A mediados de los 90, Crimewave (Ola de crímenes... ola de risas) (Crimewave, Sam Raimi, 1985) era el Santo Grial. Gracias a la trilogía Evil Dead y Darkman (1990) me había convertido en un fan del director y quería ver todo lo que había dirigido, pero por entonces no era más que un chaval, sin las posibilidades que hay hoy día, y me era imposible encontrar esta película. Y así fue hasta que, si no recuerdo mal, Manga Films la reeditó en vídeo. No era lo que me esperaba.
El film, escrito por Raimi junto a Joel y Ethan Coen, es un homenaje al slapstick, al humor de los populares en Estados Unidos Three Stooges y al cine de los años 40. Raimi quería demostrar que podía hacer algo más que sangrientas películas de terror, ampliar su repertorio. Sin embargo, fue la primera experiencia de Raimi, Bruce Campbell y Rob Tapert con un estudio y no fue muy positiva, empezando porque el estudio se negó a dejar que Campbell interpretara al protagonista Vic Ajax, papel que acabó interpretando Reed Birney. Las continuas tensiones con el estudio, la mala publicidad y el hecho de que tardó unos años en (apenas) estrenarse, provocaron que Raimi se lanzara con alegría a regresar al universo Evil Dead. Esta situación también contribuyó a que Crimewave se acabara convirtiendo en una cinta de culto.
Incidentalmente, repito que Joel y Ethan Coen trabajaron en el guion, añadiendo nombres que luego reaparecerían en sus películas. Pero me llama la atención especialmente cómo elementos de la trama de Crimewave aparecerían reciclados en el clásico de los hermanos Coen Fargo (1996).
La primera vez que vi el film de Raimi me dejó algo descolocado. La historia parece propia del cine negro: Ernest Trend (Edward R. Pressman) es un empresario que decide deshacerse de su socio y contrata a un par de asesinos: Faron Crush (Paul L. Smith) y Arthur Coddish (Brion James). La pareja son asesinos bastante dementes que acaban provocando una escalada de crímenes y asesinatos en los que se ven involucrados Vic Ajax y la chica a la que Ajax quiere conquistar Nancy (Sheree J. Wilson). Pero la ejecución es un delirio cómico repleto de toques absurdos, como una cinta de animación hecha con actores de carne y hueso. La primera vez, como digo, me dejó algo descolocado, pero con siguientes visionados le fui cogiendo el gusto, especialmente cuando Universal la editó en DVD.
Crimewave es una película deliberadamente tontorrona y absurda. Si uno va preparado para ver una película de este estilo, con una narrativa visual barroca y teatral, el placer está asegurado.
Tras la fantástica Spider-Man 2 (Sam Raimi, 2004), no hay duda de que Spider-Man 3 (Sam Raimi, 2007) fue una decepción. La insistencia de los productores en añadir a Veneno en lo que ya era una muy poblada película dio como resultado un film pesado y sobrecargado. No es ningún secreto que a Sam Raimi no le gustaba Veneno, lo que se nota en la forma en que fue presentado, sin duda frustando a los fans del personaje.
Con motivo del estreno de Spider-Man: Homecoming (Jon Watts, 2017), se editaron nuevas colecciones con las anteriores películas de Spider-Man. Se hicieron tres versiones: trilogía de Sam Raimi, las dos de Marc Webb y una con las cinco películas. La de la trilogía y la de las cinco películas llevaba entre el nuevo material una versión alternativa de Spider-Man 3. Yo me hice con la versión de 7 discos editada en Reino Unido, ya que no tenía las de Marc Webb (no me gustaron pero soy un completista) y el cuarto disco en la trilogía de Sam Raimi con esta versión alternativa de Spider-Man 3. En España se editó una versión sin los discos de extras, a pesar de que está todo el material extra (menos algunas promos y tráileres) subtitulado en castellano. Incluso el disco que incluye el montaje del editor está subtitulado en castellano, aunque no incluye una pista de audio en castellano sino de español latino, lo que me hizo pensar que también se editaría en España, pero no ha sido así.
