Stuart Gordon se convirtió en un experto en adaptar relatos de H. P. Lovecraft desde su primera película, y primer clásico, Re-Animator (Stuart Gordon, 1985 1-2). Tras su muerte se quedaron varios proyectos incompletos que no se llegaron a realizar. Uno de estos proyectos se ha convertido en realidad con el estreno de Suitable Flesh (Joe Lynch, 2023).
El film adapta el relato de H. P. Lovecraft "La cosa en el umbral", si bien de forma algo libre. La doctora Elizabeth Derby (Heather Graham) ha sido recluida en un manicomio tras asesinar a uno de sus pacientes. Su colega y amiga la doctora Daniella Upton (Barbara Crampton) intenta descubrir qué ha sucedido, interrogando a la doctora Derby mientras examinan el cadáver de la víctima. Derby empieza su testimonio contando cómo llegó a su consulta el joven Asa Waite (Judah Lewis) asegurando que su padre, Ephraim Waite (Bruce Davidson) quiere apoderarse de su cuerpo.
Hemos de agradecerle a Barbara Crampton la existencia de esta película. Cuando falleció Stuart Gordon, Crampton contactó con el resto de la familia artística que el director había creado a su alrededor para compartir el duelo. Hablando con el guionista Dennis Paoli, Crampton le preguntó si había quedado algún proyecto sin realizar en el que hubieran estado trabajando ambos. En ese momento Paoli le presentó el guion de The Thing on the Doorstep, adaptación del relato homónimo de Lovecraft. Entonces el guion todavía era bastante fiel al relato original, de ahí que conservara el título. A Crampton le encantó el guion y se puso a trabajar de inmediato para producirlo (entonces solo pensaba ejercer de productora). Según cuenta Crampton en el audiocomentario de la edición en Blu-ray, para ella era un proyecto importante y personal porque lo veía como su legado, junto a las películas lovecraftianas que había rodado con Stuart Gordon.
En este punto se produce otro hecho que acabaría dándole forma definitiva a la película. Crampton le ofreció el proyecto como director a Joe Lynch. Lynch era un gran fan de Gordon y la idea de completar un proyecto suyo le atraía enormemente. Fue Lynch quién sugirió un cambio importante que le daría el toque especial que tiene la película: cambiar el sexo de los protagonistas masculinos. El doctor Derby y el doctor Upton se convirtieron en la doctora Derby y la doctora Upton. Fue un cambio afortunado, no solo porque hizo que Crampton se incorporara al reparto, también hizo entrar un guion escrito a finales de los 80 del siglo XX en el siglo XXI, ya que los cambios iban más allá de simplemente cambiar el género de un par de personajes.
Suitable Flesh es una película de género fluido en más de un sentido. Por supuesto, Lynch incorpora numerosos homenajes a las películas de Gordon (empezando por un plano que sitúa la acción de esta película en el mismo hospital en el que transcurre Re-Animator), pero mezcla también influencias de los thrillers eróticos de los 90 y el cine de Brian De Palma con el terror cósmico lovecraftiano. Esto hace que el film tenga un estilo onírico que encaja con la pesadilla que está viviendo el personaje que interpreta Heather Graham. Pero también es de género fluido en el sentido en que se enfoca la sexualidad en la historia, oscilando entre heterosexualidad/homosexualidad/bisexualidad y cualquier otra sexualidad que se os ocurra. Un enfoque que recuerda al enfoque más carnal que Alan Moore adoptó en su reinterpretación de los mitos lovecraftianos en Neonomicon y Providence.
El resultado final es una película de terror sexy y perversa con toques de humor negro muy efectiva. Aunque la película está dedicada a Stuart Gordon, Joe Lynch no se limitó a imitarlo, le aportó su propia personalidad y sus propias influencias que encajan a la perfección con la historia que cuenta la película. Es una elegante pesadilla filmada, con toques de gore, que evoca un estilo de cine que ya no se hace y que solo ha sido posible porque se trata de una película independiente realizada lejos de Hollywood. Una estupenda película que se ha ganado un lugar junto a las adaptaciones lovecraftianas de Gordon.
Batman y H. P. Lovecraft, ¿qué más se puede pedir? Batman: La maldición que cayó sobre Gotham (Batman: The Doom That Came to Gotham, Sam Liu y Christopher Berkely, 2023) adapta la miniserie homónima, que se puede encontrar fácilmente recopilada en un solo volumen, escrita por Mike Mignola y Richard Pace e ilustrada por Troy Nixey y Dennis Janke, en la que Batman protagoniza una historia de auténtico terror lovecraftiano.
Ambientada a mediados de los años 20 del siglo XX, la trama arranca con Bruce Wayne (David Giuntoli), acompañado de sus púpilos Dick Grayson (Jason Marsden), Sanjay (Karan Bar) y Kai Li Cain (Tati Gabrielle), en una misión de rescate en la Antártida. El objetivo es encontrar supervivientes de una expedición encabezada por Oswald Cobblepot (William Sayers), que al parecer ha realizado un terrible descubrimiento, una criatura enterrada durante millones de años en el hielo que ha provocado mutaciones en la fauna local. Solo encuentran un superviviente, Grendon (David Dastmalchian), que ha enloquecido y debe permanecer en temperaturas frías o su cuerpo empieza a pudrirse. Al regresar a Gotham, Wayne descubre que, sin saberlo, ha traído consigo un antiguo mal que busca introducir en nuestro universo una monstruosa criatura. Extraños sucesos empiezan a ocurrir y un misterioso culto hace acto de presencia.
El acierto de esta película es que no se trata de simplemente mostrar a Batman luchando contra diversas criaturas lovecraftianas, sino que introduce a Batman y a otros personajes del Universo DC en una historia 100% lovecraftiana. Desde el atmosférico inicio, se nos muestra a personajes conocidos a los que se les ha transformado, en más de un sentido, para que encajen en una historia que podría haber salido de las páginas de Weird Tales. Por otro lado, la película está llena de alusiones a H. P. Lovecraft, empezando por el título que alude a La maldición que cayó sobre Sarnath o la aparición del doctor Herbest West para tratar una extraña erupción que sufre Harvey Dent (que ya os podéis imaginar cómo acaba). Además de la aparición de Herbest West como personaje, también hay una breve aparición (vocal, claro) de Jeffrey Combs, la inolvidable encarnación cinematográfica de West. Y, por supuesto, diversos libros malditos y dioses transdimensionales de nombre impronunciable también aparecen. Hay más secuencias de acción de las habituales en una historia del género, pero incluso estas tienen un toque de terror cósmico
Esta es la película perfecta para aquellos que sean amantes del universo Batman y también amantes del terror lovecraftiano. En las raíces de Batman encontramos la oscuridad de vigilantes como La Sombra y el uso de villanos grotescos como los que aparecían en Dick Tracy. Son raíces, en otras palabras, que surgen del pulp, de revistas semejantes a aquellas en las que originalmente publicó sus relatos H. P. Lovecraft, así que la mezcla de ambos universos resulta muy natural. La mezcla, cuya efectividad se encuentra en un principio en el cómic original, es lo que hace de La maldición que cayó sobre Gotham un título especial que funciona de principio a fin.
Ha fallecido Stuart Gordon, director clave en el cine de terror cuyo nombre quedará ligado para los fans del cine de terror al de H. P. Lovecraft, debido a las numerosas adaptaciones que realizó de sus relatos, siempre notables. Re-Animator (y versión extendida) y Re-Sonator son sus filmes más conocidos, pero su filmografía está llena de películas interesantes, como Dolls y Castle Freak: Un castillo alucinante. Es también de los pocos directores cuyas contribuciones a la serie Masters of Horror fueron realmente interesantes. Sus películas se caracterizaban por la mezcla de comedia y terror, con abundante sangre (aunque era capaz de desmayarse si veía sangre real), una mezcla que ejercía casi a la perfección, logrando que sus filmes se elevaran por encima de sus bajos presupuestos. Además del terror, también trabajó otros géneros como la ciencia ficción con títulos como la deliciosamente desmelenada Fortaleza infernal.
No tan reverenciado como John Carpenter o Wes Craven, es difícil encontrar una película en su filmografía que no resulte por lo menos entretenida. También trabajó en el teatro y estuvo implicado en la versión musical de Re-Animator. Como siempre ante una noticia así, siempre recomiendo a los fans del género hacer el mejor homenaje que se le puede hacer: disfrutad con sus películas.
