos toques más Pyun van desde que el interés romántico de Wanda no aparece hasta que han transcurrido tres cuartas partes de película y entonces solo brevemente porque Pyun no tuvo la idea hasta que estaban ya terminando el rodaje, hasta hacer que los actores secundarios interpretaran distintos personajes para maximizar el gasto de llevarlos a Sudáfrica.

Aunque la intención de Pyun era, como ya se ha mencionado, filmar una aventura para todos los públicos, es una película demasiado extraña para apelar al gran público. Pero los pases en televisión hicieron que fuera adquiriendo muchos fans, seducidos por su peculiar sentido del humor y original ambientación. Original, si bien muy ochentera: una amalgama de estética videoclip y Mad Max. Y no se puede negar que es muy entretenida y divertida, si conectas con su peculiar sentido del humor. He de advertir que a mí a ratos me recordó a la posterior Super Mario Bros. (Annabel Yankel, Rocky Morton, 1993). Y lo digo como una advertencia porque, para mí, es algo positivo.

Tras finalizar Alien from L.A., Pyun se ofreció a ayudar a los jefazos de la Cannon, Yoram Globus y Menahem Golan, completando una película que se había quedado sin acabar por problemas de presupuesto y "ejecución". Viaje al centro de la Tierra (Journey to the Center of the Earth, 1988) fue iniciada por Rusty Lemorande como una aventura infantil, pero Pyun aprovechó el material que tenía, los decorados y el reparto todavía disponible de Alien from L.A., para convertir esta película sin acabar en una especie de secuela de la suya. Aunque el resultado final es más una suma de escenas para llegar a los 80 minutos no muy coherente en su intento de mezclar distintas tramas y personajes que no se pensaron para mezclarse así.

Alien from L.A.  es una entretenida cinta de Serie B. Pyun intentó realizar una clásica cinta de aventuras, pero su propia sensibilidad era demasiado "B" como para hacer algo mundano y típico. En otras palabras, es una aventura para los amantes de la Serie B y fans de los productos Cannon.


13 dic 2024

Mausoleum


 

Hay veces, cuando uno está viendo una película especialmente caótica y delirante, que es inevitable preguntarse cómo se llegó a semejante resultado cuando los responsables buscaban algo más comercial y popular. Y hay veces en que uno sabe cómo la película ha acabado siendo cómo es, pero eso no le quita valor o capacidad ojiplática, sino todo lo contrario. Es lo que pasa con Mausoleum (Michael Dugan, 1983).

Susan Walker (Bobby Bresee) es descendiente de la familia Nemod (Nemod, ¿lo pilláis?), una familia que vive bajo una terrible maldición: la primera hija nacida de cada descendiente será poseída por una entidad diabólica. Y eso le sucede a Susan cuando visita la tumba de su madre y se reencuentra con una entidad diabólica que le había visitado cuando era niña. Ahora, todos aquellos alrededor de Susan están en peligro de muerte, ya que la entidad que la posee tiene la costumbre de matar sangrientamente a aquellos que se cruzan en su camino.

Mausoleum es una película muy ochentera. Efectos sangrientos, desnudos gratuitos y cierta inclinación hacia el camp, marcan los puntos álgidos del film como era el tono general de la época dentro del cine de terror de bajo presupuesto. Pero si hablamos de tono, el de la película va de un lado al otro. En ocasiones quiere ser una película seria de terror pero en otras adopta un estilo más cómico. La explicación de esta esquizofrenia es que la película tuvo al menos dos directores: el acreditado Michael Dugan y Robert Barich, también cinematógrafo y guionista de la película. Dugan se cree fue el director al inicio del rodaje, pero este se interrumpió cuando se descubrió que uno de los productores pertenecía a la mafia y usaba el dinero para producir películas como una operación de blanqueo de capital. Luego se retomó el rodaje, momento en el que, posiblemente, Barich tomó las riendas.

El guion también tiene un tono dispar, alternando entre la explotación de la protagonista, la actriz de culto Bobby Bresee, y el hecho que aquellos a los que la poseída Susan ataca son principalmente hombres que intentan abusar de ella. De nuevo, esta disparidad puede que se origine en que, mientras que Barich y Robert Madero aparecen acreditados como guionistas al principio, enterrado en los créditos finales podemos leer que Katherine Rosenwink fue la creadora del guion original. Esto es pura suposición, pero es posible que los toques de empoderamiento femenino se hallaran en el guion original y Barich y Madero añadieran los toques más puramente exploitation.

Lo importante de esta mezcolanza de directores y guionistas es el resultado final. Y este es que Mausoleum es una película de terror divertida y muy entretenida de forma constante. Tiene toques sorprendentes que la convierten en memorable, no siendo el menor de estos que cuando Susan se transforma completamente en demonio tiene pechos con pequeñas caras demoníacas que atacan sin piedad. La película arranca con el demonio haciendo que le explote la cabeza a un pobre desgraciado que quería ayudar a la pequeña Susan, así que ya sabes que no se trata de un sutil ejercicio de terror psicológico. Además, se ha de agradecer que, aunque trata con posesión demoníaca, no hay exorcismos de segunda para salvar a Susan sino que la solución es algo distinto y único del film.

Mausoleum no entrará en la lista de nadie dentro de las mejores películas de terror de la historia, pero sí que ofrece una experiencia única y divertida, aunque sea como resultado de tener una producción accidentada. Es puro cine de serie B con todas las virtudes que lo hacen especial.


