Su título original es Bloody Muscle Body Builder in Hell, pero entre los fans del terror y el cine bizarro es más conocida simplemente como la Posesión infernal japonesa (o The Japanese Evil Dead). Un delirio escrito, producido, editado, dirigido y protagonizado por Shinichi Fukazawa, también a cargo de los efectos especiales, que rezuma sangre, fluidos y pasión por el cine de Sam Raimi.
La película dura una hora y un par de minutos, así que la historia que cuenta no es muy complicada: Shinji (Fukazawa) recibe la llamada de Mika (Asako Nosaka), una antigua novia. Mika es una periodista que realiza reportajes sobre lugares encantados y resulta que Shinji es propietario de uno de esos lugares. En el prólogo se explica la raíz de que sea un lugar maldito, pero Shinji y Mika, acompañados del psíquico Mizuguchi (Masahiro Kai), no tienen ni idea de la presencia maldita que les espera en la casa. Mizuguchi es poseído y empieza así una noche de terror y locura (y mucha sangre) para Shinji y Mika.
Este es un proyecto por el que Fukazawa estaba realmente apasionado. Rodada sin apenas dinero en varios fines de semana de 1994, la película tardaría diez años en ser editada y finalizada. Siendo luego comercializada en DVDes que grababa el propio Fukazawa, lo que le permitió suficiente notoriedad como para que fuera estrenada en cines en Japón a principios de la primera década del siglo XXI. Pero no es hasta el 2019 que la película se distribuye en occidente, precedida por su merecida reputación.
La película no oculta su amor y pasión por la, entonces, trilogía Evil Dead (1, 2). Es este amor y pasión, que se traduce en una serie de escenas y momentos cargados de energía raiminiana, los que hacen que esta película se haya ganado un lugar en el coranzoncito infernal de los fans de la saga. Sí, el guion es simple. Sí, los efectos especiales no son muy sofisticados y, en ocasiones, bastante falsos. Y, sí, al ser rodada en 8mm y luego ser transferida a video, la calidad de imagen/audio deja bastante que desear. Pero eso no la hace muy distinta de la primera Posesión Infernal (The Evil Dead, Sam Raimi, 1981), todo lo contrario. Fukazawa ofrece al espectador un gran tour de force de efectos, sumergiendo al espectador en la misma espiral de locura en la que están atrapados Shinji y Mika. A título personal, los toques visuales originales, la mencionada pasión y amor por el género, y saber que todo fue hecho sin apenas medios, hacen que Bloody Muscle Body Builder in Hell se haya ganado mi respeto y admiración. Es como una canción de los Ramones: corta, sencilla y casi genial.
Es también una película muy divertida, en diversos momentos me hizo reír a carcajadas con su mezcla de humor japonés y splatter slapstick.
En definitiva, es una demencial, demente y delirante película gore que está muy recomendada a los fans de las películas de Sam Raimi y a los amantes del terror de serie B.
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