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25 ago 2023

Fuerza máxima (Drive)


 

El destino puede ser bastante cabroncete. Si Fuerza máxima (Drive, Steve Wang, 1997) hubiese tenido un estudio que hubiese sabido comercializarla y distribuirla, habría tenido un éxito que se habría adelantado a Hora punta (Rush Hour, Brett Ratner, 1998) y Matrix (The Matrix, las hermanas Wachowski, 1999) a la hora de crear una película de acción americana con toda la furia y energía de las películas de acción de Hong Kong, antes de que se pusieran de moda en Hollywood. Por desgracia, el estudio que produjo Fuerza máxima decidió recortar casi 18 minutos de metraje (todo lo que era desarrollo de los personajes y recortar las escenas de acción, además de cambiar la banda sonora) y distribuirla sin pena ni gloria directamente en video. Con el tiempo, especialmente desde que al cabo de unos años se editó el montaje del director, el Drive de Steve Wang se ha convertido, merecidamente, en un título de culto dentro del cine de acción.

Nos encontramos en un futuro cercano, pasado mañana como quien dice. Toby Wong (Mark Dacascos) huye de una gran corporación china con la intención de llegar a Los Ángeles, ciudad en la que otra gran corporación americana le pagará para quitar las mejoras que han introducido en el cuerpo de Toby para hacerlo más rápido y fuerte. Toby tiene también motivos más personales y políticos para huir del país, pero eso no le preocupa demasiado al grupo de mercenarios que le persigue sin descanso, encabezados por Vic Madison (John Pyper-Ferguson) y Hedgehog (Tracey Walter). En su huida, Toby se aliará con Malik Brody (Kadeem Hardison), que es un involuntario testigo de lo que sucede.

Hasta el estreno de John Wick 4 (John Wick: Chapter 4, Chad Stahelski, 2023), Fuerza máxima era la única película americana que realmente capturó la energía de las películas de acción de Hong Kong, mientras que muchas producciones hollywoodienses lo intentaron fracasando estrepitosamente. Incluso cuando las películas americanas de acción con artes marciales funcionaban, nunca acababan de entender la magia de las producciones hongkonesas. Pero el director Steve Wang, posiblemente porque era un fan del género, supo crear energéticas y vibrantes escenas de acción, coreografiadas por Koichi Sakamoto junto su equipo japonés de especialistas Alpha Team, que cuentan con la ventaja de tener a un Mark Dacascos en plena forma.

La terrible versión editada directamente en video, como ya hemos dicho, eliminaba todo el desarrollo de los personajes y se centraba en la acción (que también está recortada). Lo que demuestra que no entendían en absoluto lo que hacía funcionar la película. Porque sí, la acción es espectacular y fantástica y la razón de ser de una película del género, pero si no se le da al espectador una razón por la que implicarse en la historia y los personajes, la acción no funciona de la misma manera, incluso puede llegar a cansar. Parte de lo que hace Drive tan efectiva como película de acción es la relación entre los dos protagonistas y lo que vamos descubriendo de cada uno a lo largo que avanza la historia. Que te importen los personajes y lo que les sucede es lo que hace que te involucres en la acción. Además, el director consigue hacer funcionar las distintas oscilaciones en el tono del film, saltando de la comedia a la seriedad tan bien como salta Dacascos dando patadas. El tono cómico ayuda a procesar los momentos más absurdos de la trama y le da salsa a algunas escenas de acción. En este sentido destaca la aparición de Britanny Murphy como Deliverance Bodine, en un papel pequeño pero memorable.

Drive es una película que recomiendo sin reservas, en especial si te gusta el cine de acción a la Hong Kong, pero solo si es el montaje del director que dura 117 minutos.

15 ene 2016

Wyrmwood: La carretera de los muertos (Wyrmwood: Road of the Dead)

 
Como ya he comentado en diversos artículos, estoy bastante cansado y quemado de las "modernas" películas de zombis. Por eso, cuando me encuentro una medianamente entretenida y que logra mantener mi interés me parece todo un hallazgo, como este moderno ejemplo de ozploitation: Wyrmwood: La carretera de los muertos (Wyrmwood: Road of the Dead, Kiah Roache-Turner, 2014).

Un misterioso fenómeno ha infectado a una gran parte de la población y la ha convertido en zombis. Entre el caos, Barry (Jay Gallagher) ha perdido a su familia. Desesperado, se obsesiona en rescatar a su hermana, Brooke (Bianca Bradey), secuestrada por un extraño grupo militar.

Lo que hizo que para mí esta película funcionara fue, primero, un divertido guion que llena una historia ya muy familiar con toques personales que le otorgan una personalidad propia, con un grupo de personajes que resultan bastante simpáticos y, segundo, un estilo muy cinético, deudor del Peter Jackson de los primeros tiempos y de Sam Raimi, que logra darle un sentido épico a esta modesta producción.

Como ejemplo de lo dicho antes, me gustó bastante la manera en que se introducen los personajes. Después de que Benny (Leon Burchill), uno de los compañeros de Barry en su búsqueda de su hermana, cuente cómo murieron sus hermanos en forma de historia, se nos introduce a Barry diciendo: "Esta mañana tuve que matar a mi mujer y a mi hija. No sé cómo convertirlo en una historia". Es una manera muy directa y rápida de mostrarnos la naturaleza de cada personaje y su personalidad.

Las escenas de acción son muy efectivas y se ejecutan bastante bien, en particular las persecuciones por la carretera y la huida de Brooke. Lo cual, sumado al equilibrado tono de la película, con su mezcla de terror con toques de comedia, hace de Wyrmwood un film muy disfrutable y entretenido.

Entre la marabunta de mediocridad en que se ha convertido hoy día el cine de zombis, resulta satisfactorio encontrar todavía cintas con un poco de personalidad.


17 jul 2015

Rey Gitano

 
Ya podéis leer mi crítica de Rey Gitano (Juanma Bajo Ulloa, 2015) que con placer he escrito para Underbrain Mgz, clicando aquí:


Que siiiií, que esta nueva de Bajo Ulloa no es tan buena como su Airbag (1997), pero también te ríes mucho, que al fin y al cabo es el objetivo. Eso sí, no más protagonistas para Arturo Valls, por favor.


3 abr 2014

Need for Speed

Podéis leer mi crítica de Need for Speed (Scott Waugh, 2014) en Underbrain Mgz clicando aquí:


Esta película es lo que los americanos llaman mixed bag. Le sobra media hora, una subtrama vengativa absurda y el actor protagonista no es nada adecuado para el papel, pero las persecuciones y escenas de acción están muy logradas y la parte road movie de la película es muy divertida.


28 mar 2014

El mundo está loco, loco, loco (It's a Mad, Mad, Mad, Mad World)

 
El mundo está loco, loco, loco (It's a Mad, Mad, Mad, Mad World, Stanley Kramer, 1963) es una monumental y épica comedia. Un clásico del cine que cuenta una historia que sigue siendo actual hoy día: un grupo de personajes se lanzan en una desesperada carrera para encontrar 350.000 dólares (aproximadamente 1.600.000 euros actuales) enterrados en un parque, dejando tras de sí un rastro de caos y destrucción.

Kramer hasta entonces era conocido por producir y dirigir filmes serios con un tema social o reflexión seria de fondo. Justo antes de Mad World había completado otro clásico: Vencedores o vencidos (Judgment at Nuremberg, 1961). Fue justo tras el estreno de este film que Kramer tuvo la idea para hacer una épica comedia que fuera considerada como la comedia definitiva (querer hacer la película definitiva de cualquier género se conoce hoy día como "hacerse un Stanley Kubrick"), después de que durante una comida un crítico de cine le dijera que hacía dramas muy buenos pero que no creía que pudiese hacer una buena comedia.

Aunque Kramer se propuso hacer una gigantesca comedia, no dejó de lado los temas humanos que eran marca de la casa. Así, el tema central del film es la avaricia. La comedia surge a partir de las desesperadas acciones que llevan a cabo los personajes, capaces de todo por conseguir el dinero. Esta temática universal, junto al hecho de que no se hacen referencias contemporáneas del momento en que fue filmada, hacen que Mad World no haya envejecido. Hacía reír en 1963 y sigue haciendo reír en el 2014.

