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26 oct 2024

Motín en el reformatorio de mujeres (Reform School Girls)




Cada vez que me topo con alguna pobre alma desgraciada a la que no le gustan los slashers, se justifican de la misma manera: son todas iguales, se repite siempre lo mismo. Aunque están completamente equivocados, puedo entender de dónde vienen estos comentarios, ya que yo mismo los he hecho sobre películas deportivas o sobre las películas de cárceles de mujeres. Por eso me recuerdo a mí mismo que no debo caer en prejuicios y darle una oportunidad a todos los géneros. Y si bien las películas deportivas me siguen aburriendo mortalmente, sí que he encontrado algunas películas de cárceles de mujeres que me han parecido interesantes y lo bastante diferentes como para seguir dándole oportunidades al género. Una de estas películas es Motín en el reformatorio de mujeres (Reform School Girls, Tom DeSimone, 1986), una parodia del género.

El director Tom DeSimone también compartía la opinión de que este género, las WIP (Women in prison), era todo bastante igual desde que se iniciara a principios de la década de los 40 del siglo XX. La opinión de DeSimone estaba justificada en el hecho de que había trabajado en el género dirigiendo La jungla de cemento (The Concrete Jungle, 1982). Esto le dio la idea de hacer una parodia del género, pero sin llegar a los extremos de Aterriza como puedas (Airplane!, Jim Abrahams, David Zucker, Jerry Zucker, 1980), más bien haciendo una versión exagerada de una WIP, estilo camp (lo que probablemente contribuyó que fuera la comunidad LGTBI+ americana la que convirtió esta película en una cinta de culto).

El reparto incluye una larga lista de atractivas actrices, pero destacan en especial Pat Ast como la malvada Edna, la reina Stirba en persona Sybil Danning y la líder de los Plasmatics Wendy O. Williams. Williams interpreta a la líder de las banda de chicas malas, a pesar de que se supone que las prisioneras del reformatorio juvenil tienen como máximo 17 años y Williams tenía 35 años cuando interpretó el papel, que básicamente consiste en interpretarse a sí misma, incluso el vestuario que utiliza es el que habitualmente llevaba en los conciertos. La presencia de Wendy O. Williams sirvió para que contribuyera a la banda sonora que está formada principalmente por grupos femeninos. Estos son los ejemplos principales:



Y si os gusta lo que habéis escuchado, la edición en Blu-ray de Wicked Vision tiene un contenido de Pascua que os puede interesar y molestar a los vecinos.

Volviendo a Reform School Girls, DeSimone utilizó como modelo para su parodia películas como Women's Prison (Lewis Sadler, 1955), Reformatorio femenino (Reform School Girl, Edward Berns, 1957) y otros ejemplos del género de la década de los 50, lo que informa también el look de la película. Un estilo que el genial tráiler capta a la perfección. El argumento es el habitual en el género, para parodiar el máximo de tópicos: la chica buena/mala Jenny (Linda Carol) es enviada al reformatorio tras ser detenida como cómplice de un atraco que sale mal. Allí, Jenny hará amistad con algunas de las compañeras de internamiento, se enfrentará a la banda de Charlie (Williams) y tratará de exponer al público las torturas y muertes provocadas por la terrible Edna y la malvada directora del reformatorio Sutter (Danning), con la ayuda de la trabajadora social la doctora Norton (Charlotte McGinnis).

La historia se desarrolla de manera constantemente entretenida y divertida. Las actrices manejan bien interpretar de manera extremadamente seria las situaciones extremadamente ridículas para que resulten más divertidas, con algunos diálogos igualmente memorables (se me quedó grabado: "os recomiendo dormir con los dedos sobre las sábanas, señoritas, solo cambiamos las sábanas una vez a la semana"). Por supuesto, el disfrute de la película varía según el sentido del humor, pero también incluye la acción y los diálogos en las duchas habituales del género para satisfacer a los fans de las WIP. Para mí, sin embargo, es la comedia lo que la hace destacar, el camp, y la diferencia de otras películas semejantes. Además de hacerla accesible a personas a las que jamás se les ocurriría ver una película del género.

No sé hasta que punto Reform School Girls es una película para recomendar indiscriminadamente, pero si has llegado hasta aquí es posible que sea tu tipo de perversión.


29 ene 2020

Rejas ardientes (Chained Heat)

 
Nunca he sido muy fan del género WIP, es decir Women in Prison, es decir películas que transcurren en una prisión femenina con frecuentes escenas de peleas y duchas, y a veces peleas en duchas. Las únicas que había visto y me habían gustado eran las dirigidas por Jack Hill, por que soy fan del director, y la saga de la prisionera Escorpión, porque soy fan del cine demente japonés y es más una historia de venganza, asi como alguna otra excepción. Pero es un género que nunca me ha interesado mucho. Sin embargo, hace poco leí un artículo en el que se mencionaba que Rejas ardientes (Chained Heat, Paul Nicholas, 1983) está considerada la mejor WIP que se ha hecho jamás, lo que me llevó a darle una oportunidad.

La trama tiene dos líneas paralelas que se acaban juntando. Por un lado, seguimos a la joven Carol Henderson (Linda Blair), que acaba de ser condenada a 18 meses de prisión por homicidio involuntario y vemos cómo intenta adaptarse a la cruda vida en prisión con la ayuda de Val (Sharon Hughes). Por otro lado, en la cárcel hay un negocio de contrabando de drogas que dirige el alcaide Bacman (John Vernon). A Bacman no le hace gracia que haya otro vendedor de droga en la cárcel, que suministra el material a la prisionera Ericka (Sybil Danning) para vender por su cuenta, así que intenta averiguar quién es el suministrador usando prisioneras, que la mayoría de las veces acaban muertas. Ambas tramas chocarán y crearán una atmósfera explosiva en la prisión.

No sé si es la mejor WIP que se ha hecho jamás, las mencionadas antes me parecen mucho mejores, pero, desde luego, el reparto es de lujo: Linda Blair, Sybil Danning, Henry Silva, John Vernon, Tamara Dobson... Cualquier película que junte a Silva y Vernon enfrentándose tiene mi sello de aprobación. Y, por supuesto, juntar a Blair y Danning también resulta explosivo, aunque por otros motivos que también tienen mucho arte. He de admitir que me pareció muy divertida, como una escena al principio que empieza con Vernon en un jacuzzi filmando con una cámara y poniendo cara de ser la persona más sórdida y pervertida del planeta:
 
 
 
El reparto contribuye bastante a la diversión, todos ellos consagrados a hacer lo que mejor saben hacer. Excepto Linda Blair, que parece tomarse bastante en serio su papel y actúa como si estuviera en un serio drama carcelario. Lo da todo en escenas como la que nos la muestra deprimida y triste, contando en voz en off cómo se arrepiente de sus errores y lamenta haber decepcionado a sus padres. Todo ello mientras en una cama al lado hay dos prisioneras rocanroleando con sus lenguas, interacciones intercaladas con el serio momento de la Blair.