29 nov 2024

Noroi: La maldición

 


 

Como aficionado al cine de terror veo muchas, muchas, pero que muchas, pelis de terror. Sin embargo, es raro que alguna de esas películas me de miedo, aunque me gusten mucho. Pero, de vez en cuando, tropiezo con una película que se me mete debajo la piel y consigue inquietarme y asustarme. Noroi: La maldición (Noroi, Kôji Shiraisi, 2005) es una de esas películas.

Masafumi Kobayashi (Jin Muraki) es un prestigioso periodista especializado en temas paranormales. Su último documental, Noroi, es considerado demasiado perturbador y se evita que se emita en televisión. Unos días después, la casa de Kobayashi es destruida en un incendio y se encuentra el cadáver carbonizado de su esposa Keiko (Miyoko Hanai) dentro, pero no hay rastro del periodista. Ha desaparecido misteriosamente. Tras la explicación de estos hechos, se nos muestra el documental Noroi.

Los más avispados ya os habréis dado cuenta de que Noroi es un falso documental. Hoy día se mete dentro del mismo saco las películas found footage con los falsos documentales, o mockumentary, pero para mí son bastante distintos. La diferencia está en que el falso documental es más elaborado y permite narraciones más complejas que el found footage, que debido a las normas que debe seguir cuenta historias necesariamente más simples. Esto no es una crítica ni tampoco quiero decir que uno es peor o mejor que el otro. Simplemente recalcar que, aunque ambas intentar pasar como cierto y real algo falso, tienen códigos y normas algo distintos. La historia de Noroi es demasiado compleja como para contarla al estilo de El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project, Daniel Myrick, Eduardo Sánchez, 1999), sin que eso sea un demérito de este clásico.

La historia de Noroi es clásico terror cósmico. Despliega un relato al estilo H. P. Lovecraft, con un investigador que, sin darse cuenta, descubre una presencia aterradora más allá de la comprensión humana, con personajes enloquecidos por esa presencia como es de rigor. Todo arranca con la investigación por parte de Kobayashi de unos ruidos misteriosos, un típico caso paranormal, que poco a poco va creciendo. Diversos personajes se introducen y hechos aparentemente sin conexión se van sucediendo hasta que todo empieza a encajar. El director Kôji Shiraisi va desplegando su historia como una telaraña en la que el espectador se ve atrapado.

Shiraisi utiliza diversos medios para dar cuerpo a su historia. Por ejemplo, fragmentos de programas y personajes populares en Japón que se interpretan a si mismos, como una de las protagonistas, la actriz Marika Matsumoto. Unos referentes desconocidos para el público occidental, pero, a pesar de ello, la película funciona porque la historia atrapa. El espectador sigue a Kobayashi en su viaje desentrañando un misterio cada vez más inquietante, lo que es la clave para que la película funcione. Llega un punto en el que, como Kobayashi, uno quiere saber cómo encaja todo.

Noroi no utiliza sustos falsos ni momentos estridentes para crear miedo. El director va sumando hechos inquietantes para crear una atmósfera de terror, como hicieron en su día los mejores clásicos del J-Horror. Por desgracia, Noroi se estrenó cuando la fiebre J-Horror estaba cayendo, debido al cansancio del espectador por las películas que abusaban de los mismos trucos una y otra vez. También se estrenó antes de que Paranormal Activity (Oren Peli, 2007) volviera a poner de moda el found footage (sobra decir que Noroi le da un millón de vueltas a Paranormal Activity). Así que quedó perdida durante años. Algo que sirvió para que su reputación fuera aumentando, adquiriendo fama de película maldita.

Noroi es una película de terror con todas las letras. Inquietante y perturbadora, uno de las mejores títulos dentro del género que ha producido Japón, o cualquier otro país.


22 nov 2024

El futuro ya no es lo que era: Pathos - Segreta inquietudine

 


 

Hace diez años, en este mismo blog, escribí una reseña de Obsession: A Taste for Fear (Pathos - Segreta inquietudine, Piccio Raffanini, 1987). La reseña leída hoy día me parece bastante mala, así como entonces tenía una opinión bastante pobre de esta película. Pero mi opinión se basaba en haber visto Pathos en una terrible copia en VHS, el audio era malo pero la imagen era peor: no solo era un máster que oscurecía bastante la imagen, estaba recortada para adaptarla a las antiguas televisiones cuadradas. Ahora, gracias a Vinegar Syndrome, he podido ver esta película lo más cerca posible de cómo se estrenó en cines ya que el este sello la ha incluido en su pack Forgotten Gialli vol. 7.

El argumento de Obsession: A Taste for Fear recuerda bastante al de Ojos (Eyes of Laura Mars, Irvin Kershner, 1978): Diane (Virginia Hay) es una famosa fotógrafa especializada en obras polémicas con un fuerte componente erótico. Cuando desaparece Teagan (Teagan Clive), una de las modelos con las que ha trabajado, Diane descubre que se ha convertido en la obsesión de un asesino que se dedica a asesinar a las personas de su entorno y enviarle vídeos de los crímenes. ¿Podrá descubrir quién es el asesino antes de que ella se convierta en su última víctima?

