12 sept 2025

The Cat (Lo mau)

 


 

Hay pocos directores que puedan decir que terminaron su carrera en el cine por todo lo alto, pero Ngai Choi Lam desde luego es uno de ellos. Su última película como director fue The Cat (Lo mau, 1991), una locura que culminó de manera genial una carrera llena de títulos demenciales.

Como The Seventh Curse (Yuen Chun Hap yu Wai See Lee, Ngai Choi Lam, 1986)The Cat se basó en una novela de Kuang Ni. El autor utilizó el pseudónimo de Wisely para escribir toda una larga serie de novelas en las que un precedente de Mulder se dedica ha investigar casos extraños, muchas veces relacionados con extraterrestres o fenómenos paranormales. Wisely era también el nombre del protagonista de estas aventuras y en The Cat está interpretado por Waise Lee (en The Seventh Curse fue interpretado por Chow Yun Fat). En The Cat, Wisely investiga las extrañas actividades de un misterioso trío que resulta estar formado por una princesa (Gloria Yip), un hombre mayor llamado Errol (Siu-Ming Lau) y un gato que parece más inteligente y hábil de lo que seria un gato normal. Este trío de personajes son visitantes de otro planeta, que están aquí para parar la sangrienta invasión de una especie extraterrestre malvada.

Aunque resulta obvia la influencia de algunas de las situaciones de la película, en particular El terror no tiene forma (The Blob, Chuck Russell, 1988)La invasión de los ultracuerpos (Invasion of the Body Snatchers, Philip Kaufman, 1978), el mayor mérito de The Cat es que resulta impredecible. Incluso teniendo en cuenta que el argumento es muy común, una clásica historia de invasión extraterrestre, el desarrollo no lo es, así como tampoco las bizarras secuencias en las que el director sumerge al espectador. Posiblemente la más memorable es una increíble pelea entre el gato espacial y un perro policía. Como, obviamente, los animales reales no podían llevar a cabo la pelea, que incluye llaves de artes marciales y saltos en el aire, se utilizaron una diversidad de técnicas para hacerla realidad, desde animales mecánicos a animación stop-motion. Los animales reales se utilizaron solo para primeros planos y reacciones, lo que hace que la pelea sea una delicia de ver, además de muy divertida (más sabiendo que no se maltrataron animales, lo que no habría sido extraño en aquella época). Pero mi secuencia favorita, además de la ojiplática secuencia final, es la que nos muestra como el alien malvado, una especie de hongo espacial carnívoro, se deshace de un grupo de policías. Es el tipo de secuencia que solo se podría ver una película de Ngai Choi Lam y en el cine extremo de Hong Kong de la época.

The Cat también contiene escenas de acción más habitual en el cine de Hong Kong, pero con un toque demencial, para que no desentone con el resto de la película. Es lo que acaba de redondear esta joya con la que Ngai Choi Lam se despidió del cine. En la película se ve de fondo la angustia por lo que sucedería en 1997, cuando Hong Kong regresa al control chino. Teniendo en cuenta que el gobierno chino no permite las películas con contenido sobrenatural, ¿es posible que Choi Lam emigrara de Hong Kong hacia Estados Unidos por esa razón? Lo desconozco, es pura especulación, pero lo que es seguro es que esta película es un fantástico broche de oro a una carrera que transitó por el lado más salvaje y loco del cine.

 

11 sept 2025

Historia de Ricky (Riky-Oh/Lik wong)

 


 

Desconozco la razón, pero estaba convencido de que ya había comentado Historia de Ricky (Riki-Oh aka Lik wong, Ngai Choi Lam, 1991) en este blog. Pero preparando una entrada para otra película de este director realicé una búsqueda entre las entradas del blog y descubrí, con no poca sorpresa, que esta obra cumbre del cine extremo no aparecía. Alguna vez me había pasado que escribía un artículo sobre una película sobre la que ya había escrito, sin embargo es la primera vez que me pasa lo contrario.

