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7 mar 2025

Sliver (Acosada) (Sliver)

 


 

Me sorprendió bastante que Vinegar Syndrome editara una edición coleccionista de Sliver (Acosada) (Sliver, Phillip Noyce, 1993) en 4K. No solo porque no parecía encajar en el catálogo de la compañía, es muy mainstream, sino que la recordaba como una película bastante mediocre. ¿Puede que la recordase mal? Decidí repasarla para ver si mi yo actual la disfrutaba como era la intención de los cineastas cuando se estrenó.

Carly Norris (Sharon Stone) se muda a un edificio conocido como "la astilla" ("sliver" en inglés), un edificio en el cual alguien espía a los inquilinos con un sofisticado sistema de cámaras ocultas. Además, en este edificio han muerto algunos inquilinos en distintos accidentes. Pero Carly empieza a sospechar que tras estos accidentes se esconde algo más. Entonces Carly empieza una relación con Zeke Hawkins (William Baldwin), un misterioso inquilino del edificio. ¿O puede que sea algo más? Carly poco a poco va descubriendo los secretos que oculta Zeke.

Sliver entró en producción en el momento álgido del thriller erótico, cuando este subgénero entró en su periodo más rico antes de prácticamente desaparecer al entrar en el siglo XXI. Por supuesto, el tremendo éxito de Instinto básico (Basic Instinct, Paul Verhoeven, 1992) tuvo bastante que ver en este bum del género que empieza a finales de la década de los 80 del siglo XX, tampoco es casualidad que Sharon Stone fuera la escogida para protagonizar el film (hasta se utiliza la banda sonora de Instinto básico en el tráiler de Sliver). Stone decidió hacer la película porque se basaba en una novela de Ira Levin y el guionista era el mismo de Instinto básico. Por si fuera poco, estaba producida por el veterano productor de grandes clásicos Robert Evans y el director era Phillip Noyce, que hacía poco había estrenado con gran éxito Juego de patriotas (Patriot Games, 1992). Sin embargo el resultado fue un desastre. Evans había producido grandes clásicos en los años 60 y 70, pero al parecer se había quedado en aquella época en lo que respecta en su actitud hacia las actrices, por lo que comenta Stone en su biografía. Noyce trabaja bastante bien el thriller y la acción, pero lo suyo no es el erotismo ni el morbo, elementos esenciales en un thriller de este estilo.

Y llegamos a los dos principales problemas de la película: el protagonista masculino William Baldwin y el guionista Joe Eszterhas. Baldwin era un actor más bien mediocre, pero es que el resto del reparto, que incluye a actores como Colleen Camp, Tom Berenger y Martin Landau, es muy bueno de modo que Baldwin parece peor actor. Tampoco me parece un actor atractivo, como demanda el papel, y tiene cero química con Sharon Stone en las escenas que comparten. Lo que resulta en escenas sexuales resultan planas y nada eróticas a las que el director no sabe darles vida. Ahora ya es sabido que la razón de que las escenas entre Baldwin y Stone no tengan química es que ambos se odiaban y se llevaban fatal.

Que el actor principal sea un mediocre sin atractivo ya es un gran problema en un thriller erótico, pero peor es el terrible guion de Joe Eszterhas. La novela de Ira Levin se publicó en 1991, en España la editó en el 92 El círculo de lectores como La astilla, pero yo no lo leí hasta que se editó en edición de bolsillo coincidiendo con el estreno de la película con el título de Sliver (Acosada). Me interesaba el libro porque ya había leído las novelas de Levin La semilla del diablo, Los niños del Brasil y Las poseídas de Stepford y todas me habían gustado mucho. Sliver también me gustó, especialmente por como mezcla el suspense y el erotismo con algo de ironía. El equivalente a una película de serie B echa con gracia. El guion de Eszterhas destroza completamente la novela. Y no quiero entrar en clichés del estilo "el libro siempre es mejor que la película", porque el problema es que Eszterhas fue siempre un guionista entre mediocre y malo, que se salvaba dependiendo de rescrituras por parte de otros guionistas y si su guion caía en manos de un director como Paul Verhoeven que era capaz de elevarlo y añadirle un impacto que no tenía originalmente. Pero Noyce no es el tipo de director que puede elevar o reinterpretar un guion como podía hacerlo Verhoeven. De modo que el resultado son personajes ridículos que sueltan diálogos aún más ridículos. He de confesar que algunos de estos diálogos resultan tan malos que me hicieron reír, los únicos momentos que destacan para mí de la película. Pero el problema es que se carga la sólida estructura de la novela original, derivando en un primer final completamente absurdo (podéis comprobarlo aquí). Este final no funcionó, así que el guionista escribió diversos finales; los cineastas optaron por un final que, al cambiar el que era originalmente el culpable en la novela, hace que toda la película no tenga ningún sentido ni se sostenga la estúpida conclusión, que culmina con un final seco decepcionante.

Sliver ha envejecido bastante mal. Se desperdician los interesantes temas que se plantean en la historia, posiblemente por los problemas tras las cámaras. Ni siquiera resulta interesante como pieza nostálgica de los 90. Es una lástima que no se hagan remakes de fracasos, porque una nueva adaptación de la novela teniendo en cuenta cómo ha avanzado la sociedad resultaría bastante interesante. Supongo que debe tener sus fans si Vinegar ha decidido editarla en 4K, yo desde luego no lo soy.

 

29 mar 2024

Play Motel

 
 
¿Buscando algo sórdido? ¿Buscando algo perverso? ¿Buscando algo que te dé ganas de darte una ducha después de verlo? He aquí Play Motel (Mario Gariazzo, 1979), una película que solo se puede ver de noche.

Roberto (Ray Lovelock) y Patrizia (Anna Maria Rizzoli) son un matrimonio que decide experimentar yendo a pasar unas horas a un "hotel para parejas". Cuando están regresando descubren que alguien ha colocado el cadáver de una mujer en el maletero de su coche. Implicados de esta manera, Roberto y Patrizia serán reclutados por el comisario De Sanctis (Anthony Steffen) para investigar una trama de chantajes y asesinatos que tienen el Play Motel como origen.

Play Motel se estrenó en las pantallas italianas cuando el giallo había perdido popularidad entre los espectadores debido al gran número de títulos estrenados durante los 70, la excepción eran las películas de Dario Argento que continuaban siendo éxitos de taquilla. Para atraer a más espectadores, películas como Play Motel mezclaban el giallo con otros géneros. En este caso, se le añadieron unas gotas de poliziotteschi (thrillers policiales a la italiana) y bastante erotismo. Por si eso fuera poco, se hizo otra versión a la que se le añadieron insertos pornográficos. Estos insertos fueron realizados a instancia de los productores sin que el director ni el reparto supiera nada. Mario Gariazzo se mostró muy ofendido cuando lo descubrió (se entiende más sabiendo que Gariazzo había dirigido principalmente melodramas para toda la familia) y también se lo tomaron mal la pareja protagonista, Ray Lovelock y Anna Maria Rizzoli, especialmente Rizzoli ya que podía afectar muy negativamente a su reputación como actriz si daba la impresión que había participado voluntariamente en una película porno.

Esta costumbre de la doble versión con insertos porno era bastante común en la época. Pero mientras se puede entender, hasta cierto punto, que se añadieran en una película como Malabimba (Posesión de una adolescente) (Malabimba, Andrea Bianchi, 1979), que era una película principalmente erótica, en Play Motel están fuera de sitio, aunque haya más escenas sexys de lo que era habitual en el género. Pero, por el argumento solo, lo cierto es que Play Motel es bastante clásico. La idea de la policía reclutando a un matrimonio para investigar de incógnito los crímenes que tienen origen en un motel es bastante absurda, lo que le da un toque juguetón a lo Agatha Christie que contrasta bastante con las escenas sórdidas que tienen lugar dentro del motel. A lo que se le ha de añadir los toques perversos que uno solo puede encontrar en el giallo, como la escena en que una víctima de chantaje llama a su abogado buscando ayuda, caso que el abogado comenta sin problemas con la mujer con la que comparte la cama que resulta ser la esposa de la víctima. Por suerte, la edición en Blu-ray incluye los insertos porno aparte como una curiosidad y no insertados en la película, porque podían romper el ritmo de este giallo que se mueve bastante rápido a pesar de su retorcida trama.