Así que es un film divertido, que ofrece las justas dosis de sordidez, crueldad y desmelene que se espera en este tipo de películas, pero tampoco demasiado de esos mismos elementos. Hay escenas violentas y algo de acción, pero mucho menos que en otros títulos. Por lo menos, no tanto como se esperaría uno en la considerada como mejor película WIP. De todos modos, supongo que si eres fan del género es un gran título. Si no eres muy aficionado, como es mi caso, el film resulta bastante entretenido y cuenta con un reparto que vale su peso en oro.


9 ago 2017

Star Slammer aka Prison Ship


El especialista en cine barato y serie B Fred Olen Ray nos ofreció una divertidísima chorrada con Prison Ship aka Star Slammer (1986), una película que mezclaba space opera con el género WIP (mujeres en prisión, para aquellas personas sanas de buen gusto).

La protagonista de este despropósito es Taura (Sandy Brooke), que es hecha prisionera injustamente y enviada a una cárcel espacial para que se pudra. Además de pelearse con las otras prisioneras, Taura deberá sobrevivir dementes en busca de venganza, corrupción, batallas mortales con extrañas criaturas... Básicamente, los escenarios típicos de una WIP pero ambientada en el espacio. Todo ello contado con un tono humorístico que en ocasiones se acerca a la parodia y que hace que el nivel de entretenimiento y diversión del espectador se mantenga bastante alto. El humor también hace más fácil que el espectador ignore las limitaciones del presupuesto que hacen que esta cárcel espacial tenga a todas sus prisioneras en un pasillo con varias celdas.

Desde el primer momento, el film deja clara sus intenciones. Tras un prólogo en el que una prisionera es torturada por Exene (Marya Grant) y sus secuaces, arrancan los títulos de crédito con un plagio descarado del tema principal de En busca del arca perdida (Raiders of the Lost Ark, Steven Spielberg, 1981). Una elaborada animación nos informa de que vamos a ver The Adventures of Taura: Prison Ship, para luego ver sobreimpresionado en genéricas letras blancas Star Slammer, título con el que es más conocida y actualmente se encuentra editada en Blu-ray.

He mencionado el plagio a la música de John Williams, pero Star Slammer tiene otra cosa en común con las películas de Steven Spielberg y George Lucas: su inspiración en el pulp y los seriales. Se estructura en capítulos y su argumento inicial recuerda bastante al de este tipo de cine de aventuras, aunque con ambientación propia de la ciencia ficción. Luego pasa a convertirse en la mencionada WIP espacial, pero sin abandonar del todo el espíritu pulp. El film también guarda una importante conexión con el film de culto Criaturas asesinas (The Deadly Spawn, 1983), ya que John Dods trabajó en los efectos especiales de ambas, lo que explica que la criatura asesina de Criaturas asesinas haga una aparición especial en Star Slammer. También se reutilizó metraje de Estrella oscura (Dark Star, John Carpenter, 1974), Los 7 magníficos del espacio (Battle Beyond the Stars, Jimmy T. Murakami, 1980) y La galaxia del terror (Galaxy of Terror, Bruce D. Clark, 1981) para las escenas que transcurren en el espacio.

Desprejuiciada y despreocupada, esta película pretende poco más que hacer pasar un buen rato al espectador, cosa que consigue. El tono, las interpretaciones pasadas de rosca y el delirante guion garantizan que el aficionado a la serie B disfrutará con este título procedente de la era dorada de los videoclubs. Solo he encontrado el tráiler francés, pero os dará una idea de lo absurda que es.


12 sept 2016

Emanuelle y la violenta masacre en la cárcel de mujeres

 
A principios de los 80, el gran maestro del cine basura Bruno Mattei dirigió dos películas seguidas protagonizadas por Laura Gemser, interpretando el rol que la hizo famosa: Emanuelle, ambientadas ambas en una cárcel de mujeres. Aunque comparten el mismo escenario y actores, no son secuelas una de la otra. Sí que comparten sordidez, violencia, desnudos gratuitos, malas interpretaciones y grandes momentos de sublime ridiculez cinematográfica.

La primera de ellas es bastante sosa comparada con la segunda. Usando su pseudónimo habitual Vincent Dawn, Mattei nos presenta en Violencia en una cárcel de mujeres (Violenza in un carcere femminile, 1982) a la reportera Emanuelle (Gemser, claro) infiltrada en una cárcel con el objetivo de exponer la brutalidad y corrupción de la institución. La película sigue los clichés habituales del género, sin mucha inspiración, pero tiene un par de escenas que destacan. La primera es una en la que Emanuelle es encerrada en una celda de aislamiento que se empieza a llenar de ratas hasta llegar al absurdo. Otra es el momento que nos muestra la reacción de una de las prisioneras ante la muerte de una compañera; gracias a la sobreactuación de la actriz es una escena que me provocó sonoras carcajadas. En ese sentido, otra supuesta escena brutal en la que dos prisioneros violan a una prisionera, se convierte en cómica ante la ridícula interpretación de los prisioneros.

Como ya he dicho otras veces, este no es un género que me guste particularmente y las excepciones (la trilogía de Ilsa, la saga de la prisionera Escorpión o las películas de Jack Hill, por ejemplo) lo son porque se apartan de lo habitual o satirizan el género, creando films que van más allá de las más tópicas WIP (películas de mujeres en la cárcel). Este es el principal problema para mí de este film, que es muy tópico y aburrido, sin aportar nada que lo haga destacar (si no tenemos en cuenta las atroces interpretaciones).

El film es también conocido como Emmanuelle in Hell y Caged Women. En caso de que tengáis curiosidad por verla, tened cuidado porque es fácil confundirla con la otra película de Emanuelle en la cárcel que comentamos a continuación.


Más conocida con el fantástico título Women's Prison Massacre con el que ha sido editada en Blu-ray, Emanuelle en prisión (Blade Violent - I violenti, 1983) apareció un año después que Violencia en una cárcel de mujeres. En teoría, la dirigió también Mattei usando esta vez el pseudónimo Gilbert Roussel, pero según IMDB, Laura Gemser ha declarado que el film en realidad lo dirigió Claudio Fragasso, colaborador habitual de Mattei y guionista de esta película. Sea como sea, la última película de las protagonizadas por Gemser como Emanuelle es bastante delirante y salvajamente divertida.
 
También conocida como Emanuelle fuga dall'inferno, Emanuelle Escapes from Hell y Emanuelle in Prison, esta película resulta mucho más entretenida y divertida que la anterior. Gemser es de nuevo Emanuelle, en prisión por intentar exponer y descubrir las conexiones de un corrupto fiscal con el mundo de la droga. La estancia de Emanuelle en prisión no es muy agradable, ya que aquellos que temen que cuente lo que sabe intentan que no salga viva de la cárcel. Por si fuera poco, un grupo de dementes criminales se hace con el control de la prisión y amenazan con crear una auténtica masacre, mientras se entretienen con las prisioneras.