El argumento es bastante estándar, pero lo que no es estándar es su ambientación, ya que la película transcurre en una ciudad sin especificar en algún momento del futuro. Por supuesto, vista hoy día no resulta futurista, sino más bien como una versión desmadrada de la imagen que se tiene de los años 80 del siglo XX. Pero eso no le quita interés a la película, todo lo contrario. Ahora se puede apreciar los esfuerzos de Piccio Raffanini en darle una estética única al film. Raffanini fue un pionero en Italia en la dirección de videoclips y aplica lo aprendido en su experiencia en cada plano. También se cuida mucho la banda sonora, con canciones que sorprende consiguieran los derechos para utilizar.

Ver esta película cómo se había hecho en el pasado era como no verla. Aquello que la hace peculiar e interesante no se podía apreciar. Sigue siendo una película con problemas, hubo tensión entre el director y el estudio que quería hacer algo más convencional. Y ya he mencionado que el guion no es nada del otro mundo. Pero el mundo que presenta es fascinante y consigue de este modo mantener el interés.

Durante mucho tiempo Pathos estuvo desaparecida. No fue un éxito de taquilla ni cuenta con grandes estrellas en papeles destacados. Era bastante extraña para la época en que se realizó, por eso hoy día resulta interesante. El reparto es también hoy día bastante interesante, aparte de Virginia Hay, nos encontramos nombres con atractivo para el espectador aficionado al cine de culto como Gioia Scola.

Esta es una película divisiva. Es decir, hay gente que la apreciará y otros que la odiarán, pero por lo menos serán opiniones basadas en la película vista como se merece. El tráiler parece de otra película porque no cuenta nada de lo que trata realmente Obsession.


15 nov 2024

Las sádicas (Death Game)

 


 

La historia de cómo Las sádicas (Death Game, Peter S. Traynor, 1977) llegó a las pantallas es casi tan rocambolesca como la película misma. El argumento parte de una premisa sencilla que se convirtió al rodarse en una pesadilla delante y detrás de las cámaras. El resultado final, una película fascinante que sigue atrapando hoy día.

El punto de partida es sencillo. George Manning (Seymour Cassel) se queda solo en casa después de que su mujer Karen (Beth Brickell) haya debido marchar debido a una emergencia médica con uno de sus hijos, que se encuentran de visita en casa de sus abuelos. Esa misma noche, tormentosa y desagradable, llaman a la puerta. George abre y se encuentra a dos atractivas mujeres, Jackson (Sondra Locke) y Donna (Colleen Camp), que al parecer se han perdido y le piden usar su teléfono. George no duda en ofrecerle su ayuda a ambas. Poco a poco, George empieza a notar cosas raras, pero no les da importancia distraído por la belleza de ambas. Jackson y Donna seducen a George haciendo un trío lo que queda de noche. A la mañana siguiente, George espera que llegue el momento de la despedida, pero ninguna de las dos da señales de querer irse. Y no se van. George se da cuenta entonces que ha invitado a dos peligrosas psicópatas a su casa que van a convertir su vida en una pesadilla.

Es una premisa sencilla, pero que se explota de forma increíble, gracias sobre todo a la interpretación de Sondra Locke y Colleen Camp. Ambas actrices con sus respectivas interpretaciones hacen real y aterradora la locura que impregna sus personajes. Gracias a ellas, la pesadilla se convierte en real para el espectador, que tiene la sensación de que está en manos de gente peligrosa. A medida que la casa va siendo destruida, la demencia de ambas se va exponiendo más, mientras que el personaje de Seymour Cassel sucumbe impotente a la locura de las dos intrusas. Al principio intenta dominarlas, pero queda claro que Jackson y Donna tienen un objetivo en mente y nada las apartará de conseguirlo. El ataque empieza con cosas pequeñas, como repetir de forma constante en los diálogos el nombre de George cada vez de forma más burlona, hasta llegar al uso de la violencia más brutal.

 

 

Algo que hace que resulte más inquietante es que no hay motivo para el ataque hacia George, podría ser él como cualquier otro. Sin embargo, las motivaciones de ambas para sus crímenes se van revelando poco a poco, a través del diálogo. Cómo es de esperar, el abuso y el maltrato son parte importante de estas motivaciones.

Esto le añade al argumento un subtexto que hace de Death Game una película de terror feminista, nutriéndose de los miedos y las ansiedades masculinas que surgen a partir del movimiento feminista y del aspecto sexy y angelical de las acólitas asesinas del clan Manson. Lo cual no es extraño teniendo en cuenta que la película fue originalmente concebida a finales de los 60 del siglo XX. En concreto, un día de lluvia que el guionista Michael Ronald Ross decidió recoger a una autoestopista que parecía bastante desamparada (y que se llamaba Donna). Esta invitada inesperada, que Ross esperaba que se marchara al día siguiente, se quedó días gorroneando todo lo que pudo. Pasado un tiempo, finalmente se marchó. Ross pensó entonces que habría pasado si, en lugar de una chica más o menos pacífica, Donna hubiese resultado ser una psicópata. Así nació la premisa de Death Game (entonces titulada Freak) que se convertiría en guion cuando Ross se pusiese a trabajar con Anthony Overman.

