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6 sept 2024

La quinta jornada (Le cinque giornate)

 


 

Durante mucho tiempo, La quinta jornada (Le cinque giornate, Dario Argento, 1973) fue el título más desconocido de la filmografía de Dario Argento. En su día fue un fracaso de taquilla y, al no tratarse de un giallo sino de una comedia histórica, fue ignorado tanto por la crítica como por los fans de Argento. Hasta hace poco, además, no era una película fácil de ver. De modo que, siendo sincero, me compré la reciente edición en 4K principalmente para completar la filmografía de mi admirado Dario Argento en la estantería y me puse a verla por cumplir el expediente. Para mi sorpresa, me encontré disfrutando enormemente de esta película y disfrutando con ella hasta el final.

Nos encontramos en 1848, cuando se produce la primera revolución italiana para expulsar a los austríacos de Italia, el primer paso para que el país se acabara convirtiendo en una república en 1861. Pero nada de esto le interesa a Cainazzo (Adriano Celentano), un ladrón que aprovecha un atentado para liberar a revolucionarios para escapar de la cárcel. Una vez fuera, tiene como objetivo reclamar su parte del botín obtenido en el golpe por el que fue preso. Cainazzo descubre que su cómplice, Zampino (Glauco Onorato), es ahora un líder de la revolución que se hace llamar Libertad. Cainazzo empieza entonces su odisea para dar con Zampino, viéndose involucrado de forma involuntario en diversos eventos históricos acompañado de Romolo (Enzo Cerusico), un panadero cuya panadería desaparece debido a los bombardeos austríacos.

A finales de los 60 y principios de los 70 del siglo XX en Italia se pusieron de moda las comedias históricas, en particular tras el éxito de El decamerón (Il Decameron, Pier Paolo Pasolini, 1971). Una de las comedias que más éxito tuvo fue una producida por Salvatore Argento protagonizada por Adriano Celentano: El guapo (Er più: storia d'amore e di coltello, Sergio Corbucci, 1971). De modo que Argento padre le pidió a su hijo Dario que le escribiera otra comedia histórica que sería de nuevo protagonizada por Celentano. Dario recuperó entonces un guión que puso en marcha tras el exitoso estreno de Los cuatro días de Nápoles (Le quattro giornate di Napoli, Nanni Loy, 1962). Originalmente, Nanni Loy iba a ser el director de La quinta jornada, con un guion en el que trabajaron Dario Argento y Luigi Cozzi. Este guion era una comedia sin toques políticos y homenajes a artistas de la comedia del cine mudo como Buster Keaton y Charles Chaplin. Luego, se pusieron a trabajar en el guion Argento y Nanni Balestrini. Balestrini sí que fue un escritor más político y animó a Argento a añadirle alegoría política a la comedia. Argento lo vio como una oportunidad de dar rienda suelta a sus tendencias comunistas, que no explotaba en sus gialli.

Era un momento también en el que Argento no estaba seguro de hacia que dirección tomar con su carrera. La serie que había creado para la televisión, La puerta en la oscuridad (La porta sul buio, 1973), le había dado una tremenda popularidad y su "trilogía animal" había sido un tremendo éxito de taquilla, pero ese mismo éxito había provocado que se estrenaran en los cines muchas imitaciones y que el mercado se llenara de gialli. Este momento de duda sobre el futuro se juntó con que el director original de La quinta jornada abandonara el proyecto y el reparto pidiera que Argento se pusiera al frente. Y así acabó Argento dirigiendo una comedia histórica que, a primera vista, no podía ser más distinta de las películas que había dirigido entonces.

La película, que tuvo un rodaje complicado, estaba pensada para el mercado italiano, pero fue un fracaso de taquilla. Fuera de Italia tampoco funcionó demasiado. Argento había ideado la película como una alegoría de lo sucedido tras el Mayo del 68, con una gran carga crítica entre la comedia, que no funcionó y no se entendió en su momento. Su reputación no mejoró con el tiempo, pasando décadas desaparecido y solo accesible mediante ediciones piratas o italianas de pobre calidad. Sin embargo, gran parte de las críticas negativas que he visto sobre la película eran de críticos y expertos ingleses y americanos, que creo no podían conectar con el mensaje de Argento, procedentes de un bagaje cultural muy distinto, al contrario de lo que sucede entre españoles e italianos, más próximos. Por mi parte, creo que a varios momentos históricos de la historia de España pueden ser perfectamente representados por la alegoría de Argento. También comparto bastante de las ideas que expone Argento. Y, sobre todo, me pareció una película muy divertida. Exceptuando alguna escena de homenaje al cine cómico mudo, las situaciones en que se ven envueltos los personajes me hicieron reír mucho con su mezcla de humor negro y cinismo. Lo que, al fin y al cabo, es lo más importante cuando hablamos de una comedia.

El fracaso de esta película hizo que Argento decidiera, de forma definitiva, volver al giallo, lo que hizo con la obra maestra Rojo oscuro (Profondo rosso, 1975). Estar alejado del género temporalmente contribuyó a un regreso verdaderamente genial, pero no se ha de desmerecer La quinta jornada, que nos ofrece una parte desconocida de Argento. La apreciación hacia ella parece que por fin cambia y es el momento de celebrar este redescubrimiento por parte de los fans no italianos de Argento.


17 nov 2022

Occhiali neri de Dario Argento


 

Como fan de Dario Argento, ya hace tiempo que tengo claro que seguramente el maestro no vuelva a dirigir una película que esté a la altura de sus títulos más recordados, no digamos ya a la altura de alguna de sus obras maestras. Peor aún, bodrios como Drácula 3D (Dracula 3D, 2012) y Amarillo (Giallo, 2009) hacían pensar que no volvería a presentar una película que fuese como mínimo potable. Sin embargo, el estreno de Occhiali neri (2022) nos prueba que el talento de Argento no está completamente agotado.

Diana (Ilenia Pastorelli) es una prostituta que se convierte en el objetivo de un misterioso asesino que lleva un tiempo actuando en Roma. Diana logra escapar del asesino pero en la huida sufre un accidente de coche que la deja ciega. Contando con la ayuda de Chin (Andrea Zhang), un niño que ha quedado huérfano en el mismo accidente que ha dejado ciega  a Diana, ambos se enfrentarán al asesino que se ha obsesionado con la víctima que se le ha escapado.

El problema con las películas de la última etapa como director de Dario Argento, que arranca hacia finales de los 90, es que el director seguía intentando hacer las películas barrocas y visualmente arrebatadoras que habían sido su firma pero sin contar ya con los medios para hacerlas. El colapso de la industria cinematográfica italiana junto a la pérdida de poder de Argento al no contar ya con una productora que lo apoyaba y arropaba, son los principales factores responsables de la gradual pérdida de calidad de las películas del maestro. Es decir, puede que Giallo hubiera sido una sólida película de suspense si no se la hubiesen arrebatado al director una vez concluido el rodaje. En el caso de Occhiali neri, esta se ve beneficiada por el hecho de que Argento ha trabajado con una productora que iba a su favor y que el director es consciente de las limitaciones del presupuesto, así que no se usa una terrible animación por ordenador para hacer realidad los planos imposibles que tanta fama le dieron. Así, Occhiali neri no está a la altura del mejor Argento pero sí que supera títulos como El jugador (Il cartaio, 2003) o Insomnio (Non ho sonno, 2001).

Con una duración de 85 minutos, la película prescinde de todo lo superfluo, la trama se desarrolla rápidamente para dar cabida a las secuencias de suspense. Unas secuencias ejecutadas con un estilo efectivo y directo reminiscente de los 70, arropadas por una banda sonora electrónica retro de Arnaud Rebotini.