A pesar de ser muy difícil, en ocasiones imposible, de trasladar a la pantalla, el universo creado por H. P. Lovecraft ha inspirado cientos de películas y series de televisión. Die Farbe (Huan Vu, 2010) es otro ejemplo más, una adaptación bastante fiel de El color del espacio exterior.
Mediados de los años 60. Jonathan Davis (Ingo Heise) viaja desde Arkham a Alemania en busca de su padre desaparecido. Investigando en un remoto pueblo de la zona se encuentra con Armin Pierske (Michael Kausch), que conoció a su padre de joven al acabar la II Guerra Mundial. Pierske le cuenta a Davis los sucesos que tuvieron lugar allí antes de la guerra, cuando un meteorito cayó del cielo, provocando toda una serie de extraños fenómenos y mutaciones.
El color del espacio exterior es, al mismo tiempo, uno de los más sencillos y uno de los más complicados relatos de Lovecraft para llevar a la pantalla. Sencillo en el sentido que su trama es bastante directa y popular dentro del género del terror y la ciencia ficción. Complicado porque el color del título que provoca los cambios y mutaciones es descrito como, bueno, indescriptible. Es por eso, tal vez, que muchas adaptaciones dejan el color fuera del título, como hacen El monstruo del terror (Die, Monster, Die!, Daniel Haller, 1965) y Granja maldita (The Curse, David Keith, 1987). El director Huan Vu lo soluciona filmando en blanco y negro, aplicando toques de color solo cuando aparece algo "cósmico" en pantalla.
El blanco y negro va muy bien con el tono serio y sobrio del film. Un tono marcado por la fiel adaptación que se hace del relato. Una fidelidad que se caracteriza no tanto porque traslade tal cual lo que sucede en las páginas a la pantalla, sino que es fiel al estilo marcado por Lovecraft, invirtiendo su tiempo en crear una atmósfera desasosegante, dejando los impactos para la sección final. Esto le da a la película un aire clásico, atemporal.
Die Farbe es un film muy logrado, a pesar de que algunos toques de CGI le resten impacto. Los fans del Lovecraft lo encontrarán particularmente interesante. También resulta interesante como utiliza el relato de Lovecraft como alegoría a lo que sucedía en Alemania en aquella época, inmersa en su propia mutación antinatural.
El dream team del terror, formado por el director Stuart Gordon, el guionista Dennis Paoli, el actor Jeffrey Combs y la actriz Barbara Crampton, que había dado a los fans títulos clásicos como Re-Animator (1985) (extendida aquí) y Re-Sonator (From Beyond, 1986), se juntó de nuevo en un nuevo film de inspiración lovecraftiana: Castle Freak: Un castillo alucinante (Castle Freak, Stuart Gordon, 1995).
Una mañana de febrero, Stuart Gordon entró en la oficina de Charles Band y vio que este tenía un póster anunciando Castle Freak, con un dibujo de unas argollas ensangrentadas en la pared de una mazmorra. Cuando Gordon le preguntó a Band de qué iba la película, Band le contestó que no la había rodado, simplemente había hecho que diseñaran un póster con el título. Gordon se ofreció a hacer la película y Band le dio libertad total, solo le exigió que en la película hubiera un castillo y un monstruo. A partir de aquí, las cosas fueron muy rápido, usando como base la primera versión del guion, sin pasar por borradores y correcciones.
Originalmente, Gordon quería adaptar el relato de H. P. Lovecraft El intruso, pero a medida que fueron desarrollando el guion, se iban alejando más y más del cuento de Lovecraft, así que no aparece el nombre del autor en los títulos de crédito iniciales pero sí en los agradecimientos. La película se centra en una familia americana que viaja a Italia para inspeccionar un castillo que acaban de heredar. En el castillo, sin que lo sepa nadie, habita una criatura que lleva toda la vida oculta allí y que una vez liberada se dedicará a extender el terror.
Aunque la premisa parece bastante típica, Castle Freak es un film muy interesante y efectivo. El matrimonio formado por John y Susan Reilly, que interpretan, obviamente, Jeffrey Combs y Barbara Crampton, pasa por una crisis y en parte se encuentra allí intentando superar la muerte de su hijo en un accidente, mientras su hija, Rebecca (Jessica Dollarhide), se adapta a su nueva vida como invidente. Normalmente ausente en este tipo de películas, los traumas pasados y el drama que traen consigo enfocan el film hacia un terror más "adulto", en lugar de la típica creature feature. Por otro lado, la historia tras el freak del título también le da su propia personalidad, ya que al conocer su origen se crea cierta simpatía por el pobre monstruo.
Así, a pesar de su título no muy inspirador y su premisa no muy original, Castle Freak resulta en una lograda película de terror creada por nombres ya clásicos dentro del género. Una película que es genial ver acompañada de The Evil Clergyman, otra adaptación de un relato de Lovecraft protagonizado por Crampton y Combs, con guion de Dennis Paoli y dirigida por Charles Band. El origen de este corto es bastante curioso ya que fue filmado originalmente en 1987 como parte de la película Pulse Pounders, un film antológico que se creía perdido cuando Empire entró en bancarrota. En 2011 se descubrió el workprint del film y se procedió a restaurar los distintos segmentos. The Evil Clergyman se incluye en la edición en Blu-ray inglesa y alemana de Castle Freak, recomendando la alemana ya que también incluye los extras de la edición americana y un CD con la banda sonora.
Mortuary (2005) fue una de las últimas películas que dirigió Tobe Hooper. La penúltima si no tenemos en cuenta los episodios que hizo para Masters of Horror. El proyecto surgió a raíz del merecido éxito del remakeLa masacre de Toolbox (Toolbox Murders, Tobe Hooper, 2004), de ahí que Mortuary cuente con los mismos guionistas (Jace Anderson, Adam Gierasch) y productor (Tony DiDio), además de Tobe Hooper como director.
La masacre de Toolbox fue una especie de renacer para Hooper. Tras varios años dirigiendo episodios de televisión e infumables telefilmes, Hooper demostraba con esa película que seguía en plena forma. Mortuary continuaba demostrando la eficacia de Hooper como director, a pesar de lo limitado del presupuesto con el que fue rodada.
El film cuenta como Leslie (Denise Crosby) llega a un pueblo de California, acompañada de sus dos hijos Jonathan (Dan Byrd) y Jamie (Stephanie Patton), para encargarse de la mortuaria. Allí, la familia descubre la leyenda del pueblo y un hongo de extrañas propiedades. A partir de aquí se desarrolla una historia con una gran influencia de H. P. Lovecraft, de hecho se cita explicitamente uno de sus textos en la lápida de una tumba, reminiscente de El color que cayó del cielo.
A pesar de sus toques de terror cósmico, el director tejano introduce también bastantes toques de comedia y de la excentricidad histérica que encontramos en sus películas más personales. El representante del pueblo que interpreta Greg Travis, continuamente sonriendo y riendo, y el peculiar sheriff que interpreta Michael Shamus Wiles son un perfecto ejemplo del toque Hooper. Teniendo en cuenta su implicación en la historia y que el guion fue escrito con él ya elegido como director, resulta normal que aparezcan estos toques personales.
No os llevéis a equivoco, Mortuary no está a la altura de los grandes clásicos de Hooper, pero sí que es una película de terror muy entretenida y disfrutable por los fans. La única pega que le encuentro a este título es que el bajo presupuesto hizo que se utilizaran en algunas escenas unos efectos por ordenador que quedan muy cutres. Incluso los títulos de crédito evidencian el bajo presupuesto de la película. El look vídeo digital también hace evidente los limitados medios con que contaron para hacerla.
A pesar de todo, debido a la historia y la dirección, es un título que disfruto sin tener en cuenta estas carencias. Es una lástima que Hooper no puediera contar con algo más de dinero para poder explotar a fondo el guion, pero sigue siendo una película que cumple su función.
Panini Comics acaba de publicar el tercer y último volúmen recopilatorio de Providence, cómic de terror escrito por Alan Moore y dibujado por Jacen Burrows. Ahora que la serie ya está completa, es el momento de ver qué nos han ofrecido los autores a lo largo de los doce inquietantes y perturbadores números recopilados en estos tres volúmenes.
