Poco después de que se anunciara la muerte de George A. Romero en 2017, se anunció que se había encontrado una película "perdida" dentro de su filmografía y que se había puesto en marcha su restauración, para la que también se pidió la ayuda de contribuidores. Lo único que se sabía es que se trataba de un mediometraje (dura unos 54 minutos) que trataba sobre la discriminación por edad. Tras su restauración, se proyectó en distintos cines de Estados Unidos, después pasó a Shudder, un servicio de streaming americano, y ahora la podéis encontrar editada en Blu-ray.
The Amusement Park (1975) cuenta la historia de un anciano, interpretado por Lincoln Mazeel, que, emocionado, decide adentrarse en un parque de atracciones. Pero lo que tendría que ser una experiencia divertida y emocionante se convierte en una terrible pesadilla de la que nuestro protagonista no puede escapar. Una historia inquietante que puede verse como un episodio más largo de lo normal de La dimensión desconocida. Un parecido que se da, además de por ser introducida por un anfitrión (el propio Mazeel), por el contenido alegórico del film. El parque de atracciones es una metáfora sobre la sociedad y sus instituciones, muy al estilo Rod Serling, un enfoque que viene dado por el tipo de encargo que era esta película, rodada en pocos días y con muchos voluntarios.
Para entender el valor de esta película se debe entender el contexto en que fue creada. A finales de los sesenta y primeros setenta, George A. Romero era uno de los propietarios de The Latent Image, una agencia de publicidad. El objetivo era invertir los beneficios obtenidos con la publicidad para financiar películas. Este plan, sin embargo, no empezó con buen pie: por un error La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, 1968) se había estrenado sin copyright, de modo que Romero y sus colaboradores no vieron ni un céntimo de beneficio del film, y sus siguientes películas, There's Always Vanilla (1971), La estación de la bruja (Season of the Witch aka Jack's Wife, 1972) y Los Crazies (The Carzies, 1973), pasaron bastante desapercibidas por taquilla. Además, las empresas empezaban a centrarse en las agencias de publicidad en Nueva York y Los Ángeles, lo que hacía más complicado encontrar clientes para The Latent Image.
Es por esta época que Romero filma una serie de documentales deportivos para televisión y acepta otros trabajos para mantener la agencia en marcha y poder hacer más películas. Es entonces que recibe el encargo de una organización benéfica luterana para rodar una película que sirva para mostrar los prejuicios contra la gente mayor y ayudar a obtener donaciones y voluntarios. Así que, básicamente, The Amusement Park era un encargo que Romero realiza para mantener la agencia funcionando. Pero es este hecho el que muestra lo genial que era Romero como director, ya que, a pesar de que solo lo hacía por motivos "mercenarios", se esforzó por hacer el mejor trabajo posible con los medios a su disposición, lo que se traduce en un efectivo e inquietante film. Sorprende que no fuera él el guionista, corrió el guion a cargo de Walton Cook, ya que la crítica a las instituciones y la sociedad que aparece encaja perfectamente con su trabajo "más serio" y con el estilo de sus primeras películas, más europeo y experimental.
Una vez completada la película, se utilizó para lo que fue financiada: la organización luterana se la llevó para hacer proyectarla en actos para recaudar fondos. Una vez cumplido su propósito, el film se "perdió", apareciendo de forma esporádica en algún festival. Por suerte, ahora ha sido recuperado y podemos disfrutar de esta película menor pero no por ello menos interesante. Resulta muy efectiva, como ya he dicho, por como va escalando la intensidad de la pesadilla en que se ve sumergido el protagonista. Empezando con pequeños detalles que son poco más que una molestia que luego van creciendo hasta el extremo de poner en peligro su propia vida. Es un film alegórico que nos permite ver otra faceta de un director que no pudo expresarse artísticamente de la variada y diversa forma que le hubiera gustado.
Así es cómo funciona mi cerebro: hace una semana me llegó la nueva edición limitada de Zombi (Dawn of the Dead, George A. Romero, 1978) que ha editado Second Sight. Además de los siete discos y la novelización de la película, esta edición incluye un libro con diversos artículos analizando el film, fotos, pósteres y una entrevista con George A. Romero. En la entrevista se menciona brevemente Atracción diabólica (Monkey Shines, 1988), que Romero dirigió basándose en una novela. Entonces pensé si estaría la novela en e-book, cuando acabé con el libro sobre Dawn of the Dead busqué Monkey Shines, la encontré en kindle y la compré por 3 euros. Mientras la leía pensé que hacía tiempo que no veía la película. Me puse a ver la película poco después y pensé que no había escrito un artículo sobre ella para el blog. Y aquí estamos.
El argumento, por si acaso hay alguien que no conoce esta película, es este: Allan Mann (Jason Beghe) queda cuadriplégico tras sufrir un accidente. En un intento de sacarlo de la depresión, el doctor Geoffrey Fisher (John Pankow) le regala a Allan una mona capuchina. No es un regalo completamente desinteresado, Geoffrey ha estado experimentando con la mona, inyectándole un suero para hacerla más inteligente, y quiere ver cómo actúa alejada del ambiente de laboratorio. Poco a poco, Allan empieza a notar la influencia emocional que tiene la mona sobre él y él sobre la mona. Hay una conexión emocional entre ambos que no tardará en volverse homicida.
Atracción diabólica es uno de los títulos más infravalorados dentro de la filmografía de George A. Romero. Producido durante uno de los breves periodos en que Romero trabajó dentro del sistema hollywoodiense, es una interesante mezcla de thriller y terror que cuenta con un gran reparto. Romero hace verosímil y efectiva un argumento que perfectamente podía ser carne de alguna serie B pasada de vueltas. Pero Romero nos mete en una historia cargada de suspense, adoptando un estilo más clásico que destaca con los títulos cargados de gore anteriores. De paso, el director introduce algunas reflexiones sobre la naturaleza humana, no muy alejada de la animal.
Como siempre, me sorprendió descubrir que dura casi dos horas, cuando el recuerdo que tenía es el de una película corta y directa. Algo habitual en las películas de Romero, que se hacen más cortas de lo que realmente son, seguramente porque era también editor en sus inicios y sabe exactamente qué es importante y qué sobra. De ahí que algunas de sus películas duren dos horas o las sobrepasen pero nunca se tiene la sensación de estar viendo una película larga.
Que esté situada entre la tercera entrega de su serie sobre muertos vivientes y una adaptación de Stephen King, probablemente ha contribuido a que el film pase desapercibido. Pero eso no quita que sea una película todavía efectiva y absorbente.
He estado trabajando en un extenso artículo sobre la saga de los muertos vivientes que dirigió George A. Romero y podéis leer el resultado en Underbrain Mgz, clicando aquí:
Ya había escrito anteriormente sobre los zombis de Romero (aquí y aquí), pero este artículo es más completo incluyendo todos los remakes y menciones a los cómics inspirados por estas películas. Espero que os resulte interesante.
Para todo amante del cine de terror, la muerte de George A. Romero es una noticia terrible. El maestro estaba ultimando Road of the Dead, nueva entrega de la saga iniciada con El diario de los muertos (Diary of the Dead, 2007). Aunque en esta ocasión solo como productor y coguionista, imagino que debido a sus problemas de salud.
Pocos directores pueden presumir de haber creado un antes y un después con su trabajo. Romero lo hizo con La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, 1968). En este clásico, el director creó el zombi moderno, alejado de la tradición vudú que hasta entonces dominaba las películas con muertos vivientes. Sin embargo, aunque es indudable y obvia su influencia en el género, Romero es (porque lo sigue siendo) uno de mis directores favoritos por el humor negro y la inteligencia con que se acercaba al género, más allá de su contribución al cine de zombis (de las que El día de los muertos [Day of the Dead, 1985] es mi favorita). Para mí, sus películas más interesantes y logradas no están protagonizadas por muertos vivientes. Joyas como Martin (1978), editada en España con el horrible título El regreso de los vampiros vivientes, y Creepshow (1982) demuestran que Romero era un director cuyo talento y habilidad iba más allá de retratar el apocalipsis zombi.
