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8 oct 2024

Strange Darling





Libre de spoilers, se acaba de publicar mi crítica de Strange Darling (JT Mollner, 2024) en Underbrain Mgz. Leedla clicando en:


Recomendada hasta por Stephen King, esta es una mezcla de terror y thriller impactante y efectiva que dará muchas alegrías a los aficionados. No digo más por no estropearle la película a nadie.


16 nov 2023

El horrible secreto del doctor Hitchcock (L'orribile segreto del Dr. Hichcock)

 

Nada como meterse de lleno dentro de un buen terror gótico, lleno de noches tempestuosas, pasajes secretos, soterradas perversiones sexuales y algún muerto o dos que regresan de la tumba. El horrible secreto del doctor Hitchcock (L'orribile segreto del Dr. Hichcock, Riccardo Freda, 1962) es una gran entrada dentro del género que se beneficia con contar con la reina del terror gótico Barbara Steele en un papel protagonista.

Londres, 1897. El reputado cirujano Bernard Hichcock (Robert Flemyng) ha obtenido gran prestigio gracias a su habilidad con el bisturí y su invención de un efectivo suero anestésico que hace posibles arriesgadas operaciones. El doctor Hichcock también utiliza el suero para llevar a cabo juegos sexuales necrófilos con su esposa Margaretha (Maria Teresa Vianello). Pero durante uno de estos juegos, sin querer, el doctor le provoca una sobredosis a su esposa y esta muere. Traumatizado por el suceso, el doctor abandona Londres. Doce años después regresa, aparentemente recuperado y acompañado de su nueva esposa, Cynthia (Barbara Steele). Desde el momento de llegar, Cynthia tiene la sensación de encontrarse bajo la sombra de la esposa fallecida del doctor y no tardará en tener la impresión de que su fantasma la acosa. Paralelamente, el doctor Hichcock empieza a sucumbir de nuevo a sus tendencias necrófilas con las pacientes fallecidas.

La trama necrófila es lo que dio infame notoriedad a esta película desde el momento en que se estrenó. Pero se ha mantenido como un clásico del género gracias a su enfebrecida manera de narrar la historia y cómo utiliza los diferentes elementos propios del género gótico. El guionista Ernesto Gastaldi empezó a escribir una historia más clásica, pero cuando los productores le pidieron algo más inquietante y macabro, Gastaldi decidió introducir la necrofilia, tan aparente como era posible en la época en que se rodó. Riccardo Freda obtuvo la dirección del film cuando se apostó con los productores que podía rodar la película en solo catorce días (o diez días, depende de la entrevista). Para ganar la apuesta y cumplir el contrato, Freda le imprimió un ritmo frenético al rodaje. También concentró el rodaje en una sola localización, una gran villa en la que se creó la mansión londinense del doctor Hichcock y también la morgue y las salas de operaciones en las que trabaja. Finalmente, para asegurarse de que terminaba el rodaje a tiempo, decidió no rodar alrededor de doce páginas del guion original de Ernesto Gastaldi. En estas páginas se encontraban las explicaciones y motivaciones de los personajes, lo que en algunos casos es positivo, porque lo deja a la imaginación del espectador, en otros negativo, porque algún personaje desaparece sin que se resuelva el por qué de su presencia.

Las condiciones de rodaje sirvieron para imprimirle al film un aire frenético (dura 87 minutos), cargando la pantalla de elementos macabros y perversos. La utilización de una única localidad para rodar toda la película le da un aire claustrofóbico, incluso en las escenas en el hospital, así como puede resultar desorientadora (de una manera positiva) ya que continuamente parecen surgir nuevas habitaciones y lugares desconocidos en la mansión.

El uso del nombre Hichcock no es gratuito. Originalmente la película se tituló Raptus, ya que en el cine de entonces se puso de moda la utilización de términos clínicos como títulos tras el éxito de Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960). Gastaldi también llenó el film de referencias a otras películas del maestro, siendo Rebeca (Rebecca, Alfred Hitchcock, 1940) la película que tuvo una mayor influencia en la trama y el estilo de El horrible secreto del doctor Hitchcock. Por supuesto, cuando vieron que se había utilizado el nombre Hichcock, los productores decidieron usarlo en el título y el poster para obtener una mayor popularidad, cambiando la manera en que se escribe ligeramente para evitar denuncias. Otra gran influencia en el film fue Edgar Allan Poe a través de las adaptaciones que estaba realizando entonces Roger Corman. Hacía poco que se había estrenado en Italia con gran éxito El péndulo de la muerte (The Pit and the Pendulum, Roger Corman, 1961), que precisamente contaba con Barbara Steele entre las protagonistas, así que se intenta imitar su modelo.

Riccardo Freda cogió todos estos elementos del guion y los sacudió y presentó a su peculiar manera. De esta forma se convirtió lo que podría haber sido un simple pastiche, en una celebración del terror gótico que sigue entreteniendo y fascinando hoy día. En su día fue considerado poco más que basura sin interés, pero el tiempo ha demostrado que es uno de los títulos más memorables dentro del terror gótico.

8 sept 2023

Secreto sangriento (Doppelganger)

 

La idea de un doble malvado, un gemelo que encarna lo peor de nuestra naturaleza, está presente en la mitología y en el arte casi desde el inicio de los tiempos. Es una potente alegoría, que se encuentra, por ejemplo, en la base del desdoblamiento del doctor Jekyll y míster Hyde. En la mitología alemana este doble se conoce como "doppelgänger" y verlo significa que la muerte está próxima. El director Avi Nesher se inspiró en todos estos mitos en Secreto sangriento (Doppelganger, 1993).

Patrick Highsmith (George Newbern) es un guionista sin trabajo que decide alquilar una habitación en su casa para ganar algo de dinero. Así se presenta en su casa Holly Gooding (Drew Barrymore), una atractiva mujer que Patrick está encantado de tener de inquilina. Entonces, Holly empieza a actuar de forma extraña, con súbitos cambios de humor y personalidad. Cuando empieza a morir gente, Patrick debe decidir si ayudar a Holly a luchar contra la doble que asegura que la persigue, o creer a los que le dicen que Holly sufre de doble personalidad.

