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5 abr 2024

De profesión: duro (Road House, 1989) vs. Road House. De profesión: duro (Road House, 2024)

 

Comparar De profesión: duro (Road House, Rowdy Herrington, 1989) con su reciente remake Road House. De profesión: duro (Road House, Doug Liman, 2024) nos muestra de qué modo ha evolucionado el cine comercial de los 80 del siglo XX hacia el de los 20 del siglo XXI.

Road House 1989 cuenta la historia de James Dalton (Patrick Swayze), un legendario encargado de seguridad en bares y locales nocturnos experto en artes marciales, contratado por Frank Tilghman (Kevin Tighe) para que ayude a limpiar su bar de carretera The Double Duce de indeseables y subirlo de categoría. Parece un trabajo sencillo, no muy distinto de otros trabajos, pero, cuando llega al pueblo donde está ubicado el local, descubre que todos los negocios del lugar son extorsionados por el semimafioso Brad Wesley (Ben Gazzara), el cual no aprecia los cambios que Dalton está provocando. El enfrentamiento entre ambos se convertirá en una batalla por la salvación del pueblo, que se recrudecerá cuando Dalton inicie un romance con la doctora Elizabeth Clay (Kelly Lynch), de la que Brad estuvo enamorado pero con la que no consiguió nunca nada. Dalton pedirá ayuda a su mentor Wade Garrett (Sam Elliott) para acabar con la banda de Brad.

Queda claro por su sinopsis que Road House 1989 es otra película que podríamos calificar de "hija de Shane". Shane es el personaje protagonista interpretado por Alan Ladd en Raíces profundas (Shane, George Stevens, 1953), un cowboy de misterioso pasado que llega a un pueblo en el que los granjeros están siendo acosados por un poderoso terrateniente. Shane limpiará el lugar de malvados a tiro limpio para seguir luego su misterioso camino. Un gran éxito cuya historia sirvió de base a infinidad de westerns y episodios de televisión, para luego ser trasladada también al cine de acción contemporáneo y al cine de artes marciales, como por ejemplo El furor del dragón (Meng long guo jiang, Bruce Lee, 1972). El film de Rowdy Herrington mezcla la influencia del western y las artes marciales, con un protagonista filosófico que intenta encontrar primero una solución pacífica hasta que llega el momento de ponerse a dar patadas, mientras que el personaje de Sam Elliott no puede ser más western. Es también una película esencialmente ochentera, desde su tono que mezcla comedia con momentos serios de violencia pasando por los momentos musicales, los diálogos y las escenas de sexo y desnudos gratuitos.

Road House 2024 cuenta la historia de Elwood Dalton (Jake Gyllenhaal), un ex luchador que se gana la vida en luchas clandestinas, que es contratado para proteger de los indeseables que atacan cada noche el local de Frankie (Jessica Williams), un bar de carretera llamado The Road House ("bar de carretera" en inglés) en la calurosa Florida. Los problemas de Frankie tienen su origen en Ben Brandt (Billy Magnussen), el hijo psicópata de un narcotraficante, que quiere el local para poder construir en el terreno un complejo hotelero.

La versión de Doug Liman cuenta básicamente la misma historia, pero con algunas diferencias. Sin embargo, a pesar de ser significativamente más larga, cuenta menos historia. El romance entre Dalton y la doctora Ellie (Daniela Melchior) está menos desarrollado y es mucho más casto, apenas se besan y ya no hablemos de escenas de sexo. En el original vemos la influencia de Dalton en el local, que va mejorando progresivamente en su aspecto, algo que no sucede en la nueva versión. El enfrentamiento entre Brandt y Dalton tiene menos resonancia, ya que no está en juego todo un pueblo, y se ve recrudecido por la llegada del gran psicópata Knox (Conor McGregor) contratado por Brandt, pero nunca llega a los extremos de la cinta original. La razón por la que es más larga a pesar de contar menos historia tiene que ver con la obsesión actual en el cine de acción y de aventuras con el monomito desarrollado por Joseph Campbell conocido popularmente como "el viaje del héroe", que indica que el héroe siempre rechaza la aventura en un principio para luego aceptarla. Señalado por George Lucas como su influencia a la hora de estructurar La guerra de las galaxias (Star Wars, 1977), esta teoría se ha convertido en la fundación de gran parte del cine de acción actual, como si fuera la única manera de contar la historia de un héroe. Así, el film de 1989 es más eficaz narrativamente, el Dalton de Swayze acepta el trabajo cuando se lo proponen para ir lo más rápido posible al centro de interés que es la situación en el local, mientras que en la versión 2024, el Dalton de Gyllenhaal se niega en un principio, alargando el momento de aceptar a pesar de que sabemos que irá o no hay película.

En el film de Liman también está presente la influencia del western, que en esta ocasión se hace obvia, verbalizándola a través de los diálogos, donde hay personajes que dicen "ey, esto es como una película del oeste", en lugar de que quede en el subtexto del film. Esto puede ser tanto al miedo de que los espectadores no entiendan la referencia o a la tendencia actual en el cine comercial de hacerlo todo más explícito.

Pero por lo que ha llamado más la atención la versión 2024 es por la utilización de técnicas de efectos visuales en las peleas. Las razones para utilizar estas técnicas son evidentes: poner al espectador en la piel de los personajes mediante planos en primera persona durante las peleas y crear una experiencia más visceral y brutal. La ironía está en que, claro, la utilización de estas técnicas para crear intricadas peleas en un único plano-secuencia hace más evidente lo artificiales que son, al menos en una gran pantalla de 4k, así que no consiguen ser ni viscerales ni brutales. Pero no dejan de ser entretenidas, también porque la versión 2024 intenta mantener la misma mezcla de humor y seriedad que el original.

Road House 1989 es una película de culto entretenida y divertida, pero no es un gran clásico de los 80, así que el remake no lo tiene tan difícil para establecer su propia identidad. Comparadas, el original es la superior, pero la nueva versión es una cinta de acción entretenida con la que pasar un rato divertido, aunque no mucho más. Supongo que lo marca la diferencia entre ambas es que una vez vista la versión 2024 no tengo ninguna necesidad de volver a ella, la olvidaré tan pronto publique este artículo, lo opuesto sucede con la versión original.

Pero la principal conclusión a la que he llegado es que en la obsesión por el realismo actual lleva a que la película parezca más artificial, mientras que la original concebida como una fantasía parece más auténtica.  Las dos sueltan buenos puñetazos, pero Road House 1989 pega más fuerte.

4 sept 2014

Leviathan versus Profundidad seis versus La grieta

Cuando se anunció Abyss (The Abyss, James Cameron, 1989) parecía que iba a ser la gran película del año. Se estaban desarrollando nuevas técnicas de efectos visuales, grandes tanques para rodar escenas nunca vistas... Iba a ser una gran épica. Lo cual hizo que varios estudios se pusieran en marcha para estrenar sus propios títulos submarinos para aprovechar el éxito del film de Cameron. Lo que en Hollywood llaman "simple casualidad".

Finalmente la película de Cameron no funcionó como se esperaba (aunque el montaje del director es una película que me gusta bastante), pero de todos modos se estrenaron otras tres películas de argumento parecido. Lo que hay que destacar es que, mientras The Abyss es una película que combina acción, suspense y ciencia ficción, las tres películas que se estrenaron a remolque de ella son cintas de terror al más puro (y glorioso) estilo serie B (y es por ello que el film de Cameron no está incluido en esta batalla). Por supuesto, esto fue resultado de la vaga sinopsis que se sabía cuando The Abyss entró en producción, que simplemente hablaba de una instalación submarina que descubre algo extraño en las profundidades del océano.

Sin más preámbulos, ¿preparados para la gran batalla del terror submarino?