Play Motel no es, de ningún modo, un clásico a descubrir. Pero para el fan que disfruta con la fórmula del género, el film de Gariazzo resulta bastante entretenido, gracias también a unas buenas interpretaciones y a una pegadiza banda sonora.

15 mar 2024

Malabimba (Posesión de una adolescente) (Malabimba)


 
En un análisis que hace Stephen Thrower sobre la obra de Andrea Bianchi, incluido en la reciente edición en 4k de La noche del terror (Le notti del terrore, Andrea Bianchi, 1981), acaba llegando a la conclusión de que el director italiano no sea "un torpe" sino algo más cercano a un anarquista cinematográfico. Viendo más películas de este director, empiezo a entender lo que quería decir Thrower. La noche del terror es memorable, entre otras cosas, por tener a un actor adulto de talla baja en lugar de un niño porque su personaje tiene una trama incestuosa. No podían tener a un niño de verdad interpretando lo que hace el personaje y esa fue la mejor opción que tenían a mano, pero la cuestión no es ¿por qué utilizar un actor de talla baja en lugar de un niño?, la cuestión en realidad es ¿por qué incluir una trama incestuosa en una peli de zombis? Hay muchas películas de zombis sin incesto, pero no hay tantas que sean tan memorables como el clásico de Bianchi. Lo mismo se podría decir de Malabimba (Posesión de una adolescente) (Malabimba, 1979), que sobre el papel podría parecer otra copia de El exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973), pero el director Andrea Bianchi conviertió en un festival de sordidez y perversión único.

Una noche, la familia Caroli decide mantener una sesión espiritista en su castillo. La sesión no sale cómo se esperaba, el cabeza de familia Andrea Caroli (Enzo Fisichella) quería contactar con su fallecida esposa pero quien responde es el vengativo espíritu de Lucrezia. Este espíritu posee a la joven Bimba, cuyo comportamiento se ve alterado progresivamente. La única que parece darse cuenta de que le sucede algo a la chica de 16 años es la hermana Sofia (Mariangela Giordano), una novicia a punto de convertirse en monja y que ejerce de enfermera del paralizado tío de Bimba Adolfo (Giuseppe Marroco). La familia solo reacciona cuando Bimba comete alguna acción pasada de rosca de forma pública, pero lo atribuyen a que está pasando por una nueva fase en su desarrollo y el doctor que la visita no le da importancia, así que será Sofia la única que intentará salvar el alma de Bimba.

Para diferenciar esta copia de El exorcista de las otras muchas que había en circulación, se decidió darle a la película un toque erótico. Nais, interpretada por Patrizia Webley, acumula el grueso de este tipo de escenas, en especial cuando intenta que su cuñado Andrea le preste atención mientras se conforma con las atenciones del notario Giorgio (Giancarlo Del Luca). La matriarca de la familia (Pupita Lea Scuderoni) está más preocupada por conservar el castillo que ha estado en su familia durante generaciones y anima a Andrea que se case con Nais y de este modo hacerse con el dinero que Adolfo, su hijo mayor, todavía conserva. El hecho de que Adolfo esté paralizado no parece importarle mucho a la hora de empujar a Andrea hacia Nais. Pero Bimba tampoco se queda corta protagonizando escenas eróticas, que resultan inquietantes si se tiene en cuenta que el personaje, no la actriz, tiene 16 años. Especialmente porque antes de ser poseída Bimba se comporta como una niña pequeña, aferrándose a sus peluches, como si su desarrollo hubiese quedado detenido. De hecho, en algún momento de la película se menciona que ha vivido toda la vida en el castillo sin contacto en el exterior, así que no es de extrañar que Bimba resulte tan casi más extraña sin poseer que poseída.

Una vez terminada la película parece que les pareció a los productores y al director que las escenas fuesen lo bastante fuertes y se decidió añadir insertos explícitos pornográficos a la película. Es bastante obvio que no se trata de los actores y actrices, lo que le añade más rareza al film.

En todo caso, el enfoque utilizado funcionó. A pesar de que hay un par de escenas que son copias obvias de escenas de El exorcista, desde luego Malabimba es un film que se queda grabado en la memoria por motivos propios. Tal concentración de perversidad en una sola película es difícil de olvidar, como los intentos de Bimba por excitar sexualmente a su padre, que luego parecen ser olvidados, o lo que le hace a su oso de peluche para que se adecúe más a sus nuevos apetitos. Es una película que trata sobre el deseo femenino, algo bastante sorprendente teniendo en cuenta la época en que fue realizada. Nais es un personaje que en otras películas sería castigado por su abierta naturaleza sexual y su exigencia a ser complacida, aquí no recibe ni castigo ni juicio de ningún tipo por parte de la película.

Esta actitud positiva hacia el deseo sexual femenino mezclado con la crítica de la burguesía le da algo de profundidad a una película que debe su reputación a su sordidez y enfebrecida perversidad. Aunque empezó como otro intento más de aprovechar el éxito de El exorcista, otra historia más de adolescente poseída, Bianchi convierte Malabimba en un fantástico ejercicio de delirio sexual difícil de olvidar.


7 feb 2024

Caligula: The Ultimate Cut

 

Cuando en el pasado he comentado Calígula (Caligula, Tinto Brass, 1979), lo hice desde la perspectiva de una desmadrada y pasada de vueltas sexploitation. Una película que elevaba la sordidez y el mal gusto hacia un nivel épico que la hacía transgresora. Con el tiempo, mi aprecio por el film, especialmente tras descubrir la versión (más o menos) de Tinto Brass, ha ido creciendo, sobre todo por el atrevimiento que supuso en su momento, aunque el drama tras las cámaras acabara lastrando el resultado final. Por eso, cuando se supo de la existencia de una versión completamente nueva, estrenada en el Festival de cine de Canes (2023), ardía de curiosidad por verla. Caligula: The Ultimate Cut (2023) es realmente una película completamente nueva, que, desde mi humilde punto de vista, convierte el film en una obra maestra.

Cuando digo que Caligula: The Ultimate Cut es una película completamente nueva, lo digo literalmente. Cuando salen a la luz "nuevas versiones" o "montajes del director", se suele tratar de películas a las que se les ha añadido o quitado escenas, tal vez alterado el orden de alguna escena o cambiado la banda sonora. En el mejor de los casos, estas nuevas versiones reparan errores del pasado y ofrecen una nueva perspectiva de la película en cuestión. El mejor ejemplo de esto sería el muy, muy superior montaje del director de Dark City (Alex Proyas, 1998) que realmente hace que sea una película mejor. En otras ocasiones, simplemente se trata de la misma película más larga. Pero siempre se trabaja sobre material existente. Sin embargo, The Ultimate Cut se ha editado partiendo de material inédito, incluso las escenas que también aparecen en las previas versiones existentes, se han editado usando tomas distintas. En otras palabras, todas las casi tres horas que dura el film se han editado a partir de material nuevo no visto.

El proyecto de "reconstruir" Caligula fue dirigido por Thomas Negovan. Negovan empieza a trabajar en el film después de que se descubrieran alrededor de 90 horas de material filmado a finales de los 70 que se creía perdido. Como guía narrativa se utilizó el guion de Gore Vidal y se optó por enfatizar las interpretaciones de los actores, escogiendo los momentos más humanos y menos melodramáticos que los que se usaron en su día. Los principales beneficiados de este enfoque son Malcolm McDowell y Helen Mirren. McDowell porque su interpretación en esta versión es mucho mejor, creando un Calígula más humano sin dejar de ser un psicópata endiosado. En el caso de Mirren, su papel se ve aumentado casi una hora, profundizando más en la relación de su personaje con Calígula. Además, ahora se puede oír la voz de Teresa Ann Savoy, que fue doblada en su día. En consonancia con el nuevo material se ha creado una nueva banda sonora, más inquietante y ambiental, que subraya la locura, la tragedia y las muertes de la historia que cuenta. Finalmente, se ha añadido un prólogo animado, creado por nada menos que Dave McKean, cuyo estilo encaja a la perfección con el film.

