7 oct 2022

Fairy Tales



No soy una persona particularmente nostálgica. No creo que cualquier época pasada fue mejor (bueno, mejor que la actual tal vez sí, tal y como están las cosas) pero sí que siento una sana fascinación por las modas cinematográficas del pasado. Una de las más absurdas y desconcertantes tuvo lugar a finales de los 70 del siglo XX, cuando se produjeron diversas películas eróticas o pornográficas protagonizadas por personajes de cuentos de hadas.

Uno de los más notables ejemplos del género ya lo hemos tratado con anterioridad: Alicia en el país de las pornomaravillas (Alice in Wonderland: An X-Rated Musical Fantasy, Bud Townsend, 1976). Fairy Tales (Harry Hurtwitz, 1978) tiene un tono y estilo parecido a Alicia en el país de las pornomaravillas, con la diferencia de que Fairy Tales es una película erótica (o debería decir "erótica") softcore sin sexo explícito ni penetración en pantalla. Fue producida por Charles Band después del éxito que su compañía había obtenido con La otra Cenicienta (Cinderella, Michael Pataki, 1977), por eso Fairy Tales sigue el mismo modelo de comedia musical con grandes dosis de desnudos, si bien cuando fue originalmente estrenada en cine se tuvieron que cortar un par de escenas para que fuera calificada R y no X, escenas reincorporadas a la edición en Blu-ray del film. Con estas escenas reincorporadas, vista hoy día sigue siendo más suave que algo del estilo de Instinto básico (Basic Instinct, Paul Verhoeven, 1992) a pesar del gran número actrices desnudas que pueblan la pantalla, entre las que se encuentra la Scream Queen Linnea Quigley en el que fue su debut en pantalla. Entre el reparto también destaca la abrumadora belleza de Angela Aames.

Fairy Tales resulta bastante inocente y divertida. La trama gira en torno a un príncipe (Don Sparks) que ha de demostrar que es capaz de producir un heredero para el reino si quiere seguir siendo príncipe, el problema es que solo consigue que su principito funcione cuando piensa en una princesa que se le aparece en sueños. Inicia así una odisea para encontrar a la princesa de sus sueños mientras se cruza con diversos personajes de cuentos de hadas que tarde o temprano acaban sin ropa. Los números musicales no son Broadway precisamente, pero las letras son bastante ingeniosas. Los continuos chistes son bastante fáciles y malos, pero la comedia funciona debido a que lanza tantas chanzas al espectador que, inevitablemente, alguna funciona. Como ya he dicho antes, no se trata de una película porno, y sus escenas de desnudo resultan casi entrañables debido a la distancia temporal y el alegre cachondeo que impregna la cinta.

Fairy Tales no es una película que recomiende a todo el mundo, pero si todavía sigues leyendo esto y tienes ciertos gustos, seguramente ya te hayas hecho una idea de si esta película se adapta a tus gustos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No soy muy aficionado a los musicales, pero éste me ha creado cierta curiosidad, y no sólo por los duendes a rayas.

Raúl Calvo dijo...

Sí, bueno, es un musical con muchos atributos, se podría decir.