En su día, Doppelganger llamó la atención cuando se estrenó en Sitges, más que nada porque no era habitual tener a una estrella como Drew Barrymore de protagonista en una película de terror como esta. Recuerdo que un tiempo más tarde la vi cuando se pasó por televisión, sin que me dejara una fuerte impresión, pero sin llegar a olvidarla del todo. Tuve la idea de recuperarla cuando vi que su director fue Avi Nesher, director de dos películas que me gustan bastante como son She (1982) y Treinta minutos para morir (Timebomb, 1991). Vista hoy día se entiende que no sea recordada como un clásico del género o una película de culto. Dicho esto, la película también tiene detalles curiosos y un buen final que la redime de los momentos más mediocres.

El problema de Doppelganger es que el director y guionista Nesher no parece tener claro que tipo de historia quiere contar. Arranca con Holly, pero luego el protagonista pasa a ser Patrick, uno de esos personajes que se supone son divertidos y encantadores pero no acaban de ser ni una cosa ni la otra. A partir de aquí, el film se desarrolla como un thriller, no muy original, sobre un hombre que sospecha que su inquilina tiene doble personalidad y puede resultar muy peligrosa. El guion separa las dos personalidades al estilo de muchas películas sobre Jekyll y Hyde, presentando a la otra Holly como mucho más desinhibida sexualmente y dada a seguir sus impulsos más oscuros sin remordimientos. Pero Nesher también decide jugar la carta de que la doble sea real, para mantener el interés del espectador. El resultado es que ambas posibilidades se van desarrollando, siendo el objetivo del director una mezcla de las dos. Esto puede que la perjudicara, ya que los espectadores que esperaban ver un thriller al estilo de Atracción fatal (Fatal Attraction, Adrian Lyne, 1987) o Mujer blanca soltera busca... (Single White Female, Barbet Schroeder, 1992) se quedarían decepcionados o desconcertados ante los elementos más fantásticos del film.

Esto hace que el desarrollo de la película sea algo confuso, pero también hace que el final sea muy entretenido, con momentos algo ridículos que funcionan a favor de la película. Esto hace que Doppelganger quede como una curiosidad. No es lo bastante buena para que sea un título a reivindicar dentro del género, pero no deja de ser entretenida y puedes pasar un buen rato con ella.

24 mar 2023

Psicosis II (Night School)


 

Por alguna razón, en España hay dos Psicosis II, igual que tenemos dos Phantasma II. La secuela Psicosis II: El regreso de Norman (Psycho II, Richard Franklin, 1983) y Psicosis II, el título con el que se estrenó en la Península el slasher Night School (Ken Hughes, 1981).

Es posible que la decisión de ponerle este peculiar titulo a Night School es que la traducción literal, Escuela nocturna, podría hacer que se confundiese con alguna de las muchas películas "S" que llenaban los cines españoles de la época. Al fin y al cabo, es un periodo en el que se decidió cambiar "flujo" por "fluzo" en Regreso al futuro (Back to the Future, Robert Zemeckis, 1985) porque al parecer a alguien le sonaba demasiado cercano a "flujo menstrual". No creo que fuera porque el que le puso el título castellano pensara en hacer un comentario sobre la influencia de Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960) en el moderno slasher americano.

Night School tiene un argumento algo novedoso dentro del género en la época, ya que está ambientada en un entorno urbano, la ciudad de Boston, y los protagonistas son adultos, o al menos no adolescentes. El inspector Judd Austin (Leornard Mann) investiga unos asesinatos en los que el asesino ha decapitado a sus víctimas. Algo que todas tienen en común, además de ser decapitadas, es que todas estudiaban en una escuela nocturna femenina, así que el inspector Austin decide centrar su investigación en las estudiantes y profesores del centro con la esperanza de detener al asesino antes de que decapite a una nueva víctima.

Esta fue la última película que dirigió Ken Hughes, un veterano director cuya carrera abarca toda clase de títulos. Desde películas infantiles como Chitty Chitty Bang Bang (1968) a dramas históricos como Los juicios de Oscar Wilde (The Trials of Oscar Wilde, 1960), pasando por ser uno de los directores que trabajó en Casino Royale (1967). Hughes es una de las razones por las que este es un film que ha perdurado, ya que el guion no es nada del otro mundo. Es bastante fácil adivinar quién es el asesino, pero la manera en que Hughes filma un guion mediocre hace que, a pesar de todo, resulte un film entretenido. También se ha de valorar un buen reparto, encabezado por la bella Rachel Ward.

Personalmente, lo que más me llamó la atención es que este slasher muestra una fuerte influencia del giallo, como los toques psicosexuales y de morbosa exploitation. Pero, especialmente, el asesino decapitador de Night School recuerda bastante al asesino motorista de Corrupción de menores (La polizia chiede aiuto, Massimo Dallamano, 1974).

Seguramente no será recordado entre los grandes títulos del género, pero Night School resulta muy efectiva y entretenida. Está repleta de pequeños toques que le dan personalidad y que hacen de este un título a tener en cuenta por los aficionados al género.

17 mar 2023

Juegos mortales (Deadly Games)


 

Cuando se han visto muchos, pero que muchos, slashers, se agradece la ocasional sorpresa. Aquella película que te sorprende por la manera en que presenta un argumento algo familiar de forma distinta a la media o por ser desconocida hasta el momento de empezar a verla. Juegos mortales (Deadly Games, Scott Mansfield, 1982) es este tipo de sorpresa. Un título desconocido que, además, presenta su familiar historia de manera original (es decir, original a principios de los 80).

El film es un slasher, pero también tiene elementos de cine de suspense clásico mezclado con drama. Linda (Alexandra Morgan) es asesinada por una misteriosa figura enmascarada. Su hermana Keegan (Jo Ann Harris) regresa al pueblo para el entierro, donde vuelve a conectar con sus amigas de instituto. Sin embargo, las cosas son distintas y Keegan descubre que las parejas del pueblo se ven envueltas en una red de infidelidades que todo el mundo conoce pero nadie comenta. Keegan empieza un romance con el policía que investiga la muerte de su hermana, Roger (Sam Groom), que está casado con Sooty (Jere Rae Mansfield). Roger es también amigo de Billy (Steve Railsback). Roger y Billy fueron juntos a Vietnam, pero Billy no regresó tan entero psicológicamente como se fue. Mientras, los asesinatos prosiguen, los cuales parecen ser decididos por el asesino lanzando los dados por el tablero de un juego de mesa.