El resultado final es un film soberbio. Una maravilla decadente y sórdida, poética y compleja. Calígula sigue siendo un tirano borracho de poder, pero se representa de forma más humana. Se comprende mejor cómo Calígula acaba convirtiéndose en un monstruo, teniendo en cuenta el ambiente en el que se encontraba. Al fin y al cabo, crece en un ambiente en el que reina la paranoia, los asesinatos y las traiciones, un ambiente que él lleva al siguiente nivel de corrupción moral. De este modo, la película es más adentrarse en un mundo decadente y terrible que simplemente intentar impactar al espectador con la siguiente escena de sexo o violencia; que también hay mucho de esto, pero su utilización encaja mejor con el drama que cuenta. Impactar por impactar acaba perdiendo efecto, se hace repetitivo y aburrido, el impacto emocional, dramático, es más efectivo y duradero.

Por todo esto, me alegra poder decir que Caligula: The Ultimate Cut realmente explota el potencial artístico del film. Es una gran película a redescubrir, una obra maestra que recomiendo tanto a los que hayan visto la versión estrenada en cines y no les gustó, a los que les gustó y a aquellos que no la hayan visto nunca y la descubran ahora.

7 oct 2022

Fairy Tales



No soy una persona particularmente nostálgica. No creo que cualquier época pasada fue mejor (bueno, mejor que la actual tal vez sí, tal y como están las cosas) pero sí que siento una sana fascinación por las modas cinematográficas del pasado. Una de las más absurdas y desconcertantes tuvo lugar a finales de los 70 del siglo XX, cuando se produjeron diversas películas eróticas o pornográficas protagonizadas por personajes de cuentos de hadas.

Uno de los más notables ejemplos del género ya lo hemos tratado con anterioridad: Alicia en el país de las pornomaravillas (Alice in Wonderland: An X-Rated Musical Fantasy, Bud Townsend, 1976). Fairy Tales (Harry Hurtwitz, 1978) tiene un tono y estilo parecido a Alicia en el país de las pornomaravillas, con la diferencia de que Fairy Tales es una película erótica (o debería decir "erótica") softcore sin sexo explícito ni penetración en pantalla. Fue producida por Charles Band después del éxito que su compañía había obtenido con La otra Cenicienta (Cinderella, Michael Pataki, 1977), por eso Fairy Tales sigue el mismo modelo de comedia musical con grandes dosis de desnudos, si bien cuando fue originalmente estrenada en cine se tuvieron que cortar un par de escenas para que fuera calificada R y no X, escenas reincorporadas a la edición en Blu-ray del film. Con estas escenas reincorporadas, vista hoy día sigue siendo más suave que algo del estilo de Instinto básico (Basic Instinct, Paul Verhoeven, 1992) a pesar del gran número actrices desnudas que pueblan la pantalla, entre las que se encuentra la Scream Queen Linnea Quigley en el que fue su debut en pantalla. Entre el reparto también destaca la abrumadora belleza de Angela Aames.

Fairy Tales resulta bastante inocente y divertida. La trama gira en torno a un príncipe (Don Sparks) que ha de demostrar que es capaz de producir un heredero para el reino si quiere seguir siendo príncipe, el problema es que solo consigue que su principito funcione cuando piensa en una princesa que se le aparece en sueños. Inicia así una odisea para encontrar a la princesa de sus sueños mientras se cruza con diversos personajes de cuentos de hadas que tarde o temprano acaban sin ropa. Los números musicales no son Broadway precisamente, pero las letras son bastante ingeniosas. Los continuos chistes son bastante fáciles y malos, pero la comedia funciona debido a que lanza tantas chanzas al espectador que, inevitablemente, alguna funciona. Como ya he dicho antes, no se trata de una película porno, y sus escenas de desnudo resultan casi entrañables debido a la distancia temporal y el alegre cachondeo que impregna la cinta.

Fairy Tales no es una película que recomiende a todo el mundo, pero si todavía sigues leyendo esto y tienes ciertos gustos, seguramente ya te hayas hecho una idea de si esta película se adapta a tus gustos.

30 jul 2022

El sexo de la bruja (Il sesso della strega)

 

A veces, la línea que separa la genialidad de la torpeza es muy fina. Por ejemplo, el film de Elo Pannacciò El sexo de la bruja (Il sesso della strega, 1973). Sobre el papel, debería tratarse de un giallo con un argumento bastante común, pero la manera en que se desarrolla este argumento no es nada ortodoxa, por decirlo suavemente, lo que hace de su visionado una experiencia única.

El patriarca de la familia Hilton muere en su gran mansión, rodeado de la familia que le queda. La lectura del testamento implica que la mayor parte de la riqueza va a parar al hijo mayor, pero en caso de muerte se iría repartiendo con el resto de hijos. Por supuesto, esto da a pie a que un misterioso asesino empiece a podar las ramas del árbol familiar. Hasta aquí, todo normal, una trama giallo o de intriga bastante habitual. Pero el desarrollo es de todo menos habitual. En una entrevista, la actriz Camille Keaton, una de las protagonistas, lo único que recordaba del rodaje de esta película es hablar con el resto del reparto para ver si alguien sabía de qué iba la historia. Al parecer, ningún miembro del reparto tenía ni idea de qué trataba la película, simplemente rodaban las escenas que les indicaban y seguían adelante con el rodaje, que teniendo en cuenta el presupuesto no debió ser muy largo.

Uno de los detalles que añade mayor confusión al desarrollo, además de contar con uno de los inspectores más inútiles que recuerdo ver en una cinta del género, es el añadido de escenas supuestamente eróticas, muy atrevidas para la época. Si bien unas gotas de erotismo eran habituales en el giallo, en el caso de El sexo de la bruja, el grueso de estas escenas, protagonizadas por Franco Garofalo, al que muchos recordaréis por su memorable papel en Apocalipsis caníbal (1980) de Bruno Mattei, y Marzia Damon, los criados de los Hilton, parecen añadidas a posteriori para alargar el metraje y hacerla más atractiva a los distribuidores. A diferencia de las otras escenas, las de Garofalo y Damon no tienen ningún impacto en la trama ni se trata de personajes principales, las escenas son encajadas entre otras sin que haya relación aparente. Esto hace que el ya confuso desarrollo lo sea aún más, por eso, el hecho de que en muchas versiones estas escenas fueran cortadas casi parece más un intento de "normalizar" el film que de censura, que también claro.

Pero lo que hace esta película realmente especial son los elementos própios del género gótico y terrorífico que la llevan hacia una conclusión psicotrónica y delirante de la que no quiero revelar nada para que sea una sorpresa como lo fue para mí. El ojiplático tramo final es el que hace que esta película sea realmente memorable y que quede grabada en la memoria de aquellos que la han visto. Este tramo final, sumado a los sangrientos asesinatos y las inconexas escenas softcore, convierten El sexo de la bruja en un título a buscar no solo por los amantes del giallo, sino también por aquellos amantes del cine bizarro.

10 ene 2022

Robotrix (Nu ji xie ren)

 

Un día, los ejecutivos de Golden Harvest se preguntaron: "¿Cómo podemos competir con los efectos especiales de The Terminator y Robocop para hacer nuestra propia versión?" La respuesta al parecer era muy sencilla: robots sexys y exagerada acción de artes marciales. Así, más o menos, fue cómo se concibió el clásico de culto Robotrix (Nu ji xie ren, 1991), cuando le encargaron al director Jamie Luk hacer una película que copiara el clásico de James Cameron y el de Paul Verhoeven y que fuera Categoría III (la categoría para mayores de 18 años en Hong Kong). En otras palabras, añadirle muchas dosis de sexo y violencia.

La película nos introduce en un mundo en el que los países compiten por vender los robots más modernos y fuertes, con un aspecto de seres humanos que recuerda a los replicantes. El malvado doctor Ryuichi Yamamoto (Chung Lam) decide transferir su consciencia a la de un poderoso robot (Billy Chow), porque al parecer solo se puede transferir una mente a un cuerpo robot cuando el cuerpo humano está muerto (?). Yamamoto decide entonces secuestrar el hijo de un poderoso jeque, mientras deja a su paso un rastro de prostitutas muertas. Entra en escena la doctora Sara (Siu-dan Hui) que, junto a su ayudante la androide Anna (Amy Yip), transfieren la consciencia de la recientemente fallecida agente Linda (Chikako Aoyama) a una réplica robótica de su cuerpo. Las tres, junto al prometido de Linda el también policía Joe Chow (David Wu), encabezan el escuadrón que debe daba dar caza a Yamamoto.