Esta versión alternativa no es una versión radicalmente diferente, que quede claro. Si no os gustó Spider-Man 3 es probable que esta versión tampoco os convenza. Pero si, como a mí, había partes que os gustaban junto a otras que no tanto, sin odiarla pero tampoco abrazándola del todo, esta versión es para vosotros.
Para empezar, es un par de minutos más corta. Se recortan y eliminan algunas escenas, sustituyéndolas en algunos casos por otras alternativas, añadiendo también escenas nuevas, reeditando y alargando otras. Contiene la banda sonora completa Christopher Young, con escenas que ahora sí tienen música. Por último, se ha cambiado el orden de algunos sucesos en la trama.
El resultado de todos estos cambios, algunos pequeños pero significativos, es un film más ligero, que transcurre de forma más ágil y eficiente. Sobretodo porque la trama del traje simbiótico, la parte más floja de la versión cinematográfica, en esta versión es más efectiva. Aquí se ve realmente el traje como una amenaza y la evolución hacia la oscuridad de Peter Parker está mejor construida. Sigue sin ser la gran conclusión que muchos esperábamos ver, pero tampoco es tan pesada como la versión cinematográfica.
Como ya he dicho, si desde un principio no os gustaba nada de la tercera entrega dirigida por Sam Raimi, no creo que esta versión os haga cambiar de idea. Para mí fue una experiencia mucho más llevadera y entretenida, por ello la recomiendo a los fans de Spidey y a los muy completistas.
Para todos aquellos que, como yo, sean fans de la franquicia Evil Dead de Sam Raimi, he escrito un artículo que va de la A a la Z de la saga que se inició con la clásica Posesión infernal (The Evil Dead, Sam Raimi, 1981). Lo podéis leer en Underbrain Mgz:
Pocas veces he estado tan impaciente por la llegada de un pedido como cuando Amazon me envió un mail anunciando que el Blu-ray con la primera temporada completa de Ash vs Evil Dead que había preordenado ya estaba de camino. Tras años de deseo y esperanza, por fin tendría a Bruce Campbell de nuevo como Ash Williams mutilando demonios y poseídos.
Cuando por fin llegó, tenía que hacer las cosas bien. Es decir, me organicé una maratón Evil Dead. Para ir entrando en calor empecé con el remake, luego ya la trilogía original y apenas salieron los títulos de crédito de El ejército de las tinieblas (Army of Darkness, Sam Raimi, 1992) -el International Cut es para mí la mejor versión- empecé con la serie. Y casi lloro de alegría.
Ash vs Evil Dead es lo que habría deseado como Posesión infernal 4. El Ash es el mismo que aparece en El ejército de las tinieblas, continuando con el personaje tal y como aparece al final de esa película en la versión internacional. El tono general de toda la serie, sin embargo, está más en sintonía con Evil Dead II (Sam Raimi, 1987), mezclando el terror con la comedia, saltando de forma efectiva y lograda del terror a la comedia y viceversa sin que se resienta en ningún momento el ritmo de la serie. Y no podemos olvidar los litros de sangre y el gore pasado de vueltas, siguiendo el estilo de Posesión infernal (The Evil Dead, Sam Raimi, 1981), que adorna la acción en cada episodio.
En definitiva, esta serie, que se ha de ver como una secuela directa de las películas, comprende todo lo que hizo tan memorables los clásicos de Sam Raimi. El director le imprime un ritmo frenético al primer episodio, que el resto de directores mantiene, logrando que cada episodio se pase volando. Además, al durar una media de treinta minutos (excepto el primero y el último de la temporada, un poco más largos), en ningún momento se hace pesada. Al contrario, te deja con ganas de más.