Deadly Games fue filmada durante 1979, pero no se estrenó en cines hasta 1982. El retraso se originó debido a que la compañía que la había producido quería estrenarla directamente en el entonces emergente mercado del video doméstico. El director Scott Mansfield no estaba de acuerdo con esta estrategia, quería que su película se estrenara en cines. Así que compró la película a la productora y creó su propia empresa de distribución para que Juegos mortales se viera en cines. Con su compañía se dedicó también a distribuir otras películas de terror de bajo presupuesto para darles un trato justo.

El retraso en el estreno no fue favorable a la película. Cuando llegó a las pantallas, el mercado estaba dominado por los slashers adolescentes llenos de sangrientas muertes. Esto es algo que diferencia esta película: es un slasher adulto, con personajes que han dejado atrás la adolescencia y han entrado en el mundo adulto con no pocos desengaños. Otro indicativo de que la película fue rodada al acabar los 70 es la trama de infidelidades e intercambio de parejas que es la salsa del drama. La cultura swinger en los ambientes de clase media fue objeto de fascinación durante los 70 y base de distintas películas de la época, tanto dramas "serios" como filmes de terror/suspense. La manera en que se centra en la construcción de los personajes femeninos protagonistas le da una personalidad propia, un toque feminista, que no era habitual en la época. Por otro lado, los asesinatos no son nada sangrientos, pero, en cierto modo, son más inquietantes y perturbadores por ser más realistas.

Hay dos cambios interesantes entre el guion y la película final que vale la pena señalar. El primero tiene relación con el hecho de ser el primer slasher en utilizar un juego de mesa como elemento central para que el asesino escoja sus futuras víctimas. Originalmente, el juego en cuestión iba a ser el Monopoly, lo que permitía a la protagonista Keegan darse cuenta del patrón tras jugar una partida por casualidad. Por supuesto, la compañía que manufacturaba el juego no cedió los derechos y tuvieron que inventarse un juego, con lo que se pierde también la manera en que Keegan descubre los asesinatos y se hace algo más casual. El otro elemento significativo del guion que fue eliminado durante el rodaje, es una escena que no se llegó a filmar en la que Keegan asesina a Sooty con la idea de que pase como una víctima más del asesino misterioso y dejarle el camino libre con Roger. Le habría dado un toque retorcido al film, pero imagino que el director lo eliminó para que la protagonista no perdiera la simpatía de la audiencia, además de que no tendría sentido que el personaje lo hiciera tal y como es presentado en el film.

Perdida en la oscuridad de la era VHS, Deadly Games es una película interesante, que se aparta del típico slasher más adolescente. No es sangrienta, pero si tiene mucha atmósfera y toques inquietantes, con algunas muertes algo crueles, buenas interpretaciones y suspense bien construido.


26 ago 2022

El juego de la sospecha (Cluedo) (Clue)

 

No es fácil ser el primero. El juego de la sospecha (Cluedo) (Clue, Jonathan Lynn, 1985) fue la primera película basada en un juego de mesa y su estreno fue bastante accidentado. Desde entonces, ha sido reevaluada y está considerada una comedia de culto.

Originalmente creado en Inglaterra en 1948, Cluedo es un juego que se inspira en las intrigas de salón y en la obra de Agatha Christie. Simple y funcional, pero es un juego con una narrativa: hay un asesinato y se debe averiguar quién ha sido, dónde y con qué, de modo que convertirlo en película no es tan descabellado como la película sobre Monopoly que lleva años en desarrollo. Además, las películas que parodiaban las historias de suspense y misterio en grandes mansiones, como Un cadáver a los postres (Murder by Death, Robert Moore, 1976) o Terrorífica luna de miel (Haunted Honeymoon, Gene Wilder, 1986), eran bastante populares entonces. John Landis se encargó de crear el argumento,  interesado en crear una historia al estilo Agatha Christie, aunque se quedó encallado en la conclusión. La dificultad en encontrar un final satisfactorio y tener que ponerse a trabajar en Espías como nosotros (Spies Like Us, John Landis, 1985), hizo que pasara las tareas de director y guionista a Jonathan Lynn.

Preparando el film, se decidió que se harían tres finales distintos, como un guiño a las distintas conclusiones a las que se podía llegar en el juego. La idea era que los espectadores fueran de cine en cine para ver los tres finales distintos. No era un concepto que estuviese muy bien pensado como forma de llamar la atención, pero sumado al hecho de que estuviese basada en un juego de mesa hizo que El juego de la sospecha fuera masacrada por la crítica en su día, inevitablemente usando referencias a los juegos de mesa. Realmente, los prejuicios contra una película basada en un juego de mesa pesaron enormemente, solo hay que comparar las críticas de la época con las críticas más recientes, que son mucho más positivas. Cuando la película se pasó por televisión, y luego DVD y Blu-ray, lo hizo con los tres finales seguidos, separados por carteles ("pero esto es lo que podría haber pasado" y "esto es lo que realmente pasó") (el Blu-ray, además, ofrece la posibilidad de ver la película con solo uno de los finales seleccionados al azar).

El argumento es clásico murder mystery, ambientado a mediados de los años 50 del siglo XX (lo cual es importante teniendo en cuenta la temática de los chantajes): un grupo de personas que, aparentemente, no tienen nada en común, es invitado por un misterioso personaje a cenar a una aislada mansión. Este misterioso personaje, Mr. Boddy (Lee Ving), revela que es el que ha estado chantajeándolos a todos y que planea seguir haciéndolo, revelación seguida de su asesinato. Ahora, los invitados deben averiguar quién es el asesino antes de que la policía haga acto de presencia en 45 minutos, mientras los cadáveres se acumulan. La necesidad de resolver el misterio antes de que llegue la película le da un sentido de urgencia que casa muy bien con el estilo de comedia alocada, al estilo screwball comedy de los clásicos de Howard Hawks y Billy Wilder. Porque Clue no es una parodia al estilo de Un cadáver a los postres, que satirizaba las novelas de misterio y sus diferentes subgéneros, sino una comedia de misterio. Enfásis en comedia, ya que como misterio, teniendo en cuenta los tres finales, no es su punto fuerte, ya que no hay manera de averiguar quién es el culpable siguiendo las pistas ofrecidas.