Robotrix se ha convertido en un título clásico dentro de la Categoría III. El delirante argumento, las escenas violentas seguidas de momentos propios de una comedia ligera y los frecuentes desnudos convierten esta película en algo memorable. Hay dos escenas de violaciones a cargo del malvado robot Yamamoto que son tremendamente brutales, pero también son tan exageradas y pasadas de vueltas que, aunque de obvio mal gusto, no son realísticamente salvajes como las que se puede uno encontrar en una rape & revenge, pero igualmente chirrían cuando aparecen al lado de momentos cómicos a lo Esteso y Pajares. Pero lo que destaca más en Robotrix, siendo está una película de la era dorada del cine de acción de Hong Kong, son las coreografías y la violencia de tebeo como la gloriosa decapitación mediante maleta de mimbre.

El mayor reclamo del film cuando se estrenó era el doble protagonismo de Amy Yip, una estrella de la Categoría III, y la bella Chikako Aoyama. Pero hoy día lo que más destaca de esta película es lo loca y desenfrenada que es. Robotrix está ahora disponible en Blu-ray en una edición sin censurar, ideal para dejarse seducir por esta joya del exceso en celuloide.

27 sept 2021

Benedetta


 

Se ha publicado mi crítica de Benedetta (2021), la nueva película de Paul Verhoeven, que podéis leer clicando en:

 https://underbrain.com/cine/benedetta/

Verhoeven no es precisamente un director sutil y delicado, con lo que su manera de presentarnos esta historia basada en sucesos históricos es mucho más cercana y real de lo que lo sería en manos de otros directores más "serios y formales".

14 sept 2018

Venganza de mujer [Emanuelle e Françoise (Le sorelline)]


¿Qué sucede cuando se unen dos gigantes del cine italiano como son Bruno Mattei y Joe D'Amato? Pues que se producen películas como Venganza de mujer (Emanuelle e Françoise (Le sorelline), Joe D'Amato, 1975). Un film cargado de morbo y absurdidad.

La reportera Emanuelle (Rosemarie Lindt) descubre que la razón del suicidio de su hermana, Françoise (Patrizia Gori), fue el abuso físico y psicológico a la que la sometió su novio Carlo (George Eastman). Emanuelle planea entonces vengar la muerte de su hermana, sometiendo a Carlo a una sádica tortura.

Tras el éxito mundial de Emmanuelle (Just Jaeckin, 1974), se inició toda una serie de imitaciones y franquicias paralelas, además de la serie oficial, que intentaba aprovechar ese éxito. El nombre "Emmanuelle" estaba sujeto a derechos, pero "Emanuelle", no, así es fácil distinguir las oficiales de las que no lo son. Emanuelle e Françoise era un obvio intento de aprovechar el éxito de Emmanuelle con una falsa secuela. Sin embargo, aunque hay abundantes escenas de sexo y desnudos, el camino que sigue el film de D'Amato es bastante distinto, con ingredientes más propios del cine de terror y el suspense.

Me pregunto si Thierry Jonquet vio esta película antes de escribir Tarántula, la novela que inspiró La piel que habito (2011) de Pedro Almodóvar, ya que la novela y este film de D'Amato tienen bastantes puntos en común. La venganza que planea Emanuelle poco tiene que ver con las violentas venganzas más habituales en el cine. Esta venganza consiste en encadenar a Carlo tras un espejo a través del cual puede ver diferentes andanzas eróticas de Emanuelle, que además le somete a una dieta de drogas, con lo que Carlo poco a poco se va volviendo loco. Es la manera que tiene Emanuelle de ir destruyendo la masculinidad de Carlo, aunque no se detendrá ahí, claro.

Lo que le da el toque especial a esta película son las alucinaciones homicidas y caníbales que experimenta Carlo. Un añadido que parece algo extraño para una historia en teoría erótica, pero que D'Amato incluso lo llevaría más lejos en su film Emanuelle y los últimos caníbales (Emanuelle e gli ultimi cannibali, 1977) con Laura Gemser. Pero, la verdad, el film parece poco interesado en la erótica y mucho en explotar la morbosidad del espectador, que no es exactamente lo mismo. Al parecer, otros pensaron que había poco sexo en el film, y a finales de los 70 un distribuidor alemán lo reeditó añadiendo insertos más explícitos con otras actrices, entre las cuales estaba Brigitte Lahaie, incluidas en la edición en Blu-ray/DVD alemana.

A pesar de su argumento morboso, sus alucinaciones caníbales y sangriento final, la verdad es que el film también se puede hacer algo aburrido. El reparto, con la excepción de Eastman, no es muy interesante y el ritmo es algo lento. Detalles que impiden que, para mí, sea un film redondo. Tiene su interés, pero podría haber sido mucho más de lo que es.

4 sept 2018

Salón Kitty (Salon Kitty)

 
Polémica y controvertida, Salón Kitty (Salon Kitty, Tinto Brass, 1976) dramatiza un suceso histórico acontecido durante la Alemania nazi que parece inventado por un guionista de serie B, pero sucedió realmente. Hoy día, este film se puede ver tal y como el director lo concibió en su día, sin censura ni cortes, manteniendo todo su poder intacto.

En 1939, la policía secreta alemana se hizo con el burdel Salón Kitty y lo convirtió en un centro de espionaje. Preparó mujeres especialmente para esa misión, provenientes de la clase alta en muchos casos, e instaló micrófonos en las habitaciones sin que nadie lo supiera. El objetivo era obtener información que diera ventajas políticas y saber qué se pensaba del régimen nazi. La operación duró hasta 1942, año en que el burdel fue destruido durante un bombardeo (no afecta a la película, por eso lo explico). Desde su inicio como simple burdel de alto standing y su conversión a centro de espionaje y su cierre, Katharina Zammit alias Madam Kitty Schmidt dirigió el local.

Peter Norden, a principios de los 70, escribió una crónica de la historia de este peculiar centro de espionaje, usando las grabaciones que habían sobrevivido, lo que popularizó este suceso lo suficiente como para llamar la atención de Tinto Brass para llevarlo al cine. Brass y los guionistas, Ennio De Concini, Antonio Colantuoni y Maria Pia Fusco, utilizaron el libro como punto de partida, aprovechando algunas de las historias que quedaron grabadas, pero la historia principal y gran parte del film es ficción.

La trama se centra en Helmut Wallenberg (Helmut Berger), encargado de la operación de espionaje y obsesionado con una de las chicas: Margherita (Teresa Ann Savoy). A su vez, Margherita está enamorada del piloto Hans Reiter (Bekim Fehmiu), uno de los clientes del salón. Cuando Margherita descubra que Hans ha sido asesinado por las SS, planeará una terrible venganza. Además de esta trama, el espectador se ve sumergido en distintas viñetas dedicadas a retratar la perversión del poder.

Este era el tema que interesaba a Tinto Brass. Usando el régimen nazi como máxima expresión del poder corrupto, monstruoso, el director  no se detuvo ante nada a la hora de llenar la pantalla de la mayor decadencia y perversidad posible. Llegando a crear escenas que hoy día siguen siendo tan chocantes como lo fueron en el momento del estreno. A pesar de la cantidad de desnudos y escenas de sexo, hay relativamente poco erotismo en el film, no está pensado para que el espectador disfrute en ese sentido.

Los 133 minutos del montaje del director (mi elección: la edición en Blu-ray de Blue Underground) puede que resulten demasiado para el espectador medio, como lo fue en su momento para los espectadores de 1976 (de ahí tantas versiones recortadas). Pero teniendo en cuenta que a mí Tinto Brass no es un director que me guste demasiado, salvo las tres excepciones que se encuentran en el blog, este film siempre me ha parecido fascinante. La dedicación de Brass a mostrar toda perversidad imaginable tiene mérito, así como el subtexto del film hace que se eleve por encima de la media en lo que a nazisplotation se refiere.


