29 dic 2017

KISS en Ataque de los Fantasmas (KISS Meets the Phantom of the Park)

 
Hay películas que son malas. Hay películas que son cutres. Sin embargo, solo existe una película que sea mala y cutre y, además, esté protagonizada por KISS. Hoy toca KISS en Ataque de los Fantasmas (KISS Meets the Phantom of the Park, Gordon Hessler, 1978).

El argumento es bastante psicotrónico: en un gran parque de atracciones se producen unas misteriosas desapariciones. Una de estas personas desaparecidas es el novio de Melissa (Deborah Ryan), que se dedica frenéticamente a buscarlo por el parque. Las desapariciones son responsabilidad de Abner Deveraux (Anthony Zerbe), un mad doctor que quiere crear un ejército de androides que esté a sus órdenes. Cuando es despedido del parque, jura venganza y amenaza con apoderarse del mundo con sus androides. Por suerte, entonces llega KISS, ya que la banda tiene que hacer unos conciertos en el parque. KISS usará sus poderes mágicos para luchar contra los robots malvados (y si esta frase no os hace querer ver la película, nada lo hará).

Esta película fue concebida como un telefilme, que más tarde se estrenó en cines en algunos paises. La idea era aprovechar la cima de popularidad que había alcanzado la banda y ampliarla, pero la cosa no acabó de funcionar debido a la pobre calidad del producto final. Los fans de KISS no quedaron contentos, la banda quedó horrorizada y a día de hoy todavía sigue siendo motivo de vergüenza.

Pero si no fuera por sus desastrosos resultados, no estaríamos hablando de ella.

Al empezar llama la atención la torpeza con que Gordon Hessler dirige la acción. Sorprende porque Hessler había rodado películas de cine con buenos resultados, algunas técnicamente muy exigentes como El viaje fantástico de Simbad (The Golden Voyage of Sinbad, 1973), aunque su actividad se centró más en la televisión, con resultados correctos. La desgana y la torpeza con la que se coloca la cámara se hacen evidentes al poco de empezar, así como el pésimo trabajo de doblaje en la versión original hace que muchas escenas se vean empeoradas por la incorpórea calidad de las voces.

Pero más evidente son los pobres efectos especiales. Como ya he dicho, fue concebida como un telefilme, así que tenía un presupuesto televisivo para los efectos. El resultado es que las escenas en las que KISS hace gala de sus poderes místicos son de carcajada pura. Casi me caigo del sofá de la risa que me provocó la primera escena en que aparece la banda para tocar (sin incluir la secuencia de títulos de crédito). Eso sin tener en cuenta las limitadas habilidades de los KISS para actuar dramáticamente. Entre efectos, diálogos absurdos y cero talento interpretativo, los KISS parecen ridículos en lugar de grandes estrellas del rock (y en algunas escenas, Ace Frehley es sustituido por un especialista negro).

Ya he mencionado varias veces lo de los poderes mágicos de KISS, que fue lo más me cogió de sorpresa al ver esta joya del cine al revés. Al parecer, por la época en que rodaron la película, se editó una serie de cómics en la que se convertían a los miembros de KISS en superhéroes y eso pasó a formar parte de su persona en los escenarios. Nunca he sido un gran fan de la banda, es de esos grupos con los que me basta tener un recopilatorio con los temas que me gustan, así que no tenía ni idea de que cada uno de los miembros representaba un personaje con poderes distintos. En retrospectiva me alegro, ya que hizo que disfrutara mucho más con la película al ver cómo, sin previo aviso, los miembros de KISS empezaban a lanzar rayos por los ojos y mostrar otras habilidades superheróicas.

KISS Meets the Phantom of the Park es una película torpe que, tomada en serio, resulta ridícula pero vista desde una perspectiva de cine basura proporciona mucha diversión. El argumento de tebeo, los cutrefectos, la banda sonora funky setentera... Todo suma para hacerla disfrutable. El conjunto tiene el aire de un episodio psicodélico de Scooby-Doo, lo cual no resulta extraño si tenemos en cuenta que fue una producción Hanna-Barbera. Sin olvidar las canciones de KISS, los únicos momentos que no son de vergüenza ajena. En definitiva, cutrecine muy disfrutable. Viendo el tráiler veréis que no exagero.


27 dic 2017

Waxwork: El misterio de los agujeros negros (Waxwork II: Lost in Time)

 
A veces, la razón por la que una segunda parte funciona es que la primera no es precisamente perfecta, lo que te deja espacio para mejorar. Es lo que sucede con Waxwork: El misterio de los agujeros negros (Waxwork II: Lost in Time, Anthony Hickox, 1992), segunda parte de Waxwork: Museo de cera (Waxwork, Anthony Hickox, 1988).

Waxwork II empieza donde terminó la anterior película, si bien con Monika Schnarre interpretando a Sarah, novia de Mark (Zach Galligan en ambas películas), en lugar de Deborah Foreman. Los supervivientes se creen seguros, pero Sarah es acusada del asesinato de su padrastro, ya que las autoridades, obviamente, no se creen la historia absurda de una mano asesina que cuentan Mark y Sarah. Para probar la inocencia de Sarah, la pareja busca pruebas que respalden su declaración y acaban perdidos entre agujeros dimensionales.