Este film está más enfocado hacia la acción y el thriller, supongo que por eso lo disfruté más que el anterior. Además, cuenta con Carlo de Mejo como duro policía que intenta acabar con los dementes que dominan la prisión. Sumado a las interpretaciones pasadas de vueltas (repiten algunas de las mejores peores actrices de la anterior y se suman nuevos talentos), Emanuelle en prisión resulta una sabia elección para aquellos que quieran disfrutar con una fantástica mala película llena de momentos ridículos y diálogos geniales, como este que tienen dos prisioneras, interpretado con la clase que se merece:

-Sigue mi consejo y muérete.
-Me gustaría arrancarte los pezones a mordiscos. Y lo haré.

En definitiva, cine trash de calidad. Viendo el tráiler sabréis inmediatamente si es el tipo de basura que os gusta.


2 ago 2016

Ilsa: La loba de la exploitation


Todos aquellos que se sintieron ofendidos, molestos o que lamentaban la aparición del llamado torture porn a raíz del éxito de películas como Hostel (Eli Roth, 2005), supongo que no sabían que, en realidad, este género de lamentable nombre mezclaba elementos de dos géneros clásicos de la exploitation que dieron origen a algunos de los títulos más memorables dentro del grindhouse. Me refiero a la nazisploitation y las películas de mujeres en prisión (WIP para abreviar).

Estos son dos géneros que, personalmente, nunca me acabaron de gustar/interesar. Pero aún y así, como cinéfago que soy, no dejé de explorarlos para no perderme algún film interesante por culpa de mis prejuicios. En el caso de las WIP, las dirigidas por Jack Hill me parecieron fantásticas (comentadas aquí), pero en lo que se refiere a la nazisploitation el único título que me gustó es el que protagonizó Dyanne Thorne. Un título cuyo director se propuso hacer la película más memorable y pasada de vueltas de este género posible. Me refiero, claro, a Ilsa: La loba de las SS (Ilsa: She Wolf of the SS, Don Edmonds, 1975).

Una película que algunos podrían encontrar ofensiva y de mal gusto pero que a mí me gusta porque es ofensiva y de mal gusto, además de sangrienta y ridículamente pasada de vueltas. Es un film que resume la esencia de la exploitation. Un film que contó con la ventaja de poder rodarse en los decorados donde se rodó la serie Hogan's Heroes, así que además parece mucho más cara de lo que su bajo presupuesto podía permitirse.

El film empieza con un risible anuncio por parte del productor Herman Traeger (pseudónimo del magnate de la exploitation David F. Friedman) que asegura que la película se basa en personajes históricos, hechos que sucedieron en realidad, y espera tener una función social como historia moralizadora "para que estas atrocidades no vuelvan a suceder jamás". Por supuesto, su verdadero objetivo es despertar el morbo del espectador, cosa que consigue durante 96 minutos de torturas sanguinolentas y demenciales, combinando brutales escenas con momentos erótico-festivos mezclado todo con la clásica trama de fuga del campamento. Sin embargo, debido al tono absurdo con el que está rodado el film, la película resulta bastante entretenida y, en diversas escenas pasadas de rosca, divertida. Esto no es Martyrs (Pascal Laugier, 2008).

Dominando el film tenemos a la rotunda Dyanne Thorne, que consigue ser sin ninguna duda la nazi más perversa, malvada, psicópata y calenturienta de la historia del cine. No es de extrañar que este papel la convirtiera en una diva de serie B.

Como ya he mencionado antes, los géneros de los que bebe este film no me interesan ni gustan demasiado, pero este film es una excepción por su excesiva naturaleza.




El éxito de Ilsa: La loba de las SS, animó a los productores a poner en marcha una segunda entrega, confiando que los espectadores no recordarían el final de la primera. Así, por arte de magia, Ilsa regresa pasando de la Alemania de 1945 a la Arabia Saudí de 1976 sin despeinarse ni envejecer un día. Así, en Ilsa: La hiena del harén (Ilsa, Harem Keeper of the Oil Sheiks, Don Edmonds, 1976), nos encontramos a la titular protagonista adiestrando a las mujeres que los hombres del jeque El Sharif (Jerry Deloni) desea tener a su servicio (una de ellas es otra actriz que regresa de la anterior película, nada menos que Uschi Digart, el hombre no tenía mal gusto). Además de sus tareas de adiestramiento carnal, se dedica, claro, a torturar a los presos del jeque y pensar diversas y dolorosas maneras de obtener información.

Originalmente los productores pensaron aumentar el éxito de público de la película, apuntando a una calificación R, que haría más fácil y amplia su distribución. Lo cual fue un obvio error, ya que el film perdió en gran parte la esencia de lo que hizo la primera tan memorable. Además, los cortes hechos al film para que tuviera esa calificación hicieron que se quedara en bastante poca cosa.

Por suerte, hoy día la película se puede encontrar sin censurar (esta versión dura 93 minutos). A pesar de ello, tampoco es que sea nada muy memorable. Al querer hacer una película que fuera más "respetable", que abordaba problemas del momento como la crisis del petróleo explotando tópicos racistas, acabaron perjudicando a Ilsa: La hiena del harén. De todos modos, no deja de ser un film bastante entretenido.




La tercera entrega, Ilsa: La tigresa de Siberia (Ilsa the Tigress of Siberia aka The Tigress, Jean LaFleur, 1977), es sin duda la peor de las secuelas oficiales pero fue mi primer contacto con Ilsa, por el comentario que hacían de esta película en el libro Pantalla de sangre Mike Hostench y Jesús Martí, editado allá por 1996. Los autores aseguran que esta es su entrega favorita, algo que sigo sin comprender.

Ignorando de nuevo cualquier ley del espacio-tiempo, nos encontramos a Ilsa, representada por Thorne en su versión de mayor furor uterino, en 1953 como comandante del Gulag 14 para mayor gloria de Stalin. En la primera mitad del film vemos como Ilsa y su equipo se dedica a torturar a los prisioneros. La segunda mitad transcurre en Montreal en la actualidad, es decir 1977. Ilsa, que por supuesto no ha envejecido en absoluto, a pesar que el resto de personajes sí, se encuentra ganando unos cuartos al frente de un burdel. A partir de aquí el film se convierte en una película de espías de saldo, sin mucho interés.

A pesar de tener un par de escenas sangrientas, el film tampoco está al nivel de locura de la primera entrega. Por ello, resulta el más aburrido de las tres Ilsas oficiales. Thorne está estupenda, pero para eso ya tienes las dos anteriores.