Estas películas primero las alquilé, me hice copias en vídeo y las vi bastantes veces en su momento, con lo que con el tiempo se mezclaron las tres en mi cabeza debido a lo parecidas que eran entre sí. Para diferenciarlas, las ordené así:

Leviathan: El demonio del abismo (Leviathan, George P. Cosmatos, 1989): Sale Robocop y un cazafantasmas.

Profundidad seis (DeepStar Six, Sean S. Cunningham, 1989): Sale unos de los ejecutivos que sale en Robocop y el tío de las gafas de El príncipe de las tinieblas.

La grieta (The Rift, Juan Piquer Simón, 1990): Sale uno de los malos de Robocop y el militar que parece que todo el rato que está cabreado de La chaqueta metálica. Pero hoy día destacaría que sale Pocholo (!).

Profundidad seis fue la primera en estrenarse. De las tres, esta es la que más parece Aliens bajo el agua. Principalmente porque las situaciones por las que pasan los tripulantes de la estación submarina donde transcurre la acción pasan por los mismos problemas, añadiendo que se acaba el oxígeno (algo que pasa en todas estas cintas). Aquí, los protagonistas se enfrentan a un monstruo salido de una cueva que queda al descubierto cuando la demuelen.

Se mueve bastante rápido y tiene buenas dosis de acción. Las interpretaciones están bastante bien, así como los efectos están muy logrados. Bastante sangrienta.

Luego llegó Leviathan, que como ya le dediqué un artículo que podéis leer aquí, no me detendré para ir directamente a La grieta. El film de Simón es puro desmelene, desmadre y desenfreno. Los protagonistas salidos directamente de la serie B más B se enfrentan a una serie de monstruos creados por los experimentos genéticos de una malvada compañía. A risa por minuto, la película avanza a toda velocidad, salpicada de momentos gore pasados de vuelta realmente fantásticos. El resultado final es una locura que no es ni normal.

¿Cuál es, para mí, la mejor de las tres? Bueno, Profundidad seis tiene bastante acción y se mueve a un buen ritmo, pero hacia el final pierde algo de gas y es bastante rutinaria. Mientras que, aunque Leviathan es más lenta al principio, hacia el final es más interesante, los efectos de maquillaje y especiales resultan más originales y el reparto es mejor. Y luego tenemos La grieta, que con su ciencia ficción de bolsilibro, su psicotrónico reparto y sus monstruos delirantes es un film casposamente inolvidable.

En este caso, diría que hay un perdedor, en lugar de un ganador. El perdedor es Profundidad seis, la más "normal" de las tres, con escenas más típicas de una monster movie. De hecho, la idea para este artículo se me ocurrió con la llegada en Blu-ray de Leviathan.

Leviathan es ideal para cuando quieras ver algo de serie B más "serio" y La grieta para cuando quieras reírte con una película que convierte lo cutre en arte. Vosotros podéis decidir cuál es la que más os convence echando un vistazo a los tráileres (fijaos que en el tráiler de La grieta para su edición en vídeo, con el título Endless Descent, se hace una referencia a Profundidad seis):




17 ene 2014

El exorcista: El comienzo vs. El exorcista: El comienzo - La versión prohibida

En este artículo repasaremos brevemente las secuelas de El exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973), para centrarnos en la doble precuela que cierra la saga, un caso único en el cine de terror.

Resulta significativo que, mientras que del clásico film de Friedkin se han hecho hasta tres ediciones distintas en Blu-ray, la reciente 40º aniversario apareció a finales del año pasado, ninguna de las secuelas ha sido editada en Blu-ray (aunque se anunció la aparición de la segunda entrega, en el momento de escribir este artículo todavía no se ha editado). Cada una de las secuelas producidas hasta ahora del film han sido conflictivas y solo la segunda entrega dio beneficios en el momento de estrenarse, así que parece que han tirado la toalla y se dedican a exprimir El exorcista buscando algún gancho para que los aficionados se vuelvan a comprar la misma película.

Actualmente El exorcista es vista como un gran clásico, no solo del cine de terror, cuyo impacto en la cultura es innegable. Inició un subgénero, el de "poseídos exorcisados", del que se siguen estrenando películas. A mediados de los 70, sin embargo, era simplemente una película que había recaudado millones, de modo que se no le dio muchas vueltas para poner en marcha una secuela para obtener más beneficios. Así nació El hereje (Exorcista II) (Exorcist II: The Heretic, John Boorman, 1977).

En el momento de estrenarse en Estados Unidos, El hereje fue recibida con críticas salvajes en la prensa y burlas crueles por parte de la audiencia. Esto hizo que Boorman retirara el film de las salas de cine y la reeditara en un intento de salvar el honor (un caso parecido al de Stanley Kubrick y El resplandor [The Shining, 1980]), esta versión reeditada fue la que se estrenó en Europa. Pero el director de Defensa (Deliverance, 1972) poco pudo hacer, la película siguió siendo ridiculizada.

Personalmente he de decir que a mí el film se me hizo bastante entretenido y divertido. Alucinógeno y excesivo, puedo entender que al público de finales de los 70 le pareciera que era demasiado exagerado como para tomárselo en serio. Habiendo visto solo la versión europea, me pareció una película malibuena. Aunque tal vez el hecho de que Linda Blair se pasara el film llevando camisetas y sin llevar sujetador contribuyera a mi disfrute del film. Además, siempre me han encantado las actuaciones tan intensas y sentidas que parece que el actor esté mentalmente perturbado, como la interpretación que nos regala Richard Burton en este film.

(Y no me digáis que no os entran ganas de ver la peli tras ver el ya delirante tráiler)



Aunque, como he dicho al principio, la segunda parte dio dinero, la reacción del público y la crítica hizo que se aparcara la idea de hacer más entregas. Pero el tiempo pasó, el bastante como para olvidar lo que había pasado y poner en marcha otra secuela más de El exorcista.

El exorcista III (The Exorcist III, William Peter Blatty, 1990) es una fantástica cinta de terror. Al contrario que con la segunda parte, disfruto este film por su calidad. Considero que es un film que no recibe el aprecio que se merece, por eso le dediqué hace tiempo un artículo que me gustaría que leyerais aquí. Simplemente añadir que en este film Blatty, guionista y productor de El exorcista y autor de la novela en que se basó, adapta su novela Legión, publicada originalmente en 1983 (imagino que, tras ver El hereje, Blatty quiso tener una secuela de su historia que fuera más buena), creando en el proceso un film realmente inquietante.



A pesar de su calidad, El exorcista III no funcionó demasiado bien en taquilla, así que, de nuevo, se aparcó la idea de hacer más entregas. Esto es hasta que en el año 2000 se estrenó la versión restaurada y extendida de El exorcista en cines, con gran éxito. Este éxito hizo que se planteara la posibilidad de una precuela que explorara el primer enfrentamiento del padre Merrin con el diablo (territorio ya explorado en El hereje). Morgan Creek contrató al guionista William Wisher y al novelista Caleb Carr para que escribieran el guion y a Paul Schrader para que la dirigiera.

Cuando Schrader presentó la película, el estudio quedó muy insatisfecho. Temiendo que fuera un fracaso de taquilla, el estudio pidió toda una serie de cambios que el director se negó a hacer. El resultado del conflicto ya lo sabéis: Schrader despedido y la película guardada en una estantería. El estudio contrató entonces a Renny Harlin (nótese el cambio de aspiraciones) para que en un tiempo récord volviera a filmar el guion convenientemente reescrito (por el televisivo Alexi Hawley) y atendiendo a sus peticiones.