Y digo "agujeros dimensionales" porque los protagonistas van saltando de una dimensión paralela a otra, no viajando en el tiempo como indica el título o se menciona en el film, que a veces no parece muy seguro de sus propias reglas. Al igual que con la primera entrega, cada dimensión es una parodia/homenaje de títulos celebrados del género. Muchas veces tomando como referencia películas concretas en lugar de simplemente el género o un personaje arquetípico. Personalmente, de estas secuencias me gustó y me hizo reír más la que parodia la obra maestra La casa encantada (The Haunting, Robert Wise, 1963). Esta secuencia cuenta con una genial Marina Sirtis, para los que también sean trekkies, y también con un estupendo Bruce Campbell. La presencia de Campbell tiene mucho sentido ya que la secuencia utiliza el gore cómico a lo Sam Raimi.

Como decía al principio, el hecho que Waxwork no fuera lo que se dice un peliculón permite que la segunda entrega pueda ampliar y mejorar su planteamiento. Nunca había tenido mucho interés en ver Waxwork II, ya que no me parecía atractiva y no sentía la necesidad de buscarla. Cuando se editó en Blu-ray en Estados Unidos (zona A) junto a la primera, me puse a verla sin muchas expectativas. Tal vez por ello acabe disfrutando más del film que si lo hubiera visto como fanático de la primera. Creo que Waxwork II es un film muy divertido y más logrado visualmente que Waxwork. Ambas conforman una doble sesión bastante entretenida si os pilla del humor adecuado y disfrutáis con sus referencias cinematográficas.


25 dic 2017

El gran showman (The Greatest Showman)

 
Lista para se leída mi crítica de El gran showman (The Greatest Showman, Michael Gracey, 2017) en Underbrain Mgz, clicando aquí:


La parte musical del film es realmente fantástica, la parte entre canciones no tanto. A pesar de sus problemas, disfruté con el film.


19 dic 2017

Jumanji: Bienvenidos a la jungla (Jumanji: Welcome to the Jungle)

 
Publicada mi crítica de Jumanji: Bienvenidos a la jungla (Jumanji: Welcome to the Jungle, Jake Kasdan, 2017) en Underbrain Mgz. La podéis leer clicando aquí:


Predecible y nada original, también tiene momentos divertidos. La nostalgia no la salva, pero tampoco es un desperdicio total.


5 dic 2017

Suburbicon


Acaba de publicarse en Underbrain Mgz mi crítica de Suburbicon (George Clooney, 2017), podéis leerla clicando aquí:


George Clooney dirige un guion de los hermanos Coen, una mezcla que podría haber dado más de sí pero que no deja de tener su interés.


4 dic 2017

Comportamiento perturbado (Disturbing behavior)

 
Con ánimo nostálgico, me propuse revisitar una película que, en su momento, me gustó: Comportamiento perturbado (Disturbing Behavior, David Nutter, 1998). Tenía curiosidad por ver cómo la había tratado el tiempo. Al parecer, no muy bien.

Por si hay quién no recuerda esta película o es demasiado joven para conocerla, la sinopsis es esta: el joven Steve (James Marsden) llega al pueblo de Cradle Bay con su familia. Muy pronto, nota que hay un grupo de adolescentes que se comportan de forma muy "juventud nazi". Gavin (Nick Stahl) le cuenta a Steve que este grupo de saludables muchachos y muchachas forman parte de un club especial, que, entre otras cosas, se dedica a ayudar a los más necesitados, contribuir en obras solidarias y matar en arranques de rabia a quién se les cruce por delante. Al principio Steve no lo cree, pero cuando Gavin aparezca reconvertido en uno más de este grupo se dará cuenta de que su vida y la de sus amigos corre peligro.

Como muchos ya se habrán dado cuenta, esta película es un plagio descarado de la excelente novela de Ira Levin Las poseídas de Stepford, llevada al cine con gran acierto en 1975 por Bryan Forbes en la clásica Las mujeres de Stepford (The Stepford Wives). De esta novela se hizo otra adaptación en clave de comedia en 2004 que es mejor olvidar que existe. Lo único que hace Comportamiento perturbado para diferenciarse es cambiar a las mujeres por adolescentes, que básicamente es lo mismo que hizo Los niños de Stepford (The Stepford Children, Alan J. Levi, 1987), secuela televisiva del film de Forbes, y la producción australiana Jóvenes muertos (Dead Kids, Michael Laughlin, 1981). Así que supongo que Comportamiento perturbado no es un plagio de Las mujeres de Stepford sino de Los niños de Stepford.

En el momento que vi Comportamiento perturbado cuando se esternó en cines, ya había leído la novela de Levin, así que fui consciente del plagio. A pesar de todo me gustó, cosa que hoy día no entiendo. Al parecer el montaje del director David Nutter tenía algo más de media hora de metraje que la versión vista en cines; metraje elimanado por el estudio, lo que llevó a Nutter plantearse quitar su nombre de los títulos de crédito. Con sus 83 minutos actuales, el film no ofrece gran cosa, ningún elemento innovador, nada que la diferencia de otras películas del mismo estilo. Vista en la actualidad, me pareció un film rutinario que solo se salvaba por la gracia de ver a un montón de caras hoy conocidas cuando eran perfectos desconocidos: James Marsden, Katie Holmes, Katharine Isabelle y Nick Stahl lideran un reparto en el que también encontramos a veteranos como William Sadler, Steve Railsback y Bruce Greenwood.

La única gracia que tiene es que es una película "muy de los 90", pero toda la nostalgia del mundo no puede evitar que su valor cinematográfico sea nulo.