8 ene 2018

El color de la noche (Color of Night)


Hace mucho, mucho tiempo, por allá los años 90 del siglo XX, dos sucesos remarcables tuvieron lugar. Por un lado, se pusieron de moda los thrillers eróticos, gracias al éxito de Instinto básico (Basic Instinct, Paul Verhoeven, 1992). Por otro lado, Bruce Willis era una estrella del cine que se dedicaba a interpretar personajes en lugar de ser un trozo de carne que se paseaba sonámbulo por la pantalla, como sucede hoy día, aunque cueste de creer. La suma de una estrella del momento y un género de moda fue el motivo por el que se nos regaló la demencial El color de la noche (Color of Night, Richard Rush, 1994).

No voy a intentar convencer a nadie de que esta es una buena película. No lo es. Pero sí es una mezcla de giallo psicosexual setentero y Brian De Palma pasado de vueltas. Es un film tremendamente entretenido si se ve con el humor adecuado.

La historia gira en torno al psiquiatra Bill Capa (Bruce Willis), el cual deja de ver el color rojo tras ser testimonio directo del suicidio de una paciente. Para recuperarse va a ver a su colega psiquiatra y amigo el doctor Bob Moore (Scott Bakula). Moore presenta a Capa un grupo de pacientes bien particular ya que sospecha que uno de ellos le está amenazando de muerte. Cuando Moore es asesinado, Capa empezará a investigar la muerte de su amigo, mientras otros pacientes empiezan a ser asesinados.

Que el personaje que interpreta Willis sea daltónico no tiene ningún peso en la trama, pero le da un toque visual muy interesante al film, al que el director Richard Rush le otorga una narrativa tremendamente estilizada. Esta estilización visual sumado a la trama absurda le da el mencionado toque giallo a lo que podría haber sido otro thriller más. Curiosamente, lo menos interesante son las escenas de sexo, algunas algo ridículas, metidas con calzador y no particularmente estimulantes.

Lo que sí es muy estimulante es el reparto del film, que, además de Willis y Scott Bakula, incluye: Lance Henriksen, Brad Dourif, Leslie Ann Warren, Kevin J. O'Connor y Rubén Blades. La chica de la película fue Jane March, escogida por las tórridas escenas que protagonizó en El amante (L'amant, Jean-Jacques Annaud, 1992).

El color de la noche no tuvo una vida comercial fácil. Existen diversas versiones de la película, pero las más radicalmente distintas son la americana y la europea. Al parecer, tras una discusión entre los productores y el director, se estrenó una versión recortada y bastante censurada en Estados Unidos, mientras que internacionalmente se estrenó una versión más próxima a la del director, que en algunos paises también fue alterada, añadiendo o quitando alguna escena. En España se estrenó la versión internacional sin alteraciones. Con la llegada del video y, más tarde el DVD, el montaje del director se pudo ver en Estados Unidos, aunque con las escenas de sexo censuradas. Si bien en Estados Unidos la versión del director significó casi veinte minutos de nuevas escenas, no hay muchas diferencias entre esta versión y la que editó Lauren Films en DVD en España (la versión estrenada en cines).

Una sola escena aparece en el montaje del director que no aparece en la versión internacional: transcurre tras el asesinato de uno de los pacientes y es un breve diálogo entre el personaje de Willis y el policía interpretado por Rubén Blades. El resto de diferencias no son nuevas escenas sino planos o ángulos distintos en algunas escenas. Considerando que el montaje del director está censurado, la versión internacional es la versión que prefiero.

Como ya he dicho, no es que El color de la noche sea una buena película al nivel de Instinto básico, pero sus rarezas y peculiaridades hacen imposible aburrirse viéndola. Como, por ejemplo, cuando el personaje de Willis habla para sí mismo cuando aparece o se va Jane March, soltando ridículos intentos de literatura. Sumado a su estilizada narrativa, hace que sea un tipo de cine basura, de placer culpable, tremendamente jugoso.


28 sept 2017

La orgía de los muertos (Orgy of the Dead)


Esta es una de las pocas películas que he tenido muchas dudas sobre si incluirla en el blog o no. La orgía de los muertos (Orgy of the Dead,  Stephen C. Apostolof como A.C. Stephen, 1965) fue escrita por Ed Wood Jr. y lleva su marca, lo que la hace automáticamente interesante. Al mismo tiempo, tiene momentos en que se hace muy aburrida. Resulta obvio que me he inclinado por escribir sobre ella, ya que es lo suficientemente bizarra como para merecer un sitio aquí.

Bob (William Bates) y su novia Shirley (Pat Barrington) conducen por una solitaria carrereta una noche, buscando un cementerio en el que Bob pueda inspirarse para escribir una novela de terror. Lo que no saben es que esta es la misma noche que las criaturas del más allá, lideradas por el Emperador (Criswell) acompañado de su segunda la gul (Fawn Silver), celebran su peculiar orgía de baile. Bob y Shirley deberán escapar de esta orgía antes de convertirse ellos en las próximas víctimas de las criaturas de la noche.

Dependiendo de la fuente, esta película fue escrita por Ed Wood Jr. para luego adaptarla en novela o fue escrita como novela por Ed Wood Jr. y adapatada al cine por él mismo. Los títulos de crédito indican que es un guion de Ed Wood Jr. basado en su novela, dejémoslo ahí. Pero la implicación de Wood es importante ya que, aunque él no fue el director, este film tiene muchas de las características del cine del maestro del surrealismo torpe, en particular de su etapa de decadencia. Estas características radican en unos diálogos ridículamente absurdos o absurdamente ridículos, la presencia del psicotrónico Criswell y una narrativa bastante torpe. La dirección de Apostolof alcanza grandes niveles de entusiasta incompetencia, así que encaja perfectamente con las otras películas de Wood.

La película fue rodada cuando las nudies estaban ya desapareciendo. La trama es una excusa para presentar los distintos bailes que llevan a cabo bailarinas en topless, una de ellas Pat Barrington que, además de interpretar a Shirley, es la Chica de Oro. Vistas hoy en día, las nudies destacan no por su erotismo (completamente nulo), sino por su ingenuidad y ocasional incursión en el surrealismo. Es el caso de Orgy of the Dead, cuyas escenas de baile resultan demasiado largas y aburridas, sin mencionar que no son precisamente muy excitantes, por muy atractivas que sean las bailarinas (ver tráiler).

Sin embargo, en las escenas entre bailes, la películas deja de ser aburrida para convertirse en una maravilla trash capaz de hacerte caer del sofá de la risa. Esos diálogos, esa interpretación de Criswell, ese hombre lobo levantando la cabeza mostrando donde termina la máscara que lleva... En defintiva, un delirio absurdo que compensa el tedio de las escenas de baile.

La película ofrece tantos momentos álgidos como de bajón, pero los amantes del cine basura y del absurdo deberían darle una oportunidad.


27 ene 2017

Vicios privados, públicas virtudes (Vizi privati, pubbliche virtù)

 
En sus inicios, la cadena local BTV, la cadena pública del ayuntamiento de Barcelona, vivió una temporada bastante arriesgada, entre mediados y finales de los 90. Ofrecían documentales y películas sin ningún filtro, mezclando lo clásico y lo experimental. Fue en esta época en que la cadena emitió películas como Tokyo Snuff (Shiryô no wana, Toshiharu Ikeda, 1988), noches dedicadas al desnudo en el cine y extraños documentales sobre el lenguaje secreto de la televisión. Una noche, emitieron las grabaciones desde el edificio de enfrente de lo que se veía a través de las ventanas de un hotel de la ciudad, incluida una atractiva mujer duchándose, cuyo rostro había sido debidamente pixelado. Esta época fantástica no duró mucho, como era de esperar, y pronto se convirtió en la habitual y bienintencionada cadena cultural que uno espera de una televisión pública. Pero antes de que los locos dejaran de dirigir el manicomio, me descubrieron una noche un polémico y controvertido film: Vicios privados, públicas virtudes (Vizi privati, pubbliche virtù, Miklós Jancsó, 1976).