El éxito de las películas protagonizadas por Dyanne Thorne hizo que se pusiera en marcha una copia dirigida por Jess Franco en 1977. Titulada originalmente Greta - Haus ohne Männer, el hecho de que Dyanne Thorne fuera también la protagonista y que en ningún momento se menciona el nombre del personaje, hizo que la película pasara a ser:



Además de Ilsa the Wicked Warden, o simplemente Ilsa en España, el film también es conocido como Greta the Mad Butcher y Wanda the Wicked Warden. Esta colección de títulos es lo más interesante del film, ya que no es más que una simple WIP, bastante aburrida a pesar del continuo desfilar de mujeres desnudas. Nada sangrienta ni interesante, esta película resume bastante bien porque no me gusta este género. Aparte de erotismo mezclado con misoginia no ofrece nada que pueda resultar remotamente entretenido o interesante al espectador (por lo menos a este espectador). Es incluso menos recomendable que Ilsa: La tigresa de Siberia.

De las cuatro (o tres y media) películas de Ilsa, la única que realmente recomiendo es la primera. La segunda puede resultar entretenida si estas de humor para ella, pero la tercera y la dirigida por Franco son bastante soporíferas.


7 nov 2012

Su canción de venganza


Es poética, surrealista y feminista. También violenta, sangrienta y salvaje. Os presento la saga protagonizada por la prisionera 701, más conocida como Escorpión. Quedé tan impresionado con Lady Snowblood (Shurayukihime, Toshiya Fujita, 1973) que me puse enseguida a buscar una película anterior de Meiko Kaji con la que guardaba cierto parecido, ya que también se basaba en un manga para adultos y estaba protagonizada por una heroína en busca de venganza. Cuando encontré este film y vi las tres secuelas que los siguieron me quedé de nuevo asombrado ante una saga que, igual que con Lady Snowblood, aunque su argumento pudiera parecer típico de exploitation y habitual en el género de vigilantes vengadores, el modo increíblemente surrealista y fantástico en que se presentaba elevaba esta saga por encima del resto, una saga que mezcla exploitation y puro arte haciendo de ella un espectáculo inolvidable.

Antes de entrar a fondo con estas únicas y espectaculares películas me gustaría aclarar algo para ahorrar comentarios y no perder el tiempo. Quentin Tarantino usó la canción Urami Bushi en Kill Bill (2003/2004) como guiño al personaje y la saga, pero eso no quiere decir que se basara en esta serie de películas para hacer la suya. Se trata simplemente de eso, un guiño, igual que el parche que lleva el personaje de Daryl Hannah es un guiño a la protagonista de Thriller - A cruel picture (Thriller - en grym film, Bo Arne Vibenius, 1974) y el mono amarillo que lleva Uma Thurman es un guiño a Bruce Lee.

Female Prisoner #701: Scorpion (Joshuu 701-gô: Sasori, Shunya Ito, 1972) nos presenta a Nami Matsushima (Meiko Kaji), a la cual sus compañeras de cárcel han bautizado como Matsu El Escorpión. Matsu se encuentra en prisión por culpa de un policía corrupto que le tendió una trampa. Este policía corrupto está conchabado con la yakuza, así que planean asesinar a Matsu mientras se encuentra encerrada. Pero ni los crueles guardianes ni los intentos de asesinato ni la yakuza ni la policía ni otras prisioneras podrán impedir que Matsu lleve a cabo su sangrienta venganza.

En el panteón de los héroes badass no hay muchas mujeres, pero Kaji como Matsu está en lo más alto, solo por debajo de Clint Eastwood. Matsu ni siquiera necesita hablar, una mirada y media sonrisa suya son suficientes para que el más duro yakuza se mee en los pantalones. Dotada de una estoica fortaleza que le permite aguantar todo lo que le echen y de una astucia letal, Matsu sobrevive en un mundo donde parece ser que todos desean matarla. De los cuatro films, este primero es el en que más habla Matsu, pero no tanto como para que pierda el misterio que la rodea.

Pero como decía antes, además de un personaje central genial, el film se beneficia de la dirección de Ito, el cual mezcla influencias europeas y su afición por Fellini y Buñuel con su propia cultura nipona, presentando una historia más o menos habitual de una forma sorprendente. Juegos de luz, transformaciones sorprendentes, encuadres llamativos... toda una serie de recursos que contribuyen a que su visionado sea una experiencia más profunda que la de la típica exploitation.

Por supuesto, en el tráiler se hace énfasis en los aspectos más llamativos del film, los cuales abundan. Pero no os engañéis, aunque en el film se ofrece de sobra de lo que promete este tráiler, hay mucho, mucho más de lo que parece.




El peculiar estilo de Ito que se muestra en la primera entrega explota en Female Prisoner Scorpion: Jailhouse 41 (Joshuu sasori: Dai-41 zakkyo-bô, 1972). Una película que ya entra dentro del puro surrealismo.

Esta entrega empieza poco después de lo sucedido en el primer film. Matsu consigue escapar junto a un grupo de prisioneras y empieza así una odisea para este grupo de fugitivas. Diversas escenas oníricas se mezclan con las escenas "reales" que a su vez se mezclan con las representaciones alegóricas de lo que sucede en realidad. Por ejemplo, uno de los momentos más memorables para mí es cuando las fugitivas se paran junto a un río y el agua del río se transforma en sangre, así descubren que una compañera fugitiva ha sido asesinada. Y no me refiero a un riachuelo, quiero decir cascadas de sangre.

Junto al espectáculo visual, Ito introduce también comentarios sociales y una poco velada crítica de la sociedad japonesa, aunque algunos de estos detalles se pierden en la traducción por muy obvios que sean para un japonés. Pero lo que sí se capta es fácilmente extrapolable a nuestra sociedad.

Este es el film en el que Matsu menos habla: solo dice dos frases en toda la película, dos frases de consecuencias letales, por supuesto. Es otro de los elementos que creo hace que este sea el mejor film de toda la saga.

Ito lleva al espectador por paisajes reales y alegóricos, mientras se desarrolla la historia de las fugitivas mezcladas con la venganza de Matsu. En pocas palabras, un film espectacularmente violento y poético.




Tras el delirio de Jailhouse 41, Ito nos presenta un film menos radical estéticamente que sigue más la línea visual del primer film. Female Prisoner Scorpion: Beast Stable (Joshuu sasori: Kemono-beya, 1973) incide en el tema de la venganza y sus consecuencias, en el proceso ofrece algunos de los momentos más icónicos y badass de Matsu.

Tras los eventos de la segunda entrega, Matsu trata de llevar una vida normal con la ayuda de Yuki (Yayoi Watanabe), una chica que intenta salir adelante a pesar de tener una vida más que complicada. Pero más se le complicarán las cosas a Matsu, atrapada entre una banda de criminales liderada por una antigua compañera de la cárcel y la policía que intenta devolverla a la cárcel.

Como novedad se introducen ciertos toques de humor y se humaniza, hasta cierto punto, a Matsu. Tras el festival de alegorías y surrealismo de la segunda se agradece una mayor sobriedad estética, aunque cuando Matsu se ponga de nuevo en acción también lo hará el esteticismo.

Con este film el director Shunya Ito se despide de Matsu y lo hace de forma muy digna.