En cierto modo, creo que su éxito con la saga "...de los muertos", en concreto la primera, fue una bendición pero también una maldición, ya que hizo muy complicado que otros proyectos suyos con otras temáticas vieran la luz. Por ello se vio obligado a trabajar con presupuestos muy bajos que muchas veces limitaban su ambiciosa visión. Solo tenéis que leer la serie de cómic El imperio de los muertos para ver de lo que era capaz Romero sin limitaciones presupuestarias.
Para mí su muerte ha sido todo un impacto. El mejor homenaje que se le puede hacer ahora es volver a ver y disfrutar con sus películas. En una entrevista incluida en la edición especial en Blu-ray que hizo Scream Factory de Atracción diabólica (Monkey Shines, 1988), Romero comenta su alegría por el hecho de que sus películas tengan vida a largo plazo, más allá de lo bien o mal que les vaya en el momento de estrenarse en cines. Y eso demuestra lo grande que fue Romero, a pesar de todo: sus películas estarán con nosotros siempre.
Creo que esta vez me he superado a mí mismo y este es sin duda el artículo más tontuno de este blog, pero espero que por lo menos haya una o dos personas a las que les interese. Resulta que estaba viendo Creepshow (George A. Romero, 1982) en Blu-ray y aproveché la alta calidad de imagen para, cuando terminé de verla, ver que pone en el cómic que aparece en la película, ya que no da tiempo de leerlo realmente en sus breves apariciones en pantalla, y me encontré algunas curiosidades (Disculpad la calidad de imagen, pero las capturas son de la edición en DVD).
Empezamos con el texto que introduce la primera historia, El día del padre. Es un ejemplo de cómo George A. Romero y Stephen King recrearon el estilo EC (estos textos aparecen reproducidos en la adaptación en cómic que hizo Berni Wrighston y que publicó en España Toutain [¿Qué? Por supuesto que lo tengo, la duda ofende]), llenos de intraducibles juegos de palabras: ¡Je, je! Saludos chicos, y bienvenidos al primer número de Creepshow, la revista que se atreve a responder la pregunta "¿quién anda ahí?".
Al terminar El día del padre nos encontramos con este anuncio que busca vendedores de periódicos que parece bastante normal hasta que lees: Vende Bolt, el periódico familiar que nadie conoce, y gana grandes premios como: arcos y flechas, pistolas, rifles, equipo de vigilancia, cañones, tanques, cabezas nucleares.
Tras el anuncio, aparece brevemente una sección de correo. Echad un vistazo a las cartas:
Además de referencias a los cómics EC, una carta de un lector asegurando que Creepshow horrorizó tanto a su madre que se quedó encerrada en su habitación (ocasión que el lector aprovechó para meter su hámster en el triturador de alimentos) y una carta asegurando la condenación eterna de los responsables de la revista; encontramos esta carta de un tal Walter Hill, que dice: ¡Más casas encantadas! ¡Más muertos vivientes! ¡Menos King y Romero! ¡Más Carpenter y Cronenberg! ¿Qué te parece? Hill, por supuesto, es fan de los cómics EC y fue uno de los productores (y dirigió algunos episodios) de la serie Historias de la Cripta (Tales from the Crypt, 1989-96).
El texto de La solitaria muerte de Jordy Verrill cuesta algo de leer, porque solo aparece entero un momento, pero el texto parece decir: ¡Je, je! Hola de nuevo, chicos... Mi última historia fue tan macabra que ¡hasta me asustó a mí! Así que he decidido dirigirme a las colinas... Ya sabéis, el otro lado de la montaña donde la hierba es siempre más verde... Je, je... Lo que me recuerda otro cuento.
Justo antes de que empiece Algo para cubrirte, podemos ver brevemente una página de anuncios, que son los típicos para comprar tinta invisible, un periscopio portátil, una auténtica momia egipcia, gafas de rayos X...
Pero hay uno que me llamó la atención:
Se trata de un anuncio para comprar una planta carnívora, que destaco porque tendría luego una papel relevante en Creepshow 2 (Michael Gornick, 1987). El texto de Algo para cubrirte dice: ¡Je, je! ¡Hola de nuevo, chavales! Mi última historia fue tan terrible que he decidido tomarme unas vacaciones... Un pequeño viaje a la costa.Por supuesto, esto me recuerda otra horrible anécdota. Pero la marea está subiendo, así que mejor que empiece ya. A esta la llamo...
Se pasa directamentea La caja, sin anuncios curiosos ni nada. Para los interesados, el texto dice (aproximadamente, los juegos de palabras son la mayoría intraducibles, como ya he mencionado): ¡Je, je! Bienvenidos, chavales... No sé vosotros pero yo me siento un poco ¡al límite! Tal vez todavía noto los efectos de nuestra última historia, o tal vez es porque no he salido en mucho tiempo. ¡Eso es! Me siento un poco encajonado. ¡Je, je! Lo que me recuerda otro cuento de mi lúgubre lexicón. Una pequeña fábula aterradora llamada...
Al terminar La caja se pasa a uno de esos clásicos anuncios para convertirte en un musculoso hombretón, y de ahí a la última historia, cuyo título es uno de esos consabidos juegos de palabras y la traducción como Se te acercan o Se arrastran sobre tí es bastante sosa: ¡Je, je! Bueno, chavales... Parece que me habéis pillado pluriempleado. Dejadme que os diga que este trabajo te basta para ¡volverte tarumba! ¡Los pequeños malditos se esconden en todas partes! Hacedme caso, chavales, tenéis que estar alerta, porque...
Y hasta aquí mi paseo por el cómic de Creepshow. Realmente es un artículo bastante absurdo, pero espero que le haya hecho gracia a alguien más que a mí.
Digamos que como sois personas de clase y buen gusto, os apetece ver Creepshow (George A. Romero, 1982). Y os lo habéis pasado tan bien con ella que os decidís a ver Creepshow 2 (Michael Gornick, 1987). Bueno, no es tan buena como la primera, pero esa historia de la balsa no está nada mal, así que os decidís a ver otra más. Es el momento de poner en vuestro reproductor de DVD/Blu-ray El gato infernal (Tales from the Darkside: The Movie, John Harrison, 1990).
Un momento, me diréis, ¿acaso no existe un Creepshow 3 (Ana Clavell, James Dudelson, 2006)? Sí, pero aparte de que es una película bastante mala, no tiene nada que ver con las anteriores. Simplemente compraron los derechos para utilizar el título e intentar sacar así algún provecho de una película infumable. El auténtico Creepshow 3 es El gato infernal que cuenta con las aportaciones de George A. Romero y Stephen King, así como sigue el mismo tono y espíritu de las dos Creepshow (y tanto Romero como Tom Savini piensan en ella como Creepshow 3).
¿Y por qué no se llama Creepshow 3? Originalmente iba a llamarse así, pero el gran éxito de la serie de Romero Cuentos desde la oscuridad (Tales from the Darkside, 1983-1988), que acaba de finalizar su emisión entonces, llevó a los ejecutivos del estudio a pedir un cambio y enlazar la película con la exitosa serie. La serie, de hecho, empezó su andadura después del éxito de la primera Creepshow, que llevó a Romero a producir una serie que siguiera el mismo espíritu del film y que originalmente se iba a llamar Creepshow: The series, pero por cuestiones de derechos se acabó llamando Tales from the Darkside.