La razón por la que estaba convencido de que ya había escrito sobre Historia de Ricky es que es un título mítico, sobre todo entre los de mi generación. Cuando, entre finales de la década de los 90 y primeros 2000, empezaron a llegar títulos del cine asiático en vídeo y DVD, previamente imposibles de ver para el típico adolescente sin muchos medios, este fue uno de esos títulos cuya fama se propagó más rápido que una noticia falsa en Tik Tok. Algo solo comparable a las películas de John Woo.

Sobre el papel, Riky-Oh no parece nada del otro mundo. Nos encontramos en el futuro: el año 2001. Las prisiones son llevadas por empresas privadas, lo que ha hecho que acaben convertidas en centros de corrupción. Riky-Oh (Louis Fan) es encarcelado tras vengar la muerte de su prometida, al poco de llegar se enfrentará con las diferentes bandas que pueblan la cárcel y a un alcaide corrupto. Sí, el argumento parece el mismo de otros tantos dramas carcelarios, si bien con un toque futurístico. Pero esta adaptación de un manga creado por Masahiko Takajo y Saruwatari Tetsuya, es de todo menos típica. Llena de personajes grotescos y casi inhumanos, Riky-Oh deja una huella indeleble debido a la extrema y grotesca ultraviolencia con que Ngai Choi Lam ilustra las peleas que lleva a cabo el protagonista, con golpes imposibles capaces de reventar estómagos y personajes que utilizan su propio intestino para estrangular a un combatiente.

Ngai Choi Lam, tras unos inicios no muy destacables en Shaw Brothers, se reveló como un experto en el cine extremo y pasado de vueltas cuando empezó a trabajar en Golden Harvest. Riky-Oh es la película en la que su estilo llega a la cumbre. La mezcla de la violencia de tebeo con lo grotesco y el body horror llenan esta cinta de culto de momentos memorables, pero la habilidad de Choi Lam va más allá de simplemente acumular escenas bizarras. El director imprime a la historia un estilo energético y cinético que logra dar vida al mundo en que se mueve Riky-Oh, evitando resultar repetitivo o cansar al espectador con su oleada de sangre y puñetazos.

Historia de Ricky se ha mantenido como un film de culto no solo entre los de mi generación, sino que nuevas generaciones continuamente descubren esta obra maestra. Una gran manera de descubrir a un director cuya filmografía está llena de maravillas como esta.

 

5 sept 2025

Sangre de héroes (The Salute of the Jugger)

 


 

Cada vez es más raro encontrarse con auténticas películas de culto. Películas que cumplen con la definición original de "película de culto". En el caso de Sangre de héroes (The Salute of the Jugger, David Peoples, 1988), incluso hay personas que le rinden culto sin saberlo.

Nos encontramos en un futuro posapocalíptico. Menos los privilegiados que viven en ciudades subterráneas, la gente sobrevive en pequeños poblados, trabajando duro para poder comer y sobrevivir. La única distracción es El Juego. Un deporte que juegan los juggers, violento y brutal pero que se rige por un estricto código de honor. El equipo de Sallow (Rutger Hauer) llega al poblado en el que vive Kidda (Joan Chen). Kidda sueña con ser una campeona del Juego y llegar a vivir en una ciudad. Tras unirse al equipo, Kidda presionará para intentar el desafío de la Liga. Pero Sallow, en su día campeón de la Liga, no quiere regresar, debido a la manera en que fue expulsado. Pero la insistencia de Kidda da frutos y el humilde equipo se dirige a la ciudad para intentar lograr lo que ningún equipo ha logrado.

The Salute of the Jugger fue creación de David Peoples, el único esfuerzo como director de este prestigioso guionista. Concibió la idea a finales de la década de los 70 inspirado por el relato original Roller Ball Murder de William Harrison, que también inspiró el clásico Rollerball (Norman Jewison, 1975), y la clásica Rocky (John G. Avildsen, 1976). Pero la película no se puso en marcha hasta finales de los 80, cuando el género posapocalíptico estaba de moda. Y, tal vez, eso fue un problema.