Así, Ash vs Evil Dead es un sueño hecho realidad para los fans. Hay contínuas referencias a las visuales a las películas (excepto a la tercera, por problemas de derechos, pero parece que lo han solucionado de cara a la segunda temporada), estableciendo que esto no es algo aparte, sino una auténtica continuación de las aventuras de Ash. Y ahora Ash no está solo, el reparto de la serie se completa con Ray Santiago y Dana DeLorenzo como Pablo y Kelly, los acompañantes de Ash en su cruzada contra el mal. Grupo al que hay que añadir Jill Marie Jones como la agente Amanda Fisher y a la fantástica Lucy Lawless como la misteriosa Ruby.
Es una lástima que los extras no estén a la altura. Solo tres cortos documentales, aunque compensado con los audiocomentarios que acompañan cada episodio. En especial destaca el primero en el que Sam Raimi, Ivan Raimi, Robert Tapert y Bruce Campbell hablan del origen de la serie y las distintas encarnaciones que tuvo Evil Dead 4 a lo largo de los años. Los que tengan problemas con el inglés se alegrarán de saber que tanto los episodios como los extras están subtitulados en castellano neutro, excepto los comentarios que no traen subtítulos.
Los fans del terror y la comedia no se la pueden perder. Los fans de Evil Dead y Bruce Campbell se odiarán a ellos mismos si se la pierden. Espero con impaciencia la segunda temporada.
He encontrado este vídeo en Bloody Disgusting. Demuestra como Sam Raimi se plagió a si mismo en Oz, un mundo de fantasía (Oz the Great and Powerful, 2013), que parece un remake encubierto de El ejército de las tinieblas (Army of Darkness, 1992).
Cuando salí del cine tras ver Arrástrame al infierno (Drag Me to Hell, Sam Raimi, 2009) tuve la sensación de que me había encontrado con un amigo del que hacía tiempo que no sabía nada. Era la sublime sensación de haberme reencontrado con el genial Sam Raimi de los primeros tiempos, antes de que fuera desgastado por las grandes productoras.
Tras la excelente Un plan sencillo (A Simple Plan, 1998), las siguientes películas de este director fueron poco menos que decepcionantes: la insulsa comedia romántica Entre el amor y el juego (For Love of the Game, 1999) -que es cierto que sólo la rodó para poder hacer Un plan sencillo pero no deja de ser decepcionante- y la mediocre Premonición (The Gift) (The Gift, 2000). Luego se dedicó a las películas de Spiderman, sobre las que tengo sentimientos encontrados y prefiero no alargarme demasiado sobre ellas, simplemente que durante una escena de la segunda -y creo que mejor de las tres- sí que se veían atisbos del Sam Raimi que recordaba -entonces- con cierta nostalgia. Tras la tercera, Raimi y Sony no se pudieron poner de acuerdo en como enfocar la siguiente entrega de Spiderman y Raimi acabó abandonando el proyecto, dedicándose a seguir produciendo películas malas mediante su sello Ghost House y a proyectos televisivos.
Y de repente nos llegó Arrástrame al infierno, una película que reunía todos los elementos que hicieron que nos enamoráramos de Raimi (hablando figuradamente) y su particular estilo de contar una historia.
Lo curioso de esta película es que aparentemente se realizó con un espíritu retro y fue calificada para mayores de 13 años pero resulta más intensa, demoledora y moderna que casi todas las películas de terror que se estrenaron el 2009. Además, después de haberla visto varias veces (una en el cine y luego varias en Blu-ray), también he descubierto que hay bastantes más cosas que transcurren por el fondo de lo que se ve a primera vista.
La película se abre con un logo antiguo de la Universal, el de 1980. Esta es una manera rápida y directa que tienen los directores de anunciar sus intenciones respecto a lo que vamos a ver y denota cierta actitud que acaba haciendo interesante la película (una de mis reglas personales es que toda película que empieza con un logo antiguo del estudio es buena -y hasta ahora no ha fallado-, siendo la excepción la penosa precuela/remake de La cosa (The Thing, John Carpenter, 1982) que puso el logo equivocado -el de los años 90- en lugar del mismo que aparecía en La cosa que es el que aparece en Arrástrame al infierno). La intención de Raimi queda bastante clara: ofrecer al público una película de terror hecha con la mentalidad roller coaster de los 80, mezclada con la intensidad de los 70.