El exorcista: El comienzo (Exorcist: The Beginning, Renny Harlin) se estrenó en el 2004 y fue un fracaso de crítica y público. Las reacciones negativas fueron tales que en el 2005, en un ejercicio de cinismo que solo se puede encontrar en los grandes estudios de Hollywood, el estudio buscó la forma de obtener algún beneficio con la edición en DVD de El exorcista: El comienzo. La versión prohibida (Dominion: Prequel to the Exorcist, Paul Schrader).

Esta maniobra nos dio a los aficionados la oportunidad de ver la misma historia en dos películas completamente distintas, filmadas de formas completamente distintas por directores completamente distintos. Compararlas ambas es un ejercicio que me parece muy interesante. Nos encontramos, sin embargo, el mismo problema en ambas: debido a que Dominion no pasó a posproducción y que El comienzo fue hecha de forma apresurada y urgente para ponerla en las salas de cine en la fecha indicada, los efectos especiales en ambas son bastante malos. Lo interesante de esto es que, como Dominion se basa más en el terror psicológico y no se apoya tanto en los efectos, sus carencias en este aspecto no son tan llamativas; El comienzo pretende impactar de forma más explícita al espectador, de modo que sus carencias en este aspecto sí se hacen mucho más llamativas.

Las diferencias en el acercamiento al material quedan perfectamente ejemplificadas en las respectivas secuencias usadas de prólogo en cada film. Dominion se abre a finales de la Segunda Guerra Mundial, en Holanda. El padre Merrin (Stellan Skarsgård) intenta salvar a su parroquia, pero la intervención de un soldado nazi lo pone en una situación dramática: o el padre ofrece diez personas para ser ejecutadas o los soldados matarán a todo el pueblo. Es una escena impactante que resulta psicológicamente traumática para el protagonista y resonará a lo largo del film. La actitud inicial de Merrin ante lo que sucede luego en África tiene su explicación en este prólogo. El comienzo opta, sin embargo, por impresionar al espectador con una secuencia que nos muestra el final de una sangrienta batalla en un lugar que se supone maldito. Pero, como decía antes, la escasa calidad de los efectos especiales hace que la escena pierda todo su impacto.

Otro cambio muy llamativo es el reparto. Skarsgård es el protagonista en ambos filmes y algunos actores en papeles secundarios también repiten, pero el principal personaje femenino cambia de un film a otro. En el de Schrader, Clara Bellar interpreta a Rachel Lesno, superviviente de un campo de concentración que es la doctora que atiende a los indígenas de la zona. En el film de Harlin, este papel lo interpreta Izabella Scorupco y el personaje se llama ahora Sarah. La razón de este cambio radica en que Bellar, a pesar de ser una buena actriz, no le pareció a Harlin que era lo suficientemente atractiva (en el audiocomentario dice que los espectadores "prefieren mirar una cara bonita") y decidió poner a la exmodelo Scorupco en su lugar. Scorupco no es que sea una mala actriz, pero la complejidad del personaje le queda bastante grande y no resulta creíble. Este cambio creo que ejemplifica la actitud más superficial de Harlin.

Además de incidir más en impactar al espectador visualmente, El comienzo está lleno de referencias a El Exorcista, en cambio Dominion no hace ninguna referencia explícita a ningún film, excepto en un único momento clave. En otras palabras, El comienzo se esfuerza en complacer a los fans y darles lo que, supuestamente, quieren, mientras que Dominion se centra en explicar su propia historia, como si fuera un film independiente. Estos diferentes enfoques se hacen evidentes en el tramo final: mientras Schrader intenta sorprender al espectador yendo en una dirección opuesta a la esperada; en el film de Harlin el maquillaje de la poseída es una réplica del que llevaba Blair en El Exorcista e intenta crear un espectacular exorcismo que resulta francamente ridículo, como sucedía en El hereje.

Creo que resulta evidente que me parece que Dominion es un film superior a El comienzo. Y viéndolas ambas seguidas (y hay que estar un poco enfermo para querer hacerlo), esta superioridad es más evidente. Aunque no negaré que El comienzo me divierte desde una perspectiva malibuena, Dominion es un film interesante que intenta ir más allá de su función como precuela.

Dominion se esfuerza en involucrarnos en la historia que cuenta, introduciendo interesantes temas filosóficos, además de procurar inquietarnos. El comienzo intenta por todos los medios complacer al espectador y darle al fan del cine de terror lo que quiere, el problema es que en su intento por complacer recurre a trucos baratos y pierde toda su personalidad.

En definitiva, la saga de El exorcista es bastante irregular. Pero no por ello deja de ser bastante interesante y os recomiendo verlas si no lo habéis hecho. ¡El poder del Cinéfago os obliga!



3 ene 2014

Joe Leland contra John McClane

 
¿Quién demonios es Joe Leland? Leland es el protagonista de la novela de Roderick Thorp Nothing Lasts Forever en la que se basó la clásica La jungla de cristal (Die Hard, John McTiernan, 1988), en la cual Leland se transformaría en John McClane. Con este artículo me gustaría expandir y tratar algunos temas que tuve que eliminar de mi artículo sobre la saga La jungla de cristal para que no quedase demasiado largo.

Los más listos de la clase pensarán que se trata de una comparativa de novela versus adaptación cinematográfica, pero se equivocan. Obviamente hablaré de las diferencias entre ambas obras, pero no se trata de ver cuál de las dos es mejor, sino más bien ver qué las hace diferentes.

Las diferencias más interesantes para mí son las que tienen que ver con tono y temas tratados, unas diferencias que sirven para reflejar las distintas épocas en que fueron creadas novela y película. Pero lo que llama la atención a primera vista son las diferencias entre los personajes: Leland es un policía retirado (que más o menos tiene la edad que tiene ahora Bruce Willis) que va a visitar a su hija, Stephanie, a la fiesta de navidad que organiza Klaxon Oil, compañía petrolífera en la que trabaja su hija, en su rascacielos; McClane es un policía relativamente joven que va a ver a su mujer a Los Ángeles con la esperanza de arreglar las cosas entre ellos aprovechando las fiestas.

Pero, como decía, las diferencias que me interesan no son estas diferencias más obvias. Lo que me llamó la atención a la hora de leer Nothing Lasts Forever tras haber visto muchas veces La jungla de cristal, es el tono más serio de la novela. La novela es seria, oscura y culmina en un final nihilista que recuerda al estilo Snake Plissken de arreglar las cosas. Leland se enfrenta a los terroristas que han tomado posesión del edificio con la voluntad de rescatar a su hija, pero en el proceso empieza a juzgar también las políticas empresariales de Klaxon Oil. Leland se ve atrapado entre dos frentes: los terroristas y los poderes que lo quieren fuera del edificio, más preocupados por salvar sus intereses económicos que a los rehenes.

El tono oscuro de la novela resulta inesperado además porque en la contracubierta del libro se vende como una versión literaria de La jungla de cristal con el mismo tono de acción y aventura. Además en el interior, cuando se habla de otras novelas del autor, se indica erróneamente que The Detective es una precuela de Nothing Lasts Forever cuando en realidad Nothing es una continuación de The Detective (en el sentido de que están protagonizadas por el mismo personaje).

Otro de los aspectos que me llamó la atención es que Leland no mata con la alegría que lo hace John McClane. Es una situación de vida o muerte, así que Leland es consciente de que ha de eliminar a los terroristas si quiere salvar a su hija, pero el hecho de acabar con la vida de un ser humano le pesa y hace que se pregunte hasta que punto es diferente de los asesinos a los que se enfrenta. Lo cual es un fuerte contraste con la forma desenfadada en la que McClane despacha a los terroristas, soltando el ocasional one liner.