El reparto lo forman prácticamente todos los actores y las actrices cómicos de la época, algunos haciendo cameos como Jerry Lewis o Buster Keaton, otros en papeles protagonistas como Sid Caesar, Mickey Rooney o Jonathan Winters. Los que no aparecen se quedaron fuera por diversos motivos: o pedían demasiado dinero para hacer el papel, caso de Peter Sellers, o les coincidía con otro trabajo, caso de Lucille Ball. Encabezando el reparto nos encontramos al gran Spencer Tracy, en el que fue uno de sus últimos papeles en el cine.
 

La variedad de cómicos coincide con la variedad de tipos de humor y comedia que se muestran en el film. Desde juegos de palabras, pasando por diálogos ingeniosos hasta los homenajes al slapstick, Mad World no desperdicia ninguna oportunidad para hacer reír al espectador, muchas veces a carcajadas. A veces lo logra con detalles simplemente bizarros, como uno que a mí me hace reír mucho: la mujer en bikini (Barrie Chase) que baila con el rostro completamente serio y la cabeza inmóvil mientras se contonea todo su cuerpo al lado del demente Sylvester (Dick Shawn).

Los distintos estilos de comedia acompañan al reparto coral en un viaje que convierte este film en una pionera y genial road movie. El holgado presupuesto permitió a Kramer utilizar los mejores efectos especiales de entonces, algo que brilla particularmente durante la secuencia final, para hacer creíble este anárquico viaje por las carreteras americanas. Pero el mejor efecto especial es el mencionado reparto coral. El espectador puede ponerse a favor de quien le haga más gracia, ya que todas las historias tienen la misma importancia y no se señala a nadie como protagonista.

La nueva edición de Criterion (2 Blu-ray [zona A], 3 DVD [zona 1]) de esta película incluye un gran hallazgo para los fans: la versión road-show de la película. ¿Qué es la versión road-show? Veréis, durante finales de los 50 hasta los primeros años 70 fue la época en que se produjeron las grandes épicas hollywodienses: prestigiosas adaptaciones literarias, películas bíblicas o ambientadas en el Imperio Romano, algún western... Películas como Ben-Hur (William Wyler, 1959), Doctor Zhivago (David Lean, 1965) o La conquista del Oeste (How the West Was Won, John Ford, Henry Hathaway, George Marshall, Richard Thorpe, 1962). Estas producciones, que podían llegar a pasar las tres horas de duración, se mostraban en proyecciones especiales para las que había que comprar la entrada de forma anticipada y en un formato más grande que el cine normal de entonces (una especie de primitivo Imax). Luego, estas películas se editaban y se proyectaban en los cines normales en un formato más pequeño, de 2.76:1 pasaban al más habitual 2.35:1.

La versión road-show de Mad World duraba 202 minutos (incluida la música de apertura, el descanso y el cierre). Luego, para el pase cinematográfico, Kramer editó el film hasta dejarlo en 163 minutos. Parte del material editado se ha perdido para siempre, pero ha sobrevivido bastante como para que se creara una versión extendida que dura 197 minutos. Esta versión extendida está pensada para los fans de la película; algunas escenas añadidas son redundantes y se entiende que Kramer las cortara, pero otras me hicieron reír a carcajadas. Pero si no habéis visto nunca Mad World, es mejor que veáis primero la versión cinematográfica antes que la versión road-show (no la califico de "montaje del director" porque ambas fueron editadas por Kramer, que alternaba en su opinión sobre cuál era la mejor versión). Yo creo que la versión cinematográfica es mejor, pero esta versión extendida es toda una maravilla si te gusta la película.

Escribiendo este artículo me han entrado ganas de ver de nuevo la película, a pesar de que ya he visto ambas versiones de forma seguida no hace mucho. Es una de las mejores comedias jamás filmadas, muchas veces imitada pero nunca superada. Un reparto genial, un guion divertidísimo y un gran director al frente son los elementos que hacen que sea tan soberbia. Si todavía no la habéis visto, os invito a que le pongáis remedio lo antes posible: os merecéis disfrutar con El mundo está loco, loco, loco.



3 feb 2012

Precaución, amigo conductor, la senda es peligrosa


Empezamos la semana con una película con guion de Everett De Roche, la estupenda y angustiante Largo fin de semana (Long Weekend, Colin Eggleston, 1978), y terminamos la semana con otra película con guion de Everett De Roche, la road movie cargada de suspense Carretera mortal (Roadgames, Richard Franklin, 1981).

Quid (Stacy Keach) es un camionero que, mientras lleva un cargamento de carne a su destino, empieza a sospechar que el conductor de una furgoneta que se encuentra a menudo es un asesino en serie. Comparte sus sospechas con Pamela (Jamie Lee Curtis), una joven autoestopista que Quid recoge en la autopista, y ambos empezarán a investigar si esas sospechas están fundadas o no. El problema es que las sospechas no sólo están fundadas sino que el psicópata empieza a jugar con ellos y además la policía cree que Quid es el psicópata asesino.

Siento debilidad por las películas de terror y suspense ambientadas en la carretera, así que tenía mucho interés por este film por ello. Además, es un film australiano, con lo que las persecuciones y la acción en la carretera estarían filmadas de manera sublime, ya que los australianos parecen expertos en este tipo de cosas. Eso sin olvidar a los responsables de la película: el guionista Everett De Roche y el director Richard Franklin, que ideó la historia original junto a De Roche y dirigió la fantástica Psicosis II: El regreso de Norman (Psycho II, 1983). De hecho, las referencias a Alfred Hitchcock y la habilidad para crear suspense de la que hace gala Franklin en Roadgames hicieron que la Universal lo llamara para dirigir Psicosis II.

Y otro factor importante: al igual que toda auténtica y genial película de culto australiana que se precie, tiene una auténtica y genial banda sonora compuesta por Brian Nada-que-ver-con-el-guitarrista-de-Queen May.

Desde la primera secuencia, en la cual Quid observa por primera vez al misterioso conductor de la furgoneta acompañado de una chica, se marca el tono del film: suspense con unas gotas de humor. También contiene un estilizado asesinato que nos indica que la persona tras la cámara sabe lo que hace.

La gradación del suspense a lo largo del film está muy bien conseguida. Empezamos con pequeños indicios que nos llaman la atención ligeramente y a partir de aquí va subiendo hasta que al final nos estamos mordiendo las uñas al borde de la butaca con el corazón en un puño. Paralelamente, los toques de humor de la película nos lo proporcionan los peculiares personajes que Quid se va encontrando por la carretera. Hay también un genial toque de humor negro al final que me hizo darle puntos extra a la película.

Como he mencionado antes, este film contiene diversas referencias al cine de Hitchcock. El origen de ello lo encontramos en que Franklin es un fanático del maestro y De Roche ideó la historia después de que Franklin le pasara La ventana indiscreta (Rear Window, Alfred Hitchcock, 1954), de cara a una próxima colaboración director-guionista después de trabajar juntos en Patrick (1978). Por tanto, de aquí surge el tono del film, más clásico que la media de lo que se hacía entonces, que contribuye a que la película sea un entretenimiento puro.

Con la ola de frío que tenemos encima, esta es la película ideal para ver encerrados y calentitos en casa.

20 ene 2012

Autopista al infierno (Highway to Hell)


Una de las historias más famosas protagonizadas por Orfeo narra cómo éste viaja al Hades para recuperar a su amada Eurídice, muerta envenenada por una mordedura de serpiente. Inspirándose en este mito y añadiéndole diversos elementos procedentes de la mitología, la literatura y la cultura pop; el guionista Brian Helgeland creó una divertida e infernal road movie que se ha convertido en un clásico de culto.

Charlie Sykes (Chad Lowe) y Rachel Clark (Kristy Swanson) son una pareja de adolescentes que se ha fugado cada uno de su respectiva casa para casarse en Las Vegas. Mientras circulan por una perdida carretera secundaria, la pareja se topa con un misterioso ser, el sargento Bedlam alias Hellcop (C. J. Graham), el cual secuestra a Rachel. Charlie descubre entonces gracias a Sam (Richard Farnsworth), propietario de una gasolinera cuya novia también fue secuestrada por el Hellcop, que su novia ha sido arrastrada al infierno y tiene 24 horas para encontrarla y traerla de vuelta antes de que se quede atrapada para siempre.

