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14 nov 2014

La secta (La setta)

 
Por desgracia, esta será la última película que comente de Michele Soavi. Y no es que La secta (La setta, 1991) fuera su última película, tras La secta dirigió la genial Dellamorte Dellamore (1994), pero, después de esta, se tomó un par de años de descanso dedicándose a sus otros intereses artísticos y cuando volvió a la dirección se dedicó a rodar telefilmes y cintas policíacas sin interés ninguno. Tal vez se deba también a los cambios en la industria italiana (de ahí que Dario Argento agonice rodando películas con menos de la mitad del dinero que tenía en su momento de gloria, lo que se resiente a la hora de darle el toque visual que hizo sus filmes memorables). Sea como sea, tras cuatro películas notables, interesantes y geniales algunas, para el amante del cine y del género, es como si la carrera de Soavi hubiera terminado.

Y repito que es una lástima, sobretodo tras ver sus películas. En el caso de La secta, se nos ofrece una historia de conspiración satánica. El esquema básico ya lo conocéis: protagonista, normalmente femenina, presa de una conspiración llevada a cabo por una secta satánica, cuyos miembros parecen infiltrados en todas partes. Es un tipo de película que, bien hecha, nos ha dado maravillas como La semilla del diablo (Rosemary's Baby, Roman Polanski, 1968), Carrera con el diablo (Race with the Devil, Jack Starret, 1975) o La casa del diablo (The House of the Devil, Ti West, 2009).

En el caso que nos ocupa hoy, la víctima es Miriam Kreisl (Kelly Curtis), una joven profesora de escuela que un día casi atropella a un anciano. Miriam se lleva al anciano a casa para que se recupere, sin saber que se trata de Moebius Kelly (Herbert Lom), miembro de una secta satánica. A partir de entonces, la vida de Miriam se convertirá en una pesadilla, llena de fenómenos extraños y más extraños asesinatos.

Cómo cantaban los Rolling Stones, este tipo de película es un típico caso de "es el cantante, no la canción". A pesar de sus casi dos horas de duración, 112 minutos concretamente, el film se las arregla para mantener al espectador enganchado a la pantalla con impactantes escenas y estudiadas secuencias que van desde sangrientos asesinatos hasta extraños trasplantes de rostro y un conejo haciendo zapping. Todo ello mostrado con un cuidado estilo visual, que tiene momentos muy logrados como el seguimiento de un insecto hacia el interior de una cabeza.

En definitiva, si sois aficionados al género, este es un film que os hará disfrutar de lo lindo. En su momento era muy fácil de encontrar en el videoclub más cercano, pero hoy día también se puede encontrar editada en DVD, aunque cueste un poco más de localizar.


6 nov 2014

El engendro del diablo (La chiesa)


Tras debutar con la excepcional Stage Fright - Aquarius (Deliria, Michele Soavi, 1987), Soavi fue saludado como un nuevo talento a tener en cuenta en el cine de terror italiano. Su siguiente proyecto cimentaría aún más su reputación como nuevo gran talento del género. Como os podéis imaginar me refiero a El engendro del diablo (La chiesa, 1989).

En una iglesia construida sobre una fosa común en la que se encuentran los cuerpos de los miembros de una secta satánica, empezarán a suceder extraños fenómenos. Un grupo de personas quedará atrapada dentro mientras son poseídos y atacados por entes demoníacos.

Cuando Dario Argento inició este proyecto, lo hizo como posible tercera entrega de Demons (Dèmoni, Lamberto Bava, 1985) [ver artículos 1 - 2], genial obra maestra en la que Soavi trabajó como asistente de dirección y actor. Sin embargo, cuando Argento llevó el proyecto a Soavi, este cambió y se transformó en una película de terror que, aunque con presencia de demonios y escenas sangrientas, era muy diferente al díptico demoníaco de Bava. Lo curioso es que sabiendo que La chiesa empezó siendo Demons 3, al verla podéis detectar escenas y elementos del argumento que habrían formado parte de esta hipotética tercera entrega.

Argento y Soavi compartían un interés común por temas de ocultismo y alquimia que incorporaban en sus películas. Este interés es explotado aquí para crear una película de atmósfera tenebrosa y amenazante, llena de ricos detalles que le dan "verosimilitud" a la historia. Además, Soavi crea un film visualmente muy rico, llegando a recrear "en vivo" una ilustración de Boris Vallejo, que yo recordaba por ser usada para esta portada de Creepy:



De este modo, Soavi crea un film que se basa en la atmósfera y en la creación de momentos terroríficos, más que en un frenético festival de sangre (no critico ninguna de las dos opciones, ambas me gustan bien hechas). El film esta lleno de viñetas terroríficas que le aportan al film una cualidad semipoética.