La serie recuerda la estructura e intenciones de Watchmen, en el sentido que a lo largo de estos doce capítulos no solo se nos cuenta una compleja historia. Al mismo tiempo, a través principalmente de la reproducción del diario del protagonista, se nos ofrece un análisis del género y la figura del escritor H. P. Lovecraft. Pero esto forma parte del subtexto, lo principal es la historia, por supuesto. Una historia que mezcla realidad y ficción, inspirándose algunas situaciones y escenarios en sucesos reales y cartas del propio Lovecraft. Además de mezclar personajes ficticios con personajes que realmente existieron. Así, mientras acompañamos al periodista Robert Black por su viaje hacia la América secreta, adentrándose en un mundo aterrador, vemos cómo la realidad y la "irrealidad" se confunden.
Moore ofrece equivalentes "reales" de los personajes y situaciones que aparecen en diversos relatos de Lovecraft. De modo que, si uno es entusiasta del creador del terror cósmico, disfruta enormemente con estos guiños, pero creo que aquel que no conozca a este autor puede disfrutar igualmente la historia por si misma. En este sentido, se ha de mencionar que los volúmenes editados por Panini incluyen, al final, unos artículos en los que Antonio Solinas apunta los distintos relatos a los que Moore hace referencia, precisamente para aquellos no iniciados.
Entrando ya en el comentario más subjetivo, he de decir que Providence me ha parecido una pequeña obra maestra del género. Hacer terror en cómic de forma efectiva es muy complicado. Las ilustraciones de mutilaciones, monstruos y demás me dejan muy indiferente y no me afectan. Me afecta cuando la historia y los personajes me interesan. Moore tejió un argumento, unos diálogos y unos personajes que me atraparon completamente; le sumamos el arte de Burrows para ilustrar lo que escribe Moore y el resultado es que con gran éxito se sumerge al lector en una atmósfera perturbadora. Creo, sobretodo, porque el estilo de dibujar de Burrows, limpio y clásico, transmite de forma mucho más efectiva el terror por su realismo. Estilos más barrocos como, por ejemplo, el de Ben Templesmith, son más usados en el cómic de terror pero siempre me ha parecido que le quitan efectividad a las historias que ilustran, precisamente por alejarse demasiado del realismo. Burrows, además, muestra una gran habilidad a la hora de dar vida a las criaturas indescriptibles de Lovecraft.
Ya he mencionado el subtexto de Providence, o parte de este subtexto, en el que Moore parece analizar la obra de Lovecraft y su influencia en el mundo. Pero lo que más me ha llamado la atención es como Moore hace explícito todo aquello que en la obra de Lovecraft está soterrado o reprimido, en especial el sexo y las escenas gráficas de violencia. Es algo que Moore empezó a hacer en las primeras historias realizadas bajo la influencia lovecraftiana, recopiladas en el volúmen Relatos de Yuggoth y otras historias editado por Editores de tebeos dentro de su colección Avatar, pero que realmente explota en Neonomicon, editado por Panini. Ambos títulos son muy recomendables, pero especialmente Neonomicon, ya que, en cierto modo, Providence es su secuela y algunos hechos se entienden mejor después de leerlo, además de que en Neonomicon se introducen personajes que luego aparecen en Providence.
También recomendaría ver, antes o después, la para mí clásica cinta de John Carpenter En la boca del miedo (In the Mouth of Madness, 1994), ya que tiene algunos puntos en común con el argumento de Providence, aparte de ser ambas tributos a Lovecraft.
En conclusión, recomiendo la lectura de Providence (y mejor después de leer Neonomicon), a todo aficionado al cómic de calidad, al terror y, por supuesto, a la obra de H. P. Lovecraft.
El reciente anuncio de una edición en Blu-ray de Lurking Fear (C. Courtney Joyner, 1994) (disponible en DVD y VHS en su momento), me ha traído a la memoria esta pequeña y humilde adaptación de un relato de H. P. Lovecraft que produjo Charles Band cuando se dedicaba a llenar las estanterías de los videoclubes de serie B.
Tras salir de la cárcel, John Martense (Blake Adams como Blake Bailey) va a buscar el botín que su padre le dejó enterrado en Leffert's Corner, el pueblo del que procede. Sin saberlo, John es perseguido por el mafioso Bennett (Jon Finch) y sus secuaces para hacerse con ese mismo botín. Y lo que ninguno de ellos saben es que Leffert's Corner lleva décadas acosado por unas extrañas criaturas que poco a poco han ido eliminando a la población. Los últimos supervivientes, liderados por Cathryn Farrell (Ashley Laurence) y el doctor Haggis (Jeffrey Combs), han decidido llevar a cabo un último y desesperado ataque contra estas bestias.
Estrenada directamente en vídeo, Lurking Fear poco tiene que ver con el relato de Lovecraft. Courtney Joyner no es Stuart Gordon, el director simplemente coge algunos de los elementos del relato para crear su propia monster movie, pero sin el interés de las expansiones que Gordon llevó a cabo en sus adaptaciones de cuentos de Lovecraft.
Dura poco más de una hora y cuarto, así que la película no pierde mucho tiempo explicando su historia, reducida a lo más básico, centrándose en la acción y los ataques monstruosos. A ratos, uno tiene la sensación de que en lugar de una película está viendo el piloto de una serie que jamás existió. A pesar de todo, resulta entretenida y, aunque se hizo con muy poco dinero, tiene un buen reparto de actores del género.
Es una de las menos lovecraftianas adaptaciones de Lovecraft, por ello puede que resulte más apreciada por los amantes de las monster movies sin muchas complicaciones.
He de admitir que si no fuera por los homenajes a Lovecraft y la manera en que los cineastas consiguieron plasmar de forma convincente su historia con muy poco dinero, tal vez no haría un comentario tan positivo de la película. Pero lo que está claro es que lo pasé bien con ella, así que espero que vosotros os lo paséis igual de bien.
El artista Carter Wilcox (David Phillip Carollo) se ha mantenido virgen, a la espera de que aparezca esa mujer especial de la que se enamorará locamente. El destino quiere que la mujer de la que se enamora sea Riley Whatley (Melissa O'Brien), que no solo trabaja como una de esas mujeres que fuman, te hablan de tú y te cogen de la mano, además resulta ser la novia prometida al dios primigenio Cthulhu. Carter verá como su amada se convierte en la puerta que permite la entrada de los Antiguos en nuestra dimensión, y tendrá que hacer lo posible por cerrarla de nuevo.
Call Girl of Cthulhu (Chris LaMartina, 2014) mezcla comedia y terror para contarnos lo que es la clásica historia inspirada en los trabajos de H. P. Lovecraft: sectas malvadas que realizan sacrificios para traer a los Primigenios de vuelta, héroes impotentes ante el horror, monstruos indescriptibles con muchos tentáculos... A todos estos elementos se le añaden dos cosas normalmente ausentes en los relatos de Lovecraft: personajes femeninos y sexo.
Cuando hablo de la adición de personajes femeninos no se trata solo de las víctimas de la secta que libera el malvado Sebastian Suydum (Dave Gamble), también el grupo que intenta impedir que Suydum lleve a cabo su objetivo de destruir el mundo está liderado por una mujer, la profesora Edna Curwen (Helenmary Ball).
El film fue financiado a través de Kickstarter, usando vídeos como este:
Teniendo este hecho en cuenta, la película tiene un aspecto fantástico. Es decir, se nota que fue hecha con poco dinero pero no tiene ese look de vídeo rodado el fin de semana que tienen algunas películas "legítimas" de bajo presupuesto. Además, los efectos de maquillaje y los monstruos, así como las distintas muertes, están muy bien hechos.
Si no eres fan de Lovecraft, puedes disfrutar la película como una comedia de terror con grandes dosis de sangre y gore. Los fans de Lovecraft encontrarán muchos guiños a la obra del padre de los Primigenios. Por ejemplo, la compañera de piso del protagonista se llama Erica Zann (Nicolette le Faye) y se dedica a la música, aparecen camisetas de los Ulthar Cats, además de la propia historia en sí.
En definitiva, este es un film lovecraftiano diferente con el que pasaréis un buen rato.
¿Te gustan las películas clásicas de terror? ¿Eres fan de H. P. Lovecraft? ¡Tengo la película perfecta para tí!