Aclarado el asunto, veamos por qué vale la pena ver esta película. Y ya os puedo adelantar que creo que es mejor que Creepshow 2. El film nos presenta tres historias, más una cuarta que sirve de unión entre ellas. Romero se encargó de adaptar el relato de Stephen King El gato infernal (que por algún extraño motivo da título al film en castellano), mientras que el resto fue escrito por Michael McDowell, lo que incluye una historia original suya, Lover's Vow, y Lote 249, un cuento original de Arthur Conan Doyle.
El film arranca con Lote 249, una historia de venganza con momia y humor negro, muy a lo EC, que resulta bastante divertida y efectiva gracias a los estupendos efectos de la KNB. Hoy día seguramente destaca por su reparto que incluye a Christian Slater, Steve Buscemi y Julianne Mmmoore.
El gato infernal resulta interesante más que por la historia, por el estilo con el que Harrison la cuenta. De hecho, el director se adapta a los diferentes tonos de las historias, lo que le da un aspecto visual más interesante que el que tenía Creepshow 2 y acerca Tales from the Darkside a la primera Creepshow.
Lover's Vow, contribución original de McDowell, resulta la historia más "seria". En ella, James Remar interpreta a un artista en apuros que sobrevive el ataque de una misteriosa criatura prometiendo guardar el secreto de su existencia. Me sorprendió el tono serio, ya que McDowell fue el creador y uno de los guionistas de Bitelchus (Beetlejuice, Tim Burton, 1988), pero la historia está bastante bien aunque uno se puede más o menos imaginar el final.
La historia que une los tres segmentos es una versión moderna de Hansel y Gretel con generosas dosis de humor negro. El pequeño Timmy (Matthew Lawrence) intenta evitar que una ama de casa caníbal y bruja, Betty (Deborah Harry), se lo coma distrayéndola con las historias cual Sherezade.
Si os gustan las antologías de terror y el género en general, este es un film muy recomendable. Especialmente verlo junto a las otras dos Creepshow, porque recordad que esta película es la auténtica Creepshow 3.
Arrow acaba de editar en Blu-ray Los caballeros de la moto (Knightriders, George A. Romero, 1981), la mejor manera de reencontrarse con uno de los filmes más desconocidos dentro de la filmografía de Romero. Estrenada justo después de Zombi (Dawn of the Dead, George A. Romero, 1978), la película pasó desapercibida, aunque ha ido ganando seguidores con el tiempo gracias a sus pases televisivos y edición en vídeo, si bien era una versión recortada de Knightriders. Ahora se puede disfrutar en toda su gloria tal y como Romero la concibió.
Knightriders es un film peculiar y algo extraño que me ha encantado. Su trama gira en torno a un grupo de artistas que se dedica a recrear duelos y enfrentamientos medievales pero usando motocicletas en lugar de caballos. El líder es el rey Billy (Ed Harris), el cual pasa por unos momentos difíciles emocionalmente, aunque nadie sabe decir qué es exactamente lo que le sucede. La suculenta oferta monetaria de un poderoso agente artístico llenará el grupo de tensiones y provocará enfrentamientos entre Morgan (Tom Savini) y sus seguidores con aquellos que siguen siendo fieles al rey Billy.
Me ha sido imposible no enamorarme de estos personajes y su mundo anacrónico. Cuando terminé de verla deseé que fuera una serie de televisión para poder seguir sus vivencias cada semana. Romero recrea la leyenda de Arturo y los caballeros de la mesa redonda pero en el presente, dando lugar a una curiosa mezcla. Además, el uso que hace de unas personas viendo según un código de honor y unas normas que nadie acaba de entender, le sirve a Romero para crear una película que funciona a distintos niveles.
La alegoría del artista enfrentado al dilema de seguir siendo fiel a su arte o sucumbir al mercantilismo es el tema más obvio que todo el mundo comenta al ver el film. Es fácil ver Billy como un trasunto del director que en aquel momento empezaba a hacerse popular en Hollywood tras el gran beneficio económico que había generado Zombi. Este conflicto alimenta el drama del film, siendo interesante tanto desde el punto de vista de Billy como de Morgan, que no tiene problema en seguir el dinero adónde le lleve. Hay que mencionar aquí que uno de los aspectos más logrados de esta película para mí es que no es un film de buenos y malos; el único personaje que parece algo negativo, Morgan, no se puede decir que sea un villano y a medida que avanza el film se va redimiendo a nuestros ojos.
Si Billy es un trasunto de George Romero, todo el grupo que se dedica a llevar el espectáculo de pueblo en pueblo podría ser un trasunto del equipo de rodaje. Esta es prácticamente la última película que Romero dirigió con el equipo con el que había trabajado desde su primer film, tanto delante como detrás de la pantalla. Si uno está atento puede ver diversos rostros y nombres familiares por aparecer en otros filmes del director (anteriores y posteriores).
Desde mi humilde punto de vista, este film también funciona a otro nivel. Rodada al principio de la década de los 80, el film en cierto modo toca temas que ya aparecían en Zombi. Pasada más de una década desde el final del verano del amor, la lucha por los derechos civiles y la igualdad social parecía haber sido sustituida por el consumismo y la celebración del ego en Estados Unidos. Los esfuerzos de Billy por conservar la pureza de su arte y sus ideales frente a los intereses comerciales y el aturdimiento de los sentidos a base de lujos y drogas blandas funcionan como crítica de la manera en que la sociedad americana estaba evolucionando, una especie de crítica de la era Reagan antes de la era Reagan.
Dejando alegorías y crítica social de lado, el film funciona perfectamente como una historia llena de acción y drama. Como decía al principio, enseguida me encantó el mundo creado por Romero y espero que vosotros también lo disfrutéis.
Acabamos la primera parte cuando George A. Romero alcanza un momento cumbre creativo con la fantástica El día de los muertos vivientes (Day of the Dead, 1985). Tras el fracaso de taquilla de la excelente El día, Romero dirige un producto de estudio, el film Atracción diabólica (Monkey Shines, 1988), producto alimenticio que acabó siendo un nuevo fracaso de taquilla, tras ser reeditado por el estudio. Tras Atracción diabólica, Romero se reúne de nuevo con Dario Argento para llevar a cabo un proyecto conjunto que acabaría siendo el film Los ojos del diablo (Two Evil Eyes/Due occhi diabolici, 1990), en el cual Romero y Argento adaptan cada uno un relato de Edgar Allan Poe. Mientras que el segmento El gato negro de Argento es muy efectivo e interesante, el segmento de Romero resulta muy decepcionante, convirtiendo el relato de Poe La verdad sobre el caso del señor Valdemar en una típica historia de venganza de ultratumba al estilo EC, pero sin gracia ni ironia. Romero argumenta en una entrevista sobre el film que no acabó de adaptarse al formato, una historia de 45-50 minutos, de ahí el pobre resultado artístico. Algo que suena más a excusa que a otra cosa, ya que Romero había trabajado el relato corto y trabajado como guionista en la serie Historias del más allá (Tales from the Darkside, 1983-1988), producida a raíz del éxito de Creepshow (1982). Romero parece recuperar la forma en La mitad oscura (The Dark Half, 1993), excelente adaptación de una novela de Stephen King. Tras un largo periodo sin estrenar un film, Romero estrena El rostro de la venganza (Bruiser, 2000), un film de nuevo independiente que pasa sin pena ni gloria por el mercado del directo a video, que además te hace añorar al Romero de antaño.
Entre medio de estos proyectos se quedó por el camino la adaptación del videojuego Resident Evil, para la cual Romero escribió un épico y fantástico guion. Sin embargo los productores prefirieron optar por algo menos ambicioso con el guion Paul W. S. Anderson. Tras el resultado menos que brillante del film de Anderson, el guion de Romero para Resident Evil empezó a circular por Internet, tras leerlo uno se pregunta cómo es posible que alguien no quisiera llevar a la pantalla ese fantástico descenso a los infiernos.