Es posible que si esta película la hubiese presentado un director desconocido hubiese sido reconocida como un fantástico thriller, pero al venir de un director legendario es más difícil apreciarla solo por lo que es: un entretenido film de suspense. Al mismo tiempo, teniendo en cuenta las últimas películas que había presentado Argento, es de lo mejor que ha producido en los últimos años.

26 abr 2017

Más Suspiria

 
Suspiria (Dario Argento, 1977) es una de mis películas favoritas, por eso le he dedicado varios artículos en el blog. Ahora he escrito un nuevo artículo celebrando el 40º aniversario de este clásico, para Underbrain Mgz, que podéis leer clicando aquí:



29 sept 2015

Trauma y la decadencia de Dario Argento

 
Si cualquier nuevo aficionado o aficionada al terror empieza a leer guías y libros sobre el género, intentando buscar cierta orientación sobre quiénes son los nombres a tener en cuenta como referentes del terror, es posible que tropiece varias veces con el nombre de Dario Argento. Es posible también que, llevado por la curiosidad, este hipotético nuevo aficionado o aficionada vea algunas de las últimas películas de Argento, Giallo (2009) o Dracula 3D (2012), y no acabe de entender por qué Argento es considerado un maestro del terror si sus películas son muy malas. Pero, hipotético nuevo fan del terror, te aseguro que hubo un tiempo en que Argento fue un maestro del terror y el suspense. Y, tal vez, algún día vuelva a serlo.

Trauma (1993) marca el inicio de la decadencia en la carrera de Dario Argento, aunque no porque la película sea mala o no resulte interesante. El maestro italiano dirigió esta película en Estados Unidos y pudo haber significado una nueva etapa para Argento. Como ya escribí en su momento, Opera (1987) es la última gran película del maestro, la última en la que se nos ofrece un gran espectáculo donde la muerte y el asesinato se convierten en macabro arte. Los cambios en la industria cinematográfica italiana, cambios que pusieron fin a la riqueza de títulos y estilos, y la dificultad de contar con los medios y el dinero que habían hecho posible sus anteriores clásicos, hacían cada vez más difícil que Argento pudiera ofrecer algo que mantuviera la calidad y el nivel a los que había acostumbrado al espectador. De modo que el director probó suerte en Estados Unidos.

Su primer proyecto allí es una coproducción entre Italia y Estados Unidos que dirigió junto a George A. Romero, Los ojos del diablo (Two Evil Eyes/Due occhi diabolici, 1990). En esta cinta, Romero y Argento adaptan sendos relatos de Edgar Allan Poe: La verdad sobre el caso del señor Valdemar y El gato negro, respectivamente. Gracias a la interpretación de Harvey Keitel, entre otras cosas, el fragmento de Argento resulta muy interesante, sobretodo comparado con el de Romero. Tras este primer proyecto, Argento empieza a dirigir su segunda película en Estados Unidos, de nuevo una coproducción: Trauma.

Trauma nos da una idea de la carrera que hubiera podido tener Argento si se hubiera sentido cómodo rodando en América y se hubiera quedado allí. Esta película es un bien construido film de suspense en el que el director recicla varios elementos usados anteriormente, especialmente de su clásico Rojo oscuro (Profondo rosso, 1975), el giallo perfecto. El film está protagonizado por Christopher Rydell como David Parsons, un ilustrador que decide ayudar a la joven Aura Petrescu, testigo del asesinato de sus padres a manos de un misterioso asesino que se dedica a decapitar a sus víctimas. Aura está interpretada por Asia Argento, hija del maestro, en lo que marca su primera colaboración juntos en una película (aunque Asia de pequeña ya había aparecido anteriormente en un par de películas producidas por su padre: Demons II [Dèmoni 2... L'incubo ritorna, Lamberto Bava, 1986] y El engendro del diablo [La chiesa, Michele Soavi, 1989]).

Aunque el film no ofrece un impactante tour de force como los de las cintas de Argento de los 70 y 80, la elegante manera que tiene el director de utilizar el steadycam hace que la narrativa visual resulte fluida y elegante, a pesar de que el guion es bastante normal, aunque la colaboración del escritor americano T.E.D. Klein ayuda a que tenga más "lógica" de la habitual en un film de Argento. Resulta irónico que los productores no le dejaran utilizar a su compositor habitual, Claudio Simonetti, y la banda sonora corriera a cargo de Pino Donaggio, compositor que había trabajado en diversas ocasiones con Brian De Palma. Y digo que resulta irónico porque la música de Donaggio junto a las imágenes que crea Argento le dan al conjunto un toque que recuerda mucho a De Palma, director que en su momento no tenía muchos problemas en copiar a Argento.

Trauma resulta un entretenido film de suspense, pero que no está a la altura de las anteriores películas de Argento. Posiblemente si se hubiera quedado en Estados Unidos, este sería el tipo de película que habríamos podido esperar de este director. Su regreso a Italia marca una etapa en la que sus trabajos oscilan entre lo correcto y medianamente interesante, como El arte de matar aka El síndrome de Stendhal (La sindrome di Stendhal, 1996), el reciclaje de motivos ya usados, como Insomnio (Non ho sonno, 2001), y la pura mediocridad y torpeza de la mencionada Dracula 3D. También se ha de mencionar que Argento ha ofrecido productos de calidad en su participación en la serie Masters of Horror y locuras como La madre del mal (La terza madre, 2007) recuerdan al Argento desmelenado de antaño.


3 may 2014

Especial Nº 1000: Mis películas favoritas

Parece que era ayer cuando escribía mi post nº 999 y hoy ya estoy escribiendo mi post nº 1000. Para celebrar esta ocasión especial (aunque no sé si celebrar que he torturado mi cerebro con grandes cantidades de absurda psicotronía para hacer este blog) he decidido satisfacer una demanda que me habían hecho varias veces: hacer una lista con mis películas favoritas (cuando ya has comentado una película con pelucas parlantes y otra sobre una cama asesina es difícil encontrar algo original). No es una lista grabada en piedra, a medida que vaya descubriendo nuevos títulos y vaya evolucionando supongo que se incorporarán otras más. De momento, estas son las que hay. Me ha sorprendido que no hay ninguna de directores que me apasionan como Stanley Kubrick y Frank Henenlotter, lo cual significa que estas películas tienen algo especial que el resto de filmes que me fascinan o me encantan o me apasionan no tiene. Aquí están, en estricto orden cronológico.


Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976). Artículos sobre la película: 1-2-3

-¿Por qué quieres ser un taxista, Bickle?
-No puedo dormir por las noches
-Hay cines porno para eso.
-Lo sé. Lo he probado.

Todos los animales salen de noche.

Ella está sola. Nadie se le puede acercar.

-¿Este es el único tipo de película que ves?
-Sí. Vengo... No está tan mal. No sé...
-Traerme aquí es tan excitante para mí como decirme: Vamos a follar.
-Hay otros sitios a los que puedo llevarte. No sé mucho sobre ellos, pero puedo llevarte a otros sitios.