Autopista al infierno (Highway to Hell, Ate de Jong, 1991) puede que se estrenara a principios de los 90 pero tiene todo el regusto de películas de mediados de los 80 como Regreso al futuro (Back to the Future, Robert Zemeckis, 1985) o Mi proyecto científico (My Science Project, Jonathan R. Betuel, 1985). En otras palabras: pura diversión. La película no para un momento en su recorrido por el infierno, convertido aquí en una autopista por un desierto eterno, mientras seguimos al angustiado Charlie persiguiendo al Hellcop para rescatar a Rachel.

Durante su viaje por el infierno Charlie se topa con diversos y curiosos personajes. Esto propicia, por ejemplo, que la roquera Lita Ford interprete a una sexy autoestopista y la aparición de todo el clan Stiller: Jerry Stiller es un policía condenado a quedarse en una cafetería en la cual nunca le sirven café ni donuts por más que suplique, Anne Meare (su esposa) es Medea convertida en camarera, Amy Stiller es Cleopatra, jugando a las cartas con Atila el Huno interpretado por Ben Stiller en una divertida escena, a la cual hay que añadir a Gilbert Gottfried haciendo de Hitler.

La película esta llena de divertidos gags entre persecuciones. La mencionada partida de cartas entre Cleopatra, Atila el Huno y Hitler (que admito me hizo reír bastante gritando "¡yo no soy Hitler, esto es un error, me llamo Bob!") tiene lugar en un local llamado nada menos que Hoffa's, cuyas bailarinas en topless son mortales: cualquiera que las toque estalla en llamas. Uno de los que me hizo más gracia es un momento en el cual Charlie llega a una porción de carretera que se está reparando. Las reparaciones las lleva a cabo la Compañía de Pavimentación Buenas Intenciones, y el material con el que se hace la carretera es, obviamente, gente que tenía muy buenas intenciones y que se intenta justificar antes de que las desmembren y conviertan en pavimento: "claro que hice que se bebiera la lejía, ¿cómo si no iba a aprender la niña que eso era malo?", "yo creía que quería ser desenchufado", etc. Hacía alrededor de 15 años que no la veía y no recordaba que fuera tan divertida, la verdad.

El acierto es que todos estos detalles enriquecen la película en lugar de pararla y nunca se deja de lado la acción. En este aspecto, el Hellcop es realmente fantástico como antagonista no sólo por lo formidable e implacable que es, también el gran look creado para él con esposas que son manos, una pistola que sería la envidia del Juez Dredd y escrituras bíblicas grabadas en la piel. Eso sí, el reducido presupuesto hace que los efectos especiales no sean ninguna maravilla, aunque cumplen su función de sobras. Me gustó especialmente el Cancerbero (el perro de tres cabezas que vigila las puertas del Hades) hecho con stop-motion.

En definitiva, esta película es una pequeña y entretenida maravilla. Sin embargo, malas noticias, aunque es un film que pide a gritos una edición especial en DVD/Blu-ray no ha sido editada en ninguno de estos formatos. Las únicas versiones que se encuentran son DVD-R, grabaciones de la versión en VHS. Por suerte, yo todavía conservo mis cintas de vídeo y me funciona el reproductor VHS (por suerte también mi vídeo es estéreo y Autopista al infierno fue emitida por TV2 en dual, así que pude escuchar la VO y no el pésimo doblaje). Esto es así ya que la compañía que la financió y estrenó, Hemdale, cerró a mediados de los 90. Los derechos de sus películas pasaron a la Orion que también cerró. De ahí pasaron a la MGM, que ha pasado unos momentos duros pero parece haberlos superado (de ahí que vuelva a estar en marcha la nueva entrega de James Bond). Espero que en el futuro podamos disfrutar de una edición como Dios (o el Diablo, en este caso) manda.

1 dic 2011

La indecente Mary y Larry el loco (Dirty Mary Crazy Larry)


La indecente Mary y Larry el loco (Dirty Mary Crazy Larry, John Hough, 1974) es una clásica y representativa road movie de los 70. En 90 minutos hace un retrato bastante aproximado de lo que era el espíritu del momento, a pesar de no tener el componente filosófico de filmes como Punto límite: cero (Vanishing Point, Richard C. Sarafian, 1971) o Carretera asfaltada en dos direcciones (Two-Lane Blacktop, Monte Hellman, 1971). Eso no quiere decir que sea un film superficial, posee elementos dramáticos que la hacen más interesante que simplemente ver coches chocando.

Larry (Peter Fonda) y Deke (Adam Roarke) son un conductor y un mecánico, respectivamente, que para conseguir suficiente dinero para entrar a competir en la Nascar planean atracar un gran supermercado. Todo sale a la perfección, menos una cosa: Mary (Susan George), un chica con la que Larry había ligado la noche anterior decide sumarse a la pareja, por más que a ellos no les haga gracia. Pronto serán perseguidos por la policía, con el sheriff Everett Franklin (Vic Morrow) encabezando la persecución.

Basada en la novela The Chase de Richard Unekis, me sorprendió en un primer momento ver que esta película estaba dirigida por John Hough, al que conocía simplemente por dos películas de terror: La leyenda de la mansión del infierno (The Legend of Hell House, 1973) y El íncubo (Incubus, 1982). Pero resulta que antes de adentrarse en la aterradora mansión Belasco, Hough había trabajado en televisión dirigiendo episodios de Los Vengadores (The Avengers, 1961-1969) donde se había familiarizado con las exigencias de dirigir escenas de acción.

Hough y los actores protagonistas aportaron una serie de detalles al guion que son los que hacen que el film resulte interesante hoy día. Morrow, por ejemplo, tuvo la inspiración de hacer que su personaje no llevase ni uniforme, ni placa, ni armas. De este modo lo convierte en un rebelde dentro del sistema que a su vez es un reflejo del personaje que encarna Fonda. Ambos son bastante parecidos, haciendo lo que haga falta para cumplir su objetivo. Esta mentalidad hace que Morrow se enfrente a sus superiores y que Fonda parezca dispuesto a sacrificar cualquier relación que pueda tener centrándose en conseguir su objetivo: convertirse en un piloto de carreras.

El título de la película era originalmente The Chase ("la persecución") como la novela en que se basaba, pero se cambió ya que ya existía una película con ese título, el clásico La jauría humana (The Chase, Arthur Penn, 1966), por el que tiene ahora. Es un título que no me gusta mucho ya que no refleja bien la película. En realidad, el centro dramático lo forma la relación entre Larry, Deke y Mary y no simplemente Mary y Larry. Deke, un alcohólico en vías de recuperación, es en ocasiones el cerebro, en ocasiones el alma de Larry, al cual sólo le importa conducir y ser el primero. Adam Roarke decidió interpretar el papel haciendo lo opuesto a lo que en aquel momento hiciera Peter Fonda: si éste sonreía, Roarke estaba serio y viceversa y etcétera. De este modo, algunos de los momentos más tensos se producen por la relación entre Deke y Larry, el cual tiene una manera casi infantil de dar donde más duele. Mary, la joven-que-ha-vivido-mucho, fantasiosa y mentirosa, intenta introducirse en la pareja que forman mecánico y conductor, buscando desesperadamente algo de atención y amor, cosa que es posible que encuentre más fácilmente en Deke que en Larry.