Raimi muestra una habilidad asombrosa a la hora de crear un tono serio de terror pero, al mismo tiempo, provocar risas en el espectador. No se trata de una comedia, se trata de que la misma intensidad emocional y la exagerada naturaleza de las perrerías que le suceden a Christine Brown (Alison Lohman) toca diversos nervios, mezclando respuestas de miedo, asco, repugnancia y carcajada histérica, muchas veces todas al mismo tiempo.
Esta intensidad, esta fiereza y esta implacable forma de atacar al espectador (y a la pobre Christine) sorprende más aún teniendo en cuenta de que se trata de una película para mayores de 13 años. Las calificaciones no deberían decir nada sobre la calidad intrínseca de la película, pero en películas procedentes de Estados Unidos, lo hace. Y lo hace especialmente a partir de los años 90. Es a partir de entonces que surgen las películas de terror PG-13, destinadas a un público adolescente. Todas ellas sin excepción muy malas, ya que no estamos en los 70 y los 80, décadas en las cuales el hecho de que una película fuera para todos los públicos no era tan grave: Tiburón (Jaws, Steven Spielberg, 1975) es apta para todos los públicos y tremendamente efectiva aún hoy día. Pero las modernas PG-13 indican que son películas de terror pensadas para adolescentes, suaves y no demasiado exigentes, películas que no cruzarán ciertas líneas, películas que se resumen en una palabra: seguras. Y si hay algo que las películas de terror no han de ser son seguras. Es también por ello que estoy en contra de las reglas que se han de aplicar a la hora de entrar en algún subgénero del terror: las películas de terror no han de tener reglas.
Esto convierte Arrástrame al infierno en una película casi subversiva en el modo que cruza todas las líneas y rompe todos los tabúes imaginables. Arrástrame al infierno se descubre como una película que no es segura y en la que cualquier cosa es posible.
Esta actitud también se aplica a su heroína. Originalmente, el primer guion de Arrástrame al infierno fue escrito poco después de El ejército de las tinieblas (Army of Darkness, 1992), con Bruce Campbell en mente para el papel protagonista. Unos cuantos años más tarde, Sam Raimi y su hermano Ivan se pusieron a reescribir el guion para que fuera protagonizado por una mujer (originalmente iba a ser Ellen Page que -por suerte- abandonó la película en favor de otro proyecto). A pesar de ello, en Christine Brown podemos ver algunas de las características que adornaban el Ash de Bruce Campbell, más allá del castigo al cual es sometida a lo largo del film. Brown se rebela como una cobarde, una hipócrita que traiciona sus principios y además lleva a cabo acciones moralmente reprensibles. En definitiva, se parece más a una persona normal que las santas que habitualmente se encuentran en el cine de terror. Además, convertir a la protagonista en banquera hace que se toquen temas socialmente relevantes, pero de un modo bastante sutil (o tan sutilmente como puede hacerlo Sam Raimi).
Con un tono que recuerda a Terroríficamente muertos (Evil Dead II: Dead by Dawn, 1987), la película hace diversas referencias a otras cintas de terror, principalmente a la propia trilogía Evil Dead, pero en ningún momento se hace nostálgica o retro, mantiendo en todo momento apretado el acelerador. La película es emocionante, intensa, divertida y atmosférica, también gracias a la excelente banda sonora de Christopher Young, y proporciona al espectador una experiencia extremadamente disfrutable. Sin embargo, la película no acabó de funcionar en taquilla, lo que quizá llevó a Raimi a embarcarse en proyectos más seguros como producir un remake de Posesión infernal (The Evil Dead, 1981) y producir un remake de Poltergeist (Tobe Hooper(?), 1982). Es una lástima, porque hasta que vi Arrátrame al infierno no me di cuenta de lo que había echado en falta al viejo Sam Raimi.