Y llegamos así al punto fuerte del film, el elemento crucial que ha contribuido a convertir esta película en una cinta de culto: su reparto. Un elenco cinco estrellas de comediantes que incluye al genial Tim Curry, la igualmente genial Madeline Kahn, Michael McKean, Christopher Lloyd, Martin Mull, Eileen Brennan, Lesley Ann Warren y Collen Camp como una curvilínea criada francesa, uniforme incluido.

Tim Curry y Madeline Kahn están brillantes. Curry exprime cada momento como el mayordomo/investigador y Kahn protagoniza la única improvisación de la película, un pequeño monólogo con el que es imposible no reírse, que es el punto álgido de una interpretación que le hace acumular un momento divertido tras otro. Pero todo el reparto está brillante, incluso cuando hay algún chiste o línea de diálogo que no funciona el talento de los actores hace que la comedia brille.

La idea de los tres finales realmente perjudicó la película. Viéndola con los tres seguidos es la manera en que la película funciona mejor, uno solo hace que la conclusión resulte algo floja tras toda la locura anterior, lo que explica que se convirtiera en un film de culto cuando pasó a emitirse por televisión con los tres finales.

En 2011 se hizo un intento de serie de televisión enfocada al público adolescente de efímera vida y actualmente se habla de una nueva versión cinematográfica protagonizada por Ryan Reynolds. Esto puede que ayude a que más gente descubra esta fantástica comedia de culto. Una joya que hoy día es valorada como se merece.


30 dic 2020

La brigada del inspector Bogart (Casa d'appuntamento)


Si buscáis una película delirante, aquí tenéis una película delirante y fantástica: La brigada del inspector Bogart (Casa d'appuntamento, Ferdinando Merighi, 1972), una de esas películas que una vez vista, ya no puedes "desver".

En el burdel de Madame Colette (Anita Eckberg) es asesinada la prostituta Francine (Barbara Bouchet). El inspector Fontaine (Robert Sacchi) detiene al que parecer ser el seguro culpable: Antoine Gottvalles (Peter Martell). Gottvalles muere decapitado después de escapar de la cárcel y jurar venganza sobre sus acusadores. Y, efectivamente, el juez que lo condenó y los testigos empiezan a ser asesinados. El inspector Fontaine investiga el caso sin mucha suerte. Mientras, el profesor Waldemar (Howard Vernon) mantiene la cabeza de Gottvalles para sus experimentos y su hija Eleonora (Evelyne Kraft) tiene extraños sueños que puede que estén relacionados con las muertes.

Bueno, no sé por dónde empezar. Tal vez lo más llamativo: el curioso título español, escogido sin duda por la presencia del actor Robert Sacchi. Sacchi se ganaba la vida como imitador de Humphrey Bogart, debido a lo mucho que Sacchi se parecía físicamente a Bogart. Así que tenemos un giallo en el que el inspector protagonista es un doble de Bogart, lo que indica que este no es el típico ejemplo del género. Lo cual se confirma con la historia, que gira continuamente, insinuando elementos sobrenaturales para luego descartarlos. Su reparto, que incluye bellezas habituales del género como Barbara Bouchet y Rosalba Neri, nos regala a Howard Vernon, un habitual de Jess Franco, interpretando a un mad doctor cuyo nombre nos remite a Edgar Allan Poe, aunque escrito con W en lugar de V. No es casualidad entonces que su hija se llame Eleonora, otro nombre que también alude a Poe.

La brigada del inspector Bogart, más conocida como The French Sex Murders, está cargada de toques delirantes que no se reducen solo a su reparto ni a su retorcido argumento, también visualmente. Los asesinatos, por algún motivo, se repiten tres veces con diferentes filtros de colores. De este modo se intenta dar más espectacularidad a los efectos de maquillaje, que no son muy destacados pero tienen sus momentos de esplendor como la decapitación con espada que se nos ofrece en el último tramo.

No sabría decir si es un giallo punk o un sueño enfebrecido plasmado en celuloide. Es diferente, desde luego, y entretiene de principio a fin. Una pequeña maravilla que recomiendo a los amantes del cine más iconoclasta.

5 oct 2020

Mimic 3: El guardián (Mimic 3: Sentinel)

 

Durante el entretenido comentario en audio que hace Guillermo del Toro en el montaje del director de Mimic (1997), hay un breve momento que lo dedica a comentar las secuelas que tuvo su película. De Mimic 2 (Jean de Segonzac, 2001) dice que no vale la pena (hay que darle la razón), pero de Mimic 3: El guardián (Mimic 3: Sentinel, J.T. Petty, 2003) dice que es bastante interesante porque es más fiel al relato original de Donald A. Wollheim en que se basaba la primera Mimic que su pelicula. Entonces no había visto Mimic 3, así que la recomendación de Del Toro hizo que me la apuntara para verla más adelante. Han pasado unos cuantos años, pero por fin me puse a ver Mimic 3.

Es cierto que esta tercera entrega es más fiel al relato original de Wollheim, aunque creo que es más bien casualidad, ya que fue el estudio el que propuso la premisa al director J.T. Petty: un cruce de Mimic con La ventana indiscreta (Rear Window, Alfred Hitchcock, 1954). Un concepto divertido que hace que la película casi se pueda disfrutar por sí misma, ya que el film es sorprendentemente entretendido.

Marvin Montrose (Karl Geary) se dedica a observar lo que se sucede en la calle y en el edificio de enfrente, haciendo fotos de lo que le parece interesante. Esta peculiar afición se debe a que se pasa gran parte de su vida encerrado en su habitación ya que tiene hipersensibilidad alérgica, es casi un chico burbuja. Es a través de su observación que empieza a detectar extraños personajes y lo que podría ser un asesinato. La policía no le cree pero con la ayuda de su hermana Rosy (Alexis Dziena) y la vecina de enfrente Carmen (Rebecca Madder) descubrirán la presencia de cucarachas Judas. Como podéis ver por su trama, la película hace honor al concepto de hacer La ventana indiscreta con cucarachas gigantes. Sumado al mínimo presupuesto (fue rodada en Rumanía para ahorrar), esto podía augurar un pestiño de película. Sin embargo, como ya he dicho, la película funciona a pesar de todo.