Publicada originalmente en 1979, Nothing Lasts Forever resume el sentimiento cínico y nihilista que abundaba en los 70 en Estados Unidos, provocado por la desconfianza del ciudadano hacia su gobierno. Esto es algo que también hace La jungla de cristal pero con el amor por el exceso de los 80. Resulta simbólico que en el film los terroristas finjan tener una ideología revolucionaria de cara a la policía pero en realidad estén interesados simplemente en robar montañas de dinero. Una pasión por lo materialista que reinó en los 80 y cuyas consecuencias sufrimos todos hoy día.

Dejando de lado las diferencias de tono y los cambios hechos al protagonista, lo cierto es que la película es bastante fiel a la novela, trasladando a la pantalla los momentos más impactantes como el ataque del helicóptero. Pero resulta interesante como tener tonos diferentes hace que la novela y la película resulten tan distintas aunque los hechos que narran sean más o menos los mismos.

En todo caso, a los que desconozcan esta novela les recomiendo su lectura.


29 nov 2013

Battle Royale vs. Los juegos del hambre

 
Antes de empezar me gustaría aclarar que no soy de esos desinformados que aseguran que Los juegos del hambre de Suzanne Collins es un plagio de Battle Royale de Koushun Takami. Habiendo leído ambas novelas y visto las películas que han originado, no veo ninguna base para esa afirmación. Por supuesto, ambas tienen cosas en común, igual que tienen en común cosas dos películas/novelas que pertenezcan al mismo género. Personalmente, puedo encontrar más puntos de contacto entre Los juegos del hambre y La carrera de la muerte del año 2000 (Death Race 2000, Paul Bartel, 1975) o Rollerball ¿Un futuro próximo? (Rollerball, Norman Jewison, 1975) que con Battle Royale. Cierto, en ambas los protagonistas son jóvenes, pero eso tampoco es algo que inventara Battle Royale, sino que ya lo encontramos, por ejemplo, en la novela La larga marcha de Stephen King, publicada originalmente en 1978. Además, teniendo en cuenta que Collins trabaja principalmente dentro de las novelas para jóvenes adultos, es bastante natural que hiciera que su protagonista fuera una adolescente.

En realidad, todas estas historias de futuros distópicos en los que se crean juegos mortales se podría decir que no son más que historias de gladiadores romanos ambientadas en el futuro. Así, una película peplum como The Arena (Steve Carver, 1974), una genial exploitation, guarda también ciertas semejanzas temáticas con los títulos mencionados antes. De hecho, Collins incluye en su trilogía diversas referencias al decadente Imperio Romano. Eso sin olvidar, claro, el gran e inspirador clásico El malvado Zaroff (The Most Dangerous Game, Irving Pichel, Ernest B. Schoedsack, 1932), que también generaría versiones futuristas y distópicas como El imperio de la muerte (Turkey Shoot, Brian Trenchard Smith, 1981).

Por tanto, una vez aclarado que tildar Los juegos del hambre de plagio de Battle Royale demuestra cierto desconocimiento del género, ¿qué sentido tiene enfrentarlos? Bueno, la razón de este artículo es que ambos son grandes ejemplos modernos del género y he disfrutado enormemente con ambos.

Si leéis el artículo que dediqué a todo aquello Battle Royale, de la novela que lo originó todo a la película de Kinji Fukasaku que inspiró, pasando por el manga y las secuelas (este artículo); sabréis que soy muy muy fan de la historia creada por Takami. Por tanto, no esperéis que la trilogía Los juegos del hambre salga vencedora, pero tampoco como una total perdedora. La razón por la que prefiero la novela de Takami antes que la de Collins, y la película de Fukasaku antes que la de Gary Ross está más relacionada con mis gustos personales que con su calidad objetiva.
Battle Royale es épica, ultraviolenta, visceral, salvaje, adictiva. Battle Royale es punk, es como los Ramones a todo volumen. La primera novela de Los juegos del hambre es más aventura y acción, bien construida y muy absorbente. Los juegos del hambre es, siguiendo el símil musical, como el álbum blanco de los Beatles: sigue una línea pop más cuidada aunque tiene sus toques subversivos y roqueros.

Como veréis no he entrado en el mensaje y el subtexto, porque ambas novelas hacen un buen trabajo en transmitirlo sin que entorpezca la narrativa. También hay que mencionar que es complicado comparar una novela con una trilogía. De todos modos, aunque disfruté muchísimo con la lectura de En llamas y Sinsajo, me sigue gustando más la épica de Takami.

En cuanto a las películas, no hay discusión. He visto tropecientas veces la versión cinematográfica de Battle Royale (Batoru rowaiaru, 2000) y otras tropecientas el montaje del director, Los juegos del hambre (The Hunger Games, 2012) tiene poco que hacer, aunque el film de Ross me gusta, Battle Royale me apasiona. Dicho esto, está claro que Los juegos del hambre: En llamas (The Hunger Games: Catching Fire, Francis Lawrence, 2013) es mucho mejor que Battle Royale 2: Réquiem (Batoru rowaiaru II: Chinkonka, Kenta Fukasaku, Kinji Fukasaku, 2003).
Por tanto, para mí Battle Royale gana, pero Los juegos del hambre se queda muy cerca de empatar. Pero, para vosotros, ¿quién gana?





18 nov 2013

Juez Dredd vs. Dredd


Enfrentar Juez Dredd (Judge Dredd, Danny Cannon, 1995) con Dredd (Pete Travis, 2012) es como enfrentar a un gato con una apisonadora: no hay muchas dudas sobre quién saldrá vencedor. Pero creo que puede servir para diferenciar una buena adaptación de cómic de una mala.

Antes que nada también me gustaría clarificar algo: una mala adaptación no significa necesariamente que la película resultante sea mala. Batman vuelve (Batman Returns, Tim Burton, 1992) ignora por completo la naturaleza y los orígenes de Catwoman y el Pingüino del cómic, así como crea su propio batuniverso sin tener muy en cuenta el cómic, pero a pesar de ello Batman vuelve es, creo yo, una buena película por méritos propios.

Ante una adaptación de cómic que no se basa en una novela gráfica o una miniserie, sino que traslada a la gran pantalla las aventuras de un personaje con una larga trayectoria, lo importante, para mí, es que se respete la esencia del personaje. Por ejemplo, si el personaje en el cómic lleva un traje verde claro pero en la película le ponen un traje verde oscuro o granate o lo que sea, pues me da igual. Que se respete la naturaleza psicológica del personaje, su manera de ver las situaciones y como se enfrenta a ellas, su filosofía de vida: eso para mí es lo importante.

Juez Dredd es una mala adaptación porque ignora por completo el personaje en que se basa. Puede que en la actualidad, para apaciguar a sus nuevos geek fans, Sylvester Stallone se llene la boca diciendo que él quería ser más fiel al cómic y no quitarse el casco, pero que el estudio insistía y demás cosas que, sinceramente, me suenan a caca de la vaca, como diría Sócrates. Pero lo cierto es que Stallone no iba a participar en un film donde no se le viera la cara. Al fin y al cabo, él era la estrella. El estudio ya había perdido a Arnold Schwarzenegger que también se había negado a salir en un film en el que no se le viera la cara, así que cedió fácilmente a las exigencias de Stallone.

Pero, ¿es realmente el problema que en el film de Cannon Dredd se quite el casco? No, si por lo menos hubieran mantenido la psicología del personaje. Para los que no lo sepan, el Juez Dredd en los cómics nunca se ha quitado el casco que cubre su cabeza. O más bien, nunca se le ha visto el rostro en los cómics, pero se sabe que lo tiene horriblemente desfigurado. Por supuesto, en el film, el rostro de Stallone es "perfecto". Pero, como ya he dicho, ese no es el problema real.