El tremendo éxito de Mad Max 2, el guerrero de la carretera (Mad Max 2, George Miller, 1981) generó una gran cantidad de imitaciones. Algunas muy entretenidas, como 1990: Los guerreros del Bronx (1990: I guerrieri del Bronx, Enzo G. Castellari, 1982) o El exterminador de la carretera (Il giustiziere della strada, Giuliano Carnimeo, 1983), otras, la mayoría, simples imitaciones sin imaginación. Para cuando The Salute of the Jugger se estrenó, el género ya estaba bastante quemado. Por supuesto, el film de Peoples no trata de imitar la saga creada por George Miller, sino que se trata de un tipo de historia muy distinto, aunque su ambientación podría hacerlo pensar a primera vista. Esto provocó que aquellos ya cansados de estos futuros desérticos estuvieran ya cansados del tema y decidieran ignorar la película, pero también aquellos aficionados al género, esperando ver un tipo determinado de historia, quedaran decepcionados por el film. Puede que hubiera otras razones, pero el resultado no cambia: el film fue un fracaso de taquilla y prácticamente desapareció. El film reapareció en vídeo, medio en el que poco a poco fue adquiriendo devotos seguidores.

The Salute of the Jugger es una película de acción, pero no la típica película de acción. Es más bien como una película deportiva en la que los jugadores pueden acabar muertos. Los Juggers se mueven por un código de honor que hace que incluso los equipos contrarios compartan un sentimiento de hermandad, un respeto adquirido en este peculiar campo de batalla. Es la historia de un equipo con todo en contra que intenta lograr un hito aparentemente imposible. Pero, y aquí está la influencia de Rocky, no se trata tanto de ganar como de llegar a la meta con dignidad. Lo que sí es ganador es el reparto, empezando por Rutger Hauer, que está fantástico, y nombres que uno no esperaría ver en una película como esta como Joan Chen, Delroy Lindo y Vincent D'Onofrio. Para los fans del cine de género, también nos encontramos a Richard Norton y Hugh Keays-Byrne. Este reparto, sumado a la ambientación, hace que el espectador lo tenga fácil a la hora de sumergirse en este mundo.

Pero el elemento que más llama la atención, como es de esperar, es El Juego. Tanto que fans de la película empezaron a jugarlo en la vida real, con algunos cambios para que todos acabaran el partido con vida. Se inició en Australia, en un festival dedicado al cine posapocalíptico, pero rápidamente saltó a otras partes del mundo, como Alemania. Incluso hay una liga Jugger en España. Creo que es posible que muchos jugadores de la liga Jugger desconozcan la película que inspiró el juego (espero equivocarme), pero resulta fascinante como una película que en su día pasó completamente desapercibida haya acabado inspirando una disciplina deportiva.

Confieso que a mí no me gustan las películas deportivas, no me interesan y me aburren. Pero, claro, con su ambientación futurista, su reparto y sus escenas brutales, The Salute of the Jugger va más allá del género. Es una mezcla que realmente la hace única.

 

29 ago 2025

Los guerreros de la muerte (Stone)

 


 

El fenómeno de las bandas moteras tuvo su entrada en el cine a lo grande con Salvaje (The Wild One, Laslo Benedek, 1953). Pero muy pronto se convirtieron en villanos de pacotilla, hasta que, a mediados de la década de los 60 del siglo XX, se convirtieron en héroes con la llegada de la contracultura y el cine enfocado a un público joven con títulos como Los ángeles del infierno (The Wild Angels, Roger Corman, 1966). Aunque los moteros no tardarían en volver a ser villanos de pacotilla, cumpliendo con el papel que luego tendrían los punks en la década de los 80, empezaron a surgir más películas que los representaban no como héroes, pero como figuras que se rebelaban contra la autoridad. La contracultura tardó un poco en llegar a Australia, pero allí se produjo un clásico del cine motero que hoy día sigue siendo considerada la mejor película motera de la historia. Esta película, escrita, dirigida, producida y protagonizada por Sandy Harbutt, es Los guerreros de la muerte (Stone, 1974).