-¿Ve a la mujer de la ventana?
-Sí.
-¿La ve? Bien. Quiero que se la mire porque esa es mi mujer. Pero ese no es mi apartamento. No es mi apartamento. ¿Sabe quién vive ahí? Claro, no lo sabe, pero ¿sabe quién vive ahí? Allí vive un negro. ¿Qué le parece? Y voy a matarla, solo eso. Simplemente, voy a matarla. ¿Qué le parece? He dicho: ¿qué le parece ? No conteste, no tiene que responder a todo. Voy a matarla con un revólver Magnum del 44. Tengo un Magnum del 44. La voy a matar con ese revólver. ¿Ha visto lo que le hace un Magnum 44 a la cara de una mujer? La destruirá, joder. La reventará. Eso es lo que le hace a una cara. Ahora, ¿ha visto lo que le puede hacer al coño de una mujer? Eso deberías verlo. Deberías ver lo que un Magnum del 44 le haría al coño de una mujer. Deberías verlo.

¿Crees que soy un enfermo?

Tengo unas cuántas malas ideas en mi cabeza.

La soledad me ha seguido toda la vida, a todas partes. En los bares, en las calles, en las aceras, las tiendas, por todas partes. No hay escapatoria. Soy el hombre solitario de Dios.

Dios, no sé quién es más raro: tú o yo.

Ahora lo veo con claridad. Mi vida entera encauzada en una dirección. Ahora lo veo. No he tenido elección.

Bang. Bang. Bang.



Suspiria (Dario Argento, 1977). Artículos sobre la película: 1-2

Suzy Bannion decidió perfeccionar sus estudios de ballet en la academia más famosa de Europa. Escogió una prestigiosa academia de Friburgo. Un día, a las 9 de la mañana, salió del aeropuerto Kennedy en Nueva York y llegó a Alemania a las 10:40 de la tarde, hora local.

Debes saber... secreto... lirio...

Sssuzy, Sssara... Una vez leí que los nombres que empiezan con la letra "s" son nombres de... ¡serpientes!

Sé que esa es la directora. Ella está aquí, justo detrás de esa sábana.

Yo soy ciego, pero no sordo, ¿lo entienden? No soy sordo... ¿Lo entienden?

Escucha, se van justo a la hora. Los profesores, ¿recuerdas? ¿Puedes oírlos? Se marchan.

Muchas cosas extrañas, increíbles, absurdas... Pat tomó notas sobre esas cosas durante meses. Antes de irse me dio sus notas.

Suzy, ¿sabes algo sobre brujas?

La mala suerte no la provocan espejos rotos, sino mentes rotas.

¿Has oído hablar de Helena Marcos?



Apocalypse Now/Apocalypse Now Redux (Francis Ford Coppola, 1979). Artículo sobre la película: 1

Saigón. Mierda, solo sigo en Saigón.

Cada vez que miro alrededor, las paredes se juntan un poco más.

Yo quería una misión y, por mis pecados, me la dieron.

No hay manera de contar su historia sin contar la mía. Y si su historia es una confesión, también lo es la mía.

Charlie no surfea.

¡Un tigre, tío! ¡Un tigre!

No salir nunca del barco. Totalmente cierto, a no ser que vayas hasta el final. Kurtz se bajó del barco.

Ser Playmate del Año es la experiencia más solitaria que podía imaginar.

-¿Quién es el oficial al mando aquí?
-¿No es usted?

Soy americano. Civil americano. Hola.

Aquí terminaba el río, sin duda.

¿Por qué un buen tío como tú quiere matar a un genio?

Todos querían que lo hiciera. Él más que nadie.

El horror... El horror...



La posesión (Possession, Andrej Zulawski, 1981). Artículo sobre la película: 1

-¿Qué sientes ahora?
-¿Realmente lo quieres saber?
-No.

¿Nuestro sujeto sigue llevando calcetines rosas?

Nadie es bueno o malo, pero si quieres yo seré la mala.

Es difícil. Yo no quería que pasara, pero pasó y ahora...

Te desprecio, Marge.

-Esto es asqueroso.
-Sí.

-No duele.
-No.

-No hay que tenerle miedo a nada, excepto a Dios. Sea lo que sea para ti.
-Para mí, Dios es una enfermedad.
-Por eso, a través de la enfermedad podemos alcanzar a Dios.

Las mujeres no tienen nada en común, excepto la menstruación.

Aún no ha terminado, ¿sabes?

-¿Qué es esto?
-Mi nombre.

No eres diferente de los demás. Todos somos lo mismo pero en distintas palabras, con cuerpos distintos, distintas versiones. Como insectos. ¡Carne!

-No es normal, ni siquiera era humano. Era...
-¿Divino? Tal vez hace un momento conociste a Dios y ni siquiera te diste cuenta.

No abras. No abras. Por favor, no abras. No abras. No abras. No abras.



La cosa (The Thing, John Carpenter, 1982). Artículos sobre la película: 1-2

Arpía tramposa.

Primera maldita semana de invierno.

No sé que hay ahí dentro, pero es raro y está cabreado sea lo que sea.

Childs, carros de los dioses, tío. Prácticamente son dueños de Sudamérica. Les enseñaron a los incas todo lo que sabían.

Probabilidad de que uno o más miembros del equipo estén infectados por el organismo instruso: 75%

Sé que soy humano. Si todos fuerais una de estas cosas me atacaríais ahora mismo. Así que algunos aún sois humanos. Esta cosa no quiere mostrarse. Se quiere esconder dentro de una imitación. Peleará si tiene que hacerlo pero es vulnerable al descubierto. Si se apodera de todos, ya no tendrá más enemigos. No quedará nadie para matarla. Y habrá ganado. Una tormenta nos golpeará en seis horas. Vamos a averiguar quién es quién.

Nadie se fía de nadie. Todos estamos muy cansados. No puedo hacer nada más, solo esperar.

Debe de ser una jodida broma.

-Esto es una estupidez. No prueba nada.
-Me imaginé que dirías eso, Garry. Eras el único con acceso a esa sangre. Serás el último.

-Bueno, ¿qué vamos a hacer?
-¿Por qué no simplemente esperamos un rato a ver qué pasa?



Videodrome (David Cronenberg, 1983). Artículos sobre la película: 1-2

Televisión Civic: La televisión que te llevas a la cama contigo.

Busco algo innovador. Algo duro.

La pantalla de televisión se ha convertido en la retina del ojo de la mente. Por eso me niego a aparecer en televisión, salvo en una televisión. Por supuesto, O'Blivion no es el nombre que me dieron al nacer: es mi nombre televisivo. Pronto, todos tendremos nombres especiales, nombres diseñados para hacer resonar el tubo de rayos catódicos.

-Videodrome... ¿Qué es esto?
-Tortura, asesinato...
-Suena genial.
-No es exactamente sexo.
-¿Quién lo dice?

-Creo que es peligroso, Max. Videodrome.
-¿Por qué? ¿Es la mafia? Podemos hacer negocios.
-No, no, no. Es más... ¿Cómo te lo diría? Es más político que eso.

Tiene algo que tú no tienes. Tiene una filosofía y eso es lo que lo hace peligroso.

La televisión es la realidad y la realidad es menos que la televisión.

Tuve un tumor cerebral y tuve visiones. Creo que las visiones causaron el tumor cerebral y no al contrario.

Excitante. Muy vívida. Ten cuidado: muerde.

Perdona que no me quede a mirar. Es que no aguanto lo raro.

Tengo una cinta que quiero ponerte.

Muerte a Videodrome. ¡Larga vida a la Nueva Carne!

26 jul 2012

El arte de matar (La sindrome di Stendhal)


Es posible que esta película no guste precisamente a aquellos más familiarizados con la obra de Dario Argento, mientras que aquellos que desconozcan la obra del maestro italiano del suspense puedan apreciar con menos prejuicios El arte de matar (La sindrome di Stendhal, Dario Argento, 1995) ya que se trata de un film extraño que se aleja del tipo de giallo espectacular y sangriento por los que es más conocido y se acerca a films del estilo de Huellas de pisadas en la luna (Le orme, Luigi Bazzoni, 1975) o Repulsión (Repulsion, Roman Polanski, 1965).