Juez Dredd nació en las páginas de la veterana revista británica de cómics de ciencia ficción 2000 A. D., creado por John Wagner y Carlos Ezquerra como una sátira de los policías expeditivos a lo Harry, el sucio. Las aventuras del Juez Dredd contienen grandes dosis de sátira, humor negro e ironía. El problema real al que me refería es que todo esto es completamente ignorado por la película, convirtiendo al Juez Dredd en el mismo tipo de personaje que satirizaba en los cómics: un poli duro que en realidad es un buen tío y para cuando termine la película se habrá convertido en un ser humano completo y redimido, una trama impuesta por el propio Stallone.

Como es típico de este tipo de producciones hollywoodienses, el guion pasó por muchas manos. Imagino que empezó realmente siendo más fiel al cómic pero poco a poco se fue convirtiendo en un producto más digerible para el gran público. Pero si uno está atento, puede vislumbrar aquí y allá detalles de lo que seguramente fue escrito en primeros borradores y nadie se dio cuenta de que no encajaba con lo que estaban haciendo en el momento de rodar.

Juez Dredd acaba siendo otra típica buddy movie americana, un género que agonizaba en los 90 y del cual el mismo Stallone protagonizó uno de los últimos títulos realmente entretenidos que se hicieron antes de entrar en decadencia (tanto Stallone como el género): Tango y Cash (Tango & Cash, Andrey Konchalovskiy, Albert Mangoli, 1989), en la cual al Juez Dredd lo acompaña un secundario "gracioso" (el "hilarante" Rob Schneider), ignorando completamente que se trata de un film supuestamente futurista.

Porque está claro que si Juez Dredd es una mala película no es porque sea una mala adaptación, sino por su guion lleno de tópicos, aburrido, predecible; que incluye, por supuesto, un final feliz en el que se "arregla" la sociedad y el mundo. Y lo peor para mí, el mayor pecado que comete esta película, es que desperdicia unos escenarios espectaculares, unos fantásticos efectos especiales y un diseño de producción magnífico gracias a su holgado presupuesto. Solo de pensar lo que habría hecho Paul Verhoeven al frente de esta película y parece aún peor.

¿Por qué Dredd es infinitamente mejor que Juez Dredd? Como adaptación es mejor porque respeta completamente el personaje en se basa el film y su universo. Hay que mencionar que Juez Dredd fue una producción americana, así que una de las primeras cosas que hizo, obviamente, fue americanizar al Juez Dredd. Pero Dredd, aunque cuenta con inversiones internacionales, es una producción británica artísticamente hablando, en la que los creadores del personaje se implicaron en tareas de supervisión, así que mantener el tono y el estilo que aparece en los cómics surge de forma natural.

También hay que señalar un detalle en el que no me fijé hasta que leí una crítica de Vern. Mientras que en Juez Dredd se sigue el típico argumento de "hay que salvar el mundo" tan habitual en las películas americanas de este tipo, lo genial de Dredd es que nos presenta un día más en la vida del Juez Dredd, un día normal para Dredd. 

Otro factor que hace que Dredd resulte superior es su actor protagonista. Karl Urban es un buen actor que además resulta ser todo un geek, y deja de lado cualquier ego para transformarse en Dredd. No solo por el hecho de que no se quite el casco, también por sus movimientos, su voz, su manera de actuar. Urban es Dredd.

Dredd, además de ser una muy buena adaptación del personaje, por fortuna resulta ser también una muy buena película. El guion de Alex Garland nos presenta una historia propia del universo en el que vive Dredd, que incluye la carga de sátira y humor negro que nos encontramos en el cómic. El director Pete Travis, a pesar de contar con un presupuesto ajustado, consigue dar vida al mundo distópico en el que viven los personajes.

Finalmente, lo mejor que se me ocurre decir sobre Dredd es que al escribir sobre ella me han entrado ganas de verla otra vez. Y creo que lo haré ahora.




26 jul 2013

Versión original versus doblaje

Este artículo tiene su origen en el encendido comentario que el lector QVLPDSPM dejó en mi crítica de Adventureland (Greg Mottola, 2009). Este encendido comentario tenía su origen, en parte, en otro comentario dejado por el mismo lector en el artículo que hice sobre El hombre lobo (The Wolfman, Joe Johnston, 2010) y que fue provocado por este fragmento:

"Eso sin mencionar un reparto lleno de talento, Benicio Del Toro, Anthony Hopkins, Emily Blunt y Hugo Weaving; que ofrece fantásticas interpretaciones y que hace que verla doblada sea estúpido."
QVLPDSPM interpretó que yo decía que la gente que ve películas dobladas es estúpida, cuando no estaba más lejos de mi intención hacerlo. Tal vez sea culpa mía por no expresarme mejor, pero lo único que quería decir (y ya se lo dije en respuesta a sus comentarios) es que teniendo en cuenta el talento de los actores que trabajaban en la película me parecía una estupidez perderse tanto talento junto en pantalla (Hugo Weaving tiene una particular voz que resulta muy efectiva interpretando personajes amenazadores, Benicio Del Toro siempre juega con las voces de sus personajes).
Este artículo es para dejar de una vez por todas claro lo que creo sobre el doblaje y la versión original, ya que tampoco es la primera vez que este tema sale a discusión.

Antes de saltar a los comentarios, pido por favor a la gente partidaria del doblaje se lea todo el artículo hasta el final. Gracias. 
El doblaje es una alteración de la obra original. Eso no quiere decir que el doblaje destroce una película a la fuerza (aunque hay ocasiones en que ha pasado) o que la mejore (que también ha pasado). Quiero decir que una película doblada es diferente de una película en versión original. Cuando una película se dobla, se altera. A veces se eliminan frases que se consideran innecesarias, se cambian chistes, se cambian alusiones, se cambian interpretaciones. Comparad la interpretación que hace Sofia Coppola en El padrino. Parte III (The Godfather: Part III, Francis Ford Coppola, 1990) en la VOS con la versión doblada. La actriz que doblaba a Coppola era mucho mejor que la propia Coppola, así que su interpretación y efecto en la película es distinto dependiendo de que versión veas. Luego hay actores como William Shatner y Jerry Stiller que tienen un ritmo y una forma de hablar muy peculiar que se pierde en el doblaje. También recomiendo siempre ver las comedias en VOS porque son las que normalmente más se alteran (así, la exclamación "por el poder de Greyskull" es sustituida en la versión doblada de Arma fatal [Hot Fuzz, Edgar Wright, 2007] por "por el mismísimo Terminator", que no tiene el mismo peso y pierde el guiño pop a los que crecimos con He-Man, por no mencionar la pobre interpretación del doblador comparada con la de Nick Frost).

Por tanto, ya sea para mejor o peor, el doblaje cambia una película.

Ahora, cada cual es libre de ver el cine como le dé la real gana y como más le guste, no está obligado a nada (aunque muchas veces no se estrenan copias en VOS de algunas películas y te obligan a verla doblada en el cine y viceversa). Si vas a hacer una crítica o un comentario, me parece que es recomendable ver la película en VOS para ofrecer un juicio más sólido sobre las interpretaciones de la película en cuestión, en ocasiones comparar ambas versiones puede resultar muy ilustrativo. Pero, de nuevo, es solo una recomendación: nadie está obligado a hacerlo ni es menos que otro si no lo hace.

Yo solo veo cine en VOS. Me acostumbré a hacerlo desde muy joven (desde los 12 años, más o menos) y es la manera en que más disfruto de una película (o serie). Es mi manera de disfrutar de este arte. Mientras yo pueda seguir haciéndolo, me da igual lo que hagan los demás. Si te gusta ver el cine "doblado" eres libre de hacerlo (aunque no me digas que es lo mismo, como decía antes, para bien o para mal, no lo es. De la misma manera que el Help (Ayúdame) de Tony Ronald no es el mismo que el Help de los Beatles, aunque la música sí lo sea). Nadie está obligado a nada y toda la gente de buen gusto piensa que los esnobs que sí lo creen son unos pazguatos y unos mentecatos.