The H. P. Lovecraft Historical Society son una sociedad dedicada, como podéis deducir por su nombre, a reivindicar la obra del creador de los mitos de Cthulhu. Además del típico merchandising (camisetas, chaquetas, tazas, etc.), también editan adaptaciones de relatos de Lovecraft en formato serial radiofónico a imitación de los seriales que se oían en la radio en la época en que Lovecraft vivió. La misma idea la utilizan para adaptar relatos en forma de cortometraje: cine mudo utilizando las mismas técnicas cinematográficas de la época en que se publicaron los relatos. Originalmente El que susurra en la oscuridad se publicó en 1931, lo que explica que The Whisperer in Darkness (Sean Branney, 2011) imite las películas de terror de los años 30... hasta cierto punto.
El film sigue de forma muy fiel el relato original de Lovecraft: el profesor Albert Wilmarth (Matt Foyer) es un hombre escéptico que no cree en criaturas de otros mundos. Pero su convicción se pone a prueba cuando empieza a recibir cartas y pruebas de la existencia de extrañas criaturas por parte de Henry Akeley (Barry Lynch), un granjero cuya propiedad empieza a verse atacada por extrañas criaturas. Cuando Wilmarth decida visitar a Akeley, se verá atrapado en una pesadilla cósmica.
Como he dicho, el film se mantiene bastante fiel al relato de Lovecraft, pero se alarga innecesariamente la primera parte de la película y más tarde se transforma en un relato más propio de Robert E. Howard que de Lovecraft. De hecho, tiene presencia bastante prominente el portal de piedras negras que Howard creara como aportación a los mitos de Cthulhu y que aparece en varios relatos del creador de Conan, como La piedra negra. Pero si la expansión del final es bastante acertada, la de la primera parte hace que acabe siendo un film excesivamente largo. Eso, junto al añadido de la CGI, el sonido surround 5.1 y la alta definición (se echa de menos el grano del celuloide) hacen que se pierda el efecto de ver una película de los años 30.
De todos modos, la película tiene también sus cosas buenas. A pesar de la algo aburrida primera parte, luego se convierte en un film bastante entretenido y hasta simpático. Aunque no da miedo, sí que tiene toques fantásticos cuando sigue la mezcla de ciencia ficción y terror que hizo única la obra de Lovecraft.
Como he dicho al principio, si os gusta el cine de terror clásico y la obra de Lovecraft, es posible que esta película os haga bastante gracia. He de advertiros que por alguna extraña razón la edición en DVD de esta película incluye subtítulos en castellano para la película, pero la edición en Blu-ray no.
No hace falta decir que soy un gran seguidor de H. P. Lovecraft. Harto de tener cuentos repetidos en diversas antologías, me vendí los libros que tenía en una librería de segunda mano y otros los regalé (menos algunas curiosidades, como un libro de relatos inéditos de Lovecraft terminados por August Derleth) y luego me compré los dos volúmenes con la narrativa completa de Lovecraft que editó Valdemar. Y aunque terminó así mi compra de libros de Lovecraft, más algún libro de poesía y la recopilación de colaboraciones con otros autores que editó también Valdemar, eso no significa que la búsqueda de materiales inspirados por el autor se haya terminado. El universo creado por Lovecraft ha inspirado novelas, relatos, películas, videojuegos, juegos de rol e incluso un musical (ver vídeo abajo) y, por supuesto, cómics.
Erik Kriek adapta e ilustra cinco relatos del maestro del terror cósmico en el volumen Desde el más allá y otras historias: El intruso, El color que cayó del espacio, Dagon, Desde el más allá y La sombra sobre Innsmouth. Son cinco de los relatos más populares y conocidos del autor, algunos adaptados ya al cómic en anteriores ocasiones, convertidos en viñetas con gran maestría por parte de Kriek, en un glorioso blanco y negro que hace perfectamente posible que estas adaptaciones hubieran aparecido en las páginas del clásico Creepy.
Ilustración perteneciente a la adaptación de Desde el más allá
La maestría de Kriek a la hora de adaptar es la principal razón por la que recomiendo este cómic, no solo a los fans de Lovecraft, también a los fans del terror y el cómic en general. El color que cayó del espacio, genial ejemplo de primerizo body horror, Desde el más allá y La sombra sobre Innsmouth son tres de mis historias favoritas de Lovecraft, pero las ilustraciones de Kriek hicieron que las viviera como si fuera la primera vez, especialmente El color que cayó del espacio. Por eso, si alguien piensa que debido a lo conocidas que son estas historias, este cómic no tiene demasiado interés, creo que se equivoca. Ya la historia que abre el volúmen, El intruso, es una muy acertada adaptación de un breve relato del maestro, con un innegable toque E.C. en el panel final, que resulta una interpretación fresca y poderosa del cuento.
La popularidad e influencia de Lovecraft ha hecho que abunden las adaptaciones de material suyo, pero muchos se limitan a explotar los tópicos asociados con el autor. Kriek va más allá y transmite hábilmente a través de las viñetas la sensación de amenaza y angustia, de horrores cósmicos al acecho, que han hecho de Lovecraft uno de los escritores más influyentes del género.
Recuerdo que cuando me compré la primera edición que tuve en DVD de Re-Animator (Stuart Gordon, 1985), la Millenium de Elite verde fosforito de dos discos, me encantaron las escenas eliminadas incluidas como extra y pensé lo genial que sería una versión de la película con esas escenas añadidas. Y no era el único, ya que no tardaron en aparecer fan-edits de la película con esas escenas dentro. Ahora, la alemana Capelight ha editado una edición limitada de tres discos (2 Blu-rays y un DVD) que incluye una edición extendida de Re-Animator.
Curiosamente, descubrí esta edición mientras buscaba una edición en Blu-ray de La novia de Re-Animator (Bride of Re-Animator, Brian Yuzna, 1989). Tengo la edición especial en DVD, pero mientras los extras (audiocomentarios y demás) están muy bien y no han aparecido en otras ediciones, la calidad de imagen no es muy buena. La cuestión es que esta edición especial incluye la versión no censurada y buscaba una edición en Blu-ray que también incluyera esta versión unrated.
Esta búsqueda me llevó a la reciente edición de Capelight, que incluía ambas versiones. Fantástico, ni siquiera me molesté en mirar los extras porque, como ya he dicho, tengo la edición especial en DVD. Pero al lado de esta edición de La novia de Re-Animator estaba la edición de Re-Animator de esta compañía. La curiosidad me llevó a ver que traía de extras, aunque ya sabía que la edición española en Blu-ray incluye todo lo que uno querría saber del clásico de Stuart Gordon (más la banda sonora y otros añadidos). Por supuesto, la adición de una versión extendida en alta definición hizo que comprara esta edición sin pensarlo (también está incluida en la edición de Second Sight, no mucha diferencia de precio pero no sé si incluye la edición TV).
Como muchos ya sabéis, la primera versión de Re-Animator se consideró que era demasiado larga, así que se eliminó mucho material. Estas escenas eliminadas, sin embargo, fueron añadidas a la versión censurada para vídeo y a la versión para televisión, ya que la eliminación de las escenas sangrientas para estos mercados hacía que la película fuera demasiado corta. Esta versión extendida, llamada "integral" en esta edición, lo que hace es mezclar la versión sin censurar estrenada en cines, la versión para vídeo y la versión para televisión, lo que se acerca a lo que fue la primera versión que Gordon editó de Re-Animator. La única escena que no se incluye es la llamada "escena del sueño", ya que fue eliminada por Gordon desde un principio porque no le parecía que funcionase y no ha aparecido nunca en ninguna versión.
Si eres fan de Re-Animator, esta versión extendida es toda una gozada. Los personajes están mejor desarrollados, la historia de amor entre Dan y Megan está mejor construida, la subtrama del doctor Hill manipulando al decano con sus poderes mentales es un gran añadido y la subtrama de Herbert West como adicto a su líquido reanimador es un toque genial. Para mí, es una mejor película que la ya de por sí genial Re-Animator. Y lo fantástico es que no estas obligado a escoger entre una u otra, se puede disfrutar perfectamente de las dos. La única diferencia notable en cuanto a edición es que, en la escena extendida entre Dan y Megan tras su momento de cama, no aparece el plano de Barbara Crampton en top-less poniéndose el sujetador porque el diálogo sigue en Dan y no en Megan.
