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1 mar 2024

El metaterror de José Mojica Marins

Cuando se estrenó a mediados de los 90 del siglo XX, Scream: Vigila quién llama (Scream, Wes Craven, 1996) fue celebrada por introducir un toque metalingüístico en lo que la crítica "seria" veía como un género muerto. En realidad, lo que hizo Scream fue llevar el metalingüismo (utilizar el género para analizar el género) hacia el mainstream y la crítica generalista, ya que era algo que se llevaba haciendo dentro del terror desde hacía décadas.

Uno de los pioneros en este sentido fue el cineasta brasileño José Mojica Marins. Marins fue el creador de Zé do Caixão, un siniestro y malvado personaje que introdujo en À Meia-Noite Levarei Sua Alma aka At Midnight I'll Take Your Soul (1964), película en la que también creó el terror gore al mismo tiempo que Herschell Gordon Lewis en Blood Feast (1963). La popularidad del personaje, que Marins mantuvo vivo en siguientes películas, hizo del director un personaje controvertido. No solo por cómo sus películas parecían atacar el régimen militar que entonces gobernaba Brasil, también por la manera en que Marins jugaba a la ambigüedad sobre dónde empezaba uno y acababa el otro, apareciendo en televisión y en eventos caracterizado como el personaje. Esto lo llevó un paso más allá el director en El despertar de la bestia (O Ritual dos Sádicos, 1970), un film que trata sobre el impacto de las drogas en la sociedad de la época en la que Marins aparece interpretándose a si mismo junto a su personaje Zé do Caixão (más sobre esta película un poco más abajo). El paso hacia unas películas "meta" en la que el creador se enfrentara a su creación era la inevitable evolución siguiendo la trayectoria del director, que creó dos títulos que fueron iniciados de forma algo mercenaria pero se tradujeron en películas innovadoras, extrañas y delirantes.

 

Exorcismo negro aka The Bloody Exorcism of Coffin Joe (1974) nos presenta una peculiar batalla entre creador y creación. Está claro que el origen del film se sitúa en el éxito mundial de El exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973), también un gran éxito en Brasil. Pero cualquier similitud entre el clásico de Friedkin y el film de José Mojica Marins termina ahí, ya que la historia que nos presenta Marins es muy distinta y añade elementos de macumba y satanismo a una historia que acaba resultando bastante personal.

El director José Mojica Marins se dispone a pasar unos días en casa de un amigo y su familia para trabajar en lo que será su próxima película. Marins sufre un bloqueo creativo, incapaz de encontrar una nueva historia que sea lo bastante interesante, y espera que un tiempo de relajación entre amigos le ayude a encontrar una nueva idea. Entonces una serie de extraños sucesos empiezan a tener lugar en la casa, viéndose afectados varios miembros de la familia. Marins empieza a sospechar algo imposible: que su creación Zé do Caixão sea el responsable de lo que sucede.

Había pasado ya una década desde que Marins creó a Zé do Caixão, el personaje que le hizo famoso pero que en cierto modo le había llegado a eclipsar. Este es el tema de fondo de Exorcismo negro, en el que el director brasileño explora la ambivalente relación que, en aquel momento, mantenía con el personaje. Por otro lado, en lo que se refiere a la historia de la película, esta trata sobre brujería y magia negra más que ser la típica película de posesión diabólica. También Marins tiene tiempo de analizar la nueva popularidad que el cine de terror experimentaba entonces.

Este es el mayor ejemplo del talento de Marins, que a pesar de que se le pusiera delante la idea de aprovechar el éxito de otra película, él se mantuvo fiel a si mismo y realizó el tipo de película que solo Marins podía dirigir.

 

 

Si Exorcismo negro surgió con la intención de aprovechar el éxito de El exorcista, Delírios de um Anormal aka Hallucinations of a Deranged Mind (1978) se crea como manera de aprovechar material que entonces permanecía inédito porque la censura no permitió que se mostrara cuando fue originalmente filmado. Principalmente de El despertar de la bestia, una película que Marins no pudo estrenar en 1970, ya que la censura lo impidió. Esto casi acaba con la carrera de Marins, que no pudo recuperar el dinero invertido en El despertar de la bestia y pasó varios años con dificultades económicas intentando devolver el dinero a los inversores. Además de El despertar de la bestia, se decidió utilizar material de otras películas suyas, como ya he dicho muchas escenas censuradas pero también escenas populares o memorables.