Y es todo lo que tengo que decir al respecto.

22 jul 2013

The Purge: La noche de las bestias versus El retorno de los arcontes


Este artículo no pretende de ningún modo insinuar o asegurar que James DeMonaco plagiara o copiara El retorno de los arcontes (The Return of the Archons, Joseph Pevney, 1967) en su película The Purge: La noche de las bestias (The Purge, 2013). DeMonaco ha comentado que este episodio de Star Trek fue una de muchas influencias. Ambos comparten una premisa: la libertad para cometer crímenes durante un período de tiempo limitado pero son bastante diferentes. Lo que me propongo es compararlos para ver por qué esa premisa funciona en El retorno de los arcontes y en The Purge, desde mi punto de vista, no.

El primer error que, creo, comete The Purge es situar la historia en un momento cercano a nosotros. Es decir, se me hace difícil de creer que en 10 años se aprobara la ley de la purga. Es un error porque la idea funciona mejor como relato alegórico, es decir, que sería mejor que no se fechara ni situara exactamente la acción en un momento concreto. Más que nada porque no se explora que tipo de sociedad apoya semejante ley y es un poco inverosímil (tal y como aparece retratado en el film) que en un espacio tan corto de tiempo todo el mundo se vuelva un entusiasta asesino. Algo tan simple como no poner una fecha a la acción contribuye a que The Purge pueda ser vista como una alegoría y transmitir mejor su contenido crítico. Algo parecido a como en El planeta de los simios (Planet of the Apes, Franklin J. Schaffner, 1968) critican nuestra sociedad a través de la sociedad de los simios.

En cambio, El retorno de los arcontes, episodio 21 de la primera temporada de Star Trek (c. Gene Roddenberry, 1966-1969), está situado en un planeta extraterrestre al cual llega la nave Enterprise para investigar la desaparición de una de sus naves. Al crear una sociedad extraterrestre, se puede crear una alegoría bastante efectiva sobre los abusos de poder, el fanatismo religioso y las dictaduras sin que ello afecte a que cuenta una aventura espacial cargada de acción.

Con apenas 50 minutos de duración, El retorno de los arcontes introduce muchos más conceptos e ideas que The Purge en 85. El film de DeMonaco desperdicia la idea central en una típica película de asedio, en la cual no se aprovecha ni que está ambientada en el futuro ni el tipo de sociedad en que viven los protagonistas. No solo eso, comete también el que para mí es el pecado más grave: intentar aleccionar al espectador. Decir al espectador de lo que trata la película en lugar de ser el espectador el que capte las ideas a través de la narrativa es la marca del narrador mediocre. Algo que no hace El retorno de los arcontes, que permite que sea el espectador interesado el que capte las referencias a la Alemania nazi y el fanatismo religioso.

The Purge tiene un principio muy prometedor e interesante, pero luego pierde gas y cae en la mediocridad. El retorno de los arcontes tiene un inicio desconcertante que despierta el interés y a partir de ahí no da tregua al espectador, siendo uno de los episodios mas memorables de la serie, para mi gusto.


12 jul 2013

Rocky IV versus Rocky V


Normalmente los enfrentamientos que hago es para ver quién es el mejor. En este caso es para ver cuál es peor: ¿Rocky IV (Sylvester Stallone, 1985) o Rocky V (John G. Avildsen, 1990)?

Yo fui el primer sorprendido de que me gustara Rocky (John G. Avildsen, 1976). No he sido nunca muy aficionado a los dramas deportivos, especialmente si son sobre deportes como el béisbol o el rugby en los que no tengo ni la más mínima idea de las reglas ni de lo que pasa en el campo. Y especialmente si tratan sobre boxeo, ya que no considero que dos personas dándose mamporrazos pueda considerarse un deporte. Pero la vida está llena de excepciones: Toro salvaje  (Raging Bull, Martin Scorsese, 1980) me parece un clasicazo de tomo y lomo, Rocky me gustó mucho.

La segunda y tercera entregas de Rocky también me gustaron, ya que mostraban de forma natural la evolución del personaje. Algo que no sucede en la cuarta y la quinta entrega, pero que la sexta supo continuar de forma magistral.

Rocky IV es casi pura propaganda, explotando la guerra fría entre EUA y lo que entonces era la URSS. Apenas hay desarrollo dramático, casi toda la película está dedicada a montajes de los personajes entrenando. Sin embargo, la jugada le funcionó a Stallone, la película fue un éxito (de taquilla). Cuando intentó repetir la jugada con John Rambo en Rambo III (Peter McDonald, 1988), sin embargo, las cosas no le fueron tan bien y la película fue un fracaso de taquilla en EUA.

Rocky V fue un fracaso de taquilla, también artístico pero parece que es el económico el que hace más daño. En esta entrega se intentó volver a los orígenes pero acaba convirtiendo a Rocky en un broncas callejero. El hecho de que la pelea final tenga lugar en la calle en lugar de en el ring, le resta honor y validez. Parece ser que el mensaje de la película sea que las cosas se arreglan a guantazos.

Ambas son películas bastante malas. No tendría ninguna de las dos en casa de no ser que venían incluidas en el pack que reunía toda la saga Rocky en Blu-ray. Pero, a la hora de decidir cuál es peor de las dos, me inclino por Rocky V. La razón es que Rocky IV es mala pero te ríes al verla (por lo menos yo) debido al glorioso toque ochentero, el estilo desproporcionadamente hortera que adorna cada fotograma de la película, sin olvidarnos de Brigitte Nielsen que le da un toque 3D al film nada despreciable. En fin, esta cuarta parte es tan ridícula que me hace gracia. En cambio, con la quinta entrega ni siquiera me rio, así que eso la hace peor.


14 jun 2013

Halloween versus Viernes 13


Este enfrentamiento sí que me ha resultado difícil: soy muy fan de la saga Viernes 13 pero John Carpenter es uno de mis directores favoritos. Así que he decidido enfrentar las dos sagas por fases. De paso, nos hacemos eco de las estupendas noticias que han aparecido para los fans de Michael Myers y Jason Voorhees: Anchor Bay ha anunciado una edición 35º aniversario en Blu-ray de La noche de Halloween (Halloween, John Carpenter, 1978), que contará con un nuevo audiocomentario a cargo de Carpenter y Jamie Lee Curtis, cuyo transfer está siendo supervisado por el director de fotografía de este clásico, Dean Cundey, lo que garantiza que veremos Halloween como nunca antes lo habíamos visto; el documental de 7 horas sobre la saga Viernes 13 Crystal Lake Memories, basado en el libro homónimo, será editado en Blu-ray de región libre este verano, Warner ya ha anunciado que este octubre se editará la saga completa en Blu-ray juntando todas las películas de la franquicia por primera vez y, a raíz de un reciente acuerdo entre Warner y Paramount, muy pronto nuevas películas de Viernes 13 llenarán las pantallas de sangre (que os digo ya que esto me emocionó muchísimo más que el anuncio de las nuevas películas de la saga Star Wars aunque signifique que la cronología que hice sobre Viernes 13 quede obsoleta).

ROUND 1: LA NOCHE DE HALLOWEEN VERSUS VIERNES 13

Si enfrentamos estos dos filmes, creo que el resultado es bastante obvio: gana La noche de Halloween a Viernes 13 (Friday the 3th, Sean Cunningham, 1980) en casi todos los aspectos. La dirección de Carpenter es muy superior a las habilidades Cunningham como director. Carpenter mueve la cámara con una elegancia que no encontramos en el film de Cunningham, las interpretaciones son mejores en Halloween, así como la música, la edición, el guion y la fotografía.