La sindrome di Stendhal es, hasta la fecha, la última película interesante que ha dirigido Argento. Su filmografía después de este film se compone de películas de suspense más o menos entretenidas, con la excepción de Jennifer (2005), el estupendo episodio de la serie Masters of Horror que Argento dirigió en la primera temporada de esta irregular serie. Sin tener a su disposición los presupuestos de antaño, la calidad de sus films se ha resentido, además de la dificultad de encontrar guiones que no sean regulares ejercicios de intriga.

La sindrome es también un film extraño dentro de su filmografía porque es muy realista y nada fantasioso. Realista en la forma que retrata la enfermedad que da título al film y que sufre su protagonista, la inspectora Anna Manni (Asia Argento), ya que el film está lleno de imágenes surrealistas y alucinaciones, así como de las set pieces habituales en Argento. Se aleja de conceptos fantásticos como que el ojo guarda la última imagen que ve al morir la persona o poderes de comunicación con los insectos, para retratar de forma veraz los efectos que experimentan las personas que sufren este síndrome (pasajero). La razón de ello está en la doctora Graziella Magherini, cuyo estudio sobre esta enfermedad inspiró la película, psiquiatra y psicoanalista italiana que dio nombre al síndrome cuando observó los sintomas que sufrían distintos turistas que visitaban Florencia, cuando dirigía el Departamento de Salud Mental de Florencia y el servicio psiquiátrico del Hospital Santa Maria Nuova de la misma ciudad. La doctora Magherini fue asesora del film y supervisó todos los aspectos del guion que tenían que ver con la enfermedad.

Argento utiliza un estilo más psicológico, con elementos de drama, para contar como la inspectora Anna Manni sigue la pista de un violador convertido en asesino. El director nos mete en la cabeza de Manni y experimentamos la película a través de sus ojos. Ello significa que este es uno de los films más surrealistas de Argento, con escenas como la primera alucinación de Manni, donde se mete en un cuadro que la lleva al fondo del mar y se besa con un pez de rostro más o menos humano. El resultado es un film con un estilo visual espectacular, pero que es más intelectual y menos fácil de asimilar que sus anteriores y posteriores películas. El impacto visual del film se ve ensalzado por una inquietante y evocadora banda sonora de Ennio Morricone

Son estos elementos los que hacen que posiblemente aquel que vea esta película esperando encontrar "la típica película de Dario Argento" se lleven una decepción. Pero si os ponéis a ver la película con una mente abierta es posible que disfrutéis de este peculiar film. Si os apetece pasar casi dos horas con una persona mentalmente perturbada, pero con un tremendo atractivo físico como el que posee Asia Argento, dadle una oportunidad a esta película.

16 may 2012

Phenomena


Phenomena (Dario Argento, 1985) es uno de los films más curiosos y esotéricos de Argento. En él se dan cita elementos presentes en los films anteriores del maestro del giallo, mezclados de forma harto curiosa. Es también uno de los films más queridos por el propio Argento, aunque en su momento no fue muy apreciada, ya que el público estaba más interesado en ver un thriller "normal y corriente", pero con el tiempo se ha ganado el aprecio que se merece.

Jennifer Corvino (Jennifer Connelly) es la hija de un actor famoso que llega a un internado femenino situado en una peculiar zona de Suiza, donde en esos momentos un misterioso asesino se dedica a masacrar chicas jóvenes. Jennifer tiene una habilidad innata para comunicarse con los insectos, a esta extraña habilidad se le sumará, en cuanto llegue a esta escuela, unos sueños telepáticos en los cuales es testigo de los brutales asesinatos que en ese momento tienen lugar en la zona. Con la ayuda del profesor John McGregor (Donald Pleasence), Jennifer intentará averiguar la identidad del asesino.

A pesar de que la banda sonora consistente en canciones heavies se puede hacer bastante pesada (a no ser que seas un fanático de este estilo musical), Phenomena resulta un film absorbente por la gran cantidad de peculiares elementos que mezcla, en una historia que, como es habitual en el cine del maestro, podría ser bastante vulgar de no ser por la surrealista manera en que Argento nos la presenta.

Como he dicho al principio, en el film se mezclan diversos elementos que habían aparecido ya en el cine de Argento. Este film es una especie de cuento de hadas, y se nos indica que es así con la utilización de una voz en off al principio muy semejante a la que aparece al principio de Suspiria (1977). La ambientación en el internado femenino recuerda también a la de la primera entrega de la trilogía de Las Tres Madres, consiguiendo aquí Argento utilizar actrices realmente jóvenes (15, 16 años) para enfatizar la sensación de oscuro cuento de hadas, cosa que no pudo hacer en Suspiria por presiones de los productores. Los elementos paranormales que asoman tímidamente en Rojo oscuro (Profondo rosso, 1975) son aquí protagonistas en el personaje de Jennifer Connelly.

También está muy presente en el film la pasión e interés de Argento por los animales e insectos, así como su amor por los trabajos de Edgar Allan Poe, haciendo referencias muy claras al clásico de Poe Los crímenes de la Rue Morgue. A todo esto se le añade un tramo final con elementos del grand guignol que redondea de forma ideal el conjunto.

Y los indispensables crímenes sangrientos y brutales, por supuesto.

Creo que a pesar de los muchos elementos extraños que se dan la mano en este film y de lo surrealista que es el conjunto, es una de las películas más accesibles de Argento para aquel que no lo conozca, ya que no es tan brutal y retorcido como otros filmes del maestro y su aspecto de cuento de hadas para adultos puede hacer que interese a otros espectadores que no son los habituales de su cine. Es también uno de los últimos grandes films del maestro, antes que la llegada de los 90 con el recorte de los presupuestos que tenía disponibles afectara la calidad de su trabajo.

Una película que recomiendo a todo el mundo, aunque intuyo que no le gustará a todo el mundo. Por cierto, si aún no la habéis visto, aseguraos de que sea la versión original del director, ya que fue un film muy censurado y recortado por los distribuidores.

27 jul 2011

La Trilogía Animal


En 1970, con el estreno de El pájaro de las plumas de cristal (L'uccello dalle piume di cristallo), Dario Argento crea el giallo tal y como lo conocemos, ya que es a partir de éxito de esta película que se genera la fiebre giallo de los 70, imitando el estilo de Argento. El género en sí, cine de suspense y terror, fue creado anteriormente en Italia a mediados de los 50, Argento seguía los pasos de Mario Bava, considerado oficialmente el creador del giallo con La muchacha que sabía demasiado (La ragazza che sapeva troppo, 1963). Las dos siguientes películas de Argento acabarán de establecer el estilo y debido a sus títulos "animales" son agrupadas bajo el título genérico de la Trilogía Animal.

"Giallo" significa amarillo en italiano y se denominaban así las novelas de suspense, misterio y policíacas debido al color amarillo que adornaba sus portadas. Obviamente, Argento no inventó el cine de suspense italiano, antes que él otros directores como Lucio Fulci, Damiano Damiani, Umberto Lenzi y especialmente Mario Bava habían cultivado el género con gran éxito. Argento, hijo de artistas, fue crítico de cine y guionista antes de convertirse en director, así que sabía perfectamente lo que se había hecho antes que él. Pero cuando decimos que Argento crea el giallo nos referimos al género tal y como fue entre 1970 y 1977/78, momento en el cual adoptó un estilo propio y único, que fue imitado en ocasiones fuera de Italia, con una serie de características comunes que aúnan las películas del género de esa época.