Al igual que con el caso de la versión extendida de El mundoestá loco, loco, loco (It's a Mad, Mad, Mad, Mad World, Stanley Kramer, 1963), esta versión extendida de Re-Animator es algo que sin duda los fans disfrutarán enormemente, aunque si no se conoce la película lo mejor tal vez es ver primero la original. Personalmente, aunque en lo que se refiere a los extras la edición española lo tiene todo y un poco más, como ya he dicho, vale la pena comprarse esta edición de Capelight para poder disfrutar de esta versión extendida completamente restaurada.
Dan O'Bannon y H. P. Lovecraft son dos nombres escritos con letras de oro en la historia del cine fantástico y de terror, el de O'Bannon, y de la literatura de terror, el de Lovecraft. La unión de estos dos grandes talentos tendría que haber sido motivo de celebración para los aficionados, pero The Resurrected (1991), adaptación de la novela de Lovecraft El caso de Charles Dexter Ward dirigida por O'Bannon, ha pasado demasiado desapercibida para los aficionados. A pesar de que originalmente se pensó estrenarla en cine, fue directamente al mercado de vídeo, donde pasó con más pena que gloria.
Si bien hay alguna edición en DVD, bastante pésima, el reciente pase de la película en alta definición por el canal MGM podría anunciar una edición en Blu-ray de este excelente film. Una película que cumple además mi regla de oro: cualquier película en la que aparezca un esqueleto animado con stop motion es buena.
El caso de Charles Dexter Ward ya había sido llevada al cine con anterioridad, en 1963 bajo el título El palacio de los espíritus (The Haunted Palace, Roger Corman), estrenada con ese título por insistencia de los productores que querían pasarla por otra adaptación de un cuento de Edgar Allan Poe, adaptaciones con las que Corman estaba teniendo mucho éxito en aquella época. The Resurrected es una adaptación más fiel a la historia de Lovecraft que la que dirigió Corman, aunque el guion de Brent V. Friedman, el cual luego también trabajó en otra película Lovecraft: Necronomicon (Christophe Gans, Shûsuke Kaneko, Brian Yuzna, 1993), traslada la acción al presente y le da un toque noir al hacer que Claire Ward (Jane Sibbett), la esposa de Charles Ward (Chris Sarandon), contrate a un detective privado, John March (John Terry), para que investigue las extrañas actividades de su marido. Este mecanismo permite que el guion conserve hasta cierto punto la estructura, el argumento y el estilo original de la novela de Lovecraft a pesar de los cambios. Por supuesto, a pesar de que en los créditos solo figure Friedman como guionista, es obvio que O'Bannon también trabajó en él.
Lo que resulta sorprendente de esta película es que O'Bannon no estaba muy contento con ella ya que los productores se hicieron con ella, la editaron directamente a vídeo (posiblemente retocando el montaje de O'Bannon y cambiaron el título original por este de The Resurrected y, en algunas versiones, Shatterbrain) y la publicitaron de la peor manera posible. Y a pesar de todo, es una estupenda película, lo que me hace pensar que es posible que la idea original de O'Bannon fuera una obra maestra. También resulta triste porque O'Bannon consideraba que era lo mejor que había dirigido hasta entonces y no se volvió a poner tras las cámaras nunca más: murió en 2009 y estuvo muy ocupado escribiendo guiones para otros directores.
En definitiva, una oculta joya que os recomiendo, especialmente si os gustaron las adaptaciones Lovecraft realizadas por Stuart Gordon y Brian Yuzna. Si no la cazáis por el canal MGM, buscad la edición en DVD, aunque su calidad no es muy buena. Yo rezo a Cthulhu para que editen esta película en Blu-ray como Los Antiguos mandan.
Hacia el final de la década de los 60, la AIP y Roger Corman habían exprimido al máximo Edgar Allan Poe, así que buscando el mismo éxito que habían obtenido con esa serie de adaptaciones, pensaron empezar a adaptar relatos de H. P. Lovecraft, aunque al final la cosa no acabó de funcionar. Esta no era la primera adaptación que producían de un relato de Lovecraft, ya en 1963 habían adaptado la novela El caso de Charles Dexter Ward pero disfrazada de adaptación poeniana en El palacio de los espíritus (The Haunted Palace, Roger Corman). Esta vez, sin embargo, se hace explícito que se trata de una adaptación de un relato de Lovecraft, uno de los más conocidos, y al inicio de la década de los 70 se estrenó Terror en Dunwich (The Dunwich Horror, Daniel Haller, 1970).
Esta película llama la atención, comparada con anteriores de la productora, en que se decidió hacer un film más moderno y contemporáneo. De este modo se introduce unos más que bienvenidos personajes femeninos, pero el enfoque sigue siendo bastante fiel al relato de Lovecraft. Dean Stockwell es Wilbur Whateley, un explorador de lo oculto que busca el Necronomicón para traer de vuelta a los Antiguos. Sandra Dee es Nancy Wagner, una estudiante que caerá presa de Wilbur. La elección de estos actores como protagonistas es bastante curiosa para una película de terror. Dee por entonces era más conocida por sus comedias juveniles, así que verla de golpe envuelta en una película de terror con algunas dosis de sexo debió de ser chocante en su momento.
Como he dicho antes, la película se aleja del típico ambiente gótico habitual en estas películas. Tras una excelente secuencia de títulos de crédito, redondeada por la excelente banda sonora de Les Baxter, la película mantiene una atmósfera muy setentera, cuando los cultos satánicos amenazaban con controlar el mundo. Al hacer un film contemporáneo, también se incluyen abiertas alusiones al sexo en consonancia con la sociedad de entonces. Pero lo que más llama la atención son las escenas psicodélicas y oníricas que pueblan el film, así como la setentera manera que tiene de mostrar al típicamente indescriptible monstruo lovecraftiano. Es por estos toques propios de la época en que fue filmada, que la película resulta interesante y entretenida de ver hoy día.
Esta película no es que sea muy apreciada, precisamente. Cosa que no acabo de entender, ya que como adaptación lovecraftiana está bastante bien y como film monstruoso está bastante logrado. Tal vez sea porque satisface varios de mis apetitos personales, pero creo que Terror en Dunwich se merece más amor del que recibe. Os invito a darle una oportunidad.
Gracias al éxito de las películas de Stuart Gordon, en los 80 y 90, el nombre de H. P. Lovecraft era usado de la misma manera que el de Edgar Allan Poe era usado en los 60. Aunque nunca se llegó al extremo de usar el nombre de Lovecraft en algo que no fuera una adaptación de un relato suyo, como sí sucedió en el caso de Poe (los capitostes de la AIP cambiaron el título de El general Witchfinder [Witchfinder General, Michael Reeves, 1968] por Edgar Allan Poe's Conqueror Worm para venderla en Estados Unidos, El palacio de los espíritus [The Haunted Palace, Roger Corman, 1963] se vendió como una adaptación del poema homónimo de Poe pero en realidad se trataba de una adaptación de El caso de Charles Dexter Ward de Lovecraft), en muchas ocasiones las adaptaciones que se hacían eran muy libres.
Este es el caso de El innombrable (The Unnamable, Jean-Paul Ouellette, 1988), film basado en el relato de Lovecraft Lo innombrable. Los primeros diez minutos son una adaptación más o menos fiel del cuento pero el resto es pura invención del director/guionista Ouellette.
Un grupo de estudiantes de la universidad de Arkham se mete en la vieja casa Winthrop para explorarla, atraídos por las leyendas que se cuentan del lugar. Allí, uno a uno serán eliminados por una monstruosa criatura. Randolph Carter (Mark Kinsey Stephenson) y Howard Damon (Charles King) se enfrentarán a la criatura con la ayuda del Necronomicón.
Como he dicho, los primeros minutos de la película siguen el relato de Lovecraft, así como la película está protagonizada por Randolph Carter, recurrente personaje que protagoniza diversos relatos del maestro del terror cósmico, incluido entre ellos Lo innombrable. Y entiendo que, debido a la breve naturaleza del relato, Ouellette decidiera expandir la historia añadiendo material de su cosecha. Lo que no entiendo es que se usara a Lovecraft para hacer una típica película de "estudiantes" perseguidos por un monstruo.
Además de típica y tópica, El innombrable es bastante aburrida. Aunque los efectos especiales están bastante bien, no salvan al espectador del sopor que provoca el film siguiendo a unos personajes sin interés deambulando por una casa abandonada. A pesar de todo, el film funcionó en vídeo, ya que al cabo de poco tiempo apareció The Unnamable II: The Statement of Randolph Carter aka The Unnamable Returns (Jean-Paul Ouellette, 1992), que por supuesto no tiene nada que ver con el cuento de Lovecraft La declaración de Randolph Carter aunque coja algunos personajes del mismo.