Fue entonces que el guion empezó a circular por las productoras. Así llegó a Malpaso, la productora de Clint Eastwood, donde la guionista Jo Heims, que acababa de escribir el debut de Eastwood Escalofrío en la noche (Play Misty for Me, 1971), se apropió del guion y lo pasó como propio tras unos pocos cambios. Eastwood consideró entonces dirigirlo, pero se decidió por otro proyecto. El guion, todavía atribuido a Heims, fue comprado por la productora de Peter S. Traynor. Traynor quería usarlo para debutar como director, al considerar que una historia con solo tres personajes principales y una localización no debería ser excesivamente complicada de filmar.

Pero antes de que se pudiera empezar a rodar, los guionistas originales supieron lo que estaba pasando y exigieron que se restaurase su crédito como guionistas. Para lograrlo, llevaron el guion al sindicato de guionistas para que dirimiese sobre quién debía caer la autoría, pero cuando se llevó al sindicato, Heims rápidamente retiró su crédito como autora del guion. Ross y Overman habían registrado en el sindicato los distintos borradores de su guion, así que Heims no tenía nada que hacer, de ahí su pronta retirada.

Lo que Ross y Overman no sabían, es que en los años que el guion estuvo dando vueltas, E.E. Patchen o Chris Warfield, posiblemente Warfield, tuvo la oportunidad de leer el guion original y plagiarlo descaradamente. El resultado fue Little Miss Innocence aka Teenage Innocence (Chris Warfield, 1973), película incluida como extra en la edición en Blu-ray que Grindhouse Releasing hizo de Death Game. El inicio, el final y las motivaciones son casi exactos a los del primer guion de Ross y Overman, pero el desarrollo es distinto y no tiene la misma calidad. El nivel interpretativo tampoco es el mismo, las dos actrices protagonistas  estaban especializadas en películas más bien eróticas. Un aspecto que se potencia en esta película, ya que el objetivo de ambas es matar a su víctima Rick (John Alderman) a polvos, literalmente. No es esta la única versión que se ha hecho de la película, si bien las otras dos son versiones oficiales. Por un lado, Viciosas al desnudo (Manuel Esteba, 1980) fue realizada en la época del destape y su director le dio un giro de derechas conservador a la historia. Por otro lado, el remake oficial dirigido por Eli Roth, Toc Toc (Knock Knock, 2015), no llega nunca al nivel de locura de la original.

El rodaje de Death Game empezó de forma accidentada, con Traynor discutiendo continuamente con el director de fotografía. Este primer director de fotografía fue despedido y se contrató entonces a David Worth. Worth, más que el director, fue el que salvó la película. No solo en el aspecto visual con toques góticos y momentos casi expresionistas. También en el montaje, ya que el primer editor quiso aprovecharse de que trataba con un director primerizo haciendo un trabajo de calidad mínima. Worth se percató de esto al ver el primer montaje junto a Sondra Locke y se lo comunicaron a Traynor. Worth le dio forma a la película y también acabó participando en el doblaje de la misma, poniendo voz al personaje de George, cuando Seymour Cassel se negó a poner él la voz.

 


 

El conflicto con Cassel se origina cuando se estaba llegando al tramo final del rodaje. La película se rodó más o menos en orden, para mantener continuidad con la destrucción de la casa, así que el ambiente de locura del clímax se fue contagiando detrás de las cámaras. La relación entre Locke, Cassel y Traynor era cada vez más tensa. En una entrevista, Locke aseguró que llegó un punto en que ella y Cassel dirigían la película en lo que a las interpretaciones se refiere. Finalmente, la tensión fue subiendo hasta que Cassel se negó a trabajar. Se presentaba y hacía las escenas, pero de forma funcional, algo que Worth pudo disimular mediante el montaje y el doblaje, aprovechando también que hay escenas en las que George se supone que está en shock.

Todo este conflicto y drama parece que benefició la película, ya que la tensión y la demencia saltan de la pantalla para atrapar al espectador. La distribución fue un fracaso y la película apenas se vio, sobreviviendo en vídeo con devotos que iban introduciendo a otros esta extraña joya. Es una película única que ofrece una experiencia única, gracias en gran parte, repito, a las interpretaciones de las dos protagonistas. El trabajo de Worth le dio el toque final a esta mezcla de thriller y terror que sigue siendo vigente y relevante. Recomendada a los que tengan paladar para lo extraño.


8 nov 2024

Locura sangrienta (Silent Madness)

 


 

Hay películas que tienen muy mala suerte, Locura sangrienta (Silent Madness, Simon Nuchtern, 1984) es una de ellas. Un slasher con muchas aspiraciones que quedó enterrado durante años en las estanterías de los videoclubes, poco a poco ganando popularidad y aumentando reputación. Y hoy día se puede disfrutar en una estupenda edición en Blu-ray.

Tras el desafortunado título en castellano se esconde un film que empezó como una película de suspense. Pero hablamos de principios de los 80 del siglo XX, en plena fiebre slasher, lo que llevó a los cineastas a replantearse el proyecto y, con unos ligeros cambios, convertir el guion en un slasher. Además, a principios de los 80 también hubo un revival del cine en 3-D, con películas como El gran tiburón (Tiburón 3) (Jaws 3-D, Joe Alves, 1983) y Viernes 13: Parte 3 (Friday the 13th Part III, Steve Miner, 1982) cosechando un gran éxito gracias a este recurso. De modo que se decidió también que la película se rodaría en 3-D, a pesar de lo extremadamente complicado que era para una producción de bajo presupuesto. Este esfuerzo extra, sin embargo, fue en vano porque cuando se estrenó en salas en su día, los pocos cines que la llevaron la proyectaron "plana", sin el extra del 3-D. Por si eso fuera poco, se estrenó la misma semana que Pesadilla en Elm Street (A Nightmare on Elm Street, Wes Craven, 1984), que la eclipsó completamente.