De entre las aportaciones del director John Hough, la más significativa e importante es el final, el cual me gustaría comentar brevemente, así que si no has visto la película harías bien de saltarte este párrafo. Cuando el guion llegó a Hough, este decidió cambiar el final por el que ahora tiene la película: una vez han escapado de la policía, el trío es atropellado por un tren que los mata. Este cambio vino originado por el sentido moral del director, que creía que, al ser criminales, los protagonistas no debían salirse con la suya. Para impactar a los espectadores, hizo que el trío fuera bastante simpático a ojos del espectador, que no utilizasen armas en ningún momento y que no matasen a nadie al hacer que los coches de la policía chocasen, mostrando en todo momento que los policías salen de los coches sin heridas de gravedad. Pero si bien la intención de Hough era simplemente moral, en perspectiva este final es una metáfora perfecta de lo que fueron los cambios sociales de finales de los 60 y primeros 70. Peter Fonda representaba el rebelde hippie por antonomasia, gracias a filmes como Easy Rider. Buscando mi destino (Easy Rider, Dennis Hopper, 1969) y The Trip (Roger Corman, 1967). A esto se le suma la creciente desconfianza y pérdida de fe en el sistema y el gobierno que el público americano había adquirido tras la guerra de Vietnam, el escándalo Watergate y los disturbios y protestas sociales que habían degenerado en violentas confrontaciones debido a la intervención y represión policial. Por tanto, en muchos filmes se empieza a representar a la policía y al sistema como los malos de la película, con el público poniendo todas sus simpatías en el rebelde: Kowaslki en Vanishing Point, Larry en Dirty Mary Crazy Larry. El tren que acaba con las vidas de los tres protagonistas es la realidad imponiéndose. Todas aquellas protestas y movimientos destinados a cambiar el mundo acabaron olvidando la revolución en favor de la música disco y el puro hedonismo que caracterizaron los 70.

El reparto es una de las razones principales por las que esta película funciona. Fonda hace de Fonda bastante bien, Morrow interpreta con su habitual intensidad y Roarke es un interesante contrapunto a Fonda. Sin embargo, destaco especialmente a Susan George porque hace la interpretación más conseguida y fantástica, ya que -y es algo que, a riesgo de resultar pesado, no se aprecia con el doblaje- si no la hubiese visto antes en Perros de paja (Straw Dogs, Sam Peckinpah, 1971) y supiese que es una actriz inglesa, habría creído que era una actriz nacida en Estados Unidos, ya que borda el acento y la forma de hablar típica de la white trash americana tal y como la hemos visto representada en el cine.

Entretenida y divertida, Dirty Mary Crazy Larry es otra producción de bajo presupuesto que se ha acabado convirtiendo en clásica.

10 oct 2011

Jeepers Creepers


Original (en su momento) película de terror, Jeepers Creepers (Victor Salva, 2001) se estrenó sin mucho bombo y platillo para convertirse en lo que los americanos llaman sleeper, un éxito inesperado. Producida sin mucho dinero pero con bastante estilo, gran parte de la efectividad de la película radica en cómo manipula las expectativas del espectador durante su primera parte. Fue seguida de una desangelada secuela, no muy efectiva, y Victor Salva, guionista y director de las dos, prepara una tercera parte para estrenarla el 2013.

Hasta aquí sería el típico comentario de una película de estas características. Sin embargo, mientras buscaba información interesante sobre el film, descubrí que Victor Salva fue condenado por abuso de menores (abusó sexualmente del actor infantil que actuó en su película Clownhouse (1989)), por lo que cumplió una condena de un año y unos meses en la cárcel y le fue concedida la libertad condicional en 1992. La condena fue una sorpresa para su mentor Francis Ford Coppola, productor de sus filmes convencido del talento como cineasta de Salva, y mantuvo largas conversaciones con Salva en la cárcel para intentar entender que fue lo que pasó. Al parecer, Salva fue él mismo víctima de abusos físicos y psíquicos por parte de su padrastro alcohólico, lo que le provocó toda una serie de traumas. Desde que fue liberado, Salva dio un giro a su vida, no ha vuelto a cometer ningún crimen y ha luchado por conseguir financiación para sus películas, algo difícil a pesar de contar con el apoyo de Coppola.

Cuando descubrí todo esto tuve una primera reacción de rechazo hacia la película de Salva. Luego me di cuenta de lo absurdo que era. Es decir, la película seguía siendo la misma, pero, por lo que hizo Salva a finales de los 80, ¿de repente tenía que dejar de gustarme? Salva cumplió condena por lo que hizo (periodo durante el cual recibió abundantes palizas por parte de los otros presos), y no ha vuelto a cometer ningún tipo de abuso ni crimen, dedicándose a intentar tirar adelante su carrera como cineasta. Concluí que se trata de un hombre que ha pagado por sus crímenes e intenta redimirse a través del arte. Y luego pensé en Roman Polanski. Polanski mantuvo relaciones sexuales con una niña y huyó de Estados Unidos para no ser condenado por el mismo crimen que Salva (razón por la cual Polanski no ha vuelto a poner un pie allí para no ser encarcelado). A pesar de no haber cumplido condena de ningún tipo, Polanski es un respetado director y no ha tenido problemas en desarrollar diferentes proyectos. Algunas de mis películas favoritas las ha dirigido Polanski.

Por tanto, como alguien sabio dijo alguna vez, se trata del arte y no del artista. Consecuentemente, juzgaré las películas por si mismas, no por quien las haya hecho.

Y lo cierto es que Jeepers Creepers es una entretenida película de terror. Su inicio recuerda conscientemente a El diablo sobre ruedas (Duel, Steven Spielberg, 1971), para plantar en el espectador la idea de que se trata de una película de psicópatas normal y corriente. Pero a medida que la historia avanza, se van descubriendo nuevas capas, hasta revelarse como una intensa monster movie.

Patricia (Gina Philips) y Darry (Justin Long), la pareja de hermanos protagonista, no son unos personajes de los que te enamoras, pero tampoco son especialmente irritantes. Parecen personas normales y corrientes, con sus momentos buenos y malos. De todas maneras, lo normal de los hermanos protagonistas hace que destaquen más los personajes peculiares que pueblan el film.

Pero lo que más me atrae (y razón por la que la vi en el lejano 2001), es su aspecto de película de carretera. Siempre he tenido debilidad por las road movies de terror, aunque no he visto muchas que sean realmente buenas, creo que por lo indefensos que parecen los personajes en sus coches. Cualquier cosa te puede pasar en la carretera, te puedes encontrar con cualquiera en la carretera. Y Jeepers Creepers empieza como una pura película de carretera, y, aunque luego cambia, nunca acaba de abandonar la senda peligrosa de la que tantos conductores han de tener cuidado.

Tratándose de una monster movie, es inevitable mencionar la criatura contra la que se enfrentan los protagonistas. La criatura funciona, creo, porque mezcla elementos clásicos de los villanos monstruosos que hemos visto en el pasado, lo que da como resultado, paradójicamente, una criatura bastante original y característica.

En conclusión, recomiendo esta película de terror a aquellos que no la hayan visto, para poder luego regodearse a gusto comentando lo malas que son las películas de ahora por comparación. Es entretenida y tiene sus toques de humor negro, además de una buena serie de escenas cargadas de suspense.

4 oct 2011

Furia ciega (Drive Angry)


San Valentín sangriento (My Bloody Valentine, George Mihalka, 1981) es un clásico slasher, uno de mis favoritos, un gran ejemplo de lo mejor que podía dar de sí el género (como ya sabrás si has clicado en el título y leído el comentario que hice). Cuando se supo que se iba a hacer un remake me temí lo peor, ya que pensé que adaptarían la historia a los gustos actuales, cambiando los protagonistas por un montón de adolescentes. Sin embrago, me sorprendió el remake en el sentido de que no es tan malo como me esperaba que fuera, me pareció bastante divertido y agradablemente sangriento aunque no sea una película precisamente memorable.

Debido a ello, cuando se supo del nuevo proyecto de los responsables del remake, Patrick Lussier y Todd Farmer, me interesé bastante ya que parecía incidir en la vena absurda que asomaba en su versión de San Valentín sangriento. Y no me equivoqué: Furia ciega (Drive Angry, Patrick Lussier, 2011) es absurda, en el buen sentido, y también tremendamente divertida, exagerada y cargada de acción.

La película entra dentro de esta moda de recuperar el estilo y el tipo de argumentos que hicieron grande la exploitation en los 70 pero con los medios disponibles en la actualidad. Es algo que he decidido bautizar New Wave Exploitation.

