1 feb 2023

Recordando Loca academia de policía

 

Me pregunto si aquellos nacidos en el 2000 o un poco antes han visto o, al menos, oído hablar de la franquicia Loca academia de policía, dedicada a contar las aventuras y desventuras de un nada ortodoxo grupo de policías. La saga tuvo su momento dorado de popularidad durante la década de los 80 del siglo XX, muriendo rápidamente en la década siguiente, a pesar de diversos intentos de continuarla mediante series de televisión.

Personalmente, es una franquicia que tenía también bastante olvidada. Recordaba que, de niño, estas películas eran bastante populares debido a que pasaron la saga entera por televisión y también recuerdo ver la serie de dibujos, que vino acompañada de la publicación de cómics (entonces simples tebeos). Más tarde, a mediados de los 90, se estrenó la última entrega de la serie en cines, que en Estados Unidos se editó directamente en vídeo, que certificó la muerte de la saga siendo un completo fracaso.

Sin embargo, no hace mucho, no recuerdo si por alguna mención en un artículo o charlando con un amigo, me picó la curiosidad por ver si la primera entrega, Loca academia de policía (Police Academy, Hugh Wilson, 1984), mantenía su poder cómico o era otro producto caduco de una era pasada.

El creador del concepto fue el productor Paul Maslansky. Un día, mientras estaba en un atasco, observó un autobús de la policía del que bajaban un montón de cadetes de policía acompañados de sus instructores. Lo que le llamó la atención a Maslansky es que varios de estos cadetes no tenían el aspecto ni la forma física que uno se imagina un policía debería tener. Cuando le preguntó al respecto a uno de los instructores, este le respondió que la academia estaba obligada a aceptar a todo aquel que se presentase, pero que ellos ya se ocupaban de eliminar la morralla durante la instrucción. Este intercambio fue lo que inspiró a Maslansky la idea de hacer una comedia sobre un grupo de inadaptados que intenta convertirse en agentes de policía.

El guion corrió a cargo de Neal Israel, Pat Proft y Hugh Wilson, también encargado de dirigirla. Los tres tenían amplia experiencia con la comedia, Proft en particular colaboraría bastante con el trío ZAZ (Jerry Zucker, Jim Abrahams y David Zucker), famosos tras escribir y dirigir el clásico Aterriza como puedas (Airplane!, 1980). Maslansky era un gran fan de las películas de Jacques Tati y ese estilo de comedia slapstick inocente, pero en el momento de producir Loca academia de policía estaban de moda las comedias gruesas y picantes pensadas para un público "adulto", es decir con desnudos gratuitos y palabrotas. Es la época de comedias como Desmadre a la americana (National Lampoon's Animal House, John Landis, 1978), Porky's (Bob Clark, 1981) y Aquel excitante curso (Fast Times at Ridgemont High, Amy Heckerling, 1982). De modo que, a regañadientes, Maslansky instruyó a los guionistas a que se adaptaran al mercado y a lo que quería el estudio, lo cual acabaría siendo una bendición para la película.

Loca academia de policía se centra en un grupo bastante variopinto de cadetes, liderados por Carey Mahoney (Steve Guttenberg), que harán frente a los abusos del teniente Harris (G. W. Bailey), que quiere impedir que se gradúen. Mahoney actúa como una especie de Bugs Bunny, enfrentándose a la autoridad mediante saludables dosis de caos. Con Mahoney, el resto de cadetes forma un grupo, que iría variando en las siguientes entregas, dándole el aspecto de comedia coral que marcaría la franquicia. Este grupo en la primera entrega está formado por: Karen Thompson (Kim Cattrall), una niña rica que es el interés romántico de Mahoney; Moses Hightower (Bubba Smith), como su nombre indica, es más torre que persona y su fuerza en ocasiones es superhumana según convenga; Leslie Barbara (Donovan Scott), un agente con sobrepeso que es el objetivo de abusones por lo que se gana la protección de Mahoney; Tackleberry (David Graf), un obsesionado de las armas; Doug Frackler (Bruce Mahler), un gafe que deja un rastro de destrucción a su paso sin darse cuenta; George Martín (Andrew Martin), un seductor latino; Laverne Hooks (Marion Ramsey), una mujer tímida que habla de forma suave hasta que le sale la vena violenta; finalmente, el único que aparece no solo en todas las entregas sino también las series de televisión, Larvell Jones (Michael Winslow), cuya peculiaridad es que puede hacer extraños ruidos con la boca e imitar infinidad de sonidos.