Este milagro se debe en gran parte al reparto, que junto a los tres protagonistas incluye secundarios de lujo como Amanda Plummer, John Kapelos y Lance Henriksen, al sencillo pero efectivo guion y a la dirección de Petty. También puede que influya el hecho de que es muy corta, tan solo 76 minutos que se pasan bastante rápido. Debido a que el espectador ya sabe que el misterioso asesino es una cucaracha gigante, se juega más con el suspense de dónde aparecerá la criatura y de si sobrevivirán los protagonistas. Juega de forma interesante con el concepto del voyeurismo, mostrando cómo Marvin crea una vida y una historia para los sujetos que oberva.

Tampoco os esperéis una obra maestra ni nada por el estilo. Es un film que cumple sus objetivos de forma muy efectiva teniendo en cuenta los medios a su disposición, pero no es un film revolucionario ni mucho menos. Dicho esto, sus logros no son menores, ya que podía haber sido simplemente otra secuela sin imaginación como la segunda entrega.

1 oct 2020

Evidence

 

Nunca he sido muy fan del found footage, tal vez porque es un género más complicado de lo que parece y es difícil encontrar películas que lo utilicen de forma efectiva. Evidence (Olatunde Osunsanmi, 2013) logra hacerlo al mezclarlo con el más tradicional thriller con asesino en serie.

Los inspectores Daniel Reese (Stephen Moyer) y Alex Burquez (Radha Mitchell) esperan cazar a un asesino responsable de una masacre examinando el material grabado por las propias víctimas en cámaras y teléfonos. Esta es la sencilla premisa que permite la mezcla entre dos estilos de narrativa cinematográfica muy distintos. Su efectividad se basa en el buen reparto, principalmente Radha Mitchell y Stephen Moyer, y en la forma en que utiliza a los detectives como representantes de los espectadores. Por ejemplo, cuando empiezan a ver los videos y la inspectora Burquez sugiere saltarse las partes previas al accidente, sobre las relaciones de las víctimas, el inspector Reese reacciona diciendo que todo es importante. Este diálogo sirve como reflejo del contraste entre aquellos que encuentran el desarrollo de los personajes aburridos, que prefieren saltar a la acción, y aquellos que consideran el desarrollo de los personajes esencial para el impacto de la historia.

La mezcla de thriller/found footage permite también reforzar los puntos flojos de cada género con los respectivos puntos fuertes. Como, por ejemplo, la alternancia de formatos hace que el lenguaje cinematográfico sea más variado del que encontraríamos en una típica found footage. Además, el espectador puede acompañar a los inspectores y jugar a desentrañar lo sucedido. Aunque los esfuerzos son desperdiciados con una conclusión empañada por la compulsiva necesidad de poner un final con giro sorpresa, que llena de agujeros lo que hasta entonces era una efectiva historia de suspense.

Son estos pequeños detalles los que hacen que Evidence no sea un film más conocido o que no vaya más allá de proporcionar un poco de entretenimiento y poco más. A pesar de sus carencias, la manera en que logra mezclar dos estilos opuestos hace que al menos valga la pena darle una oportunidad.

14 abr 2020

Navidad sangrienta (Black Christmas)

 
Navidades negras (Black Christmas, Bob Clark, 1974) es un gran clásico del género, que sigue siendo tremendamente efectivo y un film que, personalmente, me encanta. También he aprendido a apreciar el remake de 2006 Negra navidad (Black Christmas, Glen Morgan). Así que cuando se anunció el nuevo re-remake Navidad sangrienta (Black Christmas, Sophia Takal, 2019), me interesó inmediatamente. Sin embargo, que fuera clasificada para mayores de 13 años y que no se estrenase ninguna copia en VOS, hizo que no fuera a verla al cine. "Ya la veré cuando salga en VOD", me dije. Bueno, ya ha salido en VOD.

El argumento es, en un principio, el mismo que el de las anteriores películas: un grupo de chicas que pertenecen a una sororidad son acosadas y asesinadas por una misteriosa figura. Sin embargo, el guion de Sophia Takal y April Wolfe introduce grandes cambios a la historia, de modo que ya no nos encontramos ante un slasher sino, más bien, ante un film de terror más centrado en el subgénero de los cultos y las sectas. Este cambio, sumado a que se recortara la película para que fuera para mayores de 13 años y el preminente mensaje feminista provocó una reacción en contra en Estados Unidos, donde la película fracasó en taquilla, sin recaudar lo esperado. A mí me gustan las películas de sectas y cultos, así que ese cambio no me molestó demasiado. Sí que lamenté que los cineastas optaran por no estrenar un film para mayores de 18 años, ya que provocó que al film, en su presente forma, le falte intensidad y, obviamente, sangre.

Pero, realmente, son los únicos defectos que le he encontrado al film, que podrían ser subsanados en un futuro unrated cut. El reparto, encabezado por Imogen Poots, hace un buen trabajo y creo que se ganan las simpatías del espectador (por lo menos de este), algo que siempre es importante en un film de terror. La trama que enlaza con el silencio con el que universidades americanas han tapado violaciones es muy actual y, desgraciadamente, vigente, pero el mensaje en general puede mantenerse en el futuro y enlaza con los avanzados toques feministas de la original Navidades negras. Además, es lo suficientemente diferente de las anteriores para que puedan ser disfrutadas seguidas, sin que se tenga la sensación de estar viendo la misma película una y otra vez.

Veredicto final: me gustó, pero deseo que aparezca un montaje extendido sin censurar en el futuro para poder disfrutarla aún más.


6 abr 2020

El mago asesino (The Mad Magician)


La película se llama El mago asesino (The Mad Magician, John Brahm, 1954) y Vincent Price es el mago asesino. ¿Qué más hace falta para lanzarse a verla?

Don Gallico (Vincent Price) es un inventor de trucos que decide dar el paso para convertirse en un famoso mago. Sin embargo, Ross Ormond (Donald Randolph), su jefe en la empresa de creación de trucos de magia para la que trabaja, sabotea el debut de Gallico y le deja claro que no le librara de su contrato para construir más trucos de magia. Esto no le sienta bien a Callico y sumado a que Ormond también se quedó con la esposa de Gallico, Claire (Eva Gabor), es lo que necesita para justificar un brutal asesinato. Ahora, Callico utilizará los trucos de magia que ha creado para matar y deshacerse de los cuerpos.