Toad (Hugh Keays-Byrne) es miembro de los Grave Diggers y, en una salida, ve como un asesino profesional mata a un político. Muy pronto, los Grave Diggers empiezan a ser asesinados uno a uno. Stone (Ken Shorter) es el policía encargado de averiguar quién es el asesino que se ha obsesionado con estos moteros. A Undertaker (Sandy Harbutt), el líder de la banda, no le hace gracia tener a un policía siguiéndoles, así que obliga a Stone a adoptar la vestimenta y el modo de vida de la banda. Stone empezará a admirar el modo de hacer de los Grave Diggers mientras intenta detener al asesino.

El interés de Sandy Harbutt por rodar una película sobre moteros tiene un doble origen. Por un lado, Harbutt conocía personalmente a diversos moteros. Esto influyó no solo en querer representar este estilo de vida, también en intentar ofrecer un retrato que no juzgara moralmente a los protagonistas, representándolos tal cual eran. Por otro lado, muchos de los moteros de la vida real que conocieron Harbutt y el productor David Hannay eran veteranos de la guerra de Vietnam, entonces todavía presente. Harbutt y Hannay vieron que los veteranos se habían sumergido en la vida motera como manera de rechazar a la sociedad que, antes, les había hecho sentir rechazados. De esta manera, a la acción y el drama, se le añadió a la película un sustrato político.

La película se rodó siguiendo un estilo "comunal", donde todos colaboraban en todas las funciones, bajo la dirección de Harbutt. Era como si el espíritu de los personajes, su ansía de libertad, se hubiese contagiado a los cineastas. Esto hizo que la película se pudiera completar a pesar del bajo presupuesto con que contaba el film. Se ha de añadir que este espíritu libertario se aplicaba principalmente a los hombres, las mujeres, delante y detrás de la pantalla, eran tratadas tan pobremente como era habitual en el cine de los 70 del siglo XX. Son poco más que objetos decorativos al servicio de los moteros. Claro, esto se hace obvio al ver el film con ojos actuales, no se trata de quitarle mérito artístico.

Cuando se estrenó no fue bien recibida en su Australia natal, si bien fue un éxito de taquilla. No representaba el tipo de cine por el que el país quería ser conocido y Harbutt no pudo seguir trabajando en la industria cinematográfica australiana. El film también fue un éxito internacional, captando el espíritu rebelde de la época y admirada por moteros alrededor del mundo. Hoy día se mantiene como un clásico del cine de los 70, una máquina del tiempo que nos sumerge en otra década y otra manera de ver el mundo.

 

22 ago 2025

Houseboat Horror

 


 

Houseboat Horror (Ollie Martin, Kendal Flanagan, 1989) es una película que parecía destinada a la oscuridad, a desaparecer por el mismo camino que los videoclubes. Pero ha sobrevivido, contra todo pronóstico, mantenida viva en el recuerdo gracias a ser un fantástico ejemplo de cine trash. Amantes del mal gusto y del cine de calidad alternativa, he aquí una película para alegraros las noches de invierno (cuando lleguen).

Un grupo de rock decide filmar un videoclip en distintas localizaciones, usando casas flotantes como medio de transporte. El rodaje arranca en el lago Infinity, donde hace años un rodaje acabó en tragedia y desde entonces, todo aquel que ha intentado filmar en la zona ha terminado desapareciendo en misteriosas circunstancias. Pero nuestros protagonistas no lo saben, ni sospechan que nada vaya mal cuando uno a uno van siendo eliminados.