Este estilo hace que, mientras que los argumentos explicados son típicos de las novelas de misterio y en ese aspecto no son particularmente interesantes u originales, la manera en que se exponen esos argumentos hace que, incluso la peor de estas películas, resulten interesantes y originales estéticamente. Si en el cine erótico el argumento es una excusa para enlazar una serie de escenas de contenido más o menos sensual, en el giallo el argumento es una excusa para crear un gran cuadro estético basado en la sangre.

Tras finalizar los 70, el resto de directores adopta un estilo más internacional o sobrio o americanizado, como prefiráis llamarlo, siendo únicamente Argento el que continúa haciendo gialli (plural de "giallo") hasta 1987, donde con Opera da punto y final al estilo barroco, colorido y artístico que le había caracterizado para a partir de entonces adoptar él también un estilo más sobrio.

Inspirado en la novela The Screaming Mimi de Fredric Brown, Argento escribe y dirige El pájaro de las plumas de cristal, en la cual cuenta como el escritor americano Sam Dalmas (Tony Musante) es testigo de un asesinato. Obsesionado con el caso, intentará encontrar al culpable, ya que además la policía le ha quitado el pasaporte para que no salga de Italia.

Los elementos principales del giallo quedan rápidamente establecidos: el voyeurismo y la mezcla de crueldad con un exacerbado esteticismo a la hora de rodar los asesinatos. También queda establecido el look que tendrán siempre los asesinos en el giallo: guantes negros, gabardina negra con el cuello subido y, en ocasiones, sombrero. El asesino y su perseguidor establecen a menudo una relación, llamando el perseguido a su perseguidor para provocarlo, exigirle que le deje en paz o intentar compartir su locura.

El voyeurismo se aplica tanto al asesino como al espectador. El uso de cámara en primera persona hace que el espectador sea testigo involuntario pero también cómplice de los asesinatos. Hay una obsesión temática por el ojo, sujeto continuamente a primeros planos, única parte que conocemos del asesino hasta que se revela su identidad.

Los primeros planos, los zooms, la experimentación con el montaje, la utilización de los colores... Todo sería incorporado y reinterpretado por los demás directores tras el gran éxito de El pájaro. Sin embargo hay una serie de elementos que sólo son utilizados por Argento y que permanecen como una seña de identidad propia.

Uno de estos elementos es usar un protagonista relacionado con el mundo del arte. Exceptuando algunos de sus títulos más recientes, los protagonistas de Argento son artistas o tienen una profesión que requiere cierta habilidad artística (escrita y musical principalmente), como si se quisiera indicar que los artistas tienen una  visión del mundo y una imaginación que los hacen especiales. El otro elemento importante ha destacar es el uso de la memoria. Los protagonistas del cine de Argento son testimonios de un evento (normalmente un asesinato) que recrean de manera obsesiva en su cabeza para revelar una información, un detalle oculto. Es también la manera que tiene Argento de jugar con el espectador, haciéndole creer que ha visto algo cuando en realidad ha visto otra cosa. Pero nunca haciendo trampas, se juega con el espectador pero no se le engaña.

En las siguientes películas de la trilogía, vemos como se utilizan estos elementos y se van refinando así como tenemos la introducción de otros, como es el gusto de Argento por los temas, ideas o recursos de la literatura clásica gótica y de misterio, con especial predilección por Edgar Allan Poe. Así como los argumentos ligeramente ilógicos, como se muestra en la segunda película de ésta trilogía El gato de las nueve colas (Il gatto a nove code, 1971).



En El gato los protagonistas son un reportero retirado ciego, Franco Arno (Karl Malden), aficionado a los crucigramas y el periodista Carlo Giordani (James Franciscus). Esta película es bastante suave, especialmente compara con la película que la precede y la que la sigue, siendo una de sus películas menos personales por lo relativamente ligera que es. La ilógica del argumento viene propiciada por una asesino que mata para ocultar un informe que muestra que tiene una predisposición genética para el asesinato. Es decir, mata para que la gente no piense que es un asesino.

Argento no quedó muy contento con esta película, posiblemente por tener un argumento bastante flojo y absurdo cuando uno se para a pensarlo. Y ése es el problema: que uno se da cuenta de lo flojo del argumento mientras ve la película, cuando en una película con Argento en plena forma uno no se da cuenta de lo absurdo que es todo, absorto por la manera en que el director nos presenta la historia.



Es por eso tal vez que la siguiente película y cierre de la trilogía, 4 moscas sobre terciopelo gris (4 mosche di velluto grigio, 1971), es mucho más atrevida estéticamente. Es también donde los elementos presentados en su primer filme se explotan mucho más, llegando al paroxismo en su escena inicial.

La secuencia de títulos de crédito (con un corazón latiendo al lado del título) y la primera escena que abre la película y será el arranque de la trama son puro esteticismo giallo. Son secuencias sin diálogo donde todo gira en torno a cómo contar una historia sólo con imágenes y al voyeurismo del villano de la función. Es también donde Argento usa un recurso sacado de la novela gótica (que creo utilizó por primera vez Julio Verne): la idea de que la última imagen que ve una persona antes de morir se queda grabada en la retina, una noción completamente absurda (que la serie Fringe supo usar de manera plausible) alrededor de la cual gira la película pero al ser mostrada dentro del universo estético de Argento tiene sentido.

Es decir, es un concepto que en una película realista resultaría risible. Pero el cine de Argento no es realista, es pura fantasía, transcurre en una realidad estética que no se corresponde con la nuestra y dentro de esta fantasía, resulta creíble. A partir de entonces, Argento reutilizará diversos recursos sacados de los clásicos del misterio y la literatura, a veces en forma de homenaje, como el que hace a "Los crímenes de la Rue Morgue" de Edgar Allan Poe en Phenomena (1985).

Esta tercera película estuvo "perdida" durante mucho tiempo, no siendo editada en ningún formato hasta que lo fue en DVD hace un par de años.

Estas tres primeras películas son importantes para establecer el universo Argento, ya que se dan cita todos los elementos que empleará a partir de entonces y que serán llevados a la perfección en Rojo oscuro (Profondo rosso, 1975). También son importantes por su influencia a la hora de crear el giallo.

Dicho esto, tampoco son películas perfectas. Mientras que su opera prima se mantiene muy bien a pesar de los años transcurridos desde su estreno, sus dos siguientes títulos palidecen comparados con el resto de su obra. Son entretenidas, eso sí, y la mencionada primera secuencia de 4 moscas es realmente destacable, pero no parecen cumplir lo que Argento promete en su debut. Más bien parecen ejercicios de refinamiento, en los que Argento practica y juega con la cámara hasta coger la habilidad y maestría para realizar sus obras posteriores.


22 jun 2011

Opera


Marco: No es muy prudente usar películas como una guía para la realidad. ¿No le parece, inspector?
Inspector Santini: Bueno, eso depende de lo que usted considere  "realidad".

Durante mucho tiempo Opera (1987) de Dario Argento ha sido una de las películas más infravaloradas y menos vistas del maestro del giallo. La película sufrió diversos problemas durante la filmación y su posterior distribución que hicieron pensar que la "maldición del Macbeth de Verdi" había afectado a la película.