Y se entiende que quedara eclipsada. Sobre el papel, a pesar del toque 3-D, no parece un slasher demasiado original: el peligroso demente asesino Howard Johns (Solly Marx) es liberado del manicomio en el que está ingresado debido a un "error" informático. Una vez fuera, Johns regresa a la universidad en la que cometió una masacre hace años para seguir asesinando jóvenes universitarias. La doctora Joan Gilmore (Belinda Montgomery) es la encargada de capturar a Johns para volver a ingresarlo, pero no lo tiene fácil ya que el hospital pretende tapar lo sucedido y no se detendrá ante nada para hacerlo. Es decir, lo que parece otra copia de La noche de Halloween (Halloween, John Carpenter, 1978) tenía poco que hacer comparado con un asesino que ataca a través de los sueños. Pero Silent Madness ofrece más de lo que parece a simple vista.

Para empezar, la película no está protagonizada por las típicas víctimas universitarias que habían servido de carne de cañón en incontables ejemplos del género. Las universitarias están como víctimas, sí, pero la protagonista es la doctora Gilmore, que se enfrenta al peligroso asesino y a la corrupción de las instituciones solo con la ayuda del periodista Mark McGowan (David Greenan). Los protagonistas maduros no eran habituales en el género (es decir, que los personajes no son jóvenes adolescentes o veinteañeros), lo que ya la hace destacar comparada con el resto de películas del género. Además, se le añade un subtexto feminista a la película, mostrando todas las dificultades a las que se enfrenta la doctora Gilmore, empezando porque se la tomen en serio como doctora en psiquiatría.

El uso del 3-D impidió que en las escenas de asesinatos se usaran chorros de sangre, porque afectaría a la efectividad del efecto tridimensional. Y aún teniendo eso en cuenta, las muertes están muy bien resueltas, ya que no usar chorros de sangre no impidió que hubiese toques gore para añadirle salsa a la película. Las persecuciones y escenas de suspense también están muy bien resueltas.

En definitiva, Silent Madness es una película que a los aficionados al género les ofrece generosas dosis de lo que hacía el slasher ochentero tan entretenido y único. Recomendada a los fans, si bien no recomiendo la versión que aparece en Prime Video: es una versión full screen de calidad pésima.


26 oct 2024

Motín en el reformatorio de mujeres (Reform School Girls)




Cada vez que me topo con alguna pobre alma desgraciada a la que no le gustan los slashers, se justifican de la misma manera: son todas iguales, se repite siempre lo mismo. Aunque están completamente equivocados, puedo entender de dónde vienen estos comentarios, ya que yo mismo los he hecho sobre películas deportivas o sobre las películas de cárceles de mujeres. Por eso me recuerdo a mí mismo que no debo caer en prejuicios y darle una oportunidad a todos los géneros. Y si bien las películas deportivas me siguen aburriendo mortalmente, sí que he encontrado algunas películas de cárceles de mujeres que me han parecido interesantes y lo bastante diferentes como para seguir dándole oportunidades al género. Una de estas películas es Motín en el reformatorio de mujeres (Reform School Girls, Tom DeSimone, 1986), una parodia del género.

El director Tom DeSimone también compartía la opinión de que este género, las WIP (Women in prison), era todo bastante igual desde que se iniciara a principios de la década de los 40 del siglo XX. La opinión de DeSimone estaba justificada en el hecho de que había trabajado en el género dirigiendo La jungla de cemento (The Concrete Jungle, 1982). Esto le dio la idea de hacer una parodia del género, pero sin llegar a los extremos de Aterriza como puedas (Airplane!, Jim Abrahams, David Zucker, Jerry Zucker, 1980), más bien haciendo una versión exagerada de una WIP, estilo camp (lo que probablemente contribuyó que fuera la comunidad LGTBI+ americana la que convirtió esta película en una cinta de culto).

El reparto incluye una larga lista de atractivas actrices, pero destacan en especial Pat Ast como la malvada Edna, la reina Stirba en persona Sybil Danning y la líder de los Plasmatics Wendy O. Williams. Williams interpreta a la líder de las banda de chicas malas, a pesar de que se supone que las prisioneras del reformatorio juvenil tienen como máximo 17 años y Williams tenía 35 años cuando interpretó el papel, que básicamente consiste en interpretarse a sí misma, incluso el vestuario que utiliza es el que habitualmente llevaba en los conciertos. La presencia de Wendy O. Williams sirvió para que contribuyera a la banda sonora que está formada principalmente por grupos femeninos. Estos son los ejemplos principales:



Y si os gusta lo que habéis escuchado, la edición en Blu-ray de Wicked Vision tiene un contenido de Pascua que os puede interesar y molestar a los vecinos.