Tenía ciertas reticencias a la hora de ver esta película. Por un lado, no estaba dirigida por Shunya Ito y, por otro lado, la historia de Matsu quedaba perfectamente cerrada en la tercera entrega. De todos modos, Female Prisoner Scorpion: Grudge Song (Joshû sasori: 701-gô urami-bushu, Yasuharu Hasebe, 1973) resulta ser un film bastante entretenido.

Este film lo podríamos situar entre la segunda y la tercera entrega (una idea completamente personal, no es que haya nada oficial al respecto), nos presenta a Matsu huyendo de la policía. En su huida será ayudada por Teruo Kudo (Masakazu Tamura), el cual guarda un fuerte rencor a la policía ya que lo torturaron durante unas protestas estudiantiles. Así, será Matsu la que se verá mezclada con la venganza de Kudo y, de nuevo, se verá complicada en una historia de traiciones y violencia.

No es tan buena como las tres anteriores, pero esta cuarta entrega resulta entretenida como una cinta de exploitation más tradicional. Buenas interpretaciones, una historia interesante y el placer de ver a Matsu en acción hacen que sea un film muy disfrutable.

Recomiendo esta saga a todo el mundo, aunque puede que resulte muy violenta y sangrienta para algunos y demasiado surrealista para otros. En Inglaterra se ha editado un pack en DVD que incluye solo las tres primeras, la cuarta no está editada. En Estados Unidos se ha editado un pack en DVD con la 1, la 3 y la 4, pero la 2 se ha de comprar por separado ya que la editó una compañía diferente. Tras el éxito de estos cuatro films se hicieron falsas secuelas y remakes, alguno aparecido el año pasado, pero no os dejéis engañar. Meiko Kaji es la única Escorpión que vale la pena.


20 feb 2012

Feminismo contra fantasía masculina: Terminal Island de Stephanie Rothman


Creo que el cine es un tipo de arte corrupto y comprometido, una combinación de negocio y arte. Y creo que los cineastas que lo tratan simplemente como un negocio fallan. Una película orientada exclusivamente al negocio es demasiado vulgar. Tiene que tener algo más. Para mí, las películas exitosas son aquellas que son ligeramente corruptas, que intentan ser a la vez negocio y arte, sabiendo que no pueden ser completamente artísticas y que nunca deben ser sólo negocio.
Roger Corman.

Terminal Island (Stephanie Rothman, 1973) es Battle Royale (Batoru rowaiaru, Kinji Fukasaku, 2000) antes de Battle Royale y 1997: Rescate en Nueva York (Escape from New York, John Carpenter, 1981) antes de 1997: Rescate en Nueva York. Stephanie Rothman combina tópicos carcelarios y sátira en una entretenida exploitation con saludables dosis de desnudos y violencia.

Stephanie Rothman fue de las primeras directoras (y durante un tiempo casi la única) en trabajar dirigiendo películas exploitation, mientras en Hollywood las puertas seguían firmemente cerradas a las directoras, oportunidad que le fue dada por Roger Corman. La corta carrera de Rothman se caracteriza por dirigir películas dentro de géneros bien específicos pero a los cuáles les añadió un toque personal, que introducía en los guiones que coescribía, consistente en tratar temas de importancia social y añadir ciertas dosis de feminismo a los personajes y las historias. Ejemplos de este particular estilo de Rothman sería la anteriormente comentada aquí The Velvet Vampire (1971) o la primera película que estrenó la New World de Roger Corman (y primer gran éxito de la compañía) The Student Nurses (1970), en la cual trata el tema del aborto, entonces ilegal en Estados Unidos, el tipo de tema social que Hollywood, que avanza junto a los cambios sociales con la rapidez de un abuelo al que le han quitado su andador, no tocaba ni refería.

Terminal Island es la película más interesante de Rothman en este aspecto. Henry Jenkins, en su libro The Wow Climax: Tracing the emotional impact of popular culture, le dedica un capítulo a esta directora (Exploiting Feminism in Stephanie Rothman's Terminal Island)  y trata, de forma más elocuente y articulada de lo que haré yo aquí, las contradicciones que presenta este film cuando comparmos la forma en que fue promocionado (ved el póster y el tráiler que tenéis abajo) con la película que el espectador se encuentra realmente. Tanto el póster como el tráiler enfatizan los aspectos más comerciales del film, la violencia y los desnudos, de un modo que atraiga al potencial espectador masculino, incidiendo no sólo en la "explotación femenina", también en la curiosa mezcla de racismo y exaltación racial que se daba en la blaxploitation. De hecho, durante décadas las mujeres y los afroamericanos fueron representados -cuando lo eran- desde la misma perspectiva: la del hombre blanco. Esta representación tópica fue progresivamente cambiando gracias a profundos cambios sociales y a las películas independientes y de bajo presupuesto, de nuevo: Hollywood no se adapta con la rapidez deseada a los cambios que se producen en la sociedad.

Sin embargo, el espectador que se adentra en Terminal Island se encuentra algo más interesante de lo que puede a parecer a simple vista desde el mismo momento que arranca la película. El argumento del film gira en torno a una supuesta abolición de la pena de muerte. En California, para ahorrar los costes que representaría mantener a un montón de presos y presas condenados a cadena perpetua, deciden crear una ley según la cual los condenados a la pena de muerte son exiliados y enviados a una isla, abandonados a su suerte y considerados legalmente muertos, en la cual de vez en cuando envían provisiones. En lugar de recurrir a un texto explicativo, la película, de forma bastante interesante y curiosa, nos pone en antecedentes utilizando un imaginado documental que están haciendo en una cadena de televisión sobre la isla. Las opiniones de los entrevistados, así como las actitudes de los periodistas y su jefe, nos ofrecen una divertida sátira de la televisión basura y el amarillismo periodístico, que sigue siendo bastante actual, a la vez que de forma rápida y atípica se nos presentan a los que serán los protagonistas de la película. Jenkins, en el artículo mencionado anteriormente, señala algo que no se me había ocurrido: este prólogo de la película sirve también como parodia de la propia creación del tipo de películas que se hacía en la factoría Corman, con el jefe haciendo de Roger Corman -aunque por entonces Rothman ya no trabajaba en la New World- y una periodista muy parecida a la propia Rothman encarnando a la directora.

Tras este prólogo arranca la historia con Carmen (Ena Hartman), una nueva prisionera abandonada en la isla. Carmen representaría al personaje tipo que Pam Grier encarnó en diversas películas de cárcel de mujeres. Muy pronto se encuentra con el doctor Milford (Tom Selleck) que le pone en antecedentes sobre la situación en la isla. Existen dos grupos: uno bien organizado y preparado, otro que sobrevive como puede. Carmen opta por ir al bien preparado, claro está.

Este grupo bien preparado es uno de los elementos más cargados de simbolismo y sátira, al tiempo que es el lugar en el cual las peores fantasías masculinas se representan, aunque retorcidas y deformadas. El campamento está dirigido por Bobby (Sean Kennedy), un psicópata sanguinario con una curiosa debilidad: le tiene miedo a la oscuridad. La mano derecha de Bobby y subordinado es Monk (Roger E. Mosley). Carmen se dirige a Monk esperando cierta simpatía al ser ambos afroamericanos, sin embargo Monk, por orden de Bobby, rápidamente somete físicamente a Carmen y establece su posición de dominio.