El film arranca momentos después del final de El innombrable para seguir las peripecias de Randolph Carter y Howard Damon enfrentándose a la criatura innombrable. Por increíble que parezca, aunque este film contó con un mayor presupuesto, es más ambicioso y amplía la historia del primer film, es casi tan aburrido como el anterior.
La única razón por las que he visto estas películas es por mi amor a la obra de Lovecraft, que con espíritu masoquista me lleva a ver adaptaciones de sus cuentos y novelas por más malas que sean. Lo curioso es que volví a ver El innombrable porque tenía un buen recuerdo de ella de cuando la vi por primera vez en vídeo, pero no sé en qué estaría pensando.
Empezamos la semana con un ejercicio de humillación pública. Porque aquí es posible que encontréis la única crítica más o menos positiva que ha recibido o recibirá jamás Granja maldita (The Curse, David Keith, 1987).
Una noche, un extraño meteorito cae en la granja de la familia Hayes. Zack Hayes (Will Wheaton) observa como el supuesto meteorito se deshace formando una extraña sustancia que se infiltra en la tierra. Muy pronto, la cosecha de la granja empieza a tener un extraño y deforme aspecto y los animales empiezan a actuar de forma extraña y sufrir mutaciones. Pero los cambios no se detienen ahí, ya que los miembros de la familia también empezarán a mutar y experimentar extraños cambios.
Este film adapta el relato de H. P. Lovecraft El color del espacio exterior (Narrativa completa vol. II, editorial Valdemar) de forma ligeramente más fiel que El monstruo del terror (Die, Monster, Die!, Daniel Haller, 1965). Con eso quiero decir que el guionista David Chaskin (guionista también de la fantástica Lecturas diabólicas [I, Madman, Tibor Takacs, 1989] y de Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy [A Nightmare on Elm Street Part 2: Freddy's Revenge, Jack Sholder, 1985]) coge la premisa básica del relato (la familia afectada por un misterioso meteorito), así como algunos detalles del argumento e ignora el resto. Se ha de señalar que el relato de Lovecraft fue en su momento innovador y seminal en su mezcla de ciencia ficción y terror (fue publicado por primera vez en una revista dedicada a los relatos de ciencia ficción), pero desde que Lovecraft publicó su historia hasta el momento del estreno de Granja maldita, la idea ha sido tan imitada y tratada que que se ha convertido en tópica, dependiendo entonces exclusivamente en la habilidad de los narradores (ya sean literarios o cinematográficos) en que el resultado final resulte interesante.
Producida por Ovidio G. Assonitis, productor también de "clásicos" como Piraña II: Los vampiros del mar (Piranha Part Two: The Spawning, James Cameron, Ovidio G. Assonitis, 1981) o Poder maléfico (Chi sei?, Ovidio G. Assonitis, Robert Barrett, 1974), Granja maldita no es que sea precisamente un ejemplo de como coger una historia conocida y darle un nuevo enfoque. Es bastante predecible, pero ahí radica, para mí, parte de la diversión: sé lo que pasará y quiero ver cómo pasa. Además, la película tiene un aspecto grumoso-decadente que le añade cierto encanto cutre. Los efectos especiales de maquillaje, dedicados a las mutaciones y alteraciones corporales, están bastante logrados, aunque no son nada del otro mundo.
La película fue dirigida por el actor David Keith, que como actor no está mal pero como director no es que sea muy imaginativo. Lucio Fulci fue director de la segunda unidad, lo que explicaría los cambios visuales bastante notorios que hay a lo largo de la película, en lo que se refiere a planos y organización de escenas, particularmente en aquellos momentos relacionados con efectos especiales y momentos terroríficos.
Para qué nos vamos a engañar, Granja maldita no es que sea una buena película, pero me parece entretenida y divertida. Recuerdo que la vi en vídeo cuando era un chaval y en aquel entonces me impactó mucho, pero vista hoy día simplemente me parece entrañable. Sin embargo, no debo ser el único al que le gusta o le hace gracia ya que se estrenaron dos falsas secuelas de esta película. Es decir, películas que no tienen absolutamente nada que ver con esta película y que tampoco tienen ninguna relación entre sí, sino que querían pasar como secuelas para aprovechar el éxito videográfico de Granja maldita. Estas falsas secuelas son Curse II: The Bite (Frederico Prosperi, 1989), que cuenta la historia de un hombre que se transforma en serpiente mutante tras ser mordido por una serpiente experimental -básicamente es la típica tío que se transforma en monstruo-; y Curse III: Blood Sacrifice aka Panga aka Blood Sacrifice (Sean Barton, 1991), que no he visto. Por si os pica la curiosidad, la edición en DVD americana de Granja maldita va acompañada de Curse II.
Este no es un film que recomiende a todo el mundo, pero si os gustan esas películas que podíais encontrar en el rincón más polvoriento y oscuro del videoclub, puede que os haga gracia Granja maldita.
Me encantan el cine negro, el pulp, la weird fiction y la obra de H. P. Lovecraft; Hechizo letal (Cast a Deadly Spell, Martin Campbell, 1991) tenía todos los números para encantarme, sin embargo desperdicia una buena idea con un guion malo.
Los Ángeles, 1948. La magia es usada por todo el mundo para hacerse la vida más fácil, excepto el detective Lovecraft (Fred Ward) que se niega a usarla. Amos Hackshaw (David Warner) le encarga a Lovecraft que encuentre un empleado suyo que se ha fugado con un libro de su propiedad: el Necronomicón. Lovecraft pronto descubrirá que recuperar el libro puede tener consecuencias apocalípticas, no solo para él sino para todo el mundo.
Esta película rodada directamente para la televisión por cable americana es el tipo de película que realmente me enfada. Me enfada porque desperdicia un buen director, un gran reparto (además de Ward y Warner tenemos a Julianne Moore y Clancy Brown) y una gran premisa por culpa de un torpe guion que corrió a cargo de Joseph Dougherty.
El problema del guion de Dougherty es que adopta un tono ridículo de comedia, además de reunir en su argumento todos los tópicos posibles de las historias de Lovecraft y del cine negro. Cierto, el director y los productores tal vez podrían haberse dado cuenta de que los toques de comedia sin gracia podrían quitarle entidad a la película, así que comparten también parte de la culpa.
La verdad es que no recordaba que fuera tan abiertamente cómica, y al verla otra vez tras años desde la primera vez me ha decepcionado bastante. No ha mejorado con el tiempo. Mientras la veía no dejaba de pensar en otra película que hacía algo parecido, mezclar el cine negro con el terror, de forma magnífica. Me refiero obviamente a El corazón del angel (Angel Heart, Alan Parker, 1987) que adaptaba una novela de William Hjorstberg, que recomiendo ya que es una fantástica novela y si solo conocéis la película realmente deberíais leerla.
Hechizo letal tiene un tono ligero que me aburrió rápidamente. Aguanté hasta el predecible final por si acaso mejoraba, pero no. Buenos efectos especiales sí tiene. Sin embargo, puede que me encuentre en minoría en lo respecta a esta película, ya que en 1994 hicieron una secuela, también directamente para televisión: El sello de Satán (Witch Hunt, Paul Schrader). Que la presencia de Schrader no os lleve a engaño: para este director/guionista se trató de un producto alimenticio. Dougherty volvió como guionista en un film tan malo como su predecesor, posiblemente incluso peor debido a su look televisivo plano y sin interés, a lo que hay que añadir unos ridículos efectos digitales que parecen hechos con un spectrum barato. La película se ve lastrada por un estilo cómico sin gracia, un director desinteresado y un reparto aburrido que espera cobrar el cheque y salir corriendo.
Es posible que a alguno de vosotros sí le haga gracia, así que las menciono para que el rato que pasé viéndolas no sea en vano (lástima que ya no pueda aprovechar la cinta de vídeo que desperdicié grabándolas).