Argento siempre había sido un gran fan del clásico de Gaston Leroux El fantasma de la ópera. A eso le añadimos una broma en la cual el director comentaba como le gustaría obligar a los espectadores a no apartar la mirada en las escenas más sangrientas de sus filmes y nos da Opera: la joven cantante de ópera Betty (Cristina Marsillach) recibe la oportunidad de protagonizar el Macbeth de Verdi cuando la cantante principal sufre un "accidente". Pronto, Betty descubre que tiene un letal admirador secreto que empezará a asesinar a la gente de su entorno y la obligará a presenciar cada asesinato pegándole con esparadrapo agujas bajo los párpados para que no aparte la mirada de los crímenes.

Si en Tenebrae (1982) Argento se centraba en la figura del director usando como álter ego al escritor Peter Neal, al cual dio vida Anthony Franciosa, en este filme se cambia el objetivo y se dirige hacia los espectadores que, al igual que la pobre Betty, están obligados a ser testimonio de los terribles crímenes que lleva a cabo el asesino. Posiblemente la idea de las agujas no resulte efectiva en la realidad, pero desde luego la imagen resultante es tremendamente poderosa.

El argumento, como es habitual en el maestro, se va enredando de manera progresiva para que el espectador esté completamente despistado hasta el clímax final. Un clímax, para aquellos que lo han visto íntegro, que Argento sacó de la novela Dragón Rojo de Thomas Harris. Una novela que a él le gustaba mucho y por ello se disgustó cuando en la adaptación que hizo Michael Mann Hunter (Manhunter, 1986) se cambió el final de la novela por otro distinto. Pero lo que hace sobresalir a esta película es como el maestro utiliza la trama para crear una serie de memorables secuencias de asesinatos (algunas muy imitadas como la bala a través de la mirilla), perspectivas para las que se tuvo que inventar un nuevo tipo de cámara y planos imposibles del cerebro del asesino palpitando justo antes de cada asesinato.

Es en este aspecto que la película marca un antes y un después en la carrera de Argento. Desde El pájaro de las plumas de cristal (L'uccello dalle piume di cristallo, 1970) hasta este filme, el director nos había ofrecido un gran tour de force visual tras otro. Espectaculares secuencias, un gran uso del encuadre, experimentación con los colores, majestuosos travellings... Sin embargo, las películas que estrena Argento durante los 90 hasta la actualidad (pendiente de estreno su versión de Drácula) sus películas son efectivos y entretenidos ejercicios en suspense y terror pero que no tienen la ambición estilística de sus filmes clásicos. Son películas más "normales". Así que, siendo un fan de Argento, todas las películas que hace entre 1970 y 1987 las considero como algunas de mis películas favoritas, pero a partir de 1990 lo sigo porque me gusta como director y padezco la maldición de ser completista, pero ciertamente no me proporcionan las satisfacciones de su primera etapa. Incluso sus mejores producciones de esta época, como el segmento que dirigió en Los ojos del diablo (Due occhi diabolici, Dario Argento y George A. Romero, 1990), La madre del mal (La terza madre, 2007) o el episodio de Masters of Horror Jenifer (2005), palidecen comparados con sus primeros trabajos.


Es posible que parte del motivo de ello radique en los problemas que atravesó durante esta película que, como mencionaba al principio, fueron muchos y variados. Para empezar, Cristina Marsillach y Argento no se llevaban muy bien, el director ha declarado que es la actriz más difícil con la que ha tenido que trabajar, lo cual afectó a la interpretación de Marsillach, que no es muy buena. Pero las mayores dificultades fueron técnicas, ya que encontrar la manera de convertir en realidad las secuencias que Argento había imaginado no era fácil y, como ya he mencionado, se tuvo que inventar un nuevo tipo de cámara para lograr algunas de ellas. Además, el uso de cuervos en diferentes escenas provocaba continuos retrasos, ya que tras cada toma se tenían que buscar los cuervos que se escapaban.

Pero todo ello son dificultades más o menos habituales a la hora de filmar una película. Lo peor vino una vez hecha cuando llegó el momento de distribuirla fuera de Italia. Primero, los distribuidores internacionales consideraban que un título tan simple como Opera no resultaba comercial así que lo cambiaron por Terror en la ópera y sus equivalentes en cada idioma (USA: Terror at the Opera, Francia: Terreur à l'opéra, Alemania: Terror in der Oper, etc.).

Y perdonadme que me desvíe un momento, pero es que hay dos cosas que me ofenden sobremanera: una es cuando en el doblaje o los subtítulos se eliminan referencias que aparecen en la VO porque se da por supuesto que el espectador desconoce esas referencias y la otra es que se tenga esta imagen de los aficionados al cine de terror como personas sin gusto ni criterio que sólo ven una película si contiene las palabras "terror", "horror" o "sangre" en el título.

Volviendo a la película de Argento, los distribuidores también pensaron que eran necesarios unos cuantos cortes, tanto por razones de censura como para simplemente acortar la película, siendo el caso más grave el americano: la película pasó de durar 107 minutos a sólo 88.

Todo ello son factores que contribuyeron a la injusta infravaloración de una película que desde el primer minuto atrapa por su increíble estilo visual y que esta llena de hallazgos únicos. Una grandeza visual que sirve para explicar un argumento lo suficientemente intrigante y enrevesado para mantener al espectador interesado hasta el final. Para mí, es la última gran película de Argento, hasta ahora.

"¿Y cómo puedo ver esta maravilla?" seguramente os preguntaréis. Bueno, actualmente existen dos ediciones en DVD (todavía nada de Blu-ray): una de Blue Underground y otra de Arrow Video. La mejor es la de Blue Underground ya que ofrece la película íntegra respetando el formato cinematográfico original y tiene mejores extras. La de Arrow tiene mejor audio (he leído, no lo he comprobado) pero no respeta el formato original de la película. Aunque la mejor edición es la de dos discos que sacó Anchor Bay, que es la que tengo yo: una edición limitada (la 18.624 -de 30.000- es la mía) que incluía la estupenda banda sonora y que actualmente está más que agotada. ¿Y por qué la menciono? Para daros envidia, obviamente.

Tanto para los amantes del giallo, como para amantes del mejor cine de suspense, como los que quieran ver un espectáculo visual memorable, Opera es un título imprescindible.

3 mar 2011

Ojos muertos que te observan



El museo de cera y la mística de sus figuras han sido temas habituales en el cine de terror. Ya sea como localización o tema central, las hieráticas figuras de cera han protagonizado diversas películas y relatos en las cuales ocultaban terribles secretos o volvían a la vida para atormentar a pobres e inocentes víctimas. Y no es de extrañar, ya que hay pocas cosas que resultan tan inquietantes como un museo de cera, lleno de figuras que parece que te siguen con la mirada.

Desde series como La dimensión desconocida (The Twilight Zone) y películas fantásticas como Waxwork: Museo de cera (Waxwork, Anthony Hickox, 1988) hasta antologías como La mansión de los crímenes (The House That Dripped Blood, Peter Duffell, 1971), hay muchas historias ambientadas en museos de cera o con figuras de cera para escoger, sin embargo me voy a centrar en una historia en particular que ha sido llevada cuatro veces al cine.

Los crímenes del museo (Mystery of the Wax Museum, Michael Curtiz, 1933): El director de Casablanca (1942) fue el primero en relatar la historia de un escultor de figuras de cera, Ivan Igor (Lionel Atwill), que tras sobrevivir un intento de asesinato se venga matando gente y usándola como base para sus figuras de cera. La reportera Charlotte Duncan (Fay Wray) será la encargada de investigar que sucede en el museo de cera de Ivan Igor.