Sobre el papel, Houseboat Horror parece otro típico slasher de los muchos que se hacían entonces. Incluso el hecho de ser rodada directamente en video era ya algo común entonces (si bien no en Australia, donde esta película fue la primera). El argumento también es bastante tópico, pertenecer a una banda de rock en una película de terror trae bastante mala suerte; hay muchos ejemplos de películas cuyo argumento gira en torno a grupos que van a rodar un videoclip y la experiencia se convierte en una pesadilla como Estela de sangre (Blood Tracks, Mats Helge Olsson, Derek Ford, 1985)Al filo del infierno (Rock 'n' Roll Nightmare, John Fasano, 1987)Melodía de horror (Paganini Horror, Luigi Cozzi, 1988). Además, Houseboat Horror fue una producción de muy bajo presupuesto que, con la excepción de algunos miembros del reparto, era la primera película que hacían los cineastas delante y detrás de las cámaras.

Teniendo todo esto en cuenta, ¿qué es lo que hace de esta una película especial que ha sobrevivido durante décadas? La ejecución. Todo se basa en la ejecución, desde los diálogos inventados sobre la marcha hasta los torpes movimientos de cámara que continuamente tapan con su sombra al reparto. La inexperiencia del equipo de rodaje se ve también en que en la mayoría de escenas se ve el borde del objetivo de la cámara, como si se estuviera filmando a través de un agujero.

Houseboat Horror fue ideada por Ollie Martin, un productor y periodista que trabajaba en televisión. Martin, viendo cómo el mercado se llenaba de películas de terror llegadas de Estados Unidos decidió sumarse a la moda. Y lo hizo a través de un nuevo, llamativo y, lo más importante, barato sistema: el video. Martin escribió un guion inspirado en las hazañas de Jason Voorhees, con no pocas dosis de humor, sangre y desnudos gratuitos. Sin embargo, cuando empezó el rodaje, Martin se dio cuenta de que era demasiado lento y no podría de rodar el guion en el tiempo que tenían. Como también era el productor, decidió despedirse a si mismo y pasarle las riendas de director a Kendal Flanagan. Flanagan era un director curtido en televisión y aplicó la misma mentalidad al slasher. Por supuesto, lo que funciona en un culebrón diario no funciona en una película de terror, lo que no detuvo a Flanagan.

El cambio entre ambos directores se nota. Las dos secuencias que dirigió Martin, aún con la fea estética del video, están medianamente bien realizadas. El resto dirigido por Flanagan se convirtió en un festival de incompetencia, llevada a un extremo que la hace inolvidable. De este modo, Houseboat Horror pasó de ser lo que podría haber sido un correcto pero poco imaginativo slasher a convertirse en una cinta de culto.

La dirección puso la rapidez por encima de todo. El resultado es que, por ejemplo, aunque los maquillajes están bien hechos para el presupuesto que tenían, están filmados bajo una luz brillante, habitual en la televisión, y con ángulos poco favorecedores. Hasta el trabajo de Tom Savini tendría mal aspecto en esas condiciones. Personalmente, los mejores momentos son los de involuntario surrealismo. Por ejemplo, una de las actrices sale del agua (no se nombra a los personajes así que no se puede saber quién es quién) y es iluminada por una linterna. Ella se gira y suelta el habitual: "oh, eres tú" y algunas líneas de diálogo más. Parece la típica escena en que alguien es asesinado por alguien que conoce dando pistas al espectador sobre quién es el culpable, ¿verdad? Pues no, la siguiente escena es luego la actriz en la casa flotante preparándose para ir a dormir. ¿Con quién hablaba? ¿Por qué no responde ni aparece en cámara? ¿Qué objetivo tenía la escena si ya se sabe quién es el asesino? Creo que simplemente se olvidaron de rodar las respuestas de otro personaje para que el diálogo tuviera sentido pero incluyeron la escena igualmente porque la actriz aparece desnuda. No cambia que sea un momento absurdo y divertido, de los que la película está lleno.

Este el tipo de película que hará que muchos dejen de verla a los cinco minutos,  pero que los aficionados al cine trash y al cine involuntariamente hilarante disfruten de principio a fin. Houseboat Horror requiere un paladar entrenado en este tipo de cine para disfrutarla pero no os arrepentiréis de subir a bordo.