La exploitation y las películas grindhouse, tal y como se entendían originalmente, desaparecieron a finales de los 70 con el estreno de Tiburón (Jaws, Steven Spielberg, 1975) y La guerra de las galaxias (Star Wars, George Lucas, 1977). Es decir, cuando los grandes estudios empezaron a hacer películas de serie B pero con los medios millonarios que tenían a su disposición. Al mismo tiempo, los distribuidores independientes empezaron a desaparecer, quedando unas pocas compañías independientes. Por supuesto, se siguieron haciendo películas independientes y de bajo presupuesto, pero tenían un aspecto más profesional, estaban mejor hechas técnicamente; en otras palabras: eran buenas películas hechas con poco dinero. Mientras que muchas de las películas exploitation de los 70 tenían un aspecto en ocasiones casi amateur, siendo la suma de la locura y lo absurdo de sus argumentos, junto a la sordidez (en ocasiones) de su acabado y el hecho de no saber cómo de lejos iban a ir, así como otros factores inherentes a la época, lo que hacían estas películas memorables.

Pero el siglo XXI ha traído consigo una recuperación de este estilo de cine setentero, no sólo a través de remakes, sino también en películas como las que ya sabéis de Quentin Tarantino y Robert Rodríguez, la motera Hell Ride (Larry Bishop, 2008) o la presente Furia ciega.

La intención de Lussier y Farmer era hacer su pequeño homenaje a las road movies de los 70 añadiéndole un toque satánico, como en la aquí comentada Carrera con el diablo (Race with the Devil, Jack Starrett, 1975). Para ello, crean la historia de John Milton (Nicolas Cage), que se ha escapado del infierno para salvar la vida de su nieta, la cual el líder de una secta satánica, Jonah King (Billy Burke), tiene intención de sacrificar. Milton será ayudado de forma reluctante por Piper (Amber Heard) mientras es perseguido por el Contable (William Fichtner), que quiere llevarse de vuelta a Milton al infierno.

Desde el principio, la película deja clara sus intenciones con una escena tan exagerada como divertida, en lo que será el tono que marcará el film. La ironía y el tongue-in-cheek dan a entender que lo que pretenden sus (ir)responsables es crear puro entretenimiento y nos recuerdan que no nos hemos de tomar la película demasiado en serio, lo que contribuye a hacer de este un film memorable y no otra olvidable y tópica película de acción.

El reparto está estupendo, todos comprometidos a hacer de este un viaje inolvidable. Para empezar, Nicolas Cage, lo amas o lo odias, borda el papel de Milton creando un personaje bastante contenido sin exagerar la "cageización". Amber Heard es introducida como Piper cantando Fuck The Pain Away de Peaches, y tras esta prometedora introducción no decepciona, siendo bella y badass al mismo tiempo sin parecer falsa o artificial. William Fichtner se lo pasa de lo lindo haciendo del Contable y Billy Burke como el líder satánico resulta una divertida mezcla entre Jim Jones y una estrella de rock. Finalmente mencionar la aparición del gran Tom Atkins, en un papel corto pero jugoso.

Disfruté como un enano viendo esta película. Tanto, que lamenté que Lussier y Farmer no fuesen los encargados de hacer la película del Motorista Fantasma o de la secuela que se ha de estrenar dentro de poco. El argumento de Furia ciega parece una mezcla entre las historias originales del Motorista Fantasma aparecidas en los 70 y las nuevas historias que escribió Garth Ennis en el fantástico Ghost Rider: Autopista al infierno. Recomiendo esta película para todos aquellos que gusten de la pura diversión à la exploitation y busquen algo alejado del realismo y la seriedad. Y, por favor, vedla en VO, ya que los diferentes acentos y la manera única que tienen de hablar en el sur de Estados Unidos, así como las estupendas interpretaciones, desaparecen con el doblaje.

11 ago 2011

Monsters


Uno de los motivos que hacen destacar esta muy destacable producción británica, es que cuando uno acaba de verla no está muy seguro de a quién hace referencia el "monstruos" del título. Ciencia ficción dramática o drama de ciencia ficción, Gareth Edwards creó una más que estimable pequeña joya del género con Monsters (2010).

Han pasado seis años desde que una sonda de la NASA conteniendo especímenes de vida alienígena se estrellara en América Central, creando una zona infectada de vida extraterrestre entre EUA y México, vallada y vigilada para mantener a las criaturas encerradas. Andrew Kaulder (Scoot McNairy) es un reportero fotográfico que se encuentra en San José para poder hacerle una fotografía a una de las criaturas extraterrestres viva, de gran valor en ese momento, cuando recibe la orden de escoltar a la hija de su jefe, Samantha Wynden (Whitney Able), hasta un lugar desde el que pueda volver a EUA. Por supuesto, las cosas se les irán complicando durante su viaje de vuelta.

A pesar de estar anunciada (cómo podéis ver en el tráiler, abajo) como una habitual monster movie o película de invasión alienígena, lo cierto es que Edwards opta por una línea más intimista y dramática, siguiendo el viaje que se ven obligados a emprender Andrew y Samantha y cómo el viaje les cambia. Como en toda buena road movie, el viaje por la geografía interior se ve reflejado en el viaje por la geografía exterior. Así, prescindiendo de grandes secuencias de acción o de los tópicos habituales en otras películas del género, Monsters destaca como la película anti-invasión de extraterrestres. La película se ve beneficiada con diferentes capas de significado y alegorías que uno va descubriendo a medida que ve el film, algo raro hoy día en una película de estas características.

Edwards concibió la idea para la película antes de que otros títulos con la misma idea o estilo se estrenaran, como la mediocre e insulsa Monstruoso (Cloverfield, Matt Reeves, 2008) o la muy estimable y genial District 9 (Neill Blomkamp, 2009). Pero, aunque llegó después de varios títulos de invasiones alienígenas y monstruos, Edwards consigue que su película destaque gracias a que optó por una atmósfera de suspense y misterio, con toques de realismo mágico, que la hace diferente de las demás, más encaminadas hacia el espectáculo bombástico (no es que eso tenga nada de malo). Aunque, si bien las criaturas son el gran misterio de la película, para mí resultó más intrigante y misterioso el personaje de Samantha. Al principio uno puede pensar que es la típica niña rica, pero cuando vemos que se maneja mejor por la zona que su supuesto escolta Andrew, ya que Samantha habla español y se puede comunicar perfectamente al contrario que Andrew, no podemos dejar de preguntarnos qué hace allí o por qué.

En el momento que los personajes humanos de una película de monstruos te interesan y te preocupan, en lugar de estar pendiente en ver quién es devorado en el siguiente ataque, te das cuenta de que estás ante una película con objetivos diferentes a los habituales. Esta "diferencia" queda también expresada en el realismo y naturalismo de la relación entre los dos protagonistas, que evita las convenciones hollywoodienses para retratar una relación entre dos personas que se hace auténtica, no muy diferente de las que hemos visto/vivido cualquiera de nosotros, sans criaturas extraterrestres en la mayoría de los casos, claro. Y cuando las criaturas aparecen, lo hacen con una mezcla de suspense y poesía que encaja perfectamente en el tono y estilo de la película, dejando una impresión duradera en el espectador.

Pero si bien la película, por sus valores dramáticos y cinematográficos, ya había despertado mi admiración por lo que había conseguido Edwards, cuando me puse a ver el cómo se hizo (por cierto, la edición en Blu-ray, e imagino que la de DVD, española no contiene todos los extras de la edición especial americana/inglesa) mi admiración por Gareth Edwards se salió de la escala.

Y es algo que no sé si contar o no, ya que temo que si sabéis cómo se hizo os hagáis una idea de la película equivocada en cuanto a su aspecto. Pero, viendo el acabado final creo que se ha de mencionar para poder valorarlo mejor.

La intención de Edwards (guionista, director, cinematógrafo, cámara, diseñador de producción y encargado de los efectos especiales) era rodar una película de ciencia ficción como si fuera un documental. Pero, al contrario que otras películas recientes, sin fingir que se trataba de un documental. Y cuando digo "como si fuera un documental" no me refiero a que Monsters sea un falso documental como [Rec] (Jaume Balagueró, Paco Plaza, 2007) o la anteriormente mencionada Monstruoso ni nada parecido. Me refiero a que está filmada como se filma un documental.