Un verano que tendría yo unos diez años o poco más, vi una emisión nocturna de Posesión Infernal (The Evil Dead, Sam Raimi, 1981). Os confieso que aquella primera vez que la vi me dio demasiado miedo para verla entera y cuando faltaba poco para el final apagué la televisión, completamente aterrorizado. Sin embargo, desde entonces hasta ahora la he visto infinidad de veces, así como sus continuaciones. Tuve una preciada copia en vídeo que atesoré durante años, tengo también un par de ediciones en DVD y una en Blu-ray. Además he ido acumulando información inútil sobre esta trilogía de películas que ahora me dispongo a compartir con todos vosotros, para que seáis los más populares cuando salgáis de fiesta.
Within the Woods (1978): Éste es un cortometraje que filmó el equipo de amigos que había reunido Sam Raimi para rodar The Evil Dead y que en gran parte consistía en los amigos con los que durante años rodó pequeños cortos en 8mm. El corto fue rodado con el objetivo de recaudar dinero enseñándoselo a los posibles inversores como una muestra de lo que podían hacer. Se trata de una versión de media hora de Evil Dead, pero aquí se trata de un joven (Bruce Campbell) que encuentra una punta de flecha paseando por el bosque, despertando a los demonios que habitan en él. Aparte de Bruce Campbell, también sale Ellen Sandweiss y ambos intercambian papeles en el corto respecto a la película: aquí es Ellen la víctima y Bruce el poseído que la atormenta. También señalar que durante el corto se inventaron algunos gags sangrientos que se aprovecharon posteriormente en Evil Dead. La cualidad del corto es difícil de juzgar ya que visualmente la calidad del soporte en que la vi estaba bastante vapuleada. Pero diría que es algo para los muy fans que sientan curiosidad por ver una versión previa de Evil Dead.
Posesión Infernal (The Evil Dead, 1981): La revolucionaria ópera prima de Sam Raimi que Stephen King calificó como una de las películas de terror más originales que había visto. Un histérico ejercicio que pone a prueba los nervios del espectador en un increíble tour de force visual. Originalmente la película se llamaba Book of the Dead (el libro de los muertos), pero un distribuidor les dijo que con ese título la gente pensaría que era una película muy intelectual y cambió el título a The Evil Dead (los muertos diabólicos) que era mucho más claro. La película se filmó durante el gélido invierno de 1979 a 1980. Sin apenas presupuesto, con unos crudos efectos especiales, en unas condiciones casi insoportables se llevó a cabo el rodaje, que además era bastante complicado debido a los imaginativos planos que ideó Raimi. El resultado en pantalla de tanto esfuerzo deja sin aliento. Es cierto que los efectos especiales son algo rudimentarios, debido a la falta de dinero y la inexperiencia del equipo, pero si uno es capaz de ver más allá le espera una experiencia memorable.
Uno de los puntos fuertes de la película es su sencillo argumento: cinco universitarios que van a pasar el fin de semana en una cabaña perdida en el bosque. Allí despiertan los demonios del bosque que poseen a algunos de ellos. Este sencillo argumento posibilita a Raimi asaltar al incauto espectador con un estilo visual difícil de igualar. Tras veinte minutos de inquietante atmósfera, Raimi apreta el acelerador y la siguiente hora es una acumulación de horror tras horror. Raimi desarrolla lo que yo he bautizado "terror histérico", ya que provoca en el espectador una reacción extrema que le lleva a apartar la mirada horrorizado o soltar una carcajada. A ello también contribuye la manera que tiene de alargar las escenas: empieza siendo perturbador, luego aterrador y finalmente, al ver que la escena sigue, uno tiene que reírse para mantenerse cuerdo.
Otro de los fuertes es el diseño de sonido: la infame escena en que una poseída Cheryl (Ellen Sandweiss) le clava el lápiz en el tobillo a Linda (Betsy Baker), aparte de por la malvada y alegre saña con que Cheryl se lo clava, resulta también efectiva por el desgarrador grito de Linda. También la parte final de la película, en que la locura total se adueña de la pantalla, el sonido tiene una importancia determinante para enervar al espectador y ponerlo al borde del asiento. Os confieso que con un buen sistema Home Cinema puede llegar a ser una experiencia abrumadora y brutal. Genial, en otras palabras.