En el 2004 se estrena Amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, Zack Snyder), lo que vuelve a despertar interés por la obra de Romero, desde hace un tiempo desaparecido. Y en el 2005 el director estrena La tierra de los muertos vivientes (Land of the Dead), nueva adición a la trilogía que pasa a ser una cuatrilogía. El film, a pesar de ser de bajo presupuesto según el estándar hollywoodiense, cuesta más dinero que las tres películas originales juntas. Universal quedó tan satisfecha con la película que decidió adelantar su estreno, decisión que, viniendo de algo positivo, perjudicó tremendamente la recepción del film ya que lo puso al lado de grandes blockbusters veraniegos como el tercer episodio de la saga galáctica de George Lucas, la infumable primera entrega de los Cuatro Fantásticos y una peliculita llamada Batman Begins (Christopher Nolan).
En la primera parte de este artículo comentaba como Romero tuvo que cambiar el guion de El día de los muertos por la reducción del presupuesto. Entre las cosas que eliminó estaban un grupo de gente viviendo sobre la instalación científica, donde los poderosos crean una sociedad degenerada, un grupo de mercenarios y diversas escenas de acción como un tiroteo en un puerto. Todo ello son elementos reciclados y usados en La tierra de los muertos, una actualización y puesta al día de lo eliminado en el guion de El día junto a nuevo material. Por supuesto, Romero no dice esto en ninguna entrevista, simplemente es algo que he deducido viendo el film y conociendo el guion original de El día.
Entre los puntos flojos se encuentra la premisa de que Kaufman (Dennis Hopper) mantiene su yugo sobre el resto de la población porque tiene cantidades ingentes de dinero. Yo diría que en un apocalipsis zombi como el que representa la película el dinero habría dejado de tener importancia hace mucho, lo que hace que la sátira social parezca forzada, en lugar de algo natural como en los anteriores films. A pesar de ello, la caracterización de Hopper es bastante divertida (siempre me hace reír con su zombies, man), y la crítica a la política de la administración Bush bastante acertada. Entre los puntos fuertes está el tono cercano al de la clásica Zombi (Dawn of the Dead, 1978), lo que hace que sea una película bastante divertida y entretenida de ver. No dura mucho más de 90 minutos, así que va bastante directa al grano.
Finalmente, Romero culmina la evolución del zombi haciendo que acaben formando un grupo cohesionado, una nueva sociedad. Esto hace que si bien no es que fuera necesaria, por lo menos avanza y concluye lo iniciado anteriormente.
Por eso, a pesar de sus errores, es un film que encuentro divertido aunque no esté al mismo nivel de las anteriores. Puede que no sea un gran film, pero desde luego es el mejor de los últimos dirigidos por Romero. Y sale Asia Argento.
Tras Land, Romero regresa a sus raíces independientes con El diario de los muertos (Diary of the Dead, 2007). Concluida la saga original, decide iniciar una nueva serie con un film que es un fracaso a todos los niveles.
En cuanto a argumento e historia, Romero no hace más que reciclar lo que ya ha contado antes. Inicia una nueva serie pero con ideas viejas, no hay ninguna aportación nueva, nada que no sea más de lo mismo. Incluso la sátira y el comentario social están introducidos de forma torpe a través de forzados diálogos y motivos ya usados anteriormente.
Además, Romero comete el error de coger un estilo narrativo, el falso documental, que no domina para nada y no sabe utilizar. Si es un estilo que se caracteriza por la visceralidad y la inmediatez, aquí hay una sorprendente carencia de un mínimo de tensión o verismo. Romero parece demasiado dependiente de las técnicas cinematográficas clásicas como para hacer un falso documental realmente efectivo, la adición de una voz en off narradora le quita también efectividad, igual que el uso de una banda sonora. Uno de los fuertes de Romero como es la edición ágil de su films, aquí resulta torpe e inefectiva al trabajar un lenguaje que parece desconocer completamente. A eso le añadimos que tanto las interpretaciones como los diálogos resultan muy teatrales y nada naturales, quitando cualquier vestigio de realidad que pudiera tener. Lo que resulta sorprendente, teniendo en cuenta que los cinco primeros minutos de Zombi o la propia La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, 1968) parecen antecedentes de este estilo. Es más, esos cinco primeros minutos de Zombi están cargados de una tensión ausente en todo el metraje de Diario.
De todos modos, no creo que si Romero hubiese adoptado un estilo tradicional de narración la película hubiera sido mejor, ya que el principal problema es que Romero no tiene nada nuevo que decir, nada que añadir a todo lo que ha hecho anteriormente.
El resultado final es un film que no funciona como falso documental, ya que resulta demasiado "cinematográfico" para ser creíble en ese aspecto, ni como film de terror zombi, ya que no aporta nada que no hayamos visto antes.
Tras Diary, Romero estrena La supervivencia de los muertos (Survival of the Dead, 2009). Este film es algo mejor que Diary, pero sufre de algunos de sus mismos problemas: nada nuevo.
Si bien la idea de convertir la película de zombis en un conflicto familiar a lo Puerto Hurraco no deja de tener su gracia, de nuevo nos encontramos con un caso de "nada nuevo que contar". Lo interesante de los anteriores films de zombis de este director era que le añadía distintas capas de lecturas e interpretaciones. Pero en este caso, el mensaje brilla por su ausencia, ya que el conflicto entre mantener a los zombis vivos para curarlos o encontrarles otra utilidad y exterminarlos ya había sido tratado de forma más brillante en El día. Otro factor a tener en cuenta es que entre La noche y Zombi transcurrieron diez años, entre Zombi y El día transcurrieron siete años y entre El día y Land transcurrieron casi veinte años. Entre estos periodos de tiempo sucedieron suficientes cambios sociales y políticos como para que fueran reflejados de forma interesante en los distintos films. Pero estos últimos films son tan seguidos que no dejan lugar a ello.
Personalmente, la mezcla de temas propios del western con una película de zombis (en lugar de familias enfrentadas por el ganado es por los zombis) me hizo gracia y este es un film que me gustó más que Diary. Dicho esto, esta es una película muy inferior a lo que nos había ofrecido hasta ahora Romero dentro del género. El director rechazó dirigir unos episodios de la serie The Walking Dead (serie que he de decir me aburre mortalmente y la dejé a mitad de la segunda temporada) ya que argumentaba que sus zombis son más políticos, el objetivo no es simplemente presentar una historia de gente enfrentándose a muertos vivientes sino usarlos como excusa para comentar o satirizar algún aspecto de nuestra sociedad. Sin embargo, los últimos films de Romero fracasan precisamente en ese aspecto por lo mencionado en el párrafo anterior.
La razón por la que me aficioné a los zombis de Romero es que sus films eran personales y distintos, igual que los zombis de Lucio Fulci. Estas dos últimas películas carecen de personalidad. Es como un viejo roquero que sigue cantando los mismos éxitos una y otra vez sobre el escenario sin nada nuevo que aportar.
Pero soy un tipo fundamentalmente optimista. Romero dijo que la continuidad de esta nueva serie dependía del éxito o no de Survival, así que espero que la deje de lado y se dedique a nuevos proyectos. Uno de los que se rumorea que podría llevar a cabo es una versión cinematográfica de The Zombie Autopsies: Secret Notebooks from the Apocalypse, con la intención de convertirlo en algo noir y relacionarlo con la crisis económica actual y los tejemanejes de Wall Street. Lo que podría ser divertido si finalmente se lleva a cabo. Pero también sería interesante ver un proyecto de Romero que no tuviera nada que ver con zombis.
Advertencia: este es un artículo, igual que todos los de este blog, muy subjetivo. No voy a intentar convenceros de nada ni fingir que cuando digo "este es el mejor film de la historia" no digo en realidad "para mí este es el mejor film de la historia".