Entre el reparto de la película nos encontramos veteranos de Aquarius, como la protagonista Barbara Cupisti y el actor de culto Giovanni Lombardo Radice, así como veteranos del cine Argento. Entre este segundo grupo destaca una jovencísima Asia Argento, de la que entonces me quedé prendado ya que la primera vez que vi esta película tenía la misma edad que Asia cuando la hizo.

Los efectos especiales y el diseño de producción son magníficos, teniendo en cuenta el presupuesto. Es decir, Soavi contaba con más dinero para llevar a cabo su visión que en su debut como director pero aún así no es que El engendro del diablo fuera una superproducción. Pero fue suficiente para hacer de esta película una muy interesante aportación para los aficionados al género.

De modo que, si todavía no habéis entrado en esta iglesia maldita, os recomiendo que le pongáis remedio pronto, antes de que el Apocalipsis nos alcance.


30 ago 2013

Stage Fright - Aquarius (Deliria)


Después de trabajar con maestros del terror como Dario Argento, Lucio Fulcio y Lamberto Bava, en diferentes capacidades (normalmente como actor y ayudante de dirección), Michele Soavi debutó como director con un film de estética giallo y espíritu slasher: Aquarius aka Stage Fright (Deliria, 1987).

Un grupo de actores se queda hasta tarde ensayando una obra de danza moderna. Casualidades de la vida, un loco muy loco se escapa del hospital psiquiátrico en el que estaba encerrado y pronto empieza a matar uno a uno a los actores/actrices, técnicos y a cualquiera que se halle en el estudio.

Esta premisa tan sencilla le permite a Soavi centrarse en crear tensas secuencias de suspense y estilizados asesinatos. Por ello, la película tiene el aspecto de un giallo tardío, pero en cuanto a argumento y narrativa esta película es claramente un slasher, que en aquellos momentos empezaba a entrar en decadencia tras la sobreexplotación a la que había sido sometido durante los 80. Circunstancia que no deja de ser irónica.

En Italia se denomina giallo a los filmes de suspense y misterio en general. Fuera de Italia se utiliza el término para referirse a una serie de películas de suspense italianas estrenadas durante la década de los 70, extremadamente estilizadas y brutales, surgidas a raíz del éxito de El pájaro de las plumas de cristal (L'uccello dalle piume di cristallo, Dario Argento, 1970) (por ello se dice que, en cierta forma, Dario Argento inventó el género). Estas películas serían instrumentales en la aparición del slasher, género que presenta, en esencia, la misma historia una y otra vez: un asesino enmascarado asesina uno a uno a los protagonistas hasta que solo queda uno (normalmente una chica) que acaba con el asesino.

Soavi une estos dos géneros, contando una historia propia del slasher pero utilizando la estética del género que, en cierta forma, le dio origen, el giallo.

Esta es una de esas películas en las que no importa tanto el argumento como la forma en que se nos presenta. La manera en que Soavi nos presenta su sencilla historia nos hace olvidar lo rutinario del argumento y nos permite centrarnos en disfrutar del viaje. Es el potente discurso visual de Soavi la razón para ver esta película, cuyo tramo final atrapa aunque sepamos, a grandes rasgos, lo que va a suceder.

Aquarius es un film para los aficionados al terror más estético, que busquen algo visceral y emocionante, nada intelectual. El máximo ejemplo de que se puede hacer mucho con muy poco.

Cuando originalmente escribí esta crítica todavía no se había editado Aquarius en Blu-ray. Me alegra poder comunicar que actualmente existen dos ediciones: una de Blue Underground y otra de Exposure Cinema (la que yo compré).