Durante los años 70, el cine reflejó de distintas maneras la revolución sexual que se produjo entonces. Si bien el cine europeo y de autor había mostrado con más libertad el sexo en pantalla, a partir de los 70, el cine de autor empieza también a utilizar el sexo de forma política, no solo como elemento dramático. Es la época de hoy clásicos como El portero de noche (Il portiere di notte, Liliana Cavani, 1974) o la polémica Saló o los 120 días de Sodoma (Salò o le 120 giornate di Sodoma, Pier Paolo Pasolini, 1975). En Vicios privados, públicas virtudes, Miklós Jancsó utiliza el sexo también de forma política, aunque de forma distinta a como lo hizo Pasolini, por ejemplo. Jancsó relaciona la libertad sexual y la libertad personal, una relación que adereza con un mensaje político revolucionario. Para lograr transmitir su mensaje, Jancsó reinterpreta a su manera un suceso histórico real: el crimen de Mayerling.

El 30 de enero de 1889 se descubrieron los cadáveres de Rodolfo de Habsburgo, príncipe heredero de Austria, y su amante la baronesa María Vetsera. Este suceso se conoce como el crimen de Mayerling. En un primer momento, la explicación oficial fue que el príncipe y su amante se habían suicidado, pero con los años surgieron dudas y salieron a la luz contradicciones que sugieren que el suicidio fue en realidad un asesinato político. Pero ahora no relataré la complicada historia emocional y política de los hechos reales, baste decir que Jancsó parte de la idea de que la explicación oficial era falsa e imagina qué podría haber pasado si el príncipe Rodolfo hubiera creado una protocomuna en su palacio, donde vivía de forma plena su relación con su amante, y cuál habría sido la reacción de las autoridades, en un guion que Jancsó escribió junto a su colaboradora Giovanna Gagliardo. De este modo, utiliza el crimen de Mayerling como alegoría para expresar sus propias ideas políticas sobre lo que estaba sucediendo en la actualidad del momento.

Más allá de su trasfondo político, la razón por la comento el film hoy es su pura belleza cinematográfica. Una prueba de que el erotismo no tiene porqué estar reñido con el arte. La manera que tenía Jancsó de planear las escenas, junto a la bella fotografía de Tomislav Pinter, nos sumergen en una hermosa bacanal, un mar de cuerpos desnudos. Las ansías de libertad y la alegría de sus protagonistas contrastan con la atmósfera de inminente desgracia que preside la acción.

Esta manera de mezclar sexo, política y poesía fue recibida con escándalo por parte de las autoridades cuando el film se estrenó en 1976, produciendo los consabidos juicios que no llegaron a nada, tras demostrarse que la película era arte y no pornografía. Me temo que hoy día es posible que el film hubiera sido recibido de manera parecida, su temática parece que no pasa de moda. Por mi parte, os invito a que os suméis a la fiesta de Vicios privados, públicas virtudes.


2 ago 2016

Ilsa: La loba de la exploitation


Todos aquellos que se sintieron ofendidos, molestos o que lamentaban la aparición del llamado torture porn a raíz del éxito de películas como Hostel (Eli Roth, 2005), supongo que no sabían que, en realidad, este género de lamentable nombre mezclaba elementos de dos géneros clásicos de la exploitation que dieron origen a algunos de los títulos más memorables dentro del grindhouse. Me refiero a la nazisploitation y las películas de mujeres en prisión (WIP para abreviar).

Estos son dos géneros que, personalmente, nunca me acabaron de gustar/interesar. Pero aún y así, como cinéfago que soy, no dejé de explorarlos para no perderme algún film interesante por culpa de mis prejuicios. En el caso de las WIP, las dirigidas por Jack Hill me parecieron fantásticas (comentadas aquí), pero en lo que se refiere a la nazisploitation el único título que me gustó es el que protagonizó Dyanne Thorne. Un título cuyo director se propuso hacer la película más memorable y pasada de vueltas de este género posible. Me refiero, claro, a Ilsa: La loba de las SS (Ilsa: She Wolf of the SS, Don Edmonds, 1975).

Una película que algunos podrían encontrar ofensiva y de mal gusto pero que a mí me gusta porque es ofensiva y de mal gusto, además de sangrienta y ridículamente pasada de vueltas. Es un film que resume la esencia de la exploitation. Un film que contó con la ventaja de poder rodarse en los decorados donde se rodó la serie Hogan's Heroes, así que además parece mucho más cara de lo que su bajo presupuesto podía permitirse.

El film empieza con un risible anuncio por parte del productor Herman Traeger (pseudónimo del magnate de la exploitation David F. Friedman) que asegura que la película se basa en personajes históricos, hechos que sucedieron en realidad, y espera tener una función social como historia moralizadora "para que estas atrocidades no vuelvan a suceder jamás". Por supuesto, su verdadero objetivo es despertar el morbo del espectador, cosa que consigue durante 96 minutos de torturas sanguinolentas y demenciales, combinando brutales escenas con momentos erótico-festivos mezclado todo con la clásica trama de fuga del campamento. Sin embargo, debido al tono absurdo con el que está rodado el film, la película resulta bastante entretenida y, en diversas escenas pasadas de rosca, divertida. Esto no es Martyrs (Pascal Laugier, 2008).

Dominando el film tenemos a la rotunda Dyanne Thorne, que consigue ser sin ninguna duda la nazi más perversa, malvada, psicópata y calenturienta de la historia del cine. No es de extrañar que este papel la convirtiera en una diva de serie B.

Como ya he mencionado antes, los géneros de los que bebe este film no me interesan ni gustan demasiado, pero este film es una excepción por su excesiva naturaleza.




El éxito de Ilsa: La loba de las SS, animó a los productores a poner en marcha una segunda entrega, confiando que los espectadores no recordarían el final de la primera. Así, por arte de magia, Ilsa regresa pasando de la Alemania de 1945 a la Arabia Saudí de 1976 sin despeinarse ni envejecer un día. Así, en Ilsa: La hiena del harén (Ilsa, Harem Keeper of the Oil Sheiks, Don Edmonds, 1976), nos encontramos a la titular protagonista adiestrando a las mujeres que los hombres del jeque El Sharif (Jerry Deloni) desea tener a su servicio (una de ellas es otra actriz que regresa de la anterior película, nada menos que Uschi Digart, el hombre no tenía mal gusto). Además de sus tareas de adiestramiento carnal, se dedica, claro, a torturar a los presos del jeque y pensar diversas y dolorosas maneras de obtener información.

Originalmente los productores pensaron aumentar el éxito de público de la película, apuntando a una calificación R, que haría más fácil y amplia su distribución. Lo cual fue un obvio error, ya que el film perdió en gran parte la esencia de lo que hizo la primera tan memorable. Además, los cortes hechos al film para que tuviera esa calificación hicieron que se quedara en bastante poca cosa.

Por suerte, hoy día la película se puede encontrar sin censurar (esta versión dura 93 minutos). A pesar de ello, tampoco es que sea nada muy memorable. Al querer hacer una película que fuera más "respetable", que abordaba problemas del momento como la crisis del petróleo explotando tópicos racistas, acabaron perjudicando a Ilsa: La hiena del harén. De todos modos, no deja de ser un film bastante entretenido.




La tercera entrega, Ilsa: La tigresa de Siberia (Ilsa the Tigress of Siberia aka The Tigress, Jean LaFleur, 1977), es sin duda la peor de las secuelas oficiales pero fue mi primer contacto con Ilsa, por el comentario que hacían de esta película en el libro Pantalla de sangre Mike Hostench y Jesús Martí, editado allá por 1996. Los autores aseguran que esta es su entrega favorita, algo que sigo sin comprender.

Ignorando de nuevo cualquier ley del espacio-tiempo, nos encontramos a Ilsa, representada por Thorne en su versión de mayor furor uterino, en 1953 como comandante del Gulag 14 para mayor gloria de Stalin. En la primera mitad del film vemos como Ilsa y su equipo se dedica a torturar a los prisioneros. La segunda mitad transcurre en Montreal en la actualidad, es decir 1977. Ilsa, que por supuesto no ha envejecido en absoluto, a pesar que el resto de personajes sí, se encuentra ganando unos cuartos al frente de un burdel. A partir de aquí el film se convierte en una película de espías de saldo, sin mucho interés.

A pesar de tener un par de escenas sangrientas, el film tampoco está al nivel de locura de la primera entrega. Por ello, resulta el más aburrido de las tres Ilsas oficiales. Thorne está estupenda, pero para eso ya tienes las dos anteriores.