Un equipo de cuatro personas (cámara, sonido, producción) más los dos actores principales (que al parecer son pareja en la llamada "vida real") fueron los encargados de rodar toda la película, filmada completamente en localizaciones por Guatemala, México y Texas. Sin filmar en un estudio, ni usando decorados, ni trucos parecidos. Sin usar pantallas verdes ni nada. Sin maquillaje, ni dobles. Los diálogos eran improvisados, se rodaba sin pedir permiso y se usaba a la gente del lugar que estaba por allí como secundarios y extras. Puro "gorilla filmmaking". Ellos no fingían filmar como si fuera un documental, realmente lo hacían. Y la gran cantidad de efectos digitales, muy efectivos y logrados, fueron hechos por Edwards en el ordenador de su casa, con programas comprados en las tiendas de informática, usando en ocasiones la bañera de su casa para algunas secuencias.

Es por ello que la película, a pesar de que se presenta como ficción, tiene un aspecto más auténtico y real que los llamados mockumentaries. De hecho, me maravillaba mientras miraba la película y me fijaba en los carteles, los lugareños y toda la ambientación de lo auténtico y real que parecía todo. Pensaba que habían tenido todo un equipo de producción sólo para los letreros y ambientación. Pero no, un equipo de cuatro personas y dos actores. Increíble.

La manera cómo fue hecha sólo despierta admiración al ver el producto terminado, porque la película es una de las mejores cintas de ciencia ficción estrenadas recientemente. Sólo espero que el engañoso tráiler no dé ideas equivocadas. Es un film tanto para los fanáticos de la ciencia ficción, como para aquellos que no les guste la ciencia ficción y prefieran unas historias más "realistas".

15 jul 2011

Carrera con el diablo (Race with the Devil)


Roger Marsh (Peter Fonda) y Frank Stewart (Warren Oates) disfrutan de unas vacaciones con sus esposas, Kelly (Lara Parker) y Alice (Loretta Swit) respectivamente, viajando en una autocaravana último modelo. Una noche son testigos de como un culto satánico realiza un ritual que culmina con el sacrificio de una joven. Tras ser descubiertos, las dos parejas se convertirán en el objetivo del culto.

Carrera con el diablo (Race with the Devil, Jack Starrett, 1975) resulta sorprendente por diversos motivos y realmente se merece su estatus de clásico de culto: su argumento mezcla a la perfección terror, acción y suspense resultando en una tensa road movie; y, a pesar de que fue producida por una major como Twentieth Century Fox, tiene todo el sabor y el estilo de la mejor exploitation independiente. Que no os engañe el hecho de que sea una película para todos los públicos... Estamos en los años 70: una década en la cual una película sangrienta y aterradora como Tiburón (Jaws, Steven Spielberg, 1975) era calificada para todos los públicos.

Lo que primero que salta a la vista de esta pequeña maravilla es su estupendo reparto. Peter Fonda y Warren Oates están geniales y muy convincentes interpretando unos personajes que normalmente no tenían la oportunidad de hacer. Fonda era más conocido por sus papeles hippies tras protagonizar The Trip (Roger Corman, 1967), película con guion de Jack Nicholson que retrata la experiencia de un viaje de LSD, y Easy rider. Buscando mi destino (Easy Rider, Dennis Hopper, 1969). Oates prácticamente hacía siempre papeles de criminal o psicópata, y es raro verlo interpretar a uno "de los buenos" como hace aquí, demostrando que fue un actor tremendamente infravalorado. La elección de unos protagonistas tan atípicos ayuda a darle un aire independiente a la película, por su aspecto de gente normal y no de estrellas hollywoodienses.

Este aspecto de "normalidad" se ve reforzado por las actrices que interpretan a las esposas. Tanto Parker como Swit tienen aspecto de mujeres normales y corrientes y encajan bien con sus maridos en la ficción. Es decir, te puedes creer que una mujer como Loretta Swit se casara con alguien como Warren Oates, sin caer en la costumbre de casar fictíciamente actores de aspecto normal con supermodelos.

Entrando en los aspectos más técnicos, la dirección de Starrett consigue transmitir una sensación de paranoia y amenaza de forma efectiva mientras seguimos las peripecias de la pareja. Esta habilidad destaca en escenas como la de la piscina. En ella, Kelly y Alice deciden darse un baño en la piscina del parque de caravanas en el que paran para relajarse tras ser testigos del asesinato y huir de los satanistas. Al principio todo parece normal, pero al poco Kelly empieza a mirar a su alrededor y tiene la sensación de que los turistas la observan, hasta que ya no puede soportarlo más y se vuelve a la autocaravana. ¿Realmente la están observando o son todo imaginaciones? Bueno, tendréis que ver la película para saberlo, pero la sensación de extrañeza a través de lo cotidiano es uno de los puntos fuertes de la narrativa de este filme. La sensación de amenaza se ve enfatizada por el hecho de que no importa dónde se escondan, los satanistas encuentran a nuestros protagonistas, aumentando su paranoia exponencialmente.

Como podéis ver, se hicieron dos pósteres de Carrera con el diablo, cada uno enfatizando un aspecto diferente de la película. El primero se centra en la acción y el segundo que veis aquí se centra en los aspectos demoníacos.
Los aspectos argumentales relacionados con el culto satánico tienen su origen en la fiebre satánica que se desató en Estados Unidos a raíz de los asesinatos cometidos por Charles Manson y la Familia. Este caso provocó una suerte de paranoia por todo el país, que se convenció de que había cultos satánicos dedicados a sacrificar víctimas en honor al diablo esparcidos por todo el territorio. A pesar de que el FBI no encontró evidencia de la existencia de cultos satánicos dedicados al asesinato (existían satanistas, eso sí, surgidos a finales de los 60 la mayoría), el público creía que sí. Como resultado, se estrenaron a lo largo de los 70 diversas películas con temática diabólica en la que algún culto se dedicaba a hacer maldades.

La película es también una tremenda road movie de acción. Género que creo que es también inherente a los 70, si bien surgen las primeras películas de motoristas en los 60 (eso sí, si algún experto en road movies conoce algún título estrenado durante los 50 agradeceré que me lo señale, ya que no conozco ninguno). Starrett sitúa la película en localizaciones naturales, sin usar en ningún momento el estudio, lo que contribuye al realismo de la acción. También realiza algunos planos novedosos (en 1975) situando la cámara, por ejemplo, en el manillar de una motocicleta cuando alguno de los protagonistas la conduce de modo que no se nota cuando se intercala con escenas realizadas por extras. Esta habilidad a la hora de intercalar planos y en editar la acción consigue que te metas de lleno en ella, algo que se vio beneficiado por la tendencia hacia el naturalismo que se empezó a aplicar en los 60.

Carrera con el diablo lo tenía fácil para que me gustara, mezclando dos de las temáticas que más me atraen. Por un lado, una historia llena de paranoia y miedo, provocado por no saber quién es un devoto de Satán con intenciones asesinas o un simple viajero más en la carretera, llevada de una manera que resulta genuínamente inquietante. Por otro lado, su aspecto de road movie setentera de acción. La verdad es que no sé por qué me gustan tanto las road movies, ya que ni sé conducir ni tengo ni idea de coches (desconozco las marcas o modelos que existen), pero me atraen. Creo que debe ser por su aspecto más existencialista, la alegoría del viaje exterior/interior, como comentaba en otras road movies reseñadas aquí. La conjunción de road movie y argumento de terror es especialmente afortunada, ya que uno es especialmente vulnerable viajando sólo en coche a la merced de los elementos. Por lo menos las que he visto me han parecido geniales, como la clásica Carretera al Infierno (The Hitcher, Robert Harmon, 1986) también comentada aquí.

En todo caso, la recomiendo con exagerado entusiasmo. Es relativamente fácil de encontrar en DVD en España. Eso sí, atención amantes de las road movies: se puede encontrar un pack de importación que ofrece la edición especial de esta película junto a una edición especial de La indecente Mary y Larry el loco (Dirty Mary Crazy Larry, John Hough, 1974) muy barato de precio aunque sin subtítulos en castellano. Echadle un vistazo al tráiler para acabar de convenceros.