Carmen descubre entonces que las mujeres del campamento son encerradas en una porqueriza y sometidas a una doble esclavitud: por la mañana trabajando y encargándose de cocinar, por la noche obligadas a mantener relaciones sexuales con los prisioneros. Una situación que no hace muy feliz a Carmen, la cual enseguida se pone a idear planes para escapar.

No hay que ser un genio del subtexto para ver que este campamento brutal "de los malos" es una versión caricaturizada de la sociedad contemporánea.  Bobby encarna al patriarca, el macho dominante por antonomasia, que en ocasiones actúa como un niño asustado.

Las cosas cambian cuando las mujeres, al estilo Rapto de las Sabinas, son liberadas y se unen al grupo más "desorganizado", a los débiles. Este grupo más igualitario, en el cual actúa como lider A. J. (Don Marshall), permitirá a las mujeres establecer relaciones de igualdad y también que se desarrollen sus habilidades e intelectos. Carmen fabrica veneno para usarlo como arma contra el grupo de Bobby y Lee (Marta Kristen) descubre la manera de hacer pólvora y comanda a los hombres de manera que consiguen varias armas explosivas. Por otro lado, Joy (Phyllis Davis) decide con libertad que hacer con su cuerpo y con quién hacerlo, en lugar de verse sometida al capricho de los hombres.

La película pasa a centrarse entonces al enfrentamiento entre ambos grupos, o lo que es lo mismo: el enfrentamiento simbólico entre la sociedad tradicional patriarcal y una nueva sociedad ideal sin prejuicios raciales o sexuales. Todo esto se hace dentro de los confines del estilo exploitation de puro entretenimiento, manteniendo entretenido al espectador con diversas escenas de acción y desnudos.

Terminal Island es un ejemplo de arte subversivo, o cine "corrupto" como diría Roger Corman, por la manera en que utiliza los tópicos para atraer a los espectadores, al tiempo que subvierte y desmonta esos mismos tópicos. Lo hace, además, sin olvidar que el objetivo principal del film es entrener, algo que consigue de principio a fin. Edición en DVD de Code Red.

30 dic 2011

Sé lo que estás pensando y esta película no es así


Para acabar el año con alegría he decidido descubrir a aquellos que no la conocían La cárcel caliente (Caged Heat!, 1974), el debut en la dirección de Jonathan Demme. Seguramente le habréis echado un vistazo al póster, visto el título y pensado: "Bueno, esta película no es para mí" o "me encantan este tipo de pelis". Os equivocáis de ambos modos, ya que esta película no es como aparenta ser o la vende el tráiler... o es mucho más que sólo eso.

Os voy a ser sincero: no me gustan las películas de cárcel de mujeres. Me aburren, son demasiado repetitivas y previsibles. Lo mismo le sucedía a Roger Corman, que aunque este género le resultaba rentable económicamente no le acababa de gustar el resultado artístico de las mismas. Mientras, Jonathan Demme había empezado a trabajar en la New World de Corman, escalando posiciones como era la costumbre en la empresa de Corman: primero en el departamento de publicidad, luego guionista y productor, director de segunda unidad y finalmente le tocaba estrenarse como director. Demme había escrito, producido y dirigido la segunda unidad de The Hot Box (Joe Viola, 1972), tras lo cual le pidió a Corman dirigir su primera película y le presentó el guion de Caged Heat! A Corman no le gustaba el género de cárcel de mujeres, como ya he dicho, pero le atrajo el hecho de que Demme había añadido detalles personales muy interesantes, así como un sentido del humor que casi parodiaba el género (lo mismo sucedió con las dos películas de cárcel de mujeres que Corman había encargado a Jack Hill). De esta forma nació esta joya destinada a convertirse en una gran película de culto.

Algo que inmediatamente separa este film de otros del mismo género, además del tono y argumento, es el estilo que adopta Demme a la hora de presentarnos la historia que quiere contar en imágenes. Cuando la vi por primera vez, sabiendo que era la primera película del director, tuve la impresión que era como un niño jugando con un juguete nuevo, explotando todo lo que puede hacer al máximo. Se notaba que Demme había pasado tiempo ideando elaborados movimientos de cámara y planeando secuencias sin tener en cuenta las dificultades que podían traer considerando el presupuesto y el calendario que tenía para rodar. Una impresión que me confirmó el propio director, en el audicomentario que acompaña la edición en DVD de la película, declarando que quería experimentar y jugar con el lenguaje cinematográfico. Así surgen las distintas y curiosas escenas oníricas, las transiciones jugando con la luz, diferentes homenajes cinematográficos, el equilibrio de diferentes subtramas y todo aquello que hace que esta película se disfrute tanto.

El argumento presenta una mezcla de tramas vistas anteriormente en el género, con un giro personal de Demme, así como motivos que luego serían explorados en películas posteriores "más serias" como Alguien voló sobre el nido del cuco (One Flew Over the Cuckoo's Nest, Milos Forman, 1975). Todo empieza cuando Jacqueline Wilson (Erica Gavin) es detenida y encerrada. En la cárcel conocerá a diversas prisioneras con las que mantendrá una relación tensa. Intentos de fuga y experimentos a cargo del psiquiatra de la cárcel van enriqueciendo la trama de la película, cargada de acción y los habituales ingredientes de una buena exploitation. Y además todo ello en apenas 80 minutos de metraje, la película avanza demasiado deprisa para resultar aburrida en ningún momento.


Demme reunió un fantástico reparto para su película. Las protagonistas son rostros familiares en este blog: Erica Gavin (aquí y aquí), Roberta Collins (aquí y aquí), Barbara Steele (aquí, aquí, aquí y aquí), Juanita Brown (aquí), a Linda Gold alias Crystin Sinclaire la tenía vista de Trampa mortal (Eaten Alive, Tobe Hooper, 1977) y a Cheryl "Rainbeaux" Smith la había visto en The Swinging Cheerleaders (Jack Hill, 1974). Todas ellas eran actrices atractivas y hermosas, obviamente, pero las cuales también tenían un gran talento interpretativo, cosa que no se les reconoce. Gavin era capaz de ofrece personajes completamente distintos en cada película que hacía: su personaje en Vixen! (Russ Meyer, 1968) no tiene nada que ver con el que interpreta en El valle de los placeres (Beyond the Valley of the Dolls, Russ Meyer, 1970) que no tiene nada que ver con el que interpreta en Caged Heat! Barbara Steele era otra estupenda actriz que combinaba belleza y talento. En esta película interpreta a la paralítica alcaide de la cárcel, que en una secuencia onírica interpreta un delirante número de cabaret mientras que en su día a día es una mujer tremendamente reprimida y mojigata.