El éxito de las películas protagonizadas por Dyanne Thorne hizo que se pusiera en marcha una copia dirigida por Jess Franco en 1977. Titulada originalmente Greta - Haus ohne Männer, el hecho de que Dyanne Thorne fuera también la protagonista y que en ningún momento se menciona el nombre del personaje, hizo que la película pasara a ser:



Además de Ilsa the Wicked Warden, o simplemente Ilsa en España, el film también es conocido como Greta the Mad Butcher y Wanda the Wicked Warden. Esta colección de títulos es lo más interesante del film, ya que no es más que una simple WIP, bastante aburrida a pesar del continuo desfilar de mujeres desnudas. Nada sangrienta ni interesante, esta película resume bastante bien porque no me gusta este género. Aparte de erotismo mezclado con misoginia no ofrece nada que pueda resultar remotamente entretenido o interesante al espectador (por lo menos a este espectador). Es incluso menos recomendable que Ilsa: La tigresa de Siberia.

De las cuatro (o tres y media) películas de Ilsa, la única que realmente recomiendo es la primera. La segunda puede resultar entretenida si estas de humor para ella, pero la tercera y la dirigida por Franco son bastante soporíferas.


20 jun 2016

That's Sexploitation!

 
Chicos y chicas, en este documental, Frank Henenlotter y David F. Friedman nos guían a través de 40 años de demencial cine erótico, exótico, lúbrico, ingenuo, perverso, surrealista, estúpido... Agarraos que vienen curvas: esto es That's Sexploitation (2013).

El documental se nutre principalmente de una extensa entrevista realizada a David F. Friedman poco antes de que muriese. Friedman, el monarca de la exploitation, tocó todos los palos de cada género en orden de hacer mucho dinero gastando muy poco y estaba lleno de increíbles anécdotas e historias. Su testimonio resulta interesante ya que estuvo allí, lo vivió en primera persona, y nos ofrece una visión única de aquel mundo hoy ya extinto.

Por otro lado, el director Frank Henenlotter, además de dirigir, nos sirve como narrador ofreciendo una perspectiva histórica y aclarando los distintos tipos de sexploitation que había. No solo eso, los comentarios que hace en algunos de los clips, con anotaciones en pantalla, resultan divertidísimos, añadiendo comicidad a unas escenas que ya de por sí resultan hilarantes desde una perspectiva moderna.

El principal atractivo del documental, obviamente, son los cientos de clips y fragmentos que ilustran la historia de este cine ignorado y despreciado. Fragmentos que hacen de este un documental capaz de provocar carcajadas y asombro a partes iguales cuando nos presenta los bizarros y surrealistas momentos que Henenlotter selecciona para el espectador. El documental se cierra con la llegada a mediados de los 70 de los espectáculos de sexo en vivo y del cine porno a las salas de cine. Un hecho que provocó la desaparición/transformación de la sexploitation.
 
Aunque eché en falta un mayor análisis social, lo cierto es que me lo pasé bastante bien con este documental, principalmente por la gran cantidad de momentos ojipláticos que provoca. Ved el tráiler y podréis saber rápidamente si a vosotros también os resultará tan divertido como a mí.


24 dic 2014

Lesbianismo asesino (Sugar Cookies)


Escrita por el futuro fundador de Troma Lloyd Kaufman junto al director Theodore Gershuny, Lesbianismo asesino (Sugar Cookies, 1973) es una curiosa mezcla de exploitation y cine de autor. Cuando se estrenó el film, la distribuidora quiso presentarla como lo que no era: un film erótico cargado de sordidez como muchos otros de la época (aunque nada supera el delirante y absurdo título castellano), pero es un film que puede resultar interesante también a aquellos que busquen algo un poco más elegante para amenizar su Nochebuena.

Un peculiar juego erótico entre el productor Max Pavell (George Shannon) y la estrella Alta Leigh (Lynn Lowry) culmina con la muerte de esta. La socia de Max, Camila Stone (Mary Woronov), encuentra una actriz que es el doble exacto de Alta, la desconocida Julie Kent (Lowry). Camila empezará una relación con Julie y poco a poco la irá convirtiendo en Alta, como parte de un peligroso juego entre ella y Max.

Como veis, esta película se inspira en Vértigo. De entre los muertos (Vertigo, 1958) de Alfred Hitchcock, que en su momento fue un completo fracaso pero el tiempo ha demostrado que es uno de los mejores filmes del maestro del suspense. Un elegante film necrófilo que también inspiró el clásico de Brian De Palma Fascinación (Obsession, 1976), solo tres años después del estreno de Sugar Cookies. Lo que hace interesante el film de Gershuny es que adopta el punto de vista del creador, en este caso creadora, de la réplica del amor fallecido, en lugar de lo más común que es adoptar la perspectiva del que se reencuentra con la réplica de su amor perdido. La película se centra en la relación entre Camila y Julie, como Camila (cuyo su nombre recuerda al de la vampiresa creada por Sheridan Le Fanu) va devorando poco a poco a Julie.

Es el retrato de la relación entre ambas mujeres donde el film se aparta de lo que podría ser un film erótico cargado de sordidez y adopta una perspectiva más elegante a la hora de mostrar cómo Camila manipula a la pobre Julie. Lo que imagino sería una decepción para los que fueron en su momento al cine con un pañuelo en la mano, ya que aunque hay abundantes desnudos, no hay apenas escenas de sexo.

Intercalados con la historia principal, la película incluye detalles bizarros y subtramas curiosas como la que sigue al ex cuñado de Max que está enamorado en secreto de él. Elementos cómicos que llevan claramente la firma de Lloyd Kaufman, y que son un curioso contraste con la historia principal.

En definitiva, Sugar Cookies no es una película para todo el mundo, pero es mejor que toda la oferta televisiva de esta noche, así que tal vez podríais darle una oportunidad.


21 nov 2014

Obsession: A Taste for Fear (Pathos - Segreta inquietudine)


Obsession: A Taste for Fear (Pathos - Segreta inquietudine, Piccio Raffanini, 1987) es una de esas películas que comento no porque sea particularmente buena, sino porque es bastante curiosa, desconocida y puede que haya algún/a pervertido/a que encuentre cierto placer en su visionado.

Diane (Virginia Hey) es una famosa fotógrafa que se dedica a hacer arte fotográfico de alto contenido erótico. Una modelo culturista con la que ha mantenido relaciones aparece asesinada, lo que hace que el detective Arnold (Dario Parisini) considere que Diane o alguien de su entorno es el asesino, el cual se dedica a enviar vídeos de los asesinatos a Diane. Cuando más conocidos suyos vayan apareciendo muertos, Diane se decidirá a descubrir quién es el misterioso asesino.

Esta película llama la atención en primer lugar por su ambientación futurista. Una ambientación futurista de bajo presupuesto, que hace todo esté lleno de pantallas, luces de neón y muchos interiores (un ejemplo de la alta tecnología empleada en la película es un reloj digital Casio). Pero aunque no sea muy creíble, le da por lo menos un toque exótico divertido al film.

Y no hay mucha más diversión. No se invierte demasiado tiempo en la trama de intriga y sí mucho en las creaciones artísticas de Diane. Pero aunque en Pathos hay muchos desnudos, no hay sexo o erotismo que destaque.

Como ya he dicho, este es un film que hoy día resulta bastante oscuro y curioso, puede animar una tarde tonta, pero no tiene ese algo especial de las películas de culto realmente interesantes. Pero como puede que haya algún lector a quien sí le interese, aquí os la descubro.

13 jun 2014

Desnuda ante el asesino (Nude per l'assassino)

Hay ocasiones en las que me planteo como reto personal coger una película completamente indefendible y, bueno, defenderla. Con algunas es fácil, con otras es más difícil. Desnuda ante el asesino (Nude per l'assassino, Andrea Bianchi, 1975) es de las difíciles, ya que fue dirigida por el mismo auteur responsable de La noche del terror (Le notti del terrore aka Burial Ground: The Nights of Terror, 1981).