9 mar 2011

Grindhouse: tal y como se tenía que haber visto



Muchos de mis recuerdos relacionados con el cine lo están no sólo con una película en particular pero también con el cine en el cual vi la película. Recuerdo esperar en la cola de un cine para ver Braindead (Peter Jackson, 1992) con unos amigos y ligar con unas chicas que estaban delante nuestro esperando para entrar, cosa que conseguí haciendo comentarios en un tono de voz lo bastante alto para que me oyeran y hacerlas reír pero no tanto que pareciera que estaba gritando.

La mayoría de estos recuerdos están asociados con el cine de barrio que había detrás de mi casa. Uno de esos cines en los que hacían dos películas de reestreno, en los cuales te podías quedar toda la tarde viendo el programa que hacían porque no te echaban. Era el cine Dante. Tenía aspecto de teatro antiguo, con las paredes de terciopelo rojo y el techo altísimo. Aunque cuando yo iba se notaba que los días de gloria del cine hacía tiempo que habían pasado.


Recuerdo que a veces había discusiones en la sala que eran más interesantes que la película que daban. Recuerdo como anunciaban el programa de la semana siguiente proyectando los títulos de las películas escritos a mano.


Y recuerdo las películas que vi allí porque no eran demasiado buenas. Normalmente, daban dos malas o una mala y una buena.



Muchos recuerdos del Dante me vinieron a la cabeza cuando me enteré del proyecto Grindhouse (2007) de Quentin Tarantino y Robert Rodriguez. Obviamente, los cines a los que se hace referencia en Grindhouse eran mucho peores que el Dante, que no dejaba de ser el típico cine de barrio. Daba igual, no podía esperar a que se estrenase este festival de homenaje al cine exploitation. Ya que, por un lado, como fan del cine exploitation de los 70 tenía mucho interés en ver como lo interpretaban Tarantino y Rodriguez y, por otro lado, me llenaba de nostalgia recrear las dobles sesiones de mi cercana juventud. Sin embargo, os podéis imaginar mi decepción cuando me enteré de que en Europa se iban a estrenar las películas por separado y sin los tráileres de Eli Roth, Edgar Wright y Rob Zombie. Pero, gracias a la magia del Blu-ray he podido disfrutar de Grindhouse tal y como la habían imaginado Tarantino y Rodriguez.


La película se inicia con el tráiler, entonces, falso de Machete y pasa entonces a Planet Terror. La versión que hay aquí es la original y no la extendida que vimos en los cines en Europa. Planet Terror funciona como película de mutantes caníbales al estilo de La invasión de los zombis atómicos (Incubo sulla città contaminata, Umberto Lenzi, 1980). Adecuadamente exagerada y absurda, incorpora un tono irónico que te recuerda que no te has de tomar nada de lo que ves en serio.

La versión que tenemos aquí es más trepidante y sucinta que la versión extendida, y le da un aire acelerado más en sintonía con los clásicos de los 70 a los que hace homenaje. Y si bien nunca alcanza el nivel de delirio y locura de alguna de las películas a las que hace referencia, resulta divertida y entretenida en todo momento. Cuenta además con la participación del genio Tom Savini, aunque delante de las cámaras.

Tras terminar la película, llega el turno de la contribución de los directores invitados.

El tráiler de Rob Zombie titulado Werewolf Women of the S.S. hace referencia al subgénero de la exploitation nazi. Películas ambientadas durante la II Guerra Mundial en campos de concentración o mostrando supervivientes nazis haciendo nuevas maldades por el mundo. Pensad en La loba de las SS (Ilsa: She Wolf of the SS, Don Edmonds, 1975) y os haréis una idea. El estilo de Rob Zombie encaja perfectamente con el del formato tráiler, creando un segmento tremendamente divertido y absurdo que alcanza cotas de insospechada gloria con la aparición de Nicolas Cage como Fu Manchú, sin olvidar la presencia del psicotrónico Udo Kier como Franz Hess. El tráiler empieza con la típica voz narradora que usaban pretéritamente para intentar disfrazar la película como algo serio y con interés en lugar de una morbosa exploitation.

El póster original al que hace referencia Planet Terror lo podéis encontrar escondido en el fondo de este blog.
El tráiler de Edgar Wright es mi favorito de los tres. El genio británico recrea  en su falso tráiler Don't los tráileres americanos que se hacían de películas europeas como Suspiria (Dario Argento, 1977) o El más allá (E tu vivrai nel terrore - L'aldilà, Lucio Fulci, 1980). Estos tráileres no daban nunca una idea de como era la película realmente, simplemente juntaban una especie de greatest hits para atraer espectadores. El resultado es un acelerado despliegue de escenas terroríficas inconexas que acaba resultando surrealista.

Finalmente, Eli Roth se encarga de hacer un falso tráiler para una imaginada película slasher llamada Thanksgiving. El segmento de Roth hace referencia a la moda de ambientar las películas slasher en días determinados del calendario como Navidad o Fin de Año. Roth decidió ambientar la película en el Día de Acción de Gracias porque aseguraba que ningún slasher se había ambientado en esa fecha tan señalada para los americanos. Pero Roth se equivoca: el slasher Home Sweet Home aka Slasher in the House (Nettie Peña, 1981) está ambientado en Acción de Gracias. Básicamente el tráiler es un resumen de momentos icónicos del género aderezados con una sanas dosis de cachondeo. El resultado es bastante divertido.

Entre los tráileres y las películas se pueden ver antiguas cortinillas (familiares si os habéis comprado alguna película de Grindhouse Releasing) y un anuncio de un restaurante también falso.

Grindhouse termina con Death Proof de Quentin Tarantino. No es una opinión muy popular pero me gustó mucho más que Planet Terror. Tarantino hace la doble pirueta de homenajear los slasher y las road movies en una única película.

Para ello cambia la estructura habitual del slasher y los personajes típicos que aparecen en ellos. En lugar de seguir un asesino matando a sus víctimas una a una, tenemos todos los asesinatos al mismo tiempo en la primera parte de la película. Y en la segunda mitad se transforma en una road movie. Esta desestructuración del slasher resulta bastante interesante si os interesa el lenguaje de los géneros.

Está versión tiene missing reel al igual que Planet Terror y concentra más la acción eliminando varias secuencias de diálogos. Obviamente, los diálogos tienen más gracia y están mejor construidos en la VO. Son estos diálogos por los que me gusta más Death Proof, ya que permiten un mayor desarrollo de los personajes y de sus personalidades.

Terminan así tres horas de diversión. Como fan de la exploitation me sentí bastante satisfecho tras ver la película en su formato original. Si bien únicamente una exploitation de los 70 parece realmente una exploitation de los 70, la reivindicación de una serie de películas tan denostadas por la crítica "seria" me pareció absolutamente genial.

16 sept 2010

Punto límite: cero (Vanishing Point)

Este clásico de la carretera de 1971, dirigido por Richard C. Sarafian, va ganando con el tiempo un estatus de leyenda. Escrita por Malcolm Hart, Barry Hall y Guillermo Cabrera Infante (con el pseudónimo Guillermo Cain), la película ha visto como su protagonista, el conductor Kowalski (Barry Newman), se ha convertido en un símbolo de la rebelión contra las autoridades, de la libertad, aunque su viaje es más existencial que político. Vanishing Point ha penetrado en la cultura popular ya sea a través de las referencias directas como en Death Proof (2007) de Quentin Tarantino o la cita incluida en la canción Breakdown de Guns 'N' Roses. La película formó parte del breve periodo, tras el estreno de Easy Rider, en que los estudios de Hollywood estrenaron películas que se arriesgaban formalmente y dieron libertad a los directores para expresarse artísticamente en un intento de ganar dinero, como lo había hecho Easy Rider a espuertas, atrayendo al público joven que hasta entonces había sido despreciado, al ser considerado poco rentable. De ahí el uso de la palabra "trip" no sólo en el póster sino también en el tráiler.

En realidad, Vanishing Point es la historia de un hombre que se dirige a su muerte. Kowalski empieza su viaje a través de la carretera para entregar un coche y se apuesta que puede llevar el coche de Denver a San Francisco en menos de 15 horas. Empezará así una carrera para cumplir su objetivo que provocará que se enfrente a la policía de carretera, un enfrentamiento que degenerará en una masiva persecución a través del desierto.