La película también fue el debut en pantalla grande, no sólo de Sam Raimi, también del gran Bruce Campbell como Ash. Aunque en esta primera película está un poco soso y aún no ofrece los festivales interpretativos que nos ofrecería a continuación. También sería la primera colaboración entre Raimi y los hermanos Coen, que se conocieron en la posproducción de la película.
Imagino que si sois fans del cine de terror estáis de sobra familiarizados con esta película y su importancia dentro del género. En caso contrario, explicaros que fue estrenada sin censurar (unrated) y su mezcla de humor y sangre a borbotones marcaría una importante tendencia dentro del género en los ochenta, dando lugar a una edad dorada del género.
Terroríficamente muertos (Evil Dead II: Dead by Dawn, 1987): Después de la agridulce experiencia de Ola de crímenes, ola de risas (Crimewave, 1987), colaboración entre los Coen y Raimi que fue maltratada por los ejecutivos del estudio para el que la filmaron, Raimi decide retornar a sus orígenes con una secuela de su film debut. La película mezcla de manera más evidente la comedia y el terror, además de que al tener medios más holgados el dominio que ejerce Raimi de la cámara es admirable, creando planos espectaculares con asombrosa habilidad.
Bruce Campbell está en plena forma y la mejor parte de la película es la primera, donde tenemos a Ash enfrentándose solo a demonios y a su mano poseída. El humor se hace más patente, y Raimi hace gala de la influencia de Chuck Jones en varias escenas. Hay que señalar también que, como no pudo conseguir los derechos para mostrar imágenes de la primera película, los cinco primeros minutos son una nueva versión de Evil Dead, que luego enlaza con el nuevo material a partir de la recreación del plano final de la primera.
Si bien carece de la furiosa energía e inventiva de la primera entrega, Evil Dead II fue instrumental a la hora de convertir a Bruce Campbell en un icono de la serie B y expandir la legión de fans de Sam Raimi. Es una película divertida, excitante e imaginativa que te coge del cuello y te monta en una montaña rusa de emociones.
El ejército de las tinieblas (Army of Darkness, 1992): Sobre la tercera entrega ya escribí un largo post en el que comento las diferentes versiones que existen, lo podéis leer aquí. Solamente añadir que la reciente edición en nuestro país de la película en DVD y Blu-ray es un timo. Pobre calidad de audio e imagen, sin todos los extras, decepcionante y más teniendo en cuenta las numerosas ediciones que hay en Europa y Estados Unidos. Pero el nuestro es un país que tiene la costumbre de maltratar a los aficionados. Me parece increíble que me acabe de comprar, por ejemplo, una edición en Blu-ray de tres discos de Battle Royale (Batoru rowaiaru, Kinji Fukasaku, 2000) al mismo precio que te cuesta aquí una sencilla película sin ningún extra.
Evil Dead The Musical: Mientras rumores de remakes y nuevas continuaciones se van propagando, los fans se pueden consolar con la versión musical que, combinando la primera y segunda parte, hicieron George Reinblatt, Frank Cipolla, Melissa Morris y Christopher Bond en el 2004. La obra es una parodia-homenaje de las películas en las que abundan las referencias metalingüísticas y los guiños a la tercera entrega (introduciendo en el diálogo algunos de los memorables one-liners de ésta). Es muy divertida y la música resulta tremendamente adecuada, con un tono que mezcla ironía y camp, siendo una de mis favoritas All The Men In My Life Keep Getting Killed By Candarian Demons. Vuelve a los orígenes de la primera entrega, es decir, es una obra tremendamente sangrienta y, de hecho, se pueden adquirir unos chubasqueros para aquellas personas en la primera fila que no quieran que sus ropas queden cubiertas de sangre falsa. También tiene otros detalles graciosos para los fans: en una escena Cheryl aparece leyendo la autobiografía de Bruce Campbell o el comentario de Jake sobre la ausencia de Bobbie Joe en la obra. Es posible que no tengáis oportunidad de viajar a Estados Unidos y verla en directo, por lo tanto os recomiendo que compréis la grabación del reparto original en Amazon o algún sitio parecido. La única pega es que han cambiado el final de la obra para hacerlo igual que el de Evil Dead II, introduciendo la nueva canción Hail To The King, cosa que me decepcionó porque me parece mucho más divertido el final original (el que aparece en el álbum) con la canción Blew That Bitch Away.
