31 oct 2025

Terror antológico asíático

 


 

Para aquellos aficionados y/o interesados en el cine asiático fue un gran momento cuando, a partir de finales del siglo XX y principios del XXI, se hizo relativamente más fácil que llegaran títulos de esa filmografía. En particular si hablamos del cine de terror, que es un género que siempre lo tiene más fácil para viajar. Y más aún si hablamos de títulos como Three... Extremes (Sam gang 2, Fruit Chan, Park Chan-wook, Takashi Miike, 2004), una película antológica que reunía a tres directores de renombre, dos de ellos entonces muy populares en occidente como eran Takashi Miike y Park Chan-wook. Y poco después llegaría la secuela Three Extremes 2 (Sam gang, Peter Ho-Sun Chan, Kim Jee-woon, Nonzee Nimibutr, 2002). Que claro, en realidad se trataba de la primera parte, titulada Three, pero que llegó a occidente más tarde gracias al éxito de Three... Extremes.

Three fue concebida por el productor y director Peter Ho-Sun Chan con la idea de expandir el mercado asiático, que se generara curiosidad en cada país por el cine que hacían sus vecinos. El objetivo era superar la barrera lingüística y hacer énfasis en las cosas en común que tenían a través del terror, que es el género más universal y que mejor viaja.

El film se abre con Memories, dirigida por Kim Jee-woon. Jee-woon era entonces el director más desconocido, pero pronto llamaría la atención a escala internacional con películas como 2 hermanas (Janghwa, Hongryeon, 2003), El bueno, el malo y el raro (Joeun nom, napun nom, esanghan nom, 2008) y Encontré al diablo (Angmareul boatda, 2010). El segmento se centra en dos personajes, un hombre que no recuerda qué le ha sucedido a su esposa y una mujer que se despierta amnésica e intenta reunir pistas para volver a casa. Para el aficionado al género no será demasiado difícil determinar qué es lo que ha sucedido, pero saber al cabo de dos segundos qué ha pasado no importa tanto como la atmósfera que crea el director. Jee-woon logra generar inquietud en el espectador gracias a su habilidad a la hora de crear imágenes y momentos, de ahí que la simplicidad de la historia juega más a su favor que en contra.

El segundo segmento es The Wheel de Nonzee Nimibutr. Aunque se basa en elementos propios de la cultura tailandesa, en el fondo tiene una moral bastante cercana al estilo EC de historias de terror, con un personaje castigado por sus transgresiones de forma truculenta y aterradora. En Tailandia existen dos disciplinas artísticas que interpretan leyendas e historias mitológicas, pero son consideradas de forma distinta: "Hun lakhon lek", en la que los intérpretes utilizan marionetas tienen mucho prestigio y gozan de fama y dinero, y "Khon", en la que los intérpretes utilizan máscaras y no tienen ni el prestigio ni la fama ni el dinero de la primera. De ahí que cuando un maestro de Hun Lakhon lek muere, sus codiciadas marionetas son robadas por un maestro de rival de Khon. Y, como es de esperar, este robo trae consigo una serie de desgracias, muertes y posesiones que destruye el pueblo y a sus habitantes, provocados por la maldición de las marionetas sobre el ladrón. Es el segmento más truculento, pero, a pesar del exotismo, el tipo de historia resulta bastante familiar demostrando lo universal que puede ser el terror.

El tercer segmento es Going Home de Peter Ho-Sun Chan, que, aunque originalmente no iba a dirigir este segmento, ofrece una historia que arranca como la clásica historia de fantasmas asiática, pero da un giro bastante interesante. Todo arranca cuando un policía y su hijo se mudan a un complejo de apartamentos de capa caída. El hijo pronto empieza a ver el fantasma de un niña y desaparece. Su padre empieza a buscarlo y así descubre que un vecino que parecía cuidar de su esposa paralizada en realidad está cuidando del cadáver de su esposa. Lo hace con la creencia de que siguiendo un proceso propio de la medicina china hará que la esposa resucite. Hay un clásico conflicto entre aceptar las influencias exteriores y mantener las tradiciones culturales. Este segmento también tiene un toque de romanticismo gótico que le da un aire distinto al de los dos segmentos anteriores.

Three ofrece estilos muy distintos a la hora de contar una historia de terror, demostrando que el reduccionismo con el que se trata el género fantástico al estilo asiático desde Occidente es un enfoque equivocado que deja fuera mucha de la riqueza del género.

 


 

Three... Extremes (Sam gang 2, 2004), como ya he explicado, es la secuela que llegó en primer lugar a nuestras pantallas. Aunque Fruit Chan no era conocido, Park Chan-wook y Takashi Miike sí lo eran gracias a Old Boy (Oldeuboi, 2003) y Audition (1999), respectivamente.

Dumplings de Fruit Chan abre el film con un trama sobre dumplings hechos con la carne de fetos que da a entender porqué al título del film se le añadió el "extremes". El argumento tiene como tema la obsesión por la eterna juventud y los extremos a los que la gente está dispuesta a llegar para mantener la belleza física eterna. Un tema que, por desgracia, se ha mantenido actual, con las redes sociales alimentando la obsesión por la juventud eterna y los filtros para crear una belleza aparente. La protagonista, interpretada por Miriam Yeung, se convierte en un monstruo mientras por fuera va ganando belleza, en una especie de eco caníbal del retrato de Dorian Gray.

Cut de Park Chan-wook tiene una historia más simple para que el director pueda dar rienda suelta a su estilo visual. Eso sí, aunque la historia sea simple no deja de ser bastante retorcida, partiendo de la clásica premisa en la que un psicópata toma a una pareja prisionera en su casa. El director utiliza la lucha de clases como fondo del argumento, que sirve también para crear algunos momentos brutales, salpicados siempre de humor negro. Chan-wook exprime al máximo sus habilidades estéticas en los 40 minutos (aproximadamente) que dura su segmento, ofreciendo al espectador un experiencia realmente visceral.

Y llegamos a Box, el segmento dirigido por Takashi Miike. Sin duda, este es mi fragmento favorito, teniendo en cuenta las dos películas. Miike se había labrado una reputación como director violento, creador de películas extremas y brutales en Occidente. Pero aquí el director sorprende con una historia onírica y críptica, adelantando algo de lo que Miike podría desarrollar en el futuro. Sin dejar nunca claro qué es realidad y qué es fantasía, la historia mezcla sueños y recuerdos dejando vía libre al espectador para que interprete lo que ha visto.  Kyôko (Kyôko Hasegawa) es una escritora que tiene visiones de su hermana gemela, que al parecer murió cuando tenía diez años. Explicar más sería destripar la historia, pero sí puedo decir que, mientras la vamos descubriendo, la interpretación más obvia puede no ser la más acertada. Pero esta es la belleza de este segmento, que es más como una poesía visual que una clásica historia de terror.

Box es mi segmento favorito, pero puede que el vuestro sea Going Home o Cut. Sea como sea, entre estas dos fantásticas antologías encontraréis suficiente diversidad y exotismo para satisfacer todos los paladares, del más exigente al que solo quiere pasar un buen rato con un par de pelis de miedo.

 

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