Entre los aliados de los cadetes entre los instructores se encuentra el comandante Lassard (George Gaynes), el despistado director de la academia y la sargento Callahan (Leslie Easterbrook), cuya poderosa presencia física se ve compensada por su amor a las armas y el reglamento. También cuenta con aliados el teniente Harris, dos agentes tirando a fachas: Chad Copeland (Scott Thomson) y Kyle Blankes (Brant von Hoffman).

El film hace un buen trabajo en equilibrar todos los personajes, para que tengan su momento de gloria, sin perder de vista a los protagonistas. Los distintos tipo de humor que mezcla hacen que la película se mantenga fresca y siga siendo divertida hoy día. Porque, por lo menos para mí, la película sigue siendo tan divertida hoy como lo fue en su momento. Es cierto, tiene muchos toques ochenteros que tal vez no acaben de sentar bien a los espectadores actuales, pero, de la misma manera, se le ha de reconocer el mérito de tener un reparto tan variado en una época en que esto no era la norma. Otro factor que ayuda es que los villanos son racistas de derechas y verlos humillados resulta bastante satisfactorio, igual que ver cómo los protagonistas se enfrentan a la autoridad. En este sentido, Loca academia de policía sigue el ejemplo de otra comedia clásica, El pelotón chiflado (Stripes, Ivan Reitman, 1981), otra película que tenía la dificultad de lograr que los personajes resultaran simpáticos al espectador a pesar de formar parte del estamento militar.

Aunque la película me volvió a hacer reír en la actualidad como cuando la vi en su día, he de decir que sí que hay algo que cuando era niño me hizo reír mucho pero que ahora no me hizo gracia, más bien se me hizo pesado: Michael Winslow y sus ruiditos. Solo me hizo gracia en una escena, cuando se le ve haciendo ruidos como si jugara con una máquina recreativa invisible y lo ve el teniente Harris al pasar frente a su habitación, haciendo que Harris se cuestione su cordura. El resto es repetir lo mismo: Winslow hace un ruido y la gente se cree que es de verdad.

El film fue un masivo éxito de taquilla, generando una larga serie de imitaciones, en algunos casos incluso con actores o guionistas de la propia Loca academia de policía: Loca academia de conductores (Moving Violations, Neal Israel, 1985), Jo, con los militares (Basic Training, Andrew Sugerman, 1985), Loca academia de reclutas (Recruits, Rafal Zielinski, 1986), Escuela de medicina (Stitches, Rod Holcomb, 1985)... La lista es larga. Y, por supuesto, el incontestable éxito de Police Academy trajo consigo las inevitables secuelas.

Tras la grata experiencia del reencuentro con Police Academy, decidí comprarla en Blu-ray. La encontré, pero también encontré un pack con toda la saga al mismo precio que comprar individualmente la primera entrega. Así que me compré el pack con toda la saga y me sumergí en las secuelas con curiosidad, porque estas sí que las tenía completamente olvidadas. Así surgió este artículo.

La primera secuela fue Loca academia de policía 2: Su primera misión (Police Academy 2: Their First Assignment, Jerry Paris, James Signorelli, 1985). Al contrario que con la primera entrega, esta segunda tuvo que afrontar diversos problemas durante su producción. James Signorelli, el primer director asignado, fue despedido tras estar poco tiempo al frente, debido sobre todo a su mala relación con el productor Maslansky. Este se encontraba ya en proceso de suavizar las películas más a su gusto, esta entrega en Estados Unidos fue ya calificada para mayores de 13, así que Maslansky decidió cambiar a Signorelli por Jerry Paris, procedente del mundo de las sitcom.