El argumento se creó con la intención de hacer posible reutilizar todo este material, al que se añadirían nuevas escenas. Unos doctores acuden al director José Mojica Marins para que les ayude con un paciente especial: el doctor Hamilton (Jorge Peres), el cual sufre unas terribles alucinaciones en las que es acosado por Zé do Caixão. El doctor Hamilton está convencido de que Zé do Caixão quiere robarle a su esposa Tânia (Magna Miller), Marins debe convencerlo de que Zé do Caixão es un personaje de ficción y no puede hacerle daño... O eso parece.

Lo asombroso en este caso es que lo que podría haber sido simplemente una colección de clips, se convierte en un asalto a los sentidos. Un film que funciona por como somete al espectador a una serie de escenas delirantes que pueden resultar aún más chocantes sin el contexto para el que fueron originalmente pensadas, más otros delirios creados para la ocasión. Se podría decir que es la venganza perfecta de Zé do Caixão contra el régimen que intentó someterlo pero que no pudo con su maldad, que va más allá de todo límite.

El metaterror de Marins puede que surgiera como manera de aprovechar material del pasado o recientes éxitos de taquilla, pero el resultado final son películas originales que se presentan al espectador como puertas a la demencia y al terror. Delirios en forma de celuloide como solo podía crear José Mojica Marins.

7 may 2010

Encarnação do Demônio - Embodiment of Evil


El 2008 José Mojica Marins pudo al fin cerrar su trilogía sobre Zé do Caixão. No sólo eso, en Encarnação do Demônio corrige además el final moralista de la entrega anterior impuesto por la dictadura.

Tras una condena de cuarenta años, Zé do Caixão sale de la prisión donde ha estado encerrado. El mundo que se encuentra es muy diferente del que había conocido. La corrupción y la decadencia campan por doquier. Aunque no es algo que le preocupe en exceso. Sin pérdida de tiempo se pone manos a la obra para encontrar la mujer perfecta, lo que significa nuevas torturas y asesinatos. Pero Zé ya no se enfrenta a un pueblo acobardado por su fiereza, nuevos enemigos se alzan propios de esta nueva sociedad: policías corruptos y un fanático religioso se enfrentarán a Zé en busca de venganza.

Esta tercera y final entrega de la historia de Zé do Caixão se mantiene digna ante las anteriores entregas. Con un diseño de producción más cuidado, Marins hace evolucionar a su personaje. Zé ya no es el mismo, sufre terribles alucinaciones provocadas por los remordimientos de crímenes pasados a pesar de mantener su fuerza de carácter y lucha contra la locura que intenta poseerlo. Marins tampoco ha perdido su vena surrealista, las representaciones del más allá siguen presentes y forman parte de una trama más elaborada en el sentido que incorpora diversos personajes con sus propios intereses cada uno. El nivel de salvajismo tampoco baja, la película está repleta de escenas sanguinolentas. Lo mejor es como incorpora las películas anteriores dentro de esta dándoles un sentido de conjunto.

Como mencioné en el primer post de esta serie, Zé aparece en diversas películas de Marins como elemento conductor, presentador o enemigo. Si estas tres os gustan, buscad el resto de películas de Marins, algunas más radicales en su propuesta formal, otras más accesibles, todas diferentes.

Esta tercera entrega debería ser más fácil de encontrar ya que se estrenó hace relativamente poco.

6 may 2010

Esta Noite Encarnarei no Teu Cadáver - This Night I Will Possess Your Corpse


En esta segunda entrega de los desmanes de Zé do Caixão, estrenada en 1967, José Mojica Marins eleva la calidad visual y argumental, así como se intensifica el elemento surrealista.