Lo único que destaca en Viernes 13 son los efectos especiales de Tom Savini, ya que fue la herramienta que usaron para vender el film y ser algo más que una simple copia de Halloween pero ambientada en el bosque. Cierto, el estilo más crudo de filmar se adecua bastante bien a la historia contada alrededor de una fogata que es Viernes 13, pero Halloween es básicamente una historia sobre el hombre del saco y se filmó con grandes dosis de estilo.

Por tanto, este round lo gana La noche de Halloween.

ROUND 2: LAS SECUELAS

Aquí, para mí, tampoco hay mucha discusión. Con la excepción de Halloween III: El día de la bruja (Halloween III: Season of the Witch, Tommy Lee Wallace, 1982), que no tiene nada que ver con Michael Myers y es una efectiva película de terror paranoide, el resto de secuelas que se han rodado del film de Carpenter son infumables, aburridas y, las últimas, muy ridículas y poca cosa. Algo que no se puede decir de las secuelas de Viernes 13, algunas de las cuales superan la original. De hecho, la peor película de la saga Viernes 13, que para mí es Viernes 13 VIII: Jason toma Manhattan (Friday the 13th Part VIII: Jason Takes Manhattan, Rob Hedden, 1989), es mucho mejor que cualquiera de las secuelas de la saga Halloween (de nuevo, no cuento la tercera parte porque no trata sobre Michael Myers y es un film independiente), que empezaron a caer en el ridículo mezclando a Michael Myers con sectas druídicas y maldiciones para luego ignorarlo todo en los dos últimos filmes de la saga original.

Este round es para Viernes 13.

ROUND 3: LOS REMAKES

Es posible que muchos penséis, tras haber leído el post que hice sobre el remake de Halloween que dirigió Rob Zombie, que voy a dar como ganador de nuevo a Viernes 13. Zombie tomo la "brillante" decisión de convertir Michael Myers en un humano, un psicópata normal y corriente, y lo mató al final de su película. Tras el estreno de Halloween, el origen (Halloween, 2007), Zombie aseguró que no se iban a hacer secuelas porque era una película con un principio, un medio y un muy claro final: Michael Myers es humano y al final del film está muerto. ¿Y que pasó al cabo de un par de años? Halloween II (Rob Zombie, 2009), una secuela que demuestra la verdad del dicho no digas que de este agua no beberé. Para llevarla a cabo, Zombie tuvo que rehacer el final de su versión de Halloween e introducir elementos sobrenaturales en la trama.

A pesar de que no es un film perfecto y tiene sus problemas, la verdad es que esta segunda entrega sí que me gustó (a veces la veo después de ver la película de Carpenter). Por lo menos, es (mucho) mejor que la primera entrega que dirigió Zombie.

Por otro lado, Viernes 13 (Friday the 13th, Marcus Nispel, 2009) no era exactamente un remake sino una especie de "grandes éxitos" de la saga, dando como resultado un film bastante divertido y que funciona como un añadido más. Ahora se han anunciado nuevas entregas y todavía falta mucho hasta que sepamos si son mejores o peores que el moderno Viernes 13.

Teniendo todo esto en cuenta, en este round empatan Halloween y Viernes 13.

ROUND 4: MICHAEL MYERS VERSUS JASON VOORHEES

Aquí se decide todo.

A primera vista, son dos personajes bastante parecidos: silenciosas máquinas de matar enmascaradas. Son parecidos, claro, porque Michael Myers es, en cierta forma, el "padre" de Jason Voorhees. De todos modos, creo que Jason Voorhees tiene un carisma del que carece Michael Myers.

En el primer film, Michael Myers es una figura que inspira miedo, pero en el resto de películas simplemente está ahí. Cuanto más sabemos de él, menos miedo inspira y, al final, no es más que un ser (un humano normal y corriente si os quedáis con la primera versión de Zombie) enmascarado que mata usando cuchillos y otras herramientas similares, no muy diferente de otros cientos de psicópatas enmascarados.

Jason Voorhees, en cambio, es un caso especial. Aparece realmente en el segundo film de la saga, obtiene la máscara que significa su look definitivo en la tercera entrega... Es decir, evoluciona a lo largo de varias películas. A pesar de ello, su esencia sigue siendo la misma. No importa que cambios quieran hacer, Jason Voorhees sigue siendo la misma máquina de matar. No pierde misterio ya que su efectividad no se basaba en ello.

Y, qué demonios, soy fan de Viernes 13, así que gana ¡Jason Voorhees!

GANA POR PUNTOS: LA SAGA VIERNES 13


7 jun 2013

Spaced versus The Big Bang Theory



Gana Spaced. De calle.

Cuando se estrenó The Big Bang Theory le di una oportunidad. Vi el episodio piloto, pero no me hizo gracia, así que me olvidé de ella. Pero luego varias personas me insistían en lo divertidísima que era, que tenía que verla, que me haría especial gracia porque todos eran unos friquis... En fin, como en un par de canales dan montones de episodios de Big Bang seguidos le di varias oportunidades. Pero esta serie no me hace gracia. No me hace gracia porque no me parece divertida, sus argumentos son predecibles y sus chistes (por lo menos en la VO) son muy malos.

Además de que me parece una serie falsa. Para mí el problema no es que se haga comedia sobre el mundo fandom (es un mundo que se presta a la comedia y la parodia), es que tengo la sensación de que se hace desde fuera, de que son las mismas burlas que he visto en cientos de películas y series un millón de veces. En cierto modo es como si alguien con sobrepeso se pusiera a ver una serie en la que unos actores maquillados para parecer gordos que dedican a hacer chistes de gordos.

Spaced, en cambio, es una serie honesta. Y muy, muy divertida. Honesta en el sentido de que los chistes que se hacen a costa del friquismo de los personajes está hecho por personas que entienden (y pertenecen a) el fandom. Las referencias son parte integral de la serie porque nos hace ver el mundo a través de los ojos de sus protagonistas, no resultan gratuitas. No dicen: "mira, les gusta Star Trek, ¡qué friquis son!".

Y, repito, Spaced es una serie muy, muy divertida. Además de original y diferente, no se dedica a reciclar argumentos típicos de sit-com pero con protagonistas jóvenes. Supongo que también es significativo que ninguna de las personas que me ha recomendado la serie es una fan como yo de la cultura pop, el cine y los cómics.

Por tanto, si os va el humor tópico, sin gracia ninguna, disfrutad de Big Bang. Si preferís una comedia británica genial, rompedora de esquemas que provoca carcajadas, quedaos con Spaced.

Ahora que lo pienso, podría haber hecho también un Community versus The Big Bang Theory.

Y gana Community. De calle.

Como creo que no hay discusión posible (¿qué pobre alma atormentada puede preferir Big Bang antes que Spaced?), os planteo: ¿os gustaría ver otros enfrentamientos?


31 may 2013

Star Trek versus Star Wars


El miércoles pasado, en representación de Underbrain Magazine, tuve la suerte de ir al pase de prensa de Star Trek: En la oscuridad (Star Trek Into Darkness, J.J. Abrams, 2013) (aunque hasta que se estrene la película de aquí a un mes no podréis saber qué me pareció). Tras el pase me di cuenta de que había hablado muy poco de Star Trek en el blog: un lejano artículo sobre Star Trek: Primer contacto (Star Trek: First Contact, Jonathan Frakes, 1996) y de pasada en el artículo sobre la genial Galaxy Quest (Dean Parisot, 1999). En cambio, había hablado en diversas ocasiones de la saga Star Wars. Este hecho me sorprendió porque soy más fan de la saga Star Trek que de la de Star Wars. Cuando las comparo, Star Trek siempre sale ganando.