George A. Romero revolucionó el género del terror con la creación de una nueva criatura, mezcla de dos antiguos monstruos, en el seminal clásico La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, 1968). Las dos secuelas originales de este film formaron una de las más influyentes trilogías de la historia del cine de terror. Sin embargo, las más recientes incursiones de Romero en el género del que parecía ser el rey han sido productos de una calidad muy inferior a la que sería de esperar de alguien considerado un maestro del género. En este largo artículo en dos partes pretendo analizar los films de Romero e intentar ver qué funciona en sus primeros films zombis y por qué los nuevos no funcionan de la misma manera. Empezaremos con la trilogía original.
Aunque ha sido analizada hasta la saciedad por su aparente infinidad de subtextos, desde metáfora sobre la guerra de Vietnam hasta alegoría de las revoluciones sociales de finales de los 60, los creadores de La noche de los muertos vivientes sólo pretendían hacer una modesta película de terror con la cual introducirse en el negocio del cine y salir de los films industriales. De hecho, ni siquiera era una película de zombis; su título original era Night of Anubis, luego fue cambiado por el de Night of the Flesh Eaters que luego fue cambiado por el título actual. En el film se refieren a los muertos reanimados como "ghouls", necrófagos en castellano, criaturas de leyenda que se alimentan de la carne de los muertos. Por tanto, no deja de ser curioso que este fuera el film que pasara a redefinir el zombi: de muerto reanimado por la magia del vudú, convertido en esclavo, a criatura que vuelve a la vida sin razón aparente y que se dedica a devorar carne humana viva.
Como film de terror, La noche funciona por su acercamiento casi documental y realista a la hora de contarnos su historia. El acercamiento naturalista de Romero, influido por films como El carnaval de las almas(Carnival of Souls, Herk Harvey, 1962) y El último hombre sobre la Tierra (The Last Man on Earth, Sidney Salkow/Ubaldo Ragona, 1964), contribuye a meter al espectador en la historia. También es importante el hecho de que la película estaba mejor escrita que la mayoría de films de la época, con personajes bien definidos y redondos. Aunque en ocasiones los interpretes de esos papeles no estuvieran al nivel del guion, del reparto destacan los actores Duane Jones, Judith O'Dea y Karl Hardman que sí ofrecen unas buenas interpretaciones.
Romero destaca por el uso de la ironía macabra, presente en casi todos sus films, especialmente en hacer que el personaje de Hardman, el señor Cooper, tenga razón en la forma de enfrentar la situación pero al ser un personaje cobarde, egoísta y muy desagradable las simpatias se dirigen hacia el Ben de Duane Jones, a pesar de su equivocado enfoque. Otro aspecto cinematográfico es la violencia y el gore que le añaden una capa de horror gráfico inaudita hasta entonces. Inaudita no porque fuera el primero en hacerlo, Herschell Gordon Lewis ya había "desvirgado" a los espectadores americanos en ese aspecto, sino por la efectividad y acierto con que usó la violencia gráfica. Así, mientras los films de Lewis actualmente resultan más entrañables y divertidos que horripilantes, la película de Romero, más sobria, sigue causando inquietud. Otro elemento esencialmente romeriano es que ya aparece retratada la desconfianza hacia las autoridades y cómo introducen "su versión de los hechos" cuando les interesa.
La noche es reconocida por sus múltiples significados y alegorías. Lo interesante para mí de este aspecto es que es una película en la cual Romero no tuvo intención alguna de añadir ningún contenido político, algo que sí haría luego de forma consciente con diferentes niveles de éxito, todo el subtexto es añadido de forma inconsciente, por la influencia de los eventos del momento sin ser pasados por el filtro de la "intencionalidad". Por ejemplo, mucho se ha comentado sobre el hecho de que Romero decidiera poner como protagonista a un afroamericano, teniendo en cuenta la situación política del momento y la lucha por los derechos civiles. Pero una y otra vez Romero contesta a esto que escogió a Duane Jones simplemente porque fue el mejor actor que hizo una audición por el papel. Pero el hecho de que Jones sea negro hace que el final resuene con mucha más fuerza, más considerando que la película se estrenó en octubre del 68 y Martin Luther King había sido asesinado en abril del mismo año.
Con esto no quiero decir que el film no tenga subtextos o que se le buscan significados que no están ahí, todo lo contrario. La noche representa de forma casi perfecta la sociedad y el momento en que fue hecha porque lo hace de forma inconsciente, al no tener un tema específico se permite que se impregne de todo aquello que formaba el gestalt de entonces. Por eso es un clásico y por eso sigue funcionando hoy día. Si bien los temas sociales no fueron introducidos por Romero de forma consciente, eran temas que le preocupaban, así que fluyen libremente desde el subsconsciente hacia la pantalla.
Tras el éxito de La noche, Romero dirige la comedia There's Always Vanilla (1971), la cual pasa desapercibida completamente, y el film de terror Jack's Wife aka Hungry Wives aka Season of the Witch (1972), que también pasa desapercibido. Los siguientes dos films de Romero también pasarán desapercibidos, pero destacan, aparte de por ser dos films excelentes, por introducir temas y estilos presentes en su futura épica zombi, me refiero a Los Crazies (The Crazies, 1973) y Martin. El regreso de los vampiros vivientes(Martin, 1976).
Y en 1978, en un intento de resucitar su carrera, llegó Zombi (Dawn of the Dead), la épica zombi que provocó una avalancha de películas zombi en la época (igual que el remake en fechas más recientes), protagonizó portadas de prestigiosas revistas y fue un gran éxito de taquilla allí donde se estrenó. Más mérito tiene su éxito en Estados Unidos ya que se estrenó sin censurar. Ya hablé de la película y sus distintas versiones en un anterior post, que podéis leer clicando aquí, así que no me extenderé demasiado con esta película.
Esta segunda entrega es la más popular de las tres originales. Su tono ligero, la acción y la diversión presentes a lo largo del film hace que sea la más llevadera y fácil de asimilar. Muchos espectadores se dejan seducir por la fantasía de tener un centro comercial a su disposición, algo explotado también en otros films como la película de culto La noche del cometa (Night of the Comet, Thom E. Eberhardt, 1984). Por supuesto, todo el mundo menciona el mensaje anticonsumista, del film. Es algo bastante obvio, mostrado de forma sublime por Romero con un montaje en el cual se ve en un principio a los protagonistas disfrutando de todas las cosas a su disposición hasta que al final se acaban sintiendo vacíos. Ese es el mensaje de la película, además de la crítica social, y otros temas como la desensibilización hacia la violencia (me refiero a la versión de Romero, no a la extendida ni a la versión europea editada por Dario Argento). Pero al mismo tiempo, no deja de ser una fantasía seductora, por lo menos me lo pareció cuando vi la película con 12 años, algo que el remake explota con su fetichismo hacia las armas y se convierte en una exaltación de la acción, el mensaje opuesto al film de Romero.
De todos modos, en lo que se refiere a este artículo, lo interesante es que aquí por primera vez se desarrolla la marca Romero en las películas de zombis. En otras palabras, los zombis pasan a ser una molestia, y en algunos momentos víctimas, el desencadenante del drama humano. La auténtica amenaza pasa a ser el ser humano. Es la propia estupidez o la intervención de otro personaje el que hace que los zombis maten a alguien. Los zombis hacen lo que su instinto les manda, son los humanos los que tienen motivos ulteriores en sus acciones. Si los zombis acaban dominando el mundo no es por su superioridad intelectual o su habilidad estratégica, es por la propia incapacidad de los vivos para trabajar por el bien común.
Como ya he dicho, Zombi fue un gran éxito a todos los niveles y por ello se convirtió en el modelo a imitar, no sólo entonces, también en la actualidad.
