22 ago 2025

Houseboat Horror

 


 

Houseboat Horror (Ollie Martin, Kendal Flanagan, 1989) es una película que parecía destinada a la oscuridad, a desaparecer por el mismo camino que los videoclubes. Pero ha sobrevivido, contra todo pronóstico, mantenida viva en el recuerdo gracias a ser un fantástico ejemplo de cine trash. Amantes del mal gusto y del cine de calidad alternativa, he aquí una película para alegraros las noches de invierno (cuando lleguen).

Un grupo de rock decide filmar un videoclip en distintas localizaciones, usando casas flotantes como medio de transporte. El rodaje arranca en el lago Infinity, donde hace años un rodaje acabó en tragedia y desde entonces, todo aquel que ha intentado filmar en la zona ha terminado desapareciendo en misteriosas circunstancias. Pero nuestros protagonistas no lo saben, ni sospechan que nada vaya mal cuando uno a uno van siendo eliminados.

Sobre el papel, Houseboat Horror parece otro típico slasher de los muchos que se hacían entonces. Incluso el hecho de ser rodada directamente en video era ya algo común entonces (si bien no en Australia, donde esta película fue la primera). El argumento también es bastante tópico, pertenecer a una banda de rock en una película de terror trae bastante mala suerte; hay muchos ejemplos de películas cuyo argumento gira en torno a grupos que van a rodar un videoclip y la experiencia se convierte en una pesadilla como Estela de sangre (Blood Tracks, Mats Helge Olsson, Derek Ford, 1985)Al filo del infierno (Rock 'n' Roll Nightmare, John Fasano, 1987)Melodía de horror (Paganini Horror, Luigi Cozzi, 1988). Además, Houseboat Horror fue una producción de muy bajo presupuesto que, con la excepción de algunos miembros del reparto, era la primera película que hacían los cineastas delante y detrás de las cámaras.

Teniendo todo esto en cuenta, ¿qué es lo que hace de esta una película especial que ha sobrevivido durante décadas? La ejecución. Todo se basa en la ejecución, desde los diálogos inventados sobre la marcha hasta los torpes movimientos de cámara que continuamente tapan con su sombra al reparto. La inexperiencia del equipo de rodaje se ve también en que en la mayoría de escenas se ve el borde del objetivo de la cámara, como si se estuviera filmando a través de un agujero.

Houseboat Horror fue ideada por Ollie Martin, un productor y periodista que trabajaba en televisión. Martin, viendo cómo el mercado se llenaba de películas de terror llegadas de Estados Unidos decidió sumarse a la moda. Y lo hizo a través de un nuevo, llamativo y, lo más importante, barato sistema: el video. Martin escribió un guion inspirado en las hazañas de Jason Voorhees, con no pocas dosis de humor, sangre y desnudos gratuitos. Sin embargo, cuando empezó el rodaje, Martin se dio cuenta de que era demasiado lento y no podría de rodar el guion en el tiempo que tenían. Como también era el productor, decidió despedirse a si mismo y pasarle las riendas de director a Kendal Flanagan. Flanagan era un director curtido en televisión y aplicó la misma mentalidad al slasher. Por supuesto, lo que funciona en un culebrón diario no funciona en una película de terror, lo que no detuvo a Flanagan.

El cambio entre ambos directores se nota. Las dos secuencias que dirigió Martin, aún con la fea estética del video, están medianamente bien realizadas. El resto dirigido por Flanagan se convirtió en un festival de incompetencia, llevada a un extremo que la hace inolvidable. De este modo, Houseboat Horror pasó de ser lo que podría haber sido un correcto pero poco imaginativo slasher a convertirse en una cinta de culto.

La dirección puso la rapidez por encima de todo. El resultado es que, por ejemplo, aunque los maquillajes están bien hechos para el presupuesto que tenían, están filmados bajo una luz brillante, habitual en la televisión, y con ángulos poco favorecedores. Hasta el trabajo de Tom Savini tendría mal aspecto en esas condiciones. Personalmente, los mejores momentos son los de involuntario surrealismo. Por ejemplo, una de las actrices sale del agua (no se nombra a los personajes así que no se puede saber quién es quién) y es iluminada por una linterna. Ella se gira y suelta el habitual: "oh, eres tú" y algunas líneas de diálogo más. Parece la típica escena en que alguien es asesinado por alguien que conoce dando pistas al espectador sobre quién es el culpable, ¿verdad? Pues no, la siguiente escena es luego la actriz en la casa flotante preparándose para ir a dormir. ¿Con quién hablaba? ¿Por qué no responde ni aparece en cámara? ¿Qué objetivo tenía la escena si ya se sabe quién es el asesino? Creo que simplemente se olvidaron de rodar las respuestas de otro personaje para que el diálogo tuviera sentido pero incluyeron la escena igualmente porque la actriz aparece desnuda. No cambia que sea un momento absurdo y divertido, de los que la película está lleno.

Este el tipo de película que hará que muchos dejen de verla a los cinco minutos,  pero que los aficionados al cine trash y al cine involuntariamente hilarante disfruten de principio a fin. Houseboat Horror requiere un paladar entrenado en este tipo de cine para disfrutarla pero no os arrepentiréis de subir a bordo.

 

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