Tras años sin ir, hace poco volví al Mercat de Sant Antoni. Supongo que debe haber un lugar parecido en todas partes, un mercado de libros de segunda mano, coleccionismo de cómics, de sellos, de minerales, de películas (VHS, DVD y Blu-ray), discos de vinilo y compactos, pósters de películas, etc. Es especialmente conocido como el lugar al que ibas para cambiar cromos y encontrar el que te faltaba para completar tu colección, motivo este por el que mis padres me llevaron por primera vez cuando era niño. Más tarde, ya a partir de los 10 años, iba al Mercat en busca de tebeos y libros de terror.
Dejé de ir al cabo de un tiempo, todavía no sé bien por qué, pero al volver recientemente me quedé sorprendido por el hecho de que sigue más o menos igual, con la misma tendencia horaria (abre los domingos por la mañana y hacia las once ya está lleno de gente) y montones de niños cambiando cromos como yo hacía de pequeño. Sumergido en la nostalgia, me vinieron a la cabeza las diversas joyas que había encontrado a lo largo de los años en este increíble lugar, como una copia en VHS de Videodrome (David Cronenberg, 1983) y antiguos números de Creepy.
Creepy fue un magazine de cómics de terror que imitaba el modelo Warren. Además de las historias, había artículos y curiosidades. Originalmente lanzada en 1979, se cerró al cabo de unos años para volver a publicarse en 1990. Es esta segunda encarnación la que yo descubrí, la cual dejó de existir al cabo de solo 19 números. Correría el año 92 cuando me compré algunos tomos recopilatorios de la revista, que encontré en el Mercat. Creepy me encantaba y fue allí donde descubrí El otro Necronomicón de Antonio Segura (guion) y Brocal Remohí (ilustrador).
Desde que descubrí Creepy, buscaba con devoción cualquier número que pudiese encontrar de la revista, así como cualquier álbum que hubiese publicado Toutain. Fue así como descubrí con gran alegría un álbum que reunía todas las historias (que, desgraciadamente, no eran muchas) que habían aparecido de El otro Necronomicón.
Una muestra de los diversos Creepy, junto a algunos de los álbumes que publicó Toutain con el sello Creepy, que compré con devoción religiosa. Por suerte, mis padres no se dieron cuenta de que era demasiado joven para leer estas fabulosas monstruosidades y pude pervertir mi imaginación sin problemas.
La historia arranca cuando el artista Alberto Breccia se pone en contacto con Segura y Remohí para enseñarles el descubrimiento que ha hecho en una librería: un extraño volumen que, juzgando por el estilo con que está escrito, recopila trabajos desconocidos de H. P. Lovecraft. Segura y Remohí se ponen de inmediato a adaptar las historias en cómic, animados por el editor Josep Toutain. Sin embargo, a medida que van publicando las historias, Segura y Remohí se ven amenazados por unos misteriosos personajes, que parecen salidos de las páginas de El otro Necronomicón. ¿Es posible que lo que Lovecraft escribió no fuera simple ficción? ¿Podrán unos simples creadores de tebeos sobrevivir los horrores cósmicos que les acechan?
Como fan de Lovecraft y de los cómics de terror, El otro Necronomicón es una obra que está hecha a mi medida. Aún hoy día, cuando he vuelto a leer el álbum llevado por la nostalgia, me he descubierto atrapado por las historias y fascinado por ver cómo Segura y Remohí ponen en peligro su vida para dar a conocer los misterios que se ocultan en el misterioso libro descubierto por Breccia. Curiosamente, ahora me ha llamado la atención un momento que tiene su eco en el gran homenaje a Lovecraft En la boca del miedo (In the Mouth of Madness, John Carpenter, 1994) (la cual no había visto en el momento que leí por primera vez El otro Necronomicón).
En las historias se mezclan los temas lovecraftianos con otros clásicos del terror, leyendas y aportaciones originales de los autores. Es una lástima que la prematura defunción de Creepy impidiera un mayor desarrollo de la serie, ya que las historias que se publicaron te dejan con ganas de más. Segura le aporta a los guiones un tono respetuoso y, al mismo tiempo, ligeramente irreverente, por lo que no se trata de simples refritos de las tramas de terror cósmico de sobra conocidas por los aficionados. Por otro lado, las ilustraciones de Remohí poseen la misma fuerza en los aspectos realistas como en los terroríficos, dando vida de forma impactante a aquellas criaturas que los personajes de Lovecraft estaban demasiado aterrados para describir.
Si podéis encontrar este álbum en algún lugar como el Mercat que tenemos en Barcelona, compradlo sin pensarlo. Os llevaréis una pequeña joya a casa, aunque corréis el riesgo de poner en peligro vuestra cordura. Los horrores que contiene pueden escaparse fácilmente de su prisión de papel.
Regalar un libro es un gesto tan hermoso que debería ser recompensado con sexo.
John Waters
El próximo 23 de abril es Sant Jordi, la única fiesta que realmente me gusta celebrar. Para tan señalada ocasión he decidido hacer un artículo con sugerencias para regalar (ya sea a vuestra pareja o a vosotr@s mism@s), con los libros que he leído este mes y que son novedades muy fáciles de encontrar en librerías o en las paradas callejeras, dejando de lado otros títulos que he leído y que son más complicados de encontrar, ya sea porque salieron hace unos años o porque son de importación. La excepción son lo que he llamado "lecturas complementarias" y un par de libros que me encantan.
Antes de entrar en materia me gustaría mencionar dos títulos brevemente a raíz de noticias recientes. Primero, Timun Mas planea publicar el día 30 de abril la traducción al castellano de Battle Royale de Koushun Takami, pero es posible que se adelante por Sant Jordi. Esta épica ultraviolenta y fantástica se publica con mucho retraso en nuestro país (fans como yo hace años que hemos leído esta genial novela en su traducción al inglés), pero más vale tarde que nunca. Irónicamente, se edita a raíz del éxito de Los juegos del hambre, acusada de ser un plagio de la novela de Takami en Estados Unidos. Para mi comentario sobre la novela y todo Battle Royale os remito al post que escribí en su momento aquí. Segundo, el anuncio de su próxima adaptación al cine me lleva a recomendar con fervor fanático la novela gráfica Torso, escrita por Brian Michael Bendis e ilustrada por Marc Andreyko. Torso está basada en hechos reales y cuenta la investigación y persecución del Asesino del Torso de Cleveland, que tuvo lugar entre 1934 y 1938 y en la cual participó Eliot Ness. Dejando de lado lo cerca o lejos que se haya de los sucesos reales, es una lectura adictiva y fascinante. Fue publicada en su momento por Planeta de Agostini.
Play Room. Patricia Muñiz. Editorial Underbrain Books. Esta novela ha llamado la atención principalmente por su abundante contenido sexual, lo que la ha encasillado dentro del reciente boom de la literatura erótica. Pero lo cierto es que tiene muchos más puntos de interés que la excitación que pueda provocar en el lector. La protagonista es Seila Dor, una escritora principiante que decide participar en un curioso experimento: probar, junto a unos desconocidos, el videojuego Play Room, que introduce al participante en un mundo virtual de fantasías sexuales. Además hay una trama paralela que involucra a Dor y su relación con el escritor de dudosa moralidad Esteban Rey. A mí la novela me atrajo por sus elementos cyberpunk y por la manera en que la realidad del juego afecta a la realidad de los participantes. Su corta extensión facilita que sea leído en una jornada frenética y le añade cierta intensidad a la lectura.
Otra vez el Supergrupo. Efepé y Jan. Ediciones B. Como muchos otros chavales de mi generación, yo aprendí a leer con las aventuras de Superlópez (además de Mortadelo y Filemón, Tintín, los superhéroes de la Marvel y DC y los llamados clásicos juveniles). Superlópez nació como una simple parodia de Superman, pero a partir de finales de los 70 y los 80 se convirtió en algo que era mucho más que una simple parodia. Sus aventuras, con abundantes referentes literarios y cinematográficos, tienen dobles lecturas que las hacen más interesantes que el típico cómic juvenil. Además de ser muy divertidas, claro. Aún sigo leyendo puntualmente los álbumes que saca Jan del personaje y en su momento me hice del Club de Fans Superlópez, del cual todavía guardo el carnet. Para conmemorar el 40º aniversario de su creación (que inicialmente protagonizaba chistes de una viñeta hasta que evolucionó en el personaje que todos conocemos), vuelven a colaborar el guionista Efepé y Jan en una historia que muestra el regreso del Supergrupo, al cual Superlópez acudirá cuando un extraño fenómeno haga que nadie recuerde su existencia. Aunque algo escéptico al principio, me sorprendió lo bueno que es el álbum y lo divertida que resulta su lectura. Mamporrazos y metalingüísmo a mansalva en una historia que recupera el sabor de las primeras aventuras de Superlópez, la época de historias geniales como la que introducía el Supergrupo y otras aventuras fantásticas como Los cabecicubos, La semana más larga o La gran superproducción. Imprescindible para los fans del personaje.