Tras Zombi, Romero dirigió la interesante y poco vista Los caballeros de la moto (Knightriders, 1981), fuera del género, y la genial y muy divertida Creepshow (1982), un homenaje que hicieron Romero y Stephen King a los cómics de terror de la EC, que muestra unos muertos vivientes muy diferentes de los que había retratado hasta ahora el director.
El fracaso de Knightriders hizo que se acelerara el proceso para llevar a término la tercera entrega de la trilogía original. El día de los muertos (Day of the Dead) se estrena en 1985, ofreciendo un acertado análisis de la década de los 80, igual que La noche hizo en los 60 y Zombi en los 70.
Desde el principio, la historia de El día de los muertos fue bastante accidentada. El épico guion original se tuvo que recortar debido a que el presupuesto se redujo de 6 a 3 millones de dólares, ya que Romero quiso que la película se estrenara sin censurar. Luego su distribución fue bastante irregular, lo que no facilitó que el público accediera a ella. Aquellos que la vieron no quedaron muy contentos, la mayoría esperaban otro festival de diversión zombi como el film anterior y se encontraron con algo muy distinto. Sé que durante un tiempo, la única versión disponible en España era una versión censurada, en la que había eliminado casi todo el gore. No sé si todavía es el caso, ya que las versiones que tengo son la especial de Anchor Bay y la edición en Blu-ray de Arrow Video, ya que en lo que a extras y calidad se refiere, las ediciones españolas dejan bastante que desear.
Con el tiempo, El día de los muertos ha ido ganando seguidores y se ha convertido en un film de culto, así como se ha sabido apreciar mejor lo que quiso hacer Romero. Supongo que lo notaréis en el comentario, pero para mí esta es la mejor de las tres. Es mi favorita (y también es la favorita de Romero), la que disfruto más viendo.
El film se centra en una instalación científica dedicada a investigar una solución para el problema zombi, vigilada por un destacamento militar. Si Zombi está ambientada aproximadamente unas tres semanas después de los hechos contados en La noche, El día es de suponer que está ambientada al cabo de unos meses de los hechos de la segunda entrega. Se ha de entender entonces que los personajes llevan en esa instalación encerrados varios meses, lo que hace que la tensión y el estrés esté llegando a un nivel casi insostenible. Es lo que hace interesante el drama de los personajes.
Romero insiste en la crítica hacia el estamento militar, ya iniciada en Los Crazies, encarnado por el demente Rhodes (Joe Pilato), uno de los villanos más memorables de la historia del cine de terror. Rhodes representa una sátira de la política militar de la Era Reagan. Por otro lado, Richard Stanley representa, a través del personaje del doctor Logan (apodado por los demás "Frankenstein") la ciencia más cruel e innecesaria. Por entonces se habían destapado varios casos de crueles prácticas experimentales hechas a animales (como crucificar a un perro para ver cuanto duraba la agonía y otras cosas por el estilo), así como recuerda los experimentos que los nazis y los japoneses llevaron a cabo durante la II Guerra Mundial. Esto convierte definitivamente en víctimas a los zombis, mientras retrata la crueldad humana. El enloquecido doctor Logan contrasta con el personaje protagonista, la también científica Sarah (Lori Cardille).
El día muestra la evolución de los personajes femeninos en el cine de Romero: primero la víctima casi catatónica que vemos en La noche; luego tenemos a Francine en Zombi, la cual empieza como un personaje pasivo y poco a poco se va haciendo valer; culminando en Sarah, un personaje fuerte y al cargo de la situación desde el principio.
Paralelamente, es también un paso más en la evolución del zombi según Romero, encarnado en Bub (Howard Sherman), un zombi que aprende y empieza a mostrar ciertas señales de inteligencia.
El día es una radiografía perfecta de los 80. Es un film serio, profundo, con un tono que casa más con el nihilismo de los años 70, estrenado en un momento donde todo era diversión. Las cintas de acción eran celebraciones cargadas de testosterona y fetichismo armamentístico, en las cintas de terror predominaba un tono gamberro que mezclaba terror y humor (excepto los films del maestro Cronenberg). Todo el mundo estaba demasiado ocupado divirtiéndose como para pensar en la resaca del día siguiente. Esto no es una crítica hacia esas películas, entre ellas están algunas de mis favoritas, más bien entender por qué en su momento El día no fue bien recibida cuando se estrenó, sino al cabo de un tiempo.
En definitiva, esta es una pequeña obra maestra que ejemplifica el momento creativo cumbre de Romero. Un film oscuro y reflexivo, sangriento y excesivo que hubiera sido el cierre ideal para la trilogía. Pero no fue así y en la segunda parte analizaremos la carrera de Romero a partir de este punto.
La primera vez que vi Los Crazies (The Crazies, George A. Romero, 1973) no me gustó nada. La vi en video, grabada tras un pase de madrugada televisivo, con una calidad de sonido y doblaje indignos de una producción porno y una imagen oscura que hacía difícil ver lo que estaba pasando. Además tenía 10 años y entonces creía que las películas de ciencia ficción buenas de verdad por obligación debían tener un monstruo horrible por lo menos, sangre y actrices con una bona regatera. Así que Los Crazies me pareció malísima.
A pesar de lo que digan mis ex, ya no tengo 10 años desde hace tiempo y mi opinión sobre lo que es una película de ciencia ficción "buena de verdad" ha variado bastante, de modo que cuando años más tarde (concretamente cuando Blue Underground la editó en Blu-ray) volví a ver Los Crazies me gustó bastante.
La película narra una crisis biológica que se origina cuando, por accidente, un peligroso virus que vuelve a las personas asesinos dementes afecta una típica ciudad rural americana. El ejército se hace cargo de la situación provocando que la situación vaya empeorando cada vez más, mientras un grupo de supervivientes intenta salir de la ciudad de una pieza.
Lo interesante de este film, para mí, es que no hay buenos y malos en el sentido tradicional cinematográfico. Obviamente, la película contiene un potente mensaje contra el estamento militar y el gobierno: eran los 70 y Estados Unidos atravesaba un periodo de desconfianza gubernamental alimentado por el escándalo Watergate, los disturbios estudiantiles y sociales y la resolución del conflicto de Vietnam. Romero es un director que se caracteriza por incluir en muchos de sus films un mensaje crítico hacia el gobierno y los estamentos de poder. Pero en el film los auténticos villanos son la incompetencia y la estupidez con la que es manejado el estamento militar, ya que los personajes militares se nos representan simplemente como personas siguiendo órdenes por muy estúpidas que sean, intentando hacer lo que creen es mejor. Eso provoca una serie de decisiones y actitudes que acaban haciendo que una situación muy grave se convierta en catastrófica. Tal vez, sí que hay unos villanos: los representantes del gobierno que discuten si lanzar o no una bomba nuclear sobre la ciudad pero les preocupa la vergüenza que les podría hacer pasar en los medios más que la pérdida de vidas humanas.
Uno de los que más sufre la incompetencia militar es el doctor Watts (Richard France, el tío del parche en Zombi [Dawn of the Dead, 1978]), un científico que se dedica a estudiar el virus: protesta por la decisión estúpida de llevarlo al pueblo cuando todo el material para investigar ya lo tiene a su disposición y no ve necesario desplazarse. Cuando está allí no tiene ningún material para investigar la creación de un antídoto: todo el material está en su laboratorio y ha de esperar a que se lo envíen, causando más retrasos y frustación. Y la cosa culmina con su final, que no contaré aquí por si acaso alguien no ha visto la película.
Romero dedica también una buena parte del film a retratar las reacciones humanas de los soldados y la población. Por ejemplo, tenemos el momento en que unos soldados sacan de su casa a una familia para llevarla con el resto de ciudadanos, un soldado se fija en una caña de pescar que le gusta y decide robarla. Por otro lado, los protagonistas en su huida también cometen varios errores que los hacen más humanos en lugar de personajes en una película, errores que aportan la ironía existencial tan apreciada por Romero.