Zé regresa a su pueblo después de una temporada a la sombra. Nos encontramos al empezar con el Zé defensor de los niños. Como quedó patente en la primera entrega, Zé es un ateo convencido y por ello está obsesionado con tener un hijo para perpetuarse en la eternidad; es esta motivación la que hace también que vea a los niños como algo sagrado. De este modo, cualquier castigo o ataque sobre un niño es vengado de forma brutal por Zé. Mientras no ejerce de Defensor del Menor, Zé continua con su plan de encontrar la mujer perfecta para que lleve su semilla. Voluntarias no le faltan, así que Zé diseñará una serie de pruebas para seleccionar a la fémina perfecta. ¿Estará el mundo preparado para enfrentarse a la futura pareja de salvajes criminales amorales?

Como indicamos al principio, esta segunda entrega tiene un guión más elaborado ejecutado con gran destreza por Marins, gracias a contar con más medios para realizar esta película, aunque no muchos más. Esta película se os quedará grabada sobretodo por una secuencia en color (el resto es en blanco y negro) en la cual Marins nos presenta su visión del infierno. Esta visión es un asalto a los sentidos en la que vemos cuerpos torturados por doquier con una banda sonora compuesta por gritos de dolor. El contraste además con el blanco y negro hace que resulte más chillona aún de lo que ya es, seguramente era ese el efecto deseado. La secuencia, y toda la película de hecho, fue duramente censurada por la dictadura militar que entonces gobernaba Brasil. Por fortuna esta circunstancia ha sido subsanada con el paso del tiempo y actualmente no debería ser muy difícil encontrar una versión sin censurar, como con el resto de films de Marins.

Esta fabulosa serie no vería su conclusión hasta cuarenta años después, en nuestro próximo post: A Encarnação do Demônio.

5 may 2010

À Meia-Noite Levarei Sua Alma - At Midnight I'll Take Your Soul


José Mojica Marins es un director de cine único. No sólo único dentro del cine brasileño, sino también en el mundo del cine en general. Poseedor de un peculiar universo macabro que traslada a sus películas, transformándolas en alucinantes ejercicios de terror surrealista. Sus películas no se parecen a las de nadie más, gracias sobretodo a su creación Zé do Caixão (algo así como José del Ataud), siniestro personaje de imagen característica: barba, sombrero de copa negro, capa negra y larguísimas uñas que encarna el propio Mojica Marins. En algunas de sus películas como O Exorcismo Negro (1974) o Delírios de um Anormal (1978), se representan enfrentamientos entre creación y creador, entre Zé do Caixão y José Mojica Marins. Si bien Zé aparece en prácticamente todas sus películas, la historia del personaje la conforman tres: À Meia-Noite Levarei Sua Alma (1964), Esta Noite Encarnarei no Teu Cadáver (1967) y Encarnação do Demônio (2008). Trilogía que iré comentando estos días, también porque de las nueve películas que he visto de Marins son las que más me han gustado personalmente, pero invito a todo el mundo a entrar en el peculiar mundo de este director y que escoja sus favoritas, porque toda son únicas y tremendas.

À Meia-Noite Levarei Sua Alma nos presenta por primera vez a Zé do Caixão. Un hombre rabiosamente ateo que se dedica a romper todos los tabúes sociales que se le ocurren. Hay una escena que me encanta en la que le vemos comer con gran gusto un bistec durante una procesión de Semana Santa, cosa que durante los años sesenta tanto en Brasil como en España era una blasfemia grave. También se dedica a ir por los cementerios provocando a los muertos para que se alcen y a Dios mismo para que se muestre. Mantiene a todo el pueblo dominado gracias a una furia que desata fácilmente. En una escena, un pobre desgraciado intenta desafiarlo y Zé le pega una paliza que lo deja medio muerto, eso sí, él también se encarga de pagarle el médico que necesitará el pobre. Debido a este militante ateísmo que mezcla con un gran ego, Zé está obsesionado con tener un hijo, ya que lo ve como la única manera de alcanzar la inmortalidad y perpetuarse. Para ello no dudará en asesinar y violar a quién haga falta.

Desde el inicio de la película, en la que una bruja nos acoge en su casa como antesala al mundo de Zé do Caixão, se hace evidente que todo está impregnado de una atmósfera macabra única. La fotografía en blanco y negro enfatiza la sensación onírica en el espectador, así como la música que acompaña las imágenes. Uno se encuentra indefenso ante la fuerza con la que Marins carga la película y se nos arrastra con él a su mundo de pesadilla. Y esto es sólo el principio.