El atlas de las nubes. David Mitchell. Editorial Duomo. Reedición de la novela a raíz del estreno de su adaptación cinematográfica. Seis historias interconectadas que van desde el siglo XIX hasta un extraño Hawái postapocalíptico. He de decir que me leí la novela en inglés (por los cambios de estilo), así que no sé como es esta edición en castellano. Lo que me sorprendió al leerla fue lo fieles que se han mantenido a la novela en la película, siendo la excepción las historias de ciencia ficción. Esto hace que se conviertan en dos obras complementarias, igualmente disfrutables las dos. Lo que sí destaca en la novela es como cambia el estilo y la grafía de las historias, para las cuales Mitchell se transforma dependiendo de si recrea una relación epistolar o una novela de intriga. También destaca lo diferente que es la estructura de la novela de la de la película. En cuanto al resto, lo mismo que dije sobre el film se aplica perfectamente a la novela, ya que son prácticamente idénticos en el fondo, así que os remito al comentario que hice aquí.
Marvel Comics: La historia jamás contada. Sean Howe. Editorial Panini. Menciono este libro porque su lectura resulta fascinante y muy entretenida aunque no te gusten los cómics o no te gusten los cómics de la Marvel. Por supuesto, si eres marvelita como yo su lectura resulta doblemente fascinante y entretenida además de muy absorbente. Howe nos cuenta la historia de la editorial desde sus inicios hasta el estreno de las nuevas películas Marvel. Esta es una historia llena de traiciones, abusos, caos, anarquía, sexo, drogas y rock and roll. Especialmente me interesó el periodo de los 70, el de mayor caos empresarial y mayor creatividad, con sus historias de guionistas ciegos de ácido deambulando por Nueva York en busca de inspiración. Se mete de lleno en agrias polémicas, discusiones de derechos y asuntos que no dejan muy bien a la compañía. Si no te interesan los cómics, te recomiendo que lo leas como si de una épica novela se tratase, porque tiene suficientes emociones como para satisfacer a cualquier lector. Solo recordad que lo que se cuenta, por muy inverosímil que parezca, sucedió realmente.
Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay. Michael Chabon. Editorial Mondadori. Sirva esta fantástica novela de Chabon como lectura complementaria de Marvel Comics: La historia jamás contada. La razón es que el autor utiliza la creación y evolución de la industria del cómic como fondo para contar la historia de Joe Kavalier, que llega a América huyendo de los nazis, y Sammy Clay, un débil muchacho que sueña con grandes héroes. Además de hablar sobre la vida de estos dos muchachos (y como pasan de niño a hombre, que diría Julio Iglesias) y la industria del cómic, también hay reflexiones que van desde la creación literaria a las dificultades de la vida amorosa. El título no engaña, es una novela realmente asombrosa por su calidad.
Ragemoor. Richard Corben y Jan Strnad. Norma Editorial. Algunos ya sabéis que soy muy fan de Richard Corben, cada vez que se publica algo suyo para mí es motivo de exaltada felicidad. Más aún si lo que se publica, como en el caso de Ragemoor, es una nueva colaboración con el veterano guionista Jan Strnad. Juntos colaboraron en historias para Creepy y Heavy Metal, así como en la saga Mundo mutante. Uno de los aspectos que más me atrae del arte de Corben es la manera en que mezcla realismo y caricatura, uniendo elementos aparentemente contradictorios. Un estilo que funciona perfectamente con la delirante y monstruosa historia de terror cósmico pensada por Strnad. Ragemoor mezcla Edgar Allan Poe, H. P. Lovecraft y las producciones de Roger Corman en una historia que se desarrolla como una pesadilla. Introduce al lector en un extraño universo habitado por monstruos imposibles, castillos "vivos", sociedades de insectos y extraños simios. En el centro, el atormentado heredero de Ragemoor, cuya existencia llena de horrores palidece al lado del tormento que supone ser rechazado por una mujer de voluptuosa belleza.
Más allá de los eones y otras historias en colaboración. H. P. Lovecraft. Editorial Valdemar. Si antes mencionamos de pasada el terror cósmico, ahora nos toca hablar del maestro del terror cósmico. La editorial Valdemar nos presenta de nuevo una obra de gran calidad del maestro de la weird fiction: H. P. Lovecraft. Para poder subsistir, Lovecraft se dedicó a corregir y editar relatos de otros autores. Colaboraciones que en ocasiones significaba la escritura completa por parte de Lovecraft de un relato a partir de una idea o argumento proporcionados por otro autor. El libro está dividido en dos partes: colaboraciones de primer orden, donde se recopilan relatos escritos por Lovecraft y que prácticamente no conservan nada de sus autores originales más allá de la idea o una sinopsis; y colaboraciones de segundo orden, que ya son colaboraciones auténticas en las cuales hay diversos grados de implicación por parte de Lovecraft. La segunda parte, a pesar de incluir un truculento -para la época- relato sobre un necrófilo asesino en serie, resulta más comedido y menos impactante que la increíble primera parte. Esta primera parte, en la cual Lovecraft da rienda suelta a su fantasía, nos ofrece grandes relatos de terror cósmico, integrados plenamente en el ciclo Cthulhu. Especialmente destaco el relato El horror en el museo (que da título a la edición inglesa de este libro), que gira en torno al habitual museo de cera de figuras sospechosas al cual Lovecraft le da un asombroso giro cósmico; y El montículo, una breve épica de unas 90 páginas que nos introduce en extraños mundos subterráneos. Otro detalle que me sorprendió fue que son relatos muy gráficos en cuanto a violencia y sangre, algo no muy común en Lovecraft.
Teatro Grottesco. Thomas Ligotti. Virgin Books. Lectura complementaria de Más allá de los eones, vamos del maestro de la weird fiction a su máximo representante hoy día: Thomas Ligotti. Es un crimen que es este autor no sea más conocido en nuestro país. Lo conocí hace unos años cuando Panini editó La fábrica de las pesadillas, adaptación en cómic de varias de sus historias. Teatro Grottesco es una antología de relatos cuya lectura resulta aterradora, inquietante y perturbadora. Cada relato lanza al lector a un mundo de horror del que solo puede escapar al pasar la página, para caer en otra pesadilla. Todo un maestro del horror. Por desgracia, este libro no se encuentra traducido al castellano y solo está disponible de importación.
John Dies At The End/This Book Is Full Of Spiders. David Wong. Titan Books. ¿Os ha pasado alguna vez leer un libro y desear haber sido los autores de ese libro? A mí me pasó con David Wong (pseudónimo de Jason Pargin) y su opera prima John Dies At The End. Una delirante novela que mezcla terror y comedia para contarnos como un par de perdedores intentan salvar nuestro mundo de monstruos imposibles y otras dimensiones. Llena de horror existencial, locura y carcajadas, este libro es un continuo tour de force que nos lleva de escena insuperable a escena insuperable. Tengo muchas ganas de ver que ha hecho Don Coscarelli con este libro en su adaptación al cine. Pero por muy bueno que sea John Dies At The End, lo cierto es que su secuela This Book Is Full Of Spiders: Seriously, Dude, Don't Touch It consigue superarlo. Si bien su historia es menos demencial, consigue aumentar la tensión y la implicación del lector. La historia arranca cuando David Wong descubre como unas arañas procedentes quién sabe de dónde se dedican a poseer humanos introduciéndose en su boca. De nuevo, el autor consigue mezclar de forma soberbia terror y comedia, consiguiendo grandes momentos en ambos aspectos. Además, la historia es más coherente y cargada de tensión, añadiendo interesantes aspectos sociales. Por desgracia, al estar ambos en inglés y no contar con ninguna traducción a la vista va a limitar el número de personas que lea esto y también lea los libros. Me apena porque ambos están en mi lista de libros favoritos y ya los he leído un par de veces. Echadle un vistazo al tráiler del film que ha hecho Coscarelli basándose en el primero de los libros y no me digáis que no os dan ganas de ver la peli y leer el libro.