Mención aparte merecen Roberta Collins (1944-2008) y Cheryl Rainbeaux Smith (1957-2002). Collins era una roba-escenas profesional, cargada de una gran y fuerte personalidad que la hacía resaltar hiciera lo que hiciera, y que durante un tiempo fue una gran estrella de la factoría Corman. Por desgracia, murió hace unos años de sobredosis. Rainbeaux Smith, por otro lado, tuvo una vida que parecía sacada de una de sus películas, cargada de misterio. Tenía un indudable talento interpretativo pero también su carrera se vio abruptamente interrumpida por las drogas, la hepatitis que la mató la contrajo debido a que consumía heroína. Esta película era su favorita de las que hizo (también lo es de Erica Gavin).

A riesgo de parecer sentimental, estos hechos hacen que ver estas películas sea en ocasiones una experiencia agridulce. Disfruto viendo a Collins y Rainbeaux Smith, así como otras de destino parecido como Claudia Jennings y Sharon Tate, en plena forma en las películas pero me entristece saber como acabaron.

Caged Heat! es divertida, excitante, entretenida e interesante. 80 minutos de fantasía cinematográfica, mucho mejor de lo que parece a simple vista o por lo que podáis pensar por el tráiler.

26 sept 2011

Mujeres encerradas


Prisionera: ¿Dónde quieres que te entierren, negrata?
Pam Grier (tras tumbar a la prisionera de una patada): Señora negrata para ti.
The Big Bird Cage (Jack Hill, 1972)

Recientemente me compré, dentro de la colección Roger Corman's Cult Classics, el pack Women in Cages editado por Shout! Factory. ¿Lo compré por qué soy un pervertido fetichista al que le gustan las pelis de mujeres encerradas? No, nada de eso. Es decir, sí que soy un pervertido fetichista, pero el género de las cárceles de mujeres, iniciado allá por los años 30, nunca me había interesado. No tengo nada en contra de este género, simplemente no había despertado mi interés. La única razón por la que compré este pack es el director Jack Hill, que dirigió dos de las películas incluidas. Así que os pido un poco de fe y que me acompañéis en este recorrido, os aseguro que es mejor de lo que parece a simple vista.

The Big Doll House (Jack Hill, 1971): Esta película, y The Big Bird Cage, la mencioné de pasada en mi pequeño homenaje a Pam Grier ya que fue su debut en la pantalla grande. Esta es la primera película que vi de Jack Hill e inmediatamente despertó mi interés por este original director, capaz de aportar su propia personalidad y elevar cualquier argumento que se ponga a dirigir, aunque es mejor cuando dirige sus propios guiones.

Originalmente fue James Gordon White quien escribió el guion de The Big Doll House y se lo mostró a Hill, a quien le pareció que estaba bastante bien. Hill se puso a trabajar en otros proyectos y el guion fue a parar a las manos de Roger Corman, el cual contrató a, por lo menos, dos guionistas (uno de los cuales, Don Spencer, es el acreditado como único autor) para que lo reescribieran. De modo que cuando Corman y Hill acordaron que éste la dirigiría, Hill leyó un guion que según sus palabras "era horrible". Por fortuna, la película se iba a rodar en Las Filipinas, en Manila, para recortar gastos, lo que le dio la oportunidad a Hill de reescribir a su gusto el guion y utilizar también partes del guion original. Así, el resultado final fue mejor de lo que se podía imaginar.

The Big Doll House no inventó el género de las mujeres encerradas pero como si lo hubiera hecho. Fue un éxito de taquilla tan grande que inmediatamente generó un montón de imitaciones que no eran ni la mitad de buenas de lo que es este clásico de culto. La película está ambientada en una ficticia república bananera y cuenta como Collier (Judy Brown) es encerrada en una cárcel de mujeres (duh!) por matar en defensa propia a un rico empresario. En la cárcel comparte celda con Bodine (Pat Woodell), Alcott (Roberta Collins), Grear (Pam Grier), Ferina (Gina Stuart) y Harrad (Brooke Mills). Tras sufrir las sádicas torturas de las carceleras y ver como mueren sus compañeras, las seis prisioneras planean escapar de la cárcel, con la involuntaria ayuda de Harry (Sid Haig) y Fred (Jerry Franks), dos repartidores de fruta.

Las razones por las que esta película es tan buena y se sale del género son dos: el humor que añadió Hill y la manera en que le dio la vuelta a la típica explotación femenina de estas películas para convertirla en una exaltación del poder femenino, factor que las actrices abrazaron entusiasmadas. Los personajes principales están muy bien definidos y construidos, gracias también al gran reparto que Hill consiguió reunir, de modo que cuando estalla la acción te sientes plenamente identificado con las protagonistas. No es de extrañar que fuera un gran éxito de taquilla, continuamente están pasando cosas y el ritmo es constante, consiguiendo que el espectador pase unos entretenidos 90 minutos siguiendo las vicisitudes de estas valientes prisioneras.

Y esa es la razón por la que la recomiendo: desde el minuto uno, en el que oímos a Pam Grier cantando Long Time Woman, hasta que los títulos de crédito empiezan a rodar, disfruté durante toda la película. Es mejor de lo que parece por el tráiler.


Women in Cages (Gerry de Leon, 1971): El arrollador éxito de The Big Doll House hizo que de forma inmediata Roger Corman pusiera en marcha otra película del género, escrita por David Ostrehaut y James H. Watkins aprovechando elementos que aparecían en el guion original de Big Doll House que escribió James Gordon White.

Esta es realmente la típica película de cárcel de mujeres. Jeff (Jennifer Gan) es engañada por su novio traficante Rudy (Charles Davis) y acaba cumpliendo condena por posesión de narcóticos. Comparte celda con Sandy (Judy Brown) y Stoke (Roberta Collins) bajo la violenta supervisión de Alabama (Pam Grier). Stoke es una yonqui a la que Rudy convence para que mate a Jeff a cambio de suministrarle regulares dosis de drogas y Sandy está cumpliendo condena injustamente y el policía Acosta (Bernard Bodine) la convence de que proteja a Jeff a cambio de revisar su sentencia.

Película sórdida y un pelín misógina, tiene suficiente acción y un argumento lo bastante enrevesado para que no resulte aburrida. Aunque los continuos fallos de Stoke por matar a Jeff aportan algo de humor involuntario, se encuentran a faltar los toques de humor que introdujo Hill en Big Doll House. No es que sea un título muy memorable, y seguramente no la habría visto si no la hubieran incluido en este pack, pero es medianamente entretenida.


The Big Bird Cage (Jack Hill, 1972): Roger Corman le pidió a Jack Hill que le hiciera otra película como The Big Doll House con la esperanza de repetir el gran éxito de ésta. Hill creyó que habían salido tantas imitaciones de su película, que el único camino que tenía era la parodia. Con este objetivo nació The Big Bird Cage, escrita y dirigida por Hill.