A medida que Kowalski avanza por la carretera vamos retrocediendo por su pasado, descubriendo quién es a través de flashbacks que nos llevan a entender sus motivaciones y por qué empieza esta guerra contra las autoridades. Su viaje se llena, además, de los extraños personajes que conoce en la carretera. De estos encuentros destaca el que tiene con una misteriosa autoestopista (Charlotte Rampling) que adquiere un fascinante tono onírico. Por otro lado tenemos a Super Soul (Cleavon Little), un locutor de radio ciego que a medida que va narrando los avances de Kowalski por la carretera va adquiriendo una especie de conexión mística con él.

La película sigue la estela de clásicos como Easy Rider. Buscando mi destino (Easy Rider, Dennis Hopper, 1969) y Carretera asfaltada en dos direcciones (Two-Lane Blacktop, Monte Hellman, 1971) en el sentido que progresivamente va adquiriendo un tono pesimista y melancólico. Kowalski sabe que no podrá huir siempre de la policía pero sigue adelante porque no tiene otro lugar al que ir. Por eso, parece casi como si Kowalski quisiera provocar todo el accidente para que lo atrapen y acaben con su miseria, aunque la película adquiere entonces un tono casi religioso.

El viaje de Kowaslki se convierte en una metáfora de la búsqueda de la libertad, recordad el clima de finales de los sesenta y primeros setenta, mientras se enfrenta a la policía de carretera que pasa a representar La Autoridad y como tal la vemos actuar de forma violenta y brutal para detener al luchador de la libertad Kowaslki que, irónicamente, fue una pieza del sistema como soldado en Vietnam y policía. Fue expulsado de las fuerzas del orden después de que tuviera una revelación sobre lo que estaba haciendo. Y si bien el director escogió un coche blanco para que de esa forma resaltase mejor contra el paisaje desértico y se viese bien, es evidente que el hecho de que sea blanco el transporte de Kowalski hace que se interprete como un símbolo de la pureza y la libertad.

En definitiva, éste film es un clásico que si todavía no habéis visto no perdáis la oportunidad de disfrutarlo. No sólo es una película de contenido existencialista y filosófico, también hay coches que chocan y motoristas desnudas.

22 may 2010

Carretera al Infierno (The Hitcher)


Clásica cinta de terror estrenada en 1986, Carretera al Infierno (The Hitcher, Robert Harmon) es un gran ejemplo de como convertir una historia poco original en una poderosa y única pesadilla.

Todo empezó con un guión escrito por Eric Red (también guionista junto a Kathryn Bigelow de sus films Los viajeros de la noche y Acero azul, guionista y director de Cuerpo maldito (Body Parts, 1991)). En el comentario incluido en el DVD, Red explica que se inspiró en el clásico de los Doors Raiders on the Storm para crear la historia, concretamente en la siguiente estrofa:

There's a killer on the road
Hay un asesino en la carretera
His brain is squirmin like a toad
 Su cerebro se retuerce como un sapo
Take a long holiday
 Tómate unas largas vacaciones
Let your children play
 Deja a tus hijos jugar
If you give this man a ride
 Si llevas a este hombre
Sweet family will die
 La dulce familia morirá
Killer on the road
 Asesino en la carretera



Sin embargo, recuerdo leer una entrevista en Fangoria, en la época que estaba rodando Cuerpo maldito, en que Red aseguraba que la película se basaba en una mala experiencia que había sufrido mientras trabajaba como taxista. Sea como sea, escribió un guión donde explicaba la terrible pesadilla en la que se ve envuelto un joven que viaja solo en coche cuando recoge a un desconocido una noche de tormenta. Después de que el desconocido intente matarlo, el joven lo echa del coche, pero a partir de ese momento sufrirá un implacable acoso que posiblemente le cueste la vida.

C. Thomas Howell fue contratado como el joven Jim Halsey, que imprudentemente recoge al extraño. Y Rutger Hauer fue contratado como el misterioso John Ryder (un nombre falso, Ryder = rider = jinete). Contratar a Hauer representó un gran cambio en el tono de la película, ya que en el guión el personaje del autoestopista tiene un aspecto irreal, casi un esqueleto con patas. Hauer es también conocido por las grandes contribuciones que hace en los guiones en lo que respecta a los personajes que interpreta. El monólogo que tiene al final de Blade Runner es tanto creación suya como de los guionistas.

Hauer contribuyó definitivamente a dar cuerpo a la atmósfera que estaba creando su director Robert Harmon para la película. Harmon le dio un tono onírico que contribuye a la ambigüedad que planea por todo el film. Tono onírico que se ve reforzado con la música de Mark Isham.

Robert Harmon va eliminando características humanas del personaje  de Hauer, de modo que uno llega a dudar de si es humano o no. A eso se le añade un tono homoerótico que impregna las escenas entre John Ryder y el pobre Jim Halsey, que te llena de preguntas sobre cuáles son las intenciones de Ryder. Esta ambigüedad sobre Ryder queda establecida plenamente en una escena en un motel en la que también participa Jennifer Jason Leigh, que aquí hace un pequeño papel.

La mezcla entre los elementos presentes en el guión de Red y los elementos que aportó Harmon hicieron que lo que podría haber sido una típica película de acción se convirtiese en algo muy diferente. Pero la película fue promocionada como una típica película de acción, lo que provocó que no funcionase bien en Estados Unidos, donde no se acabó de entender. Tal vez por ello sea una de las pocas ocasiones en que la edición en DVD europea es mejor que la americana. Mientras que la edición americana en DVD sólo contenía la película y algún tráiler, la europea es una gran edición de 2 discos con comentarios, un documental, fragmentos de guión, secuencias eliminadas y un par de interesantes cortometrajes.

Como muchos sabréis, la película fue víctima de un terrible remake. No tengo nada en contra de los remakes per se (tal vez sólo últimamente al exceso de los mismos) pero no entiendo que sentido tiene hacer el remake de una película para eliminar todo aquello que la hace interesante: en la versión del 2007 se elimina la ambigüedad del personaje, es claramente un psicópata muy humano; se convierte en protagonista a una pareja y no un personaje solo, eliminando gran parte de la angustia y el suspense (en el original Halsey es acusado de los asesinatos de Ryder y tiene que huir también de la policía solo); se elimina el tono onírico, el homoerotismo y el impacto emocional de una de sus más famosas escenas para cambiarlo por un breve shock. En otras palabras, el remake es la típica película de psicópata que uno ya ha visto mil veces. También se hizo una secuela estrenada directamente en DVD en la que ya se cometían algunos de los errores que más tarde hicieron en el remake.

En fin, no os dejéis engañar y disfrutad de la auténtica Carretera al infierno.

23 ene 2010

Carretera asfaltada en dos direcciones (Two-Lane Blacktop)


Two-Lane Blacktop es una película imprescindible para todo amante del cine. Es la mejor película que ha dirigido Monte Hellman. Es la mejor road movie de todos los tiempos.

Un conductor y un mecánico viajan por las carreteras de América ganándose la vida corriendo carreras. Apenas hablan entre ellos, a no ser que le pase algo al coche en el que van. Un día recogen a una adolescente. Viajan juntos. Más tarde conocen al conductor de un GTO y deciden hacer una carrera. El ganador se llevará el coche del otro.

Una historia muy simple para un film muy complejo. Nada tan complejo como las relaciones humanas. Cuatro personajes viajando por una carretera, una cápsula temporal de lugares, ambientes, personas que ya no existen. Tres personajes sin nombre interpretados por no-actores. El cantante James Taylor es El Conductor. Dennis Wilson de los Beach Boys es El Mecánico. Laurie Bird es La Chica. Warren Oates es GTO. El único actor, Warren Oates, encarna a un personaje que miente constantemente, se reinventa a cada frase. Esas satisfacciones son permanentes, dice.

Una carretera ancha y eterna. Sin principio ni final. Como la película, que tampoco tiene principio ni final. Somos simples pasajeros por un breve espacio de tiempo, como La Chica. El destino no importa, solo el viaje. El argumento, la sinopsis es una excusa, no importan. ¿Quiénes son estas personas? La interacción entre ellos cambia, evoluciona, muta.

Carretera asfaltada en dos direcciones es el lugar donde perderse.