Procedente del folclore malayo, la leyenda del orang minyak cuenta como, tras hacer un pacto con el diablo, un hombre se transformará en esta criatura y atacará a mujeres inocentes. Esta leyenda ha sido llevaba al cine en diversas ocasiones, pero la versión más conocida fuera del sudeste asiático es la que realizó el director Ho Meng-Hua The Oily Maniac (You gui zi, 1976).
Shen Yuan (Danny Lee) es un joven que se quedó cojo debido a la polio. Esta cojera le crea un complejo de inferioridad, en especial cuando la mujer de la que está enamorado, Lin Chung Yue (Ping Chen), se fija en otro y tampoco se da cuenta de que hay otra mujer que sí está enamorada de él, Li Hsiao-li (Lily Li) la cual intenta salvar a Shen de si mismo. Cuando Shen descubre las injusticias que se cometen a su alrededor sumado a su frustración amorosa, acaba usando un amuleto para convertirse en un orang minyak. Transformado en este monstruo, Shen va matando a los malvados que ve a su alrededor.
El film de Ho Meng-Hua se desvía de la leyenda original para convertir a lo que era una criatura diabólica en una especie de justiciero sanguinario. Esta decisión puede que tuviera como objetivo atenuar el impacto de los violentos ataques del orang minyak, ya que Meng-Hua hace todo lo posible por llenar la película de elementos propios de la exploitation como generosas dosis de violencia sangrienta y sexo. La película hace todo lo posible por presentar a las víctimas del monstruo como auténtica escoria, lo peor de lo peor, para que te alegres cuando quedan destrozados y mutilados, así se añade también un mensaje moral sobre cómo la injusticia es castigada, introducido de manera nada sutil en dos textos, uno al inicio y otro al final.
El terror se introduce en la historia no por los ataques a las víctimas, sino por cómo Shen va perdiendo el control y la cordura, degenerando a medida que avanza el film. Ver a una buena persona destruirse llevaba por el odio y los celos le aporta tragedia a la historia, dándole un toque dramático que, al igual que el mensaje moral, quiere hacer de la película algo más que un encadenamiento de escenas pasadas de vuelta.
Pero las intenciones detrás del mensaje moral o las dosis de tragedia no importan, lo que importa es que The Oily Maniac es una película tremendamente entretenida, como suele ser la norma en las películas de Ho Meng-Hua. Una mezcla de elementos exploitation pero realizados con maestría y talento. Un monstruo exótico e inusual le dan el toque final perfecto a una recomendable cinta de terror al estilo Shaw Brothers.