Hubo también tensiones entre los miembros del reparto procedentes de la primera entrega y las nuevas incorporaciones, como la actriz de culto Colleen Camp, ya que los veteranos sentían que se le daba demasiada importancia a los recién llegados. En particular, Julie Brown, que interpretaba al nuevo interés romántico de Mahoney Chloe, y Steve Guttenberg no se llevaban bien y la relación entre sus personajes acabó siendo eliminada de la película. Guttenberg casi no regresa debido a que no le convencía el guion, que fue siendo reescrito a medida que avanzaba el rodaje, pero los sucesivos cambios y un generoso sueldo aseguraron su regreso. El aumento de salario de otros miembros del reparto también hizo que aumentara el presupuesto del film, lo que influyó en que no diera los mismos beneficios que la primera.

Entre las nuevas incorporaciones hay unas cuantas que regresarían en siguientes entregas, como el villano Mauser, que interpretó Art Metrano, y su ayudante Proctor, que interpretó Lance Kinsey. Pero las incorporaciones que realmente destacan y que creo le dieron puntos a esta entrega fue la de Bobcat Goldthwaith como Zed y Tim Kazurinsky como Sweetchuck. El contraste entre el maníaco Zed y el apocado Sweetchuck no era una idea muy original, pero la química entre ambos actores hace que funcione.

Como es de esperar, la segunda parte no le hace sombra a la primera, pero tiene momentos divertidos. Un entretenimiento pasable si no se está de ánimo exigente.

La segunda entrega no recaudó tanto como la primera, obviamente, así que el estudio decidió suavizar definitivamente la franquicia para que fuera apta para todos los públicos. Esto ya le iba bien al productor Paul Maslansky, que desde un principio buscaba hacer un producto que pudiera ser disfrutado por toda la familia.

Loca academia de policía 3: De vuelta a la escuela (Police Academy 3: Back in Training, Jerry Paris, 1986) me recordó a una de esas clásicas comedias de campamento de verano que fueron populares entre finales de los 70 y los 80 del siglo XX. Especialmente esas en las que hay dos campamentos rivales, el de los ricos y el de clase media, en constante conflicto que se resuelve todo en una competición, una carrera de canoas o algo por el estilo, en la que ganan los buenos. Eso es exactamente lo que es Loca academia de policía 3, con dos academias enfrentadas: la de los buenos, que dirige el comandante Lassard, y la de los malos, que dirige Mauser, aquí ascendido a comandante. El resto del reparto lo forma una mezcla de los personajes más populares de las dos anteriores entregas, destacando el descubrimiento de la segunda: Zed y Sweetchuck.

De todas las secuelas, esta puede que sea la más efectiva, una inofensiva colección de gags que logran hacer reír más veces que no. La película dura apenas 83 minutos, así que se pasa bastante rápido. Lo que explica que fuera otro éxito de taquilla. Este es el momento en que deberían haber dejado la saga y terminarla en un momento alto. Pero no fue así.


Loca academia de policía 4: Los ciudadanos se defienden (Police Academy 4: Citizens on Patrol, Jim Drake, 1987) fue la última entrega de la saga en la que participó Steve Guttenberg. Y no es de extrañar, el cansancio del actor, entonces en su mayor momento de popularidad y trabajo, era bastante obvio. Además, su personaje había quedado completamente diluido y muy ensombrecido por el resto del más extremo reparto. Sin embargo, esta entrega es posible que sea recordada por la incorporación al reparto de Sharon Stone como el nuevo interés romántico de Mahoney, aunque muchas de las escenas de ambos se quedaron en la sala de montaje.