Volviendo a Reform School Girls, DeSimone utilizó como modelo para su parodia películas como Women's Prison (Lewis Sadler, 1955), Reformatorio femenino (Reform School Girl, Edward Berns, 1957) y otros ejemplos del género de la década de los 50, lo que informa también el look de la película. Un estilo que el genial tráiler capta a la perfección. El argumento es el habitual en el género, para parodiar el máximo de tópicos: la chica buena/mala Jenny (Linda Carol) es enviada al reformatorio tras ser detenida como cómplice de un atraco que sale mal. Allí, Jenny hará amistad con algunas de las compañeras de internamiento, se enfrentará a la banda de Charlie (Williams) y tratará de exponer al público las torturas y muertes provocadas por la terrible Edna y la malvada directora del reformatorio Sutter (Danning), con la ayuda de la trabajadora social la doctora Norton (Charlotte McGinnis).

La historia se desarrolla de manera constantemente entretenida y divertida. Las actrices manejan bien interpretar de manera extremadamente seria las situaciones extremadamente ridículas para que resulten más divertidas, con algunos diálogos igualmente memorables (se me quedó grabado: "os recomiendo dormir con los dedos sobre las sábanas, señoritas, solo cambiamos las sábanas una vez a la semana"). Por supuesto, el disfrute de la película varía según el sentido del humor, pero también incluye la acción y los diálogos en las duchas habituales del género para satisfacer a los fans de las WIP. Para mí, sin embargo, es la comedia lo que la hace destacar, el camp, y la diferencia de otras películas semejantes. Además de hacerla accesible a personas a las que jamás se les ocurriría ver una película del género.

No sé hasta que punto Reform School Girls es una película para recomendar indiscriminadamente, pero si has llegado hasta aquí es posible que sea tu tipo de perversión.


18 oct 2024

Rabia Salvaje (Primal Rage aka Rage - Furia primitiva)

 


 

Durante el siglo XXI, el género de los "rabiosos asesinos", al estilo Rabia (Rabid, David Cronenberg, 1977), y el de zombis se han mezclado hasta ser casi sinónimos, sobre todo a partir del éxito de 28 días después (28 Days Later, Danny Boyle, 2002). Pero, como otras tantas supuestas innovaciones modernas, era algo que ya se había hecho en el pasado, como en La invasión de los zombis atómicos [Incubo sulla città contaminata, Umberto Lenzi, 1980]). La obra maestra de culto Demons (Dèmoni, Lamberto Bava, 1985) es el perfecto ejemplo de esta mezcla de géneros, en la que se añade la posesión demoníaca. Inspirada por el éxito de Demons, se estrenó Rabia salvaje (Primal Rage aka Rage - Furia primitiva, Vittorio Rambaldi, 1988), otra curiosa mezcla de géneros que ha sobrevivido desde la oscuridad del VHS al lujo del 4K.

Frank Duffy (Mitch Watson) es un periodista universitario que trabaja en destapar los crueles experimentos sobre animales que lleva a cabo el doctor Ethridge (Bo Svenson). Frank intenta reclutar a su amigo Sam Nash (Patrick Lowe) para que le ayude a colarse en el laboratorio pero Sam opta por no involucrarse en actividades ilegales. Lo cual resulta ser un acierto por su parte, ya que el mono que libera Frank no es un animal cualquiera, sino el sujeto de un experimento por parte del doctor Ethridge que buscaba una cura para el Alzheimer pero lo que ha conseguido es que los sujetos se conviertan en rabiosos mutantes. Frank resulta infectado, alterando su personalidad y también su cuerpo. A medida que los infectados aumenten, Sam y el interés amoroso Lauren (Cheryl Autt) intentarán detener la infección y sobrevivir a los mutantes rabiosos que les persiguen.

Primal rage fue una coproducción italoamericana, rodada en Estados Unidos con actores americanos y dirigida por el italiano Carlo Rambaldi. El guion fue escrito por Umberto Lenzi y James Justice bajo el nombre Harry Kirkpatrick, como hicieron también en Pesadilla en la playa (Nightmare Beach aka Welcome to Spring Break aka Nightmare Beach: La spiaggia del terrore, Umberto Lenzi como Harry Kirkpatrick, 1988). Esta mezcla hace que la película pueda pasar por ser una producción americana pero, al mismo tiempo, tiene esos toques extraños y exóticos de las producciones italianas que querían pasar por americanas.

Como ya he mencionado, es posible que el éxito de Demons inspirara la producción de esta película, ya que el maquillaje de los infectados a medida que van mutando recuerda al de los endemoniados del clásico de Bava. Pero no es un demérito, los efectos especiales y de maquillaje son sobresalientes teniendo en cuenta el presupuesto. Lo cual no es extraño, pues corrieron a cargo del maestro Carlo Rambaldi, que se encargó de los efectos a pesar del bajo presupuesto ya que el director era su hijo, una suerte para la película en especial durante la masacre del clímax.

Pero los efectos no son lo único a destacar de esta película. Resulta muy entretenida y divertida gracias a la manera en que trata la historia. Los infectados van degenerando, mental y físicamente, pero su personalidad no desaparece del todo, añadiendo dosis de interesante drama. Por supuesto, los que eran despreciables antes de infectarse, luego son mucho peores. Las interpretaciones son competentes y efectivas, ayudando a que funcione la historia en los momentos importantes.

Primal Rage es una producción de serie B que consigue ser un perfecto ejemplo de lo mejor de la serie B. Un film entretenido con toques extravagantes, escenas gore y logrados momentos cómicos, regado todo con una infecciosa banda sonora ochentera a más no poder a cargo de Claudio Simonetti. Una delicia para los aficionados al género.