Esta es una película que no para. Empieza con el ataque de uno de los infectados (mi infectada favorita es una señora que va barriendo una colina mientras sus compañeros infectados van asesinando gente) y va subiendo a partir de ahí, desarrollando la tensión y el histerismo entre la población y los militares. Una escalada dramática, además de una rapidísima edición, que contribuyen a que la película se te pase en un suspiro a pesar de su duración (algo más de 100 minutos).
El film me recordó a la primera parte de la novela de Stephen King Apocalipsis. Ambas comparten la manera en que muestran el desarrollo de la catástrofe y como cada estúpida decisión contribuye a hacerla peor, así como la locura y degeneración humanas. King es un seguidor de Romero y ambos son amigos, así que no sería extraño que esta película hubiera influido en la novela. Hay que mencionar también que cuando se publicó la novela originalmente en 1978, Romero intentó llevarla al cine en un proyecto que finalmente no vio la luz. Juzgando por este film, podría haber sido una gran adaptación, más si tenemos en cuenta las dos grandes colaboraciones entre King y Romero: la fantástica Creepshow (1982) y la interesante La mitad oscura (The Dark Half, 1993).
En resúmen, una interesante combinación de acción, drama y ciencia ficción cargada de tensión, muy recomendable. Soy consciente de que se hizo un remake el 2010, pero no lo he visto así que no me pronunciaré sobre el mismo, de momento.
Zombi (Dawn of the Dead, 1978) de George A. Romero es probablemente una de las películas más imitadas en la nueva ola de cine de zombis junto a El regreso de los muertos vivientes (Return of the Living Dead, 1985) de Dan O'Bannon. La secuela que Romero escribió y dirigió para la clásica La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, 1968) se ha acabado convirtiendo también en un clásico por derecho propio. La sátira, los efectos especiales de Tom Savini y la increíble épica que consigue crear Romero con un presupuesto mínimo son parte de los ingredientes que la han convertido en una película tan apreciada. Recuerdo un día de verano que iba por la calle con una camiseta de esta película y un completo desconocido me hizo una seña, como si formásemos parte de una sociedad secreta por gustarnos la misma película. Sin embargo, teniendo en cuenta que existen tres montajes distintos de la película, ¿qué versión es la que mejor representa los elementos que la hacen clásica? En otras palabras, ¿cuál es la buena?
Antes que nada, aclarar como es que existen tres versiones distintas de la película. La versión extendida se trata de la primera versión que se hizo de la película y se proyectó únicamente en el mercado del Festival de Cannes. Las otras dos tienen su origen en el acuerdo al cual llegaron Romero y Dario Argento, productor del film. Según ese acuerdo, Romero tenía derecho a final cut en el mercado americano y Argento tenía derecho a editar una versión diferente para el mercado europeo. Esta versión europea también variaba dependiendo del país y la censura que hubiese. Curiosamente, en Inglaterra se presentó primero la versión de Argento y fue prohibida por la censura; entonces Romero presentó su versión, que fue aprobada para exhibición tras unos cuantos cortes. Más sobre ello después.
También aclarar que no voy a hablar del argumento ni entrar en detalles en ese aspecto porque asumo que todo el mundo conoce esta película. En caso contrario, vedla sin perder tiempo pero atentos a que versión veis.
La versión extendida: Muchas veces calificada como "el montaje del director". Calificación que es errónea, el montaje del director es la versión que se estrenó en cines en Estados Unidos. Como he dicho antes, esta fue sólo una versión preliminar de la película, por ello contiene algunos segmentos que lastran la acción y son innecesarios y por ello fueron más tarde eliminados por Romero mientras hacía su versión definitiva.
La versión de Argento: La diferencia más notable entre esta versión y la de Romero empieza por el título, que Argento cambió de Dawn of the Dead a Zombi (título con el que es conocida en España). Luego tenemos la banda sonora compuesta por Goblin: mientras que sólo algunos temas son usados por Romero, Argento los utilizó para musicar toda la película. Finalmente, la diferencia más significativa entre esta versión y la de Romero es que esta versión es más corta. Ello se debe a que Argento se centró en la acción y eliminó gran parte del desarrollo de los personajes, lo que hace que parezca más violenta de lo que ya es y la razón por la que no pasó la censura británica. También eliminó gran parte del humor y elementos terroríficos. Sin embargo, también hay que mencionar que no es mucho más corta, aproximadamente unos cinco minutos, y que contiene secuencias editadas de forma alternativa; con lo cual resulta bastante interesante para los fans de la película ya que ofrece la posibilidad de ver una versión alternativa de ésta. Para aquellos interesados en el lenguaje cinematográfico también puede resultarles interesante para analizar como dos sensibilidades distintas explican la misma historia, como los intereses y manías de cada director intervienen a la hora de decidir qué contar y cómo.
La versión de Romero: Posiblemente ya habréis deducido que ésta es para mí la mejor versión que hay de la película. Tiene un ritmo impecable de principio a fin, sabiendo alternar entre tensión, suspense y humor. Esto se nota también en que la película se hace corta y no se nota que dura un poco más de dos horas. Aquí también es donde se puede ver mejor la sátira social, que es lo que a Romero le interesa más, aplicada a la historia. Si habéis visto cualquiera de las películas de Romero ambientadas en el mundo de los zombis, os habréis dado cuenta que lo que le interesa realmente al director son las relaciones entre los humanos y los aspectos sociológicos de la situación en que se encuentran. Los zombis en las películas de Romero son poco más que una molestia para los personajes principales, una excusa para tratar alguna temática que le interesa al director.
Algo que también noté cuando vi seguidas Dawn of the Dead y El día de los muertos (Day of the Dead, 1985), la película con la que Romero cerró su primer ciclo de films sobre zombis, es que Dawn parece más una película de los ochenta y Day parece más una película de los setenta. Es decir, el tono gamberro y satírico, mezclado con la acción y el gore de Dawn encaja mejor con el estilo que imperó durante los ochenta con películas como la propia El regreso de los muertos vivientes, Re-Animator (Stuart Gordon, 1985) o Aullidos (The Howling, Joe Dante, 1980). Además es durante los ochenta que los centros comerciales realmente adquirieron importancia, siendo todavía bastante recientes en los setenta, lo que supongo es mérito de la perspicacia de Romero el convertir un centro comercial en el escenario principal. Por otro lado, Day es mucho más seria y nihilista, más oscura. Eso y el ataque que hace hacia el estamento militar hace que encaje mejor en la sensibilidad que reinaba en el género en los setenta, especialmente en los años post-Vietnam, lo que creo que hizo que la película no fuera realmente apreciada en su momento y no ha sido hasta que pasaron unos años que la película empezó a ser valorada realmente por sus propios méritos.
La primera edición que me compré de Dawn of the Dead. Como decía, la versión extendida aparece descrita como "el montaje del director", pero no os dejéis engañar.
Temo decir que no hay ninguna edición en nuestro país que tenga un mínimo de calidad, ya que contienen solo una versión de la película (normalmente la de Argento) y con pésima calidad de audio y vídeo. De hecho, en general en Europa era bastante difícil de conseguir una buena edición hasta hace poco. La primera edición que tengo es holandesa y data de hará unos diez años, contenía solo las versiones de Argento y la extendida además del documental Document of the Dead de Roy Frumkes. Luego, hará unos cinco o seis años me compré la fabulosa edición que sacó Anchor Bay, americana, de cuatro discos, que contenía las tres versiones y varios documentales, entrevistas y comentarios. Y, recientemente, me he comprado otra edición, ésta de Arrow, en Blu-ray, que es británica, contiene las tres versiones, no contiene el audiocomentario de los actores pero añade algunos extras nuevos. Supongo que os daréis cuenta de que si me he comprado tres ediciones distintas de esta película realmente me gusta. Pero, no soy un fanático encegado y pude también disfrutar del remake que dirigió Zach Snyder en el 2004. Que recuerda a la versión de Argento al estar centrado más en la acción.