Esta humilde producción de serie B se convirtió en un éxito. La película fue producida antes de la implantación de la censura en el cine americano, así que están presentes diversos elementos que luego serían desterrados de la pantalla durante un largo tiempo. La película no da miedo ni resulta particularmente inquietante actualmente, pero sí que es bastante entretenida gracias a los diálogos rápidos y los chistes incorrectos actualmente, ya que entonces no lo eran, como los comentarios que hacen dos encargados de la morgue sobre el cadáver de una mujer asesinada por su marido "porque no se callaba". También destacan los elementos de puro pulp presentes en la historia y la intrincada trama de intriga. La película fue filmada en un sistema llamado bi-color, que era uno de los primeros intentos de hacer cine en color. Debido al extraño aspecto que tenían las películas en ese formato fue abandonado rápidamente. Algunas escenas y motivos presentes en esta versión se mantendrían en futuras interpretaciones.

Los crímenes del museo de cera (House of Wax, André De Toth, 1953): Filmada en 3-D y con sonido estereofónico, la película se estrenó con los últimos avances tecnológicos que se habían dado en el cine, lo que resalta con el contenido clásico de la película. La película fue protagonizada por el gran Vincent Price como el profesor Henry Jarrod, cuyo museo de cera tiene figuras un poco demasiado reales.

La película tiene el mismo punto de partida que Los crímenes del museo, pero la trama es más sencilla y se centra en los asesinatos para crear las figuras de cera. La ambientación de principios del siglo XX le da un aire que recuerda un poco a las adaptaciones cinematográficas de Los crímenes de la Rue Morgue de Edgar Allan Poe. Sorprende que sea mucho más conservadora y correcta que la anterior realizada 20 años antes. Si en el título de 1933 había una mujer protagonista, aquí las mujeres son meras víctimas a la espera de ser rescatadas. Pero también conserva los toques pulp de la historia, y los ataques del desfigurado monstruo hacen que resulte un título entretenido para los aficionados. Fue uno de los primeros villanos memorables que interpretó el maestro Price. Y también una de las primeras apariciones de Charles Bronson.

Hay que destacar también que, aunque la película fue estrenada en 3-D, no está plagada de los gags fáciles y de personajes lanzando cosas a la pantalla que abundaban en aquel momento y que se puede disfrutar actualmente en 2-D sin que resulte molesto. La única escena parecida tiene lugar al principio, con un anunciante del museo lanzando pelotas hacia la audiencia.

En definitiva, es un título bastante simpático, del que guardo buenos recuerdos al verla cuando era pequeño en la televisión. De hecho, cuando era pequeño sí que daba miedo, pero ahora la disfruto más por su encanto inocente y el maestro Price.


La máscara de cera (M.D.C. Maschera di cera, Sergio Stivaletti, 1997): Siendo puristas, está película realmente no debería estar aquí. Sin embargo, aunque usaron como inspiración las novelas góticas de Gaston Leroux (ninguna en particular, sino la atmósfera de las mismas) del cual Dario Argento es un gran admirador, la película hace homenaje al cine gótico de terror y no faltan las referencias a Los crímenes del museo de cera, así que me he decidido a incluirla.

La película surgió como un proyecto ideado por Dario Argento como vehículo para devolver a Lucio Fulci a la actualidad y a la primera línea cinematográfica. Lucio Fulci fue un director italiano que poseía un gran ojo y era capaz de realizar películas cargadas de estilo y elegancia. Por desgracia, el gran éxito que tuvieron una serie de películas fantásticas llenas de escenas gore como la estupenda El más allá (E tu vivrai nel terrore - L'aldilà, 1981) provocaron que quedara encasillado en el género y que le fueran ofreciendo productos de cada vez peor calidad para dirigir. Así, mientras que durante toda su carrera había ido cultivando diversos géneros y mostrado una gran destreza a la hora de crear imágenes sublimes, a partir de mediados de los ochenta la carrera de Fulci entró en decadencia, filmando películas muy alejadas de su talento.

Pero a mediados de los 90, Argento le ofrece a Fulci la posibilidad de dirigir La máscara de cera. Fulci aceptó con entusiasmo el proyecto y se pusieron a trabajar ambos en el guion junto a Daniele Stroppa. Por desgracia, Fulci murió de manera inesperada poco antes de empezar a rodar. La silla del director la ocupó entonces Sergio Stivaletti, un maestro de los efectos especiales que llevaba mucho tiempo trabajando con Argento (desde Phenomena (1985) si no me equivoco). Aunque se dice que Argento codirigió la película, información que no he podido confirmar.

La película es un muy entretenido pastiche que recoge elementos de Edgar Allan Poe, Gaston Leroux, el cine gótico y el pulp, aderezado todo con unos estupendos efectos especiales sangrientos en su justa medida. Es de agradecer la abundancia de bellas actrices italianas y una ambientación a principios de siglo XX que le da un aire decadente estupendo.

La película se inicia con un asesinato llevado a cabo por una misteriosa figura del que es testigo una niña que se ha escondido evitando la muerte. Unos años más tarde, en Roma, se abre un nuevo museo de cera que se irá llenando de nuevas figuras a medida que la gente vaya desapareciendo.

Éste es el tráiler alemán
La casa de cera (House of Wax, Jaume Collet-Serra, 2005): He de admitir que esta película me gustó más de lo que pensaba que me iba a gustar a primera vista. La verdad es que la fui a ver sólo porque era un proyecto de Dark Castle Entertainment, la productora dedicada al cine de terror que iniciaron Joel Silver y Robert Zemeckis que en un principio se dedicó a hacer remakes de películas de William Castle como House on Haunted Hill (1959). Curiosamente, la película empezó como un proyecto original pero le cambiaron el título para convertirla en una especie de remake de Los crímenes del museo de cera aunque no tienen prácticamente nada en común (aparte de las figuras de cera, claro).

La película me sorprendió por su mezcla de elementos típicos del cine de terror para adolescentes con toques realmente imaginativos visualmente, surgidos de la mano de Collet-Serra que exigió libertad creativa si los productores querían que dirigiese la película. Así, mientras el primer tramo de la película resulta un inicio bastante típico, se redime en un tremendo tramo final. La ambientación también me pareció muy conseguida, creando una gran ciudad fantasma llena de figuras de cera.

Es cierto que una de las actrices protagonistas es Paris Hilton, que al parecer había sido contratada antes de que Collet-Serra se pusiese al frente y como compensación supongo que le dieron la libertad antes exigida. Supongo que el director no estaba muy contento con tenerla allí, ya que le reservó la muerte más brutal de la película. Muerte que cuando llega no puedes evitar aplaudir, ya que mientras que en Repo! The Genetic Opera (Darren Lynn Bousman, 2008) Paris Hilton ofrece una actuación aceptable, en cierta manera se interpretaba a ella misma, aquí es bastante insufrible. Supongo que será una de las excepciones en las cuales el doblaje es beneficioso.

Paris Hilton aparte, la película es bastante divertida y entretenida. Pasé un buen rato viéndola, a pesar de que la gente tuerza el gesto y me diga: "¿realmente te gustó esa película?" cuando lo afirmo. Sí, me gustó. Es una montaña rusa que sólo pretende entretenerte durante hora y media, cosa que creo consigue.

6 dic 2010

Suspiria: la poesía del horror, la belleza de la muerte



"Suzy Bannion decidió perfeccionar sus estudios de ballet en la más prestigiosa escuela de Europa. Escogió la alabada escuela de Friburgo. Un día, a las nueve de la mañana, salió del aeropuerto Kennedy en Nueva York y llegó a Alemania a las diez cuarenta y cinco de la noche, hora local..."

Con esta narración empieza Suspiria, una de las más bellas pesadillas que he tenido el placer de experimentar. Suspiria (1977) de Dario Argento es una obra de arte. Es arte y una experiencia sensorial inolvidable.