La película se inicia con una ginecológica secuencia en la que un doctor (Filippo La Neve) se encuentra provocando un aborto en una modelo. Esta muere y el doctor llama a Carlo (Nino Castelnuovo), el cual ayuda al médico a dejar a la fallecida en su casa, para que la muerte parezca natural. Poco después, el doctor muere apuñalado por una misteriosa figura vestida de cuero negro y  que oculta su rostro con un casco de moto también negro. A partir de aquí, se sucederán los asesinatos en la agencia de Gissella y Maurizio Montani (Amanda [sin apellidos] y Franco Diogene, respecticamente). Agencia en la que trabaja Carlo como fotógrafo. En esta agencia también trabaja Magda Cortis (Edwige Fenech), la cual ayudará a Carlo a descubrir la identidad del asesino.

Desnuda ante el asesino es un giallo sórdido y sucio, que aprovecha cualquier oportunidad, cuanto más gratuita mejor, para mostrar a sus actrices desnudas. Además, el "héroe" de la película, el chulopiscinas Carlo, no solo ayuda a encubrir una muerte al principio del film, se aprovecha de mujeres para trotar con ellas y luego convertirlas en modelos y bordea el maltrato en diversas ocasiones. Una joya, vaya. Como contraste tenemos a la guapa Fenech, que interpreta un personaje bastante positivo en medio de toda esta misoginia.

A pesar de sus defectos, o tal vez gracias a ellos, este giallo acaba resultando bastante entretenido, aunque solo sea por la curiosidad de ver hasta que punto se va a sumergir en las cloacas. Con la ayuda de una estupenda banda sonora cortesía de Berto Pisano, Bianchi dirige de forma bastante energética las secuencias de los asesinatos, plato fuerte de la película junto al despliegue de carne fresca.

Por tanto, esta película es pura basura, sí, pero basura entretenida, así que no es un desperdicio total. Y después de verla, seguramente necesitaréis una ducha.

24 dic 2013

Navidad cinéfaga: Nuestro sucio secreto


Como ya es tradición,  os traigo una película que os ayude a superar y descansar durante estas terribles fiestas navideñas. Y este año os traigo algo verdaderamente especial, para que disfrutéis en la intimidad. El infame film dirigido por Paul Schrader y escrito por Bret Easton Ellis, protagonizado por Lindsay Lohan. Me refiero, obviamente, a The Canyons (2013).

The Canyons me llamó la atención por primera vez al saber que había sido rechazada por razones "de calidad" en un par de prestigiosos festivales de cine independiente y de autor. El hecho que el film rechazado había sido dirigido por Schrader y escrito por Easton Ellis es lo que convertía este hecho en noticia y venía a sumarse a los rumores que indicaban que este era un film terrible, malísimo. Pero lo que hizo que inmediatamente quisiera ver/comprar The Canyons fue un divertido y brutalmente honesto artículo aparecido en The New York Times, titulado "Esto es lo que pasa cuando pones a Lindsay Lohan en tu película", en el cual el periodista nos cuenta el problemático rodaje del film gracias a la errática y demente conducta de su protagonista (los curiosos podéis leer este artículo aquí), mediante entrevistas a los implicados y sus diversas visitas al set de rodaje.

¿Hace honor a su fama de ser un film terrible? Pues que queréis que os diga, a mí me ha encantado. Ver este film es una experiencia decadente y subversiva, como masturbarse con fotos de las Femen, lo que se puede esperar con el director y el guionista que tuvo este film.

"Decadencia" es la palabra clave en este caso. Tenemos a un director cuya carrera lleva dando tumbos desde hace tiempo, que esperaba hacerse rico con la precuela de El exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973) y cuando eso no funcionó, esperaba hacerse rico y poder retirarse dirigiendo esta película hecha con cuatro duros (tampoco parece que vaya a funcionar). Tenemos a un escritor que crea estériles polémicas en Twitter en un intento de llamar la atención, mientras su carrera literaria pasa cada vez más desapercibida (y no es que lo esté petando como guionista precisamente). Y una protagonista cuya carrera está en serios problemas debido a su muy publicitada problemática vida. Para completar el conjunto, tenemos al otro protagonista del film, James Deen, que según la carátula del Blu-ray es una gran estrella del cine porno que hace aquí su primer papel no pornográfico.

En otras palabras, las personas ideales para crear un film que gira en torno a pijos llevando una decadente existencia, haciéndose cosas terribles, psicópatas aburridos. El film se abre con planos de distintos cines en decadencia, con los asientos rotos, abandonados, sucios, en ruinas.

Sabiendo que ha sido una película financiada mediante una campaña en Kickstarter, filmada con cámaras digitales, lo cierto es que tiene un aspecto fantástico. Un look que encaja muy bien con lo que pretende ser un thriller erótico.

Llegamos así al otro elemento importante del film, después de la decadencia moral y psicológica de los protagonistas (alegoría de la decadencia hollywoodiense): el sexo. Independientemente de vuestra orientación sexual, aquí encontraréis algo que os alegre la vista. Las escenas de cama, particularmente un memorable cuarteto sexual, han sido usadas como forma de llamar la atención. Desde luego, Lohan tiene mi completa atención. Y Deen, en lo que a desnudos masculinos se refiere, muestra sin tapujos lo que le convirtió en una estrella del porno.

No me avergüenza admitir que, a pesar de todo lo que se comenta y dice, esta película me gustó y disfruté viéndola. Aquí no juzgamos a nadie, así que si también la ves y te gusta, no te preocupes. Será nuestro sucio secreto.


27 may 2013

Otra de esas pelis que solo aquí nos tomamos en serio


Esta película tiene una naturaleza esquizofrénica: un argumento ridículo y estúpido, una ejecución brillante e inteligente. Los culpables de ello son el director Denis Sanders y, sobretodo, el entonces desconocido guionista Nicholas Meyer que convierten lo que podría haber sido un simple (aunque espectacular) despliegue de T&Cs en una divertida sátira de ciencia ficción.

Invasion of the Bee Girls (1973), también conocida como Graveyard Tramps, nos sitúa en un pueblo normal y corriente de los EU de A, en el cual una serie de misteriosas muertes empiezan a ocurrir. Al parecer, los hombres del lugar mueren tras un exceso de hanky panky. Como algunas de las muertes están relacionadas con la cercana corporación Brant, la cual realiza algunos proyectos y secretos experimentos para el gobierno, se envía al agente especial Neil Agar (William Smith) para que investigue los hechos. Las responsables, mujeres mutadas con genes de abejas que matan manteniendo relaciones sexuales con sus víctimas, intentarán impedir que Agar cumpla con su misión.

Como podéis ver, por el argumento no parece más que otra sexploitation setentera, pero sorprende lo buena que es. En lugar de adoptar un tono de comedia paródica, Meyer introduce una sutil sátira haciendo que los elementos irónicos sean más patentes gracias al tono "serio" de la ejecución. Además, los elementos netamente pulp y de serie B son ejecutados a la perfección. La elección del actor William Smith para el papel protagonista fue realmente brillante, ya que con su aspecto de tipo duro de mandíbula cuadrada parece un héroe de los clásicos relatos pulp de los años 30 hecho realidad. De hecho, toda la historia en sí, pero especialmente la parte final, parece sacada directamente de las páginas de un shudder pulp (revistas en las que primaba el terror más físico, con abundantes raciones de sangre y sexo) al estilo de Los hombres topo quieren tus ojos. Sin olvidar que Anitra Ford y Victoria Vetri, por su atractivo y perfecta anatomía, son tan perfectas heroínas para este tipo de película como la varonil mandíbula cuadrada de Smith.

En la película podemos encontrar también un subtexto social propio de la época en que fue producida. Esta película parece burlarse de la masculinidad que se sentía amenazada por el feminismo como se hizo en Las mujeres de Stepford (The Stepford Wives, Bryan Forbes, 1975). La experimentación y la libertad sexual de los 70 (que no significó una libertad real para la mujer de la época) con la inevitable extensión de enfermedades venéreas y recelos masculinos parecen ser el tema de fondo de la película. Por supuesto, si se trata de una burla o una explotación de los miedos masculinos ante el feminismo que explotaba en la época de la revolución sexual es algo que debéis juzgar viendo la película.

Finalmente, Invasion of the Bee Girls es un perfecto ejemplo de lo mejor que podía dar de sí la exploitation de los 70. Es divertida, entretenida y un regalo para los ojos. Si te gusta este tipo de cine, esto es una auténtica delicatessen.