El productor Bryan Foy esperaba que su film Los crímenes del museo de cera (House of Wax, André de Toth, 1953) fuera un gran éxito gracias al 3-D, así que casi inmediatamente puso en marcha El mago asesino. Efectivamente, Los crímenes del museo de cera fue un gran éxito, especialmente gracias a superar las dificultades técnicas del 3-D y convencer así a la audiencia, aunque para cuando se estrenó El mago asesino la moda del 3-D ya era cosa del pasado. Obviamente, El mago asesino guarda muchas similitudes con el clásico de André de Toth: Vincent Price como protagonista encarnando un asesino motivado por la venganza, ambientación gótica en plena era de la luz de gas y el 3-D. Sin embargo, El mago asesino no tiene el mismo aspecto de gran producción de estudio y es un film mucho más modesto.

De todos modos, la historia, que parecería repetirse muchas veces en la filmografía de Vincent Price, resulta bastante entretenida, con adecuados toques morbosos y de humor negro. El film no hace mucho énfasis en el terror y pesan más los elementos de suspense, con bastante toques de comedia para aligerar el drama. Su corta duración, 72 minutos, impide que se haga larga y la película pasa bastante rápida, así que sus defectos no pesan demasiado. Es un film que no es un gran clásico pero que cumple con su objetivo de divertir al espectador, que disfrutarán particularmente los fans de Vincent Price.


3 feb 2020

La tienda (Needful Things)

 
No creo que sea casualidad que haya una nueva edición de La tienda (Needful Things, Fraser C. Heston, 1993) coincidiendo con los medios desatando la paranoia por nuevas epidemias, fake news intoxicando las noticias y las redes sociales contribuyendo a que nos atrincheremos contra los que no piensen exactamente igual que nosotros. Parece el momento ideal para recordar esta alegoría social con muertes y explosiones.

Basada en la novela de Stephen King, La tienda cuenta cómo la tranquila vida de los habitantes de Castle Rock se ve alterada con la llegada de Leland Gaunt (Max Von Sydow), un elegante caballero que acaba de abrir una nueva tienda: Cosas Necesarias. En esta tienda puedes encontrar aquello que más deseas, por un precio muy barato. Por pagar ese precio tan bajo, Gaunt solo pide que el cliente gaste una pequeña broma de la que nunca podrá ser sospechoso de cometer. Estas pequeñas bromas empiezan a alterar la convivencia de la comunidad, despertando las sospechas del sheriff Alan Pangborn (Ed Harris).

Recuerdo que, cuando la vi en el cine, salí satisfecho. Obviamente, con una duración de dos horas se quedaban fuera muchas cosas del libro. Pero, excepto por el final, me pareció una adaptación correcta, que no era una obra maestra pero tampoco era terrible. Al verla otra vez recientemente, mis sentimientos no han cambiado. El reparto es muy bueno: Max Von Sydow, Ed Harris, Amanda Plummer, Bonnie Bedelia, J. T. Walsh, todos realizan un trabajo de primera. El guion, bastante sólido y que comprime bien la novela, corrió a cargo de W. D. Richter, un guionista que ha trabajado en clásicos como La invasión de los ultracuerpos (Invasion of the Body Snatchers, Philip Kaufman, 1978) y Golpe en la pequeña China (Big Trouble in Little China, John Carpenter, 1986) y que dirigió Las aventuras de Buckaroo Banzai (The Adventures of Buckaroo Banzai Across the 8th Dimension, 1984). Fraser C. Heston no es que sea un gran director, precisamente, pero hizo un buen trabajo.

En definitiva, una película bastante sólida que hoy día funcionaria mejor de lo que lo hizo en su momento. Como decía al principio, estamos en una situación social en la que la alegoría del film resulta especialmente acertada. Y con unos 20 minutos más, la película podría haberse convertido en un clásico.

Ya he mencionado que el film dura solo dos horas con títulos de crédito. Originalmente, el estudio Castle Rock Enterteinment concibió el film como una cinta de 140 minutos, pero luego dio marcha atrás y mandó a Heston que la redujera a dos horas. Unos años más tarde, CBS le pidió a Heston montar un versión más larga para televisión, incluida en esta nueva edición alemana. Esta versión dura 188 minutos, con diálogos y escenas violentas suavizados para TV, y tiene muchas escenas interesantes, aunque se hace un poco larga. El propio Heston, en un comentario que también encontramos en esta edición, cuenta que la versión para televisión es demasiado larga, su montaje ideal sería una duración de 140 minutos, un comentario con el que coincido plenamente. Creo que, de nuevo, si la película se hubiera rodado hoy probablemente se había estrenado con esa duración sin problemas, ya que es una duración bastante común hoy día.

La tienda no es un gran clásico, pero resulta un film efectivo cargado de buenos actores y actrices. Capta muy bien la mezcla de terror y comedia negra de la novela, cosa que no es fácil a la hora de adaptar a Stephen King. Por ello, recomiendo darle una oportunidad si no se ha visto.


7 ene 2020

Asesinatos en la Calle Morgue (Murders in the Rue Morgue)

 
Asesinatos en la Calle Morgue (Murders in the Rue Morgue, Gordon Hessler, 1971) fue la tercera adaptación en formato de largometraje cinematográfico del relato clásico de Edgar Allan Poe. Gordon Hessler ofreció a los espectadores una versión cargada de guiños cinematográficos y literarios que, por desgracia, no pudo disfrutarse en su montaje original hasta inicios del 2000.

Roger Corman, como muchos ya sabéis, inició su ciclo Poe con La caída de la casa Usher (House of Usher, 1960). Debido al éxito de este film, Corman dirigió seis adaptaciones más de relatos de Edgar Allan Poe, hasta que finalmente se cansó del gótico y pasó a otras cosas. Samuel Z. Arkoff y James H. Nicholson, que dirigían la American International Pictures que había producido las películas de Corman, no querían que el ciclo terminara ya que les estaba dando muchos beneficios. Por ello, estrenaron películas que no tenían nada que ver con Poe como si fueran adaptaciones de relatos suyos, como ya habían hecho con El palacio de los espíritus (The Haunted Palace, Roger Corman, 1963), adaptación de El caso de Charles Dexter Ward de H. P. Lovecraft. Además, buscaron directores que rodaran otras adaptaciones. Pero el público había perdido el gusto por el terror gótico y Asesinatos de la Calle Morgue fue la última del ciclo Poe estrenada por la AIP.