Hace unos añitos me encontraba vagabundeando por un videoclub mirando a ver si encontraba algo que valiese la pena. Y mira tú que mis ojos se detuvieron en una carátula que mostraba a una mujer ligera de ropa con una especie de vampiro que se le echaba encima sobre un fondo blanco. Miré el título que acompañaba a semejante muestra de arte caratulero: El regreso de los vampiros vivientes. Sonreí ante la desfachatez de los distribuidores de intentar aprovecharse del clásico de George A. Romero cuando me fijé que éste mismo era el director de esa película. La alquilé y por fortuna lo que me encontré era muy diferente de lo que prometía la carátula.
Martin es una película ambigua. Producida en 1977, trata sobre un vampiro que se adapta a las exigencias de la vida moderna o sobre un asesino en serie que se cree un vampiro. Martin (John Amplas) está convencido de que es un vampiro y se dedica a buscar atractivas mujeres a las que desangrar. Su tío Cuda (Lincoln Maazel) también cree que Martin es un vampiro así que llena la casa de ajos y cruces y de protecciones contra los vampiros. Martin tiene además una serie de flashbacks que transcurren a principios del siglo XX o finales del XIX en los que vemos a Martin huir de furiosos campesinos, igual que en las películas clásicas de la Universal.
Personalmente creo que Martin es un asesino en serie cuya particular manía es que se cree un vampiro. Aunque también se puede argumentar que el hecho que Martin se crea un vampiro lo convierte en un vampiro. La ambigüedad, como he dicho, es parte central de la película. El filme también trata sobre el fanatismo religioso y la superstición ciega y el peligro que entraña.
En pocas palabras, Martin es una de las mejores películas de George A. Romero, completamente alejada del mundo de los zombis. Capaz de imbuir sentimientos de compasión por su asesino protagonista al mismo tiempo que nos horroriza con sus acciones. Al fin y al cabo su tío Cuda es tan culpable de su actos como Martin mismo ya que va alimentando su fantasía con sus intentos de dominarlo.
Existen diversas ediciones de Martin en DVD. Yo encontré una edición de la inglesa Arrow Films de dos discos a muy buen precio.
George A. Romero y Stephen King llevaban tiempo hablando de hacer un proyecto juntos desde que King publicó la versión abreviada de Apocalipsis (The Stand). Si bien la adaptación de esta novela no llegó nunca a hacerse realidad, en 1982 King y Romero se juntaron para hacer la película antológica Creepshow.
La película es un honesto homenaje a los cómics E.C. que se publicaron en los primeros años cincuenta los cuales fueron atacados por el Senado de los Estados Unidos y víctimas de una censura oportunista por parte de los editores de cómics que querían que echar del negocio al editor William M. Gaines y su exitosa línea de cómics de terror. Estos tebeos adelantados a su tiempo se siguen leyendo hoy en día gracias a la calidad de los artistas que trabajaron en ellos, en su momento fueron leídos por unos jóvenes Romero y King. De hecho, la influencia de estos tebeos ha sido ampliamente comentada por el propio King, no sólo en su ensayo sobre el género Danza Macabra sino también por ejemplo en la nueva introducción que escribió para la relativamente reciente nueva edición ilustrada de Salem's Lot.
Las historias que aparecen en esta película siguen todas el estilo E.C.: venganzas de ultratumba, monstruos, adulterios, gente que muta y mucho humor negro. Toda la película tiene un tono de ironía y humor negro que recoge de esos tebeos y que en un primer momento descolocó a aquellos que esperaban una película de terror más seria. Este tono de diversión cómplice lo enfatizó Romero usando en la película continuamente carteles típicos de los cómics, encuadres que imitan viñetas de cómic, colores chillones y transiciones basadas en los tebeos.
La Scream Queen Adrienne Barbeau
Al igual que en los cómics E.C., la película consta de cinco historias, además de una sexta historia que sirve de nexo de unión y que gira en torno a un severo padre que castiga a su hijo por leer basura como Creepshow. De las cinco historias mi favorita es "La caja". Protagonizada por Hal Holbrook, Fritz Weaver y la suculenta Adrienne Barbeau que ofrece una muy buena actuación ya que, sin trucos de maquillaje, parece mayor de lo que era cuando la hizo y también muy poco atractiva, algo que no muchos actores pueden hacer.
En general la película resulta divertida y realmente pasas un buen rato, aunque el último relato que cierra la película sobre un millonario ermitaño obsesionado por los microbios y la suciedad resulta bastante flojo. La película contó con Tom Savini como encargado de los efectos especiales, lo que contribuye a que la película se vea muy bien todavía. Destaca el diseño de los muertos vivientes que siguen un diseño que recuerda a los que aparecían en los tebeos E.C.
Como curiosidad, Stephen King protagonizó una de las historias, "La solitaria muerte de Jordy Verrill", fragmento que fue cortado en la exhibición en cines de España por razones desconocidas, pero el fragmento fue reinsertado en la edición en vídeo, así que yo no supe este hecho hasta que lo vi mencionado en la portada de la adaptación en cómic (más sobre ella luego), ya que vi la película en vídeo por primera vez.
La película generó dos continuaciones: Creepshow 2 fue dirigida por Michael Gormick y contó con un guión de George A. Romero que adaptaba tres historias de Stephen King. El resultado fue bastante mediocre y únicamente la historia central, titulada "La balsa", resulta entretenida; las otras dos son bastante olvidables. Creepshow III dirigida por Ana Clavell y James Glenn Dudelson, no guarda ninguna relación con las dos anteriores y se usó el título para obtener una mayor ganancia comercial. La auténtica tercera parte de la serie es El gato infernal (Tales from the Darkside: The Movie, John Harrison, 1990), producida por Romero y continuadora del espíritu de Creepshow, además de llevar a la gran pantalla la serie en cuya creación también estuvo involucrado Romero.
Dejando de lado las películas, Creepshow destacó también por tener algo inaudito: una gran versión en cómic. Normalmente las adaptaciones de películas a cómics no destacan por su calidad, si bien son interesantes para los fans ya que normalmente contienen escenas eliminadas o secuencias que difieren de la versión definitiva en pantalla ya que se realizan cuando la película todavía está en producción. En este caso la versión en cómic de Creepshow fue llevada a cabo por un maestro del cómic y en especial del cómic de terror: el gran e inigualable Berni Wrightson. Wrightson hizo un gran trabajo recreando un cómic E.C. y como siempre cada una de sus páginas es un regalo para la vista. Wrightson también hizo las ilustraciones que acompañaron a las novelas de Stephen King: El ciclo del hombre lobo y la versión íntegra de Apocalipsis. En España fue editada por la añorada Toutain, la cual editaba también Creepy y otras obras maestras del cómic, y tuve la suerte de encontrar un ejemplar en buen estado por cuatro duros en el Mercado de San Antonio. Han pasado más de quince años desde entonces, pero es posible que aún podáis encontrar algún ejemplar a la venta por Internet o en alguna tienda de cómics que tenga un buen fondo de catálogo.
Creepshow hasta ahora no ha sido editada en DVD, cosa que sí lo han sido las continuaciones incomprensiblemente, pero se puede encontrar en Blu-ray, sin extras. La edición americana no contiene ningún extra. Yo recomiendo la edición inglesa de dos discos en DVD y también Blu-ray que sale muy bien de precio y contiene escenas eliminadas, audiocomentarios y un documental de 90 minutos sobre la concepción del filme titulado Just Desserts: The Making of Creepshow.