20 ene 2011

Dylan Dog: De amor y muerte y lo que hay entre ambos



Puedo leer la Biblia, Homero y Dylan Dog durante días y días sin cansarme.
Umberto Eco

¿Alguna vez os ha pasado que os ha disgustado tanto una película que incluso os habéis enfadado con ella? A mí me pasó con Constantine (2005) de Francis Lawrence (director de la también abominable tercera versión de Soy Leyenda de Richard Matheson). Cuando me enteré que iban a hacer una película adaptando la serie John Constantine: Hellblazer, me emocioné mucho ya que se habían hecho muy buenas adaptaciones recientemente de cómics al cine. Luego me enteré que iban a convertir a John Constantine en americano, lo cual ya era malo: se eliminaba una de las características esenciales del personaje que era su estilo inglés punk y chulo. Luego, resulta que el personaje lo iba a interpretar Keanu Reeves, aquí ya me di cuenta de que les importaba tres pimientos el personaje, porque no hay nadie que esté más alejado del aspecto y estilo de John Constantine que el sosainas de Reeves. A pesar de todo vi la película, que odié a los cinco minutos. Lo más interesante que pasó fue cuando a uno del público lo llamaron al móvil y el tipo estuvo manteniendo una conversación a gritos para que se le oyera sobre el ruido que hacía la película. Y era un cine de versión original, no el típico multisalas.

Ahora parece que me enfrento a lo mismo con una de mis lecturas favoritas: Dylan Dog.

Mi objetivo, si todavía seguís ahí, es que conozcáis un poco el personaje y su historia y no lo juzguéis por la película que se ha de estrenar en algún momento de este año. Que la película no os quite las ganas de leerlo, básicamente.

Ya sé, ya sé. No se ha de juzgar una película sin haberla visto. Pero mirad este tráiler y luego comparad lo que veis con lo que os voy a contar del personaje y sus aventuras:



Tiene mala pinta, ¿verdad? El hecho que en Estados Unidos se haya calificado para mayores de 13 años, se enfatice la acción, esté ambientada en Estados Unidos y Dylan Dog sea americano, la atmósfera y el tono en general que vende el tráiler ya me dice que, aparte del nombre, no encontraré nada que se asemeje al personaje en que se basa o el tipo de historias que protagoniza. Es demasiado "de tebeo", se parece demasiado a una de las muchas películas que hacen quedar mal a los cómics en que se basan por hacer una interpretación superficial en un intento de llegar a una audiencia más amplia simplificándolo todo. Por el tráiler la película se parece más a una mala imitación de Buffy, cazavampiros o la serie de películas de Blade que al cómic original en el cual se basa.

Dylan Dog fue una serie creada por el escritor italiano Tiziano Sclavi para la Sergio Bonelli Editorial, la principal editora de cómics en Italia. La serie empezó su andadura en 1986 y muy pronto se convirtió en un gran éxito.

Dylan Dog está protagonizada por, obviamente, Dylan Dog. Dog es un investigador de lo sobrenatural, de las pesadillas. Los clientes que acuden a él lo hacen siempre con algún horror a su espalda. Dylan Dog tiene el rostro de Rupert Everett, que sirvió de inspiración a la hora de diseñar el personaje, y siempre viste igual: chaqueta negra, camisa roja y tejanos azules. Luego tenemos al ayudante de Dylan Dog: Groucho. Éste es una caricatura de Groucho Marx, una de las muchas referencias que introduce Sclavi, y es el contrapunto humorístico de la serie. Normalmente suele aparecer un par de veces en la historia: al principio recibiendo al cliente y hacia la mitad para relajar la tensión. También se han dado casos en que ha tenido más protagonismo como en la historia ¡Killer!, en la cual se mezcla The Terminator (James Cameron, 1984), la leyenda del Golem y La profecía (The Omen, Richard Donner, 1976). Pero, como digo, lo más habitual es que sea una válvula de escape de humor absurdo para la historia. Finalmente, tenemos al Inspector Bloch, el antiguo jefe de Dylan Dog cuando éste formaba parte de Scotland Yard, que suele echar una mano a Dylan o éste a él, aunque no sale siempre.

¿Cuántos cómics conocéis que empiecen con una referencia directa a Ingmar Bergman y sean entretenidos de leer?

Sclavi creó unas historias de terror y con algún elemento sobrenatural presente pero siempre remarcando que el peor monstruo somos nosotros. Muchas veces los horrores tienen lugar debido a la falta de comunicación o la soledad. Sclavi introducía en sus historias también muchas y variadas referencias culturales: en Alfa y Omega encontramos referencias a varios clásicos de la ciencia ficción como Blade Runner (Ridley Scott, 1982) o 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, Stanley Kubrick, 1968). En la casa de Dylan Dog vemos que tiene un póster de la película The Rocky Horror Picture Show (Jim Sharman, 1975). Y siempre que estamos en casa de Dylan se destaca algún libro, algún disco o alguna canción relacionada con la historia.