Primero quiero aclarar un par de cosas. Uno, cuando digo que soy fan de Star Trek me refiero exclusivamente a la serie original de los 60 y a las películas. El resto de series, novelas y demás material nunca me acabó de interesar. Dos, lo que diré a continuación no se ha de interpretar como que no me gusta la saga Star Wars, ya que sí me gusta, disfruto con las películas y hasta disfruté bastante de Fanboys (Kyle Newman, 2009).

Lo que quiero expresar simplemente es que Star Trek es superior a Star Wars, por lo menos desde mi punto de vista.

Star Trek es una auténtica serie (y saga de películas) de ciencia ficción. Además de acción y aventuras, en los distintos episodios y películas se exploran diversos temas, de forma más o menos sutil, que le añaden interés. La guerra del Vietnam, la cultura de las drogas, la religión, la naturaleza psicológica del ser humano, los prejuicios... Sin olvidar grandes temas de la ciencia ficción, como los viajes en el tiempo. Es decir, es una serie profunda e inteligente que va más allá del simple entretenimiento y es una gran saga de ciencia ficción que utiliza el futuro para comentar el presente.

Star Wars solo ofrece entretenimiento. Y no es que tenga nada en contra de ello, hay películas clásicas que se idearon como cine de entretenimiento y no desprecio la habilidad de un film de ofrecer entretenimiento de calidad. Pero si me dan a escoger entre entretenimiento y entretenimiento + estimulación intelectual, me quedo con lo segundo. Star Wars es una estupenda space opera, muy emocionante y entretenida, pero nada más.

Y por eso creo que Star Trek es superior a Star Wars. ¿Vosotros qué preferís?


13 sept 2011

Payback contra Payback: Straight Up - The Director's Cut


Ya que comentamos ayer sobre los conflictos entre versiones extendidas, montajes del director y demás, he pensado que sería interesante estudiar uno de los casos más significativos en cuanto a conflictos entre estudio y director, que resultó en dos películas distintas: Payback (Brian Helgeland, Paul Abascal, 1999) y Payback: Straight Up - The Director's Cut (Brian Helgeland, 2006).

Brian Helgeland se propuso dar el salto de guionista a director adaptando al cine la novela de Donald Westlake The Hunter. La novela fue escrita por Westlake bajo el pseudónimo Richard Stark, ya que se apartaba de las novelas habituales de intriga y policíacas del autor: era mucho más oscura y violenta, y acabó siendo el inicio de una larga serie de novelas protagonizadas por Parker, un criminal sin escrúpulos. Fue publicada en España con el título de A quemarropa (la edición que tengo, no he encontrado ediciones actuales), ya que era el título con el que la novela fue adaptada al cine por primera vez, a cargo de John Boorman: A quemarropa (Point Blank, 1967), con Lee Marvin interpretando al protagonista, aquí llamado Walker. Es de notar que en ninguna de las adaptaciones que se han hecho de las novelas protagonizadas por Parker el personaje se llama igual: Westlake conservó los derechos sobre el nombre, ya que prefería que el protagonista se llamara Parker sólo si el mismo actor protagonizaba una serie de películas interpretándolo. Recientemente, Astiberri publicó una adaptación al cómic de la novela, a cargo de Darwyn Cooke, con el título de El cazador, en lo que es el inicio de la serie Parker de la que próximamente se publicará el segundo volumen. La película de Ringo Lam Contacto total (Xia dao Gao Fei, 1992) también se inspiró en la novela de Westlake.

Helgeland quiso hacer homenaje al thriller de los 70, en una película que siguiera el estilo sucio, duro y contundente de entonces. Mel Gibson fue escogido como protagonista, ya que el actor había mostrado interés en interpretar un personaje alejado de los "buenos" que había interpretado hasta entonces y le apetecía hacer uno de los "malos". El rodaje transcurrió sin incidentes notables y empezó el proceso de posproducción. Y fue aquí donde empezaron los problemas.

El estudio empezó a exigir una serie de cambios que tenían como objetivo hacer a Porter (Gibson) más accesible al público y convertir la película en una cinta de acción más positiva. Básicamente, que fuera el mismo tipo de película que hasta entonces había protagonizado Gibson. Helgeland les dijo que no sabía hacer otra película que la que había hecho y que no tenía intención de hacer todos los cambios que el estudio exigía. Así, días después de que ganara el Oscar al mejor guion por L.A. Confidential (Curtis Hanson, 1997), Helgeland fue despedido por el estudio. Terry Hayes fue contratado para reescribir casi media película y Paul Abascal escogido para dirigir las nuevas escenas y reeditar la película. Aunque el nuevo rodaje se tuvo que retrasar un año ya que Gibson se había comprometido a protagonizar Arma letal 4 (Lethal Weapon 4, Richard Donner, 1998).

De este modo, en 1999 se estrenó Payback, que a pesar de estar atribuida a Helgeland, no tenía nada que ver con lo que éste había hecho.

Pasó el tiempo, estaciones vinieron y se fueron, y en el 2006 vio la luz Payback: Straight Up, o lo que es lo mismo: el montaje del director de Payback.

Payback (1999)
Payback: Straight Up - The Director's Cut (2006)

Tono, duración, aspecto, música... Son muchas y diversas las diferencias entre ambas películas. Entre los cambios que impuso el estudio nos encontramos:

1 Una secuencia que se añadió al principio de la película, explicando como Porter se recupera de sus heridas.

2 Una voz en off a cargo de Porter, que explica las motivaciones del personaje y aclara todas sus acciones.

3 Se elimina la secuencia en la cual Porter pega a su mujer Lynn (Deborah Kara Unger), la muerte del perro y toda la parte final de la película.

4 Se añade un tinte azul a la película que le da un aspecto más frío y moderno.

5 Kris Kristofferson interpreta a Bronson, el jefe de los criminales, que en la versión de Helgeland no es más que una voz femenina al teléfono.

Para su versión, Helgeland restauró todo el material que había rodado, eliminó todo lo añadido por el estudio (incluida voz en off, por supuesto, y varios toques de humor que él mismo había puesto en su momento), cambió el aspecto de la película por un look con colores brillantes y encargó una nueva banda sonora más acorde con el tono de la película. El resultado es unos diez minutos más corto que la versión que se estrenó en cines.

Se podría decir que la versión que se estrenó en cines es un neo-noir, una película que hace homenaje al cine negro más clásico, como la habitual escena de tortura al protagonista, y que está más orientada hacia la diversión. La versión de Helgeland tiene un tono que la acerca más al thriller de los años 70, con un tono más serio acompañado de un ambiguo final. Ambas películas me gustaron, aunque como ahora soy un aficionado al cine de los 70, cosa que no era en 1999, actualmente prefiero la versión de Helgeland, más acorde con el personaje original. Os invito a comparar ambas versiones en la edición especial en DVD/Blu-ray.

En cuanto a Parker en el cine, se está rodando una película, para estrenarse en el 2012, llamada simplemente Parker, inspirada en las novelas de Donald Westlake alias Richard Stark. Además de Payback y A quemarropa, estás son el resto de películas que se han hecho adaptando novelas protagonizadas por Parker: Made in U.S.A. (Jean-Luc Godard, 1966), aquí Parker se convierte en Paula Nelson (Anna Karina); Mise à sac (Alain Cavalier, 1967), aquí Parker se llama Georges (Michel Constantin); El reparto (The Split, Gordon Flemyng, 1968), aquí Parker se llama McCain (Jim Brown); The Outfit (John Flynn, 1973), aquí Parker se llama Macklin (Robert Duvall); y Slayground (Terry Bedford, 1983), aquí Parker se llama Stone (Peter Coyote).

El tráiler es de la versión estrenada en cines, no he encontrado ninguno de la versión de Helgeland.