No solo Guttenberg estaba cansado, esta cuarta entrega también hace evidente el cansancio de la franquicia. Es una película que resulta notoriamente más floja que las anteriores, pero he de decir a su favor que, a pesar de todo, te hace reír en varias ocasiones. De nuevo, se hacía bastante obvio que la franquicia no alcanzaría los niveles de popularidad y éxito de la primera o, incluso, la segunda entrega. Lo que sí se mantenía intacta era la calidad de los pósteres de la franquicia, incluso en las últimas entregas. Un arte que parece definitivamente perdido.

 

 
No hay nada peor que una comedia que no te hace reír. Eso es exactamente Loca academia de policía 5: Operación Miami Beach (Police Academy 5: Assignment: Miami Beach, Alan Myerson, 1988), una soporífera película que no me hizo reír ni una sola vez. Ni una sonrisa, ni un "ja". Nada.

El actor Matt McCoy se incorporó al reparto como Nick, sustituyendo al Mahoney de Steve Guttenberg. La incorporación no aportó nada. Esta película son los 90 minutos más largos que he pasado nunca. O por lo menos lo eran hasta que vi la séptima entrega. Es terrible, lo único que salvo es el póster.

 
A pesar de que era una película terrible, gracias al bajo presupuesto y ser apta para todos los públicos, no fue un fracaso y se continuó exprimiendo la franquicia. Llegados a este punto, la infantilización de la saga era completa, así que Loca academia de policía 6: Ciudad sitiada (Police Academy 6: City Under Siege, Pete Bonerz, 1989) es una película de imagen real pero, a efectos prácticos, parece una película de dibujos animados. En este caso, sin embargo, no es algo completamente negativo.

La incorporación al reparto de actores como Kenneth Mars y Gerrit Graham ayuda que la comedia funcione algo mejor. Tras el desastre de la anterior entrega, me temía lo peor, pero esta entrega es algo mejor que la quinta. Lo cual, como dicen en el musical Heathers, es como ser el enano más alto. Tiene algún momento fugaz que puede provocar una sonrisa, incluso una risa, pero no llega al nivel de las primeras entregas.

Esta entrega fue la primera en ser un fracaso de taquilla. Un fracaso, en el que tiene bastante que ver el mal sabor de boca dejado por la quinta entrega, que por fin hizo que se plantearan dar un descanso a la franquicia. Desde la primera, se había estrenado una entrega cada año, así que la franquicia estaba, más que quemada, carbonizada.

 
 
El descanso no sirvió de mucho. Loca academia de policía: Misión en Moscú (Police Academy: Mission to Moscow, Alan Metter, 1994) es, sin duda, la peor entrega de la saga. Estrenada directamente en vídeo en Estados Unidos, solo se vio en cines en algunos países como España. Esto significa que contó con un presupuesto mucho más reducido que las anteriores entregas, por eso solo regresaron cinco de los actores de anteriores entregas. A pesar de eso, aparecen Christopher Lee y Ron Perlman en papeles secundarios. Si bien Lee aparece como favor al productor Paul Maslansky para el que había trabajado en anteriores ocasiones. Bubba Smith tenía que regresar como Hightower, pero al ver que no habían incluido en el reparto a Marion Ramsey como Hooks, que entonces pasaba una mala época económica, decidió no aparecer en solidaridad.

Esta terrible, terrible película es peor incluso que la quinta entrega. Desde luego, no sirvió para reavivar interés en la franquicia. A finales de los 90 se produjo una serie que solo duró una temporada. No la he visto, pero los fragmentos que hay en Youtube tampoco animan a buscarla. Se viene hablando de un reboot desde hace tiempo impulsado también por Steve Guttenberg, pero no parece que avance. De todos modos, por muy malas que sean las últimas entregas, eso no quita que las primeras entregas se mantengan como estupendos ejemplos de comedia ochentera y la primera aguanta como un clásico de la comedia.

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