Fue la última porque fue un fracaso de taquilla. Y fue un fracaso de taquilla porque Arkoff y Nicholson estrenaron una versión editada por ellos que eliminaba 11 minutos de metraje, contaba con un final que no tenía sentido y decidieron añadir un tinte rojo a las escenas oníricas rodadas por Hessler. Esta fue la versión más conocida hasta que se descubrió una versión superviviente del montaje del director, que fue la versión editada en DVD en 2003 en Estados Unidos y, actualmente, es la única versión disponible.

Hessler decidió que, teniendo en cuenta que todo el mundo ya conocía la historia y que ya había sido filmada anteriormente, lo más lógico era reinventarla. En el proceso, como ya he dicho al principio, se añadieron diversos guiños cinematográficos y literarios. Para empezar, el film arranca con una adaptación del relato de Poe que se está representando en el teatro de Grand Guignol, antecesor del cine de terror y gore, caracterizado por sus obras extremadamente violentas y sangrientas. Además, la versión que se hace del relato de Poe se inspira en la adaptación de 1954 El fantasma de la calle Morgue (Phantom of the Rue Morgue, Roy Del Ruth). Al empezar el film se revela a Herbert Lom como un asesino enmascarado, como ya hiciera Lom en 1962 en la versión Hammer de El fantasma de la ópera (The Phantom of the Opera, Terence Fisher). Hessler también sustituye al detective Dupin creado por Poe por el inspector Vidocq, interpretado por Adolfo Celi. Este inspector Vidocq se inspira en el personaje histórico Eugène François Vidocq, que inspiró a Poe la creación de Dupin.

Los asesinatos de la calle Morgue en esta película tiene como motivación la venganza. Venganza por algo que Cesar Charron, el director del teatro que interpreta Jason Robards, hizo en el pasado. Los asesinatos también afectan a su joven esposa, interpretada por Christine Kaufmann, la cual tiene pesadillas y visiones que enlazan lo que sucede en el presente con el pasado. Hessler desarrolla la trama de forma interesante, manteniendo el suspense y, aunque revela la identidad del asesino al inicio de la película, las sorpresas y los giros de guion son bastante efectivos.

Es una de las mejores adaptaciones que se han hecho de este relato, si bien no sé si se puede considerar realmente una adaptación ya que la historia principal poco tiene que ver con el cuento que escribiera Poe. De todos modos, un film interesante.


26 nov 2019

Puñales por la espalda (Knives Out)

 
Ya podéis leer mi crítica de la excelente Puñales por la espalda (Knives Out, Rian Johnson, 2019) en Underbrain Mgz, clicando en:


Tremendamente entretenida y adictiva película que recomiendo a todo el mundo ver, especialmente en VOS.


23 jul 2019

Harper's Island, una serie pionera


Hace poco terminé de ver la tercera temporada de Slasher, que me gustó más que las anteriores temporadas, pero sin acabar de triunfar como me gustaría que lo hubiera hecho siendo fan del género slasher. Me pregunté si era posible trasladar de forma exitosa el género a la televisión y fue entonces que me acordé de Harper's Island.

Harper's Island, creada por Ari Schlossberg, fue lo que se conocía como un "evento". Una historia con principio y fin que sería explicada a lo largo de 13 episodios. De este modo, la serie fue la primera en trasladar el esquema del slasher a la televisión, con cada episodio proporcionando uno o dos asesinatos, como mínimo,  perpretados por un asesino misterioso. La trama es clásica dentro del género: Trish (Katie Cassidy) y Henry (Christopher Gorham) deciden casarse en Harper's Island, la isla donde pasaban los veranos y donde se conocieron. Entre los invitados a la boda está Abby (Elaine Cassidy), la mejor amiga de Henry. Abby se fue de la isla hace siete años, después de que el asesino John Wakefied (Callum Keith Rennie) cometiera los primeros y únicos asesinatos en la historia de la isla. Wakefield, entre cuyas víctimas estaba la madre de Abby, murió de un disparo del sheriff Charlie Mills (Jim Beaver), padre de Abby. Ahora, Abby regresa por primera vez desde aquello y los asesinatos empiezan a suceder de nuevo.

Debido a que fue emitida por una cadena privada, no por cable ni streaming, esta "maxiserie" estaba sujeta a la censura de la televisión americana. A pesar de ello, la serie logra crear una creativa serie de asesinatos, sin que se eche de menos la sangre más explícita. Dicho esto, los responsables de la serie intentaron llegar todo lo lejos posible, allanando el camino a series posteriores como The Walking Dead. La ventaja que tenía la serie es que podía desarrollar a fondo las relaciones entre los personajes, que es otro motivo por el que no se echa de menos el gore, como te importan los personajes y te has familiarizado con ellos, sus muertes resultan igualmente impactantes. Además, los responsables de Harper's Island eran muy conscientes del tipo de historia que estaban contando y hay unos cuantos toques de humor irónico, empezando porque el título de cada episodio corresponde al efecto sonoro de alguna muerte en el episodio.

Volviendo a ver la serie recientemente pensé en lo rápido que ha cambiado el panorama televisivo en tan solo diez años. Se emitió originalmente en el 2009, pero parece que ha pasado mucho más tiempo. Aquí se emitió en Telecinco, cuando todavía no era un festival de miseria humana como ahora (pero ya estaba de camino), pero no me refiero solo a eso. El impacto de las series de Netflix, HBO, Amazon y demás hace pensar que hoy día la serie habría formado parte del catálogo de alguna de estas plataformas. Y se habrían buscado maneras de hacer más temporadas aunque todo lo que tiene que contar ya lo hace en 13 episodios.

Regresar a Harper's Island (editada en DVD) ha sido divertido y más placentero de lo que imaginaba. Temía que el tiempo no la hubiese tratado bien. Todo lo contrario, aunque recordaba quién era el asesino, he disfrutado volviendo a verme involucrado en las vidas de estos personajes, la mayoría de los cuales llega a un abrupto final. Si no la conocíais, os la recomiendo.


26 jun 2019

La caza del asesino (Screaming Mimi)

 
El maestro del giallo Dario Argento debutó en la dirección con El pájaro de las plumas de cristal (L'uccello dalle piume di cristallo, 1970). Este film es una adaptación no acreditada de la novela de Fredric Brown La caza del asesino (The Screaming Mimi en su título original). Esta novela había sido previamente llevada al cine en 1958, en un film que, sobra decirlo, es bastamente distinto al de Argento. Pero, ¿hasta qué punto es distinto?