4 oct 2024

Trilogía de La Mujer




De momento, el siglo XXI no ha dado iconos del terror tan populares e icónicos como los surgidos durante la década de los 80 del siglo XX. Uno de los más innovadores e interesantes de los iconos surgidos durante el siglo XXI es La Mujer, interpretada por Pollyanna McIntosh en tres películas de terror muy distintas entre sí en ejecución pero similares en temática. Una trilogía, hasta ahora, que surge del cine de terror más independiente y salvaje, que desafía al espectador tanto psicológicamente como visualmente. Una trilogía que debería ser más conocida de lo que es, creo yo, de ahí este artículo en el que espero queden claras las grandes virtudes de estas películas.

La Mujer tiene un origen literario de pedigrí. Durante la década de los 80 del siglo XX empezaron a surgir nuevas corrientes dentro de la literatura de terror, que en diversas ocasiones se entrecruzaban. Me refiero al splatterpunk y al terror extremo que, aprovechando el boom de novelas de terror producido por la popularidad de Stephen King, iban mucho más lejos en cuanto a lo explícito de su violencia y a la hora de romper tabúes. Uno de los pioneros de esta vertiente más extrema fue Jack Ketchum, que despertó una gran polémica con su primera novela Off Season, publicada en 1981. La novela cuenta la historia de un grupo de amigos que, mientras pasan un fin de semana en una apartada cabaña en la montaña, son atacados por una tribu de caníbales. Un argumento que hoy día no parece muy original, pero el propio Stephen King la recomendó por la efectiva manera en que la novela metía el horror en el lector. Incluso teniendo en cuenta que entonces se publicó una versión censurada, su impacto fue innegable y abrió el camino para otros autores como Richard Laymon.



Casi veinte más tarde de que se publicara Off Season, Ketchum publicó una versión restaurada sin censurar de la novela (la que está ahora disponible en inglés). Esta novela llamó la atención del cineasta Andrew van den Houten, que ya había producido la adaptación de otra obra de Ketchum, la perturbadora y escalofriante novela La chica de al lado en una película dirigida por Gregory Wilson en 2007. Pero los derechos de Off Season habían sido vendidos y no estaba disponible para ser filmada. Por suerte, en 1991 Ketchum había escrito la secuela Offspring, en la que se desarrolla el personaje de La Mujer, así que Van den Houten se decidió a producir y dirigir una adaptación de esta novela.

Offspring (2009) contó con guion del propio Ketchum, así que sobra decir que es muy fiel a la novela. Tan fiel que es casi tan brutal y salvaje como su versión literaria. Los Halbard, David (Andrew Elvis Miller) y Amy (Amy Hargreaves), son los orgullosos padres de una recién nacida, viven en una gran casa en el campo y su trabajo no podría ir mejor. Todo va a la perfección. Hasta que reciben la visita de Claire Carey (Ahna Tessler), acompañada de su hijo Luke (Tommy Nelson), que llega huyendo de su ex marido Stephen (Erick Kastel). Pero el terror llega cuando son atacados por un clan de caníbales en busca de la poderosa sangre de un bebé.

La película de Van den Houten canaliza los aspectos más brutales y salvajes de películas como Caníbal feroz (Cannibal Ferox, Umberto Lenzi, 1981) y Las colinas tienen ojos (The Hills Have Eyes, Wes Craven, 1977), sin ninguna contención, aprovechando que fue una película producida de forma independiente. Como el film clásico de Wes Craven, lo que hace interesante Offspring es que la película tiene más profundidad de lo que parece a primera vista. Se plantea la cuestión de quién es realmente malvado entre lo que hacen los caníbales y el personaje que interpreta Erick Kastel. Pero, claro, el principal impacto en el espectador lo provocan las sangrientas escenas de los ataques del clan caníbal en el que destaca La Mujer, gracias a la interpretación de Pollyanna McIntosh. La actriz la convierte en un personaje temible e inquietante. De hecho, su interpretación es tan poderosa que Van den Houten decidió cambiar su destino original, tras consultarlo con Jack Ketchum. Ketchum no puso inconveniente, porque él mismo ya había hecho algo parecido entre Off Season y Offspring.

Fue rodada originalmente en 16 mm, lo que le da un aspecto que recuerda al de las películas de finales de los 70 que homenajea. Si bien es algo que se puede apreciar en la edición 4K/Blu-ray más reciente, porque originalmente se editó en DVD con un aspecto que parecía rodada en video sin mucha gracia. Pero el film sobrevivió, dejando su sangrienta marca en los aficionados al terror.




Andrew van den Houten le mostró una primera versión de la película al director Lucky McKee, que mostró su interés por el personaje de La Mujer. Sugirió entonces hacer una secuela, con Jack Ketchum escribiendo una novela y él un guion cinematográfico. Ketchum le dijo entonces que por qué no escribir juntos novela y guion, que es lo que finalmente hicieron. Primero escribieron la novela y luego la adaptaron, así nació The Woman (Lucky McKee, 2011).