En 1975 Argento estrena Rojo Oscuro (Profondo Rosso, 1975). Es en el rodaje de esta película, el giallo perfecto, que Argento conoce a Daria Nicolodi, actriz protagonista junto a David Hemmings de Rojo Oscuro. Argento y Nicolodi inician una relación de pareja, es entonces que Nicolodi le cuenta una historia que solía explicarle su abuela: de como había ido a estudiar danza en una escuela de prestigio en la que resultó que se hacía también brujería. A partir de esta idea Argento y Nicolodi escriben juntos el guión de Suspiria, inspirada también en Suspiria de Profundis de Thomas De Quincey con unas gotas de Edgar Allan Poe.

Suzy Bannion (Jessica Harper) va a estudiar a una prestigiosa escuela de danza en Alemania. Unos misteriosos asesinatos, desapariciones y extraños sucesos la llevarán a descubrir los terribles secretos que esconde la escuela de danza. Esta es la premisa sobre la cual se desarrolla la película, pero en realidad es la impresionante imaginería visual que despliega Argento la que ha convertido esta película en el clásico que es hoy día.

En un principio la película iba a ser protagonizada por niñas de diez años aproximadamente, pero uno de los productores sugirió a Argento que elevase la edad de las protagonistas. Argento lo hizo, pero mantuvo la idea de las niñas pequeñas utilizando puertas grandes con el pomo a la altura de sus cabezas, algunas actitudes... ya que la idea era dotar a la película de un aire de cuento de hadas. De hecho, Argento se inspiró en Blancanieves y los siete enanitos (Snowhite and the Seven Dwarfs, William Cottrell, David Hand, Wilfred Jackson, Larry Morey, Perce Pearce, Ben Sharpsteen, 1937), del que quiso también coger la paleta de colores.

Y he aquí uno de los primeros puntos fuertes de la película. Su uso de los colores en varias secuencias contribuye a crear un ambiente de irreal pesadilla. Para ello, Argento y el director de fotografía Luciano Tovoli utilizaron el Technicolor, una técnica que estaba en desuso y que contribuye a hacer saltar los colores de la pantalla, literalmente:


La paleta de colores enfatiza las escenas diseñadas por Argento. Para los decorados, se escogió un estilo art decó que le da un aire decadente a la escuela y al entorno. A estas imágenes hay que añadirle el sonido. La banda sonora del grupo Goblin, a los que Argento conoció y utilizó por primera vez en Rojo Oscuro, contribuyen a la sensación de horror con unas capas de sonidos cacofónicos, voces susurrantes y música. La mezcla de estos diversos elementos crea una sensación de amenaza de manera directa usando la música de forma habitual o usando voces que van susurrando cosas como: "bruja", para una sensación de inquietud inconsciente. Es decir, mientras ves la película no se capta con exactitud, sólo se distingue una voz que susurra de forma amenazante.

La dirección de Argento es perfecta. La introducción del espectador en la historia tiene mucha fuerza, especialmente el primer asesinato, brutal y sádico. Fangoria aseguró que el asesinato que se ve al principio de la película fue a los setenta lo que el asesinato en la ducha de Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960) fue a los sesenta. Pero esa es solo la primera de varias inolvidables secuencias que a su vez, están cargadas de una belleza innegable.

El dibujo de la sangre no es casual, el diseño representa un símbolo de brujería. Uno de los muchos detalles con los que Argento puebla las secuencias para inquietar al espectador.
Es la manera en que Argento combina estos elementos de imagen y sonido que hacen de Suspiria una increíble experiencia sensorial, vista en un formato y condiciones adecuadas, que va más allá de simplemente ver una película. Tú no ves esta película, tú la experimentas. Suspiria es una poesía visual, cargada de muerte y horror pero no por ello menos bella. Es como meterse dentro de un cuadro de El Bosco. Cada plano de cada secuencia cuidadosamente diseñados, te sumerge en un mundo de pesadilla tremendamente atractivo. Se podría colgar cada plano en un museo para degustar el arte que contiene cada uno.



Infierno (Inferno, 1980) fue la continuación de Suspiria. Dario Argento califica esta como una de sus más difíciles películas, estuvo enfermo gran parte del rodaje además de tener varios problemas a la hora de desarrollar el guión. Son estas dificultades las que hacen que la película fuera una de las más infravaloradas de la época en que se estrenó y que no alcanzase el éxito de la primera entrega.

Rose Elliot (Irene Miracle) descubre un libro del arquitecto E. Valli en el que cuenta como construyó tres casas para tres brujas muy poderosas, las llamadas Tres Madres: Mater Suspiriorum (la madre de los suspiros), Mater Lacrimarum (la madre de las lágrimas) y Mater Tenebrarum (la madre de las tinieblas). Rose muere, no sin antes escribirle una carta a su hermano Mark (Leigh McCloskey), el cual investigará la desaparición de su hermana.

Esta película gira en torno a Mater Tenebrarum, lo que tal vez contribuyó a las tinieblas que rodean a la película. Es decir, más que un argumento claro y lineal, la película parece construirse a base de secuencias que cuentan historias independientes, pero hasta el final no somos capaces de ver un conjunto. De todas maneras, Argento crea de nuevo un irresistible espectáculo visual que no tiene rival. Empezando por la larga escena del principio protagonizada por Rose, lo cual te hace pensar que es ella la protagonista de la película, y siguiendo por otra larga secuencia en la que una amiga del protagonista es perseguida por unas fuerzas desconocidas. Como resultado, el en teoría protagonista Mark ejerce relativamente poco como tal.

Este guion algo irregular queda de sobra compensado por las imágenes que nos regala Argento. Sin llegar a los extremos de Suspiria, Inferno es puro Argento en el sentido de crear arte a través de la muerte. Los asesinatos que diseña son los puntos fuertes de la película. Una película que con el tiempo se ha ido ganando el aprecio no sólo de los argentófilos, también del público seguidor del cine de terror. Entiendo que para el espectador casual puede que la película resulte demasiado confusa y no le atraiga la belleza plástica del film, pero para el connoisseur es un título tremendamente recomendable.



Después de más de veinte años de espera, Argento finalmente cerró la trilogía de las Tres Madres en el 2007 con La madre del mal (La terza madre aka Mother of Tears). Esta película decepcionó a muchos fans, principalmente porque a cada año que pasaba se iba imaginando una conclusión de la trilogía más y más espectacular, de manera que era imposible que quedaran satisfechos cuando finalmente llegara. Creo que, al igual que con Inferno, a medida que pase el tiempo se podrá valorar más objetivamente la película.

Es cierto que, visualmente, la película no es tan espectacular como las dos anteriores. De hecho, es una película de terror que se basa más en un guion bien construido, hasta cierto punto más tradicional, y no basado en las imágenes oníricas.

Asia Argento es Sarah Mandy, una estudiante de Roma que, a raíz del descubrimiento de una urna, empezará a investigar una serie de extraños sucesos relacionados con Mater Lacrimarum, la madre de las lágrimas, que se prepara para desatar su poder y furia en Roma.

Como ya he dicho, la anticipación y excitación de los fans alrededor del mundo ante la inminente conclusión de la trilogía de las Tres Madres jugó en contra de la película. Pero Argento es Argento y el director crea una efectiva película de terror, con un presupuesto significativamente más bajo que en las anteriores películas, que resulta entretenida y absorbente. También es más accesible al espectador que no sepa nada de las anteriores películas. Por tanto, no es el arrebatador espectáculo de las anteriores pero no deja de ser una interesante película de terror de Dario Argento.