La caza del asesino (Screaming Mimi, Gerd Oswald, 1958) es un perfecto ejemplo de potencial desaprovechado. La novela de Fredric Brown, originalmente publicada en 1949, está protagonizada por un periodista alcohólico (los protagonistas alcohólicos eran habituales en las novelas de Brown) que empieza a investigar una serie de asesinatos en serie después de conocer a la bella mujer que ha estado a punto de converirse en la última víctima de un asesino conocido como el Destripador. Hasta cierto punto, se entiende que Dario Argento decidiera no acreditar la novela de Brown, porque lo cierto es que lo único que cogió de la novela es la identidad del asesino y el giro final. Sigue siendo una maniobra no muy ética, sobretodo teniendo en cuenta que directores/guionistas como Shane Black sí acreditan a un autor aunque solo haya un detalle que hayan cogido de una novela. Pero nadie puede decir que Argento carezca de ego, y teniendo en cuenta la época es fácil de entender lo que hizo.

Sin embargo, La caza del asesino que sí es una adaptación más, relativamente, fiel desperdicia la novela. Es una lástima, porque estrenada un año antes que Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1959), podría haberse convertido en un influyente clásico, sobretodo teniendo en cuenta su giro y que arranca con una mujer atacada en la ducha por un maníaco con un cuchillo. El primer problema es que "ordena" la historia, empezando por sucesos que se descubren mucho más tarde en la novela (y el film de Argento). El segundo problema es que el director Gerd Oswald no consigue nunca elevarse por encima del bajo presupuesto del film y no crea el suspense y la tensión que la historia demanda.

Parece obvio que el film fue hecho como forma de promocionar a Anita Ekberg, ya que el material promocional se centra en su prominente figura. Lo que nos lleva al tercer problema del film, unas interpretaciones mediocres no demasiado convincentes.

A pesar de todo, Screaming Mimi es una interesante curiosidad, presentando elementos que serían muy populares más adelante. También llama la atención cómo presenta a Joann "Gypsy" Masters, personaje lésbico interpretado por Gypsy Rose Lee. Debido a la censura del momento su sexualidad se muestra de forma muy sutil, mediante diálogo, pero es una presentación positiva ya que no se la representa como una pervertida o desviada, sorprendente teniendo en cuenta la época. Rose Lee tiene además una de las frases más divertidas de la película (presente en el tráiler): "Uno pensaría que su busto es algo único" hablando con desprecio del personaje de Anita Ekberg. Una frase divertida si tenemos en cuenta lo que lanzó a la fama a Ekberg.


30 nov 2018

Lo que esconde Silver Lake (Under the Silver Lake)

 
Publicada mi crítica de Lo que esconde Silver Lake (Under the Silver Lake, David Robert Mitchell, 2018) en Underbrain Mgz:


Una gran decepción.

13 nov 2018

Malos tiempos en El Royale (Bad Times at the El Royale)

 
Publicada mi crítica de Malos tiempos en El Royale (Bad Times at the El Royale, Drew Goddard, 2018) en Underbrain Mgz:


Potente y entretenida película, disfruté mucho con ella y la recomiendo sin reservas.


25 sept 2018

Un pequeño favor (A Simple Favor)

 
Ya podéis leer mi crítica de Un pequeño favor (A Simple Favor, Paul Feig, 2018) en Underbrain Mgz, a un clic de distancia:


Disfruté enormemente con esta película. Me encantan las actrices principales, la historia me enganchó, me reí bastante y la banda sonora es estupenda. La recomiendo.


24 sept 2018

El ojo en la oscuridad (Gatti rossi in un labirinto di vetro)

 
Umberto Lenzi se despidió del giallo por todo lo alto con El ojo en la oscuridad (Gatti rossi in un labirinto di vetro, 1975), que, como sucede con los mejores gialli, nos presenta una historia con sangrientos asesinatos y oscuros traumas del pasado.

Ante esta película hay dos posibles reacciones: o te dices: "es absurda y no tiene sentido, no la soporto" o te dices: "es absurda y no tiene sentido, me encanta". Mi reacción, obviamente, fue la segunda. Me enamoró desde el principio, no solo por su historia y sus asesinatos, sino también por su ambientación: la ciudad de Barcelona que me ha visto nacer.

La historia nos presenta a un grupo de turistas de visita en la Ciudad Condal. Mientras se encuentran de paseo por la Rambla uno de ellos es asesinado. Y no será el último, pronto empiezan a caer uno a uno, mientras la policía intenta descubrir quién es el asesino que mata salvajemente y se lleva un ojo de la víctima de recuerdo.

Póster americano del film
Como es habitual, se nos presenta una multitud de sospechosos y se juega continuamente al despiste. También se juega bastante con los tópicos del género, utilizando las expectativas del espectador en su contra. Por supuesto, a muchos les sorprenderá que, tras el primer asesinato, el grupo de turistas continue con su tour por la ciudad, pero ya que la policía les hace quedarse no tiene sentido desperdiciar una visita a Barcelona por unos cuantos asesinatos. No podemos olvidarnos tampoco del detective amateur que lleva una investigación paralela a la de la policía. En este caso se trata de Mark Burton, interpretado por el pétreo John Richardson, que decide reunirse en Barcelona con su amante Paulette Stone, interpretada por Martine Brochard, integrante del grupo de turistas.

Richardson no es un protagonista muy interesante, por suerte el resto del reparto sí lo es, ofreciendo un grupo colorido de personajes como carne de cañón para el asesino. Y si no fuera así, Lenzi mantiene el interés del espectador con fantásticas escenas de suspense y asesinatos sangrientos. Lo consigue a pesar del bajo presupuesto con que contó para realizar el film. Además, el giallo se encontraba ya de capa caída, con menos títulos de interesantes realizados, y la industria enfocanda hacia el poliziottescho. Género al que Lenzi se dedicaría en los años siguientes hasta 1979.

Gatti rossi in un labirinto di vetro, también conocida como Eyeball, tal vez no esté a la altura de los grandes clásicos del género, pero es un film tremendamente entretenido y absorbente. Tiene momentos absurdos y sin sentido, es cierto, sin embargo creo que es precisamente lo que le añade interés a este film de Lenzi.