La obra enlaza con la tradición del Grand Guignol francés, un antecedente del cine gore que consistía en obras representadas a finales del XIX, si no recuerdo mal. Con lo cual se cierra un círculo que va del teatro al cine y de vuelta al teatro.
La trilogía Evil Dead de Sam Raimies de sobra conocida por todos los fans del cine fantástico y de terror. Tiene suficientes seguidores como para que vayan saliendo múltiples ediciones de sus tres entregas, yo personalmente tengo dos ediciones diferentes de cada una. La tercera parte, estrenada en 1992, es diseccionada y comentada en infinidad de webs, así que mi intención aquí es comentar las diferencias entre las tres versiones de esta parte que podemos encontrar. Las denominaciones se las he puesto yo, no son oficiales.
Theatrical Cut. Esta es la versión que se estrenó en Estados Unidos y realmente no vale la pena molestarse en buscarla. Parecer ser que cuando los ejecutivos que había entonces en la Universal vieron la película la odiaron, como consecuencia fue tremendamente mutilada. Escenas memorables como el enfrentamiento de Ash con sus diabólicas reproducciones en miniatura fueron eliminadas y la batalla final severamente recortada. Esta versión ha sido incluida en las varias ediciones que han ido saliendo porque dudo que nadie la comprara o se interesara en ella de forma independiente.
Director's Cut. Esta versión restaura el metraje eliminado en su momento por los ejecutivos de la Universal e incluye también el final original apocalíptico que había planeado Sam Raimi y que fue cambiado por sugerencia del productor Dino De Laurentiis por un final más "optimista". Otro detalle es que en la batalla final hay algunas diferencias respecto al International Cut.
International Cut. Esta es la versión que muchos vimos en el cine. Dino De Laurentiis pudo estrenar fuera de Estados Unidos la versión original de Army of Darkness sin los cortes de la Universal y con el final "optimista".
Desechando de entrada el Theatrical Cut, la cuestión reside en que montaje es mejor: ¿el Director's Cut o el International Cut? Desde mi punto de vista, el International Cut es el mejor. La razón reside en la parte final de la película, porque el resto es igual en ambos. En la escena de la batalla hay una escena en el Director's Cut donde se ve a Ash (¿de verdad lo tengo que decir? Bruce Campbell, el number one) corriendo como si huyera, es acusado de cobarde por Lord Arthur (Marcus Gilbert) pero entonces Ash reaparece en el coche a vapor destruyendo Deadites. Esta escena sobra ya que ya aparece una muy parecida en Evil Dead 2: Dead by Dawn en la que Ash parece un cobarde para luego reaparecer como héroe sierra mecánica en ristre. Además, en el Director's Cut el ejército de Henry el Rojo aparece casi al final de la batalla, con lo que no parece que hagan nada aparte de simplemente ir y por tanto no resulta tan lógica la reconciliación entre ambas facciones. Luego está el final de Raimi, que no resulta del todo adecuado con el tono general de la película, es bastante plano y no tan conseguido como el final "optimista".
Así, el International Cut es mejor porque nos ahorramos la tópica escena eres un cobarde-nos abandonas-no, solo lo parece, soy un héroe; el ejército de Henry el Rojo aparece antes y sí tenemos la impresión de que han formado parte de la batalla, por tanto tiene sentido la reconciliación y el final "optimista" creo que es el más adecuado para el Ash que aparece en Army of Darkness. El final original de Raimi encajaría mejor en la segunda entrega, más oscura.
En fin, escoged la versión que más os guste y disfrutad a tutiplén con esta joya cinematográfica. Y recordad: Shop smart, shop S-Mart.