El tono de las historias es bastante serio, en ocasiones hasta melancólico, y suelen transcurrir en un Londres urbano y cosmopolita en el cual la soledad y la tristeza parecen conspirar para crear algún horror; de ahí la necesidad de un Groucho que inyecte algo de humor. Pero también hay historias que entran dentro de la sátira social, como Canal 666 sobre la televisión, tampoco quiero dar la imagen de un cómic oscuro y tenebroso lleno de noches góticas.

Cuando Sclavi dejó la serie, Dylan Dog siguió el estilo habitual de las series italianas (por lo menos las que yo conozco): un guionista y un dibujante diferentes en cada número. Los guionistas siguen las pautas que marcó Sclavi, pero cada uno hace un tipo de historia según su estilo. Así, algunas historias son más serias, otras más cómicas, otras inciden más en el terror, otras en el misterio... Los estilos de los dibujantes también son muy variados, pero siempre de gran calidad.

Seguir Dylan Dog es España ha sido algo complicado. La primera vez fue publicado por Ediciones Zinco, a finales de los ochenta, con el mismo formato que la edición italiana. De esta serie sólo tengo (o tenía) tres números y no sé cuando dejó de publicarse ni por qué. Luego, a mediados de los noventa, Ediciones B publicó diez números, en un formato parecido al de los álbumes europeos estilo Tintín, al módico precio de 495 pesetas, esta sí que la tengo completa. Pero no es hasta el 2005 que empieza a publicarse de la mejor manera Dylan Dog de la mano de Aleta Ediciones. Empezó con un formato mensual, pero a partir del número 36 la serie pasó a ser trimestral y en cada número se incluyen tres historias. Pero lo mejor es que también han empezado a publicar la serie de manera cronológica empezando por el número uno en la colección Dylan Dog de Tiziano Sclavi, del que recientemente se ha publicado el sexto volumen, en cada volumen se incluyen cuatro historias.

Es posible que los fans de Dylan Dog no veamos las aventuras de este melancólico, seductor y abstemio ex policía reconvertido en detective privado llevadas a la pantalla con la seriedad y fidelidad que se merece. De momento nos tendremos que conformar con la película que en 1994 dirigió Michele Soavi: Dellamorte Dellamore (cuyo horrible título en castellano me niego a utilizar). Una película que si bien no adapta la serie Dylan Dog, sí se acerca al universo de Sclavi.

Dellamorte Dellamore se basa en una novela de Tiziano Sclavi y fue protagonizada por Rupert Everett, François Hadji-Lazaro y una potente Anna Falchi. Everett es Francesco Dellamorte, el vigilante del cementerio de la ciudad italiana Buffalora. Por alguna razón, los muertos que son enterrados allí resucitan al cabo de tres días. Cuando resucitan, Dellamorte les pega un tiro en la cabeza y los vuelve a enterrar siguiendo un proceso que se ha convertido en rutina. Todo cambia cuando una bella mujer (Falchi) entierra a su marido. Francesco se enamora de ella, pero muere y Francesco se ve obligado a matarla cuando resucita. A partir de entonces, la bella mujer volverá una y otra vez bajo diferentes apariencias.

Por un lado, Soavi construye una ácida sátira de Italia, representada por el pueblo Buffalora, y especialmente del gobierno y la burocracia. Los personajes que representan el gobierno son personajes caricaturescos destinados a reflejar la crítica política y social que hace Soavi. Por otro lado, tenemos la historia de trágico romanticismo que protagoniza Francesco, una historia que se resume en los apellidos del protagonista: Dellamorte Dellamore, de muerte y amor. Francesco se ve obligado a tener que matar cuando resucita la mujer que ama una y otra vez, ya que no puede evitar sentirse atraído por ella cada vez que la conoce en una diferente encarnación. En esta línea argumental, la película entra en terrenos surrealistas y oníricos, usando ángulos y iluminación extremas que da la sensación de ver una película de expresionismo alemán pero en color. Eso sin mencionar el abstracto final que puede provocar interesantes discusiones con vuestras amistades tras su visionado.


El principal problema de la película es su título en castellano: Mi novia es un Zombie. Un título poco afortunado que da una idea equivocada de la película y posiblemente aleje espectadores que podrían sentirse interesados por su subtexto y su ejecución.

En fin, espero que os animéis a leer las aventuras de Dylan Dog, especialmente las guionizadas por Tiziano Sclavi (recordad, 6 volúmenes publicados hasta el momento por Aleta Ediciones), y os pase como a Umberto Eco o a mí y disfrutéis durante días y días. De paso, dadle una oportunidad a Dellamorte Dellamore a pesar del ridículo título español.