Chris Cleek (Sean Bridgers) se encuentra de caza cuando descubre la presencia de La Mujer (McIntosh) en el bosque. Chris decide secuestrarla y tenerla prisionera en su casa, con la intención de "civilizarla" y convertirla en una mujer "de verdad". Su familia reacciona de distinta manera a la nueva presencia. Belle Cleek (Angela Bettis) siente cierta aprensión pero ha aprendido por las malas a obedecer a su marido. El hijo Brian (Zach Rand) se siente muy excitado con la recién llegada. Darlin' (Shyla Molhusen), la hija pequeña, no acaba de entender la situación, solo que se supone que tienen que ayudar a La Mujer a curarse. La única que parece ver lo equivocado y perverso de la situación es la hija mayor del clan, Peggy (Lauren Ashley Carter).

La reacción del clan Cleek no es la más normal ante la situación, la razón de ello se revelará a medida que vamos conociendo más a los Cleek. Una familia que, en apariencia, parece muy típica y normal, pero está llena de oscuros secretos. La Mujer, por otro lado, es más honesta y no pretende ser otra cosa que lo que es: una mujer salvaje que come carne humana. El tema de la auténtica naturaleza del mal y la hipocresía de la civilización ya aparece en Offspring, pero The Woman es una película muy distinta a su predecesora. No es solo que el estilo sea distinto, lo que es de esperar al ser dirigidas por distintos directores, sino que la película de Lucky McKee cuenta un tipo de historia distinto que se aparta de la secuela habitual. Arranca poco después de lo sucedido en la anterior, pero no continua con la venganza de La Mujer sobre los supervivientes de Offspring o muestra un nuevo ataque del clan caníbal con la subsiguiente batalla por la supervivencia, enfoques más típicos y habituales. The Woman opta por una trama más psicológica, aunque sin abandonar el terror sangriento y gráfico, donde el terror radica en ver cómo Chris Cleek va perdiendo la máscara "civilizada" a medida que intenta dominar a La Mujer.

Desde el momento de su estreno, The Woman fue una película rodeada de polémica. Calificada de  misógina por sus detractores y de feminista por sus defensores, creo que estas reacciones opuestas tienen su origen en la manera que presenta la violencia, cruda y brutal, sin intentar darle un toque recreativo. Eso no quiere decir que no haya humor en la película, está cargada de humor negro, en especial en los momentos más grotescos. Además, las personas que acusan a la película de ser misógina deberían fijarse en cómo se presentan los personajes y cuáles son vistos de forma positiva y cuáles de forma negativa.

The Woman es una potente película de terror cuyo principal monstruo es el patriarcado que representa Chris Cleek, pero no suaviza el personaje de La Mujer, que sigue siendo despiadada y salvaje. De las tres, es posible que esta sea la entrega más redonda en cuanto a ejecución y temática.




Tras el éxito de The Woman, James van den Houten le planteó la posibilidad de hacer una tercera entrega a Pollyanna McIntosh. McIntosh tenía una premisa en la cabeza inspirada por el personaje de Darlin', que le planteó a Van den Houten. Entusiasmado, este le ofreció la posibilidad de también dirigir la película a McIntosh, además de escribirla. Este es el origen de Darlin' (Pollyanna McIntosh, 2019).

Darlin' (Lauryn Canny) es dejada a la puerta de un hospital que pertenece a la Iglesia. Un obispo (Bryan Batt) ve la oportunidad de crear mucha publicidad con la salvación de la misteriosa chica feral y poder así salvar la escuela para chicas que dirige. Mientras Darlin' se encuentra en la escuela, La Mujer empieza a buscarla para reconstruir su clan.

De nuevo, esta tercera entrega se parece poco a las anteriores a pesar de tratar temas parecidos. El film ataca las esferas de poder de la Iglesia que protegen a los abusadores con el personaje que interpreta Bryan Batt. Además, la película es una historia de paso de niñez a la adolescencia, aunque sangrienta y brutal, debido al protagonismo que se le da a Darlin'. Luego tenemos la búsqueda que realiza La Mujer de Darlin', en la que va dejando un reguero de cadáveres. Todos estos elementos los va balanceando McIntosh en su notable debut como directora. Las limitaciones del bajo presupuesto no impiden que la directora desarrolle una película de terror que también contiene emotivos momentos dramáticos, consiguiendo despertar las simpatías del espectador hacía Darlin', a pesar de las cosas terribles que descubrimos ha hecho en el pasado. Por supuesto, hasta que punto es culpable por hacer lo que parece normal en el entorno en el que ha crecido es uno de los temas de la película. Lo que diferencia esta entrega de las dos anteriores: sin dejar el terror, los aspectos dramáticos están más desarrollados con un interesante grupo de personajes. La interpretación de Lauryn Canny es realmente fantástica, algo esencial teniendo en cuenta que la película descansa sobre sus hombros, McIntosh mantiene a La Mujer como personaje secundario. Una decisión inteligente, no solo le da frescura a la historia, también evita que el personaje se normalice y se convierta en demasiado familiar, como le ha sucedido a tantos iconos del cine de terror.

No hay otra franquicia dentro del cine de terror tan diversa como esta. Tres películas similares y distintas. Tres maneras únicas de adentrarse en el terror más perturbador, en ocasiones sangriento, en ocasiones psicológico, en el que también hay sitio para la poesía y el drama. Unas cualidades posibles al ser películas independientes de bajo presupuesto, que no son éxitos masivos de multicine y por eso no pierden su esencia buscando ampliar su público. Muy recomendadas.