Terry (Anitra Ford) es cogida por unos revolucionarios (Django (Sid Haig, actor fetiche de Hill) y Blossom (Pam Grier)), oportunidad que las altas instancias aprovechan para encerrar a Terry, que se había convertido en una incomodidad para el gobierno por sus escarceos sexuales, cuando la sueltan los revolucionarios acusándola de traidora. Los revolucionarios, algo envidiosos de la relación entre Django y Blossom, le sugieren a este que podrían iniciar la revolución tomando la cárcel de mujeres cercana (donde está Terry encerrada) como hicieron en la Revolución Francesa. A Django le parece una buena idea e infiltrará a Blossom en la cárcel para preparar la fuga y que estalle la revolución.

Como decía, Hill creó una parodia del género, exagerando y llevando al absurdo los tópicos de este género, así como introduciendo varios personajes bastante divertidos. Este ánimo paródico se ve reflejado en momentos como el que presenta al malvado alcaide Zappa (Andy Centera), donde vemos como sale todo enfadado de su casa y va directo a patear un cachorro que pasa por allí. O cuando el guardia gay Rocco (Vic Diaz) vuelve a capturar a Terry, tras un infructuoso intento de fuga, cuando está a punto de ser violada por un grupo de hombres; tras mirar a los hombres que estaban a punto de propasarse con Terry dice: ¿por qué estas cosas no me pasan a mí? También destaca en la película Karen McKevic, más que nada porque esta actriz medía por lo menos dos metros y resalta sobre todo el reparto. De nuevo, Hill carga la película de acción y ritmo trepidante en su parte final, dándole la guinda perfecta al conjunto.

No es de extrañar que Hill sea uno de los directores favoritos de Quentin Tarantino, ya que tiene una habilidad innata para subvertir y transformar cualquier género que toca. Tremendamente recomendable y una gran culminación para esta sesión carcelaria que ofrece este estupendo pack, de módico precio.

8 mar 2010

Maratón Pam Grier

¿Qué mejor manera de pasar un domingo que en compañía de la diosa de ébano Pam Grier? La superestrella de la blaxploitation es la protagonista de estas fantásticas maravillas del celuloide. 

Black Mama, White Mama, 1973, Eddie Romero: Empezamos con una producción que quería ser la respuesta femenina a Fugitivos (The Defiant Ones, Stanley Kramer, 1958). Pam Grier es Lee Daniels, una prostituta que huye de unos mafiosos a los que les ha robado dinero. Por aquellas cosas de la vida es encadenada a la revolucionaria Karen Brent, a la que pone su carne Margaret Markov. Ambas no tardan en escaparse de la cárcel que las retiene, como el Equipo A, y empieza su desesperada huida. Perseguidas por la policía y la mafia, tendrán que unir sus fuerzas aunque no les guste. La película tiene una gran primera hora en la que recrea una mini película de mujeres encarceladas, escena de ducha incluida, consistiendo el resto de la película en la huida de la pareja encadenada. Aceptables dosis de violencia, algo de humor y inesperado clímax hacen de esta película un buen entretenimiento y una gran manera de empezar el maratón. La película fue rodada en las Filipinas, que es donde también se rodó la carta de presentación de Pam Grier: The Big Doll House y su continuación The Big Bird Cage. Las dos fueron dirigidas por Jack Hill. Uno de los actores favoritos de Jack Hill es Sid Haig, que aparece en las tres películas, al igual que el filipino Vic Díaz. 


Friday Foster, 1975, Arthur Marks: En esta película Pam Grier ya era una estrella. La película adapta una tira de prensa protagonizada por una fotógrafa que se mete en toda clase de líos. Pam Grier, por supuesto, es Friday Foster. Su jefe le encarga fotografiar la llegada del millonario Blake Tarr, el cual sufre un atentado. Foster es testigo y fotografía a los asesinos, que la empezarán a perseguir. A medida que Friday Foster investiga descubrirá un complot para matar a todos los líderes negros del país. En la película también interviene Yaphet Kotto como el amigo investigador de Foster, que le ayuda en los momentos peligrosos. Comparada con las otras películas, esta es bastante suave, y, de hecho, si no es por algún desnudo y la ocasional palabrota seguramente habría sido calificada para todos los públicos. Sin embargo, no deja de tener su encanto. Tiene un aire camp que la hace bastante divertida, así como varios toques absurdos del guión que le dan un aire psicotrónico. Aunque supongo que después del asesinato de Martin Luther King, la idea de un complot para asesinar a los líderes de la sociedad afroamericana no resultaba del todo imposible en su momento.


Coffy, 1973, Jack Hill: La película que convirtió en estrella a Pam Grier. Dirigida por su descubridor Jack Hill, como ya hemos mencionado antes, la película narra la venganza que Coffy lleva a cabo sobre unos traficantes. Mientras los estudios sólo querían un producto de acción para ganar algún dinero, Jack Hill dota a la película de una profundidad nada habitual en este género. El personaje de Pam Grier no es ningún ex-agente federal o policía embarcado en una cruzada personal, experto en armas y el combate cuerpo a cuerpo. Por el contrario, Coffy es una enfermera, una mujer que no tiene ningún entrenamiento especial y que usa su inteligencia para llevar a cabo su venganza. Destaca además el contenido político y las estadísticas que se dan sobre el efecto de las drogas sobre los niños, que eran los auténticos en aquel momento. Hill crea un gran personaje que Grier hace suyo por entero, aportando detalles de su propia experiencia. Además, destaca la habilidad del director para enlazar cada pequeño detalle que aparece en pantalla. También sale Sid Haig. Gran película, la mejor de las aquí comentadas, también tiene sus toques de pura exploitation, como la pelea entre Grier y una rival, así como abundantes dosis de violencia. Especialmente impactante resulta la escena que abre el film.


Foxy Brown, 1974, Jack Hill: De nuevo Jack Hill dirige a Pam Grier (y, en un pequeño papel, a Sid Haig) en otra historia de venganza. Teniendo historia similares y mismo director/guionista, Foxy Brown resulta muy diferente de Coffy. Pam Grier vuelve a encarnar a una mujer inteligente y fuerte, pero la película no es tan cruda, tiene más acción que violencia. El elemento político vuelve, reflejando las asociaciones y movimientos que la comunidad negra desarrolló en los setenta, como Black Pride o Black Is Beautiful. La película se ideó en un primer momento como una continuación de Coffy, lo que también explica los elementos comunes entre ambas. La villana es interpretada por Kathryn Loder que también aparece en The Big Doll House con Pam Grier y Sid Haig. Un gran final para el maratón, Hill vuelve a demostrar su habilidad para enlazar todos los elementos del guión, atando todos los cabos y sin dejar nada al azar. Todas y cada una de las situaciones están justificadas. Sin embargo, a pesar de lo que me gusta esta película, no puedo evitar preguntarme como habría resultado si los deseos de Hill se hubiesen cumplido y ésta hubiese sido la secuela de Coffy, que se iba a titular Burn, Coffy, Burn.